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  • El contrabando técnico genera pérdidas por USD 400 millones

    Redacción Quito

    El contrabando no da tregua en el Ecuador y las cifras de incautaciones o aprehensiones de mercadería ilícita crecen con el tiempo. Los datos de los organismos de control como el Servicio Nacional de Aduanas (Senae) señalan que en el 2017 se incautó de mercadería ilegal o de contrabando valorada en USD 40 millones y este año se calcula que el monto se incremente un 5%.

    Entre los sectores más afectados por este delito se encuentran el textil, el tabacalero, el de licores, calzado, productos perecibles (lecha, arroz, entre otros) línea blanca y cosméticos.

    La industria ecuatoriana y los sectores productivos miran con preocupación el tema. Un estudio de la Cámara de Industrias y Producción (CIP) señala que los principales productos aprehendidos en 2017 fueron cigarrillos, textiles, electrónicos, comestibles, medicinas, calzado, vehículos y licores. Este año la lista es similar.

    El mismo gremio sostiene que Ecuador ocupa este año el puesto 109 de 190 economías, de acuerdo con el índice Doing Business, elaborado por el Banco Mundial. Esta medición señala que mientras más burocrático y largo sea el proceso de desaduanización y más alto el costo del comercio transfronterizo, hay más incentivos para el incremento del comercio ilícito de bienes.

    Las autoridades y los empresarios demuestran una particular preocupación por el contrabando técnico, que genera pérdidas por cerca de USD 400 millones anuales en la recaudación de impuestos no declarados, según detalla María Alejandra Muñoz, directora nacional de Aduanas.

    La funcionaria reconoce que el contrabando técnico crece y genera inquietud. Esta modalidad de contrabando es cuando se subfactura una mercancía. Así un importador declara mercadería por 10 toneladas, pero en realidad ingresa más. También se habla de contrabando técnico cuando la tonelada de un producto cuesta una determinada cantidad, pero se declara que cuesta menos o cuando se declara un producto diferente al que está ingresando. “Hilos en lugar de fibras, por ejemplo”, detalla Javier Díaz, presidente de la Asociación de Industriales Textileros del Ecuador (Aite).

    La vicepresidenta ejecutiva de la CIP, Carla Muirragui, sostiene que de lo que se incauta no es ni el 10% de lo que realmente ingresa al país de manera ilícita. Ese dato, añade, se obtuvo calculando con representantes de los sectores afectados. En cigarrillos, menciona la dirigente gremial, se incautó de mercancía valorada en USD 11,5 millones “y estimamos que el contrabando que sí ingresó al país fue de unos USD 120 millones”.

    La otra modalidad es la llamada contrabando abierto y es el que ocurre en las fronteras. Allí se cuentan camiones que no son revisados, ciudadanos que ingresan al país sin declarar lo que han comprado o el contrabando de hormiga, formado por pequeños comerciantes que se organizan para burlar los controles.

    Muñoz indica que la Senae cuenta desde hace dos meses con una unidad específica que recibe información de los sectores afectados. “Consolidamos esta unidad de inteligencia para tener mesas de trabajo con los sectores más sensibles, con los sectores que presentan denuncias”.

    Otro problema que señalan autoridades y empresarios es que el contrabando es parte del crimen organizado. Es una actividad vinculada con lavado de activos y narcotráfico, dice Muñoz.

    En cuanto al papel del consumidor, Muñoz señala que es difícil para el ciudadano de a pie determinar que mercadería ha llegado al país de manera ilícita.”El contrabando no siempre se vende a precios bajos y la gente no tiene conciencia por saber el origen de lo que está comprando”. Eso agrava el problema.

    Para Christian Cisneros, director ejecutivo de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi), esta problemática, sumada a otras variables, como el incremento de las importaciones y la disminución del gasto público, generan caída en consumo y ventas y desempleo.

    Según Cisneros, los esfuerzos del Gobierno en políticas públicas contra el contrabando siguen siendo limitados. “Las mafias organizadas están cada vez más adelantadas. Hace falta una política pública entre el sector productivo y la autoridad de control”.

    El problema es regional. Un estudio señala que el contrabando moviliza en América Latina cerca de USD 80 000 millones anuales (ver página 13).

    El país, con baja calificación en un índice

    La informalidad no perdona las calles de la ciudad. En media cuadra de la avenida República del Salvador, al norte de Quito, se pueden hallar hasta cinco vendedores informales de cigarrillos, la distancia entre algunos de ellos es de apenas tres metros.

    En la misma avenida, o en la 6 de diciembre, también se pueden encontrar en plena calle, sobre lona o en el maletero de un carro, ropa, carteras, bisutería, libros, entre otros productos que no pagan impuestos, ni tasas.

    El Índice de Entorno Global del Comercio Ilícito 2018, elaborado por The Economist y la Alianza Transnacional para Combatir el Comercio Ilícito, ubicó a Ecuador en el puesto 60, de entre 84 países, es decir, recibió una mala calificación en el combate al contrabando. Otros países de América Latina, como Perú, Colombia, Argentina y Chile estuvieron mejor calificados.

    La industria tabacalera es una de las afectadas por este problema. Según datos de Itabsa, Tanasa y Proesa, firmas afiliadas a Philip Morris International, en los últimos siete años (2012-2018), el porcentaje de cigarrillos comercializados ilícitamente en el país pasó del 2% al 55,2%. Mientras que en el mundo el promedio es del 10%.

    Para Mauricio Sáenz, director de asuntos corporativos de las tres compañías, el fenómeno está directamente vinculado con la subida de impuestos que sufrió el sector entre el 2015 y 2016. En esos dos años el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) se incrementó en un 73%, impactando en el precio final del producto y en una caída en ventas de la industria del 62% en los últimos cuatro años, más no en una disminución significativa del consumo.

    “En el Ecuador lo que hubo fue un traslado de la demanda al consumo ilegal”, advierte Sáenz. Una cajetilla de cigarrillos contrabandeada se puede adquirir en la calle en USD 1,75, mientras que en el mercado formal la más económica tiene un costo de USD 5,10.

    Como consecuencia de la baja en ventas para la industria, la recaudación tributaria tampoco se incrementó, por el contrario disminuyó. Además, producto de las ventas por contrabando, la industria calcula que este año el Estado dejará de percibir cerca de USD 141 millones en impuestos.

    Textiles es otro sector que ha perdido competitividad por el comercio ilícito. Javier Díaz, presidente de la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), indica que en los últimos cuatro años la industria ha caído en producción un 12%.

    De acuerdo con un análisis realizado por la AITE, desde enero del 2015 a octubre de este año, el Fisco tuvo un posible perjuicio de USD 70,3 millones en cinco categorías textiles de 80 subpartidas arancelarias subdeclaradas.

    Las prendas, tejidos y ropas, que fueron declarados por debajo del precio promedio ponderado provienen principalmente de China, Comunidad Andina, otros países de Asia, del Mercosur y Estados Unidos.

    “El sector formal debe competir con esto. La industria está decreciendo”, se lamenta Díaz. Las ventas del sector cayeron de USD 971 millones en el 2014 a USD 533 millones en el 2017.
    “Queremos una real política de Estado, con una ley anti-comercio ilícito correctamente implementada”, subraya el dirigente
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    También afectada por esta problemática, la industria de productos de venta directa (por catálogo) ha constatado que mediante redes sociales se ofertan productos cosméticos sin registro ni notificación sanitaria. Así lo asegura María Fernanda León, directora ejecutiva de la Asociación Ecuatoriana de Venta Directa (AEVD) y Pro Cosméticos.

    El gremio también ha encontrado relación entre el incremento de regulaciones gubernamentales y el aumento del contrabando de productos en el sector.

    La región alista estrategias para combatir el comercio ilícito

    La cifra es impresionante. Según la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (ALAC), el contrabando moviliza en América Latina cerca de USD 80 000 millones anuales. Esa cifra representa entre 0,9% y el 2% del PIB de los países afectados.

    El resultado es un golpe a industrias como siderurgia, metalmecánica y acero; tabaco; licores, medicamentos y cosméticos; plásticos y calzado; textiles y confecciones; y ciberseguridad.

    Para combatir esta situación ALAC trazó una hoja de ruta con una serie de compromisos que incluyen la creación de un grupo de trabajo compuesto por agremiaciones de empresarios y las principales empresas privadas afectadas por el contrabando. También se habla de elaborar planes de acción, implementar un sistema de intercambio de información entre países.

    En Ecuador también hay iniciativas puntuales. María Alejandra Muñoz, directora nacional de Aduanas, explica que hoy se trabaja con el sector privado para promover entre la ciudadanía la compra de mercadería que esté en regla formal. “En el desarrollo de esta cultura trabamos en los controles y educando al consumidor”.

    Carla Muirragui, vicepresidenta de la CIP, tiene algunas sugerencias enfocadas en los compradores. “El consumidor debe exigir siempre factura. Eso es básico para determinar si es o no contrabando. El cliente tiene esa capacidad, ese poder de decidir”.

    Para Mauricio Sáenz, director de asuntos corporativos de Itabsa, Proesa y Tanasa, las campañas de concientización son fundamentales para luchar contra el comercio ilícito. “La gente no sabe siempre lo que hay detrás del contrabando. Tenemos que discutir con la seriedad debida”, dice el vocero del sector de cigarrillos.

    El Servicio nacional de Aduana reporta con frecuencia la aprehensión de mercadería ilícita que se intenta comercializar en el país. Allí están cigarrillos, electrónicos, ropa, etc. Foto: Senae
    El Servicio nacional de Aduana reporta con frecuencia la aprehensión de mercadería ilícita que se intenta comercializar en el país. Allí están cigarrillos, electrónicos, ropa, etc. Foto: Senae
  • Wladimir Coka: ‘Todo lo que es más caro se vuelve atractivo para el contrabando’

    Evelyn Tapia (I)

    Entrevista a Wladimir Coka, gerente de la firma WCA Operadores de Comercio Exterior.

    ¿Cómo ha evolucionado el sistema aduanero en el Ecuador? ¿Cree que hay grandes cambios que resaltar en los últimos años?

    Creo que la aduana ecuatoriana tiene dos años muy importantes que considerar, el 2001 año en el que aparece el SICE y cambia de un sistema manual que hacía que los procesos sean largos y tediosos a un sistema por medio del cual podíamos transmitir las declaraciones aduaneras las 24 horas del día, y el 2012 cuando aparece el nuevo sistema informático Ecuapass que permitió enlazar a todos las instituciones del Estado en un solo portal informático.

    ¿Qué fortalezas tiene el sistema aduanero actualmente que antes no tenía? ¿Cómo ha ayudado al comercio exterior que se den esos cambios?

    Principalmente la disminución de papeles casi a cero y la intercomunicación con otras instituciones del Estado que hace que los tiempos de despacho se hayan disminuido en forma importante. Actualmente, los tramites se realizan en unos 5 días, antes con el sistema SICE se hacían en 15 o 18.

    ¿Considera que hay cambios sustanciales en las políticas que rigen al sector importador e importador?

    El Código Orgánico de la Producción (Copsi) fomenta la inversión y nos dio un marco mucho más moderno en favor de la facilitación aduanera. Anteriormente, teníamos la ley orgánica de aduana, la LOA, pero no era tan explícita como el Copsi. Ahora, al tener reglas más claras en la legislación se pueden tomar mejores decisiones en una compañía.

    Los empresarios se han quejado de las trabas para importar. ¿Cómo ve el tema de las restricciones a las importaciones? ¿Son positivas o negativas? ¿Cómo le impacta esto a los operadores logísticos?

    Es una medida fuerte definitivamente. No creo que tenemos que catalogar las restricciones como positivas o negativas, por principio estoy totalmente a favor del desarrollo libre del comercio internacional, ya que esto permite que los países prosperen. Sin embargo, todos los gobiernos en el mundo intervienen en el mercado en función de los requerimientos de sus economías afectadas por fenómenos internos o externos. Ecuador enfrenta dos problemas principalmente, la disminución dramática del precio del petróleo y la apreciación del dólar lo cual afecta de forma importante nuestras exportaciones

    ¿Cómo está el Ecuador en cuanto al tema de contrabando? ¿Ha visto un cambio o mejora en cuanto a este tema que afecta deslealmente a los comerciantes formales?

    Todo lo que es más caro se vuelve atractivo para el contrabando, en países que tienen fronteras tan abiertas como Colombia y Perú es delicado. El contrabando existe en todo el mundo de diversas formas y sabores, creo personalmente que una tasa de salvaguardia tan alta lo hace mas atractivo, pero para eso están las autoridades de control que sabrán aplicar los correctivos necesarios.

    ¿Qué impacto fundamental tendrían los negocios por las salvaguardias nuevas?

    El impacto más importante será para el consumidor, ya que los precios se tendrán que aumentar para poder reponer la mercadería, impactando la inflación por un lado y por otro algunos negocios tendrán que pensar en reducir su tamaño dado que los volúmenes de venta bajarán. Al principio cuesta, luego las empresas se van acomodando con el producto de sustitución y salen adelante. Quienes sabemos dirigir empresas sabemos tomar las medidas adecuadas para evitar quiebra y desocupación.

    ¿Es una medida demasiado fuerte para el sector importador?

    Toda medida aplicada con sobre tasa es fuerte para el sector importador, y hay medidas que vienen afines a estas, como por ejemplo esto puede causar reducción del tamaño de las empresas y desocupación. Es simple, ya no se va a vender lo mismo que antes, entonces ya no se necesita tanto personal.

    ¿Cómo le afecta esta a toda la cadena de comercio exterior?

    La medida se adopta para proteger la balanza de pagos y particularmente para proteger la balanza comercial. El objetivo es disminuir los montos de importación, lo cual no necesariamente afecte al volumen pero si al valor, en otras palabras el comercio pudiera buscar alternativas de productos más baratos con mejores precios

    ¿Qué medidas considera pudieran ser otras alternativas, en lugar de las salvaguardias?

    Depende de qué lado se está. El Gobierno cree que estas son las medidas adecuadas para proteger el sector externo, ya que afectan a 2 800 partidas que no son tan requeridas y que se puede prescindir de su consumo por 15 meses. Personalmente creo que se deben crear medidas para facilitar el ingreso de capitales frescos al país e incentivar las exportaciones de productos no tradicionales.

    ¿Considera que los 15 meses son un tiempo prudente para la medida?

    La medida debería ser por 12 meses y en ese momento evaluar la misma, esto porque un documento de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) que establece que las salvaguardias en esta situación deben durar ese tiempo.

    Las autoridades están desde ahora advirtiendo con fuertes sanciones a los empresarios que comiencen a subir los precios de sus productos. ¿Qué tan factible sería para los importadores asumir ese porcentaje de arancel a costa de disminuir sus márgenes de rentabilidad?

    Este es un tema que cada empresa debe considerar en función de sus puntos de equilibrio y el retorno mínimo esperado por la inversión, no es tan sencillo como decir reduzcan sus márgenes y ya, hoy en día la competencia es dura y las empresas tienen competir no solo con calidad sino también con precios.

    Wladimir Coka
    Wladimir Coka, gerente de la firma WCA Operadores de Comercio Exterior. Foto: MArio Faustos / Líderes