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  • El refinado de aceite de palma es la fortaleza de esta compañía

    Bolívar Velasco (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    El giro hacia la refinación del aceite rojo de palma africana y la elaboración de derivados marcó el inicio de una nueva etapa en esta empresa.

    El cambió empezó en el 2008, cuando la firma Oliojoya -parte del grupo de empresas Joyapalma– decidió construir sus instalaciones industriales en el km 7 de la vía a Atacames, en la provincia de Esmeraldas.

    El proyecto surgió con la idea de atender en principio las exportaciones que se hacen por el Puerto Comercial de la provincia.

    La terminal de almacenamiento de entonces tenía cuatro tanques con una capacidad total de 2 700 toneladas. Ahí se acopiaba la producción de la extractora La Joya, ubicada en la zona Las Villegas, en La Concordia.

    Una vez ahí, la producción se despachaba con mayor facilidad al puerto marítimo esmeraldeño ubicado a 15 minutos de sus instalaciones.

    Durante el primer año se envió a varios países, entre ellos Malasia e Indonesia, alrededor de 40 000 toneladas de aceite. Pero en el 2009, Oliojoya encontró una oportunidad de incursionar en la preparación de sus propios productos y tomó la decisión de sacar al mercado una línea de mantecas, margarinas y aceites comestibles bajo el sello La Joya, Joyafina y Joyasol.

    Mario Alzamora está al frente de la Gerencia de Oliojoya  desde el inicio de sus operaciones en la provincia de Esmeraldas. Foto: Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Mario Alzamora está al frente de la Gerencia de Oliojoya desde el inicio de sus operaciones en la provincia de Esmeraldas. Foto: Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES

    Cuando el gerente Mario Alzamora reseña estas etapas, muestra un catálogo que contiene una diversidad de subderivados que se pueden obtener en la industria palmicultora.

    Lo consiguió en un viaje que los directivos realizaron al exterior para conocer la serie de oportunidades que otorga la palma africana cuando es procesada a escala industrial.

    Para él es la ‘biblia’ que los inspiró a dar el salto con productos que van más allá del simple aceite rojo crudo de palma, con cuyo producto trabajan desde 1978 cuando tuvieron sus primeras plantaciones en La Independencia. Estos territorios por muchos años han sido las áreas de influencia del grupo Joyapalma, cuenta el directivo Mario Alzamora.

    Son espacios fértiles que han cooperado en la estabilidad de la producción, como el sitio Las Villegas, a 30 minutos de La Independencia y donde hoy está la extractora La Joya.

    Esta infraestructura tiene una capacidad de procesamiento de 30 toneladas por hora. Alzamora recuerda que la extractora es el referente de la firma porque les permitió dar un paso en la agroindustria, en 1996.

    En las cerca de cinco hectáreas que ocupan en la terminal de refinados en Esmeraldas, ahora se disponen de 13 tanques de acopio que pueden almacenar hasta 8 500 toneladas.

    En el lugar también hay un área industrializada dotada de máquinas automáticas, tuberías y un andamiaje de estructuras electrónicas que se monitorean desde un centro de control digital. También hay cuartos fríos, bodegas de empacado y un centro de despacho de los productos terminados. Por ahí pasan los subderivados obtenidos de las 2 700 toneladas mensuales de aceite requeridas para la elaboración de las mantecas, margarinas y los aceites comestibles.

    Entre los productos procesados por Oliojoya están el aceite en canecas de 20 litros, la presentación en un frasco de 900 milímetros y la funda de 1 litro.

    La manteca y mantequilla, en cambio, se produce en presentaciones de 50 kilos, 25 kilos y hasta 500 gramos.

    Otra línea de producción son el hojaldre, pasta ‘mil hojas’ y los cachos de pan. Los clientes de esta firma son hoteles, minimercados, empresas de alimentos y tiendas de abastos.

    La empresa de alimentos Food Service, en Santo Domingo, es parte del portafolio de consumidores de los productos de Oliojoya.

    Hace tres meses, Sara Segura, la propietaria, fue contactada por el equipo de ventas de esta empresa y le hablaron de las ventajas de surtirse de manteca en un stock superior al de la presentación individual.

    Ella se animó a adquirir el producto en los cartones de 50 kilos porque le significan un mejor rendimiento a la hora de la preparación de los alimentos. Además, un ahorro de costo en el traslado, ya que los vendedores de Oliojoya le llevan el producto en el lugar donde se encuentre.

    Esta compañía cuenta con un grupo de 100 personas que distribuyen la producción de manera directa.

    Para la atención de los compradores la empresa mantiene puntos de distribución en 19 provincias del país. Y tiene oficinas de atención al cliente en Santo Domingo, Guayaquil, Quito y Esmeraldas.

    Cifras

    33 000 toneladas anuales de aceite maneja esta compañía para las diferentes etapas de refinamiento.

    50 % de los  productos terminados son sólidos y el 30% líquidos.

    23 % de las  exportaciones de aceite realizadas en 2017 por el puerto de Esmeraldas fueron de Oliojoya.

    2 nuevos  productos prepara la firma para introducirlos al mercado nacional en el corto plazo. Se trata de una línea de jabones y artículos para limpieza.

    Jefe de la planta

    José Bautista  

    La compañía maneja estándares de calidad basados en cinco certificaciones nacionales e internacionales. Entre esas las de buenas prácticas de manufactura(BPM), FDA, Kosher, Haccp y Ceres. Por eso nuestro compromiso es seguir esos lineamientos que están adaptados a normas ambientales, procesos de la industria y de calidad de la producción. Mantener estas referencias nos permite ser competitivos en el mercado de refinados.

    La manteca al granel en la presentación de 50 kilos se prepara en las bodegas de embalaje de esta firma esmeraldeña que provee a 19 provincias. Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    La manteca al granel en la presentación de 50 kilos se prepara en las bodegas de embalaje de esta firma esmeraldeña que provee a 19 provincias. Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • La producción de lubricantes subió 12%

    Redacción Quito

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    El volumen de aceites lubricantes producidos por la Asociación de Productores Ecuatorianos de Lubricantes (APEL) registró un despunte en los primeros cuatro meses del 2016 en comparación con igual período del 2015. El incremento es del 12%. Es decir, pasó de 4,41 a 4,94 millones de galones para los automotores que utilizan gasolina y diésel, según datos de la Asociación.

    APEL cuenta con cinco productoras de lubricantes a escala nacional: Swissoil, Lubrival/Lubriansa, Inducepsa/Cepsa, PDVSA y Lubrisa. Están ubicadas en dos sectores de la provincia del Guayas: Guayaquil y Durán, en la costa ecuatoriana.

    En estas plantas se producen 24 millones de galones aproximadamente, al año. Allí se elaboran aceites lubricantes y grasas para el sector automotor e industrial. Este monto representó en el 2015, un 70% del producto ofertado a nivel nacional, que alcanza los 34 millones de galones. Así lo explica Valeria Naveda, asesora de APEL. “La producción nacional de lubricantes ha tenido buenos resultados, en especial en 2015, ya que alcanzó USD 126 millones en la balanza comercial”.

    Una de las ventajas que tienen las plantas de producción de lubricantes es su capacidad instalada. Así lo señala Santiago Díaz, gerente general de la empresa Swissoil del Ecuador.

    Para Díaz, uno de los retos de la fábrica es mantener sus niveles de producción y los costos competitivos en el mercado para evitar un mayor consumo de productos importados que se comercializan dentro del país.

    Precisamente, este es uno de los golpes para la industria nacional. Según Naveda, la industria busca no solo abastecer a nivel local sino incrementar su rubro de exportación. “La industria exportó 14 millones en 2015. Lo que significa un 4% más que el año anterior”.

    Para los asociados, el fortalecimiento de las exportaciones es un tema básico, porque ayuda a la industria ecuatoriana. “Algunas ventajas que tienen las plantas es que tienen una salida directa a los puertos para facilitar las exportaciones, por ejemplo, a Colombia y Perú”, señala la asesora de APEL.

    De acuerdo con la información proporcionada por el Banco Central del Ecuador (BCE), en el 2015 la industria nacional exportó USD 11,2 millones en otros aceites lubricantes, USD 2,5 millones en aceites para transmisiones hidráulicas y USD 285 000 en grasas lubricantes, es decir USD 14 millones aproximadamente.

    Naveda afirma que la industria nacional de lubricantes es un nuevo rubro de exportación y sobre todo de sustitución de importaciones que a la fecha genera un efecto de tres por uno (3×1) sobre las divisas. Es decir, un galón de lubricante importado genera la salida de tres veces más divisas de la economía ecuatoriana que el mismo galón producido en territorio nacional.

    Un tema que destaca es que las marcas internacionales están junto a APEL. Se puede mencionar que se maneja: Castrol, Golden Bear, Havoline, Motorex, Texaco, Repsol y otras. “Los precios de los productos son competitivos, porque se necesita hacerle frente a los que llegan al país”, señala la asesora.

    Otro de los asociados es la empresa Lubrival S.A. Su gerente Bejamín Rosales explica que hay un desarrollo interesante de la industria nacional, ya que hay la presencia de marcas multinacionales. Esto contribuye a una importante transferencia tecnológica en las fábricas.
    Además, dice que “para el tamaño de mercado, la capacidad de producción es muy grande, lo cual nos obliga a ver hacia otros países. Tenemos una posición geográfica estratégica para atender los mercados de la CAN, etc., lo cual debemos aprovechar”.

    Otro de los problemas que deben enfrentar los productores de lubricantes es la adulteración de los productos, por lo que es necesario fortalecer la calidad. “Nosotros estamos trabajando con las autoridades y varios grupos para dar una solución a este problema, que afecta a los consumidores”, asegura Naveda.

    Los productores esperan que en los próximos seis meses del año, la producción de aceites lubricantes y grasas para automotores mejore, por lo que le apuestan a potenciar la salida del producto, mantener precios dentro del mercado y seguir cumpliendo con la normativa ambiental.

    En la planta de lubricantes de Swissoil del Ecuador se apuesta por mantener un costo competitivo en el mercado. Además una de sus fortalezas es la maquinaria instalada en la fábrica. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    En la planta de lubricantes de Swissoil del Ecuador se apuesta por mantener un costo competitivo en el mercado. Además una de sus fortalezas es la maquinaria instalada en la fábrica. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Los aceites esenciales emergen de esta finca

    Washington Paspuel

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    Una interminable hilera de plantas aromáticas flanquea el camino de tierra que conduce a la finca de 400 hectáreas (ha), que la multinacional Young Living mantiene en Chongoncito, un sitio de la comuna Chongón, del cantón Guayaquil.

    La firma estadounidense, especializada en la comercialización de aceites esenciales y suplementos nutricionales naturales, es la propietaria de este predio, que desde el 2009 produce parte de la materia prima para los productos de la multinacional.

    Conseguir los aceites esenciales requiere de un proceso en el que, según la firma, no se utilizan productos químicos.

    “Nuestra filosofía es de la semilla al sello, o sea que abarcamos todo el proceso, desde la siembra hasta que se le pone el sello a la botella”, asegura Nicolás Chong, administrador de la hacienda.

    La extensa finca produjo alrededor de 6 toneladas de aceites esenciales en el 2014; y tres más en lo que va del 2015. Toda esa materia prima se envía a Estados Unidos, a la sede de la firma, y parte del producto regresa embotellado para su distribución en Ecuador, desde una oficina central ubicada en la ciudadela Urdesa, en el norte de Guayaquil. Los productos se comercializan bajo la modalidad de ‘network market’. “En Ecuador se distribuyen entre 20 y 25 tipos diferentes de aceites esenciales. El modelo de negocio es a través de distribuidores afiliados, que compran el producto para consumirlo y venderlo”, indica Chong.

    La plantación ubicada en Chongoncito produce su propio abono orgánico, que se obtiene mediante la lombricultura. Juan Cárdenas, a cargo de la producción del fertilizante, indica que el compostaje se prepara durante dos meses y luego se lo traslada a seis camas, en donde las lombrices proceden al proceso de descomponer del material hasta que este se convierte en el humus que abonará las plantas de la finca.

    Allí se preparan alrededor de 25 toneladas de humus al mes. Junto al área de producción de abono se ubican los semilleros, donde se hacen pruebas para determinar la adaptabilidad de las plantas.

    En esta finca se cultivan orégano, oreganón, menta, romero, dorado azul, ocotea (también llamada falsa canela), ilán ilán, eucalipto, mastrante y otras hierbas, cuyas esencias se usan puras o en ‘blends’ o mezclas.

    “La esencia de la planta de ocotea la usan personas diabéticas, porque ayuda a regular los niveles de glucosa. Pero también es parte de un ‘blend’, para controlar el apetito”, menciona Chong.

    La firma estadounidense adquirió la finca tras un análisis de su ubicación, que la consideró estratégica debido a su cercanía con Guayaquil y a sus vías de acceso.

    Solo la mitad de las 400 ha del predio están ocupadas por cultivos y la planta de destilación.
    Eugenio Caruajulca, jefe de Destilería, explica que para obtener el aceite esencial, la hierba es tratada con vapor. Según la especie, previamente triturada, se coloca directamente en tres enormes ollas o calderos de 5 toneladas de capacidad cada una. El vapor que tiene contacto con la planta disuelve dentro de la olla los compuestos aromáticos.

    Este proceso tiene diferentes tiempos. Para el caso de la planta de ocotea, por ejemplo, el proceso demora entre 10 y 12 horas.

    El vapor pasa luego a un condensador y, posteriormente, se separa el agua del aceite esencial, que será sometido finalmente a un análisis de laboratorio y a un proceso de calidad, antes de ser enviado a Estados Unidos.

    Chong señala que Young Living tiene plantas de destilación ubicadas estratégicamente en diferentes partes del mundo, según cómo se adaptan las variedades de plantas. “Por ejemplo, el ilán ilán -que no es una planta originaria de esta región- aquí ha tenido una buena adaptación y ahora tenemos 30 hectáreas sembradas”.

    La multinacional planea seguir creciendo en el país e invirtiendo en la finca ubicada en Chongoncito. Este año adquirió un tractor para agilitar la cosecha de ciertas especies, cuyo manejo requiere de mayor cuidado.

    Detalles

    Desde el 2007. Ese año la multinacional adquirió la finca.
    La instalación de la infraestructura de destilación duró un año más y desde el 2009 empezó la producción de los aceites esenciales y su envío a EE.UU.

    El personal. La finca ocupa la mano de obra de 80 personas, que se encargan desde la siembra hasta el proceso de destilación. En ninguno de los procesos se utilizan productos químicos.

    Los productos. Young Living tiene más de 100 tipos de aceites que se venden en todo el mundo, además de las mezclas o ‘blends’.

    Nicolás Chong administra esta finca de 400ha,donde se siembran especies aromáticas para obtener esencias. Foto: Mario Faustos / LÍDERES.
    Nicolás Chong administra esta finca de 400ha,donde se siembran especies aromáticas para obtener esencias. Foto: Mario Faustos / LÍDERES.