Etiqueta: Andes

  • La carga líquida recorre los Andes

    Carolina Enriquez

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    Era 1950 y en Guaranda, Bolívar, Camilo Jarrín Barragán y Alberto Carrera Carrera le dieron vida a una empresa que inició recorriendo el país pero que ahora se extiende en la región andina.

    Así describe Camilo Jarrín hijo los orígenes de Jarcargo, empresa que se dedica al transporte de carga líquida. Diez años después de su creación la empresa trasladó sus operaciones a Quito.

    Este empresario, quien también es el presidente de la Cámara de Transporte Pesado de Pichincha, no recuerda exactamente la inversión inicial. Sin embargo, comenta que el trabajo arrancó con seis camiones: dos de su madre, dos de su padre y dos de su tío Alberto.

    La firma, que se constituyó legalmente en 1984, está desde hace 45 años en sus manos. “Hemos trabajado en esto, prácticamente, cuatro generaciones. Mi abuelo, empezó con actividades de transporte y ahora trabajan aquí mis hijos”, manifiesta Jarrín.

    Jarcargo cuenta, hoy en día, con 100 tractomulas equipadas con tanques de acero inoxidable para el transporte de líquidos como combustibles, melaza, químicos y, principalmente, alcohol extra neutro y de tipo anhidro.

    Este último se usa, por ejemplo, para el tratamiento en laboratorios o para la preparación de licores como el aguardiente. Jarrín comenta que entre los clientes están licoreras colombianas que demandan este tipo de mercaderías.

    La compañía brinda servicios a industrias, petroleras, etc.. Una de ellas es la destilería de alcohol Codana, ubicada en Milagro, en la provincia del Guayas. Trabajamos con Jarcargo más de 15 años y es un socio estratégico, indica Emilio Oneto, jefe de ventas de Codana.

    “Dado el tipo de productos que manejamos es clave que los tanques de traslado estén limpios. En la empresa hemos encontrado la tranquilidad de que así sea. Sus tanques son adecuados para nuestros traslados”.

    Jarcargo mueve más de dos millones de litros al mes de esta destilería. El 50% del producto se exporta a países de la región.

    A partir de la década de 1990 la empresa de transportes comenzó a operar en la región en países como Colombia, Perú y, fuera de ella, Venezuela. Entre las proyecciones de la empresa está llegar con carga hasta Bolivia.

    La Comunidad Andina (CAN) regula sus normativas de transporte a través de la Decisión 399. En el 2015, según la CAN, la entrada de carga internacional por carretera a Ecuador se redujo 4,4% frente al 2014; mientras que la salida de carga por carretera en el país descendió en 3,7% hace dos años con relación a 2014.

    Lorena Jarrín, jefa administrativa de la empresa, explica que cumplen con todos los requerimientos que establece la CAN así como el país. La empresa ha trabajado en diferentes áreas y ahora cuenta con tres certificaciones.

    “Empezamos con la 9001 2005 y ahora estamos en la 9001 2015. También, tenemos procesos ISO 14 000 y el ISO 18 000. Además, contamos con la certificación Business Alliance for Secure Commerce. Asimismo, son afiliados a Asociación de Productores Químicos del Ecuador”, explica la jefa administrativa. Ella considera que la seguridad, confianza y calidad es clave para el negocio.

    La empresa, desde su creación, ha innovado e incorporado tecnología para cumplir con los requerimientos de las empresas. Las tractomulas, por ejemplo, cuentan con GPS para determinar la ubicación de la carga, por cuestiones de seguridad.

    Esto permite dar ayuda inmediata al camión y su conductor si este tiene un desperfecto o sufre un percance. Asimismo, Jarcargo tiene su taller para la revisión de todas sus unidades de transporte.

    La empresa tiene un patio ubicado en el sector de la calle Las Anonas, en el norte de Quito. También tiene un campamento en Shushufindi y dos áreas de trabajo fronterizas en Tulcán y Huaquillas.

    Camilo y Lorena Jarrín creen que es positivo diversificarse. Es por ello que ahora apuntan al transporte de materias primas para la industria cementera y cisternas para el transporte de cemento a granel. Más adelante, además, la idea es trasladar maquinaria.

    El propietario de la empresa explicó que una de las claves de su negocio es conocer cada detalle. Él mismo manejaba los camiones por lo que aprendió los rigores de la carretera y las necesidades que existen para el traslado de la carga, la situación de las carreteras, entre otros aspectos cruciales en esta actividad.

    Camilo Jarrín y parte de su equipo en el patio de tractomulas ubicado en el norte de Quito. La empresa tiene una flota de 100 unidades, empezó solo con seis. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
    Camilo Jarrín y parte de su equipo en el patio de tractomulas ubicado en el norte de Quito. La empresa tiene una flota de 100 unidades, empezó solo con seis. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
  • Gastronomía y música andina son su plan

    Sofía Ramirez

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    Picadas de chochos con tostado, arvejas y queso; papas en salsa de maní o de zambo, chicha de maíz o cuy frito son las opciones que ofrece Cactus Runa Bar.

    El emprendimiento familiar ubicado en el corazón de la ‘zona rosa’ en el norte de Quito se ambienta en la cultura andina, especialmente de los pueblos indígenas de Imbabura.

    Marco Gualopuro, propietario del local, indica que además de ofrecer gastronomía especializada, el lugar es un espacio de encuentro para la comunidad indígena que migró a la capital.

    El local abrió hace nueve años, en septiembre del 2007. En ese mes Marco Gualopuro dejó Otavalo para radicarse en Quito. El joven otavaleño siempre tuvo la meta de tener una cafetería, con la meta de ofrecer gastronomía indígena, explica.

    Cactus Runa Bar tiene dos pisos; el lugar está ambientado con insignias indígenas como murales del Diablo Huma sobre las paredes o las mesas. Además, la música que suena en el lugar es en quichua y le da ese toque “especial” al establecimiento.

    Gualopuro indica que durante los dos primeros años del negocio, también empezaron a elaborar almuerzos. Para esto tuvo el apoyo de su esposa, Anita Morales, quien viene de la comunidad La Compañía, ubicada a orillas del Lago San Pablo, en Otavalo.

    Ambos querían darle un servicio ‘plus’ a sus clientes durante las tardes, por lo que luego en la cafetería iniciaron con presentaciones de shows en vivo con música indígenas de algunas provincias del país, expresa Morales.

    Cactus Runa Bar, para el emprendedor significa “disfrutar la vida con alegría y tristezas”, indica el otavaleño. Dentro de su menú ofrece más de diez platos y bebidas como coladas de maíz, de haba; fritada, borrego, llapingachos, truchas. En bebidas, además de la chicha, ofrecen el canelazo.

    Su principal proveedor de cuy es Antonio Gualopuro, de 56 años y padre de Marco. Él detalla que en su ‘chacra’ (parcela de tierra) ubicada en Otavalo tiene un espacio para la crianza de cuyes. Desde que su hijo inició con el proyecto, le vende a su hijo cuyes cada dos semanas: “así apoyo el negocio de mi hijos”, detalla.

    A cargo de la cocina de Cactus Runa Bar están Roberto Carlos y Viviana Gualopuro, hermanos de Marco. Ellos le ponen la sazón andina a los platillos. Para obtener los ingredientes frescos como las papas, el maíz y demás granos acuden a mercados conocidos de Quito como el de Santa Clara y Mayorista, al norte y sur de Quito.

    La inversión aproximada, solo para ingredientes por mes, es de USD 700 a 800 en promedio; en los mercados se trata de escoger los productos más frescos, indica Roberto, el chef del negocio.

    La capacidad de producción es de 50 platos por día, pero en fin de semana la cifra llega a 60 o 70.

    Para la preparación de los cuyes fritos, el chef se demora entre tres o cuatro horas hasta que esté listo; para la cocción de la carne de borrego puede tardar hasta dos horas, indican los hermanos.

    En cuanto a los shows musicales en vivo, el establecimiento ha servido de plataforma para que grupos de Imbabura o Azuay, por ejemplo, interpreten sus mejores canciones al son de la flauta dulce y los tambores.

    Marco Gualopuro recuerda que en fiestas del Inti Raymi o Pawkar Raymi -dentro del calendario indígena- diferentes representantes de comunidades indígenas se reúnen en el local. La idea es celebrar estas fiestas en comunidad. En esas fechas, fortalecen su menú con algunas bebidas preparadas con la variedad de maíz.

    Para finales del 2016 y el 2017, Cactus Runa Bar mantendrá la misma estrategia de ofrecer gastronomía andina. Sin embargo, fortalecerá la oferta de todos los alimentos y bebidas que se puedan derivar del maíz.

    Además, pese a que los hermanos Gualopuro no han invertido en publicidad tradicional, su presencia en redes sociales como Facebook y Twitter les ayudó para hacerse conocer. Por lo que seguirán emitiendo contenido a través de estos canales ya sí buscar nuevos clientes.

    Asimismo, cada año estos emprendedores renuevan los diseños interculturales del lugar como los murales. Por lo que este año desplegarán más figuras y afiches Diablo Humas sobre los muebles o el primer piso del local. Todo por el amor a su tierra.

    Foto: Diego Pallero/ LÍDERES Marco Gualopuro, Anita Morales y Roberto Carlos Gualopuro presentan la oferta de este negocio.
    Foto: Diego Pallero/ LÍDERES
    Marco Gualopuro, Anita Morales y Roberto Carlos Gualopuro presentan la oferta de este negocio.
  • El proyecto ‘Andes’ ganó el primer lugar del ‘Emprende Ahora’

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    Sofía Ramírez (I)

    La propuesta para elaborar marcos de gafas y lentes de madera denominada ‘Andes’ ganó el primer lugar del Emprende Ahora. Este programa de la Unidad Municipal del Patronato San José unió la experiencia de los adultos mayores con las habilidades de jóvenes para desarrollar emprendimientos.

    Gerardo Chasiluisa de 66 años y Jonathan Bermeo de 23 años fueron los ganadores del primer lugar y recibieron un capital semilla de USD 10 000 para la elaboración, diseño y comercialización de su producto que será producido con madera nacional.

    Durante la premiación realizada el pasado jueves 16 de julio del 2015, en el auditorio de la Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Saneamiento, también se entregaron los premios al segundo y tercer lugar para los proyectos ‘Arte Baco’ y ‘El pan de la abuela’ respectivamente.

    María Fernanda Pacheco, presidenta de la Unidad Municipal del Patronato San José, mencionó que todos los proyectos que participaron formarán parte de un proceso de incubación y seguimiento para su ejecución. Asimismo enfatizó que entre agosto y septiembre del presente año se abrirá la nueva convocatoria para la segunda edición del ‘Emprende Ahora’.

    El segundo proyecto que ganó el segundo lugar y un capital semilla de USD 7 500 fue ‘Arte Baco’, propuesta que elaborará figuras de madera. Yolanda Mora de Pérez de 60 años trabajó con Martín Valencia de 24 años para desarrollar manualidades con materia prima natural. Ambos coincidieron que la sinergia intergeneracional ayudó a que se compartan conocimientos.

    Gerardo Chasiluisa (izq) y Jonathan Bermeo (der) ganaron el 'Emprende Ahora'. Foto: Sofía Ramírez / LÍDERES
    Gerardo Chasiluisa (izq) y Jonathan Bermeo (der) ganaron el ‘Emprende Ahora’. Foto: Sofía Ramírez / LÍDERES