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  • El cacao fino tiene ADN latinoamericano

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    Del Caribe a México, de Perú a Venezuela, de Bolivia a Colombia y en todo el Amazonas. El cacao fino tiene ADN latinoamericano y se extiende por un continente que no siempre ha sabido reconocerlo ni sacarle el suficiente provecho comercial, pero que en los últimos años parece haber redescubierto su valor.

    Tradicionalmente, el cacao fino latinoamericano solía venderse como una materia prima más, y la industria del cacao, y de los chocolates en particular, no diferenciaba el cacao latinoamericano del africano, por ejemplo. Pero la creciente demanda internacional de chocolates finos provocó que las grandes marcas crearan nuevas líneas de cacao fino, y con ellas nació la oportunidad de fortalecer a miles de comunidades campesinas y de sumar al cacao a una cadena de valor global. También provocó que productores latinoamericanos lograran cierto reconocimiento internacional.

    En la actualidad, la región produce el 80% del cacao fino de aroma del mundo, y la materia prima es abundante: está el cacao fino del Caribe, el blanco de Venezuela y Perú y los nativos de Bolivia, Colombia y México, por mencionar solo algunos.

    Esta madurez del mercado genera una nueva oportunidad que América Latina tradicionalmente no tuvo: un mercado masivo donde promover su cacao y su chocolate fino. “Para aprovechar la ventaja comparativa de América Latina será necesario atraer tecnología y conocimientos que permitan innovar y desarrollar una oferta de calidad, posibilitando que la producción de cacao fino, chocolates, bombones, chocolate en polvo y otros insumos asociados, alcancen escala global y refuercen la posición competitiva de la región”, dice Federico Vignati, experto en negocios verdes de CAF. Pero cuanto más grande es el mercado potencial, más grande es la competencia.

    En varios rincones del mundo están surgiendo nuevos productores y, según Vignati, “si no nos organizamos, el ‘market share’ que tenemos en el momento puede reducirse drásticamente”.
    Actualmente, una tonelada de cacao ‘bulk’ (el más común) tiene un valor promedio de entre USD 3 100 y 3 500 por cada una. El precio del cacao fino de aroma puede oscilar entre USD 3 500 y 10 000 por tonelada. La producción de cacao promueve directa e indirectamente la inclusión económica de más de 3 millones de personas en la región, en una muestra de que el producto puede no solo ser lucrativo sino mejorar las condiciones de vida de millones de latinoamericanos.

    La organización del sector cacaotero de la que habla Vignati está tímidamente materializándose en algunos proyectos, entre los que se destaca la Iniciativa Latinoamericana del Cacao, que integra a los principales productores latinoamericanos de cacao fino de aroma para impulsar la competitividad, fomentar los negocios verdes sostenibles y promover una estrategia regional de desarrollo en los mercados nacionales e internacionales.

    Hasta ahora se han unido nueve países (México, Panamá, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Costa Rica y Bolivia), y se espera que, gracias a la promoción de la productividad y a la integración de conocimiento y tecnología, logren entrar en mercados que privilegian el biocomercio y la oferta de calidad, como por ejemplo el alemán, el francés o el norteamericano.

    Juan Borja, técnico de la Fundación Maquita. Fotos cortesía de CAF Banco de Desarrollo de América Latina
    Juan Borja, técnico de la Fundación Maquita. Fotos cortesía de CAF Banco de Desarrollo de América Latina

    La Ruta del Cacao
    Otra de las iniciativas que están reformulando la explotación del cacao en la región es La ruta del cacao, un proyecto en Ecuador que integra al sector productivo y turístico para dinamizar la cadena de valor. Gracias al trabajo colaborativo, hasta la fecha han vendido 259,85 toneladas de cacao fino de aroma. El 68% se destinó al mercado nacional y el 32% al internacional, principalmente Alemania, España e Italia.

    La iniciativa también ha capacitado a 469 productores (188 mujeres) de la Amazonía en el buen manejo de cultivos de cacao y asociados, y en el manejo diversificado de la finca con la inclusión y recuperación de plantas forestales. En la zona de la Amazonía se ha utilizado el sistema Chakra amazónica que se caracteriza por la diversificación, agroforestería y con un enfoque de seguridad alimentaria.

    “Nuestra meta es que la gente viva con dignidad. No muchas otras cosas. El mínimo, lo esencial para vivir es vivir con dignidad”, asegura Graziano Mazón, presidente de la Fundación Maquita, impulsora del proyecto.

    Teniendo en cuenta que nueve de cada 10 negocios cacaoteros están en manos de pequeños productores, estamos ante una oportunidad para impulsar modelos de desarrollo sostenible que promuevan el comercio inclusivo, las buenas prácticas de producción agroforestal y que, adicionalmente, innoven para diversificar la oferta del cacao.

    De todas formas, siguen existiendo barreras importantes. Entre las más altas están el desarrollo de mercados nacionales y mejorar las condiciones de acceso a mercados internacionales, el equilibrio de los ingresos de los productores, el acceso a financiamiento oportuno o la modernización de normativas.

    América Latina puede estar adentrándose en su época dorada del cacao. Solo tiene que sacar lo mejor de sí misma y trabajar de manera coordinada para lograr un equilibrio entre beneficios económicos, desarrollo del tejido empresarial, mejora de la calidad de vida de comunidades campesinas y apoyo de los gobiernos. No es una tarea sencilla, pero a fin de cuentas está en su ADN.

    Robert Valls, ejecutivo principal de Comunicación en CAF
    Visiones del Desarrollo es una sección promovida por CAF -banco de desarrollo de América Latina- que analiza los principales temas del desarrollo de la región. Los artículos que contiene se publican simultáneamente en los principales medios de América Latina.

    Ximena Jumbo, agricultora de la nacionalidad kichwa. Fotos cortesía de CAF Banco de Desarrollo de América Latina
    Ximena Jumbo, agricultora de la nacionalidad kichwa. Fotos cortesía de CAF Banco de Desarrollo de América Latina
  • ¿Existe el ADN del emprendimiento?

    Diario El Universal de México

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    ¿Cómo lidiar con el fracaso? James Ellis, director de la Escuela de Negocios Marshall, contesta éstas y otras dudas.

     Quizá uno de los consejos más valiosos en lo que a negocios se refiere es el levantarse de los fracasos y seguirlo intentando y mirar siempre los aspectos positivos. Hay una certeza: esto no será para nada sencillo; sin embargo, es preciso separarse de los lazos emocionales que lo unen a su idea de negocio para levantarse.

    James Ellis, ex CEO de varias empresas y hoy director de la Escuela de Negocios Marshall de la Universidad del Sur de California -pionera en incluir un programa de emprendimiento en su escuela de negocios- arranca de su experiencia de casi 30 años en el mundo corporativo este consejo para los que quieren emprender: un verdadero emprendedor trabaja y, si se topa contra una pared, redirecciona la estrategia, pero siempre sigue intentando.

    «Sigan fallando y no lo abandonen. Si una puerta se cierra, vayan hacia el otro lugar para buscar una abierta. Hay empresas que fallan una, dos, tres veces, pero a la cuarta lo hacen muy bien. Sigan intentándolo, si es que su producto tiene un mercado allá afuera», asegura .

    No es que Ellis piense que los grandes emprendedores lo traen en el ADN: de hecho, son pocos los emprendedores que lo traen en la sangre, asegura, pero eso no cambia el que también aquellos que se han preparado para serlo no tengan las mismas oportunidades de alcanzar el éxito.

    Ellis se especializa en emprendimiento, marketing, negocios internacionales y empresas familiares, para quienes ha impartido talleres.

    Ha ganado varios reconocimientos por su labor docente y es decano de la universidad.

    ¿Un emprendedor necesita ir a la escuela?

    La pregunta que me estás haciendo es mucho más compleja que eso. Es si un emprendedor nace o se hace. La respuesta es: las dos. ¿Puedo entrenarte para ser un emprendedor? Sí. Si lo tienes en la sangre, no lo necesitas. Pero de todas formas, puedes ser exitoso. Es una cosa individual.

    Los que lo son natos no saben cómo renunciar; si hay algo en su camino, lo quitan inmediatamente. Bill Gates y Steve Jobs dejaron incluso la escuela porque querían ir más rápido.

    ¿Cuál sería el elemento que los emprendedores necesitan forzosamente para tener éxito?

    Para que cualquier emprendedor sea exitoso necesita un cliente. Lo primero que tiene que hacer es probar su idea afuera para tener la certeza de que se va a vender. Lo primero que tiene que hacer es evaluar su idea en aquellos que comprarían su producto. No asuman nada. Deben tener la certeza de que lo van a comprar. Ya que tienes un cliente, tienes que pensar en tener muchos. Tienes que probar si tu negocio puede ser escalable y, si es así, es una gran oportunidad de negocio.

    Los emprendedores suelen preparar todo sin hacer antes esta prueba…

    Sí, ellos preparan planes de negocio, pero primero tienen que buscar si hay clientes que les comprarán.

    ¿Cómo hacer estas pruebas? ¿Se necesita un estudio de mercado muy sofisticado?

    Tal cual, necesita salir a la calle y preguntarle a la gente, ¿comprarías este o este otro? Se llama marketing de prueba y a veces es sólo una cosa muy simple, preguntarle a la gente qué le gusta y si lo compraría.

    Hay muchos negocios que fracasan, ¿cuál sería su consejo para ellos?

    Hay emprendedores que fracasan en todo el mundo. Vas a fallar y tienes que estar preparado para eso. Tienes que entender que vas a fallar, todos lo hacemos. No funcionó, buen intento.

    Mentalmente debes saber que no tienes que involucrarte emocionalmente en tu negocio, debes ser muy racional, no trates de venderle a alguien algo porque te gusta, sino porque a ellos quizá les guste y hay un mercado para ello.

    ¿Es difícil separar el pensamiento de negocios de lo emocional?

    Es muy duro hacerlo, porque nos ligamos emocionalmente a nuestros negocios, pero deberíamos ser muy racionales.

    ¿Estoy impulsando este producto porque es lo que yo quiero, o porque es lo que la gente quiere comprar?

    Es una gran lucha…

    Es correcto. Los negocios son un proceso muy racional. Si fallas, no te lo tomes personal, ve e inténtalo de nuevo. El fracaso no es algo trágico, o al menos no debería serlo. Si lo hiciste mal debes de pensar racionalmente que no hubo mercado para tu producto. Es solo el mercado.

    Tienes que proyectar un pensamiento racional, no sólo en el momento sino en el futuro, y debes de estar analizando ese mercado, porque cuando cambia, tú debes de estar listo para también cambiar con él.

    Debes de tener un ojo puesto en el mercado, porque si estás vendiendo solo una gama de producto de los que hay en el mercado, quizá en un futuro el mercado se cierre al producto que tú no vendes. Tienes que estar analizando números constantemente.

    En esto la innovación es importante, ¿cierto?

    Sí. Los clientes siempre quieren lo más novedoso. La nueva bolsa, los nuevos zapatos, eso es lo que está en la mente del cliente, y es con lo que tú tienes que lidiar. No todo está diseñado. Las oportunidades de innovar están en todas partes.

    ¿También hay oportunidades para las pymes?

    Seguro. Es muy interesante porque antes la entrada para acceder a la innovación era el dinero. Pero hoy hay inversionistas que están interesados en invertir en todas partes. Puedes levantar dinero de Internet. Tienes una idea, necesitas USD 5 mil, pues expones tu proyecto en crowdfounding y tienes el dinero.

    Hablando de empresas familiares, ¿cuál sería el consejo principal para ellas?

    Lo más importante es que hablen y se comuniquen entre los miembros. No lo hacen porque son familia, y ésta se suele gritar, no comunicar. Aquí es cuando la emoción irrumpe en los negocios. Los negocios son racionales y tienen que quedarse así. Deben de sentarse en la mesa y discutir acerca de los puestos de cada uno.

    A veces esto es un problema…

    No a veces, siempre es un problema porque cada uno tiene una idea de quién va a dirigir la empresa, por ejemplo. Muchas veces los parientes tienen rencores pasados, incluso de cuando eran niños.

    Por ejemplo, alguien puede estar enojado porque le robaron su osito de peluche, entonces esa persona sigue enojada aunque ya tiene 30 años, y si ella está a cargo, va a quitar a aquel que se lo robó porque ella tiene el poder. Las familias tienen esos problemas porque las emociones se mezclan.

    Por otro lado, los negocios familiares son la columna vertebral de Estados Unidos y Asia, esto es en parte porque cuando te separas de todo, lo único que te queda es tu familia y su sostén es ese negocio.

    ¿Cómo lograr que las empresas familiares perduren en el tiempo?

    Muchas veces dicen que la primera generación la empieza, la segunda generación la construye y la tercera la vuela por los aires y nunca llega a la cuarta. La tercera generación se emociona mucho por el dinero que está haciendo y no hace crecer el negocio.

    Soy asesor de una empresa que lleva ocho generaciones.

    ¿Cómo han logrado sobrevivir?

    Tienen reglas muy estrictas. Hablan entre ellos, si alguien está enojado lo solucionan. Reparten los puestos por competencias. En estos casos, el negocio crece tanto que tienes que traer a un gerente de afuera. Esta persona tiene que entender las dinámicas emocionales al interior de la familia para poder dirigir el negocio exitosamente.

    La comunicación es la clave.

    ¿Qué hacer cuando se necesita resolver un problema al interior?

    Si necesitas ayuda, pídela. A veces se necesita de alguien que sea objetivo y no tenga nada que ver con la empresa. La gente no pide ayuda muy frecuentemente porque es visto como un signo de debilidad, pero en realidad no lo es. Si lo necesitas, pídela.

    Saber escuchar y observar ayudará a influenciar sobre el resto en la oficina. Ilustración: Getty Images / EL COMERCIO (gda)
    Saber escuchar y observar ayudará a influenciar sobre el resto en la oficina. Ilustración: Getty Images / EL COMERCIO (gda)
  • ESPE: el obejtivo es mejorar el ADN de los vegetales

    Redacción Quito

    Cristina Brito cuenta que no conocía el campo de aplicación de la biotecnología, cuando decidió ingresar en el 2006 a la Escuela Politécnica del Ejército (Espe), en Sangolquí. Hoy, dedica 40 horas semanales a su tesis, para graduarse y terminar esta carrera de cinco años. Su meta es estandarizar los procesos de incubación ‘in vitro’, de células del babaco.

    El trabajo que realiza es parte de una investigación macro, para determinar el mapa genético de esa fruta. Se trata de un proyecto del Laboratorio de Tejidos Vegetales de largo plazo, que surgió hace cinco años y se prevé concluir en el 2022.

    Mónica Jadán, jefa del laboratorio, explica que desde el 2004, el centro estudia la composición genética de diversos vegetales y su propagación a gran escala. El objetivo es proporcionar plantas que permitan desarrollar más a la agroindustria y educar a profesionales que promulguen el cuidado y conservación de las especies endémicas, en peligro de extinción.

    La Espe asigna un presupuesto de entre USD 10 000 y 15 000 al año, para el funcionamiento y equipamiento del laboratorio. En ese monto también se financian hasta tres tesis de grado, por año.

    La técnica de propagación que desarrolla ese centro consiste en multiplicar plantas a partir de una hoja, un pedazo de tallo o una raíz. Estos tejidos se seleccionan de los vegetales que muestran las mejores características biológicas. En cada segmento elegido se aplican reactivos y hormonas que permiten el crecimiento de otras células. Cada nueva célula se somete al mismo procedimiento y así se van multiplicando los embriones que se siembran en un sustrato, con los mismos minerales que proporciona el suelo, durante dos o tres meses. Las nuevas plantas crecen en ambientes estériles a 22 grados centígrados y una humedad relativa al 65%.

    Los costos para financiar proyectos de biotecnología son elevados, por lo que la Espe establece convenios con instituciones públicas y privadas. El último, firmó con la Municipalidad del Cantón Patate, en Tungurahua, en septiembre del 2011.

    Danilo Galeas, jefe de Estudios Agropecuarios del Municipio de Patate, indica que el trabajo que realizan con los alumnos de Biotecnología busca beneficiar a los productores locales de plantas de mora y tomate de árbol, libres de enfermedades y virus. “El Municipio ha destinado USD 10 400 para la obtención de más de 10 000 plantas. En diciembre de este año ya se cosecharán los primeros frutos”, señala.

    La estudiante Patricia Albarracín participa en los proyectos del laboratorio. En el 2011, ella diseñó e instaló un sistema para triplicar la capacidad de micropropagación que se desarrolla en ese lugar.