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  • Industria ajusta ideas para el retorno

    Giovany Astudillo

    Editor. (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    La mayoría de las 114 empresas que funcionan en el Parque Industrial de Cuenca, ubicado en el norte de la ciudad, suspendieron sus actividades por el distanciamiento social que busca frenar la expansión del covid-19. Solo funcionan las plantas que elaboran lácteos, bebidas no alcohólicas, embutidos y otros productos de primera necesidad.

    Lo hacen en horarios reducidos y con menos trabajadores. Los ejecutivos del resto de industrias como cerámica, neumáticos, línea blanca, etc., dedican este tiempo al análisis de proyectos pendientes que están orientados a mejorar la productividad y eficiencia en los procesos, dice Diego Malo, gerente de Fibroacero y presidente de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca.

    También, ajustan sus planes para reactivar sus operaciones una vez que finalice la cuarentena porque hay que incrementar las medidas de control pues el virus no ha desaparecido, indica.
    A más del tema sanitario que es la prioridad, destaca, está el económico porque las empresas tienen complicaciones en el flujo de caja. “Los pocos recursos se han destinado al pago de sueldos. Hay predisposición de la banca para aplazar los cobros y los proveedores no exigen cancelar”. Por ello, también, elaboran un plan de pagos en el futuro.

    El grupo Colineal cuenta con una estrategia. Su presidente, Roberto Maldonado, explica que esta incluye conservar el empleo de sus colaboradores, aplicar horarios diferenciados en la fábrica para evitar aglomeraciones, mayor uso de implementos de seguridad sanitaria y control médico antes de ingresar a la planta, durante la permanencia y después de salir de la misma.

    Maldonado tiene previsto abrir paulatinamente sus tiendas en el país, una vez que exista la autorización del Gobierno. “Es muy complicado que las actividades se puedan normalizar en el corto plazo, sobre todo para actividades como la nuestra, que son productos (muebles) que no son de requerimiento inmediato”.

    El industrial explica que la planta cuenta con un ‘stock’ de productos que pueden abastecer al mercado nacional y extranjero. “No se llamará a todo el personal”.

    La situación es diferente para las empresas de alimentos. Manuel Zamora, gerente general de Oriental® Industria Alimenticia, dice que su empresa está operativa en un 70%, incluyendo las plantas de La Maná y Quevedo. Lo mismo ocurre con la flota de distribución y el personal administrativo.

    Indica que una vez que haya terminado la emergencia sanitaria, el objetivo principal será reactivar al personal restante, que se encuentra con suspensión de jornada por tratarse de trabajadores de grupos vulnerables y/o que cuentan con permisos médicos avalados por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

    Zamora señaló que, en el momento, no tiene una proyección real de los efectos de esta emergencia. “Pero una vez terminada, la empresa evaluará los resultados para tomar medidas pertinentes, garantizando siempre el cumplimiento de los derechos de nuestros trabajadores, así como de nuestras metas de producción”.

    Por su parte, Patricio Calderón, gerente general de Pasteurizadora Quito, señala que la fábrica no se ha paralizado en ningún momento. “Hemos puesto en marcha rigurosos protocolos de protección a las personas y estamos haciendo los esfuerzos necesarios para garantizar el suministro de leche a la población”.

    Según Calderón, una vez que finalice el lapso de distanciamiento la empresa retomará sus proyectos de ampliación de operaciones de distribución en el país.

    Él explica que existe un incremento en el consumo de leche en la población y debido a eso, la demanda de las últimas semanas ha sido creciente y “aunque sorteando muchas dificultades, logramos atenderla en el 100%. Confiamos en que la tendencia se mantenga en beneficio”.

    La proyección de la empresa, agregó Calderón, es que el consumo de productos lácteos como leche, queso, yogur, crema, mantequilla, entre otros, crecerá en 3% durante el 2020 en relación con el año anterior.

    La mayoría de las industrias, locales de importadores y bodegas del Parque Industrial de Cuenca está cerrada durante la emergencia por covid -19
    La mayoría de las industrias, locales de importadores y bodegas del Parque Industrial de Cuenca está cerrada durante la emergencia por covid -19. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • La CFN se ajusta a la realidad financiera

    Redacción Quito

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    redaccion@revistalideres.ec

    Soledad Barrera, Presidenta de la Corporación Financiera Nacional, analiza la coyuntura económica y el efecto en el financiamiento que entrega esta entidad pública. También ofrece detalles de los productos presentados para facilitar las actividades productivas.

    La Corporación Financiera Nacional tiene nuevos productos como el CFN Construye o el Factoring Electrónico. ¿Cuál es la estrategia detrás de estos productos?
    Son dos productos que cubren segmentos y necesidades distintas. Siempre hemos estado alineados con el apoyo al sector privado y productivo. Ya habíamos incursionado en el financiamiento de vivienda de todo tipo y valor, y de apoyo a urbanizaciones; además, los constructores nos contaron los cuellos de botella para incursionar en lo que es vivienda social y vimos que había un segmento para atender. No queríamos entrar, porque no queremos competir ni ganarle mercado a la banca privada, pero vimos un segmento en viviendas entre los 40 000 y 70 000 dólares. Entonces se articuló el programa y se lanzó en abril. Financiamos al constructor, les damos una línea de crédito que se revisa cada año. Notamos que uno de los problemas es que no hay mucho crédito en general y también las garantías dificultaban el acceso a recursos.

    ¿Cómo está evolucionando este producto?
    Muy bien. Teníamos la previsión de financiar unas 2 250 viviendas y creemos que vamos a superar esa meta. Tenemos proyectos y promotores inmobiliarios interesados.

    ¿Cuántos constructores están participando?
    El grupo no es muy grande, pero son personas especializadas. Los acabados, por ejemplo, representan un costo que se multiplica por miles de casas y un error menor puede ser representativo. Por eso trabajamos con gente de experiencia. Nos hemos reunido con asociaciones de promotores inmobiliarios y antes de lanzar el producto nos dieron retroalimentación. Si vemos que hay algo que afecte al mercado estaremos prestos a hacer los ajustes necesarios. Tenemos constructores en Quito, Guayaquil, Los Ríos. Tratamos de cubrir las áreas con mayor brecha de vivienda social.

    ¿Qué presupuesto tiene el programa CFN Construye?
    Es un presupuesto estimado de 200 millones, para el producto en general en los próximos dos años. Hasta fin de año, en aprobaciones estarían unos 70 millones que se aprobarían y listos, en ejecución.

    ¿Y el resto?
    Seguimos utilizándolo. La planificación es anual y en el 2016 y el 2017 seguirá el producto.

    ¿Ustedes han sentido el freno que afecta este año al sector de la construcción?
    No. Nos han manifestado inquietud y que están revisando proyectos, pero no han desistido porque el programa está bien articulado, con apoyo del Bies y un incentivo a la banca privada que también ha entrado en el financiamiento a los constructores de vivienda.

    ¿Cómo evoluciona el año para la CFN con un freno en la economía reconocido por las principales autoridades?
    Estos temas de coyuntura afectan definitivamente. El Presidente de la República ha explicado varias veces que hay menos recursos ingresando al país. Pero yo siempre creo que en momentos de dificultades la gente crece y tiene que ser más creativa. Esto no quiere decir que nos abstraigamos de la realidad. Todos estamos llamados a meter el hombro y no podemos alegrarnos de que le vaya mal al Gobierno. Me congratulo por tener empresarios que siguen apostando en la construcción. Sí hay menor acceso a fuentes de financiamiento, pero la CFN sigue trabajando, ningún proyecto de CFN Construye esta detenido, pero sí hemos recortados recursos en sectores que estimamos no prioritarios.

    ¿Por ejemplo?
    El programa de financiamiento bursátil se redujo de manera importante, para privilegiar a sectores que tampoco tienen acceso a banca privada. Otro tema es las líneas de redescuento a la banca privada, allí se privilegian inversiones que no son de un volumen muy importante y que sí ayudan en capital de trabajo. Además, hemos desincentivado grandes operaciones a largo plazo. Allí aparece el producto de factoring electrónico, que se enfoca en el capital de trabajo.

    ¿Cómo funciona este nuevo producto de la Corporación?
    Tomamos al empresario con su negocio como ancla. La CFN califica a la empresa ancla y le da la posibilidad de tener una línea de crédito. En una plataforma tecnológica se registra la empresa y esta ingresa el valor de cada factura que podrá ser descontada por el proveedor. Luego de una revisión de documentos y tras ser aprobado, en un plazo de 72 horas el dinero se deposita a los proveedores.

    ¿Si una empresa aplica es porque no tiene liquidez?

    No necesariamente. Hay que saber manejar la liquidez y con este producto las empresas tienen la posibilidad de familiarizarse con el sistema financiero, de gestionar mejor sus recursos y saber que pueden acceder a liquidez sin endeudarse. Es un producto que sirve para cualquier momento y en esta circunstancia es muy probable que sirve más.

    Usted dice en esta circunstancia. ¿Se refiere al momento económico del país?

    Al momento económico en el sentido en que nos han comentado que no hay acceso a las fuentes de financiamiento.

    ¿Cómo avanza este año la colocación de créditos para el sector productivo?
    Hasta julio se ha mantenido las previsiones iniciales. Estamos haciendo una revisión para saber si mantenemos las previsiones. Hasta agosto se desembolsaron 272 millones de dólares. Este año la meta era colocar 725 millones y ahora estamos revisando las metas. Creo que estaríamos por debajo de lo previsto.

    ¿Qué previsiones tiene la Corporación Financiera Nacional para el próximo año?
    Vamos a seguir con vivienda. Un producto nuevo no habrá. Con los que tiene la CFN puede atender todo el sector productivo en diferentes demandas y necesidades. Somos sólidos y solventes. Los resultados de este año están sobre la meta, la utilidad neta está por encima de lo planificado.

    Hoja de vida

    Trayectoria. Su experiencia está enfocada en la banca de desarrollo internacional y nacional. Durante los últimos 20 años de su carrera profesional ha estado vinculada a la Corporación Andina de Fomento (CAF), Banco del Estado y Banco Ecuatoriano de la Vivienda (BEV).

    A escala regional. Fue miembro del Consejo Directivo de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras de Desarrollo (Alide), organización conformada por más de 80 instituciones dedicadas al desarrollo latinoamericano.

    Su cargo actual. Hoy es representante del Presidente de la República ante el Directorio de la Corporación Financiera Nacional (CFN) y como tal es Presidenta de la institución.

    Soledad Barrera es la Presidenta de la Corporación Financiera Nacional. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES.
    Soledad Barrera es la Presidenta de la Corporación Financiera Nacional. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES.
  • La mujer conservadora se ajusta a su calzado

    Redacción Quito

    ‘El zapato mocasín para damas es la especialidad de la casa”. Así define Gonzalo Flores, representante legal de Calzado Best, a la producción que lleva a cabo esta fábrica, con sede en Machachi (sur de Pichincha).

    La pyme confecciona un aproximado de 3 000 pares de zapatos mocasín para mujer al mes. Este producto se caracteriza por no tener cordones que lo sujeten desde el empeine o parte superior del pie.

    Flores dice que la estrategia de Best -y que les permite alcanzar los USD 50 000 en facturación promedio al mes- es elaborar calzado para un nicho de mercado amplio y de gustos exigentes.

    Las clientas de Calzado Best son mujeres de más de 40 años. “El confort al calzar es un aspecto primordial al momento de elegir estas prendas. Aunque el diseño es tradicional, la fidelidad de nuestras usuarias nos mantiene en el mercado”.

    Dorinda Aguilar, una comerciante de 50 años y usuaria de esta marca, coincide con Flores. Ella explica que sus labores le obligan a mantenerse de pie, por más de siete horas al día. “Cada par me dura hasta un año y medio, por eso compro tres pares a la vez. Son parte de mis herramientas de trabajo”.

    El emprendimiento surgió en 1998 con una inversión promedio de 20 millones de sucres (unos USD 3 700 al cambio de la época) y desde hace dos años ha destinado unos USD 125 000 en la adecuación de una planta industrial.

    La inversión, además de un terreno de 630 m², se enfocó en la adquisición de maquinarias para mejorar la productividad y obtener certificaciones para sus prácticas de manufactura. El monto contempla un comedor para la alimentación diaria de los 25 empleados de la firma, en su mayoría, moradores del sector.

    La materia prima para la elaboración del calzado proviene, entre otras, de la firma Curtiland, con sede en Latacunga. Danilo Lanas, jefe de Ventas, manifiesta que semanalmente proveen unos 800 m² de cuero y fibras similares a Calzado Best.

    Para confeccionar cada par de zapatos se requiere un promedio de 130 cm² de estos materiales. El cuero se prensa antes de que sea cortado, para eliminar las arrugas en el producto.

    El diseño de un calzado del tipo mocasín consta de tres piezas fundamentales que se unen con pegamentos e hilos. Se trata de la capellada o parte que cubre el empeine del pie; la punta y talonera que cubren los laterales del pie, y la suela.

    Elsy Misnasa, subgerenta de Dimar, una comercializadora ambateña de suelas y materiales sintéticos, comenta que llevan tres años como proveedores de Calzado Best. A esta firma le proveen un aproximado de 500 m² semanales de materiales sintéticos. Estos se usan en el recubrimiento interior del zapato. También les entregan otros materiales para la elaboración de las plantillas para el pie.

    Rocío Sañay, propietaria de Calzado Paolita, un negocio ubicado en el centro de Riobamba, indica que en este local se comercializan un promedio de 200 pares de mocasines Best al mes. “Es común encontrar estos productos en las ferias y mercados populares de las ciudades y poblados de la Sierra centro como Ambato, Riobamba, etc.”.

    Según el representante legal de Calzado Best, los principales mercados de esta marca están en las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Azuay, Manabí y Guayas.

    Blanca Tacuri, administradora encargada de Calzado León, un negocio ubicado en el centro de Guayaquil, cuenta que allí venden zapatos Best desde hace unos ocho años. Tacuri explica que los zapatos de tallas 36 y 37 son los que más se comercializan en su local, en un promedio mensual de 60 pares por cada talla de pie de color negro y concho de vino.