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  • La asociatividad se puede aplicar a la gestión de compras

    Wilson Araque J. (O) 
    Para LÍDERES

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    Frases populares como: “la unión hace la fuerza”, son totalmente aplicables a la buena gestión de las compras familiares. Esto porque no es lo mismo adquirir una unidad de producto que, si al unirse varios familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo, deciden comprar una cantidad mayor con el propósito de disminuir el costo unitario de lo comprado.

    Al hacerlo de la segunda manera se está aprovechando la fuente de ahorro que está disponible para quienes ponen en práctica la estrategia de acción colectiva llamada asociatividad.

    Ahora, claro, para lograr consolidar esos grupos de asociados -integrados por personas con intereses y costumbres diversas- es clave la consolidación que, con el tiempo, se vaya haciendo de un factor fundamental de las relaciones humanas de calidad denominado confianza.

    Con el fortalecimiento de la confianza la asociatividad no se vuelve fuerte solo con discursos, sino que se fortalece con hechos reales que la gente los palpa y reconoce en el día a día de su vida. De ahí, las experiencias vividas sobre acciones previas, actuales y futuras serán los ingredientes que vayan fortaleciendo el sentimiento de confianza en las otras personas y, así, eliminar el miedo de que, al pequeño descuido, los demás me afecten negativamente.

    En este escenario, partiendo de cómo en la actualidad tienden a convivir las familias, un buen espacio organizacional para estimular las compras asociativas son las Asambleas de Condominios -conjunto de casas o departamentos que comparten las familias en un mismo lugar geográfico.

    En esos espacios son en donde las familias se tienden a reunir regularmente y, por lo tanto, si es bien direccionado, ese espacio de organización ciudadana se puede convertir, tranquilamente, en el sitio donde se impulsen proyectos que busquen generar -entre otras cosas- ahorros financieros familiares, como es el caso de la activación de la opción estratégica de compras en volumen que, al final, cuando se la pone en acción, aumenta la capacidad de negociación de los asociados en términos de la obtención de menores precios y mejor calidad de los productos comprados.

    En este punto se debe resaltar que, en los condominios, ya se aplica esta estrategia de acción colectiva cuando se comparten los costos generados por servicios de seguridad, administración, limpieza y mantenimiento de los conjuntos habitacionales.

    Esta práctica puede extenderse también a la adquisición de otro tipo de bienes y/o servicios, por ejemplo, la compra asociativa de alimentos que, en los últimos días, a propósito del aislamiento social obligatorio por el covid-19, algunos conjuntos ya lo practicaron cuando contactaron a proveedores de alimentos frescos para que lleven a domicilio sus productos y, así, evidenciar los buenos resultados de “comprar en equipo”. También, se podría hacer lo mismo con la telefonía móvil, TV contratada, lavado de ropa y/o de autos; servicios de gimnasio etc.

    Finalmente, la transparencia de las cuentas financieras es clave si se quiere que el proyecto de compras asociativas perdure en el tiempo y, así, los asociados cumplan con el objetivo común que les motivó: “Aprovechar la generación de ahorros familiares gracias al efecto positivo de la acción colectiva”.

    El condominio se puede organizar para aplicar las compras asociativas
    El condominio se puede organizar para aplicar las compras asociativas. Foto: Freepick.es
  • Más opciones para aplicar al teletrabajo

    Redacción Quito

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    Traducir textos, desarrollar hojas de cálculo, programar software, componer música, redactar información, etc., son algunas de las actividades que las personas pueden desarrollar a través del teletrabajo.

    Esta información la dieron a conocer expertos en la materia, de empresas latinoamericanas, que participaron en el evento denominado Desde Aquí. La empresa del mismo nombre llevó a cabo, el pasado jueves, el primer encuentro de teletrabajo internacional y exportación por Internet.

    Agustín Montemuiño, expositor uruguayo de la empresa Innovac, indicó que Ecuador tiene un amplio potencial para que se desarrollen ambas actividades, debido a que más de la mitad de la población usa Internet. En el 2015 el 50,8% lo había utilizado, mientras que en 2016 el 55,63%.

    El expositor contó sobre cómo Uruguay se convirtió en el país de la región que más teletrabajadores tiene. Unas 100 000 personas se desempeñan bajo ese modelo.

    En otros países, como Chile, el teletrabajo creció en Santiago y Biobío; mientras que en Colombia se registró un desarrollo a escala general, debido al impulso que dio el Gobierno al mecanismo.

    Uno de los beneficios que trae el teletrabajo es la posibilidad de que ciudadanos que por situaciones de vulnerabilidad no pueden acceder a un empleo regular logren obtener ingresos de esta manera. Montemuiño contó de casos de personas con discapacidad, transgénero, entre otros.

    Durante el encuentro Desde Aquí, también se presentaron empresarios que manejan plataformas para buscar empleos que funcionen a través de teletrabajo.

    Entre estas se encuentra Free­lancer. Sebastián Siseles, director internacional de la firma, señaló que con este mecanismo una empresa demanda un servicio y una persona lo contacta para ofrecerle ese trabajo.

    Se trata de una actividad diferente al empleo común. El trabajador no recibe un salario, pero sí obtiene un ingreso, manejando su tiempo como él lo considere.

    Durante el encuentro estuvieron empresas ecuatorianas para ofrecer equipos de computación, financiamiento y asesoría en comercio exterior.

    Esto último, debido a que Desde Aquí también tocó el tema de las exportaciones vía Internet, explicó Cynthia Wright, organizadora.

    Patricio Morillo fue uno de los participantes en el encuentro. Él tiene la meta de comercializar aceite de coco en el exterior, a través de plataformas en línea. Se trata de un producto cosmético, que ofrece beneficios para la salud y es elaborado con cuidados ambientales.

    Empresas ofrecieron productos y servicios en la Cámara   de Comercio de Quito, donde se realizó el encuentro Desde Aquí.  Foto: Carolina Enríquez / LÍDERES
    Empresas ofrecieron productos y servicios en la Cámara
    de Comercio de Quito, donde se realizó el encuentro Desde Aquí. Foto: Carolina Enríquez / LÍDERES
  • La tendencia es aplicar estrategias ecológicas

    Redacción Guayaquil

    El marketing verde es la aplicación de las herramientas del mercadeo para la gestión de una marca con componentes de sostenibilidad. Así lo explica Andrés Seminario, presidente de Actúa Verde, una firma dedicada a las relaciones públicas, comunicación y marketing con enfoque ambiental.

    Según el experto, en el Ecuador la tendencia de este tipo de mercadeo inició en el 2009. Responde a tres factores que son la normativa, la exigencia de los consumidores y la disposición de parte de los compradores a pagar más por los productos que sigan una línea verde.

    Por normativa se refiere a todas las nuevas leyes ambientales, como los derechos de la naturaleza establecidos en la Constitución de la República. “Esto incentiva a las empresas a tener gestiones y productos ambientalmente más amigables”, menciona Seminario.

    Por otro lado, los consumidores ecuatorianos tienden a demandar productos ecológicos, indica Edmundo Acosta, experto en marketing. “Lo que inició como pasatiempo o moda, se ha convertido en una cultura de consumo”.

    A esto, Seminario agrega que según un último estudio hecho por Consultor Apoyo, el 83% de los ecuatorianos considera que las empresas por ley deben ser ambientalmente responsables.

    Sobre el último factor, Acosta indica que está vinculado con el segundo. “Al volverse una cultura, los productos que siguen líneas verdes representan un valor agregado para el consumidor”, dice.

    Seminario acota que los consumidores están dispuestos a pagar entre un 5 y un 20% adicional al valor. Para esto, las marcas deben demostrar acciones concretas, específicas y públicas de responsabilidad ambiental, señala el experto.

    Para Seminario son tres estrategias principales del marketing verde. La primera es de bajo nivel, con la que únicamente se comunican mensajes verdes.

    La segunda es de nivel medio, a través de la cual se busca que los consumidores colaboren con acciones ecológicas. En la última, de nivel alto, se trata de cambiar hábitos de los consumidores.

    Como ejemplo de empresas que aplican el marketing verde en Ecuador, Seminario destaca la labor de la Cervecería Nacional (CN) y su programa Encuentro Daule realizado en el 2011.

    Este año la CN reactivó el proyecto bajo el nombre Red Daule. Consiste en la creación de una red para el cuidado de la cuenca del río Daule.

    Es importante resaltar que el tema del marketing verde no debe ser un tema aislado, dice Iván Sierra, consultor en marketing. Para él, este tipo de mercadeo debe ser una herramienta conjunta en el tema de Responsabilidad Social. Dice que ser amigable con el medioambiente es uno de los siete ejes contemplados dentro de la responsabilidad social. “El marketing verde sirve como apoyo en el tema y no como un simple método para atraer clientes”, opina.

    Para este experto, suele haber una distorsión de parte de las empresas sobre el tema. “Muchas veces se toma como una inversión en pro de la marca. No debe ser así, ya que todo actor económico tiene la obligación de ser responsable con la sociedad que lo rodea”, señala.

    Sobre las estrategias, cree que depende de las necesidades de las compañías. Si se buscan resultados a corto plazo, las firmas deben difundir su labor. Las relaciones públicas y la cobertura de medios son útiles en este caso. “El objetivo es hacer notoria la acción”. En el caso de las metas a largo plazo, se debe modificar las acciones en los consumidores. “Se logra a través de campañas y medidas un poco más agresivas”, afirma.