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  • El proceso de incubación se acopló al aislamiento

    Redacción Cuenca  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El centro Prendho, de la Universidad Técnica Particular de Loja, adaptó su metodología para la incubación y el aceleramiento de los emprendimientos. Sus procesos fueron ajustados a la modalidad virtual debido al confinamiento y distanciamiento social por la pandemia del covid-19.

    Prendho basa su trabajo en un concepto de pensamiento en acción de Babson College, que es uno de los líderes mundiales en formación profesional y que es su aliado estratégico.
    Esta metodología se debe desarrollar en un ámbito de libertad y movilidad, que no hay en este confinamiento, dijo Marcos Vega, director de Prendho. “Ha sido difícil porque no hemos podido interactuar físicamente con los emprendedores”.

    Por ello, todo el proceso como la formación, mentoría, ‘couching’, validaciones, generación de ventas y otras fases se efectuaron de forma virtual. La primera promoción bajo esta alternativa se graduará a finales de este mes.

    Son ocho emprendimientos relacionados con la tecnología, comunicaciones, electrónica, servicios y alimentos de Loja, Cuenca y Quito. Según Vega, ellos ya tenían un buen avance del proceso hasta cuando se inició la cuarentena en marzo, pero faltaban cosas muy importantes, como la validación del prototipo para constituirlo en un producto mínimo viable.

    Además, faltaba el diseño de la estrategia de marketing, penetración en el segmento de mercado escogido. Todo se hizo de forma virtual. El paso de Loja, Cuenca y Quito a semáforo amarillo permitió acelerar el proceso, al existir algunas libertades, señaló Vega.

    La semana pasada también empezaron el proceso de incubación otros 25 proyectos. Fueron escogidos entre 120, que se presentaron a la convocatoria de febrero pasado. Se prevé que se gradúen a finales de año.

    Estos nuevos emprendimientos tuvieron que adaptarse a las condiciones. De forma virtual desarrollaron y elaboraron el denominado ‘pitch’, que es una presentación para mostrar la necesidad identificada y cómo satisfacerla. Ahora, iniciaron la elaboración del modelo de negocio y la oferta de valor.

    “Hemos ajustado los talleres a la alternativa virtual, para que exista una interacción muy fluida entre los emprendedores, capacitadores, mentores… En Prendho no usamos la modalidad a distancia, sino e-learning”. Es decir, explicó Vega, es un aprendizaje en línea bajo un concepto interactivo porque no ha cambiado la filosofía de pensamiento en acción.

    El tema fundamental es que deben cumplir los retos como parte del proceso. Al último, por ejemplo, deben generar las primeras ventas. Este es uno de los parámetros más exigentes.

    Para lograr las ventas deben contar con un producto o servicio viable, que antes fue prototipo validado y corregido. “Muchos emprendimientos no logran cumplir a tiempo con cada etapa porque no es tan fácil y se requieren recursos económicos. Este tipo de carencias tratamos de solucionar en Prendho”, aseguró Vega.

    Emprendimientos
    Los graduados.  Los proyectos que están finalizando su proceso en Prendho son: Allpafruv, Traby, Natem, Brincos BJ y Clipp. También, Beer Bubbles Products, Gluzy y Vorsix. Son emprendedores de Loja, Zamora, Cuenca y Latacunga.
    Las iniciativas. Son emprendimientos que están relacionados con la elaboración de yogur de frutas enriquecido con verduras, cerveza artesanal, aplicaciones móviles y productos de cuidado personal.
    Los proyectos. Otras iniciativas ofrecen un glucómetro portable no invasivo mediante el uso de un infrarrojo y, finalmente, un negocio de diseño de sistemas de energía renovable.

    Antes de la pandemia del coronavirus, las capacitaciones y talleres se efectuaban en el coworking de Prendho. Foto: Cortesía Prendho
    Antes de la pandemia del coronavirus, las capacitaciones y talleres se efectuaban en el coworking de Prendho. Foto: Cortesía Prendho
  • Oportunidades de negocios se multiplican con el ‘e-commerce’

    Redacción Quito

    y AFP (I)

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    La cuarentena, el distanciamiento social y el temor al covid-19 se convirtieron en catalizadores del comercio electrónico en Ecuador. Esta actividad, que hasta el año pasado se desarrollaba con un ritmo de crecimiento de un 20% anual, se aceleró desde marzo pasado cuando el país entró en la emergencia sanitaria.

    También llamado ‘e-commerce’, las compras en línea viven un momento único en el país en estos momentos y promete una serie de oportunidades para el futuro inmediato. En el 2018, la actividad movió cerca de USD 1 200 millones de dólares. El año pasado la cifra estuvo cerca de los 1 500 millones y este año “será una locura”, según Leonardo Ottati, presidente de la Cámara de Comercio Electrónico del Ecuador.

    Una muestra de la explosión del ‘e-commerce’ son las plataformas digitales de delivery. Los repartidores de estos negocios se han convertido en parte del paisaje de diferentes ciudades del país con sus entregas a domicilio en las últimas seis semanas.

    Un ejemplo es Tipti, la plataforma ecuatoriana que de 20 000 usuarios en febrero pasado hoy suma cerca de 150 000, según datos que comparte Rafael Luque, cofundador de este negocio que se mueve entre el comercio electrónico y las entregas a domicilio.

    “La gente tuvo que perder el miedo al ‘e-commerce’ a la fuerza, pero aún hay algunos temores por posibles estafas. Aún así los ecuatorianos ya están probando cómo funciona el comercio electrónico en distintas clases de negocios”.

    Luque comenta que Ecuador avanzó en un mes lo que se esperaba que tome dos años. “Nos adelantamos en el tiempo. Ahora se está afianzando el hábito, es algo que toma tiempo”.

    En Tipti, los productos más demandados al inicio de la cuarentena fueron medicinas y alimentos. Ahora, asegura Luque, el comercio electrónico es para todo
    tipo de producto.

    Ottati comparte ese optimismo y dice que en el corto y mediano plazos, las oportunidades en el canal digital serán para electrodomésticos, materiales de construcción, artículos para el hogar, repuestos automotrices, etc.

    “Con la epidemia la gente confirmó que el tiempo es oro y de ahora en adelante la gente preferirá en principio ir a un local para ver el producto que desea, pero la compra se hará en línea, de manera segura, ahorrando tiempo y evitando aglomeraciones.

    Otro factor que impulsa esta actividad es la penetración de Internet. Hasta finales del 2019 los datos oficiales del Ministerio de Telecomunicaciones señalaban que 8 de cada 10 ecuatorianos accedían a Internet.

    Esto deja ver que el potencial para el ‘e-commerce’ tiene aún camino por recorrer, en palabras de José Sáenz, director de la Cámara de Innovación y Tecnología ecuatoriana (Citec). Este experto en comercio electrónico calcula que el 20% de la población ya había hecho transacciones en línea antes de la emergencia sanitaria.

    Para Sáenz, otros productos que tienen buenas perspectivas de venta en Internet de ahora en adelante son los que tienen que ver con alimentos y en menor medida el segmento de línea blanca, electrónicos y vestimenta.

    Otro de los actores que complementan la actividad del comercio electrónico es la plataforma Rappi. El CEO en Ecuador, Alejandro Freund, cuenta que esta plataforma está entrando con fuerza al ‘e-commerce’ dadas las circunstancias del país. “Pensamos que lo que más se va a mover son supermercados y farmacias, artículos de salubridad como guantes o gel, así como la categoría ‘fitness’, vitaminas y medicinas”.

    Otros productos que tendrán demanda en canales digitales, según Freund, son electrodomésticos, productos para el cuidado de bebés, artículos de cuidado personal y productos para mascotas.

    En este camino, añaden los consultados, serán fundamentales las alianzas entre firmas de ‘retail’ y otros negocios con portales de comercio electrónico.

    Una ola de ventas en línea, en camino

    Las cifras globales del comercio electrónico son difíciles de cuantificar para un mercado pequeño como el ecuatoriano. A finales de abril, por ejemplo, se supo que Amazon presentó unos beneficios por USD 2 535 millones entre enero y marzo del 2020. Este monto es cerca del 3% del producto interno bruto del Ecuador.

    Una persona trabaja en una de las bodegas que Amazon tiene en Nueva York.
    Una persona trabaja en una de las bodegas que Amazon tiene en Nueva York. Foto: AFP

    Sin embargo, esos beneficios del gigante del comercio electrónico son un 29% menos que los USD 3 561 millones que obtuvo en beneficios el primer trimestre del año pasado. Aun así, la firma se mantiene como referente del comercio electrónico global. Es la vitrina de miles de productos.

    En Ecuador, los esfuerzos para sumarse a la tendencia global del ‘e-commerce’ lleva varios años y se ha acentuado en estas semanas. Cadenas como De Prati aplican una estrategia digital hace algún tiempo, y hoy la refuerzan.

    Jéssica Dávila, gerenta de Comercio Electrónico de De Prati, cuenta que la firma usa canales digitales desde hace 12 años y que en el 2019 las ventas en línea representaron el 3% del total de la facturación.

    Con la actual coyuntura de la emergencia sanitaria, “nos proyectamos a un crecimiento de doble dígito y aumentar nuestra participación de venta sobre el total de venta de la compañía”.
    La ejecutiva comparte otro dato: las visitas por día registran un crecimiento de más del 50%. Además, De Prati ha incorporado nuevas categorías en la tienda virtual que se sumarán a las tradicionales moda, belleza, hogar y tecnología .

    En el caso de Sukasa, la experiencia digital empieza a dar sus primeros pasos, en medio de la emergencia sanitaria. La cadena activó el pasado 4 de mayo el servicio de mantenimiento, soporte técnico, ventas telefónicas y entregas a domicilio.

    El proceso empieza en su página web, donde se selecciona el producto. Luego se da la transacción final y la entrega al comprador. Los pagos se efectúan con crédito directo o tarjetas participantes.

    José Sáenz, director de la Cámara de Innovación y Tecnología Ecuatoriana, indica que las empresas que empezaron a usar el ‘e-commerce’ hace unos años tienen ventaja. “Cuentan con un canal digital maduro y están cosechando frutos vendiendo tres o cuatro veces más ahora que en meses anteriores a la pandemia”.

    Para Sáenz, de esta manera se genera una ola y muchas empresas que tenían recelo al comercio electrónico, ya se están sumando a la tendencia. “Conozco de empresas que abrieron los ojos. La gente no va a ir a un ‘mall’ o a una tienda, cambió su comportamiento. La gente está conociendo los beneficios de los canales digitales, lo que dará pasó a un nuevo hábito de compra. Para responder a esta demanda, las empresas ya desarrollan planes para satisfacer a los compradores”.

    Leonardo Ottati, presidente de la Cámara de Comercio Electrónico, considera que hoy en día las grandes marcas están dando el ejemplo a las más pequeñas, pero admite que también se encuentran negocios o pymes que se mueven bien en este canal.

    Otra tendencia que pronostican los expertos en esta materia es la omnicanalidad. Esto significa que muchos negocios mantendrán un espacio físico, pero la compra se hará en línea. Así lo asegura Rafael Luque, cofundador de Tipti.

    “Esto además dará paso a la creación nuevos empleos en áreas tecnológicas de portales y empresas que se suman al ‘e-commerce’ en el Ecuador”.

    Las tradicionales tiendas de EE.UU. ante un abismo financiero

    Una parada en la gran tienda por departamentos Macy’s a dos cuadras del Empire State Building suele ser parte de la lista de actividades de los turistas en Nueva York. Pero los visitantes podrían tener que buscar otro templo de compras cuando pase la pandemia.

    La fachada de un local de la cadena Macy’s. La célebre cadena busca levantar miles de millones de dólares para mantenerse a flote.
    La fachada de un local de la cadena Macy’s. La célebre cadena busca levantar miles de millones de dólares para mantenerse a flote. Foto: AFP

    Macy’s propietaria también de la marca Bloomingdale’s, lucha por sobrevivir, como muchas grandes tiendas obligadas a cerrar sus locales y enviar al seguro de desempleo a miles de empleados.

    Las ventas de tiendas de ropa y accesorios cayeron a la mitad (-50,5%) en marzo según el Departamento de Comercio, en medio de medidas de confinamiento para combatir la pandemia.

    Cuando debería concentrarse en las colecciones para el verano boreal, Macy’s está más ocupada en levantar miles de millones de dólares para mantenerse a flote, según fuentes bancarias.

    La célebre cadena de tiendas tuvo que enviar a paro técnico (paro de actividades sin despido) a la mayoría de sus 130 000 empleados tras cerrar todas sus tiendas.

    Con muchos consumidores sin empleo -26 millones de personas se inscribieron a los subsidios por desempleo en cuatro semanas desde mediados de marzo en EE.UU.- no es seguro que la firma se recupere. La agencia calificadora S&P rebajó la nota crediticia de Macy’s por considerar que la prolongación del distanciamiento social amenaza a esta empresa.

    Las tiendas JC Penney y Nordstrom podrán resistir financieramente por unos ocho meses, calculó la consultora Cowen. Peor es el caso de Kohl’s, que tiene cinco meses de resto financiero, mientras que otras marcas conocidas como Lord & Taylor ya explora opciones de reestructuración.

    En Tipti las actividades se aceleraron por la pandemia. El equipo creció de 70 colaboradores a inicios de marzo  a algo más de 300 hasta la semana pasada.
    En Tipti las actividades se aceleraron por la pandemia. El equipo creció de 70 colaboradores a inicios de marzo a algo más de 300 hasta la semana pasada. Foto: Archivo LÍDERES
  • Cuatro días laborales y 10 de aislamiento

    Agencia EFE

    Un investigador del Instituto Weizmann de Ciencias de Tel Aviv ha desarrollado un modelo matemático que propone cuatro días laborables y diez de confinamiento, frente al cierre total, para reactivar la economía y dar un respiro psicológico, mientras dure la crisis del coronavirus.

    El físico teórico y profesor de Biología de Sistemas israelí, Uri Alon, detalla la estrategia matemática que ha desarrollado con su equipo tras el cierre total impuesto en China e Italia, que “va copiando el resto del mundo” y que, a largo plazo, cree el Instituto Weizmann, destruirá la economía global y generará una pobreza y mortalidad de mayores consecuencias que el covid-19.

    Con su cierre parcial, “quienes se infecten durante los días de actividad pasarán el tiempo de contagio confinados en casa sin extender el virus y sin infectar en la vuelta al trabajo”, aclara Alon en base a su modelo epidemiológico de propagación de la enfermedad.

    El principio base es situar el ratio de infección por debajo de 1, el número de individuos que infecta una persona contagiada, lo que erradicaría la pandemia a largo plazo.

    Así, Alon hace dos propuestas: dos días laborables y cinco de confinamiento o cuatro y diez, respectivamente, siguiendo el cuadro clínico por el que la mayoría de personas infectadas son infecciosas durante tres días, que comienzan cuatro después de la exposición, lo que reduciría el contagio exponencialmente al disminuir el tiempo de contacto.

    “Por supuesto, el modelo (2/5 – 4/10) puede tener variaciones en la realidad. Habría que ir probando, siempre se puede volver al cierre total”, propone este investigador, con el fin de abrir el debate para desarrollar un confinamiento “inteligente”, porque la actual situación es “insostenible”.

    Con un levantamiento total del cierre, vuelve el riesgo de infección, por lo que su propuesta permite controlarlo y, lo que es también importante, devolver cierta normalidad durante unos días por semana a la población, al tiempo que activa parte de la economía.

    El Gobierno de Israel ya conoce la propuesta, pero el país todavía no ha llegado al pico de contagios para aplicarla. En estos momentos tiene más de 6 000 positivos y una cifra diaria de infectados que aumenta progresivamente, hoy tuvo más de 600. La enfermedad ha causado 32 muertes en el país.

    Solo “cuando el número de diagnosticados baje durante una o dos semanas”, como está ocurriendo en Italia, se puede plantear este cierre parcial, cree Alon.

    Eso sí, advierte, durante los pocos días de cuasivuelta a la normalidad del modelo, la interacción social deberá ser limitada, las medidas de higiene estrictas y las personas en riesgo o infectadas no podrían salir. Y, en los días de cierre, se puede aprovechar para desinfectar los lugares públicos.

    La reactivación laboral afectaría a un 40% de las actividades económicas, ya que no todos los sectores podrían operar al mismo nivel que en el pasado y, en principio, su aplicación se circunscribe a regiones o estados, para evitar los casos importados.

    El número de desempleados en Israel superó esta semana el millón de personas (de una población de nueve) de los cuales el 80% se registró el pasado marzo. Así, se elevó el desempleo al 24,4%, una cifra desconocida en el país, que en octubre pasado registró un mínimo de un 3,4%. Es una tendencia que se repite en el mundo, con el cierre total o parcial de la actividad económica.

    Advertencia de la OIT

    La OIT considera que el mercado del empleo se enfrenta con la pandemia a su “mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial”, con 1 250 millones de trabajadores que corren el riesgo de despidos o de reducción de salarios.

    Según un estudio publicado el martes de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), una agencia de la ONU, se estima que la pandemia del nuevo coronavirus puede hacer desaparecer 6,7% de las horas de trabajo en el mundo solamente en el segundo trimestre del 2020, es decir el equivalente de 195 millones de puestos a tiempo completo.

    Estas duras pérdidas son sobre todo esperadas en países de ingresos intermediarios superiores (100 millones de equivalente tiempo completo afectados) , una situación que “va más allá de los efectos de la crisis de 2008-2009”.

    Los países árabes y Europa se verán fuertemente afectados, debido a su población, pero en términos absolutos, es la región Asia Pacífico la que más padecerá la situación en este período del año.

    Globalmente, estas devastadores pérdidas en términos de horas trabajadas y de empleos constituyen “la crisis mundial más grave desde la Segunda Guerra Mundial”. Debido al confinamiento, en la población activa mundial de 3 300 millones de personas, más de cuatro de estas sobre cinco (81%) están actualmente afectadas por el cierre total o parcial de los lugares de trabajo.

    Una empleada de un supermercado lleva alimentos a un vehículo, en Florida. El riesgo de perder el trabajo crece con el covid-19
    Una empleada de un supermercado lleva alimentos a un vehículo, en Florida. El riesgo de perder el trabajo crece con el covid-19. Foto: AFP