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  • Hispanas y golf, arma de networking

    Los Ángeles, EFE (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Un grupo de emprendedoras hispanas en Estados Unidos. encontró en la practica del golf, un deporte asociado al mundo empresarial, de mayoría masculina, una herramienta con la cual extender sus redes de contactos profesionales y sus oportunidades de negocio.

    Esta iniciativa surgió en Los Ángeles, pero en la actualidad la Asociación Latina Golfers, con más de 1 500 miembros, ha logrado extender con éxito su llamado nacional a que las hispanas practiquen este deporte y lo usen para impulsar sus empresas, en un momento en que crecen los movimientos para fortalecer la igualdad de género en EE.UU.

    La mexicana Azucena Maldonado es la fundadora de esta asociación. Ella cuenta que hace una década emprendió la aventura tras darse cuenta del vacío que existía, y confiesa que no le ha resultado fácil convencer a las mujeres de ingresar a un espacio que se asocia con los hombres y las clases adineradas.

    “Tenía que ir a jugar con puros hombres, porque no había mujeres que practicaran el deporte”, recuerda Maldonado, quien empezó en el golf luego de que un amigo cubano la introdujera en el deporte. Al poco tiempo, esta mujer estaba jugando al lado de importantes empresarios, a los que no habría podido conocer tan fácil en otros ámbitos.

    Maldonado empezó además a ser testigo de las alianzas comerciales que se gestaban y de cómo se usaba el golf para socializar y potenciar las redes de contactos. Halló en el golf una oportunidad.

    La mexicana, que en la actualidad trabaja en actividades vinculadas al marketing, vio en ello un potencial para las hispanas y, por ende, la necesidad de llevarlas a los campos de golf.

    Eso ha hecho recientemente Eloisa Valdez, quien trabaja en el sector de transporte aéreo y se matriculó a las clases para principiantes, tras constatar en los eventos en campos de golf a los que era invitada que se aislaba y se perdía oportunidades de hacer “networking”.

    Maldonado está convencida de que este deporte, como ninguno otro, ayuda a las mujeres a superar barreras y desarrollar la confianza en sí mismas, y encima no tiene límite de edad para empezar a aprenderlo. “No tiene estrato social. Las grandes ejecutivas, como la que está empezando su pequeño negocio, tienen un espacio en el golf, especialmente en Estados Unidos”, asevera.

    Según Estadísticas de la Asociación Nacional de Mujeres Empresarias, más de 11,6 millones de empresas en el país son propiedad de mujeres, cuyos negocios emplean a casi 9 millones de personas y generaron en el año 2017 unos 1,7 billones de dólares en ventas.
    A su vez, las mujeres hispanas figuran entre las que han dado los saltos más grandes en cuanto a creación de empresas.

    De acuerdo, al Departamento del Comercio de Estados Unidos, entre el 2007 y el 2012, el número de empresas propiedad de mujeres latinas aumentó un 87 %, es decir pasó de 800 000 a 1,5 millones de empresas, dato que constituye el aumento de propiedad comercial más grande en cualquier raza o grupo étnico del país.

    Si las empresarias han encontrado una excelente fuente de contactos en el golf, lo mismo sucede con otras profesionales.

    Las abogadas Cristal Cabrera y Juanita Fernández forman parte de la asociación y están aprendiendo el deporte para estar a la par que sus compañeros de trabajo. “Quiero compartir con mis colegas un espacio que no está reservado solo para ellos, las mujeres podemos jugar mejor que los hombres”, aseguró Cabrera.

    Lo mismo pasa con la peruana Rosa Nava, que trabaja en el desarrollo de campañas dentro del sector sanitario y observa que “en los eventos de recaudación que se hacen en los campos de golf las mujeres se quedan atrás y los hombres van a jugar”.

    La asociación, que desarrolla su actividad en Texas, imparte clases a todos los niveles y ayuda a las integrantes a participar en pequeños torneos amateur en distintos países de la región.

    Una de las caras más visibles dentro de las jugadoras de golf es Condoleezza Rice, quien se inició en este deporte mientras se desempeñaba como secretaria de Estado durante la Presidencia de George W. Bush (2001-2009) y en 2012 se convirtió, junto a la financiera Darla Moore, en la primer mujer en ser admitida como socia en el prestigioso Augusta National Golf Club, en Georgia.

    La mexicana Azucena Maldonado (d), fundadora de Latina Golfers, supervisa una sesión de etiqueta para un grupo de golfistas aficionadas en el Campo de Golf de Alhambra, en Los Ángeles. Foto: Felipe Chacón / EFE
    La mexicana Azucena Maldonado (d), fundadora de Latina Golfers, supervisa una sesión de etiqueta para un grupo de golfistas aficionadas en el Campo de Golf de Alhambra, en Los Ángeles. Foto: Felipe Chacón / EFE
  • Top-Ten: Aquí el cliente arma su hamburguesa

    Redacción Quito

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    Lo que inició como un viaje de ocio a Nueva York, entre Diego Vega de 35 años y Jorge Sánchez de 31, se convirtió en una exploración gastronómica de las mejores tendencias en restaurantes de la ciudad estadounidense y el principio de un emprendimiento que revolucionó la forma de entender la comida rápida en Quito.

    Diego y Jorge, grandes amigos desde hace más de 10 años, se reconocen como amantes de las hamburguesas. Ellos siempre han creído que la oferta de este producto en la capital no cumplía con las expectativas de los clientes.

    Por este motivo, y después de su experiencia en el extranjero, decidieron crear, en el 2016, Top-Ten. Uno de los valores agregados de negocio de hamburguesas es el ‘refill’ ilimitado de papas fritas y gaseosas. “Además, se brindan un precio y un servicio pensado siempre en el beneficio del cliente”, dicen los emprendedores.

    Los fundadores de Top-Ten aseguran que prefieren mermar el margen de utilidad, pero nunca bajar la calidad de los productos. “No podemos, bajo ninguna circunstancia, perjudicar la experiencia del cliente para ganar más dinero”, comenta Diego.

    En su búsqueda de satisfacción del consumidor, los emprendedores decidieron mantener una comunicación constante con los clientes a través de redes sociales.

    Esto logró que el restaurante consiguiera más de 70 000 seguidores de Facebook que están pendientes de su página oficial, donde regularmente se ofertan promociones y concursos que atraen a los clientes.

    Tres meses se tardaron en emprender con el proyecto, para lo que buscaron la ayuda de un tercer amigo de confianza, David Olgieser, de 34 años. Los tres socios empezaron este negocio con un local y USD 85 000 de inversión.

    Además, David se encargó de buscar la combinación perfecta de sabores para ofrecer a los clientes una variedad de 17 ingredientes, que pueden ser elegidos indistintamente y sin recargo extra para darle un toque especial y personalizado a las hamburguesas.

    “Uno de los problemas de los locales de comida rápida es la estandarización de los sabores. Nosotros hacemos la hamburguesa que el cliente no pida. El cliente arma su hamburguesa desde cero, entonces, básicamente va a ser la mejor, porque es la que cada uno prepara”, cuenta Jorge.

    Adicionalmente, ningún tipo de carne es condimentada previamente en la cocina, sino que se espera que el cliente les dé el sabor que guste a través de los ingredientes seleccionados personalmente.

    Asimismo, Top-Ten implantó en su negocio la idea de Casual-food. Esta es una nueva tendencia donde el restaurante implementa ciertos contenidos de la comida gourmet, como la presentación, mezclada con elementos del fast food, como el tipo de alimentos y la rapidez de su entrega.

    El emprendimiento busca contar, también, con un ambiente inclusivo, para lo que se han diseñado menús de comida escritos en braille para los clientes no-videntes. Cuenta, también, con accesos e implementaciones para personas con discapacidad.

    Además, oferta una amplia variedad de hamburguesas vegetarianas que son elaboradas bajo un riguroso proceso que las mantiene alejadas por completo del contacto con la carne animal.
    El precio de las hamburguesas oscila desde USD 8 hasta 11, dependiendo del tipo y la cantidad de carne que el cliente quiera. La simple tiene un valor de USD 8,95 hasta llegar a la triple que cuesta USD 11, 95.

    El restaurante consta en las recomendaciones de algunas páginas de reseñas turísticas, como TripAdvisor. En este sitio web se pueden encontrar varios comentarios de clientes que, en su mayoría, han expuesto sus experiencias positivas dentro de Top-Ten. “Al fin un sitio donde el servicio y el producto final es bueno y sin exagerar el precio…”, comenta Frank C., uno de los clientes.

    La proyección de los emprendedores era llegar a tener cinco locales en cinco años. Hoy en día, en el segundo año desde su apertura, este emprendimiento cuenta con dos establecimientos, 34 trabajadores y factura mensualmente una suma de USD 120 000.

    Diego Vega y Jorge Sánchez son dos de los tres socios de este emprendimiento de comida. Foto: Vicente  Costales / LÍDERES
    Diego Vega y Jorge Sánchez son dos de los tres socios de este emprendimiento de comida. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Los robots, el arma de la industria textil japonesa frente a la competencia

    Agencia AFP

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    En el sector textil, donde la competencia es feroz a base de emplear mano de obra barata, Japón ha encontrado la respuesta definitiva: los robots.

    En la fábrica de Shima Seiki, en el oeste del país, la ropa se hace en pocos minutos, gracias a unas máquinas capaces de elaborar un jersey sin costuras en media hora apoyando simplemente un botón.

    El sistema WholeGarment, patentado por el grupo japonés está siendo además utilizado en otras partes del mundo por fabricantes como la marca italiana de lujo Max Mara.

    Dicho sistema cuenta con un sistema de concepción digital que permite elegir modelo, color y corte.

    “Todo el mundo se iba al extranjero, a destinos más baratos. Nosotros queríamos impedir eso” , explica Kenji Iwamoto, un responsable de la compañía, que en los años 1990 dio un salto tecnológico para no naufragar en un sector tan competitivo.

    Con el sistema WholeGarment, un trabajador gestiona simultáneamente 10 máquinas. Además, emplea la cantidad justa de materia prima para fabricar prendas de una sola pieza, ya que con las máquinas se prescinde del corte y la costura, y no sobra nada.

    Unas 800 empresas de todo el mundo emplean este dispositivo, lo que le da a Shima Seiki una parte de mercado del 60% a nivel planetario.

    Y ésta es solo una de las distintas estrategias de los japoneses para preservar la industria textil en su país, aprovechando técnicas para elaborar prendas que no pueden hacerse en otro lugar a un coste inferior.

    Para los jóvenes diseñadores como Motohiro Tanji y Ken Oe, producir fuera de Japón es sencillamente inconcebible.

    “Para mí es más fácil trabajar con japoneses” , dijo Tanji a la AFP tras la Semana de la Moda de Tokio, el mes pasado.

    “Mis diseños son complejos y exigen un alto nivel de competencia técnica que puedo encontrar aquí” , precisó.

    Ropa a medida hecha automáticamente 

    La firma Coohem, de Ken Oe, emergió tras el rescate de la empresa textil fundada hace 64 años por su abuelo Yonetomi y víctima de la recesión de los años 1990.

    Ken Oe, llegado a la empresa hace seis años, trajo con él herramientas digitales punteras para crear trajes de tweed de alta costura, que ahora se venden en ilustres establecimientos como Jeffrey, en Nueva York, y Harvey Nichols, en Hong Kong.

    “Utilizamos unos cinco hilos en el momento de concebir los tejidos originales, que otras marcas no pueden copiarnos”, se felicita Oe.

    En 10 años, las exportaciones de ropa japonesa de punto han aumentado un 40%.

    Otro ejemplo es Seiren, conocido por sus cortinas e interiores de coches. La empresa ha lanzado una línea de ropa a medida, comercializada con la marca Viscotecs, que desde septiembre puede encontrarse en los lujosos almacenes Takashimaya de Tokio.

    Los clientes pueden elegir entre una rica gama (modelos, tejidos, colores y largos) , propuesta en una tableta que muestra su foto vestidos con la prenda.

    Los datos de concepción son enviados de forma digital a la fábrica de Seiren, en el centro del país, donde la prenda es creada por máquinas de corte e impresoras de tinta y entregada a la tienda en un plazo de tres semanas.

    El proceso tiene además la virtud de poder transformar la industria de la moda, reduciendo el stock de artículos no vendidos.

    Además, el uso de impresoras de tinta reduce en un 80% la cantidad de agua y electricidad necesaria respecto al proceso clásico de tinte, según Nami Yoshida, portavoz de Seiren.

    Eso sí, las prendas en cuestión están lejos de encontrarse al alcance de todos los bolsillos. Para un vestido así fabricado, hay que prever entre 65.000 y 80.000 yenes (de 600 a 730 dólares) .

    Japón ha encontrado la respuesta definitiva en cuanto al empleo de mano de obra barata. Foto: Flickr
    Japón ha encontrado la respuesta definitiva en cuanto al empleo de mano de obra barata. Foto: Flickr
  • Los robots, el arma de la industria textil japonesa frente a la competencia

    Agencia AFP

    En el sector textil, donde la competencia es feroz a base de emplear mano de obra barata, Japón ha encontrado la respuesta definitiva: los robots.

    En la fábrica de Shima Seiki, en el oeste del país, la ropa se hace en pocos minutos, gracias a unas máquinas capaces de elaborar un jersey sin costuras en media hora apoyando simplemente un botón.

    El sistema WholeGarment, patentado por el grupo japonés está siendo además utilizado en otras partes del mundo por fabricantes como la marca italiana de lujo Max Mara.

    Dicho sistema cuenta con un sistema de concepción digital que permite elegir modelo, color y corte.

    “Todo el mundo se iba al extranjero, a destinos más baratos. Nosotros queríamos impedir eso”, explica Kenji Iwamoto, un responsable de la compañía, que en los años 1990 dio un salto tecnológico para no naufragar en un sector tan competitivo.

    Con el sistema WholeGarment, un trabajador gestiona simultáneamente 10 máquinas. Además, emplea la cantidad justa de materia prima para fabricar prendas de una sola pieza, ya que con las máquinas se prescinde del corte y la costura, y no sobra nada.

    Unas 800 empresas de todo el mundo emplean este dispositivo, lo que le da a Shima Seiki una parte de mercado del 60% a nivel planetario.

    Y ésta es solo una de las distintas estrategias de los japoneses para preservar la industria textil en su país, aprovechando técnicas para elaborar prendas que no pueden hacerse en otro lugar a un coste inferior.

    Para los jóvenes diseñadores como Motohiro Tanji y Ken Oe, producir fuera de Japón es sencillamente inconcebible.

    “Para mí es más fácil trabajar con japoneses”, dijo Tanji a la AFP tras la Semana de la Moda de Tokio, el mes pasado.

    “Mis diseños son complejos y exigen un alto nivel de competencia técnica que puedo encontrar aquí”, precisó.

    Ropa a medida hecha automáticamente 

    La firma Coohem, de Ken Oe, emergió tras el rescate de la empresa textil fundada hace 64 años por su abuelo Yonetomi y víctima de la recesión de los años 1990.

    Ken Oe, llegado a la empresa hace seis años, trajo con él herramientas digitales punteras para crear trajes de tweed de alta costura, que ahora se venden en ilustres establecimientos como Jeffrey, en Nueva York, y Harvey Nichols, en Hong Kong.

    “Utilizamos unos cinco hilos en el momento de concebir los tejidos originales, que otras marcas no pueden copiarnos”, se felicita Oe.

    En 10 años, las exportaciones de ropa japonesa de punto han aumentado un 40%.

    Otro ejemplo es Seiren, conocido por sus cortinas e interiores de autos. La empresa ha lanzado una línea de ropa a medida, comercializada con la marca Viscotecs, que desde septiembre puede encontrarse en los lujosos almacenes Takashimaya de Tokio.

    Los clientes pueden elegir entre una rica gama (modelos, tejidos, colores y largos), propuesta en una tableta que muestra su foto vestidos con la prenda.

    Los datos de concepción son enviados de forma digital a la fábrica de Seiren, en el centro del país, donde la prenda es creada por máquinas de corte e impresoras de tinta y entregada a la tienda en un plazo de tres semanas.

    El proceso tiene además la virtud de poder transformar la industria de la moda, reduciendo el stock de artículos no vendidos.

    Además, el uso de impresoras de tinta reduce en un 80% la cantidad de agua y electricidad necesaria respecto al proceso clásico de tinte, según Nami Yoshida, portavoz de Seiren.

    Eso sí, las prendas en cuestión están lejos de encontrarse al alcance de todos los bolsillos. Para un vestido así fabricado, hay que prever entre 65 000 y 80 000 yenes (de USD 600 a 730).

  • La mejor arma contra la crisis es comunicar

    Sofía Ramírez. (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Cuando el entorno corporativo se ve amenazado por una crisis, los colaboradores suelen ser los primeros en ponerse nerviosos e intranquilos. Por su mente circulan varias inquietudes relacionadas con despidos o cambios en sus funciones.

    La posta en estas situaciones problemáticas generalmente las toman las áreas financieras, porque lo esencial es proteger las inversiones, el capital del negocio.
    Pero el manejo de una crisis empresarial no solo debe enfocarse en las estrategias y planes de acción desde una sola dirección; tiene que ser compartida con otras áreas que en conjunto resolverán la parte corporativa y llevarán al personal hacia una estabilidad emocional y confianza, que a su vez, fortalezca las ganas de ponerse la camiseta.

    Uno de los principales errores que las corporaciones realizan cuando se presentan problemas empresariales es que todas las decisiones e información se manejan solo entre las altas direcciones gerenciales. Aquí, la comunicación es una de las herramientas más eficaces que permiten un manejo eficiente del personal.

    Cristina Simon, profesora de IE Business School, afirma que en estas situaciones la información que circula entre los empleados es rumorología. Y, además, la dirección es reacia a tener al día de la situación a los trabajadores, que se sienten desvalidos, desorientados y muchas veces traicionados también.

    Por eso, es determinante involucrar al personal en estas decisiones de crisis, aunque sea para compartir la incertidumbre, dice. Para esto, recursos humanos y la alta dirección debieran trabajar ‘codo con codo’, en desarrollar una estrategia de cercanía con los empleados. De lo contrario, ignorarlos es dar la sensación de que su aporte no es esencial en los momentos difíciles.

    Para Adriana Moncayo, gerenta de consultoría Impakto, lo esencial en estas situaciones es estar lo más cercano posible a los colaboradores: escuchar sus necesidades, estar atentos a las preocupaciones personales o laborales que surgen. Además, brindar información clara, real, y compartir datos sobre la situación ayuda a que los trabajadores se sientan apoyados por la empresa, pese al entorno que estén viviendo.

    Una de las principales gestiones que se manejan en estos casos es la identificación de líderes formales o informales de cada área, con el fin de que estos motiven a la gente a mantener los niveles de productividad y compromiso frente a las adversidades.

    Para esto, las compañías especializadas mantienen programas y talleres para tiempos de crisis que consisten en outplacement para los colaboradores que serán despedidos, coaching ejecutivo para el desarrollo de habilidades individuales o capacitación en temas de emprendimiento para quienes estén saliendo de la compañía.

    Además se implementan estrategias de sensibilización para generar conciencia de ahorro en la organización, y se enseña a direccionar el aporte de cada uno de los trabajadores en las nuevas decisiones. “El valor agregado es capacitar a los empleados en el manejo de finanzas personales en tiempos de crisis, dice Moncayo.

    Con estas directrices se desarrollan competencias como trabajo en equipo, adaptabilidad, tolerancia a la frustración entre otras acciones de personal.

    Xavier Verdesoto, presidente ejecutivo de Nexos Talent FH Ecuador, afirma que lo trascendental es identificar los cambios que puedan darse dentro de la organización. Una vez reconocidas esas modificaciones hay que transformarlas en oportunidades para el negocio y para el personal, prevaleciendo la adaptabilidad a esos escenarios.

    Por eso, el especialista recomienda realizar intervenciones en las empresas, que constan de diagnóstico, diseño de nuevos planes y evaluación. Esto ayuda a monitorear la percepción de los colaboradores de una empresa en tiempos de crisis.

    Para la firma Actuaria Consultores, lo medular en estas situaciones siempre será la transparencia. “Explicar a los trabajadores las condiciones de separación de sus compañeros, y el estar alineados a la normativa legal vigente es una de las mejores alternativas para controlar a la nómina”, menciona Rodrigo Ibarra Jarrín, presidente ejecutivo de esta firma.

    Esta empresa, especializada en gestión de Recursos Humanos, recomienda que las decisiones en tiempos de crisis sean compartidas en equipo, entre la gerencia general -porque es la base de una organización-, el área financiera, -porque allí se maneja con claridad la liquidez de una empresa.

    Además, el área comercial -porque desde aquí se evalúa la situación del mercado y la implementación de estrategias-, y el departamento de talento humano -porque a través de planes de acción asesoran al personal con la consigna de minimizar los impactos negativos en la gente.

    La comunicación es una de las herramientas más eficaces que permiten un manejo eficiente del personal. Ilustración: Ingimage
    La comunicación es una de las herramientas más eficaces que permiten un manejo eficiente del personal. Ilustración: Ingimage
  • La moto china se ensambla en plantas ecuatorianas

    Redacciones Quito y Cuenca

    “El mercado ecuatoriano necesitaba una mayor oferta de motorizados, por esta razón decidimos abrir la planta en Ecuador”. Así lo sostiene Hernán Darío Cárdenas, gerente Nacional de Línea de Motocicletas, de importadora Tomebamba.

    Esta ensambladora del Grupo Unnomotors comenzó a operar en el 2009. Su inversión ascendió a cerca de USD 5 millones. Importadora Tomebamba compra toda la producción de motocicletas, hechas con piezas chinas, y se encarga de su distribución, a escala nacional.

    El año pasado, Importadora Tomebamba vendió 17 589 unidades; en este año la proyección es llegar a 20 000.

    Según la consultora de mercado MarketWatch, en el país, en el 2010 se matricularon 78 472 motocicletas. Mientras que el año pasado fueron 111 153. Para este año, de enero a marzo se han registrado 25 841 motorizados matriculados.

    La creciente demanda por estos medios de transporte ha hecho que ensambladoras de motocicletas se monten en el país. MarketWatch también señala que en Ecuador funcionan 12 ensambladoras.

    Cristian Peláez, consultor de mercados, señala que el aumento del ensamblaje de motos “se debe al clima de restricción” a las importaciones. Por esta razón la estrategia clave para permanecer en el mercado es apostar a la producción nacional.

    La firma ecuatoriana Metaltronic instaló su ensambladora en el 2009. Realizó una inversión inicial de USD 800 000. Al mes arma unas 800 motocicletas con partes importadas de China.

    Guillermo Landázuri, gerente de Metaltronic, señala que el mercado ha crecido debido al problema del tráfico en las ciudades. “La moto se ha convertido en un vehículo más funcional”.

    Motsur (Cuenca) es otro actor del mercado. Ensambla motos desde finales del 2008, también con partes chinas. En el 2009 esta compañía colocó 6 000 unidades en el mercado, un año después fueron 8 400 y en 2011 vendió 6 800.

  • La bicicleta se arma al gusto de los clientes

    Redacción Quito

    Al mes, son unos 400 km los que recorre Santiago Vargas en su bicicleta BKR, equipada con llantas de 29 pulgadas. La adrenalina que siente al sortear una pendiente o al alcanzar una cima, según comenta, es indescriptible.

    Vargas adquirió su primera ‘bici’ en Biking Raymi Bicycles (BKR) hace cinco años. Antes de aquello -y sin mayores conocimientos de ciclismo- compró una de baja calidad en otra tienda. “Para reparar un daño en aquella bicicleta asistí a BKR. Me asesoraron y terminé ligándome a esta marca ecuatoriana”, manifiesta Vargas y añade que semanalmente asiste a paseos nocturnos, competencias y rutas por los valles circundantes de la capital.

    La idea de forjar una marca de bicicletas se inició en 1998. Pablo Lozada junto a Marcelo Martínez, ciclista y mecánico de bicicletas, respectivamente, emprendieron en una promotora turística de paseos de ciclismo, hacia parajes como Mindo (Pichincha), el volcán Cotopaxi, las cascadas de Baños (Tungurahua)…

    El tránsito por esos paisajes agrestes requiere de bicicletas de alta calidad. Así se evitan inconvenientes con los clientes. Sin embargo, los costos de aquellos vehículos son elevados. Con una inversión de USD 3 000 empezaron a gestionar los contactos de fábricas taiwanesas, para importar las piezas de aluminio y ensamblar sus diseños propios. “El ciclista ecuatoriano tiene otras necesidades”, dice Lozada quien diseña sus propios modelos. En su taller (centro norte de Quito) se arman hasta 100 bicicletas al mes y se factura de USD 30 000 a 40 000 en igual período.

    Gabriela Gallardo lleva tres años en el ciclismo y ha comprado dos bicicletas en BKR. Ella destaca la atención que recibe cuando visita la tienda. “Los chicos (propietarios de BKR), conocen mucho sobre mecánica y ergonometría de bicicletas. Entregan una bici tomando en cuenta la contextura física. Me ayudaron a ajustar las características de componentes a mi presupuesto”, dice Gallardo, quien la ocupa para transportarse hacia su trabajo y es parte del colectivo ‘Carishina en bici’. El grupo realiza paseos nocturnos y visita sectores del norte y centro de Quito.

    El número de colectivos de ciclistas, explican los emprendedores, se ha incrementado en los últimos cinco años. “Hay gente que las ocupa para hacer saltos, recorrer caminos montañosos, para ‘rodar’ en la ciudad… Es un mercado potencial que queremos abarcar”, dice Martínez.

    BKR implementó la garantía de por vida en sus cuadros y esta característica fue la que Esteban Samaniego, gerente de Ventas de la concesionaria de vehículos Vallejo Araujo, estaba buscando. El pasado junio, como valor agregado a sus clientes, esta firma entregó 20 bicicletas BKR por la compra de ciertos vehículos. “Queríamos ofrecer a los nuevos propietarios una bicicleta de calidad, para que realicen sus paseos de fin de semana”.

    Once personas trabajan en este emprendimiento, cinco de ellas se ocupan de ‘tejer’ los aros, armar los frenos, pintar los cuadros, colocar las suspensiones para entregarlas en menos de una semana, etc.

    El nombre BKR, patentado en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual, se deriva de un término ideado por los emprendedores: biking, ciclear en inglés; y raymi, fiesta en quichua. Entre sus 20 modelos de bicicletas están la Kunihu (liebre en quichua), Kututu dirt (conejo), Alpaka, una bicicleta de ruta…

    La producción

    Las ventas. Las ventas se incrementan en enero y febrero. Los propietarios consideran que la gente opta por mejorar su salud física.
    Los costos. Dependiendo de los componentes del diseño va desde los USD 300 a 5 000.

  • Con el intercambio de ideas se arma una ‘compu’

    Redacción Quito

    El concepto de hardware libre tiene bases en la llamada ‘cultura de la libertad del conocimiento’. Los profesionales que simpatizan con esos postulados, promueven la facilidad para compartir un desarrollo y usarlo.

    Andrés Larco, docente de la Escuela Politécnica Nacional y especialista en ingeniería en Sistemas, explica que esta tendencia comparte los diseños y esquemas cuyos planos o procesos de desarrollo son públicos, para que otras personas puedan estudiarlos, innovarlos, replicarlos y distribuirlos en una sociedad.

    Larco añade que “antes (finales de la década de los noventa) la manera que se elaboraba un chip electrónico era un enigma. Este tipo de elementos, esenciales para el funcionamiento de un artefacto moderno, solamente podían ser ‘leídos’ y modificados por quienes los desarrollaban”. El catedrático, que coincide con otros consultados por LÍDERES, señala que desde lo económico, el hardware libre no se refiere a que una empresa distribuya gratuitamente un tangible de computación. Va desde los científicos que comparten sus desarrollos a cambio de que las comunidades sean recíprocas.

    Según Edgar Jácome, gerente de la mayorista de equipos tecnológicos Compuventas, la idea de hardware libre podría considerarse aún como una utopía. “Las marcas compiten por sus patentes. Difícilmente Samsung, por ejemplo, expondría libremente sus desarrollos”.

    Pese a esto, Larco menciona una de las bondades conseguidas. La tecnología CDMA de teléfonos móviles fue reemplazada por la GSM, debido a que esta última presentaba una tecnología ‘liberada’. También era más económica y permitió el crecimiento de la industria.

    Del software libre, menciona Jácome, se mantiene un crecimiento constante y prometedor. Pero añade que en cuanto a hardware su desarrollo está condicionado a la limitada producción de piezas tecnológicas, que se da en el país.

    Antonio Sánchez, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Software (AeSoft), comenta que otro aspecto indispensable se vincula con el movimiento monetario que genera el hardware, tanto de los diseñadores por el tema de patentes, como el de los productores.

    El principal de Aesoft puntualiza datos referentes al sector a escala mundial. En el 2009 generó unos USD 534 000 millones y en el 2010, unos USD 560 000 millones. En el país, añade Sánchez, los números indican que alcanzó ingresos por USD 790 millones, en el 2009, no se tiene cifras de años posteriores.