Etiqueta: aceite

  • El aceite de aguacate es la oferta de su negocio

    Redacción Quito

    Relacionadas

    La necesidad por encontrar productos naturales recomendables para la piel y el contacto con el aguacate impulsaron a María Clara Dávalos a posicionar su marca en el mercado nacional.

    Dávalos desarrolló su emprendimiento Oilosophy a finales del 2011. Esta iniciativa se formó a partir del trabajo en conjunto que la mujer realiza en la microempresa de su padre, Mauricio Dávalos.

    En este establecimiento se producen aceites de aguacates extra virgen con productos 100% naturales. María Clara es la gerente comercial del negocio. A partir de esta iniciativa, esta emprendedora decidió elaborar sus propias muestras de aceites de aguacate con otros ingredientes humectantes para la piel. “Probé mis primeros productos en mi piel y cabello resecos y me dieron excelentes resultados. Empecé a recomendar a mis amigos y familia”.

    Tras observar la acogida por parte de sus clientes, Dávalos decidió capacitarse a través de cursos de cosmética natural. Según la emprendedora, los aceites de Oilosophy son personalizados. Realizan estos insumos a partir de un análisis del tipo y el problema de piel de cada cliente. Los aceites son elaborados bajo la supervisión de una ingeniera química que trabaja dentro del emprendimiento. “Trabajo con una profesional para perfeccionar cada una de mis esencias corporales” añade Dávalos.

    La empresa cuenta con una línea de productos enfocados en los problemas más comunes de la piel y el cabello, como falta de humectación, quiebre de puntas e irritación de los mismos. Estos insumos son aceites corporales, aceites para bebés, jabones en barra, jabones cremosos, serum antiarrugas, antioxidantes e hidratantes para el rostro y el cuero cabelludo.

    En los próximos meses, la marca lanzará productos para el cabello, entre otros insumos. “Estas innovaciones se realizan con aceites extra virgen de aguacate e ingredientes nacionales” añade. La microempresa tiene cuatro personas que colaboran en la fabricación y distribución de los insumos. Dávalos se encarga de la administración de la marca.

    En cuanto a la materia prima, la emprendedora asegura que su principal proveedor es Uyumafarms. Este negocio realiza la extracción de los aceites de aguacate extra virgen. La manteca de cacao, los aceites esenciales, entre otros componentes se obtiene de comunidades y productores del Ecuador. Ciertos ingredientes provienen del extranjero como la India, Francia, entre otros.

    Dávalos asegura que la mayoría de sus productos se elaboran con ingredientes activos, lo que significa que no tienen mezclas con ingredientes nocivos ni emulsificantes.

    Lizbeth Ruiz es una joven que sufre de irritaciones en la piel y el cuero cabelludo. Ella manifiesta que la idea le parece interesante por sus ingredientes naturales y antialergénicos. La emprendedora manifiesta que Oilosophy es una marca responsable con el medio ambiente. Los envases de los aceites se realizan con material reciclado. De la misma manera la producción de estos no contamina el planeta, según Dávalos.

    La inversión inicial de la microempresa fue de, aproximadamente, USD 1 500. Esta cifra se invirtió en materiales, ingredientes, producción y reconocimiento en el mercado nacional. En los últimos años, el emprendimiento se distribuye en grandes, medianas y pequeñas empresas del país.

    Asimismo, Oilosophy se ofrece en Quito, Cumbayá y Cuenca. En el 2017, año en el que empezó con la distribución de sus insumos, la iniciativa facturaba alrededor de USD 500 mensuales. En la actualidad, sus ingresos mensuales son de USD 4 000.

    María Clara Dávalos exhibe su línea de productos naturales a base de aguacate en la oficina de su emprendimiento ubicado en el norte de Quito. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    María Clara Dávalos exhibe su línea de productos naturales a base de aguacate en la oficina de su emprendimiento ubicado en el norte de Quito. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Reciclan aceite de cocina para generar biodiésel

    Mayra Pacheco

    Relacionadas

    El aceite de cocina que se desecha a diario en casas, restaurantes, hoteles, atuneras tiene un valor especial en Arc y Pieper.

    Desde hace tres años esta empresa ubicada en Alangasí, al suroriente de Quito, compra el aceite comestible usado. Este producto, que llega en canecas de diversos tamaños, es filtrado y almacenado para luego exportarlo a Holanda.

    El aceite sale en unas bolsas herméticas, que tienen capacidad para 23 toneladas, hasta el puerto de Guayaquil. Desde ahí se traslada el producto a Holanda, donde se lo transforma en biodiésel.

    La iniciativa de emplear este producto comestible como materia prima para producir derivados surgió en el 2012, tras un estudio que realizó Bessel Pieper, gerente de Arc y Pieper.

    Para este emprendedor nacido en Holanda, emplear este residuo en la producción de combustibles era una práctica conocida en su país, desde hace 45 años. Pero en Ecuador esto no ocurría.

    Un estudio que hizo en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Uruguay identificó que el aceite era mal utilizado en otros procesos, arrojado a sumideros o en la basura común.

    Estas prácticas representan un riesgo para la salud y el ambiente, refiere Ana Vega, gerenta de proyectos de la empresa.

    Por esto, Pieper decidió construir una planta de reciclaje de aceite comestible usado. La iniciativa contó con el respaldo de Pro Ecuador de Rotterdam, Holanda. El proyecto se concretó en el 2015, tras invertir USD 250 000.

    Desde entonces, Arc y Pieper recolecta el aceite comestible que se produce en las casas o en industrias. Entre sus usuarios están cadenas de restaurante, hoteles, hospitales, atuneras y otros. En total, cuentan con 1 600 clientes.

    La Tablita del Tártaro ha entregado 2 400 litros de aceite desde que se inició el convenio en marzo de este año. A cambio, la empresa da mantenimiento a la trampa de grasa. “El servicio es ágil y confiable”, expresa William Medina, coordinador de Seguridad, Salud y Ambiente de esta cadena.

    La firma Seafman, en cambio, entrega desde junio pasado el aceite que queda del procesamiento de atún. El residuo se junta en contenedores que tienen capacidad para una tonelada. Hasta la fecha ha entregado dos tanques.

    El aceite que llega a la planta recicladora viene en canecas de 20 litros de capacidad mínimo. El proceso de recolección se hace en camiones en función de la disponibilidad de los clientes. El servicio se presta a escala nacional.

    Por cada litro de este residuo Arc y Pieper paga USD 0,10.

    La recicladora está registrada en el Ministerio de Ambiente con uso final: biodiésel. Esto les permite emitir un certificado de tratamiento y disposición de desechos. Este es un requisito para autorizar el funcionamiento de ciertos establecimientos.

    Cada año, en promedio, se recolecta y exporta 2,3 millones de litros de aceite usado. Esto genera una facturación de alrededor de USD 580 000 al año.

    Para quienes no utilizan aceite en cantidades industriales, las personas pueden dejar el aceite en botellas de plástico etiquetadas en los puntos de acopio autorizados por el Patronato San José de Quito. En este caso, por cada litro de aceite entregado Arc y Pieper entrega material didáctico para los Guagua Centros.

    Con este tipo de acciones, Pieper y Vega espera mitigar en parte la contaminación y aprovechar este residuo para convertirlo en un recurso. Para este proceso cuentan con una certificación ISCC, emitida en Holanda.

    Su labor les ha permitido ganar reconocimientos nacionales e internacionales. En este año recibieron la distinción Iniciativa Verde del Ministerio de Ambiente y el premio de calidad de Business Initiative Directions, en Suiza.

    Además, se encuentran entre los 30 finalistas de los premios Latinoamérica Verde. Para este concurso se presentaron 2 733 proyectos de ocho países. La selección se hará en agosto.

    Más adelante, las metas de Arc y Pieper son construir una miniplanta para producir biodiésel en Ecuador, junto con la Universidad Estatal de Bolívar; e implementar un sistema de microfranquicias para involucrar a las mujeres en el reciclaje de este residuo.

    El aceite comestible usado que llega a la planta recicladora en canecas es filtrado para almacenarlo y luego exportarlo vía marítima a Holanda. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    El aceite comestible usado que llega a la planta recicladora en canecas es filtrado para almacenarlo y luego exportarlo vía marítima a Holanda. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • El aceite utilizado de cocina se exporta

    Marcel Bonilla

    Relacionadas

    Ocho toneladas métricas de aceite de cocina utilizado recoge al mes la empresa de Servicios Técnicos en Ingeniería & Ambiente (Servitec), de más de 300 locales de venta de comida en el cantón Esmeraldas.

    Este aceite es almacenado en un centro de acopio, donde existe un tanque para 10 toneladas métricas, que luego son exportadas hacia Colombia, por la frontera norte de Ecuador.

    En la planta, el producto es sometido a un proceso de filtrado para quitar humedad y luego ponerlo en recipientes plásticos de 100 litros cada uno. El aceite es entregado a empresas que lo utilizan para obtener biodiésel y grasas lubricantes, después de ser sometidos a procesos industriales en Colombia, explica uno de los técnicos de la empresa.

    La producción de aceite que desechan los comedores, locales de comidas rápidas y cadenas de restaurantes en Esmeraldas, es comprado a USD 0,15 el litro por esta empresa, que entrega a los clientes un certificado de buenas prácticas ambientales.

    Servitec nació hace dos años como una iniciativa en la parte ambiental. Vladimir Madrid, gerente de la empresa, explica que con un crédito de BanEcuador de USD 20 000, han logrado dar mayor impulso al negocio del aceite; la inversión total para impulsar este negocio supera los USD 70 000.

    A más del aceite usado de cocina también se recogen seis toneladas de grasa animal, al mes, a través del camal Municipal de Esmeraldas, donde se faena un promedio de 600 reses al mes.

    El propósito de la empresa es generar conciencia entre la población sobre el cuidado ambiental, a partir de darle un destino final a los residuos de aceite para que no sean vertidos en las alcantarillas.

    Desde el mes anterior, la cobertura para llegar a la meta es de 10 toneladas métricas mensuales; por eso, la empresa se ha extendido hasta los cantones de Atacames, San Lorenzo, Rioverde y Quinindé. A este proceso se suman compañías privadas.

    El retiro de aceite al mes les representaba a las empresas pagos por hasta USD 5 000, pero ahora reciben un desembolso de Servitec, y un documento de buenas prácticas de la empresa.

    La empresa usa como estrategia para la recolección de aceite, la distribución de 1 200 canecas plásticas, las que se retiran cada cuatro días con el producto, que es almacenado en la planta.
    Vladimir Madrid explica que el trabajo no solo es retirar el aceite, sino orientar en la parte ambiental y de salud, explicando los efectos negativos de utilizar aceite usado, en la elaboración de balanceados para animales.

    El director de Higiene Municipal, Nelson Muela, es uno de los que ayuda a promover una ordenanza para que los dueños de locales de comida entreguen el aceite a empresas como esta, y reciban descuentos en el costo de permisos, una vez que esté aprobada la ordenanza de aceites usado de cocina, en 60 días más.

    Servitec apunta a rebasar las 20 toneladas mensuales hasta el primer semestre del próximo año, para abrirse paso a mercados de Europa, que compran el producto a mejor precio; por ahora seguirán enviando a Colombia.

    Con la cantidad de locales con los que trabajan en Esmeraldas, se pueden producir 50 toneladas de aceite al mes.

    El aceite es almacenado en un centro de acopio en Esmeraldas. En la planta, el producto es sometido a un proceso de filtrado para quitar humedad. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
    El aceite es almacenado en un centro de acopio en Esmeraldas. En la planta, el producto es sometido a un proceso de filtrado para quitar humedad. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • La reutilización de aceite y filtros es parte de su plan

    Redacción Quito

    Relacionadas

    El aceite para carro, los filtros y las franelas con líquidos automotrices son considerados desechos peligrosos para el ambiente. Ante esto, Teojama Comercial apostó por reforzar su programa de reciclaje de estos insumos.

    Teojama, una empresa dedicada a la comercialización de camiones pesados, desarrolló en el 2014 un programa para el tratamiento de estos materiales y sustancias.
    Si estos productos entran en contacto con el agua pueden afectar a la salud de las personas, a la flora y a la fauna del país.
    Para David Álvarez, jefe de Seguridad, Salud y Ambiente de la firma de vehículos pesados, la empresa cumple con el objetivo de cumplir con la normativa vigente y, sobre todo, ayudar al cuidado del ambiente. “Las autoridades de Gobierno siguen de cerca la manipulación de estos insumos”.
    Gracias a esta iniciativa, la firma recopiló desde un total de
    114 448 litros de aceite usado durante el año anterior. Además se recolectaron 7 216 kilos en filtros.
    Tanto el aceite como los filtros se entregan a diferentes gestores ambientales que operan en Quito.
    Cada uno de los productos contaminantes tiene su empresa que se hace cargo de la eliminación de los desechos peligrosos o la reutilización de los mismos.
    Para ello se elaboró un plan de manejo ambiental, que les permite tener los lineamientos necesarios para la manipulación de los insumos o líquidos contaminantes generados por este sector, explica Álvarez.
    Esta iniciativa ambiental se realiza no solo en la capital. También se ha extendido en las nueve agencias que tiene Teojama Comercial a escala nacional.
    Según el Jefe de Seguridad, Salud y Ambiente de Teojama, lo importante es que varios productos se reutilizan para evitar gastos de las empresas de gestión ambiental y de otras firmas que ocupan ese aceite. Cuando una empresa utiliza ese aceite u otro producto ahorra. También, se impulsa a cuidar el ambiente. “Cada firma tiene presente la calificación ambiental, que garantiza su labor”, asegura Álvarez.
    Luego de extender su programa de responsabilidad social en sus agencias, Teojama estima que apoyará más este programa, que se extenderá en el tiempo.
    La capacitación a los transportistas es otro pilar del programa de responsabilidad de esta empresa.
    Durante el año, la firma organiza 50 talleres para incentivar a los transportistas para que realicen un mantenimiento constante de sus vehículos y así apoyen al cuidado del ambiente, afirma Geovanni Proaño, gerente de Servicios de Teojama Comercial.
    Los talleres duran cuatro horas y se realizan una vez a la semana. A estos cursos llegan hoy en día 27 personas.
    La tecnología es otro eje de su plan de responsabilidad ambiental. La empresa hizo una inversión en maquinaria para mejorar los procesos para los vehículos y que se evite el consumo innecesario de combustibles, señala. “Con el uso de tecnología reducimos el impacto en el ambiente”.

    En las agencias de Teojama Comercial se recicla aceite usado, filtros e insumos con líquidos automotrices. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    En las agencias de Teojama Comercial se recicla aceite usado, filtros e insumos con líquidos automotrices. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • La exportación de aceite también activa el puerto

    Marcel Bonilla (I)

    Relacionadas

    Redacción Esmeraldas

    Los buques con capacidad de hasta 10 000 toneladas métricas de aceite de palma, acoderados en el puerto de Esmeraldas, reflejan la intensa actividad comercial del producto que sale al exterior.

    Las empresas aceiteras como Biopalm, con sus terminales en el puerto (APE); Acograsas, en la Zona de Apoyo Logístico S.A (Zalsa), CI. Ecopalma (Tachina-vía al aeropuerto Carlos Concha) y Oliojoyas (vía Atacames), revelan la importancia que tiene este movimiento industrial, para la economía local y provincial.

    El negocio del aceite mueve más de USD 300 millones anuales en exportaciones. “Esa cifra refleja la importancia que tiene este sector en la economía del país y su aporte a la balanza comercial”, explica José Castillo, del Colegio de Economistas de Esmeraldas.

    Por ese puerto se exporta aceite rojo de palma desde el año 2002, y fue la empresa Oliojoyas la que empezó a enviar hacia Venezuela por Esmeraldas, luego de hacerlo por el puerto de Guayaquil. También lo hacen CI. Ecopalma, Epacem, Danec, Ales y Aexpalma.

    Entre el 2013 y 2014, por esta área portuaria se exportaron en total 286 547 toneladas métricas de aceite, que representan más de 50% (546 191 toneladas) del producto que salió al exterior por Guayaquil, Manta y Puerto Bolívar en ese mismo período.

    Esto se debe a que las grandes plantaciones se encuentran ubicadas en los sectores de San Lorenzo, Quinindé, Las Golondrinas (Esmeraldas); La Concordia (Santo Domingo de los Tsáchilas), cuya producción se exporta por el puerto esmeraldeño.

    En el año 2014, la producción de aceite en el Ecuador alcanzó las 484 006 toneladas, y se exportaron 263 610; de esas, 134 568 salieron por el puerto de Esmeraldas, el resto se lo hizo por Guayaquil, Manta y puerto Bolívar.

    La producción proyectada para el 2015 es de 508 000 toneladas y de esta cifra se espera alcanzar una exportación de unas 287 000 toneladas. Hasta junio, por Esmeraldas, han salido 59 113 toneladas.

    Por el uso de la infraestructura portuaria le significa a la institución un promedio de USD 5,3 millones al año; es decir, el exportador paga entre USD 3 y 4, por cada toneladas que sale por ese Puerto.

    Patrick Montaño, gerente de Autoridad Portuaria de Esmeraldas, señala que la exportación de aceite mueve la economía local y hace más activo el puerto.

    Durante el año 2014, los principales mercados hacia donde se dirigió el aceite de palma fueron Venezuela con el 48% de las exportaciones, Colombia (28%), Europa (9,8%), México (1,3%), EE.UU. (1,8%), República Dominicana (2,7%) y Chile con el 4,5%, según un reporte anual de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma).

    Mario Alzamora, gerente de la exportadora Oliojoyas, señala que Venezuela es un comprador importante, hacia donde se exporta desde 1994. Esas operaciones permitieron arrancar el negocio por el Puerto de Guayaquil.

    La actividad exportadora ha ido creciendo pese a los inconvenientes que ha ocasionado en la industria la plaga de pudrición de cogollo (PC). Este mal afectó principalmente a las plantaciones del norte de la provincia de Esmeraldas y provocó pérdidas en las exportaciones en unos USD 16 millones durante el 2014.

    De acuerdo con la Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Africana (Ancupa), la producción de palma en el país crece a un ritmo de 7 a 10 % anual, en promedio, durante los últimos 10 años.

    Para el presidente de los pequeños productores de palma de la parroquia de Viche, Luis Valverde, esos volúmenes deben verse reflejados en los precios, para los aproximadamente 7 000 palmicultores que trabajan en el país.

    El 42% de ellos tiene entre una hectárea y 10. Otro 21%, entre 11 y 20 hectáreas; un 24% es propietario de entre 21 y 50 hectáreas; y el valor restante supera esa cifra.

    Valverde explica que para este sector, el aceite crudo de palma es el principal producto de exportación y representó el 58% del total comercializado en año 2014.

    De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Agricultura, el 2012 fue un año récord de exportaciones ecuatorianas de aceite cuando se vendieron 276 000 toneladas, luego de que en el 2010 fueron 130 000.

    La exportación de aceite de palma se realiza por el Puerto Comercial de Esmeraldas hacia Venezuela, México, Perú, Alemania, Chile e Inglaterra, desde 4 terminales de almacenamiento. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES.
    La exportación de aceite de palma se realiza por el Puerto Comercial de Esmeraldas hacia Venezuela, México, Perú, Alemania, Chile e Inglaterra, desde 4 terminales de almacenamiento. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES.
  • La Fabril envasará y venderá el aceite de oliva español Carbonell

    Washington Paspuel (I)

    Relacionadas

    Con una sofisticada degustación de platos de mar, la firma ecuatoriana La Fabril presentó la noche del jueves 9 de julio del 2015 en Guayaquil, la marca de aceite de oliva Carbonell. Tras la firma de un convenio con el conglomerado español de aceites embotellados Deoleo, propietario de la marca Carbonell, La Fabril envasará y comercializará de forma exclusiva el producto.

    Durante la velada de presentación del producto, el chef Santiago Granda se encargó de preparar un ceviche mixto que aderezó con el aceite de oliva y lo ofreció a los invitados, en el Gran Salón de las Artes del Hotel Wyndham, ubicado en el pintoresco barrio Las Peñas, en el centro de Guayaquil.

    La Fabril comercializará en el mercado ecuatoriano el aceite de oliva Carbonell en sus dos opciones, Virgen y Extra Virgen, y en sus diferentes tamaños.

    El convenio entre La Fabril y Deoleo se firmó el pasado 1 de julio en Quito. El presidente de la firma española, José María Vilas consignó el acuerdo en la Cámara Oficial Española de Comercio de Quito. Así, la Fabril se encargará de la venta de la marca en alrededor de 30 000 puntos de comercialización en todo el país. Ecuador será también el epicentro de la distribución del producto para los mercados vecinos de Colombia, Perú, Venezuela y Chile, según detalló la firma.

    La marca Carbonell está presente en 60 países. Según los directivos de La Fabril, el convenio con Deoleo reviste trascendencia, pues es la primera vez que el gigante español de aceites comestibles y aderezos le confía a una firma de otro país el envasado y comercialización de una de sus marcas estrellas. “Es bueno para nosotros por conseguir un socio y bueno para La Fabril porque tiene nuevas posibilidades de expansión”, consideró Vilas.

    La Fabril debió desarrollar un envase PET durante siete meses para el aceite de oliva y adaptó una línea de producción exclusiva para el envasado del producto.

    La española Deoleo es propietaria de una serie de marcas de aceites comestibles, además de marcas de vinagres, salsas y aceitunas de mesa. Con ocho marcas de aceite de oliva, es considerada líder en el mercado mundial de este aderezo, con presencia en 100 países.

    La empresa ecuatoriana La Fabril envasará el aceite de oliva de la firma española Deoleo. Foto: Mario Fasutos/ EL COMERCIO
    La empresa ecuatoriana La Fabril envasará el aceite de oliva de la firma española Deoleo. Foto: Mario Fasutos/ EL COMERCIO
  • Más variedades de aceite de aguacate

    Ricardo Cabezas

    Relacionadas

    Uyama Farms nació en San Nicolás de Mira (Carchi), en el 2006, en medio de 75 hectáreas de aguacates en las variedades hass y fuerte. Un año después, cuando fue instalada la maquinaria, comenzó la producción de aceite virgen envasado, en cuatro presentaciones.

    Aceite natural, macerado con ají, original y con hojas de aguacate son los productos estrella que oferta esta firma agroindustrial desde hace siete años, bajo la marca Mira Naturals. Su sabor natural es utilizado en la cocina gourmet y en la preparación de platos que contienen pescado y pollo.

    Más de 50 trabajadores laboran en las áreas agrícola e industrial. Se calcula que la hacienda produce más de 11 000 kg de aguacates al año; además, comercializa aguacate en fruta fresca entre 6 y 7 toneladas semanales, y procesa 5 toneladas por semana.

    La mayoría de insumos son naturales y adquiridos a proveedores locales, excepto el ají rocoto y las hojas de aguacate, que produce la factoría. Este artículo tiene aceptación en Japón, Corea, Alemania, Holanda, Suecia, Francia, España, Colombia y EE.UU.

    Mauricio Dávalos, presidente de la empresa, explica que la mezcla de aguacates hass y fuerte, utilizando un proceso de winterizado o descerado, ciento por ciento natural, hizo realidad el primer aceite de aguacate original que se produce en el Ecuador.

    Las marcas Mira Oil, Mira Chili Breeze, Mira Avocado Oil y Mira Naturals son el resultado de siete años de trabajo. Para Uyama Farms ha sido un reto posicionar este producto en el mercado nacional, “proceso que ha sido lento pero efectivo”, dice Vicente Herrera, gerente de Producción. La firma comercializa al mes, a escala nacional, 140 cajas de 24 botellas.

    “El mercado ha ido respondiendo, porque nuestra gente va conociendo las virtudes del producto que proviene de excelentes cultivos”, indica Herrera.

    Dos variedades de esta marca ganaron medallas de plata y de bronce, el 2013, en el primer concurso organizado por la Agencia para la Valorización de Productos Agrícolas, en Francia. El segundo y tercer lugares fueron obtenidos en las categorías nueces y granos.

    Uyama Farms alista tres nuevos aceites. Al primero se incorporaron 10 gramos de semillas de chía crocante y esencia de orégano. El segundo tiene una combinación de esencia de ajo con otras especias. Y un tercero con sabor a citrus, con ingredientes completamente naturales. María Clara Dávalos, gerenta de Uyama Farms, asegura que muy pronto este trío estará en el mercado. En el momento se finiquitan las certificaciones sanitarias.

    Mauricio Dávalos señala que estos noveles aceites están haciendo un aporte a la alimentación del mundo, porque el aguacate es rico en Omega 9 y es un ácido graso monoinsaturado, que baja el colesterol y limpia las arterias.

    En seis meses, la firma aspira a tener el aceite denominado ‘balance perfecto’, que es una mezcla de sacha inchi y aguacate, elaborado para ensaladas y otras recetas.

    La inversión de esta fábrica es de unos USD 6 millones. La planta está compuesta por una rampa de recepción, área de maduración, deshuesadora descortezadora, amasadoras, extractora de aceites al vacío y envasadora. La maquinaria es de origen italiano.

    En este año, según sus ejecutivos, se importarán una embotelladora y etiquetadora, para fortalecer el proceso de producción del aceite. Se estima que la inversión llegará a USD 500 000.

    Las variedades de productos que esta empresa oferta. En los próximos meses se alista la presentación de tres nuevos aceites. Foto: José Mafla/ LÍDERES.
    Las variedades de productos que esta empresa oferta. En los próximos meses se alista la presentación de tres nuevos aceites. Foto: José Mafla/ LÍDERES.

    En síntesis

    Proveedores. Los envases son de producción nacional. Antes se importaban las botellas desde Chile. La firma Cridesa suministra los frascos.

    En agenda. El siguiente paso de Uyama Farms es incursionar en la producción de una línea de cosméticos con base en el aceite de aguacate y la exportación de miel de abeja.

    Más iniciativas. Como derivación del aceite picante comercializará ají en polvo, elaborado con ají rocoto seco.

    Mauricio Dávalos es el presidente de Uyama Farms. La firma incrementa la producción con 30 hectáreas más de aguacate, en las variedades hass y fuerte. Fotos: José Mafla / LÍDERES.
    Mauricio Dávalos es el presidente de Uyama Farms. La firma incrementa la producción con 30 hectáreas más de aguacate, en las variedades hass y fuerte. Fotos: José Mafla / LÍDERES.
  • El 50% del aceite de palma ecuatoriano se exporta

    Redacción Quito

    Ecuador es el segundo productor de aceite de palma a escala regional. Así lo estableció la consultora Oil World tras un estudio efectuado entre septiembre del 2010 y octubre del 2011. El país tiene el 15,1% de la producción regional; Colombia es el líder con el 31,6% de la producción y Honduras está en tercer lugar con el 11,2%. El porcentaje restante (57,9%) se divide entre otros países.

    Otro dato lo tiene la Asociación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Ancupa): el gremio indica que la producción ha crecido de un 5 a un 10% anual en los últimos 10 años.

    Bajo este panorama se cumplió en Quito la III Conferencia Latinoamericana RSPO para la producción sostenible de aceite de palma. La jornada se cumplió la semana pasada con el respaldo de Ancupa, el Ministerio de Industrias y Productividad y la consultora Sambito.

    Representantes de Colombia, Brasil, Honduras, EE.UU., Francia y Malasia se dieron cita para debatir las futuras proyecciones del sector en Ecuador y América Latina y promover modelos de agricultura sostenible y bajo impacto ambiental.

    Francisco Dávila, presidente de Ancupa, indica que la actividad palmera ecuatoriana produjo el año anterior cerca de 450 000 toneladas de aceite; de esa cifra el 50% se exportó a países de la región como México, Perú, Venezuela, entre otros.

    Además, el dirigente señala que las exportaciones de palma generaron unos USD 500 millones en el 2011.

    “Esta actividad está constituida por 7 000 palmicultores. De esa cifra el 87% son pequeños agricultores que preparan sus cultivos con agricultura familiar motivando al desarrollo social y laboral”.

    Eduardo Chaguay, palmicultor desde el 2007, cree que es necesario vincularse a la línea ecológica que se da en el mercado mundial. Este agricultor llegó a Quito desde Quinindé (Esmeraldas) para escuchar y aprender nuevas estrategias para incentivar el cuidado ambiental. Cuenta que en promedio produce 18 toneladas de palma al año y espera incrementar este porcentaje en los próximos meses.

    Jens Messa-Disshington, presidente de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite de Colombia, aseguró que este tipo de eventos impulsan las relaciones comerciales entre países. A escala mundial Asia es el continente líder en producción de palma con el 89,2% del mercado; le sigue América con el 5,3%; África con el 4,3% y Oceanía con el 1,2%.

    La conferencia contó con el respaldo de la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible, certificadora del núcleo palmero. Este organismo nació en el 2004 para impulsar a gran escala una innovación en el sistema productivo de palma aceitera.

    La palma africana

    La planta. Es originaria de Malasia. Las plantaciones de palma comienzan a producir frutos a los 4 y 5 años de ser implantadas.
    En el país. Hay 250 000 hectáreas sembradas principalmente en Quinindé, Santo Domingo, Quevedo y San Lorenzo.

  • María Clara Dávalos, toda una artista para los negocios

    Santiago Ayala Sarmiento. Redacción Quito / LÍDERES

    No sabe ‘ni pío’ de números, pero ha dibujado a la perfección una carrera de empresaria que no sospechó jamás que iba a desarrollar. Pese a que lleva el linaje empresarial de su familia, a María Clara Dávalos poco o nada le interesaba saber sobre ingresos, egresos, utilidades, apalancamientos, flujos de caja, etc. Ella había nacido para el arte.

    Por eso, cuando su padre, el floricultor Mauricio Dávalos, le propuso hace ocho años que liderara el ambicioso proyecto de posicionar el aceite de aguacate en los mercados internacionales, se quedó en blanco. Primero, porque ella se consideraba artista, no empresaria. Y, segundo, porque no tenía la más pálida idea de lo que era ese producto.

    Había escuchado y hasta probado el aceite, en sus distintos versiones (soya, girasol, oliva…) y hasta sabía que en los terrenos de su familia florecían los aguacates para acompañar el locro de papas. Solo fue el día en que recibió la propuesta cuando vio que podía emprender una aventura que, a la vez, le dejaría enseñanzas más allá de los pinceles.

    Divorciada de su pareja, con quien vivió en España, regresó al Ecuador con su hija en brazos, de apenas 2 años y medio. En ese país había pasado cuatro años, combinando su vida marital con cursos de bellas artes en una pequeña academia del Puerto de Santa María.

    Tras la ruptura y ya en el país, quería montar una empresa de diseño para aplicar todo lo que había aprendido a lo largo de su recorrido por las aulas. La realidad fue distinta, el aguacate empezó a colorear sus amaneceres.

    Pero toda esta historia se remonta a 1999, cuando su padre introdujo en el país la variedad de aguacate ‘hass’ o palta, desde Chile. Antes solo había el aguacate guatemalteco. Mauricio recuerda que en el 2002, a través de la Internet, descubrió que dos años antes, en Nueva Zelanda, una empresa había producido por primer vez en el mundo el aceite extravirgen de aguacate. «Inmediatamente nos pusimos a averiguar. Y fue en el 2006 que recién decidimos instalar una fábrica para elaborar este producto. Buscamos maquinaria no tan costosa y solicitamos un crédito a la Corporación Financiera Nacional (CFN), para poner la fábrica y expandir los cultivos».

    Cuando todo estaba listo, él fue designado Ministro Coordinador de la Producción, a inicios del actual Gobierno. Por tanto, debía dejar el reto a uno de sus cuatro hijos. Y en ese momento, alineados todos los astros, María Clara, la segunda hija de la familia, recibió la propuesta.

    «Sin ella, creo que habría sido imposible el poder hacer el desarrollo de todos estos productos. Es muy dulce y firme a la vez. Ella ha manejado todo sin haber tenido una formación académica para esto. Y lo ha logrado por su excelente forma de relacionarse con los clientes, saber inglés y desenvolverse muy bien. Fue un gran acierto haberla involucrado», dice Mauricio.

    Trabajar con un producto que tiene apenas 14 años de edad en el mundo y competir con otros aceites como el de oliva, que lleva 4 500 años de vida, no es tarea sencilla. María Clara empezó desde cero: tuvo que organizar la planta -con la ayuda de un ingeniero industrial italiano, amigo de la familia-, crear la marca, realizar los diseños de las etiquetas y las botellas y, sobre todo, salir al mundo a explicar por qué debían comprar este producto de calidad nacional.

    Con un empujón inicial de unos USD 500 000 nació Mira, un aceite de aguacate que -según varios estudios mundiales- es magnífico para la salud. «Abrirnos mercado ha sido un trabajo durísimo. Nuestra primera exportación fue en el 2008, de 2 500 botellas (USD 10 000). Ha sido un trabajo increíble de ir a ferias, de estar en misiones comerciales, en reuniones en muchos países, tocando puertas y tocando puertas, porque no es un producto que se llama y se dice ‘tengo este producto’ y ya. No, hay que explicar, educar», dice la ejecutiva.

    Muchas veces ha querido botar la toalla de esta firma que ya tiene 50 colaboradores, que exporta a Holanda, Alemania, Colombia, Coread el Sur, Japón, Rumania, Canadá y Panamá. Pero ver todo lo que ha construido, ver la satisfacción de los clientes y consumidores y seguir ganando premios de calidad hacen que vuelva cada mañana a su escritorio a seguir empujando por este negocio.

    Francesca García descubrió el producto hace unos dos años y señala que es muy diferente a los otros aceites. «En un inicio pensé que era extranjero, era delicioso. Utilizo a veces un poquito para la piel y el cabello, tal como me lo recomendaron, y el resultado es buenísimo».

    Hervé Jouanneau, presidente de Asociación de Valorización de Productos Agrícolas (AVPA), resaltó la excelencia del trabajo realizado. «El producto contiene una gran cantidad de vitaminas y conserva el sabor y el aroma del fruto».

    Todo este prestigio que ha ido ganándose María Clara ha hecho que el aceite de aguacate Mira haya recibido varios premios a nivel mundial: el año pasado obtuvo las medallas de plata y de bronce por parte de AVPA. Además, ProEcuador lo eligió como el producto más innovador. Y todo lleva la huella de María Clara, incluso los estands de exhibición, que son verdaderas obras de arte.

    Hoja de vida

    Estudios. Bachillerato Internacional de Arte en el Colegio Americano. Estudió Ecología, con mención en Arte, en la Universidad San Francisco de Quito. Diseñadora de modas en Miami University of Art and Design.

    Experiencia. Gerenta Comercial de Uyamá Farms S.A. durante los últimos ocho años. Es la imagen ejecutiva de la marca de aceite Mira.