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  • Alimentos amazónicos para la alta cocina

    Evelyn Tapia

    Evelyn Tapia  (F) 
    Contenido intercultural

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    Las chakras son pequeñas extensiones de terreno en los que tradicionalmente las familias indígenas de la Amazonía cultivan sus alimentos. Se trata de un sistema de policultivos en los que, por ejemplo, crecen plantas como la guayusa, patasmuyo sacha ajo, palmito, entre otras.

    Marta Echavarría y su esposo, Jacob Olander, emprendieron en el 2016 un programa con el que llevan esos y otros frescos y todavía exóticos alimentos desde las chakras a las mesas de 10 restaurantes de alta cocina en Quito.

    Canopy Bridge es el nombre de esta iniciativa que provee unos 30 tipos de alimentos producidos por familias de comunidades Kichwa, principalmente asentados en Archidona (Napo); así como por comunidades cofanes y secoyas de otras zonas de la Amazonía.

    Unas 350 familias son parte de esta iniciativa, aunque no todas hacen entregas regularmente.
    Echavarría cuenta que la mayoría de las chakras están a cargo de mujeres que antes de ser parte de este proyecto cultivaban para consumo familiar o para comercializar en mercados de la zona.

    “El impacto que tiene el hecho de que se hayan convertido en generadoras de recursos es súper importante, porque los invierten en sus familias, en la educación de sus hijos”, comenta Echavarría.

    En su primer año de operaciones Canopy Bridge alcanzó USD 18 700 en ventas.
    La emprendedora añade que esta iniciativa ha tenido una excelente acogida entre cocineros que no solo están buscando sabores nuevos para sus platos, sino que además quieren revalorizar la comida ecuatoriana.

    Esta pareja llegó en 1995 a Ecuador: ella es colombiana y él es estadounidense. En ese año fundaron la empresa de servicios medioambientales, Ecodecisión.

    Durante 22 años, con esta empresa trabajaron junto a ONG y otras empresas en proyectos enfocados en biodiversidad, naturaleza “y en la gente que la cuida, para que este entorno se conserve y su trabajo se perpetúe”, cuenta Olander.

    Ese nexo movió a la pareja a emprender esta iniciativa que busca conservar las tradicionales formas de cultivo amazónicas.

    El potencial de Ecuador en este negocio, a diferencia de otros países amazónicos, es que la selva está a tres horas de la capital, dice Echavarría. Eso permite tener productos más frescos e incurrir en menores costos.

    El primer paso en este proyecto, recuerdan, fue crear una plataforma web (canopybridge.com). Allí se pueden registrar productores y compradores que buscan este tipo de insumos alimenticios.

    En el catálogo hay productos como la guayabilla, la uva de monte, la neapía o también conocido como ají negro, yuca amarilla, entre otros. Además ofrecen pesca fresca: cachama y paiche, por ejemplo, principalmente provista por comunidades cofanes.

    El segundo pilar de su trabajo fue alcanzar alianzas estratégicas. Así, la pareja se puso en contacto con el Ministerio de Agricultura y Ganadería y su programa Agenda de Transformación Productiva Amazónica (Atpa), con lo que lograron contactar a las primeras comunidades indígenas para comenzar a comprar los productos que ahora llegan a los restaurantes cada semana.

    Olander menciona que otra alianza importante es la que entablaron con la Universidad San Francisco de Quito. En la planta de ingeniería de alimentos de esta institución, Canopy Bridge desarrolla investigaciones con uno de los productos que mejor acogida ha tenido, el patasmuyo, también llamado cacao blanco .

    Los estudios que se realizan apuntan a que el producto obtenga un registro sanitario que le permita llegar a supermercados.

    Echavarría cuenta que esperan en el futuro tener una planta propia de distribución. Pero por ahora trabajan en un reto: el nivel de provisión. “Todavía es un problema la provisión de productos para responder a la demanda de los restaurantes. El reto es lograr que estos productos estén de manera regular en sus cartas”.

    Jacob Olander y Gabriela Albuja, de Canopy Bridge, junto a Norbert Muller, docente de la U. San Francisco. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Jacob Olander y Gabriela Albuja, de Canopy Bridge, junto a Norbert Muller, docente de la U. San Francisco. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Estas mermeladas tienen sabores amazónicos

    Redacción Quito

    Bajo la premisa de que «lo exótico está de moda«, Leonidas Jaramillo y José Antonio Proaño buscaban un producto para iniciar su emprendimiento. Estos jóvenes, de Guayaquil y Quito, se graduaron de ingenieros agrónomos de la Universidad San Francisco de Quito, el año pasado, y buscaban iniciar su empresa.

    Empezaron a experimentar con mermeladas de sabores no convencionales, como rosas, cedrón, entro otros. Pero finalmente se decidieron por frutos de la Amazonía ecuatoriana, específicamente de Orellana. Guayaba, cocona, arazá, borojó y café arábigo fueron las materias primas escogidas para sus mermeladas.

    Con los frutos definidos comenzaron la constitución de la compañía. Así, en agosto del año pasado nació Asesoagro S.A. Para la producción realizaron una alianza con Agroindustria Gamboína de la provincia de Orellana, dirigida por el Vicariato de Aguarico.

    El acuerdo consiste en capacitación, asesoría y supervisión por parte de Asesoagro S.A., a cambio de la producción de las mermeladas.

    Luego de definir a los proveedores, buscaron una marca. La alternativa que más les gustó fue Waiqu, que significa cocina en quechua. Desarrollaron los logotipos e invirtieron USD 4 000 para sacar al mercado sus productos.

    En diciembre del año pasado salió a la venta Waiqu. Los canales de distribución son Delicatessen Federer, El Español, La Suiza, Sal & Pimienta del Hilton Colón.

    Desde diciembre, la facturación promedio mensual es de USD 2 000. Cuentan con todos los registros sanitarios y con el sello «Hecho en Ecuador».

    María Fernanda Roldán, una quiteña especialista en temas de responsabilidad social, cuenta que probó las mermeladas de Waiqu. Ella las recibió como un regalo y quedó «fascinada» con el sabor cítrico del arazá. Por ello, también regaló este producto a amistades en Navidad.