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  • El amor por la poesía surgió con la lectura

    Giovany Astudillo

    Por su afición a la lectura le surgió otra pasión: la poesía. El director del Departamento de Educación Continua de la Universidad de Cuenca, Marcelo Vázquez, ha publicado siete poemarios.

    Son textos románticos, en su mayoría, que fueron dedicados a su esposa, a sus hijos y a la unidad familiar. También, evocan las vivencias personales o problemas y otros son para sus amistades.

    El último y reciente poemario se titula ‘Entre nubes de papel’. Los anteriores fueron ‘Pensamiento’, ‘Un baúl de recuerdos y un puñado de sueños’. Tienen un lenguaje coloquial, personalista y de fácil lectura, señala Vázquez. Todos fueron apoyados por la Universidad de Cuenca.

    La lectura de los poemas del español Gustavo Adolfo Bécquer fue una inspiración para Vázquez. “Es un sentimentalista nato, que caló en mi afición”, cuenta el exgerente de la Cámara de la Pequeña Industria de Azuay. También, le gusta la poesía clásica como la de Pablo Neruda.

    Su hábito por la lectura empezó en la adolescencia cuando tenía 12 años y cursaba el primer año del colegio Rafael Borja. En ese entonces una editorial y un medio de comunicación nacional publicaban libros de literatura, que se denominaba Ariel Juvenil.

    Este economista, de 59 años, recuerda que esos textos salían cada miércoles y los adquirió todos. Era un gusto que compartía con un grupo de compañeros. Cada libro lo leía durante una semana para estar listo para el siguiente. “Me dedicaba, por lo menos, una hora al día. Cada uno tenía cerca de 40 páginas”. Eran obras clásicas de la literatura universal como ‘María’, de Jorge Isaacs.

    Según Vázquez, eso aportó mucho a sus conocimientos literarios; por ello, cuando los profesores del colegio le recomendaban la lectura de algún texto, él ya tenía conocimiento. Con eso, logró un hábito de lectura diario, que perdura hasta la actualidad.

    Ese gusto ha buscado transmitir a sus estudiantes universitarios durante los 36 años que tiene como docente de economía, microeconomía y otras cátedras.

    A Vázquez también le gustan los textos de ciencia ficción. Tiene cerca de 100 libros vinculados con esa temática. Para él, estas publicaciones le permiten salir del trabajo diario. “Mi trabajo se centra en números, estadísticas y presupuestos, lo que da una formación esquematizada. Por eso, estos textos ofrecen otra visión social y más humana”.

    Los libros vinculados a la economía, realidad local, ecuatoriana y Latinoamericana, también, entre las preferencias de Vázquez.

    Además, tiene textos de macroeconomía, microeconomía, economía… Su intención es prepararse permanentemente. “En el caso de la realidad nacional tengo que recurrir a medios digitales y de comunicación”.

    El catedrático tiene una biblioteca amplia, que ya no cabe en los estantes de su casa, por ello los tiene guardados. Por lo general, los libros los adquiere en cada uno de sus viajes a encuentros internacionales de educación continua. “Siempre busco los libros de literatura o de economía”.

    Marcelo Vázquez fue dirigente gremial. Tiene 36 años en la cátedra. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Marcelo Vázquez fue dirigente gremial. Tiene 36 años en la cátedra. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Un juego que despierta el amor por el país

    Redacción Quito

    ‘Vivir en armonía con todos los seres que habitan la tierra” es el significado de Vitaräy, un juego de mesa que se creó con el objetivo de conocer y cuidar la biodiversidad del país.
    Sus creadores son los integrantes de Ecohuellas, una agrupación que ha desarrollado programas de televisión, revistas y, ahora, le apostaron a los juegos de mesa para chicos y grandes.

    El juego nace hace más de un año, cuando un grupo de seis emprendedores ecuatorianos diseñó el juego con un mensaje claro: cuidar el planeta y las especies que conviven en los diferentes espacios del Ecuador.

    Su desarrollo implicó una inversión de USD 8 000 y el resultado es impecable, ya que Vitaräy es un juego dinámico, con el que se busca que los participantes experimenten nuevas aventuras junto a animales silvestres y su entorno.

    El ganador es aquella persona que mantiene en libertad al mayor número de animales silvestres, explica Pilar Piana, la creadora del juego y de otros contenidos de Ecohuellas. “Vitaräy acerca a los participantes a la aventura y a conocer su entorno natural”.

    Para ella, esta herramienta lúdica y divertida cumple con la idea de crear conciencia en quienes juegan en familia y con amigos, pero no solo eso sino que sirve para que se diviertan.

    La llegada del producto a la casa de Ericka Burgos fue una novedad para sus hijos y para ellos. El juego fue un regalo para sus mellizos de cinco años, a quienes les encantó.
    Hay dos aspectos que le llaman atención a Burgos: la elaboración con manos ecuatorianas y los implementos tecnológicos adicionales que vienen con el juego.

    Precisamente, este es uno de los ‘plus’ del juego: una aplicación para móvil con realidad aumentada, que trae a la vida a algunos animales silvestres que no se han visto o escuchado antes, señala Piana.

    Esto fue una de las cosas que impresionó a los hijos de Burgos, ya que juegan junto a su dispositivo móvil. “Mis hijos no solo juegan con la ‘tablet’ sino que aprenden”.

    La mujer reconoce que el producto es interesante para la familia, que destina un tiempo para jugarlo. “Hay animales que los adultos no conocemos, por lo que podemos aprender más”.

    El juego se encuentra en las principales jugueterías del país como Mi Juguetería y Juguetón. Además, pueden encontrar en cadenas comerciales. Si en su ciudad usted no encuentra el juego puede obtenerlo vía redes sociales en Facebook como Vitarayjuego o en Instagram @vitarayjuego.

    En estos espacios puede encontrar el producto con descuentos del 15% del precio que se oferta en las jugueterías. Los costos son económicos y oscilan entre los USD 21,45 y 21,65; todo depende del local en el que se venda.

    Elsa Soto tiene dos nietas de siete años, quienes están a punto de cumplir un año más de vida. A ella le gusta comprar juegos lúdicos que contengan un mensaje como el cuidado de los animales del país. “Me gustaría que mis nietas conozcan poco a poco su país y aprendan a respetar la vida y lo que es típico de Ecuador”.

    Este año estará lleno de retos para esta agrupación, que buscará consolidarse en el mercado.

    Pilar Piana es la mentalizadora de este juego, que combina la educación, la realidad aumentada y la diversión. Cortesía: Vitaräy
    Pilar Piana es la mentalizadora de este juego, que combina la educación, la realidad aumentada y la diversión. Cortesía: Vitaräy
  • El cuidado de los abuelos es una idea que crece con amor

    Valeria Heredia  (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    La música nacional alegra a los adultos mayores de la casa hogar Mi Amigo Divino. Unos aplauden, otros cantan y, los más alegres, bailan al son de la música. Esta es una de las actividades que se realiza en este centro de atención para el adulto mayor, ubicado en el valle de Los Chillos, Quito.

    Sus dueños son los esposos Antonio Loya y Wendy Escobar. Siete años atrás, ellos empezaron con el sueño de tener un espacio para la atención de los ‘abues’, como les llaman cariñosamente.

    Wendy es psicóloga y trabajaba con niños. Pero decidió montar una casa hogar para brindar amor y compañía a las personas.

    La primera casa que abrieron se localizó en San Rafael (cantón Rumiñahui). Era pequeña y tenía una capacidad para 13 personas. “Tuvimos mayor acogida por el servicio y abrimos más casas”.

    Hoy atienden a 93 adultos mayores, distribuidos en cinco casas. El servicio creció y la pareja abrió una casa cada año y medio.

    Adecuar una casa hogar representó un reto para esta pareja de esposos, ya que debían cumplir con ciertas normas de seguridad y de comodidad para los residentes.

    Por ejemplo, las gradas cuentan con seguridad para que los abuelitos suban a los dormitorios con tranquilidad. Las habitaciones cuentan con la indumentaria necesaria para que estén cómodos.

    La inversión alcanzó los USD 30 000. El rubro cubrió equi­pamiento e infraestructura.
    “Tra­tamos de que sea una casa más no un centro hospitalario”, señala Antonio.
    En el centro hay una serie de talleres para que las personas pasen días agradables. Las dos terapistas físicas se encargan de que los ‘abuelitos’ estén en movimiento. Es decir, que hagan ejercicios para mantener activos los músculos.

    Además, tienen la terapia cognitiva, de la que se encarga Wendy. “No descuidamos la parte emocional, cognitiva del cerebro, ya que es importante que se mantengan las funciones el mayor tiempo. Así la memoria no se pierde tan rápido”.

    En estos centros trabajan 28 personas de forma directa y dos indirectos; el personal se encarga de la movilización y la doctora valora a los residentes de este hogar.

    Las experiencias y las anécdotas afloran cada día. Antonio recuerda con agrado la historia de una ‘abuelita’ que padecía de alzhéimer. Ella no se acordaba de su nombre, ni de su vida en español. Pero sí en inglés. Así que tuvieron que comunicarse de esta forma con ella. “Fue sorprendente”.

    Por cada residente se cobra USD 550 al mes. El monto incluye todas las atenciones.
    Una de las ventajas de esta casa hogar es que hay los denominados abuelitos becados. Son personas que no tienen las posibilidades de cancelar el monto. “Les tenemos aquí sin pagar ni un solo centavo. Se trata de personas que estaban en la calle o que les abandonaron”, afirma Loya.

    Otro de los servicios que ofrece Mi Amigo Divino es la guardería, que incluye movilización puerta a puerta. Está dedicada a personas que no quieren desprenderse de sus familiares pero no pueden cuidarlas en la mañana o tarde. “Hacen actividades lúdicas. Están acompañados y regresan a sus casas”. Hay 12 personas.

    Una de las partes más difíciles es que hay personas que no regresan por sus familiares. “Poco a poco se olvidan que tienen a los abuelitos aquí y no vuelven. Hay varios casos”. Otra situación difíciles es el fallecimiento. “Nos preparamos en ese tema cada día, porque es parte de la vida”.

    El buen trato y el afecto son importantes

    Gaby Espín trabaja en las casas hogar Mi Amigo Divino

    «Trabajo cuatro años en el centro y es una experiencia increíble. Creo que Dios nos puso en este lugar para cuidar a los abuelitos y darles mucho amor, porque hay personas que vienen en circunstancias de soledad.

    Los adultos mayores son personas especiales, ya que podemos aprender muchas cosas de ellos, de cada una de sus experiencias. Eso sí, es necesario saber cuidarlos. Además, hay que tratarlos con mucho respeto.

    En mis cuatro años de trabajo he logrado rescatar varias anécdotas. Una que recuerdo es la historia de los novios: doña Magdalena y el señor Valladares. El señor tiene 90 años y le gustó la señora, que tenía 60 años. Los dos empezaron a conversar con frecuencia y ahora caminan de la mano y se cuidan.

    Hay varias estrategias que utilizo, como la paciencia, el amor y la solidaridad. Lo que más me gusta es leerles cuentos, hacerles armar rompecabezas y más. Uno de mis aportes es mejorar el cuidado a los abuelitos».

    Antonio Loya y Wendy Escobar acompañan a un grupo de abuelitos a los que brindan sus servicios en la casa hogar Mi Amigo Divino, que funciona en Capelo, al oriente de Quito. Foto: Valeria Heredia / LÍDERES
    Antonio Loya y Wendy Escobar acompañan a un grupo de abuelitos a los que brindan sus servicios en la casa hogar Mi Amigo Divino, que funciona en Capelo, al oriente de Quito. Foto: Valeria Heredia / LÍDERES
  • El amor por las cuerdas trasciende generaciones

    Redacción Quito (I)

    El impulso mediático del ‘amor por lo nuestro’, que se puso en boga en los últimos años, fue el pretexto suficiente para que Juan David Cifuentes retomara la fabricación de cuerdas musicales.

    Juan David es gerente de Cifuentes Strings, un negocio familiar que surgió de la mano de su abuelo Arturo Cifuentes Orozco, en 1921, y que con el paso del tiempo tuvo que reinvertarse para mantenerse en el mercado.

    Nació como bazar con la venta de instrumentos musicales : trompetas, bombardones, trombones, saxofones, contrabajos, tubas, saxos de tenor, saxos barítonos y otros equipos importados desde Alemania. También, tenían tambores para las desaparecidas bandas de guerra, baterías y guitarras japonesas, más el papel tapiz de Italia, que completaba el bazar.
    Veinte años después el amor de su abuelo hacia la música (tocaba piano y guitarra) le inclinó a enfocarse solo en el negocio de las cuerdas. La razón: encontró que había un mercado desatendido.

    Fue cuando empezó la visión de fabricar cuerdas y otros accesorios para guitarra, como uñetas y vitelas con la marca ecuatoriana. A su abuelo le apasionó la idea de poner el sello ‘Hecho en Ecuador’ en cada una de las cajas; y lo logró.

    En 1941 circularon las primeras cuerdas de acero para guitarra y bandolín fabricadas con maquinaria alemana. No tuvieron éxito. Lo hecho en el país no se valoraba en esa época y a los seis meses salió del mercado; cambiaron la etiqueta. La pusieron ‘hecho en Alemania’ y se quedó en el mercado.

    Luego entró su padre Arturo Cifuentes Terán al negocio. Decidió involucrarse a la edad de 16 años para mejorar el producto. El padre de Juan David le propuso a su abuelo comprar una nueva maquinaria alemana para elaborar otro tipo de cuerdas; esta vez de nailon, por exigencia del mercado.

    Así, en 1957 comercializaron cuerdas de nailon envueltas con aleaciones metálicas. La materia prima, multifilamentos y monofilamentos, así como los alambres y las aleaciones metálicas (combinaciones de zinc, magnesio, cobre, bronce, plata, fósforo), que sirven para enroscar y fabricar la cuerda, lo importan de Estados Unidos, Alemania, Suiza o Argentina. En el país no se fabrica.

    La empresa tuvo su punto de quiebre con el feriado bancario de fines de los noventa; estuvo a punto de cerrar sus puertas. En 1998 la producción empezó a bajar hasta llegar al 10%, en el 2005. Y de ocho máquinas apenas funcionaba una.

    También de los 150 clientes que tenían al por mayor se quedaron con 10. Entonces, en el 2014, entró Juan David. Él decidió reactivar la fábrica y lanzar las cuerdas Cifuentes-Strings, con el sello de ‘Hecho en Ecuador’, impulsándose en ese apoyo mediático para que la gente ‘consuma lo nuestro’. Ahora, allí trabajan cuatro empleados, con la visión de crecer.

    Desde mediados de este año espera facturar unos USD 10 000 mensuales. Al cierre del año pasado logró 15 000 anuales, y en el 2014 concretó 10 273, al año.

    El negocio tiene 45 a 50 clientes (almacenes, al por mayor, etc.) y espera producir 10 000 cuerdas mensuales, para seis tipos de instrumentos: la guitarra clásica, eléctrica, acústica, el requinto, el bandolín y el bajo eléctrico. Las cuerdas más caras son estas últimas: venden al por mayor a 17,75. Al público se sugiere USD 25.

    Por ahora, la producción mínima es de 6 000 cuerdas al mes. Y están en 13 ciudades de siete provincias. En esta tercera generación ‘nosotros le damos cuerda a la música’, dice sonriente J. David.

    Wilmar Girón (operario), Gabriela Cifuentes y Juan David Cifuentes (dueños) y Diego Galindo (vendedor). Foto:  Eduardo Terán/ LÍDERES
    Wilmar Girón (operario), Gabriela Cifuentes y Juan David Cifuentes (dueños) y Diego Galindo (vendedor). Foto: Eduardo Terán/ LÍDERES
  • El amor por un club, en un ‘spot’ para redes sociales

    Redacción Cuenca

    ‘Un hincha ‘gara’ (chévere) ha nacido”. Es el mensaje con el que finaliza el ‘spot’ de la campaña Camisetas Coloradas del Dep. Cuenca.

    El anuncio ronda en Facebook, Twitter y YouTube y tiene como objetivo promocionar la campaña de membrecía del equipo cuencano.

    En el comercial de 35 segundos, un joven cuencano, de 27 años, pasea un coche vacío, muestra unas ecografías, balancea un columpio… Y en los últimos 10 segundos del anuncio, él cobija en una cuna a un recién nacido, que viste una pijama con los colores del Deportivo Cuenca.

    Para Pedro Crespo, quien protagoniza el ‘spot’, la idea era expresar ese amor por el conjunto azuayo que nace, crece y se transmite a otros.

    El Puente Roto, el estadio Alejandro Serrano Aguilar, un parque y una casa fueron las locaciones que se utilizaron para producir el anuncio.

    La realización estuvo en manos de la firma quiteña Loyal Promo, que comercializa las tarjetas de membrecía del club cuencano, a escala nacional.

    Su gerente y director creativo, Daniel Garzón, señala que el rodaje tardó 12 horas. Un equipo de tres personas se trasladó desde Quito, en marzo pasado, a la capital azuaya. La producción requirió en total siete personas, en las que se incluye un ‘community manager’ que maneja las cuentas de las camisetas coloradas.

    El recién nacido, explica Garzón, es el hijo de un hincha fiel al Deportivo Cuenca que quiso que su hijo figurara, aunque prefirió mantenerse en el anonimato. “Es su forma de demostrar la devoción por el equipo”, dijo Garzón.

    El costo de la pieza publicitaria bordeó los USD 5 000, que incluyó el traslado del equipo a Cuenca, la filmación, la posproducción, etc.

    Para José Sarmiento, hincha del ‘Expreso Austral’, la pieza publicitaria aborda el sentimiento que se siente por este conjunto, al que acompaña desde hace 15 años, “en las buenas y en las malas”.

    La estrategia de realizar comerciales y publicitarlos mediante las redes sociales es una tendencia actual que toma fuerza. La TV ya no es el escaparate principal para exhibir las piezas publicitarias, señala el asesor en Marketing, Raúl Sevilla.

    Pautar en medios televisivos puede costar cerca de USD 1 000 por los 30 segundos, pero en las redes sociales no tiene costo y es efectivo, porque el público -personas con edades entre 17 y 45 años- está conectado, dice Sevilla.

    Daniel Garzón señala que ha recibido buenos comentarios de los hinchas. Ellos destacan la utilización, al final, de la imagen del león que está en el escudo del ‘Expreso Austral’ y que refleja la tenacidad del equipo azuayo.