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  • Las alianzas afianzan esta firma

    Patricia González  (I)
    patriciag@elcomercio.com

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    Los empresarios Andrés Dávalos y Milton Lupercio apostaron en 2011 a un mercado incipiente en Ecuador: la biotecnología aplicada al desarrollo de alimentos funcionales o ‘superalimentos’, con beneficios para la salud.

    “Creímos en las materias primas y en el conocimiento ancestral andinos. Las tendencias del mercado se estaban enfocando hacia el cuidado de la salud de manera natural”, recuerda Lupercio, gerente general.

    Dlip Industrial se fundó en 2011, pero el proceso de investigación y desarrollo tecnológico les demoró unos dos años, antes de empezar a comercializar. En 2013, se integraron como socios y a cargo del área comercial, José y Priscila Dávalos.

    Con la importación de tecnología danesa, comenzaron a desarrollar su primer producto: colágeno hidrolizado (en polvo) con enzimas naturales. “El beneficio del hidrolizado es que al romperse la cadena proteica, el producto se vuelve más asimilable”, explica el ejecutivo.

    Dlip también se ha especializado en otros procesos tecnológicos, como el secado por aspersión y microencapsulación, para la elaboración de sus diferentes productos, que en su mayoría son presentaciones en polvo.

    En colágeno hidrolizado, la firma produce alrededor de 15 fórmulas enfocadas en la dieta para deportistas, a fortalecer los sistemas articular y óseo, y para tratamientos de belleza.
    QSI del Ecuador le provee de la principal materia prima: gelatina, importada de Brasil. Entre 40 y 50 toneladas al año, indica Stalin Cañizares, vendedor técnico de la proveedora.

    La empresa cuenta con un departamento de investigación, desarrollo e innovación, donde mejoran las fórmulas o crean nuevas.
    La empresa cuenta con un departamento de investigación, desarrollo e innovación, donde mejoran las fórmulas o crean nuevas.

    Sus otras líneas son sábila (en polvo), suplementos alimenticios con base en frutas y vegetales o de proteínas (para deportistas), multivitamínicos y quemadores de grasa (con té verde, garcinia cambogia y L-carnitina). Además, tiene suplementos en presentación líquida (tamaño de ‘shot’).

    Resiquim provee a la firma, químicos en diferentes fórmulas, como dextrosa monohidratada (endulzante) y polisorbato Tween 80 y Aerosil Q20100, para mejorar texturas. Estas materias primas provienen de China y Brasil. “Es un cliente con potencial, que ha ido creciendo”, comenta Andrés López, ejecutivo de cuentas de la importadora.

    Lupercio recalca que para la empresa hay dos temas fundamentales: el talento humano y sus proveedores. “La simbiosis de los dos garantiza un muy buen producto”. En Dlip laboran 40 personas, 22 de ellas en la planta, localizada en Cotopaxi.

    La compañía de biotecnología comercializa cerca de 30 productos bajo la marca paraguas Live. Se ubican en la cadena Supermaxi y en unos 2 000 puntos de las principales cadenas farmacéuticas del país. En el mercado nacional los representa la firma Dyvenpro (Grupo Difare).

    “En el afán de desarrollar marcas propias o de terceros vinculadas al bienestar, Dyvenpro vio en Dlip un aliado, que conoce muy bien el mercado de suplementos alimenticios”, explica Marcelo Merino, gerente de Consumo Masivo de esa firma.

    Otra de las líneas de negocio de la empresa es el desarrollo de marcas blancas, siendo Dyvenpro uno de sus clientes en esa área. Le desarrolla marcas como Bio Slim (quemador de grasa) y Julvent (colágeno).

    La multinacional Nature’s Sunshine es otra cliente de marca blanca. Para esta firma fabrican proteínas, colágeno, multivitamínicos, entre otros productos en polvo. Esto se logró luego de una visita de los ejecutivos de la empresa norteamericana y de una inspección técnica, en la que Dlip cumplió las exigencias de calidad y servicio, dice Xavier Tinajero, gerente para Ecuador y Colombia de Nature’s Sunshine. La empresa cuenta con certificaciones internacionales en inocuidad alimentaria.

    La empresa, que cerró en 2019 con una facturación de USD 1,5 millones, también es proveedora de materias primas de otras industrias. En sus diferentes líneas de negocios ha conseguido clientes en el mercado internacional (Bolivia, Guatemala, Colombia y Perú). El 60% de la producción se destina hacia la exportación.

    Desde el 2018 cuenta con un departamento de investigación, desarrollo e innovación. Gracias a ello, se reinventó en la pandemia para desarrollar productos adaptados a la demanda. Recientemente, la firma lanzó una línea de multivitamínicos para reforzamiento del sistema inmunológico y suplementos alimenticios, para el sistema respiratorio e inmunológico.

    Las cifras:
    2011 fue el año de fundación de la empresa Dlip.

    4 socios tiene la compañía de biotecnología.

    62 personas
     forman parte de su nómina, de las cuales 22 trabajan en la planta de producción.

    60% de la producción 
    anual se destina a la exportación. Sus clientes internacionales está en cuatro países de Latinoamérica.

    2 000 puntos
     de cadenas farmacéuticas del país venden sus productos. También están en Supermaxi.

    Milton Lupercio, gerente general
    Cuando Japón mando a confinamiento vi que lo que venía era serio. El 19 de marzo me reuní con todos y hablamos de la resiliencia y empezar a pensar diferente. Recientemente sacamos nuevos productos que desarrollamos en 90 días. Nos tocó reinventarrnos. Las empresas que superemos esto, que lleguemos a octubre del 2021, seremos más fuertes. Estamos aprendiendo a vivir con pocos recursos e innovar.

    Trabajadores de Dlip empacan los artículos en su planta de producción, localizada en Cotopaxi. El 60% de lo que elabora va para la exportación. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Trabajadores de Dlip empacan los artículos en su planta de producción, localizada en Cotopaxi. El 60% de lo que elabora va para la exportación. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Grupo Vikingo Con sus cauchos se afianzan grandes infraestructuras

    Pamela García. Redacción Quito / LÍDERES

    Orlando Fuentes aprendió sobre el negocio del caucho de las manos de sus padres. Con esa experiencia, el 17 de marzo de 1983 se ‘independizó‘ y abrió su propio taller de caucho artesanal bajo el nombre de Cauchos Vikingo.

    A pesar de que para Fuentes (quien trabajaba como docente en la Universidad Central), esta iniciativa comenzó como una actividad de medio tiempo, la calidad de sus productos le permitió abrirse paso en el mercado industrial.

    Tres décadas más tarde, Grupo Vikingo cuenta con más de 5 000 variedades de ítems en sus siete líneas de fabricación, así como productos bajo diseño para empresas públicas y privadas.

    Sus cauchos se pueden encontrar en mas de 40 proyectos viales como el puente del río Guayllabamba, el intercambiador del Paseo San Francisco, el puente de Tachina (Esmeraldas), el intercambiador de Chillogallo y en la recién inaugurada Ruta Viva hacia el aeropuerto de Quito.

    En este último proyecto, ejecutado por la constructora Odebrecht, la firma instaló más de 300 apoyos de neopreno, 600 metros de juntas de dilatación y 450 refuerzos antisísmicos para la construcción de los puentes. «Un 90% del caucho de estas obras es nuestro», indica Francisco Fuentes, gerente comercial.

    María José Ortiz, asistente de subcontratos de Odebrecht, indica que para este tipo de proyectos se necesitan productos que demandan certificaciones de calidad. «Grupo Vikingo cumple a tiempo y con eficiencia los proyectos. En la instalación de los puentes su servicio fue de calidad», indica Ortiz.

    Para asegurar la calidad de sus artículos, la firma trabaja conjuntamente con la Academia: la Escuela Politécnica Nacional prepara reportes sobre la dureza, resistencia y durabilidad del caucho que elaboran. «Un 90% del caucho en estas obras es nuestro por lo que nos esforzamos en fabricar lo mejor», dice Fuentes.

    Así también, la empresa produce su maquinaria y cuenta con su propia gestión metalmecánica para efectivizar sus procesos de producción. Como materia prima utiliza ocho variedades de cauchos naturales y sintéticos.

    Patricia Medina, funcionaria de Agicom, empresa ubicada en Santo Domingo de los Tsáchilas y proveedora del Grupo desde el 2010, comenta que la firma entrega 1 050 kg de caucho natural al mes. «Su producción ha aumentado en los últimos años, lo que también beneficia a nuestra empresa», dice Medina.

    En su fábrica ubicada en el sur de Quito tiene una capacidad de producción instalada de una tonelada diaria. Sus 45 colaboradores trabajan dos turnos para satisfacer la demanda de sus clientes y cumplir a tiempo los contratos.

    En el 2010, Francisco Fuentes tomó el mando de la empresa. Su principal estrategia fue la tecnificación y capacitación, no solamente de sus colaboradores sino también de sus clientes. Por eso han realizado conferencias para el manejo de caucho en Guayaquil, Quito y Cuenca.

    Así también en este proceso de rediseño organizacional su inversión en maquinaria aumentó a USD 157 000 y su fábrica se expandió de 1 100 a 1 500 metros cuadrados en cinco años.

    A partir del año pasado las ventas de Grupo Vikingo han superado los USD 1,3 millones y el objetivo para el próximo año es obtener los permisos para cerrar negocios y comenzar a exportar. «Hemos recibido ofertas desde Brasil, EE.UU. y España», comenta Fuentes.

    La empresa en breve

    Clientes. La firma cuenta con una cartera de más de 1 500 clientes.

    Materiales. Trabaja con caucho natural y sintético; siliconas industriales, nitrilos, dependiendo de los pedidos.

    Empleados. Comenzaron tres personas y hoy suman 45 colaboradores.

    EL INSIGNIA

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    ‘Trabajamos en el mejoramiento del caucho’

    Jorge Luis Chango. Jefe de Producción de Cauchos Vikingo

    Trabajo en esta empresa desde 1992 y durante esta última etapa hemos crecido y convertido en una empresa fuerte en el país.

    Una de las cosas más valiosas en estos años ha sido todo lo que he aprendido sobre el manejo del caucho con los ingenieros, tanto con el papá como con los jóvenes. La labor que realizamos en la actualidad, para la elaboración de puentes, nos motiva como empleados.

    Nosotros tenemos varias capacitaciones y charlas al año con ingenieros químicos para seguir trabajando en el mejoramiento del caucho. Así también en la empresa, el ambiente de trabajo es agradable. Nos llevamos todos y existe mucha confianza para tratar temas de trabajo.

    La frase. «La labor que realizamos para la elaboración de puentes nos motiva como empleados».