Etiqueta: aprendizaje

  • Florinella Muñoz: ‘Si uno no se involucra, los cambios no van a darse solos’

    Evelyn Tapia

    Una ingeniera química que dirigió por 14 años el Departamento de Ciencias Nucleares de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) es, desde el pasado diciembre, la primera mujer en ocupar la silla del Rectorado de esta universidad, que tiene 150 años de historia en el país.

    Florinella Muñoz, quiteña, cuenta que estos casi nueve meses de gestión han sido un proceso de aprendizaje y un reto para alguien que, como ella, se había dedicado de lleno a la docencia e investigación durante 19 años.

    Cuando le propusieron postularse para las elecciones, Muñoz, que tiene un PhD en Ciencias Naturales, cuenta que tuvo dudas, pero dice que su fe en Dios le proporcionó confianza para dar el paso a un nuevo reto. “Me di cuenta que a veces queremos cambios, pero si solo nos quejamos y no nos involucramos en ser actores que generen esos cambios, no va a pasar nada. Entonces pensé en que tengo que pasarme al lado de los actores que hacen los cambios”.

    Muñoz ocupará el cargo hasta el 2023. En ese período cuenta que espera mejorar la organización de la universidad en temas administrativos, trabajar en las reformas curriculares de las carreras y poner mayor énfasis en temas de emprendimiento. Un primer logro es haber reformado el estatuto de la institución.

    Pasión por educar

    “Mi carrera en la docencia comenzó cuando fui ayudante de laboratorio de Química Orgánica, y descubrí que me encantaba dar clases, era tener la oportunidad de ayudar a los alumnos a hacer bien las cosas y de ponerles ideales de excelencia. Yo siempre empiezo mis clases con una charla de motivación a mis estudiantes. Les hablo de los valores que debe tener una persona, por ejemplo, la honestidad. Les digo que lo que uno es hoy, lo será siempre. A veces las personas pueden pensar que no importa que copien ahora que son estudiantes y no profesionales, pero yo les hago sacar la cédula y les pregunto ‘¿qué profesión dice?’, y me responden ‘estudiantes’, entonces les digo que ahora esa es su profesión y desde ahora deben ser honestos.

    Una de las cosas que más he disfrutado de la docencia es ver cómo los jóvenes se van transformando con la educación. Cuando llegan, uno los ve como unos niños, a veces llegan con situaciones económicas difíciles, de provincias. Al final se los ve convertidos en profesionales, uno es testigo de la madurez que adquieren, y son exitosos dentro y fuera del país. Encontrarse con alumnos fuera de la institución y sentir su respeto y cariño es hermoso. También me ha llenado de satisfacción salir del país con mis estudiantes a presentar trabajos de investigación y que otros profesores del mundo me feliciten y me digan: ‘Qué buenos sus estudiantes”.

    El espacio de la mujer

    “Cuando yo empecé a estudiar, no había profesoras mujeres en la Facultad y eso ha cambiado. Luego, cuando llegué al departamento de Ciencias Nucleares, este estaba compuesto mayoritariamente por hombres. Solo había una profesora y luego llegué yo al cargo de jefa.

    Dirigir el departamento fue difícil, hubo un poco de resistencia porque yo era bastante más joven que los profesores que había y que fueron mis maestros. Con el tiempo nos fuimos entendiendo mejor y hubo un cambio generacional, los profesores antiguos se jubilaron y a los más jóvenes, yo misma los traje. Ahora son nueve profesores en esta área, cuatro son mujeres. He visto cómo las mujeres se han involucrado más en el área de Ingeniería Química, actualmente hay un 50% de alumnas y 50% de alumnos, pero en el resto de carreras de la universidad todavía hay una diferencia mayor, hay un 30% de alumnas, pero esto puede ir cambiando. Creo que las mujeres atraen e inspiran a otras. Si una está haciendo algo diferente, otras lo miran y dicen: ‘si ellas pueden, yo también voy a hacerlo”.

    Cambio en las empresas

    “Hay carreras en las que aún no sube la participación femenina por las ofertas de trabajo. Porque no se trata de que la mujer solo elija una carrera porque le gusta y ya. Se elige la carrera porque se proyectan posibilidades de trabajo y crecimiento; si no hay eso en las empresas, es difícil. La industria también debe cambiar y decidir abrir más espacios para las mujeres. Esas trabas que aún existen, como pensar en no contratar a una mujer porque se puede embarazar o porque no es lo suficientemente fuerte para cargar un bulto, deben desaparecer”.

    Florinella Muñoz Desde el 2018 es la rectora de la Escuela Politécnica Nacional. Es la primera mujer en ocupar el cargo en 150 años. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
    Florinella Muñoz Desde el 2018 es la rectora de la Escuela Politécnica Nacional. Es la primera mujer en ocupar el cargo en 150 años. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
  • Una ‘app’ que permite aprender matemáticas

    Redacción Sierra Norte (I)

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    La versión final de la aplicación móvil ‘Smart Math’ o Matemática Inteligente estará lista para octubre del 2019.

    El programa informático promueve el aprendizaje de suma, resta, multiplicación y división, por medio de mini juegos y con el uso de inteligencia artificial.

    La iniciativa la desarrollaron los estudiantes Richard Torres y Andrés Banda, con la asesoría del Ph.D, Rigoberto Fonseca, de la Universidad Yachay Tech, situada en Urcuquí (Imbabura).

    Al prototipo se lo reconoció con el primer lugar en interfaz de usuario en el concurso latinoamericano de aplicaciones TuApp.org, que se desarrolló en Lima (Perú), en noviembre de 2018.

    En el certamen se presentaron 120 proyectos de Perú, Colombia, Argentina, Chile, México y Ecuador. Sin embargo, únicamente 45 pasaron hasta la etapa final.

    El fin de este certamen es que los concursantes aprendan sobre las etapas que se deben cumplir para crear una empresa tecnológica.

    Los jueces evaluaron en los proyectos originalidad, funcionalidad, calidad de interfaz y modelo de negocio; hubo triunfadores de cada fase de creación empresarial.

    Según Richard Torres, estudiante de noveno semestre de la carrera de Tecnologías de la Información y responsable del desarrollo de software de ‘Smart Math’, esta interfaz posibilita una buena interacción con el usuario, con más visualizaciones y efectos, gracias a personajes animados. El niño aprende a través de un juego.

    La aplicación permite predecir el estilo de aprendizaje de estudiantes, especialmente de nueve a 12 años. Para ingresar a la ‘app’ se debe responder un cuestionario, que ofrece la posibilidad de identificar el estilo preferido de aprender del jugador.

    Así surgieron, explica Torres, cuatro estilos de mini juegos acorde a los atributos de cada participante: soñador, lógico, estratega y competitivo.

    A este último tipo de jugador le gusta, por ejemplo, la acción. Por eso en el diseño se incluyó un muñeco que puede moverse y lanzar cohetes a la respuesta que considere correcta.

    El desarrollo de ‘Smart Math’ empezó en marzo de 2018. Como exigía el concurso TuApp.org, su elaboración se hizo por fases.

    En julio los universitarios presentaron el modelo de negocio y un video. En agosto se mostró el diseño y un mes después la implementación de la aplicación.

    El diseño estuvo a cargo de Andrés Banda, otro estudiante de Tecnologías de Información.

    El estudiante de Yachay Tech explica que en la aplicación predominan los tonos verdes y rojos. Con el primero se distingue al jugador y con el otro a los elementos utilizados para el aprendizaje.

    La aplicación posee una versión para tutor, que puede ser utilizada por un docente o padre de familia, que tendrá acceso conocer los conceptos aprendidos, el rendimiento y la evaluación periódica.

    Los estudiantes Andrés Banda y Richard Torres, de la Universidad Yachay Tech, pulen a su aplicación.
    Los estudiantes Andrés Banda y Richard Torres, de la Universidad Yachay Tech, pulen a su aplicación. Foto: José Luis Rosales para Líderes
  • 5 tendencias de aprendizaje para el 2015

    Logo GDA

    Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, se propone anualmente aprender algo nuevo. Al ser un referente en emprendimento, el portal Inc. sigue su ejemplo y recomienda los siguientes desafíos para incluirlos dentro de la lista de ‘cosas por aprender’ este 2015.

    Aprender a codificar
    En la actualidad, codificar es un mecanismo básico de alfabetización, así como leer, escribir o resolver operaciones matemáticas. El mundo demanda codificadores para llenar las vacantes disponibles en esta área.

    El mundo demanda codificadores para llenar las vacantes disponibles en esta área. Foto: GDA/ Portafolio.co
    El mundo demanda codificadores para llenar las vacantes disponibles en esta área. Foto: GDA/ Portafolio.co

    Aprender una tecnología nueva
    Se trata de una inversión a futuro. Para mantenerse en cualquier negocio es impresicinble estar a la vanguardia de los cambios.

    Para mantenerse en cualquier negocio es imprescindible estar a la vanguardia de los cambios.
    Para mantenerse en cualquier negocio es imprescindible estar a la vanguardia de los cambios.

    Aprendizaje en línea
    Ahora no hay excusa para dejar de aprender. Con los avances de la tecnología móvil ahora es posible hacerlo, incluso, desde casa. Si le falta tiempo para asistir a un aula de clase, hágalo en línea, a través de Internet.

    Si le falta tiempo para asistir a un aula de clase, hágalo en línea, a través de Internet.
    Si le falta tiempo para asistir a un aula de clase, hágalo en línea, a través de Internet.

    Aprender un nuevo idioma
    Saber una lengua extranjera aumenta su valor en el mercado laboral. Paralelamente, expande sus horizontes culturales.

    Aumenta su valor en el mercado laboral.
    Aumenta su valor en el mercado laboral.

    Aprender fotografía digital
    Vivimos una era de hiperconexión donde compartir imágenes digitales ya es parte de nuestra naturaleza. Si disfruta de publicar fotografías en redes sociales, aprenda a hacerlo de la mejor manera.

  • Saber escuchar, ¿don o aprendizaje?

    Arturo Castillo / Motivador Y Prof. De Técnicas Psicorrelajantes

    Resulta oportuna la diferenciación entre oír y escuchar. Oír es una función sensorial, un reflejo, una respuesta automática a los estímulos sonoros del entorno. Escuchar, en cambio, es un acto deliberado y consciente, un esfuerzo sostenido de atención.

    Es bastante común, por ejemplo, la exasperación del niño que pese a que llama repetidamente a su madre esta ni se inmuta, hasta que el pequeño hace un auténtico berrinche .

    Pero esto se ve también entre gente adulta. ¿Quién no ha dicho alguna vez, ‘oyes como oír llover’, para dar a entender que la persona no le estaba prestando atención, escuchándole. Nosotros mismos hemos recibido tal reproche en incontables ocasiones.

    En otros niveles, la escucha de padres a hijos, de esposos a esposas, de jefes a subalternos; de líderes espirituales a feligreses, etc., suele estar condicionada por un ánimo autoritario.

    Puede afirmarse, consecuentemente, que la escucha está, en muchos casos, modulada por relaciones de poder. Quienes están ‘arriba’ deciden escuchar o no a quienes están ‘abajo’. Por alguna razón, quienes ‘ascienden’, social o económicamente, difícilmente están dispuestos a ‘descender’ para averiguar qué piensan, quieren y sienten los demás.

    Puntualmente, en lo laboral, que se basa justamente en el factor jerárquico, el tema de la escucha es generalmente crítico. Así, la desconexión entre la cúpula de la organización y las bases obedece a la falta de ánimo para escuchar; porque los jefes, desde su postura de infalibilidad, difícilmente prestan atención.

    Es similar al padre que tiene el privilegio de la palabra, que la acapara y la utiliza para ejercer autoridad. Cuando el hijo osa replicar, el “¡cállate y escucha; el que habla aquí soy yo!”, no se hace esperar.

    El jefe, por su parte, dirá: “¡El que manda aquí soy yo”. La lista es nutrida, y el factor común es el ¡cállate!, que implica que la posibilidad de escuchar tiende a anularse debido al autoritarismo.

    Las empresas quieren mejorar, proclaman, la comunicación, pero ignoran que sin habilidad para escuchar es imposible conectarse con los demás. Si los directivos no son todo oídos para sus trabajadores, si no se animan a hablar con ellos, no habrá taller de comunicación que haga el milagro. Escuchar, en síntesis, es reconocer la importancia del otro, su existencia concreta, por su valor intrínseco; sin ningún tipo de asimetría arturo.castillo@catarsis.ec.

    “Escuchar, en definitiva,   es reconocer la importancia del otro, su existencia concreta, por su valor intrínseco”.

  • Aprendizaje y juego pesan en la compra

    Redacción Quito

    En el mercado de juguetes del país hay dos tipos de consumidores: el que influye en la compra que son los niños, desde 1 a 10 años, y el que planifica, es decir el padre de familia.

    Según Benjamín Chávez, consultor de desarrollo productivo de pymes, los niños se inclinan por productos importados, que son los que tienen más publicidad dentro de los canales locales de promoción. Sin embargo, cree que los últimos años se ha fortalecido un mercado nuevo, orientado a juguetes alternativos elaborados por pequeñas y medianas empresas. “Este público objetivo no compra la muñeca o el juego de mesa plástico importado, sino que prefiere juguetes de madera, muñecas de trapo y otros artículos producidos localmente”.

    Rommel Guevara, propietario de la empresa artesanal que lleva su nombre, comenta que sus juguetes están orientados al estrato socioeconómico medio y popular, aunque también son adquiridos por un público de mayores ingresos.

    Para la Red de Productores Artesanales en Fibras Naturales, Madera Renovable y Semillas (Sacha Urku), los clientes que llegan por sus productos (muñecos, trenes y carros de totora, cabuya, bambú, etc.) pertenecen a un mercado que busca “llamar la atención sobre productos propios del país y también apoyar a los artesanos”. La red, que expone sus productos en el Centro Artesanal Quitus de Quito, agrupa a 40 asociaciones campesinas.

    Los consumidores de este tipo de mercado también buscan un valor agregado. Asiri, una firma que importa juguetes alternativos de Alemania, Italia, Holanda y Francia, asesora al cliente para que opte por productos duraderos, y de acuerdo con la edad y la personalidad del niño. “Nuestros consumidores son clientes que saben de la importancia de regalar un juguete que pueda dejar volar su imaginación y que sean buenos para desarrollar la motricidad, el pensamiento lógico, etc.”, dice Ulrike Rota, propietaria de la firma.

    Dunia Neira, gerente de Cheeky Monkey, que importa juguetes didácticos, dice que todavía es difícil cambiar la mentalidad que tienen los padres de familia de comprar un juguete tradicional como un carro, un robot. “El niño tiene tantos de esos juguetes que se aburre rápido. Nosotros intentamos que se compren juguetes para el desarrollo de ciertas habilidades”.

    Escuelas y colegios también adquieren estos productos para entretener a los niños durante los espacios de descanso.

    Karina Cedeño, administradora de la distribuidora Milatex, ubicada en el centro de Guayaquil, afirma que este año, los consumidores que compran en el local están destinando un presupuesto menor que años anteriores. Por ejemplo, indica, los que antes buscaban juguetes de hasta USD 10 y hoy de USD 6.

    Otro nicho importante de negocio son las ferias artesanales. Juan Carlos Sarcos gira, tuerce y ajusta a modo de tejido alambres de cobre, bronce y aluminio para modelar figuras como bicicletas, motos o automóviles clásicos. Estos trabajos gustan a niños y adultos coleccionistas que demandan estas artesanías.

  • El secreto del aprendizaje es indagar

    Arturo Castillo / Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes

    EL ESPECIALISTA

    En un mundo preexistente, plagado de objetos ‘inteligentes’, la curiosidad y la posibilidad de preguntar se han convertido en actos desprovistos de auténtico interés; quizás porque el nuevo oráculo, Internet, tiene respuestas para absolutamente todo.

    A la vez, contradictoriamente, la nueva generación va perdiendo la capacidad para preguntar, que es el equivalente de la duda, del poder de asombro. Preguntarse es la antesala de la reflexión; da paso a la búsqueda apasionada de aquello que intriga, que acucia; pone en movimiento la imaginación, impulsa a buscar en el entorno las pistas que lleven a una respuesta satisfactoria.

    Pero cuando la respuesta está a la mano, cuando Wikipedia ahorra la fatiga de pensar, la capacidad para indagar se convierte en un hecho electrónico, en una acción fría, que tiene como protagonista a una máquina.

    Llevado esto al campo laboral, quien pregunte más de la cuenta, quien no ‘cache’ las cosas al paso, corre el riesgo de ser considerado lento, incapaz, tonto.

    Este prejuicio se desprende de la formación escolar, que, absurdamente, es un proceso que mata la capacidad para preguntar, la intriga. La uniformidad de la educación, que asume que todos los niños poseen la misma habilidad de aprendizaje, el mismo ritmo, relega a aquellos estudiantes que no entienden.

    Puntualmente, considerar un tiempo prudencial para que los nuevos trabajadores puedan preguntar acerca de sus tareas, para que manifiesten sus dudas e inseguridades, tiene mucho del esquema escolar. No les quedará, entonces, más remedio que quedarse callados, que ocultarse tras su ignorancia, tal como ocurre con sus hijos en las aulas.

    Nada es quizás más trágico que la vergüenza por causa de la curiosidad, de la ignorancia intrínseca. Más trágico aún que las personas escondan su ignorancia fingiendo erudición.

    Sin la libertad interior para preguntar, el individuo se ve obligado a aceptar verdades ajenas. Ninguna empresa debería poner barreras para que sus trabajadores pregunten, reflexionen, para que a partir de ello sean capaces de tomar iniciativas, de decidir creativamente.

    «NINGUNA FIRMA DEBERÍA PONER BARRERAS PARA  QUE SUS EMPLEADOS PREGUNTEN. LA REFLEXIÓN INCENTIVA LA CREATIVIDAD».

  • ¿Cuánto tiempo es prudente preguntar?

    Redacción Cuenca

    Un globo amarillo de helio, con una carita feliz dibujada, es pegado al escritorio del nuevo empleado que ingresa a la firma Google.

    El tiempo que el globo está inflado -puede tardar hasta una semana en desinflarse-, es el período que tiene el flamante colaborador para hacer preguntas.

    Cuando el globo queda sin aire, el colaborador debe resolver los asuntos por su cuenta. Esta anécdota relató el exejecutivo de Google, Gonzalo Begazo, quien manejó las finanzas de esa compañía ubicada en California, en un reportaje publicado por la revista peruana Etiqueta Negra, en abril de este año.

    Aunque esta estrategia parece cruel, es una forma de que el empleado capte la información y tenga la necesidad de aprender todo en la primera semana. De esta forma no perderá el tiempo con la excusa de ser nuevo, explica Miguel Muñoz, analista de RR.HH.

    En las firmas ecuatorianas, los nuevos colaboradores ingresan y su periodo de adaptación es largo y resta productividad para las empresas, dice Muñoz.

    Algo similar opina Lorena Pástor, consultora de recursos humanos, quien coincide en que es una estrategia creativa, porque el nuevo colaborador enfoca sus energías en el aprendizaje.

    Sin embargo, para que esta idea funcione es necesario que exista total apertura de las áreas de la compañía para resolver las inquietudes. A pesar de ser una idea innovadora, Pástor defiende la política de puertas abiertas, para que el empleado tenga acceso, siempre, a sus superiores y pregunte lo que desee.

    El proceso de adaptación normal de un empleado dura tres meses, porque debe conocer las áreas, los filtros de la compañía y la dinámica. Una semana, o el tiempo que dure el globo en desinflarse, es escasa para conocer el funcionamiento de una firma. Aunque no es imposible con la colaboración de la empresa y sus empleados, sostiene Pástor.

    Para la consultora de RR.HH., Belén Argüello, es clave mantener los canales abiertos para resolver cualquier inquietud. La comunicación es el eje de las empresas y, sin importar el tiempo que esté el empleado en la organización, en caso de dudas estas deben resolverse.

    En el reportaje publicado en Etiqueta Negra, Begazo también relató que cuando Google acepta a un nuevo empleado le regala camisetas con el logo de la firma y un gorro con hélice que lo distingue de los demás. De esta forma, todos los empleados saben que hay un novato y colaborarle es política de la empresa.

    Para Muñoz, el globo, la camiseta y el gorro son solo símbolos, pero lo que transmite Google es que se diferencia de otras empresas donde reina la burocracia. «Esta firma tecnológica, que el año pasado facturó más de USD 50 000 millones, es conocida por cuidar a su talento humano y potenciar su productividad».

    El director de Talento humano de Soluciones de Software Ecuador, Daniel Ruiz, dice que no se pueden comparar las empresas ecuatorianas con Google, porque esta tiene más de 35 000 empleados. En Ecuador las firmas son más pequeñas y, por ende, personalizadas. «Los tres meses son una medida de tiempo ideal para que el empleado se acople a su nuevo trabajo, sin presiones».

    Ruiz señala que en Ecuador, «las empresas con más comunicación entre sus empleados son las más productivas». Al ser Google un buscador de Internet que tiene otros negocios alineados a la tecnología, su dinámica laboral es diferente.

  • La diversión y el aprendizaje dan vida a su emprendimiento

    redacción Guayaquil

    Chiky Place es un lugar en donde los niños, desde los tres meses hasta los seis años de edad, pueden aprender jugando. Este negocio fundado por la colombiana Juana Salazar y la peruana Daniella Luna tiene tres años.

    Luna recuerda que en el 2010 ella junto a su socia, que hoy está en Colombia, evidenciaron que Guayaquil no contaba con un espacio en donde los niños y bebés pudieran entretenerse y ser cuidados por un experto. «Estudiamos el mercado y vimos que faltaba un lugar cómodo, seguro, en el que un niño o un bebé pudiesen divertirse y aprender al mismo tiempo», indica Luna. Ella es madre de dos hijos ecuatorianos.

    Para iniciar con el negocio, invirtieron USD 250 000, que se usaron para implementar el local ubicado en Plaza Navona en Samborondón. Además, adquirieron juguetes y muebles para adecuar Chiky Place. Los juegos se importaron desde EE.UU., Perú y Colombia.

    Dos maestras parvularias, una psicóloga infantil y otras tres personas colaboran en este emprendimiento, que diariamente recibe entre 30 y 40 niños. Ellos pasan, en promedio, cuatro horas al día.

    El centro de entretenimiento es un ambiente que cuenta con las zonas de entretenimiento, como arte, biblioteca, deporte, mercado, restaurante, hospital, peluquería, disfraces, taller, gimnasio y bomberos. «Tratamos de que las mamás y papás sean parte de la diversión que experimentas los niños en el lugar», explica Luna. La emprendedora cuenta además, que mediante la estimulación muchos niños han aprendido a caminar e incluso han dichos sus primeras palabras en Chiky Place.

    Lorena Acebedo, madre de dos niñas de dos y cuatro años, dice que a sus hijas le encanta ir a ese lugar «Ellas tomaron un vacacional en febrero de tres semanas y desde ahí les gusta mucho».

    A Acebedo le atrae mucho la oportunidad de poder disfrutar de una taza de café, mientras observa a sus hijas jugar.

    La celebración de fechas especiales, como los cumpleaños, es otro de los servicios del negocio. Al mes, se realizan unas siete fiestas de cumpleaños, especialmente durante los fines de semana.

    La estimulación temprana también es parte esencial del negocio. «Existen dos grupos a los que damos este servicio. A los menores de tres a 15 meses, y de 15 meses a 3 años», indica Luna. Estos paquetes tienen un costo que va desde los USD 120 al mes, en promedio.

    El emprendimiento factura unos USD 10 000 mensuales. Luna comenta que sostener el negocio ha sido un constante aprendizaje. Tiene unos 300 niños y niñas fijos, que acuden al menos dos veces por semana a jugar y a aprender.

    A jugar y aprender La estimulación temprana. Una especialista comparte con los niños y ayuda a que estos desarrollen habilidades.

    Las actividades. Los niños juegan a ser chefs, hacer manualidades, carreras de obstáculos y demás movimientos.

  • ¿Es transferible la experiencia del trabajo?

    Arturo Castillo Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes

    La periódica rotación de personal y la transición del cambio, con trabajadores que deben adaptarse al nuevo entorno laboral, son circunstancias ineludibles para toda organización.

    Siempre tomará un tiempo prudencial el proceso de capacitación y la asimilación del estilo laboral de la compañía, la conexión humana, la comunicación e inclusión en los equipos de trabajo.

    Generalmente, las empresas tratan de paliar la emergencia contando con que el trabajador renunciante transferirá los conocimientos básicos acerca de sus tareas a quien le tomará la posta; lo consideran una obligación profesional, una forma de demostrar cierta gratitud por la empresa que le dio trabajo.

    Sin embargo, una cosa es la convicción empresarial y otra muy diferente que el individuo tenga el ánimo y la madurez profesional para encaminar a su reemplazante. Puede que colabore, que haga su última buena obra, pero también se dirá a sí mismo: «A mí me costó tiempo y esfuerzo aprender. ¿Por qué tendría que darle al nuevo colaborador todo en bandeja de plata?».

    Según otra lógica, cada trabajador debiera llevar un diario profesional, que serviría de ayuda y referencia a quienes se inicien en la organización. Suena interesante, pero solo desde una perspectiva ideal. Si cada cerebro es un mundo, si cada sujeto trabaja desde su bagaje humano y profesional, el valor de tal documento parece relativo.

    Los aspectos técnicos tienen procesos similares, esquemas preestablecidos, fórmulas que se repiten. En cambio, la forma de abordar las tareas, la destreza intelectual; la capacidad para trabajar en equipo, la habilidad para manejar presiones, son asuntos intransferibles.

    De otra parte, ¿quién tendría el tiempo y la paciencia para dedicarse a una tarea tan meticulosa? ¿Quién estaría dispuesto a preparar el terreno para que otro sujeto encuentre la mesa servida? Si efectivamente el ‘know how’ es propiedad de la compañía, no debiera inquietarle si los empleados salientes no se muestran cooperativos, si se resisten a dejar rastros de su paso por la empresa, si más bien pareciera que quieren llevarse conocimientos.

    «toma un tiempo  el proceso de adaptación y asimilación del estilo laboral del empleado en la firma».

  • María Belén Camacho: mientras juega, emprende y educa

    sebastián angulo Redacción Quito / LÍDERES

    Su lugar de trabajo no es una oficina común. Está rodeada de pelotas de colores, figuras de caucho, legos, y por las tardes, se escuchan sonrisas, gritos y pequeños pasos por los corredores.

    En ese sitio, María Belén Camacho junto a seis educadores juegan con unos 35 niños que llegan todos los días acompañados de sus padres.

    Este pequeño centro de 96 metros cuadrados, ubicado en el norte de Quito, se ha convertido en la esperanza de papás que acuden con sus hijos para tratar problemas de comunicación, lenguaje, atención, entre otros.

    Así es Love 2 Learn, o ama aprender, un centro de apoyo para niños con dificultades en el desarrollo. Camacho abrió este espacio en el 2008 para que niños superen dificultades de aprendizaje y desarrollo por medio del juego.

    Gracias a esta iniciativa, que ha contribuido al bienestar de la niñez del país, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Fundación ALAS le otorgaron el reconocimiento como Mejor Educadora, el pasado 6 de mayo.

    Esta quiteña, que se graduó de licenciada en Educación Parvularia de la Universidad Católica de Quito (PUCE), viajó a Washington (EE.UU.) para la gala de premiación.

    El premio ALAS-BID fue creado en el 2012 y es el primer concurso de este tipo en América Latina que reconoce a profesionales y organizaciones que han realizado contribuciones al desarrollo de la primera infancia en la región. La Fundación ALAS fue creada por la cantante colombiana Shakira, quien no pudo acudir al acto de premiación de este año.

    Pero hasta la noche del evento, Camacho no sabía que era la ganadora. Su proyecto había sido preseleccionado de entre 700 candidatos. Y tal como ocurre en las entregas de los Oscar o los Grammy, leyeron los nominados de los finalistas, y luego de transmitir videos con las historias de los candidatos, la maestra de ceremonias exclamó el nombre de la ecuatoriana como ganadora.

    «Me quedé en ‘shock’», comenta Camacho. Luego de unos segundos, una de las anfitrionas del evento la invitó a subir al escenario. Al final de las escaleras, la esperaban con el galardón la exsecretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton y Luis Alberto Moreno, presidente del BID.

    Pero como suele suceder, el momento cumbre en la vida de Camacho no estaba entre sus metas. De hecho, ella no quería ser educadora. Al finalizar la secundaria en el Colegio Americano, quería estudiar Psicología en la PUCE.

    «No alcanzó el puntaje para ingresar a Psicología», cuenta Gabriela Aguilar, quien fue su compañera en el colegio y ahora es una de sus mejores amigas.

    Por ello, se matriculó en Parvularia y, poco a poco, se apasionó por la carrera. Aguilar cuenta que desde el colegio, Camacho era «algo reservada» y bastante aplicada en los estudios.

    Una de sus cualidades, recuerda su amiga, era la creatividad para hacer proyectos de ciencia, biología, etc. Otra de las actividades en la que se destacaba era la natación; compitió en varios intercolegiales y obtuvo algunas medallas.

    Sus estudios universitarios los terminó en el 2002. Luego de ello, se incorporó como docente en el Colegio Británico. Gracias a esa experiencia, notó que muchos niños necesitaban ayuda especial para sus dificultades de desarrollo y fue el punto de partida para la creación de Love 2 Learn.

    Luego de un año de trabajo en esa institución decidió estudiar una maestría en educación especial en la Universidad de Maryland (EE.UU). Allí tuvo la oportunidad de trabajar junto a Stanley Greenspan, psiquiatra infantil, autor de numerosos libros y con reconocida experiencia en temas de desarrollo infantil.

    En el 2007, de vuelta al país, trabajo en la Academia Cotopaxi. «Ella no pone etiquetas a los niños; los niños no necesitan etiquetas sino soluciones», dice Fernanda Navarrete, psicóloga de ese centro de estudios quien laboró junto a Camacho durante un año.

    «He visto niños recuperados de una forma increíble», comenta Navarrete. Entre las cualidades que destaca de Camacho están su tranquilidad, y la manera positiva de ver todas las cosas.

    La idea de abrir su centro de apoyo infantil comenzó a tomar forma cuando regresó de EE.UU., luego de concluir su maestría. Presentó su propuesta al Plan Cucayo, de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), institución que le entregó un crédito no reembolsable por USD 40 000. Esos recursos le sirvieron para abrir Love 2 Learn.

    Astrid es una de las madres de familia agradecida con Camacho. Por medio de sus sesiones de juego, Matías, de 6 años de edad, logró superar algunos problemas de interacción, «con resultados maravillosos». Belén es una persona que tiene un don especial para comunicarse con los niños, dice, por medio de las emociones y el contacto físico.

    Actualmente, esta quiteña realiza su doctorado en educación inicial en el ICDL (Consejo Interdisciplinario de Desarrollo y Aprendizaje, por sus siglas en inglés). Su tiempo libre lo dedica a Doménica, su hija de 8 años y su nuevo reto es la ampliación de Love 2 Learn.

    HOJA DE VIDA

    2014. PREMIADA EN EE.UU.

    El 6 de mayo pasado recibió el premio ALAS-BID, en Washington. En la gala de premiación estuvo con Luis Alberto Moreno, presidente del BID, y Hillary Clinton, exsecretaria de Estado de EE.UU.

    2006. TERMINÓ SU MAESTRÍA

    En 2006, terminó sus estudios en educación especial en la Universidad de Maryland (EE.UU). En ese país trabajó en varios centros educativos y ganó experiencia en el área de desarrollo infantil, durante unos cuatro años.

    Sus formación y experiencia 2012. Comenzó a trabajar como docente en la Universidad San Francisco de Quito; da asesorías educativas a colegios e instituciones.

    2006. Trabajó junto Stanley Greenspan, experto en desarrollo infantil.

    2002. Se graduó de licenciada en Educación Parvularia, en la Universidad Católica de Quito.

    LAS FRASES

    «Todo lo que hagan, háganlo con pasión; mientras exista pasión y amor por algo, se obtendrán los resultados que esperamos».