Más de 200 nuevos productos de exportación ingresaron al mercado de la Unión Europea (UE), tras la entrada en vigencia, el 1 de enero del 2017, del acuerdo comercial entre el país y el bloque.
La información la dio a conocer el Ministerio de la Producción.
Entre los productos nuevos están jugos y concentrado de papaya, derivados de frutas y vegetales, grasas y aceites de pescado, suplementos alimenticios, tipos madera, maíz dulce, aguardiente, entre otros.
La UE es el principal socio comercial de Ecuador, con el 23% de las ventas; seguido de EE.UU., con el 20%; China, con el 18% y Alianza del Pacífico, con el 12%.
Otro de los logros del acuerdo, según el Ministerio, ha sido la posibilidad de acceder a cooperación y asistencia técnica.
Para el viceministro de Comercio Exterior, Daniel Legarda, el trabajo de la Embajadora europea en Ecuador, Marianne Van Steen, fue clave para que alcanzar el primer acuerdo de tercera generación.
La semana pasada, la diplomática recibió un reconocimiento por parte del Gobierno por el apoyo para la concreción del convenio comercial.
Colombia y Perú examinarán incorporación de Ecuador al acuerdo con la Unión Europea. Foto: Archivo: Líderes
La Fundación Bridgin de Bélgica entregará un crédito no reembolsable por USD 200 millones a la Universidad de Cuenca. Ese dinero se destinará a la construcción de un hospital especializado en enfermedades catastróficas y una planta para la elaboración de proteínas terapéuticas.
Ambas infraestructuras formarán parte del Centro de Innovación de la Salud de esta universidad y funcionarán en el predio del antiguo hospital José Carrasco del IESS, ubicado en el centro de la capital azuaya. Se prevé que atenderán desde el 2024.
Son proyectos preparados y ajustados desde hace más de cuatro años y hace dos se inició la búsqueda de un préstamo con un banco europeo, que ofrezca condiciones aceptables, señaló el rector de la Universidad de Cuenca, Pablo Vanegas. Así, se presentó la oportunidad de trabajar con la Fundación Bridgin de Bélgica.
Según él, en la actualidad, se deben cumplir con requisitos para recibir la donación. El principal es que el Gobierno entregue una garantía soberana por USD 8 millones. Con ese requisito se realizará la transferencia a un banco internacional donde se generará un fideicomiso.
Para que se concrete este proyecto universitario, también se deben efectuar los diseños definitivos este año. Para el 2021 está previsto el inicio de la construcción de las nuevas instalaciones y luego se importará el equipamiento para la planta de medicinas. Para que se apruebe esta donación se entregaron los planes de factibilidad y de viabilidad.
Bridgin es una entidad que busca erradicar la pobreza estableciendo condiciones para el desarrollo industrial y socioeconómico de los países emergentes.
Por ello, esta fundación exige que este proyecto tenga rentabilidad y que sea sustentable en el tiempo. “Si bien nos entregan USD 200 millones, debemos generar la misma cantidad de dinero. No para devolverles, sino para financiar proyectos de beneficio social”, explicó Vanegas.
Serán iniciativas que permitan el empoderamiento de la mujer en todos los aspectos sociales y generar emprendimientos y empresas tecnológicas y sociales.
Vanegas señaló que tanto en el hospital como en la planta de proteínas terapéuticas se atenderán enfermedades catastróficas como el cáncer de mama y la artritis reumatoide. “Sus tratamientos tienen un alto costo”.
Después se ampliará la atención a otras patologías como cáncer de médula ósea, “porque hay problemas en el diagnóstico y es costoso el tratamiento. Para ello, realizamos contactos con hospitales de reconocimiento internacional”.
Los USD 200 millones se usarán en la construcción de edificaciones y dotación de equipos médicos e implementación de tecnología médica de punta.
La idea es que los medicamentos tengan un precio menor que en el mercado comercial. “Pensamos que bajarán los costos a la tercera parte, por lo que la atención puede expandirse en el país”, dijo el Rector de esta universidad.
Él explicó que la planta de medicinas tendrá relación directa con el hospital universitario. Además, contará con la capacidad de producir su oferta para ser distribuida en todo el país y no solo para pacientes de la capital azuaya.
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La infraestructura El predio. La Universidad de Cuenca adquirió el antiguo hospital del IESS de Cuenca a finales del 2016 por cerca de USD 3,8 millones. Aún se paga en cuotas semestrales.
El uso. A más del nuevo hospital y de la planta de medicinas, se integrarán los sistemas de salud y laboratorios que tiene la universidad, a través de sus facultades de Medicina,
Psicología, Odontología y Ciencias Químicas. En la actualidad, en el antiguo hospital se realizan obras de mejoramiento y adecuación en la parte frontal.
Hay espacios del antiguo predio del IESS en Cuenca, que serán demolidos para el nuevo hospital universitario. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
Los grandes fabricantes acostumbran a ser el centro de atención en la feria CES de electrónica de consumo de Las Vegas, pero más de 1 200 ‘start ups’ de ámbitos de lo más variado aprovecharon la oportunidad de oro que el evento supone para darse a conocer y lograr financiación.
Pasados los primeros días del congreso, en el que titanes del sector como Samsung, LG, Sony o Panasonic coparon titulares con sus últimos modelos de televisores, ordenadores portátiles y novedades en inteligencia artificial, a medida que avanza la semana llegó el turno de las pequeñas empresas emergentes.
Para estas compañías, la feria, la más grande del sector, representó una oportunidad única para darse a conocer en todo el planeta (más de 6 500 periodistas cubrieron el evento) y cerrar contratos de financiación o adquisición con otras firmas ya consolidadas.
Es el caso, por ejemplo, de Black Light, una empresa con sede en Guadalajara (Jalisco, México) que desarrolló una plataforma de software y hardware para asegurar al consumidor final y durante todo el proceso de comercialización la autenticidad de productos de marca como zapatos, ropa o botellas de tequila.
“Hemos creado un chip muy plano, como una pegatina, que se coloca en el producto justo antes de salir de la fábrica y, mediante tecnología blockchain o de cadena de bloques, puede seguirse su recorrido hasta garantizar al consumidor final que es un producto original”, explicó el cofundador y consejero delegado de la compañía, Jorge Jarquín.
Jarquín indicó que los principales clientes con los que cuenta actualmente Black Light en México son fabricantes de zapatos o elaboradores de tequila (dos productos que se falsifican a menudo en el mercado), aunque también trabajan con un productor de tuberías para la industria petrolera.
“Basta con que el comprador utilice su teléfono móvil para escanear el producto en la tienda y comprobar si se trata de un artículo original”.
Una de las ‘start ups’ más curiosas que pudieron verse en CES es H.P.B. Optoelectronics, una pequeña firma de Taiwán que fabrica licuadoras que se activan y operan mediante la captación de movimiento, sin necesidad de que el usuario las toque o pulse un botón en ningún momento.
“Supongamos que estás cocinando y tienes las manos sucias. Basta con mover los dedos enfrente de la licuadora, simulando el movimiento que harías con cualquier otro aparato, y los sensores captarán el movimiento e interpretarán la orden sin necesidad de tocar nada”, explicó el portavoz de la empresa, Ray Shih.
Los sensores a los que se refiere se hallan en un círculo negro en la parte frontal del aparato, e interpretan órdenes como mover la mano arriba para encenderse; abajo para apagarse; mover el dedo en el sentido de las agujas del reloj para aumentar la velocidad de licuación y moverlo en sentido contrario para reducirla.
Una gran parte de la sección para ‘start ups’ de CES estuvo dedicada a las baterías y la carga de todos los productos electrónicos, un ámbito en el que desarrolla su actividad Humavox, una compañía israelí que vende un chip para convertir casi cualquier objeto cotidiano en un cargador.
Basta con “esconder” el chip entre los tejidos de una mochila, de un sofá o de una caja cualquiera para hacer de ese objeto un cargador con autonomía de varios días en el que reponer la batería del teléfono móvil, el ordenador portátil o unos auriculares inalámbricos.
“La idea es que, a largo plazo, no necesites un cargador físico porque la butaca, la mochila, la mesa… casi todo lo que tienes en casa actúe como cargador”, explicó a EFE el portavoz de Humavox, Omri Lachman
Una pareja observa un video inmersivo que fue parte de la feria CES, en Las Vegas. Foto: AFP