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  • En Madrid, Melanie Riofrio Piché es una autoridad en casos de arbitraje

    Carolina Enriquez

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Analizar cómo resolver un problema jurídico en Dubái, sin necesidad de ir a juicio, es una de las experiencias que Melanie Riofrio Piché recuerda de su camino profesional. Esta joven es desde este año la secretaria general del Centro Internacional de Arbitraje de Madrid (CIAM), el principal estamento del arbitraje internacional en España.

    Desde niña no era un secreto para sus allegados que a Riofrio le gustaba debatir. Su primera educación la recibió en Québec (Canadá), donde nació.

    Al ser el francés su idioma natal, el primer obstáculo que superó con éxito fue aprender español al venir a Ecuador, cuando tenía 10 años. “Tuve que aprender el idioma. Además de eso, en el Colegio La Condamine mis profesores hablaban un francés europeo y yo tenía otro acento. Les costaba entenderme y tuve que hablar de la forma que ellos lo hacían. También me tocó enfrentar otra cultura”.

    Para ella, esta situación fue clave, ya que aprendió que en la vida es necesario adaptarse a todos los cambios que se presentan y a ser tolerante. En lo académico, se despertó en ella un gusto por los idiomas: hoy habla español, francés, inglés y algo de italiano, así como de portugués.

    Su capacidad de debate y el gusto por la diplomacia le llevaron a optar por la carrera de Derecho, en la Universidad Católica del Ecuador. Una de sus materias preferidas fue arbitraje internacional.

    Melanie Riofrio en España. Foto: cortesía Melanie Riofrio Piché
    Melanie Riofrio en España. Foto: cortesía Melanie Riofrio Piché

    Juan Manuel Marchán, jurista y socio de Pérez Bustamante & Ponce, fue quien le impartió esa cátedra. “Era una materia de derecho internacional, de resolución de controversias y a ella le interesó muchísimo eso. Fue una alumna destacada, curiosa siempre por investigar, más cuando ese era un tema nuevo en Ecuador”.

    Lo que más resalta de Riofrio es que siempre participaba en las discusiones en clase y leía todos los materiales que había.

    Esa característica la llevó a estudiar una maestría en Canadá, en Derecho en Comercio y Negocios en la Universidad de Montreal. Quiso quedarse allá, pero la oportunidad de realizar una pasantía en la Cámara de Comercio Internacional, en París, cambió todo lo planificado; allí obtuvo un certificado en Derecho francés y europeo en la Universidad de Pantheón Assas.

    En ese sitio estuvo en el equipo latinoamericano y el italiano-suizo. Esto le abrió puertas, porque conoció sobre los despachos internacionales que trabajaban en arbitraje, la práctica, las personas involucradas en esta área, etc.

    Su afán por seguir aprendiendo le permitió que consiga otra pasantía, aunque esta vez en la Corte Permanente de Arbitraje, en La Haya (Países Bajos), donde obtuvo información sobre casos entre Estados. En esa época se concretó otro de los hitos de su vida, al conocer a quien por ocho años fue su jefe: Juan Fernández – Armesto, uno de los árbitros internacionales con mayor reputación.

    Una de las pasiones de Melanie Riofrio es viajar por distintos países. Foto: cortesía Melanie Riofrio Piché
    Una de las pasiones de Melanie Riofrio es viajar por distintos países. Foto: cortesía Melanie Riofrio Piché

    Él vio en ella su pasión: le fascinaba el hecho de que a pesar que en el mundo existen diferentes sistemas jurídicos es posible llegar a una misma solución. La abogada, por otro lado, destaca que su mentor fue generoso con sus conocimientos y su tiempo.

    De esa forma fue que Riofrio entró a formar parte de la firma Armesto y Asociados, en Madrid. Cuando se le asignó su primer caso, recuerda que su jefe le dijo: “Espero que tu árabe sea bueno”; tenía que trabajar en una controversia por un tema de construcción en Arabia Saudita en la que debía aplicar la sharia, sistema jurídico islámico. Más adelante participó en casos de inversión, comercio entre Estados y otros.

    Su bagaje profesional impactó en quienes estaban a cargo del proceso de selección de secretario del Centro de Arbitraje Internacional de Madrid (CIAM). Desde el 1 de enero de este año ocupa dicho puesto en el que se encarga de llevar los procesos arbitrales.

    “Es un proyecto nuevo, está todo por hacer. Me gusta encontrar soluciones creativas. Bajo la guía del presidente y las Comisiones de trabajo afronto este reto, que recibo con mucha ilusión y responsabilidad”, dice Riofrio en una entrevista telefónica.

    En su selección también influyó el haber sido nombrada, por dos años consecutivos, como futura líder de la práctica arbitral en la revista internacional Who’s Who Legal. Ella cree que ese es un alto reconocimiento a su labor.

    Melanie con el grupo Alumni IASC, del cual ella es fundadora y directora. Foto: cortesía Melanie Riofrio Piché
    Melanie con el grupo Alumni IASC, del cual ella es fundadora y directora. Foto: cortesía Melanie Riofrio Piché

    Riofrio también tuvo un paso por estudios jurídicos en Ecuador. De esa época la recuerda el jurista Rafael Serrano Costales. “Demostró ser una profesional impecable. Al poco tiempo de ingresar a Serrano Puig, formo parte del equipo de propiedad intelectual, se encargó de obtenciones vegetales. Demostró una gran capacidad para trabajo en equipo”.

    Datos

    Familia. Está casada con el jurista ecuatoriano Sheim Guerrero, quien labora en el Congreso de España como asesor parlamentario.

    Actividades. En el 2016 creó, junto con un compañero, la organización International Arbitration, Seminares & Courses (IASC).

    Academia. Imparte cátedra en el Instituto de Empresas y la Universidad de Navarra.

    Un centro que reunió a tres instituciones

    Redacción Quito (I)

    El año pasado se anunció formalmente la constitución del Centro Internacional de Arbitraje de Madrid (CIAM). Este es fruto de la fusión de la actividad internacional de tres institucionales arbitrales: la Corte de Arbitraje de Madrid (CAM), la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje (CIMA) y la Corte Española de Arbitraje (CEA).

    Además, cuenta con el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) como socio estratégico, previéndose la futura incorporación de la Corte de Arbitraje del ICAM a este nuevo Centro de Arbitraje.

    “El CIAM será competente para administrar dos tipos de arbitrajes internacionales provenientes de convenios arbitrales ‘nuevos’ (los suscritos a partir del 1 de enero de 2020). En primer lugar, los que surjan de convenios en los que las partes señalen directamente al CIAM como corte administradora. En segundo lugar, los que tengan su origen en convenios en los que las partes acordaran someterse a arbitraje administrado por la CAM, la CIMA o la CEA”, indica el suplemento madrileño Cinco días.

    Melanie Riofrio Piché asegura que el ser secretaria general de la organización no le impide seguir desarrollando su carrera como árbitro. Para ella es importante que CIAM haya nombrado en ese cargo a una mujer joven y latinoamericana.

    Explica que el centro tiene altos estándares de calidad. Ella tiene tres equipos de labor y en el sitio se usa varios idiomas. “Para mí este proyecto es muy importante. Tener la oportunidad de formar parte de esta institución es clave. Ir con mensajes potentes y estándares de transparencia, calidad e independencia es fundamental”.

    Melanie Riofrio Piché es desde este año la secretaria general del Centro Internacional de Arbitraje de Madrid (CIAM). Foto: cortesía Melanie Riofrio Piché
    Melanie Riofrio Piché es desde este año la secretaria general del Centro Internacional de Arbitraje de Madrid (CIAM). Foto: cortesía Melanie Riofrio Piché
  • Patricia Vera: ‘El trabajo profesional demuestra que uno tiene capacidad’

    Vanessa Silva (I)

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    Patricia Vera Nieto se relacionó con la jurisprudencia desde niña. Creció rodeada de abogados en su familia. Su abuelo, su padre y varios de sus tíos ejercieron la profesión en distintos ámbitos. Eso la motivó a seguir sus pasos, por la posibilidad de vincularse a la carrera diplomática, más que por el interés en la parte litigante.

    Cuando cursaba el segundo semestre de Derecho en Universidad de las Américas descubrió que lo suyo era el arbitraje. Esa determinación la llevó a abrirse camino por cuenta propia y dejar su marca en el camino.

    Posee una amplia hoja de vida forjada en once años de trayectoria, en los que hizo de todo, desde servir café hasta coordinar una oficina de arbitraje. Esto le ha permitido aprender, y entender, la importancia que tiene cada elemento en un equipo de trabajo. Su principal aspiración profesional es convertirse en árbitro oficial y ejercer la docencia.

    Hoy es Directora del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana (Amcham) Quito.

    El oficio

    “Mi papá trabajó 32 años en la Procuraduría General del Estado. Fue uno de los abogados que tuvo que llevar la defensa del Estado en el caso de Consuelo Benavides y los hermanos Restrepo. Ese caso estuvo muy presente en mi casa. Me gustaba el concepto de ayudar a las personas, no solo defenderlas sino tratar de remediar el problema o lo que haya pasado.

    Si bien es cierto a veces puedes ser el abogado que acusa o defiende, creo que la idea siempre es sacar el menor daño para tu cliente o para quien estás representando.

    En la universidad siempre participé. Hubo un concurso de Derechos Humanos interno, que ganamos con mi grupo. Luego tuve la posibilidad de trabajar en un estudio jurídico, tenía que ir a los juzgados civiles todos los días. Ahí tuve claro que no quería ser una abogada litigante Después obtuve una pasantía en la Cámara de Comercio de Quito, en el área legal y de investigación”.

    El aprendizaje

    “Los cambios son oportunidades. Lo más importante es tener la predisposición de hacer las cosas. En el camino siempre se tendrá que pasar por un poco de todo. Cuando era asistente me mandaban a notificar, me pedían café para audiencias de arbitraje. He hecho de todo.

    Eso me ha permitido realizar de una mejor manera mi trabajo. Sigo aprendiendo porque en los casos siempre pasan cosas distintas y lo ves desde otras perspectivas.

    Ahora soy árbitro en un centro de arbitraje de Cuenca al que me invitaron porque les interesó mi perfil y porque estaban ampliando la lista de árbitros mujeres. Es todo un reto”.

    Arbitraje vs. mediación

    “El arbitraje es un proceso formal. Es como un juicio, rigen términos. La mediación es mucho más flexible. Tiene un manejo distinto, porque si se tiene que cambiar una fecha de una convocatoria a una reunión, lo haces por teléfono y no pasa nada; pero en arbitraje siempre tiene que haber una resolución o providencia, para que se notifique a las partes.

    En arbitraje las partes acuden con la representación de un abogado, en la mediación no. Yo estuve en una etapa muy corta en el área de mediación, tenía que coordinar entre los mediadores y las partes.

    En el arbitraje las partes pueden proponer qué árbitro desean que resuelva el caso, porque se conoce su trayectoria”.

    Las barreras

    “En el mundo del Derecho las personas están acostumbradas a ver al abogado hombre y mayor. En la Cámara de Comercio de Quito, cuando era la coordinadora del área de arbitraje (quien notifica y lleva el caso), vino a verme un abogado que tenía una duda y cuando salgo a recibirlo me dijo que él quería hablar con el abogado que lleva el caso. Cuando le respondí que era yo, se sorprendió.

    El trabajo profesional y pulcro es lo que va a demostrar que se tiene la capacidad de hacer las cosas. Apoyo a algunas organizaciones enfocadas en el trabajo de fomentar la equidad para abogadas. Desde la Amcham lideramos un proyecto Mentoring para mujeres, en conjunto con el Club Español del Arbitraje.

    Ahora hay más espacios para las mujeres. Tuve la oportunidad de participar como expositora en la primera conferencia a nivel latinoamericano solo de mujeres, fue en enero, en Lima. Estuvimos 45 expositoras de todo el mundo”.

    Esta abogada es hoy en día ladirectora del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana
    Esta abogada es hoy en día ladirectora del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana. Foto: Julio Estrella / LÍDERES