Etiqueta: algodón

  • Textil Santa Rosa: Su oferta textil llega a 4 ciudades

    Modesto Moreta

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    La empresa Textil Santa Rosa Compañía Anónima es la proveedora de hilo de algodón para la fabricación de telas para toallas, sábanas, camisetas, franelas… Esta firma ambateña abastece con su producto a las fábricas de Ambato, Quito, Guayaquil e Ibarra.

    La calidad del producto, el rendimiento y la durabilidad hicieron que la distribución y comercialización se mantenga en el mercado. Anualmente, vende 900 000 kilogramos de materia prima para la industria textilera. El año pasado facturó USD 3,2 millones.

    Se inició como un proyecto en el 2009. Un grupo de inversionistas, tras realizar un estudio, detectó que había una demanda insatisfecha de hilo de algodón en el mercado textil del país. Antes de emprender, los socios generaron un plan de negocios en el que se incluyó el análisis del mercado.

    El documento de factibilidad determinó que la industria nacional requería de 100 000 kilogramos de algodón mensuales. Por eso 16 accionistas unieron sus capitales e implantaron la empresa. La inversión fue de alrededor de USD 5 millones.

    Mauricio Naranjo, gerente Administrativo y Financiero de Textil Santa Rosa, cuenta que el 50% de los recursos invertidos son propios y el resto lo obtuvieron a través de un crédito que aún están pagando a la banca local.

    El dinero lo invirtieron en la construcción de la planta industrial, la adquisición en Suiza de la maquinaria con tecnología de punta para la elaboración de dos líneas de hilatura de algodón. Asimismo, importaron la materia prima desde Estados Unidos.

    Con el asesoramiento técnico de los especialistas suizos montaron los equipos y luego capacitaron al personal. “La producción arrancó en agosto del 2010, con la fabricación de hilo 100% algodón en openet para la fabricación de telas”, explica Naranjo.

    La producción en agosto del 2010 fue de 70 000 kilos. Luego, se ubicó entre 90 000 y 100 000 kilos mensuales. Actualmente la fábrica trabaja en cuatro turnos las 24 horas, durante toda la semana, solo se paraliza para el mantenimiento preventivo de las máquinas.

    La capacidad instalada de la planta es para producir cuatro líneas más de hilo de algodón o puede ser en poliéster, polialgodón, fibras sintéticas. Los ejecutivos de Textil Santa Rosa planifican un nuevo estudio de mercado para conocer qué otra la línea de producción requiere la industria local y nacional.

    En su cartera de clientes están 15 empresas textileras grandes del país. El 60% de la producción del hilo de algodón se comercializa en Ambato. El 30% en Quito y el 10% restante se distribuyen en partes iguales entre Guayaquil e Ibarra.

    Otro de los logros de la empresa es que maneja un plan de capacitación permanente del recurso humano. Estos se manejan de acuerdo con los perfiles y estándares de calidad, eficiencia, trabajo en equipo. También cuenta con la certificación internacional Cotton USA. Esto avala que utilizan materia prima de alta calidad. Eso ayudado a que se mantenga como una de las principales proveedoras en el Ecuador.

    Uno de los clientes es la firma Tecnorizo, dedicada a fabricar toallas, sábanas y otros productos textiles elaborados con algodón. Oswaldo Abedrabbo, su gerente, menciona que trabajan hace cuatro años con la materia prima que les provee Textil Santa Rosa.

    Cuenta que la calidad del producto permitió más eficiencia y ayudó a que la maquinaria aumente su rendimiento. Por eso mensualmente adquiere 40 000 kilos de hilo de algodón. “Con la calidad de nuestros productos logramos llegar a todo el país”.

    Las cifras

    Un millón de kilos anuales de algodón se importa de los Estados Unidos. Al ser parte de la Asociación de Industriales Textileros del Ecuador se compra parte de la producción nacional.

    17 000 metros cuadrados (m2) de terreno se levanta la planta industrial. Tiene más de 3 000 m2 de construcción con las oficinas administrativas.

    23 personas laboran en la fábrica de hilos de algodón. A mediados del 2010, que entró en funcionamiento, trabajaban 15.

    Mauricio Naranjo

    Gerente Administrativo de Textil Santa Rosa. Foto: Glenda Giacometti/ LÍDERES.
    Gerente Administrativo de Textil Santa Rosa. Foto: Glenda Giacometti/ LÍDERES.

    Nuestra planta tiene un moderno sistema de climatización que permite controlar la temperatura y la humedad en el interior de la fábrica. Eso ayuda a que el rendimiento de la maquinaria y del producto que se obtiene sea de óptima calidad. Eso permite que cubramos con nuestra materia prima a la industria del país. La empresa aplica procesos secos que evitan la contaminación ambiental en el interior y en el exterior de la planta.

    Esta empresa tiene la maquinaria con tecnología de punta que impide la contaminación en el interior y exterior de la planta.  23 personas laboran en la empresa. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES.
    Esta empresa tiene la maquinaria con tecnología de punta que impide la contaminación en el interior y exterior de la planta. 23 personas laboran en la empresa. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES.
  • Jamaica reactivará su economía a través de plantaciones de algodón

    Agencia EFE

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    Revitalizar y planificar la industria de algodón. Ese es el objetivo del Gobierno de Jamaica durante los próximos cuatro años para impulsar su economía. Para ello prevé la plantación de más de 2 000 hectáreas de esa planta.

    A través de un comunicado difundido este 28 de enero, la Fundación para el Desarrollo de Agricultura en Jamaica detalló que para la cosecha 2015-2016 se planea un aumento de la superficie de cultivo de algodón de 300 hectáreas.

    Según expresó el ministro de Agricultura, Derrick Kellier, «esta industria es capaz de crear 15 000 nuevos empleos», lo que ayudará, dijo, a mejorar la economía de la isla caribeña. Kellier indicó que este plan incrementará los ingresos de divisas extranjeras porque, según el funcionario, el algodón producido en Jamaica es de «una calidad superior» al de la región.

    «Entiendo que no hay un competidor comparable en otros países de la región. El algodón no es un producto que puede ser echado a perder con facilidad y se vende a un precio muy alto», apuntó Kellier.

    El director ejecutivo de la Fundación, Vitus Evans, subrayó que está en negociaciones con la compañía jamaiquina de manufactura Caribbean Broilers para expandir la industria de algodón de la isla y así incrementar la oferta a países compradores como Suiza, Japón, Estados Unidos, Italia y el Reino Unido.

    Para la cosecha 2015-2016 se planea un aumento de la superficie de cultivo de algodón de 300 hectáreas. Foto: Archivo El Comercio
    Para la cosecha 2015-2016 se planea un aumento de la superficie de cultivo de algodón de 300 hectáreas. Foto: Archivo El Comercio
  • Ponte Selva, 3 generaciones hilaron la ruta de esta compañía

    Sebastián Angulo Redacción Quito / LÍDERES

    En los pasillos de su fábrica aún se siente la nostalgia de la década de 1960. De hecho, una máquina de esa época aún funciona y es operada por uno de sus 222 trabajadores.

    Así es Ponte Selva, una firma dedicada a la industria piolera y textil, que nació hace 50 años, en una pequeña planta ubicada en el norte de Quito. Ahora, sus ítems se distribuyen en ferreterías de todo el país y su producción asciende a 150 toneladas mensuales, entre piola; telas planas y de punto; y gasa hidrófila de algodón no estéril.

    El origen de esta firma se remonta a Italia, específicamente a Ponte Selva (comuna ubicada en Lombardía, noroccidente de ese país), donde Giovanni Guerini Signorini nació y aprendió el oficio de la hilatura y transformación de la fibra de algodón, en 1918.

    El artesano afianzó sus conocimientos en Rumania, cuando laboró en la fábrica textil Fusul. Era 1936 y el trabajo en ese lugar fue clave para poder subsistir -junto a su familia- durante la Segunda Guerra Mundial.

    Trece años después -y luego de un viaje en barco que duró cerca de un mes- llegó a Uruguay para incorporarse a la empresa textil La Mundial.

    En 1953, Guerini Signorini llegó a Ecuador tras la propuesta de Abraham Handal para incorporarse en Textiles Nacionales. Luego de 10 años de establecerse en el país y conocer el mercado decidió instalar una máquina en su hogar, en el norte de Quito, para fabricar piola. Así nació Ponte Selva, en 1963, con una inversión de unos USD 4 500.

    Entre los primeros clientes de sus productos estuvieron Comercial Kywi y ferreterías del centro de la ciudad. Giuseppe Guerini Casari, hijo de Guerini Signori, quien gerencia la empresa desde su inició, recuerda que su padre iba en bus a dejar la piola a sus compradores.

    Las ganancias obtenidas fueron reinvertidas para la adquisición de más maquinaria y, poco a poco, su casa se convirtió en su fábrica textil. A la par del crecimiento, las ventas también subieron. Por ello la empresa diversificó su producción a hilo de chillo (para uso en zapaterías, ferreterías, máquinas de coser industriales, embutidos y más ) e hilo para coser costales.

    En 1988, Giovanni Guerini Signorini falleció pero su legado no quedó ahí. Ponte Selva se consolidó en la industria piolera nacional, pero luego de ello se trazó un nuevo objetivo: incursionar en la producción de textiles. Así, en 1994 la firma implementó una tejeduría e hiladura y dos años después una tintorería de telas, en Yaruquí (nororiente de Quito).

    Actualmente, la firma cuenta con tres plantas con inversiones cercanas a los USD 3 millones. La compañía obtuvo los recursos mediante ahorros y préstamos a la Corporación Financiera Nacional (CFN. Hoy en día, la tercera generación ya trabaja en esta firma; los hijos de Guerini Casari: Mariella, Franco, Juan y José Guerini Puciarelli también están al frente de la empresa.

    Ahora, la piola llega a todo el país. Ingenios, envasadoras, ferreterías, entre otras, usan y distribuyen sus productos Víctor Abarca, jefe de compras de la cadena Kywi, asegura que Ponte Selva es uno de sus proveedores tradicionales. Cada mes, esta cadena de ferreterías le compra unos USD 2 000 en cabos y piola de plástico y algodón.

    Abarca explica que estos ítems son demandados por floricultoras y artesanos. «La calidad del producto es comprobada, por eso los clientes se han mantenido durante décadas», añade.

    Juan Ramiro Paredes es propietario de la fábrica textil Jerpp. Él comenta que desde hace 20 años le compra materia prima a Ponte Selva. Al mes, esta empresa adquiere unos USD 120 000 en tela, pañal y gasa. «Tenemos una relación de confianza gracias a su calidad».

    En ello coincide Ricardo Bastidas, jefe de Compras de Pronaca, cliente desde hace 15 años de Ponte Selva.

    EL INSIGNIA

    ‘La capacitación es un punto clave’

    Trabajo en Ponte Selva desde hace 17 años. Llegué por medio de un compañero de mi padre, quien me avisó que había una vacante en la compañía. En los años en que he estado la empresa ha crecido mucho. Mi aporte para que la empresa haya salido adelante es el trabajo incondicional; Ponte Selva siempre nos ha remunerado a tiempo y de acuerdo a la ley. Gracias a ello, he podido sacar adelante a mi familia, conseguir mi vivienda. Mi trabajo consiste transformar el plástico, la materia prima, en la piola. Tenemos turnos rotativos, cada uno de ocho horas: 06:00 a 14:00; de 14:00 a 21:00 y de 14:00 a 06:00. El ambiente laboral es agradable, son buenos compañeros. Siempre nos ayudamos y apoyamos al personal nuevo. La compañía también nos brinda capacitación tres veces al año, por ejemplo, sobre manejo de residuos y reciclaje; también de seguridad industrial.

  • Con algodón orgánico de Perú confeccionó su emprendimiento

    Redacción Guayaquil

    La frase: «Guayaquil city va a reventar, tanto calor no se puede aguantar», es parte de una canción del grupo de origen francés Mano Negra. Esta oración también es un elemento de uno de los diseños de prendas más vendidos de América Latina Brand.

    Se trata de una microempresa que elabora blusas y camisetillas de algodón orgánico, pintadas con la técnica de serigrafía. Las tintas que utiliza son elaboradas con base en agua. Todos los insumos son importados de Perú.

    Los diseños son variados, pero las temáticas principales son lugares turísticos del Ecuador, como Guayaquil, Montañita y Salinas. Otros diseños se basan en el festival Woodstock, bandas musicales, y hasta directores de cine como Quentin Tarantino.

    Carlos Portugal es quien está detrás de esta idea. Él dice que en los dibujos usa formas e íconos no tradicionales para representar distintos rincones del país. Busca reinventarlos en sus prendas. «El fin es unir el arte con un producto de consumo masivo como la ropa».

    La iniciativa la tuvo hace unos cinco años, pero se concretó hace un año, luego de que tomó un curso de serigrafía en Guayaquil, de forma particular. Para iniciar, invirtió USD 600 en la compra de los materiales.

    Hoy, vende un promedio de 100 camisetas mensuales. Las prendas se comercializan a USD 15 y 20, dependiendo del modelo. Al por mayor, el precio es de USD 10, con un pedido mínimo de 12 piezas.

    Para promocionarse, Portugal utiliza las redes sociales Facebook y Twitter. Allí, también receptan pedidos. Los envíos los realiza dentro y fuera del país a través de Correos del Ecuador.

    Otro método de promoción es la participación en ferias. Recientemente formó parte del Festival de Artesanías y Dulces, realizado en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Allí, Dalila Vinces adquirió tres blusas.

    Ella asegura que ya conocía la marca a través de sus amigos, pero no había tenido la oportunidad de concretar la compra. Para la joven, lo más atractivo de las prendas de América Latina Brand es la originalidad de las prendas. Además, «son muy cómodas y frescas, lo que las hace ideales para el clima de la ciudad».

    Por otro lado, América Latina Brand realizó una alianza estratégica con la marca de cervezas Barracuda. Gabriel Proaño, propietario de Barracuda, dice que la idea es promocionarse mutuamente, debido a que su target es común. Para esto, América Latina produce blusas y camisetillas con la imagen de Barracuda. «Me pareció una idea interesante, sus productos son de excelente calidad».

    El negocio

    El target.  Son hombres y mujeres jóvenes, desde los 18 años, hasta adultos de más de 50 años.

    La proyección.  Este año la marca producirá también camisetas con mangas y diversificará los modelos de las prendas.

    LA CIFRA
    USD 1 500 mensuales vende en promedio

  • Las sábanas de Lulu Linens, un negocio donde reina el blanco

    Redacción Quito

    La fascinación por los detalles la llevó a dejar el negocio de las ventas y a apostarle al diseño para, literalmente, «vestir a los dormitorios». Así fue como Lourdes de Eastman contrató costureras y empezó con la confección de sábanas, pijamas y otros productos.

    Ella recuerda que todo empezó luego de un viaje a la India en el 2005, donde descubrió el mundo de las telas y el algodón. A su retorno al país, decidió empezar a hacer sábanas. Arrancó hace cuatro años con pequeñas ventas bajo pedido para un almacén y para amigos.

    «Ahí descubrí que ir a un almacén de telas era lo mejor del mundo para mí. Me encanta vestir una cama», dice.

    Victoria Eastman, su hija y socia, consideró que el negocio podía tener mayor potencial. También dejó su trabajo y decidió montar un taller. Así nació Lulu Linens. «Cuando empezamos no sabíamos qué máquinas debíamos comprar para elaborar sábanas, fui a la feria Colombia Moda y así empecé a investigar».

    Conseguir a los proveedores de las telas fue el mayor reto, recuerda Victoria. «Sábanas se pueden hacer de cualquier tela, pero yo buscaba el mejor algodón», relata esta microempresaria.

    El primer contrato fijo fue para elaborar pijamas para Fybeca. Esos primeros ingresos ayudaron a abrir el taller.

    Luego llegó otro pedido de un pequeño hotel de Quito que buscaba insumos de alta gama. El contrato, que contempló la entrega de sábanas, ‘cover duvet’, fundas de almohadas, entre otros, permitió al negocio abrir un nicho de mercado en el sector hotelero. Actualmente, tiene 10 clientes en este segmento.

    Uno de ellos es el Hotel San Agustín de Callo (Cotopaxi). Mignon Plaza, propietaria de este establecimiento, comenta que Lulu Linens es un proveedor cumplido. «Son serios y sus productos son de primera calidad. Tiene buen terminado y las telas son de gran calidad», dice.

    Madre e hija nunca dejaron de soñar con, además de la venta al por mayor, abrir una tienda. «Yo quería vender sábanas de un excelente algodón, con detalles, con excelente acabado, de lujo», dice Victoria.

    La acogida que tuvieron en la feria de emprendedores Grand Bazaar en el 2011 las animó a consolidar este proyecto.

    Así, en mayo del 2013 abrieron su primer local, ubicado al norte de Quito, donde reina el color blanco y los detalles.

    El emprendimiento hoy trabaja en abrir el mercado en Guayaquil. La firma ofrece también ítems personalizados.

    Las ventas

    Los productos. Además de pijamas y sábanas, oferta toallas de mano de lino, pantuflas, servilletas, bolsitas de lavanda y otros.

    Ingresos. En el 2011, los ingresos fueron de USD 2 000 al mes. Hoy, oscilan entre 5 000 y 6 000 al mes.