Etiqueta: agregado

  • Esta planta le da valor agregado a la alfalfa

    José Luis Cañizares

    redaccion@revistalideres.ec

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    Durante 33 años, Miguel Iturralde vivió en Chile, pero hace cuatro retornó al país para ponerse al frente de Master Cubox S.A., una firma especializada en alimento para animales.

    En la capital de Imbabura está aplicando los conocimientos que adquirió trabajando en empresas agroindustriales chilenas como Iansa, una de las mayores productoras de azúcar, e Invertec, que se especializa en productos de deshidratación de alimentos.

    Cuando tenía 18 años, este ibarreño viajó a la nación sudamericana por estudios. En la Pontificia Universidad Católica de Chile se graduó de ingeniero agrónomo, con mención en zootecnia.

    Sin embargo, el ‘boom’ de desarrollo agrícola que registraba el país araucano le cautivó para quedarse. Tras la larga estancia volvió al Ecuador para emprender en este proyecto innovador. Ocupa la gerencia general.

    Desde enero de este año empezó a funcionar esta planta industrial que transforma las matas de alfalfa en harina o en cubos, dirigida a la dieta de caballos estabulados, explica Iturralde.

    La factoría, que abarca un área de 4,5 hectáreas, está ubicada en la parroquia de Salinas, en el norte de la capital de Imbabura.

    Éste es un sitio ideal para este cultivo. Los técnicos explican que aquí los cortes se pueden hacer cada 28 días, durante los cinco años que dura la vida útil de las plantas. Mientras en otras zonas del país se cosecha cada 35 días.

    El área industrial mide 1 800 metros cuadrados. Ahí se instaló el complejo que tiene equipos automatizados, distribuidos en tres líneas de producción. La primera es de secado y posee un horno de 38 metros de largo por 4 de ancho. La segunda es de producción de harina y la otra de cubos.

    Éste último es el producto principal. Hoy procesa 250 sacos de 25 kilos de cubos y 120 de harina. Pero, la capacidad instalada es de 1 080 000 kilos, por turno.

    Los cubos, que miden 3 x 3 centímetros, se obtiene con un método de extrusión. Mientras que el largo puede variar hasta por 10 cm de acuerdo a la necesidad del cliente, indica Andrés Montalvo, jefe de la planta. En cubos o en harina, el producto tiene una similar la composición nutritiva.

    El software Escada que se implementó en Master Cubox permite manejar todos los equipos desde un computador. Así se puede prender o apagar cada una de las líneas, regular los tiempos, la velocidad del aire, la temperatura, tener reportes de procesamiento diario, explica Montalvo. Por eso, actualmente en la empresa trabaja una decena de personas.

    Antes de ingresar a la planta, la materia prima pasa por una estación de control de calidad. Ahí se mide varios parámetros como color, contenidos de materia seca y malezas. Luego, pasa a una torre de descarga con el que se cierra el ciclo de recepción del material.

    Ahí recién empieza el proceso industrial. El primer paso es un presecado al aire libre.
    Enseguida las fibras de esta planta herbácea continúan en el proceso de deshidratado que se realizan en un horno. Por la humedad que tiene el producto es sometida hasta un temperatura de 95 °C, en un tiempo muy corto para conservar sus propiedades.

    La cosecha ingresa a la fábrica, a través de un sistema que consta de un pozo de descarga, una mesa vibrante y una cinta transportadora, que alimenta de manera homogénea el honor de la factoría. Este sistema fue desarrollado por los técnicos de Master Cubox.

    Todo inicia en el campo con la siembra, seguimiento y cosecha de la alfalfa. La firma cuenta con una logística exterior, que incluye máquinas recolectoras y camiones para el traslado de la materia prima, que se corta y se pica.

    En esta primera fase cuentan con 160 ha de sembríos. La meta es extenderse a 1 800 ha en los próximos cinco años. La mayoría son cultivos propios, pero también se abastecen de productores asociados. Han ensayo con algunas variedades de esta planta. Pero, entre las de mejor resultado está la alfalfa nacional.

    Con la Corporación Financiera Nacional obtuvieron dos líneas de crédito. La primera, que bordea USD 1 millón, sirvió para la compra de maquinaria y edificaciones. La otra, de USD 450 000, se destinó a capital de trabajo. La inversión total es de USD 3 millones.

    El próximo objetivo es la fabricación de balanceados para otro animales de granja. Unas de las alternativas es la hidrolización del bagazo de la caña de azúcar. También potenciar los cubos de alfalfa con minerales y vitaminas.

    Otros datos

    El diseño   del software de la planta estuvo a cargo de técnicos locales. Eso posibilita un manejo automatizado.

    El horno tiene una capacidad para procesar cuatro toneladas de productos terminados por hora. Tiene seis etapas.

    Los quemadores, que permiten regular la temperatura en décimas de grado, fueron diseñados por la firma Luccini.

    La firma Master Cubox tiene 16 accionistas, que integran esta sociedad anónima.
    Los planes  de exportación busca aprovechar las ventajas comparativas con cultivo permanente de alfalfa.

    Miguel Iturralde, ingeniero agronómo, se especializó en la nutrición de animales. El diseño y construcción de la planta se hizo en cuatro años. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    Miguel Iturralde, ingeniero agronómo, se especializó en la nutrición de animales. El diseño y construcción de la planta se hizo en cuatro años. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • El valor agregado repunta en la industria local

    Redacciones Quito, Guayaquil y Cuenca

    Convertir cacao fino de aroma en barras de chocolate puro de exportación, confeccionar sombreros a mano, producir línea de baño con estándares exigidos en los mercados asiáticos, diseñar muebles con demanda en Europa, ofrecer servicios turísticos de alta calidad en la selva o en el páramo…

    Los ejemplos anteriores pueden aplicarse cuando se habla de dar valor agregado a un producto. Sin embargo, en el concepto más estricto, valor agregado se refiere al porcentaje de valor nacional que se incorpora a un producto elaborado o en un proceso productivo de una determinada empresa.

    Una definición similar la da Guido Caicedo, catedrático e investigador de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol): “Es lo que la empresa le agrega al insumo o a la materia prima que se utiliza en la elaboración de un producto o un servicio”. Y añade que el beneficiario es el cliente que consume ese producto o servicio.

    Para que una empresa ofrezca valor agregado, comenta Caicedo, necesita un análisis completo de su modelo de negocio. “No es algo solamente técnico, sino de análisis del entorno, de los insumos, del segmento al que se quiere llegar… Para esto se necesitan recursos, conocer procesos y tecnologías, contar con personal capacitado y ser eficiente”.

    Otra definición, empleada en la Comunidad Andina de Naciones y en la Asociación Latinoamericana de Integración, habla de una transformación sustancial de una materia prima. Pero para Richard Martínez, representante de la Cámara de Industrias y Producción, las dinámicas empresariales han cambiado y por eso no necesariamente tiene que haber una transformación sustancial para obtener valor agregado. “Hay varias formas de generarlo con un bien industrializado, con un servicio, un producto primario”.

    En el país los indicadores de valor agregado son favorables. Según datos del Banco Mundial, el valor agregado de la industria ecuatoriana, medido en función del PIB, fue del 41% en el 2011. Esto significó un repunte frente al 2010, cuando el valor agregado llegó al 38%.

    Los datos más recientes de la Encuesta de Manufactura y Minería (2009) señalan que los cinco sectores que generan más valor agregado en monto fueron la elaboración de alimentos y bebidas; la refinación de petróleo; la fabricación de productos químicos; la elaboración de otros minerales no metálicos; y la fabricación de productos de caucho y plástico.

    Los analistas coinciden en que el sector manufacturero es clave en la generación de valor agregado. Allí encajan actividades como la elaboración de alimentos y bebidas, fabricación de metales comunes, fabricación de muebles…

    Cifras de la Cámara de Industrias y Producción señalan que en el 2011, por ejemplo, los tres principales productos manufacturados de exportación fueron vehículos (USD 375 millones); tableros de madera (USD 231 millones); y textiles (USD 187 millones).

    Otro dato: la Organización Mundial de Comercio señala que los bienes industrializados de exportación del Ecuador registraron en el 2011 un crecimiento del 3,3% y llegaron a USD 2 031 millones.

    El consultor Geovanny Romero señala que para definir el valor agregado en un proceso productivo es importante identificar el flujo de valor; es decir, todas las actividades que realmente agregan valor (que hace que el cliente pague por el producto y/o servicio), que permiten que se cumpla o alcance el proceso productivo.

    Según Romero, el valor agregado con más demanda es aquel que presenta una nueva propuesta de valor. “Es el que soluciona un problema o cumple una necesidad del cliente”.

    Al respecto, Martínez anota que el consumidor actual no es el mismo de hace 10 años. Dice que tiene más poder adquisitivo, está más conectado y es más exigente. “Compra por Internet y por eso exige más calidad en el mercado. Eso obliga a que las empresas que quieran ser competitivas ofrezcan más valor agregado”.

    Sobre los índices de competitividad, el Foro Económico Mundial dio a conocer la semana pasada el Ranking de Competitividad Global 2012-2013. En este, Ecuador se ubica en el puesto 85 de 144 naciones. Este posicionamiento implica una mejora de 16 escaños respecto del ranking del 2011, que ubicó al país en el puesto 101.

    Más del informe:

  • Los procesos óptimos definen el valor agregado

    Aunque no existe una certificación especifica sobre valor agregado, sí existen normas para demostrar que una compañía sigue procesos adecuados. El Lean Manufacturing, por ejemplo, es parte de la excelencia operacional que identifica los procesos de las actividades que agregan valor, señala el consultor Geovanny Romero.

    La forma de lograr un proceso productivo con valor agregado es eliminar los ocho desperdicios que el Lean Manufacturing señala. Estos son: trans-porte, movimiento, inventario innecesario, espera, sobreprocesamiento, sobreproducción, defectos y habilidades no aprovechadas.

    La presidenta ejecutiva de la Cámara de Industrias de Cuenca, Carola Ríos, dice que es difícil que una certificadora examine el valor agregado. No obstante, las normas del Instituto Ecuatoriano de Normalización (INEN) verifican los procesos por los que pasa el producto.

    Richard Martínez, de la Cámara de Industrias y Producción, con sede en Quito, indica que las normas Inen definen parámetros que deben cumplir los diferentes bienes. Sin embargo, estas normas no certifican como tal la existencia de valor agregado.

    Las normas de calidad definen un conjunto de características de un producto o de un servicio, agrega Martínez. Estas deben satisfacer las necesidades y expectativas presentes y anticiparse a las eventualidades futuras del usuario. Por esta razón, las empresas deben cumplir con ciertas normas, como las de Buenas Prácticas de Manufactura, que aseguran niveles de calidad para garantizar el reconocimiento de sus socios, clientes y otras empresas.

    Para Ríos, la certificación del valor agregado la otorga el cliente, quien paga por adquirir determinado bien o servicio. “Las empresas que dan valor a sus productos son competitivas”.

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    LOS PROTAGONISTAS

    • Roberto Maldonado
      Presidente Ejecutivo de Colineal, con sede en Cuenca

    ‘Tres claves: servicio, calidad y tecnología’

    Colineal oferta muebles para el hogar y tiene 24 tiendas a escala nacional y se ha expandido hacia Bogotá (Colombia), Lima (Perú) y Ciudad de Panamá (Panamá). Eso no lo hubiéramos logrado si no hubiésemos implementado valor agregado a nuestros productos.

    El diseño, la calidad y el servicio al cliente son nuestros pilares para posicionarnos en el mercado.

    Este año invertimos USD 2 millones en maquinaria robotizada que corta, talla y lima la madera para dar acabados perfectos y mejorar la productividad. Por ejemplo, el año pasado producíamos cinco comedores diarios y hoy son 50 en igual período.

    El valor agregado es un proceso continuo que, en nuestro caso, implica adquirir materias primas de calidad y estar a la vanguardia en diseños. También dar servicio de soporte al cliente, llevar los muebles hasta su casa y brindar asesoría. Nosotros construimos una relación con el cliente para convertirnos en su elección.

    • Eulalia Maldonado
      Gerenta de  Referee,  empresa textilera con oficinas en Cuenca

    ‘Para competir cuidamos cada detalle’

    En Referee, con sede en Cuenca, producimos ropa deportiva. La globalización y el acceso a la tecnología permite que el consumidor esté enterado de las tendencias de la moda y de los materiales, por lo que en nuestra empresa buscamos textiles de vanguardia como inhibidores de olores, control de humedad o con protección solar.

    De esta forma, el deportista obtiene un beneficio adicional. Aunque somos una empresa pequeña competimos con grandes marcas en la capital azuaya y nuestro objetivo es darnos a conocer en otras ciudades para abrir locales en otros mercados a escala nacional.

    Nuestra producción es computarizada para mantener los estándares en los diseños y mejorar la productividad. En Referee sabemos que el valor agregado abarca materiales de vanguardia, producción de calidad y brindar servicio al cliente. Otro servicio es la producción de uniformes deportivos para colegios del Azuay.

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    • Alberto Nácer
      Gerente comercial de Transmar Ecuador, filial de la norteamericana Transmar Group

    ‘Conocer al cliente es clave en los procesos’

    Transmar procesa el cacao y produce pasta y nibs (granos procesados) de cacao. Además de estos procesos industriales, damos valor al producto al realizar una selección de perfil de sabor según las necesidades de cada cliente. El proceso de selección de cacao por perfil sensorial lo convierte en una especialidad, en lugar de ser simplemente un commoditie.

    Respecto de la parte industrial, se procesa el producto teniendo en cuenta los requisitos físicos, químicos y los que tienen que ver con los sentidos del chocolatero. De esta manera se realiza un primer proceso, que de otra forma se realizaría en el país de destino.

    La aplicación de estos procesos de calidad es resultado de aprender a conocer a nuestros clientes, lo que nos ha permitido ofrecer productos que sean atractivos. Este valor agregado, además de generar un mejor precio de venta, ayuda a incrementar la confianza que el consumidor deposita en nosotros.

    • Francisco Mantilla
      Director Administrativo de Fundación Runa Amazon Guayusa

    ‘Mística y cultura se vende en la guayusa’

    El valor agregado de nuestro producto está en la historia de la guayusa. Es una planta amazónica nativa de la selva ecuatoriana. En las comunidades indígenas se la toma a las 04:00 ó 05:00 y se la consume en medio de un ritual. El jefe y los habitantes de la aldea comparten un momento antes de empezar a trabajar.

    Es una planta con cafeína y contiene teobromina, un estimulante que generalmente se encuentra en el chocolate, y L-teanina, un ácido glutámico análogo que

    se encuentra en el té verde que ha demostrado reducir la fatiga física y mental y combatir el estrés.

    Funciona como energizante y no tiene ningún químico. Lo importante del producto es la cadena de producción. Es una planta que crece en una zona de difícil acceso. Además, la negociación con las localidades es complicada, pero se realizó un convenio en el cuál se cancela un precio justo por la producción. Es una cadena en la cual todos ganan. El producto llega a EE.UU.

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    • Vinicio Reyes
      Gerente general y propietario de la firma Platayuc

    ‘Con certificaciones llegamos a Europa’

      Platayuc se dedica a la producción y exportación de productos de plátano y yuca. El valor agregado de la firma es el manejo adecuado de todo el proceso, desde la plantación hasta la entrega. Es importante el asesoramiento ofrecido a los productores, que va acompañado de asistencia técnica y provisión de insumos.

      Otro punto de gran relevancia es el estandarizar la producción. Esto se logra mediante la investigación de los suelos, el clima y las distintas variedades de plantas.

      Las certificaciones de calidad son otro fuerte de nuestra empresa. Por ejemplo, las plantas de Platayuc están certificadas para la producción de chifles orgánicos. Esto nos ha permitido llegar a mercados exigentes en Europa, como Francia, Alemania y Bélgica. La clave está en la transformación de la materia prima en un producto sofisticado para mercados que buscan una diferenciación en lo que consumen. No basta con ofrecer alimentos, sino ofrecer salud y calidad con ellos.

      • Alejandro Lecaro
        Propietario de la firma guayaquileña Ecua-Andino, que produce sombreros

      ‘La calidad y garantía son fundamentales’

      En sus 25 años de operación, Ecua-Andino ha aprendido que el valor agregado lo determinan los clientes. Hace unos 15 años nuestro valor agregado era entregar el producto en la mano del cliente extranjero. Hoy, en cambio, la diferenciación es lo más importante.

      En nuestro negocio es fundamental la calidad y el diseño. Detrás de cada sombrero hay un proceso largo. Involucra un equipo de diseñadores locales y extranjeros. Este proceso debe garantizar un producto que se diferencie y se destaque entre otras marcas.

      No se trata de agregar un detalle aleatoriamente que haga, en superficie, diferente al producto. Se trata de entender de colores, formas, texturas, gustos… Esto permite anticipar y proponer una tendencia en el mundo de la moda. Esto es valorado por los clientes de Ecua-Andino en el Ecuador tanto como en el resto del mundo. Ya no se venden únicamente accesorios de moda, sino también un respaldo de calidad y garantía.

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      Más información:


      • En Uzhupud, el turismo vivencial es su valor agregado

        Ivanna Zauzich Redacción Cuenca / LÍDERES

        Uzhupud significa pampa de ají, en quichua y cañari, dos lenguas indígenas. Este es el nombre que recibe una hacienda turística ubicada en 10 hectáreas en el cantón Paute (provincia del Azuay). Allí, los huéspedes pueden recoger huevos de gallina, ordeñar vacas y tomar su leche, cosechar hortalizas y frutas orgánicas. También hay piscina, sauna, turco, discoteca con karaoke, entre otras atracciones. En el 2012 su facturación bordeó los USD 940 000.

        La historia de este centro turístico se remonta a 1870, cuando la familia Vintimilla Muñoz compró este terreno donde se cultivaba ají. A ese lugar lo convirtieron en un espacio recreativo, en el que también se sembró caña de azúcar, papa, manzana, toronja, mandarina, etc. Cornelio Vintimilla usó esos cultivos, entre 1949 y 1969, para producir licores como: vodka, gin, whisky, brandy… que fueron comercializados con patentes de marcas de Francia, Rusia…, recuerda la gerenta General de Uzhupud, Claudia Vázquez.

        En el 2004, los herederos de esta familia convirtieron su legado en la Hostería Uzhupud, para mostrar al turista cómo se vivía en antaño. En ese año, la facturación bordeó USD 515 000 y trabajaban 35 personas. Siete años después, los propietarios invirtieron USD 1,5 millones en la remodelación para mejorar su infraestructura. En la actualidad cuenta con 62 habitaciones con baño privado, canchas deportivas, un centro de convenciones para 250 personas, restaurante, bar, cafetería, entre otras atracciones.

        Para Mariano Proaño, uno de sus clientes, Uzhupud presta un servicio notable y diferente a otros sitios de alojamiento en el sur del país. «Los colaboradores comprenden lo que es servicio al cliente y no dejan detalles al azar. Es admirable la organización y buena actitud».

        Una de las fortalezas de Uzhupud, dice su gerente de Operaciones, Fernando Castro, son los eventos corporativos. Pueden ser almuerzos, talleres de ocho horas o durante el fin de semana. Para María Augusta Romero, del área de Marketing y Organización de Eventos de Importadora Tomebamba (Cuenca), este es un lugar recomendado para citas empresariales. Hace tres semanas, recuerda Romero, se realizó un encuentro de Toyota del Ecuador. «El servicio, la puntualidad y la comida fueron excelentes y se preocuparon por cada detalle».

        Ese testimonio tiene sentido al ver que del total de los ingresos de esta empresa, el 60% representa la atención al segmento corporativo, explica Castro. Los eventos más comunes son talleres de capacitación, presentación de productos, convenciones de ventas. Asimismo, se realizan eventos sociales, con la atención de los 41 colaboradores.

        La gastronomía es un eje clave en Uzhupud, que oferta comida tradicional cuencana e internacional. Para Carolina Méndez, una clienta del restaurante, la comida es deliciosa y existe un servicio personalizado. Esta cuencana destaca los jardines, naturaleza, árboles frutales y animales de granja que «desconectan al turista del ruido de la ciudad».

        Claudia Vázquez señala que una de las estrategias este año fue abrir la casa Destino Uzhupud en el Centro de Cuenca. También tiene servicio de transporte para llevar a los clientes a la hostería desde Cuenca a Paute y de regreso.

        Las instalaciones

        La decoración. El concepto de decoración en la hacienda es hotel boutique. Hay suites de lujo con cocina y sala.

        Otros servicios.  En el establecimiento se ofrece hidromasaje, sauna, masajes, baño de vapor; además de canchas de tenis, fútbol y voleibol.