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  • Ellos convirtieron su afición en un emprendimiento

    Patricia González

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    Los deportes extremos son la pasión de los hermanos Alejandro y Santiago Pérez Uscocovich. Desde muy pequeños comenzaron a practicar surf, ‘skateboarding’ (patinaje) y BMX en estilo libre, que consiste en realizar acrobacias con bicicletas de ruedas de 20 pulgadas de diámetro.

    Todas las tardes se reunían con los amigos del barrio, en Cumbayá y el norte de Quito, para practicar ‘skate’ o BMX, recuerda Alejandro, actualmente de 31 años. Ambos participaron en competencias deportivas de estas disciplinas, en diferentes ciudades del país.

    Una vez que se graduaron del colegio, se fueron a España a estudiar. Alejandro, Derecho Ambiental, en Barcelona; y Santiago, Agroindustria, en Valencia.

    A la par, continuaron cultivando su pasión. Santiago, quien hoy tiene 29 años, practicó surf y escalada en Valencia. Alejandro, ‘skate’ en Barcelona, una ciudad con una fuerte cultura de este deporte, lo que le permitió relacionarse con patineteros de alto nivel. Además, trabajó en un ‘skatepark’ techado, un tipo de parque que no existía en Ecuador, donde solo había practicado al aire libre.

    Al retornar al país comenzaron a planificar y ahorrar para construir un parque techado en Quito para la práctica de ‘skate’, BMX y otras disciplinas. Este era un sueño que tenían desde muy jóvenes, además eran conscientes de las desventajas de practicar al aire libre en una ciudad como Quito, donde oscurece temprano y llueve casi todas las tardes en buena parte del año.

    El sueño se materializó año y medio después en el sector de Puembo, donde en enero del 2018 inauguraron Spot Skatepark, un espacio de 600 m2 diseñado por una empresa con sede en Los Ángeles, Estados Unidos. La inversión en la construcción fue de USD 40 000.

    Luego de un año y tres meses se mudaron a El Potrero, en Lumbisí (Cumbayá), un centro que agrupa distintos espacios deportivos. En esta oportunidad trabajaron con un diseño propio, con más capacidad. El espacio es de 700 m2. La reinversión fue de USD 50 000.

    El parque ofrece clases grupales e individuales y permite la práctica libre. Abre de lunes a domingo, pero por la pandemia se encuentra cerrado.
    El parque ofrece clases grupales e individuales y permite la práctica libre. Abre de lunes a domingo, pero por la pandemia se encuentra cerrado.

    Spot es un parque mixto para la práctica de ‘skate’, BMX, ‘scootering’ (acrobacias con monopatín), ‘strider bike’ (bici sin pedales para niños) y ‘parkour’ (saltos y acrobacias con el cuerpo).

    El parque es 100% de madera y el diseño de las rampas y módulos está basado en el estilo californiano de la transición, que permite la fluidez de los deportistas alrededor de toda la pista.
    El espacio ofrece clases grupales y personalizadas en las distintas disciplinas. En las grupales, el costo depende del número de clases que se tomen al mes. Las particulares cuestan USD 25.

    Las personas que están en un nivel avanzado pueden ir a practicar libremente al Spot, en las mañanas o noches. El costo de la entrada es de USD 6,50.

    Un elemento diferenciador del lugar es que cuenta con un ‘airbag’ gigante para practicar acrobacias, sin riesgo de lesionarse.

    En un día puede haber un flujo de hasta 200 personas en el parque. José Ignacio Farah, de 30 años, suele ir a practicar ‘skate’ de forma libre, unas cuatro veces por semana con amigos.
    “Es increíble el lugar. Cuando está repleto la energía es muy buena. Es un deporte individual, pero hay compañerismo. También es chévere entrenarse con poca gente”, comenta Farah, quien practica ‘skate’ desde hace cinco años.

    Por medio de un convenio con varias guarderías, Spot ofrece clases a niños pequeños para trabajar la motricidad gruesa, el equilibrio y la coordinación; con el apoyo de patinetas y bicicletas.

    El lugar cuenta con una tienda para la adquisición de patinetas, patines, bicis, ‘scooters’ y equipos de protección: cascos, rodilleras, coderas, etc. Su principal proveedor es Guayaquil Roller Shop, tienda especializada en patines.

    Al mes le surte de unos 25 pares de patines importados, indica Mariuxi Luna, propietaria. El combo de patines con protección de manos, codos y rodillas, más el casco, está entre USD 160 y 200.

    El parque se ha apoyado con auspiciantes. Uno de ellos es Kaarù Food, que les provee de yogures para los niños. Nicolás Pérez, su gerente financiero, explica que a través de esta alianza buscan promover dos temas fundamentales para la salud: el deporte y la buena alimentación.

    Por la pandemia, las actividades en El Potrero se encuentran suspendidas. Spot ha continuado ofreciendo ciertas clases virtuales. Sin embargo, lo que les ha permitido sostenerse es la venta de rampas y módulos para la práctica de estos deportes en zonas comunales residenciales o en casas. Han alcanzado a vender cerca de 70 modelos. “La gente valora seguir haciendo deporte de una manera segura”, dice Alejandro.

    Alejandro y Santiago Pérez son los fundadores de Spot. Con la pandemia se han enfocado en la venta de rampas y módulos para practicar en casa. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Alejandro y Santiago Pérez son los fundadores de Spot. Con la pandemia se han enfocado en la venta de rampas y módulos para practicar en casa. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Su afición es visitar librerías y bibliotecas

    Redacción Cuenca

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    Los viajes a Estados Unidos, Argentina, Chile y Europa y en el país, concretamente a Quito y a Guayaquil, los aprovecha para visitar bibliotecas y librerías. El interés del empresario minero Holguer Parra es revisar nuevas publicaciones, las tendencias de la literatura y adquirir libros.

    Parra, de 63 años, empezó en esta afición desde que ingresó a la Escuela México, en Ambato. Sus padres colaboraron al buscar textos para complementar sus conocimientos. Cuando él hablaba sobre un tema académico, histórico o geográfico que aprendió, sus progenitores le obsequiaban textos relacionados.

    Desde entonces ha armado una amplia biblioteca sobre una diversidad de ámbitos, como mineros, ambientales, cuencas hídricas, literatura, ética, historia, ecología, artes plásticas, entre otros.

    Parra se dio tiempo para inventariar su colección y asegura que cuenta con alrededor de 15 000 libros y revistas, que guarda en su casa, principalmente.

    En su oficina tiene los que está leyendo en la actualidad. Allí, tiene publicaciones como ‘Ilusiones, una ciudad para el tranvía’, de Eduardo Cardoso Martínez, ‘Ni atacar ni defender sino todo lo contrario’, de Daniel Samper Pizano, y ‘El Proceso’, de Franz Kafka.

    También ‘Las Tres Ratas’, de Alfredo Pareja Diezcanseco, ‘Testimonio de un comandante’, de Ernesto González, entre otros.

    Cada mañana, Parra dedica dos horas para revisar los textos porque considera que es el mejor tiempo del día para hacerlo. “No me gusta leer uno, sino varios libros a la vez, para evitar que sea monótono”.

    Otra de sus preferencias es tener textos en papel para poder llevarlos en sus viajes y porque le gusta sentir las hojas y el aroma que tienen los libros. Las obras digitales, dice Parra, solo las revisa cuando son materiales de consulta para su trabajo.

    Entre sus autores favoritos están Mario Vargas Llosa, Umberto Eco, Juan Montalvo, José de la Cuadra, Luis A. Martínez, Isabel Allende… De ellos, Parra trata de tener una colección completa.

    De esos escritores destaca libros como ‘Siete Tratados’, ‘Cómo se hace una tesis’, ‘Catilinarias’, ‘A la Costa’, ‘Hija de la Fortuna’ y ‘La Ciudad de las Bestias’. También, ‘Economía ecológica y política ambiental’, de Joan Martínez y Jordi Roca.

    Según cuenta, le gusta leer cuáles son las nuevas tendencias de las artes plásticas y sobre la ética, porque es vital tener una formación en valores. “Hay que lograr que sus familias tengan acceso a estas publicaciones”.

    Por ello, Parra busca que sus dos hijas de 9 y 10 años se interesen por el arte, deporte y, sobre todo, por la lectura. En su casa revisa los textos de su biblioteca para recomendar la lectura de ellas. Él considera que esta afición debe ser cultivada entre los menores de edad sobre otras distracciones, como el uso de dispositivos móviles.

    Parra considera que el Gobierno debería establecer como una política de Estado el brindar facilidades para que las personas tengan el hábito de la lectura, como exoneraciones tributarias para reducir el costo de los textos.

    Holguer Parra tiene una colección de unos 15 000 libros. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Holguer Parra tiene una colección de unos 15 000 libros. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES