Empezamos el 2021 con energía renovada. Quizás, no como la de años anteriores pero con las ganas de que pronto todo pueda cambiar y que las enseñanzas del 2020 hayan calado en nuestro interior; de que hayamos aprendido algo de un año que se termina y que nos cambió la vida por completo.
Empezamos un 2021 esperando que la ciencia termine (o por lo menos reduzca) los índices de mortandad y que controle la expansión masiva del virus que puso a la población de rodillas. Y si la ciencia logra sus objetivos, podremos volver a una nueva normalidad que permita recuperar el espacio perdido, sobre todo en cuanto a la actividad económica para que se recuperen los empleos perdidos y para que los hogares puedan encontrar el aliento necesario para salir adelante. El camino no es fácil y solamente el trabajo mancomunado y solidario permitirá que los objetivos personales, familiares y nacionales se logren.
En este año que comienza, uno de los acontecimientos más importantes es el de las elecciones. Ojalá podamos escoger al mejor candidato para que gobierne los próximos cuatro años.
La demanda mundial de electricidad caerá un “histórico” 2% en el 2020, debido a las medidas tomadas a escala global para frenar la pandemia, el mayor descenso desde mediados del siglo pasado, anunció la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Las energías renovables fueron las únicas fuentes de generación que crecieron este año (son ya el 28% de toda la electricidad mundial), un incremento que se mantendrá durante el 2021, señaló la AIE en su primer informe global sobre el sector de la electricidad.
La caída del 2% de este año supera ampliamente al descenso del 0,9% registrado el 2009, en lo peor de la crisis financiera mundial.
La pandemia de coronavirus y las medidas adoptadas por los gobiernos para frenar la expansión del mal, con confinamientos y paradas a gran escala de la economía, hundieron la demanda y Europa fue la región más afectada, con un desplome medio de en torno al 20% durante los cierres.
Las caídas fueron más pronunciadas en los países en los que el comercio, el turismo y los servicios tienen más peso en la economía, mientras que aquellos con un mayor peso de la industria vieron cómo su demanda de electricidad se resentía menos.
La demanda se recuperó “rápidamente” tras ese choque y volvió a sus niveles previos a covid-19 en el tercer trimestre, aunque en algunos países se esperan estancamientos o ligeros descensos debido a las segunda oleada de la pandemia, indica el documento.
El informe prevé que la demanda mundial crezca en torno a un 3% durante el 2021, una cifra relativamente “modesta”, teniendo en cuenta el aumento del 7,2% registrado en el 2010, tras lo peor de la crisis financiera.
Todos estos cálculos “han tomado en consideración” el efecto en la demanda de las restricciones adoptadas durante los últimos tres meses, sobre todo en Europa, para tratar de frenar la segunda ola de la pandemia, señaló Peter Fraser, uno de los autores del informe, durante la presentación.
China será la única economía importante que subirá su demanda durante 2021 (en torno a un 2% interanual), aunque a un menor ritmo que la media del 6,5% de los últimos ejercicios, resalta el informe de la AIE. Europa será la región más afectada, con un declive de la demanda de más del 4%, que será mayor en Italia, Reino Unido y España (en torno al 6% en esos tres países).
El uso de energía solar avanza en Bolivia, con iniciativas como la fabricación a pequeña escala de cocinas, bombillas, cargadores, bombeo, etc.
Las energías renovables aumentan, baja el carbón La generación con fuentes renovables (eólica, solar e hidráulica) subió casi 7% este año y cerrará el ejercicio con un 28% del total de la producción mundial.
Además, el informe prevé que las renovables “establezcan nuevos récords” de producción en 2021 y alcanzarán el 29% de la generación mundial de electricidad. Las renovables tendrán estos dos años un “incremento notable”.
En cambio, la producción eléctrica a partir de carbón sufrió su mayor caída anual (más de un 5%) para situarse en el nivel de 2012, aunque se prevé una ligera recuperación en el 2021, sobre todo por un aumento de su uso en Asia.
Aún así, el informe destaca cómo en el 2020 continuó la tendencia al cierre y desmantelamiento de centrales térmicas a carbón, sobre todo en Europa Occidental y el Reino Unido (por un total de 20 GW de potencia instalada) y Estados Unidos (10 GW), dentro del intento de reducir las emisiones de efecto invernadero.
La producción eléctrica en las centrales nucleares aumentará un 2,5% el año próximo, debido a la entrada en servicio de nuevas instalaciones en China y Emiratos Árabes Unidos, así como la reanudación de producción en reactores con paradas técnicas.
“La extensión de las centrales nucleares es muy importante para lograr una reducción de emisiones”, señaló por su parte Keisuke Sadamori, director de mercados energéticos en la IEA.
Por otra parte, los precios de la electricidad en los mercados mayoristas se desplomaron a escala mundial en el 2020 una media del 28%, una caída generada tanto por la menor demanda como por el fuerte descenso del precio del gas natural y la entrada en servicio de nuevos proyectos renovables, con sus menores costes marginales.
Este informe estudia también la estructura de precios o el nivel de liberalización del sector. Tras esta primera edición, será seguido por nuevos reportes semestrales a partir del año próximo.
Vista de la central térmica de Siekierki, en Polonia, que depende en un 80% del carbón, prevé un largo y difícil adiós a la energía térmica, para cumplir compromisos climáticos europeos. Fotos: EFE
El Foro Económico Mundial presentó su Reporte Global de Competitividad 2020, con un enfoque orientado a proponer alternativas de reactivación económica, ante los serios efectos que causa la pandemia.
En su informe, el Foro plantea algunas consideraciones orientadas hacia la recuperación en el 2021. Esos enfoques abordan temas de infraestructura, gestión digital, administración de la deuda pública y política monetaria sostenible; además de competencias y mercados laborales -para una rápida redistribución del talento-, y promover un ecosistema de innovación.
En el ámbito corporativo y en las economías avanzadas, los líderes empresariales vieron como aspectos negativos, según el Foro, una mayor concentración del mercado, una marcada disminución en la competencia por los servicios, una menor colaboración entre las empresas y menos trabajadores calificados disponibles en el mercado laboral. Esto, a medida que se aceleraba el cambio hacia el trabajo habilitado digitalmente.
En ese sentido, el 2021 se presenta desafiante, tanto para las administraciones gubernamentales como para las empresas.
La OPEP prevé que en el 2021 la demanda de petróleo crecerá en 6,5 millones de barriles por día (mbpd), equivalente a las dos terceras partes de los 9,8 millones que ha retrocedido este año por la crisis provocada por la pandemia de covid-19, aseguró el secretario general, Mohamed Barkindo.
En lo que llevamos del 2020, “la demanda de petróleo se contrajo en 9,8 millones de bpd, pero en el 2021 se prevé que crezca en 6,5 millones de bpd”, aseguró Barkindo en una conferencia virtual en el marco de la Conferencia y Exposición Internacional de Petróleo de Abu Dabi.
Actualmente, manifestó el Secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la media anual de la demanda de crudo está en torno a los 90,2 mbdp, casi un10% menos que los100,1 mdbp del 2019.
Durante los momentos más complicados del confinamiento internacional por la pandemia, había bajado hasta los 75 mbdp.
El viceministro de Energía ruso, Pavel Sorokin, quien también participó en la conferencia, afirmó que aunque su país prevé que los pedidos de petróleo crezcan durante los próximos 10 o 15 años, “tardará unos dos o tres años en volver a alcanzar los 100 mdpd”.
Respecto de estas expectativas de recuperación, el ministro de Energía de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Suhail Al Mazaroul, sostuvo que cualquier relajación de la tensión entre EE.UU. y China podría hacer aumentar la demanda en los mercados petroleros.
El ministro de Energía de Arabia Saudí, Abdul Aziz bin Salman, quien también participó en la conferencia virtual, indicó que el acuerdo alcanzado por la OPEP+ el pasado mes de abril -para estabilizar los precios del crudo y que abarcaba hasta el final de este año- podría extenderse a todo el 2022.
En este sentido, el representante saudí se mostró abierto a modificar los recortes a la producción, incluidos en ese pacto. Podrían modificarse, si es necesario, siempre y cuando haya consenso entre los miembros del grupo.
La OPEP+, integrada por la OPEP y 10 productores independientes, incluida Rusia, acordó la reducción de la producción tras una guerra de precios entre este país y Arabia Saudí, el mayor exportador de la Organización.
El acuerdo preveía un recorte de cerca de 9,7 mbd de crudo hasta el 31 de julio, y una segunda fase que comprende desde el pasado 1 de agosto hasta fin de año, con una reducción de 7,7 mbd.
Aunque los participantes del evento, delegados de los principales países productores de petróleo, reafirmaron sus compromisos para mejorar la eficiencia de sus productos y reducir las emisiones de carbono, no tienen previsto un descenso de la demanda de crudo a corto ni medio plazo.
Ahmed Al Jaber, presidente ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (Adnoc), la estatal de EAU, aseguró que esperaban que esta “crecerá por encima de los 105 millones de barriles por día en el 2030 y continuará cubriendo más de la mitad de las necesidades energéticas del mundo durante muchas décadas”.
La vacuna de Pfizer irrumpe en el mercado petrolero El petróleo de referencia en EE.UU. inició la semana anterior propulsado por las esperanzas de que la vacuna de la farmacéutica estadounidense Pfizer y el consorcio alemán BioNTech pueda suponer una respuesta para la pandemia de covid.
Las dos empresas anunciaron que el producto que han desarrollado conjuntamente está listo. Según las compañías, los estudios clínicos realizados muestran que las personas que reciben la vacuna tienen una protección contra el coronavirus un 90% mayor que los no vacunados. La vacuna BNT162b2 se empezó a desarrollar en enero y comenzó en julio la fase tres de ensayos, en la que hasta ahora 43 500 personas han recibido, al menos, una de las dos inyecciones que deben aplicarse, en el plazo de dos semanas.
“Los precios del petróleo están reaccionando de una forma violentamente positiva con el mercado, teniendo en cuenta la posibilidad de una introducción más rápida de una vacuna global”, señaló el analista Bjornar Tonhaugen, de la firma Rystad Energy. A ojos de los inversores, de acuerdo con Tonhaugen, una vacuna aseguraría que no habría más confinamientos en el mundo y permitiría la recuperación del transporte aéreo y por carretera.
La producción de petróleo de EE.UU. llegaría a 860 000 barriles por día el 2020. En la imagen se observa el sitio de bombeo de crudo en un yacimiento cerca de Calgary, Canadá, en 2014. Foto: Archivo Reuters
El vicepresidente ejecutivo de la firma bananera Reybanpac, Vicente Wong Naranjo, explica los retos a los que se enfrentará el sector el próximo año y resalta su aporte a la economía. Reitera la necesidad de lograr acuerdos para empujar las exportaciones.
El último trimestre del año siempre es decisivo para el sector bananero, por la definición de contratos y fijación del precio de la caja de la fruta. ¿Cómo se están moviendo antes del cierre de año?
Estamos analizando cada situación por la que ha transitado el sector, como la caída de precios y la sobreoferta de fruta. Por ejemplo, este año no ha habido una temporada alta, producto de la pandemia. El mercado ‘spot’ o de venta emergente ha estado muy por debajo del precio mínimo de sustentación (PMS), que es de USD 6,40. En los últimos 16 años este escenario solo se ha presentado tres veces. La cantidad de oferta que existe en el mercado mundial también marca un escenario complejo. No solo Ecuador tiene picos de producción sino también Costa Rica, Guatemala y Colombia. Toda esa fruta la han tenido que procesar los mercados del Mediterráneo y de Oriente Medio y eso se ve reflejado en los precios.
¿Los cuellos de botella que hubo en los picos de la emergencia se han superado? Se han ido solucionando. Los gremios y las autoridades hicieron un buen trabajo al habilitar corredores logísticos para evitar paras en sectores prioritarios. Además, el hecho de haber pasado una paralización previa en octubre del 2019, por el paro nacional, nos sentó bases para saber cómo coordinar y atender de forma más ágil los inconvenientes que se pudieran presentar. El ausentismo fue disminuyendo a medida que fue bajando el pánico. Los departamentos de salud de las fincas fueron puntos claves para dar seguridad a los trabajadores.
En medio de la sobreoferta de fruta, ¿qué factores se considerarán para la fijación del precio de la caja para el 2021? Más que factores, la industria debe ajustarse a las nuevas realidades si queremos seguir compitiendo en otros mercados. Para lograrlo se necesita un precio que permita tener ventaja frente a otros países, porque ese valor es el que se transa en el exterior.
¿El sector exportador tiene propuestas para ese precio? Lo razonable sería que no se eleve el precio, pero lastimosamente casi nunca hay consenso entre productores y exportadores. La fijación del precio es un tema político, porque lo decide el ministro del ramo, en este caso Agricultura. Lo que hemos reiterado es que hay una nueva realidad y a eso debe ajustarse todo el sector.
Pero siempre ha existido una disyuntiva entre exportadores y productores, por el precio de la caja, ¿por qué? Porque siempre los exportadores tratamos de explicar que los precios deben ajustarse a lo que el mercado da.
Los productores rechazan la postura de grandes exportadoras, porque dicen no entender al pequeño bananero. Se deben analizar todas las aristas. Lo que se ha vivido este año no tiene comparación con el 2019. Se debe medir la realidad del mercado y la de todos los jugadores. Por ejemplo, cuáles ofrecieron más seguridades, cuáles cumplieron contratos y cuáles pagaron el precio mínimo de sustentación.
Entonces, el escenario es diferente al del año pasado… Totalmente diferente y eso es lo que se debe analizar de forma transversal en el sector porque somos una cadena.
¿Cuáles son los nuevos desafíos con los que tendrá que lidiar el sector en el 2021? El Pacto Verde o ‘Green Deal’ que se impulsa desde la Unión Europea es un reto enorme que impactará al país porque limitará el número de fincas que realmente podrán hacer envíos a ese mercado. Desde el 2019 se ha venido trabajando en los Límites Máximos de Residuos (LMR) como parte de ese pacto. La industria ha cambiado y Europa es muestra de ello. Es algo que vino para quedarse.
¿El país está listo para atender esas nuevas exigencias? Lo estamos, pero significa un gran cambio que debe estar dispuesto a hacer el sector. Sobre todo, para quienes tienen a la UE entre sus principales mercados. En la pandemia, los que tenían ubicada su fruta en este destino se mantuvieron estables. Ese es un gran punto para considerar. Sin embargo, Ecuador tiene una tendencia un poco facilista y cuando las cosas se ponen complicadas en un mercado se migra a otro.
¿La normativa verde es del todo clara para el sector? Parte y parte. Hay desconocimiento y utopía porque si se quiere tener fruta que se produzca en ambientes ecológicos debería revisarse una serie de especificaciones que ellos exigen. Por ejemplo, para enviar una fruta limpia y verde, tal y como solicitan, se utilizan ciertos agroquímicos o productos en poscosecha que ahora están siendo normados con los LMR. Hay una contradicción entre lo que buscan como objetivo y lo que realmente ocurre en la producción. No debe existir una desconexión en ese sentido. Es un programa que se enfoca en garantizar lo que se pone en la mesa, pero se han olvidado de la finca.
¿Cuál será el impacto? En costos, sobre todo, por las certificaciones para poder ingresar a la UE que estarían en el orden de USD 1,68. Estos valores difícilmente el mercado los podrá reconocer con el panorama actual. Es una situación complicada porque si no se hacen adaptaciones puede significar pérdidas de divisas, empleos, problemas innumerables en cuanto a costos y restricciones.
¿La sobreoferta también es un reto para el próximo año? Por supuesto. No solo Ecuador ha crecido a pasos agigantados sino varios países de la región que, con un hectareaje menor, tienen más productividad. Hay nuevos jugadores en el mercado que no se los tenía antes. México y Guatemala son ejemplos. Además, un punto que le quita ventaja a Ecuador frente a sus competidores es que varios de ellos tienen TLC.
Han sido reiterativos como sector en la apertura con países asiáticos, ¿por qué? Porque es la única posibilidad de reducir los aranceles que se imponen y ganar más presencia en esos mercados. Estas economías son las que más rápido se van a reactivar en la pospandemia y es necesario tener las herramientas para crecer. Con China, Japón y Corea, por citar, tenemos aranceles que están entre el 10 y 20%.
El acuerdo con EFTA está a punto de entrar en vigor. ¿Qué oportunidades representa? Es una buena oportunidad. Es necesario tener como país la mayor cantidad de destinos; más aún ahora, que existe una sobreoferta. ¿Cómo cerrarán el 2020? Somos optimistas y se espera un crecimiento, a pesar de la situación económica mundial. Pero la pandemia aún no ha terminado y puede haber un rebrote.
Su hoja de vida Formación. Economista por la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
Experiencia. Vicepresidente Ejecutivo de la empresa Reybanpac, fundada en 1977.
Participación gremial. Ocupó el cargo de presidente del Directorio de la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei) y fue presidente del Directorio de la Cámara de Comercio Ecuatoriano–Rusa. Actualmente es miembro del Directorio de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador y vicepresidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano – China.
Vicente Wong Naranjo, vicepresidente ejecutivo de la firma bananera Reybanpac. Foto: cortesía