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  • Playa de Oro apunta a la miel de abeja

    Marcel Bonilla

    Marcel Bonilla  (F)
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    Las 85 familias que habitan en la comunidad de Playa de Oro, norte de Esmeraldas, son parte de un proyecto apícola.

    Esa población, donde habitan afroesmeraldeños, conserva sus tradiciones como la producción de miel, debido a que cuentan con una rica masa boscosa, junto a la Reserva Cotacachi-Cayapas.

    La proyección anual es producir, inicialmente, 20 kilos de miel por cada una de las tres colmenas instaladas, es decir uno 600 kilos hasta finales de año, que le representará a la comunidad USD 15 000, cifra que puede aumentar.

    Para el efecto se ha preparado en apicultura a 15 jóvenes que están dedicados a la producción de miel, con apoyo técnico de la Unidad Forestal de la Prefectura de Esmeraldas.

    Jorge Moor, uno de los líderes responsable de Playa de Oro, se encarga, con 14 jóvenes más, de cuidar el proceso de producción que empezó hace un mes, después de la implementación de 80 000 abejas y de los equipos.

    Martha Corzo cuenta que tienen la experiencia ancestral en la producción de miel, pero con las técnicas aprendidas cree que podrán doblar la producción de almíbar, como es el propósito.

    El proyecto en marcha pretende un desarrollo económico con la veta de miel, la creación de una marca y traspasar la cultura ancestral de una de las comunas más antiguas del país, ubicada en el cantón Eloy Alfaro.

    Este proceso empezó en septiembre del 2019, con apoyo de la Dirección de Fomento Productivo de la Prefectura de Esmeraldas, que realizó trabajo de campo con emprendedores de Playa de Oro.

    Los emprendedores usan equipos de protección, ahumadores y palancas para apicultura. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Los emprendedores usan equipos de protección, ahumadores y palancas para apicultura. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES

    En la zona existen plantas melíferas, que son las que tienen el néctar y polen que necesitan las abejas para desarrollarse y producir la miel, explica Fred Corozo, técnico forestal de la Prefectura.

    Históricamente, los habitantes de Playa de Oro han trabajado con las abejas melíferas y las meliponas. Por eso, antes del inicio del proyecto se realizó un estudio para determinar si había suficiente carga melífera.

    Durante la implementación, las colmenas fueron instaladas a 20 minutos de la comunidad. Los emprendedores cuentan con 13 equipos de protección, ahumadores y palancas para apicultura, como parte de una primera fase.

    La segunda fase contempló la adquisición de alzas de colmenas y medias alzas, que son cajas que contienen cera para comenzar la producción de miel. Y se sembraron plantas melíferas comestibles, como cítricos y aguacates.

    Entre junio y julio será la tercera fase, que implicará la primera cosecha y la compra de nuevos equipos con financiamiento de la institución, explica Raúl Quintero, técnico de Fomento Productivo.

    Todo el proyecto apunta al desarrollo de la bioeconomía de los habitantes de Playa de Oro, por ser la miel un bioemprendimiento donde se potencia todo el recurso natural de la zona.

    Lo que se busca al final del proceso es mejorar las condiciones de vida de los nativos, pero también aportar a los demás cultivos de la comunidad.

    Datos

    En este proyecto,  la Prefectura de Esmeraldas ha invertido USD 20 000.
    La comunidad y  el Cabildo de Playa de Oro destinarán USD 10 000, que también servirán para desarrollar la marca que llevará la miel producida.
    Unos de los principales mercados para la venta de la miel son las provincias fronterizas con Esmeraldas.
    Los planes de negocios se elaboran con apoyo técnico de Fomento Productivo de la Prefectura.
    Un proyecto similar se cumplió hace un año en Quinindé, con afros y montuvios de la zona.

    El trabajo se cumple en a comunidad de Playa de Oro, en el norte de Esmeraldas. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
    El trabajo se cumple en a comunidad de Playa de Oro, en el norte de Esmeraldas. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • 12 variedades de miel es su oferta

    Mayra Pacheco (F.)
    Contenido Intercultural

    Cada frasco de miel Ajala evoca la diversidad de cada zona del país. Las personas que degustan este producto, que es orgánico, pueden apreciar una variedad de sabores, según el lugar en el que fue cosechada esta jalea.

    Juan Aguirre, propietario de Indumiel, que comercializa este endulzante natural desde hace 20 años, comenta que esta sustancia adquiere un sabor particular, en función del sitio en el que las colmenas construyen sus panales.

    El aroma, tono y sabor diferente provienen de los cultivos que están en el entorno del panal.

    Así, en Cotopaxi esta jalea tiene un toque de eucalipto; en Manabí de frutas tropicales; en Guayllabamba predominan los aromas de aguacates; y en la reserva ecológica Pululahua esta sabe a matico y ruda silvestre.

    Indumiel ha identificado al menos 200 tipos de miel en Ecuador. Pero, actualmente, comercializa alrededor de 12 variedades.

    Este descubrimiento de la miel de abejas se dio a propósito de que Mirian Franco, esposa de Aguirre, recibió un tratamiento de apicultura debido a problemas en las articulaciones. Ella empezó a consumir miel y hacía terapias alternativas con estos insectos.

    Esto les permitió conocer de cerca los beneficios que ofrecen estos pequeños insectos para la salud de las personas. Por esto, se dedicaron a trabajar en la producción y recolección de miel.

    Aguirre y Franco están pendientes de las colonias de abejas. Tienen identificado los sitios donde construyen sus panales y saben cómo y cuándo recoger la miel.

    Cada sustancia es envasada de acuerdo con la zona en el que recolectada para conservar sus cualidades. El proceso es artesanal y el producto es natural.

    Indumiel ofrece paquetes con mieles de varios sabores. Foto referencial: Pixabay
    Indumiel ofrece paquetes con mieles de varios sabores. Foto referencial: Pixabay


    Pedro Almeida
    , cliente de Indumiel, consume desde hace un año este producto. Él comenta que el producto es especial, porque el sabor varía según su origen. Además, es pura. “Me llama la atención que producen mieles de diferentes partes del Ecuador”.

    Almeida emplea, de manera habitual, la miel como endulzante. Compra un frasco de 750 mililitros que para un mes. En esto invierte alrededor de USD 15.

    En el proceso de cosecha Indumiel cuida que las acciones que realizan no afecten al desarrollo del entorno natural.

    Aguirre cuenta que estos insectos, que cumplen un rol indispensable en el ecosistema, están desapareciendo. “Las colonias (grupos de abejas) se han reducido debido al cambio climático y a la intervención del hombre”.

    Esta realidad les motiva a ser cuidadosos en los procesos.

    La empresa comercializa miel, polen, propóleo, turrón semiblando, miel con macadamia, polen granulado, kits de variedades de miel. En promedio ofrecen 12 productos. Los costos de estos oscilan entre USD 1,50 y 30.

    Para almacenar la miel se emplean frascos de vidrio y tapas que permiten realizar un sellado hermético. Estos se adquieren en Distribuidora Castro, en Quito. En promedio, Aguirre adquiere 84 unidades para la cosecha de cada temporada. El precio de los envases varía, según el tamaño. Se encuentra de USD 1, 2, 3 o más.

    Aparte de estos productos se ofrecen también talleres sobre producción y cosecha de miel, el mundo de las abejas, terapias con estos insectos. La facturación de Indumiel es de alrededor de USD 500 mensuales.

    El producto

    Los productos de Indumiel son 100% orgánicos. Para la cosecha se emplea técnicas tradicionales. Las personas pueden adquirir estos productos en el local de esta empresa. La dirección es calle Pungochaca N5-68 y avenida Intervalles, junto al peaje, en Tumbaco.
    La atención es de lunes a viernes de 14:00 a 19:00.

    Las terapias
    alternativas de salud con abejas tienen un costo de USD 10 cada sesión. También se imparten talleres sobre abejas y miel. Estos cuestan USD 15.
    Para pedidos de miel, productos derivados o servicios las personas se pueden comunicar al 099 814 8649.

    Juan Aguirre (centro) realiza también talleres sobre la recolección de miel y los beneficios de la apicultura. Foto: Cortesía Casa Raíz EC
    Juan Aguirre (centro) realiza también talleres sobre la recolección de miel y los beneficios de la apicultura. Foto: Cortesía Casa Raíz EC
  • Un endulzante negocio que le apuesta a la belleza y al vino

    Redacción Quito

    Si usted creía que la miel de abeja servía solo como un endulzante natural para elaborar caramelos, turrones, barras energéticas y granola, quizás es hora de que vea más allá.

    Hace 22 años, un apicultor ecuatoriano que vendía frascos de miel, informalmente, identificó una oportunidad en otro tipo de productos con base en el endulzante: cremas hidratantes, antimanchas, champú, vinos y colirios.

    Él es Guillermo Jaramillo, propietario de Apicultura Nacional (Apinal), quien detectó la necesidad de los quiteños por disponer de una alternativa de medicina natural. Al ser un experto en las propiedades de la miel de abeja, emprendió.

    Arrancó con la comercialización de propóleo, una mezcla resinosa que obtienen las abejas de los árboles y que tiene propiedades antisépticas, antivirales y antiinflamatorias.

    Luego fue incorporando otras líneas. Invirtió USD 18 000 para la compra de colmeneros, maquinaria, así como en el envasado de los productos.

    Jaramillo tuvo cuatro hijos que crecieron en medio de las abejas y de Apinal. Pero solo el último de ellos, Patricio, se interesó por el negocio familiar. Así, hace 10 años, este abogado decidió formar parte del negocio y dividirse las tareas con su padre. Patricio es el encargado de la comercialización de los productos; su padre es responsable de la producción.

    La elaboración del portafolio de productos no surgió de un día al otro. Antes del lanzamiento de cada uno se investigaba y se realizaban varias pruebas con distintos ingredientes, para crear estos productos 100% naturales.

    Y así nació el vino con base en la miel. Sí, ¡vino! ¿Cómo? Se macera la miel en barriles de roble, entre 15 y 18 meses. «El vino de miel de abeja resultante no contiene ningún químico ni alcohol. En el caso de las otras bebidas, lo que determina el nivel de alcohol es el tiempo de añejamiento en el roble», explica.

    Las cremas faciales e hidratantes y el champú son hechos 100% de miel y no tienen aromas ni colores artificiales.

    Eduardo Estévez, propietario de una tienda que comercializa productos naturales con base en la miel y el azúcar, en Guayaquil, es uno de los principales compradores de Apinal; esta relación de negocios empezó hace un año y medio.

    Estévez cuenta que al principio solo compraba el champú y el vino, pero por la calidad compró otros ítems. «Aunque los productos cuesten un poco más, la calidad lo vale y el cliente vuelve».

    El negocio.

    Los costos Las cremas faciales. Estos cuestan USD 12. El champú vale USD 4,5, los vinos USD 8, los colirios USD 5 y los jabones USD 2,5.

    La venta. Esta microempresa tiene su local en la calle Carvajal y García de León, en el norte de Quito.

    8 personas trabajan: 3 en comercializar y 5 en producir.

  • Un panal de abejas dio alas a esta iniciativa

    Redacción Quito

    Para René Gutiérrez, la apicultura era una actividad que le atraía y que la practicaba eventualmente. En el 2006, cuando trabajaba como carpintero por su cuenta, recibió una visita: un panal de abejas de ‘alojó’ en una caja de madera que había elaborado.

    Al ver de cerca a estos insectos se animó para dedicarse a la producción de miel. Entonces vivía en el sector de Carcelén, en el norte de Quito, y para evitar problemas con los vecinos se mudó a Calacalí (una parroquia en el noroccidente de la ciudad).

    Junto a su esposa, Mayra Quishpe, arrancaron el negocio en el que invirtieron unos USD 20 000. El dinero sirvió para comprar una camioneta, madera para panales de abeja, entre otros insumos y materiales. Así nació Api Real, una microempresa que se dedica a la producción de miel de abeja.

    La primera producción, en el 2006, fue de 1 tonelada. En principio, no sabían cómo comercializar la miel, por lo que decidieron participar en la Feria de Durán. Gran parte del producto se vendió y conocieron a nuevos clientes.

    Una de sus fortalezas fue que ofertaron sus seis variedades: miel negra, miel de flores de ñacha, miel de flores de eucalipto, miel de alfalfa y trébol, miel de flores de moras silvestres y multiflora.

    Asimismo, han participado en otros eventos como la Feria Texturas, Colores y Sabores, organizada por Quito Turismo, desde el 2010.

    Hace dos años, la micro­empresa participó en un concurso para emprendimientos organizado por Quito Turismo, en el que alcanzaron el segundo lugar. Se hicieron acreedores de un local en el sector de La Ronda (centro de Quito).

    Ahora, Api Real también elabora otros productos a partir de la miel, como polen, propóleo, bálsamos de labios, cremas faciales, repelentes, desodorantes y jabones medicinales. Su facturación promedio mensual es de USD 4 000.

    Gustavo Cabezas, arquitecto, es cliente de Api Real, él comenta que adquiere dos veces al mes miel de abeja para su casa. Cabezas destaca la pureza y el sabor de la miel, «que se diferencia de otras que están en el mercado.

    En ello coincide Belén Cordero, diseñadora de interiores. «El sabor de la miel es especial, por eso llevo cuatro años comprándola». Al mes, Cordero adquiere unos dos litros; también compra otros ítems, como cremas y champú La miel

    Los panales. Actualmente, Api Real cuenta con panales en El Tingo, Guay­llabamba y Cayambe.

    La planta. El procesamiento de la miel lo realizan en su base de operaciones ubicada en Carcelén.

    Producción. En temporada alta cosecha 1 tonelada de miel.

    Cifras. 4 000 dólares factura al mes