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  • La agroecología le permite emprender

    José Luis Rosales

    (F) Contenido intercultural

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    El Rey del ‘Ovo’, una tienda de productos agroecológicos y restaurante, es una de las nuevas propuestas que impulsa Zulay Hernández.

    Tiene 32 años y desde hace siete incursionó con su familia en la agricultura libre de químicos.

    Está vinculado a varios colectivos. Ella asegura que es una de las 600 mujeres de Imbabura que se dedican a esta actividad.

    Recuerda que cuando participó en un encuentro nacional agroecológico, que se hizo en Loja, sugirió que a más de las charlas había que incluir actividades en la que los campesinos puedan compartir sus saberes.

    En aquella ocasión improvisó un taller para elaborar pasta dental en base a hierbas con propiedades medicinales.

    Varios de esos conocimientos los adquirió cuando cursaba el bachillerato técnico agropecuario agroindustrial en el colegio Eloy Alfaro, de Ibarra. Inició la carrera de agroindustrias en la Universidad Técnica del Norte, pero la abandonó por falta de dinero.

    Su espíritu emprendedor le ha impulsado a asumir varios retos. Participa en cuatro ferias de productores en Ibarra y Quito. El producto estrella del negocio de Hernández es el ovo.

    La mujer recuerda que luego de un año de haber ingresado al primer mercado alternativo, que se desarrolla en los patios del Ministerio de Agricultura, le pidieron que regrese a vivir en el campo.

    Su familia posee una propiedad en la parroquia de Ambuquí, en el norte de Ibarra. Ahí surgió la Finca Rey del ‘Ovo’.

    El nombre lo puso Alfonso Hernández, abuelo paterno, en honor al Niño Jesús a quien le ha atribuía las abundantes cosechas del ovo.

    En una hectárea de terreno hay 150 matas de este fruto anaranjado que asegura tienen un sabor dulzón que le atribuyen al uso de abono orgánico. Aunque brotan durante todo el año, la producción plena se da en septiembre.

    También hay 11 variedades de guandul, un fréjol de zona cálida, plantas forrajeras, pastos y, al menos, 150 plantas medicinales. Antes producían en monocultivo la caña de azúcar.

    Cada uno de los ocho integrantes de esta familia tiene su rol. Zulay es la encargada de asistir a los cursos de agroecología y de replicar los conocimientos a los demás. Varias mujeres kichwas de la zona le han compartido saberes.

    También incursionó en la elaboración de artículos de aseo. Silvia Chávez, una especialista cuencana, le enseñó a fabricar jabón, champú, desodorante y detergente líquido para ropa.

    Zulay fue ensayando con sus fórmulas para obtener un jabón con textura dura, que conserve el color y que no se fermente.

    Los recursos de la venta de estos artículos se destinan al pago de la mano de obra de los parientes que trabajan en la finca.

    Otra fuente de ingresos es la visita de turistas a la finca en Ambuquí. La idea es que los visitantes conozcan sobre este tipo de agricultura y también saboreen platillos con el caldo de gallina.

    Participó en representación del Movimiento de Economía Social y Solidaria del Ecuador en un Encuentro de Mujeres Latinoamericana y del Caribe, en Panamá. Eso le permitió organizar un taller de desarrollo personal con las mujeres campesinas.

    Por lo pronto, tiene como objetivo tramitar el registro sanitario para el jabón. Hay de varios ingredientes, uno de ellos es el de achiote con ralladura de naranja.

    En la tienda Rey del Ovo también se comercializan productos de otro 12 emprendedores. Las jícamas, zanahorias blancas, aguacates, gallinas criollas, miel y café son de la Finca Mira, ubicada en el cantón de mismo nombre.

    Levi Tapia, cliente de la tienda, destaca la calidad de productos, como verduras y frutas.

    En la línea de restaurante ofrecen menús con productos tradicionales. El lunes anterior, por ejemplo, fue una sopa de arroz de cebada y un plato fuerte con arroz, pastel de camote y pollo estofado.

    En la decoración del local invirtieron USD 1000. Algunos de los elementos han sido reciclados.

    En Ibarra, Zulay Hernández abrió una tienda en el que expende productos de su finca y de otros compañeros
    En Ibarra, Zulay Hernández abrió una tienda en el que expende productos de su finca y de otros compañeros. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO
  • Proyecto Agrupar de Conquito ganó premio internacional

    Carolina Enriquez

    Redactora (I)

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    El proyecto de agricultura urbana participativa Agrupar ganó el premio de plata del Future Policy Award 2018. Este reconoce a las mejores políticas alimentarias basadas en agroecología.

    El anuncio del triunfo lo dio a conocer la Agencia de Promoción Económica de Quito (Conquito), tras recibir información del World Future Council (WFC). India ganó el reconocimiento de oro, mientras que Ecuador comparte plata con Brasil y Dinamarca.

    Agrupar lo ejecuta Conquito desde hace 16 años e involucra a más de 4 500 personas/año en actividades de autoproducción de alimentos. “El proyecto ha incidido de manera importante para que la agricultura urbana se convierta en un indicador de sostenibilidad de la ciudad”, indica la agencia municipal.

    51 políticas de 25 países participaron en el Future Policy Award. Los organizadores de este galardón destacaron el hecho de que el programa cuenta con 3 600 huertos urbanos en 32 hectáreas y más de 21 000 personas capacitadas. “Fomenta la seguridad alimentaria, aumenta los ingresos y mejora las funciones de los ecosistemas”.

    Los ganadores del Future Policy Award se premiarán en una ceremonia que tendrá lugar el 15 de octubre de 2018 en Roma.

    “Al ampliar la agroecología es posible abordar la desnutrición, la injusticia social, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Mediante una formulación de políticas eficaces y holísticas, podemos transformar nuestros sistemas alimentarios para que respeten a las personas y al planeta. Los ganadores del Future Policy Award 2018 demuestran que es factible. Los responsables políticas de todo el mundo deberían seguir su ejemplo e intensificar una acción política ejemplar similar», afirma Alexandra Wandel, directora del WFC.

    Agrupar lo ejecuta Conquito desde hace 16 años e involucra a más de 4 500 personas/año en actividades de autoproducción de alimentos.
    Agrupar lo ejecuta Conquito desde hace 16 años e involucra a más de 4 500 personas/año en actividades de autoproducción de alimentos. Foto: Cortesía Conquito
  • Propugnan un cambio de mentalidad para hacer la agricultura más ecológica

    Agencia EFE

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    La agricultura puede ser más ecológica si se cambia la mentalidad de sus principales actores, incluidos agricultores y gobiernos, dijo este 9 de abril Etienne Hainzelin, experto en agronomía y desarrollo.

    Hainzelin sostuvo que «no será fácil un cambio de usos para todos los grupos interesados», por lo que se necesita «un cambio de mentalidad».

    Este experto del Centro Francés de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (Cirad) participó en un coloquio sobre prácticas agroecológicas en la sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), «Si tienes suelo, sol, lluvias y biodiversidad de manera gratuita, ¿por qué no aprovechas esos recursos durante el tiempo que no tienes ningún cultivo en la tierra?», se preguntó el investigador, que instó a recuperar biomasa en aquellos lugares donde el cultivo solo se desarrolla durante una parte del año.

    La agroecología busca la sostenibilidad ambiental de los sistemas de producción agrícolas frente a un modelo de agricultura generalizado y centrado en el uso intensivo del terreno cultivable y de productos químicos como pesticidas.

    Hainzelin defendió ese nuevo sistema como una «nueva oportunidad» para los países en desarrollo que quieren vender sus productos en un mercado globalizado, por lo que animó a promover esas prácticas a pesar de sus costes iniciales.

    Puso de ejemplo países como Brasil, donde hay una «fuerte comunidad que impulsa el proceso de cambio»; Cuba, donde años atrás se pusieron en marcha acciones de ese tipo para fomentar la producción interna ante el embargo estadounidense; Francia, Laos o Argelia, por sus iniciativas políticas en ese sentido.

    El profesor reconoció que se mantienen «obstáculos» para desarrollar esas ideas debido, entre otros, a los grupos de presión y los modelos imperantes, pero consideró que hay necesidad de un cambio ante problemas acuciantes como el cambio climático o la inseguridad alimentaria en el mundo.

    Según el BID hay que aprovechar los recursos que existen y diversificar a partir de esos recursos: agregar valor a los productos de minería y de agricultura. Foto: Glenda Giacometti/ El Comercio
    Según el BID hay que aprovechar los recursos que existen y diversificar a partir de esos recursos: agregar valor a los productos de minería y de agricultura. Foto: Glenda Giacometti/ El Comercio