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  • Ecuador utiliza la inteligencia artificial para atender al cliente

    Evelyn Tapia (I)   redaccion@revistalideres.ec

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    Sophi tiene una cuenta de Facebook y en su foto de perfil aparece sonriente. Al enviarle un mensaje, se presenta. “Soy Sophi tu agente virtual de Banco del Pacífico. ¿En qué puedo ayudarte?”.

    El saludo de Ada cuando alguien le escribe en el chat del sitio web del Banco Guayaquil es similar. “Hola, soy Ada, tu agente virtual. ¿En que puedo ayudarte?”

    Las dos responden a cualquier hora, todos los días. Poseen un nombre y lenguaje humano, pero son los denominados chatbots.

    Un bot es una herramienta que realiza tareas automáticas y un chatbot es un tipo de bot que gracias a motores de inteligencia artificial mantiene conversaciones con personas.

    Sophi y Ada son dos de los 23 chatbots de bancos en América Latina, que la firma española Latinia identificó en su informe Banca, nuevas formas de vida inteligente del 2018. Ecuador tiene casi el 10% de los chatbots hallados en la región, según el estudio.

    En la décima edición de este sondeo, presentado en julio pasado, Latinia encuestó a 100 bancos de 16 países de Sudamérica y Centroamérica sobre cómo implementan aplicaciones para celulares y tablets, mensajería sms, web móvil, notificaciones push y chatbots.


    Según el estudio, el número de estos “asistentes virtuales” entre los bancos encuestados pasó de cinco en el 2017 a 23 en lo que va del 2018; es decir, registran un crecimiento de 360%.

    En el caso de Ecuador, Latinia sondeó a seis de los mayores bancos del país, señala Oriol Ros, director de marketing de Latinia.

    Según Ros, que de seis entidades financieras encuestadas, dos tengan chatbots funcionando y que otras entidades hayan manifestado que están en proceso de implementarlos “pone a Ecuador entre los líderes de innovación en la región” en esta materia.

    Produbanco, del grupo Promérica, es una de las entidades que tiene previsto implementar un asistente de este tipo en 2018.

    A Ros le sorprende el ritmo de crecimiento de esta tecnología en instituciones tan tradicionalistas, como los bancos. “Esto no se ha visto en ninguna otra de las tecnologías que el estudio viene analizando anteriormente”.

    El entusiasmo por implementar estas herramientas se viene dando en los últimos 18 meses, añade.

    Christian Vorbeck, director de Ecuabots, una Pyme que desarrolla estas herramientas, considera que una de las razones que explican el boom de este tipo de bots es que el gigante tecnológico Facebook ofrece facilidades para que desarrolladores puedan implementarlos sobre sus plataformas.

    Otras aplicaciones de chat como Telegram y Slack ofrecen este espacio para los asistentes virtuales. Este año Whatsapp anunció que se suma a la tendencia.

    Juan Luis Reca, vicepresidente de tecnología y operaciones del Banco Guayaquil, señala que la entidad implementó en mayo del año pasado a Ada porque identificó que sus clientes estaban cambiando sus hábitos de comunicación de forma muy rápida.

    En esta entidad, cada mes registran 300 000 sesiones en el canal chatbot. El crecimiento ha sido del 500% en el último año, asegura el directivo bancario.

    “Desde la masificación de los sistemas de mensajería, nos planteamos la utilización de robots que dieran con calidad razonable respuestas automáticas a los clientes”, comenta.

    Jürgen Schuldt, propietario de Mensajea, una aplicación que permite al usuario crear su propio chatbot, cuenta que de los 135 asistentes creados con la herramienta en países como Ecuador, Perú y México. Los sectores con más demanda son eCommerce, banca y finanzas, y seguros, señala. No obstante, advierte que en otras áreas productivas como la alimentación hay potencial.

    Pulir la conversación, el reto de desarrolladores

    El término todavía resulta novedoso en el país, pero los chatbots tienen una historia más antigua. El primer bot capaz de entender lenguaje natural fue Eliza, desarrollado en 1964 por Joseph Weizenbaum, en el MIT, para la empresa IBM.

    Christian Vorbeck y su socio Rafael Borja crearon Ecuabots en enero del 2017. La demanda para esta empresa se ha cuadriplicado hasta la fecha. Foto:Cortesía Ecuabots
    Christian Vorbeck y su socio Rafael Borja crearon Ecuabots en enero del 2017. La demanda para esta empresa se ha cuadriplicado hasta la fecha. Foto:Cortesía Ecuabots

    Tras 50 años, Eliza fue la antesala para el desarrollo de herramientas como Siri, el asistente virtual de los teléfonos Iphone y otros chatbots que se utilizan en la banca y en otros negocios que ofrecen atención al cliente.

    La herramienta se ha pulido con los años, permitiendo un mejor procesamiento del lenguaje natural. Pero la popularidad que ha alcanzado desde el 2016, cuando Facebook abrió su plataforma para alojar chatbots, puede hacer que se conviertan en un arma de doble filo, dice Jürgen Schuldt, creador de la aplicación de chatbots Mensajea.

    Según Schuldt, el ‘boom’ de estos asistentes conversacionales ha derivado en una gran cantidad de iniciativas que ofrecen el servicio, sin contar con la capacidad técnica para desarrollar un producto de calidad.

    “No es útil un chatbot que solo dice: ‘hola, ¿qué necesitas?’ y cuando le respondes te dice: ‘en un rato te atiende un operador’ ”.

    Schuldt explica que si el chatbot no satisface la necesidad del cliente, es decir, si no logra responder la pregunta que se le formula o solventar el requerimiento, la experiencia de frustración hace que el usuario no vuelva a usar la herramienta tecnológica.

    Christian Vorbeck, director de Ecuabots, coincide. Él asevera que uno de los mayores retos para los desarrolladores es diseñar asistentes capaces de entender modismos, palabras con faltas de ortografía y sobretodo, el contexto de la conversación.

    Vorbeck añade que en Internet existe una gran cantidad de chatbots que se limitan a identificar palabras claves y con base en eso, desplegan botones de opciones a los clientes.

    El informe Chatbot Report 2018, elaborado por la firma Naiz entre 55 encuestados a escala global, indica que sólo un 39% de chatbots utiliza herramientas dentro de la categoría de comprensión del lenguaje natural (NLU por sus siglas en inglés).

    Mientras que el 61% restante no las utiliza, sino que prefiere patrones básicos para extraer información que digita el usuario o las frases claves.

    Vorbeck considera que los asistentes deben ir puliéndose cada vez más, para atender a los clientes en los requerimientos automáticos y optimizar tiempos en la empresa. “Eso va a permitir que los empleados se vuelquen a labores más creativas”.

    Para Schuldt, la clave para sobrevivir a la oleada de competidores está en ir más allá en resolución de problemas.

    Él menciona que en el caso de Mensajea, la mayor parte de los clientes buscan chatbots que además de responder consultas tengan funciones transaccionales.

    Esto significa que puedan concretar acciones como cerrar una compra o preaprobar un crédito.

    Como en el caso de CrediFace, un emprendimiento peruano que otorga créditos online, que es uno de los 135 clientes que tiene Mensajea en la región.

    Ernesto Velásquez, director de CrediFace, cuenta que al principio creyó que el asistente virtual permitiría solo responder preguntas. “Pero al pasar los días veíamos que realmente estas consultas se traducían en más solicitudes de crédito y sin elevar la publicidad , fue algo bastante bueno”.

    Un informe de la empresa española Latinia sitúa a la banca ecuatoriana como líder en la implementación de  chatbots, aplicaciones que mediante inteligencia artificial entienden el lenguaje humano. En América Latina 23 de 100 bancos los implementan. Foto:
    Un informe de la empresa española Latinia sitúa a la banca ecuatoriana como líder en la implementación de chatbots, aplicaciones que mediante inteligencia artificial entienden el lenguaje humano. En América Latina 23 de 100 bancos los implementan. Foto: Ingimage
  • Los microempresarios son el foco de atención de este banco

    Redacción Líderes

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    Petrona Tuglema y su esposo Antonio Carrillo viven en una comunidad distante de Colta, Chimborazo. Ellos se dedican a la crianza de cuyes y conejos para venderlos en los mercados de Cajabamba y Riobamba.

    El negocio lo iniciaron ese mismo año, cuando obtuvieron un crédito de USD 500 para capitalizar su pequeño emprendimiento, sembrar pastos y construir cuyeras adecuadas para la crianza de esos animales, así minimizaron pérdidas y mejoraron la calidad de sus productos. Son clientes de Vision Fund desde el 2012

    “Nuestra situación era muy difícil. Fuimos engañados por un coyotero y nos quedamos con una deuda altísima en el banco”, recuerda Carrillo, de 69 años.

    Además, él y su esposa se quedaron a cargo de sus nietos, Bertha y Carlitos, desde que su hija falleció hace casi 10 años. La familia atravesaba por una crisis económica hasta que fueron contactados por la banca comunal de Vision Fund.

    “La ayuda llegó por medio de los niños”, cuenta Petrona Tuglema. Los dos pequeños fueron patrocinados por World Vision, y el banco, que es uno de los brazos de ayuda de la ONG, les dio prioridad al recibir el crédito.

    “A diferencia de la deuda que teníamos en el banco, esta fue más fácil de pagar. No nos pidieron tantos papeles y los intereses fueron muy flexibles”, dice Carrillo.

    A 30 minutos de allí, en Guamote, viven José Urquizo y su familia. En el 2012, ellos también accedieron a un crédito de Vision Fund para iniciar una fábrica de quesos que se llama Muchuk Mikuy. Generan dos fuentes de trabajo adicionales a la familia y benefician indirectamente a unas 350 familias que les proveen de los 1 700 litros de leche que requieren para producir 400 quesos diarios.

    La administradora e impulsora de la empresa familiar es Gladys Urquizo, de 22 años. Ella se educó patrocinada por World Vision, se graduó con las mejores calificaciones y se hizo acreedora a una beca para estudiar su carrera universitaria en la Universidad San Francisco de Quito. “Escogí estudiar auditoría porque es lo que ahora le hace falta a nuestro negocio, un manejo administrativo técnico”.

    Ellos obtuvieron crédito de Vision Fund y adquirieron los equipos básicos para producir los quesos, y con los siguientes mejoraron la pequeña planta de producción que instalaron en su casa, hoy incluso cuentan con un caldero industrial, tanques de enfriamiento, y otros equipos.

    José Luis Ochoa Gamboa, director de Vision Fund en Ecuador, explica que el trabajo de la entidad se enfoca en capacitar a microempresarios para un adecuado negocio. “Trabajamos en inclusión financiera, que es un tema clave en la productividad”. La entidad busca negocios con al menos seis meses en el mercado, añade Gamboa.

    También pone atención en temas de salud, desarrollo productivo y empleabilidad.

    En Ecuador, la mayoría de cliente está en el campo y el 65% son mujeres. En la actualidad la organización cuenta con 17 oficinas ubicadas en la Sierra y Costa ecuatoriana, a través de las cuales ha permitido atender a más de 56 000 clientes con una cartera de USD 50 millones. El trabajo del 2017 ha permitido generar impacto social en 68 000 niños y niñas.

    Las operaciones de esta entidad se enfocan hoy en día en provincias del norte del país como Esmeraldas, Carchi e Imbabura. Pero también llegan a Manabí, Tungurahua, Bolívar, Cotopaxi, Chimborazo, Los Ríos y Bolívar.

    La fábrica de quesos Muchuk Mikuy está en Guamote. Foto: Gleda Giacometti / LÍDERES
    La fábrica de quesos Muchuk Mikuy está en Guamote. Foto: Gleda Giacometti / LÍDERES
  • La atención e inversiones llegaron a Loja y Ambato

    Giovany Astudillo

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    El Hospital Santa Inés, que funciona desde hace 51 años en Cuenca, se expande por el Ecuador. Sus accionistas planificaron, desde el 2015, invertir en otras ciudades porque en su sede en la capital azuaya recibían pacientes de otras regiones del país.

    Por citar un ejemplo, tres de cada 10 procedimientos cardíacos que se realizaban en el Hospital Santa Inés en Cuenca eran de personas que llegaban del centro del Ecuador. Además, tienen pacientes de Napo, Pastaza, Loja, Guayas, El Oro y Pichincha.

    Por ello, en julio del año anterior iniciaron actividades en la capital lojana, tras una alianza con el Hospital del Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Desde entonces manejan el laboratorio y las unidades de cuidado intensivo; y este mes abrirán un centro de cardiología. Es un centro hospitalario de marca compartida UTPL-Santa Inés.

    Según el gerente General del Hospital San Inés, Bruno Ledesma, la marca tiene un posicionamiento importante en el país “por la calidad de los médicos, la infraestructura y los costos más económicos que en otras ciudades”.

    En el caso de Loja, “la UTPL maneja la baja complejidad y nosotros la alta”. Además, firmaron un convenio con esa universidad para el internado tanto en pregrado como en posgrado.

    Santa Inés invirtió USD 500 000 en el laboratorio. Allí, cuentan con 10 empleados e incrementarán seis puestos más. Ledesma asegura que tienen equipos de última generación, que permiten que el proceso sea totalmente automatizado. Además, los resultados de los exámenes se pueden revisar en un sitio web.

    En el centro de cardiología, en cambio, invierten USD 1 millón en tecnología durante este año. Adicionalmente, “estamos trayendo equipamiento para las unidades de cuidados intensivos general, pediátrica y neonatología. En Loja cuentan con cinco médicos, a más de los tecnólogos, las enfermeras en cuidados intensivos y cardiología y personal de laboratorio.

    El centro médico también se expandió al centro del Ecuador. El 1 de octubre pasado abrió un hospital de 9 500 metros cuadrados, en Ambato. Allí, tienen 65 empleados, entre enfermeras, personal administrativo y médicos residentes o generales. Además, 50 médicos especialistas. “La idea fue que la mayoría de los empleados sea de Ambato para generar fuentes de trabajo”.
    Es un hospital que da cobertura al centro del país y a la Amazonía, señala Ledesma. La inversión supera los USD 13 millones, que se destinaron a infraestructura y tecnología.

    Según Ledesma, esos recursos se financian con aumentos de capital en el paquete accionario. Además, con socios en Ambato y con la alianza de la UTPL, en Loja.

    Él ejecutivo agrega que, pese a la situación económica compleja del país, este hospital sigue invirtiendo y generando fuentes de trabajo. “Sin temor a equivocarme somos uno de los centros hospitalarios más grandes del Ecuador”.

    El objetivo es tener una mayor presencia en el ámbito nacional y prevé que en tres años más contarán con otros dos hospitales en otras ciudades. Su interés está en Machala, Manta e, incluso, la capital de la República.

    En Cuenca también invierten en una nueva torre junto a su actual hospital. Allí, funcionará un centro de trasplante integral, con quirófanos de donante receptor. El edificio tendrá un helipuerto.

    Además, construyen una nueva sala de emergencia porque donde está la actual montarán el área de medicina nuclear para el tratamiento del cáncer, dice Ledesma.

    Adicionalmente, abrirán un centro de rehabilitación integral y otro de endoscopia, un laboratorio y nuevas unidades de cuidados intensivos. El proyecto cuesta USD 12 millones.

    La construcción empezó hace un año y se tiene previsto que estará listo en enero del 2018. Ledesma indica que la expansión de Santa Inés ha tenido la aceptación esperada. Por ejemplo, el número de cirugías pasó de 450 al mes, en promedio, a 550 mensuales, durante este año. En esa cifra se suma a Cuenca, Loja y Ambato. “A más de atender una mayor cantidad de pacientes, incrementamos la cobertura de salud en el Ecuador… No solo atendemos pacientes privados, sino también de la red pública, en alta complejidad sobre todo”, destaca Ledesma.

    Otros detalles

    Su equipo médico.   Entre Cuenca, Loja y Ambato tienen más de 300 médicos especialistas. Además, 30 generales que dentro de su estructura le denominan como residentes. Cubren un 95% de las especialidades.

    Subespecialidad.  El hospital tiene un equipo o ‘heart team’ de cardiología. Está integrado por cardiólogos clínicos, cirujanos y hemodinamistas. También, ecocardiografistas, cardiólogo de tomografía, anestesiólogo…

    El gerente General del Hospital San Inés, Bruno Ledesma. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
    El gerente General del Hospital San Inés, Bruno Ledesma. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
  • Fox pone atención en el mercado local

    Redacción Quito

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    Fox Networks Group Latin America abrió oficina en Quito, hace dos semanas. El objetivo de la cadena es atender las necesidades específicas de afiliados, anunciantes y consumidores en forma directa.

    Carlos Martínez, presidente de Fox Latinoamérica, detalló que el plan de la cadena es crecer en Ecuador. “Queremos hacer un Fox local, un Fox Ecuador. Queremos hablar en ecuatoriano y vamos a mezclarnos con productores de contenido local”, detalló el ejecutivo durante su visita.

    También dio a conocer que la primera parte del plan es tener la oficina propia para estar cerca del mercado y entenderlo. “Vamos a estudiarlo, conocer sus hábitos y poco a poco producir contenido local, empezando por el deporte. Esto es un proceso que tomará de dos a cinco años”, indicó Martínez, quien estuvo en Quito para la apertura de la oficina.

    Según la cadena, Ecuador tiene una población muy joven y eso es bueno porque se lo puede aprovechar. Para Martínez una de las claves del mundo del entretenimiento es estar a la vanguardia de la tecnología. El segundo punto para capturar a los jóvenes es ofrecer contenido de calidad. “Uno de los valores es que estrenamos contenidos para todos los mercados al mismo tiempo. La misma serie o película que se estrena en EE.UU. llega en la misma fecha a los países de la región”.

    La cadena también reveló que existen buenas oportunidades en la generación de contenido deportivo. La idea que tiene Fox es hacer producciones locales en el país de manera asociada. “Somos expertos en romper esquemas, ya lo hemos hecho en la transmisión de fútbol en México”, dijo Francisco Pazmiño, Vicepresidente de Contenido en Fox Sports.

    Presente en 19 mercados en Latinoamérica, entre los que se incluye Ecuador, y con más de 25 000 horas de contenido de producción original al año que incluye series de ficción, reality, deportes y documentales, entre otros, el alcance de FNG Latin America supera los 70 millones de hogares en la región, según un comunicado. Además, la llegada de las marcas de la cadena, en el mundo digital superan los 175 millones de fans.

    Sofía Higuera, VP Senior & General Manager de FOX Networks Group Cono Norte, comentó que Ecuador es un mercado en crecimiento y con un gran potencial. “Estamos muy felices de anunciar la apertura de una oficina propia en el país y de brindar contacto directo y aún más personalizado”.

    La ejecutiva indicó que para que la experiencia de disfrutar de las marcas sea única y a la medida de sus necesidades, se apoyan en un talentoso equipo humano.
    El presidente de la cadena añadió que existe optimismo con la oficina en Quito. “Estamos muy entusiasmados por el buen recibimiento que esta noticia está teniendo en el mercado local”.

    Carlos Martínez, Sofía Higuera y Francisco Pazmiño, ejecutivos de Fox Networks Group Latin America, estuvieron presentes en la apertura de la oficina en Quito, hace dos semanas. Foto: cortesía Fox
    Carlos Martínez, Sofía Higuera y Francisco Pazmiño, ejecutivos de Fox Networks Group Latin America, estuvieron presentes en la apertura de la oficina en Quito, hace dos semanas. Foto: cortesía Fox
  • Oficinas del Biess en Sierra y Amazonía empezarán a trabajar desde las 09:30 por cuatro días

    Redacción Negocios (I)

    Los días 1, 2, 3 y 4 de septiembre, las oficinas de atención al cliente del Biess ubicadas en la Sierra y Amazonía, atenderán a los afiliados y jubilados de 09:30 a 18:30, informó la entidad en un comunicado emitido el martes 1 de septiembre del 2015.

    El horario responde a la directriz establecida por el Ministerio del Trabajo, mediante circular Nº MDT-DM-2015-0009 del 28 de agosto de 2015 por motivo del inicio del año lectivo 2015-2016 en los establecimientos de educación básica y bachillerato, la cual establece: “Los días martes 1, miércoles 2, jueves 3, viernes 4 de septiembre del presente año la jornada ordinaria de trabajo, en todas las entidades, instituciones, organismos señalados en el artículo 3 de la LOSEP, ubicados en las regiones Sierra y Amazonía, iniciará a las 09h30; debiendo cumplirse las 8 horas de jornada ordinaria, con un descanso diario para el almuerzo que no estará incluido en la jornada de trabajo”.

    En el caso del Banco del IESS, se exceptúan los puntos de atención al cliente de las oficinas de Préstamos Prendarios de Azogues, Ambato, Ibarra, Latacunga, Riobamba, Loja; las cuales mantendrán su horario regular de 09:00 a 17:00.

    Las Oficinas Sur y Norte de Prendarios en Quito atenderán al público de 08:00 a 16:00.

    A partir del lunes 7 de septiembre, todos los puntos de servicio retomarán sus horarios habituales, informó el Biess.

    A partir del lunes 7 de septiembre, todos los puntos de servicio retomarán sus horarios habituales, informó el Biess. Foto: Archivo/ LIDERES.
    A partir del lunes 7 de septiembre, todos los puntos de servicio retomarán sus horarios habituales, informó el Biess. Foto: Archivo/ LIDERES.
  • La atención y el servicio

    Gabriel Vallejo. Portafolio de Colombia (GDA)

    No sé si le ha sucedido, pero, en la mayoría de los casos, cuando uno se ve en la necesidad de hacer una consulta, un reclamo o también cuando se requiere una solicitud concreta, usted, especialmente cuando lo hace por teléfono, no habla con personas sino que lo atienden máquinas.

    El desarrollo de la tecnología, los avances de la humanidad, además de los requerimientos de las empresas, han hecho que poco a poco se vaya perdiendo el mayor encanto del servicio, que es el contacto con las personas, con los seres humanos. Precisamente, en este punto es en el que se encuentra la mayor complejidad y, al mismo tiempo, el mayor encanto del servicio, la interacción de las personas.

    Pero hoy, cuando la tecnología debería estar al servicio del cliente, pareciera que es este último el que está al servicio del primero.

  • La atención médica es el compromiso de la familia

    Redacción Quito

    En la planta baja de un edificio, compuesto por tres pisos, comenzó a operar la clínica María Auxiliadora, en 1992. Allí habían dos camillas, una máquina portátil de rayos X y un laboratorio clínico. Los dos pisos restantes, las seis personas que integran la familia Arias . los usaban como su vivienda.

    Cesar Arias, médico de profesión, luego de su turno en el Hospital Carlos Andrade Marín del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), atendía a otros pacientes en su dispensario.

    Gladys Calvache administraba el lugar mientras su esposo, César trabajaba en el IESS. Ella se encargaba de gestionar la atención médica, en donde en los inicios atendían cuatro especialistas. El sitio arrancó con una inversión de 3 millones de sucres (unos USD 1 000 en la época). Los ahorros familiares permitieron empezar con la clínica y se adquirieron camillas, microscopios, sábanas, equipo médico, etc.

    Entre una y otra cirugía, atención de urgencias, la clínica -que siempre ha funcionado en el norte por el sector del Aeropuerto-, incrementó el número de pacientes, por lo que a partir del 2003 aumentó el servicio de atención médica.

    Se habilitaron dos quirófanos, una sala de cuidados intensivos y 10 habitaciones. Además, la familia sacrificó la comodidad en el edificio, para que la clínica tenga más espacio. La ampliación física y la adquisición de equipos tuvo una inversión de USD 100 000, financiados con la venta de algunas propiedades familiares.

    “Antes de esa inversión, la clínica estuvo a punto de cerrar”, dice Calvache. La dolarización del 2000 afectó las arcas de la clínica. La familia se endeudó en dólares y estuvo a punto de no cumplir sus obligaciones financieras. Sin embargo, Arias recuerda que un contrato de medicina preventiva para Banco Pichincha, “salvó los muebles del lugar”.

    La clínica tiene una ambulancia y un quirófano inteligente. En el 2010, su facturación alcanzó los USD 300 000. Para el 2011, esa cifra se incrementó en unos USD 100 000 y para finalizar este año, el objetivo es superar los USD 500 000.

    César Arias rescata el valor de su Clínica y explica que ha crecido gracias al trabajo de su familia. Uno de sus hijos, Antonio, es el gerente de María Auxiliadora. Sus otros dos hijos, Cristina y Pedro, son médicos especialistas, ella en urgencias y él en cirugía, respectivamente.

    Arias asegura que el acceso para que más personas sean atendidas en clínicas privadas mediante seguros públicos, privados u obligatorios ha impulsado su emprendimiento. Por ejemplo, el convenio que mantiene el Estado con algunas clínicas para que los afiliados al IESS puedan tener atención en establecimientos privados, ha sido un impulso. Sin olvidar la cobertura de seguros como el Soat u otros planes de aseguradoras privadas, que mantienen convenios con la Clínica.

    Carolina Jibaja llevó a su hijo de 5 años en la Clínica hace un año, para una atención médica. Su pequeño niño sufrió una rotura de codo y allí recibió atención médica, que según esta madre de familia, fue un servicio que la dejó tranquila.

    La Clínica atiende un promedio de 500 emergencias al mes. En su equipo de profesionales constan 80 médicos de llamada; es decir, dependiendo de la necesidad este centro médico se comunica con un especialista para que atienda a cada uno de los pacientes, según el caso.

  • La empresa pone más atención a la salud-e

    Ivanna Zauzich

    En marzo pasado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS) presentaron el ‘Manual de salud electrónica para directivos de servicios y sistemas de salud’.

    En el documento, de 414 páginas, se aborda la importancia de incorporar las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC), en las estrategias públicas de salud. Es decir, que el organismo encargado de la salud pública maneje las historias clínicas de los ciudadanos, de forma electrónica. Así podría mejorar la prevención, diagnóstico, tratamiento, planificación de sistemas de salud, etc. A esto se le denomina Salud-e.

    La idea de la Cepal puede aplicarse al entorno empresarial, señala la consultora de RR.HH. Sandra Rodríguez. Las empresas deben aprovechar los adelantos tecnológicos y tener la historia clínica de sus colaboradores. Eso sí, manejada por el encargado del departamento de salud, para que exista confidencialidad.

    El objetivo, continúa Rodríguez, es que cuando el empleado se enferme exista agilidad en su atención. “Así, mejora su calidad de vida y productividad”. Si las empresas son pequeñas y tramitan la atención en centros de salud, estos también deben sistematizarse para atender oportunamente al paciente.

    Daniela Vázquez trabaja en una firma de consumo masivo y cuando se enferma debe hacer trámites engorrosos para ser atendida. Esta cuencana padece gastritis aguda y en su trabajo solo toman las excusas médicas, pero no existe acercamiento. “Me gustaría que la organización se preocupara más por los colaboradores. Que conocieran qué pasa con nuestra salud”.

    En ese contexto, las organizaciones podrían acercarse y entender más a su empleado. “Que no sea solo un profesional con determinado estado civil, sino apersonarse de la situación y la salud de cada uno”, indica Rodríguez.

    Las TIC son herramientas con las que se integra la información en las empresas. Llevar un registro del empleado y, por qué no, su historial médico, explica Maribel Navarra, experta en talento humano. Lo que debe implementarse es que el colaborador dé la autorización, para que su historia clínica esté disponible en un sistema electrónico dentro de la compañía.

    De esta forma, continúa Navarra, incluso los jefes de área comprenderán por qué el empleado pide permiso. No se trata de vigilar, sino de aprovechas las TIC para mejorar la atención médica y la confianza entre el jefe y su equipo de trabajo.

    La gerenta de RR.HH. de la empresa Nutrifood, Sandra Corral, señala que digitalizar la historia clínica del colaborador no es difícil, pero Ecuador aún no está listo para este cambio. “Igual que hace cinco años, las empresas no pensaban en posicionarse en Twitter y hoy es clave”. La Salud-e se instaurará paulatinamente, cuando la cultura empresarial la acoja.

    Para Corral, la medida propuesta por la Cepal y aplicada al ámbito empresarial incentivará a la productividad, porque los colaboradores gestionarán la atención médica requerida. Esto, sin perder tiempo en pruebas redundantes. Además, con un sistema integrado y digitalizado se obtendrán estadísticas para entender qué pasa con los empleados. “Quizá esa información refleje que se debe cambiar el menú o impulsar al ejercicio”.

    Implementar el Manual de salud electrónica en las firmas, dice Rodríguez, conlleva a que las organizaciones dejen de ser espacios aislados, donde los empleados pasan ocho horas del día. En cambio, se transforman en un segundo hogar, donde existe confianza y apoyo.

    Los costos para implementar un sistema de Salud-e no son altos, según el desarrollador de software, Miguel Pesantez, ya que solo se necesita un sistema y conexión a internet. Se pueden ingresar actualizaciones semestrales para mostrar, por ejemplo, embarazos, resultados de pruebas de sangre, molestias en articulaciones, etc. “Un software con estas características no supera los USD 1 000”.

    Maribel Navarra añade que la salud tiene mayor atención del sector público y del privado. Por esa razón, este Manual será una hoja de ruta para implementar en las firmas. Primero hay que determinar las reglas y si ayuda a mejorar la calidad de vida del colaborador, será bienvenido.

  • Navidad, ¿y los clientes siguen siendo lo primero?

    Arturo Castillo Especial para LÍDERES

    La frenética actividad comercial con motivo de la Navidad, que cada vez apresura su llegada, fuerza a pensar que el asunto espiritual subyacente a su celebración se ha reducido a expresiones puramente materiales; que el hecho religioso ha declinado, al punto de casi desaparecer. La Navidad es un fenómeno comercial, un fenómeno bien pensado.

    El éxito consiste en que creyentes y no creyentes aceptan de buen agrado el desbocamiento consumista; todos, sin importar el estrato social, experimentan avidez, quieren dar y recibir algún regalo, aunque fuera algo ‘simbólico’.

    La consigna colectiva de la generosidad (impulsada ya no desde las iglesias sino desde las agencias de publicidad), de compartir con el prójimo siquiera por una sola ocasión en el año, exacerba el deseo de comprar. Las personas quedan así vulnerables, a merced de las ‘fabulosas’ ofertas. Como estímulo a su altruista actitud, no tendrán que preocuparse de las facturas hasta febrero del nuevo año.

    Sin embargo, más allá de cualquier juicio de valor, de las convicciones y creencias religiosas, el hecho cierto es que se trata de la mejor época comercial del año, donde se juega la estabilidad económica de negocios de todo tamaño.

    La Navidad, de otra parte, ha arribado este 2013 con ánimo tempranero. El ‘Viernes Negro’ criollo abrió la temporada con éxito rotundo. Los de mejores posibilidades, aprovecharon el ‘black friday’ verdadero como debe ser: utilizando sus tarjetas de crédito internacionales, vía Internet, sin tener que abrirse paso a codazo limpio para beneficiarse de las ofertas de las grandes tiendas.

    El otro rostro, como cada año, es que miles de personas entran en regímenes de trabajo extenuantes, con horarios extendidos que no les permiten alimentarse adecuadamente, descansar lo suficiente, hacer pausas que les ayuden a refrescar el ánimo, distender la mente, recuperar la perspectiva de lo que están haciendo.

    Las largas jornadas terminan por agobiarles, por alterar su genio, empobreciendo, consecuentemente, la calidad de su atención al público. Los apresurados clientes, sin embargo, parecieran bajar la guardia, aplazar, igual que el pago de sus compras, la exigencia del servicio con excelencia. Se trata de simplemente poder comprar, de hacer la gestión lo más pronto posible, de salir del atolladero, aunque para muchas personas la ‘gracia’ de hacer compras consiste en la larga espera.

    Mientras que en circunstancias normales la atención es oportuna, esmerada, y el personal de ventas se esfuerza en persuadir a los clientes, en la época navideña no hay lugar para la ‘zalamería’, pues los compradores llegan, generalmente, con la decisión tomada. Ese convencimiento hace que los almacenes se duerman en los laureles, que especulen con el público, que su servicio se vuelva mediocre.

    En ese sentido, llama la atención que muchas empresas no lleguen debidamente preparadas para afrontar la temporada más importante del año; que la gran ‘maratón’ les sorprenda desentrenadas.

    La contratación ocasional de personal resulta una exigencia, ya que no se puede solventar la época alta con la misma nómina. Obviamente, muchas empresas no querrán sacrificar sus utilidades con la vinculación de más empleados; preferirán, en cambio, sacarle el jugo al equipo regular, a sabiendas de que sus clientes sufrirán las consecuencias.

    En todo caso, el cambio de estrategias, si se va a asumir la Navidad con el personal de rutina, es de vital importancia. Las tiendas, sobre todo las más grandes, debieran trabajar con relevos y rotación de tareas, a fin de evitar la saturación y el cansancio provocados por la repetición mecánica de funciones.

    Los tips Las pausas.  La aplicación de pausas, aunque suene a lujo impráctico, puede dar resultados interesantes. Como ocurre en el baloncesto, por ejemplo, con su sistema de ‘time out’, que permite refrescar las líneas y replantearse la táctica del juego.

    La relación con el cliente.   En Navidad es un asunto vital.

  • Las firmas escuchan a la comunidad con mayor atención

    Redacción Quito

    La responsabilidad social empresarial toma más fuerza en el Ecuador. Los informes o memorias anuales que publican las compañías, de diferentes sectores, son cada vez más frecuentes, en formatos impresos y digitales.

    En estos documentos, las organizaciones dan cuenta de sus inversiones y aportes en programas educativos, de salud, de inclusión laboral… Dentro de esta política corporativa, las compañías ecuatorianas están adoptando una nueva acción: escuchar con detenimiento a las comunidades en las que su actividad genera cualquier tipo de impacto.

    Un ejemplo es lo que hace la firma de acero Adelca. Esta compañía, que tiene su planta en Alóag, al sur de Quito, decidió someterse a una suerte de examen de la comunidad.

    Esta evaluación fue parte de un proceso para obtener la certificación S2M, que garantiza la implementación de un estándar de responsabilidad corporativa. Este ‘sello’ complementa, otras normas como la ISO 26000 o el Pacto Global. La S2M es otorgada por la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriano Británica y la Fundación S2M, que tienen convenios con organismos británicos.

    En el examen, Adelca fue valorada por sus empleados, proveedores, gobierno local y por los dirigentes de Alóag. Este último grupo es clave para la compañía, debido a que hace seis años la firma enfrentó un problema con la comunidad que derivó en la paralización de las actividades por unas dos semanas. La empresa aprobó la evaluación y está por recibir la certificación S2M.

    Para Diego Gordón, gerente de la Cámara Ecuatoriano Británica, la idea es que la propia comunidad reconozca que una empresa sí es responsable socialmente. Añade que «el hecho de que una firma se exponga para ser calificada es meritorio aquí y en cualquier país».

    Rafael Liger, del Departamento de Responsabilidad Social de OCP, reconoce que cualquier industria genera un impacto y más aún una del sector hidrocarburos. «Estos impactos no son bienvenidos por la comunidad, por eso OCP busca desde el 2003 mantener relaciones cordiales con la comunidad y acercarnos con obras de mutuo beneficio».

    La empresa maneja el concepto de «licencia social». Según Liger, se trata de una suerte de permiso de la comunidad. «Esta licencia no la entrega ninguna entidad, se trata mas bien de una aprobación de la comunidad a nuestro trabajo».

    Uno de los programas de responsabilidad social de OCP es la construcción de la Escuela Juan Carlos Matheus, ubicada en la parroquia Viche, Esmeraldas, a la que asisten hoy en día cerca de 430 estudiantes. Liger asegura que OCP es parte de la tendencia de mostrarse ante las comunidades. Para esto, añade, se transparenta mucha información de la empresa y se consulta a las comunidades si están de acuerdo con las políticas de responsabilidad social de la compañía.

    Otra opinión es la de Santiago Peralta, de Chocolates Pacari. Para él, la clave está en recibir todos los comentarios de los productores de cacao, para mantener una relación muy cercana, casi de familia. «Así ganamos un producto de calidad y ellos reciben mejores precios por el cacao que siembran y cosechan».

    Los habitantes sacan provecho de las obras

    En Viche las calles son de asfalto y de tierra. Por allí caminan a diario centenares de niños y adolescentes que se dirigen a los tres centros educativos de esta parroquia del cantón Quinindé, en Esmeraldas, a 153 kilómetros de Quito.

    La escuela Juan Carlos Matheus es uno de los establecimientos educativos de Viche. Allí se educan alrededor de 430 alumnos y trabajan 17 profesores, incluyendo su directora Enis Quiñónez.

    Estudiantes y maestros lucen contentos cuando llegan al nuevo edificio. Este funciona hace dos meses, luego de que la empresa OCP, en trabajo con el Vicariato Apostólico de Esmeraldas, la Embajada de Japón, el Municipio de Quinindé y el Gobierno Parroquial de Viche consiguieran el terreno y levantaran tres bloques en donde funcionan 17 aulas.

    Verónica Cuadros, profesora de la escuela, describe el anterior local: «El espacio era muy reducido y las condiciones de trabajo eran insoportables«. Esas instalaciones no tenían más de 400 m2 y contaba con tres baños para unas 450 personas; las aulas estaban inconclusas.
    OCP se contactó con la escuela hace un par de años, durante una entrega de dulces y juguetes en Navidad. «Vimos la situación que sufrían y decidimos hacer algo por ellos. Así surgió la idea de construir un nuevo edificio para la escuela», explica Rafael Liger, vocero de OCP en temas de responsabilidad social.

    La empresa aportó con USD 233 000 para levantar el edificio y para equiparlo con pupitres. Liger cuenta que OCP, como parte de su política de responsabilidad social, apoya temas de educación salud y producción. «Esto va más allá de los sellos de calidad, se trata de la ‘licencia’ social o autorización de la comunidad para trabajar tranquilo sin temor a un paro o daños al oleoducto. Siempre estamos en contacto con la comunidad y sus habitantes con nosotros».

    A unos 200 kilómetros de Viche, en el sur de Pichincha, se encuentra la parroquia Alóag, habitada por 15 000 personas. Allí funciona desde 1963 la planta de la empresa de acero Adelca.

    De los 870 empleados que laboran allí, el 60% proviene de Alóag y de sus alrededores. La relación entre la empresa y esta comunidad vivió una etapa crítica hace unos seis años, cuando empezó a operar una fundidora de metales y se generó malestar en la comunidad. La planta paralizó su operación hasta que ambas partes llegaron a un acuerdo.

    Con el conflicto, la aceptación de Adelca cayó al 17%. Hoy el indicador está en 95%, según Marco Oleas, director de Gestión Integral de la firma. Para  esto fue necesario una reestructuración de procesos, que inició hace cinco años e incluyó la relación con la comunidad.

    La empresa ofrece ahora un dispensario médico, un centro informático, un centro deportivo, un espacio de capacitación… para los habitantes de Alóag. Wilson Rodríguez, presidente de la junta parroquial de Alóag, asegura que la población ha recibido unos USD 3 millones  de Adelca en obras y servicios. «Apoyamos a Adelca, pero también pedimos su apoyo para la parroquia. Hemos pedido que las pequeñas falencias se corrijan. Así hemos logrado mejoras en temas ambientales, por ejemplo».

    El capítulo más reciente de la buena relación entre la comunidad y la empresa se dio hace pocas semanas, cuando representantes de Alóag calificaron la gestión de Adelca, como parte de un proceso de certificación. María del Carmen Pilaguano, de 54 años, y Tamara Pachamama, de 27, cuentan que el dispensario médico es una gran ayuda, con atención y medicamentos gratuitos. También destacan las vías y el centro deportivo recién inaugurado hace un par de semanas.

    La certificación S2M
    El origen. Este certificado es otorgado por la Cámara de Industrias Ecuatoriano-Británico y la Fundación S2M (con base en Quito), en convenio con Hexagon Group.

    El certificado. Adelca recibirá la certificación este jueves 12 de diciembre en una ceremonia prevista en la Iglesia de La Compañía de Jesús, en Quito.

    Casa abierta. Ese día, en la iglesia, será la III Casa Abierta de Proyectos de Responsabilidad Social Corporativa 2.0.

    ‘La confianza es fundamental para acercarse a las personas’

    La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es un modelo de gestión, que no cabe dentro del marketing social ni mucho menos dentro de una campaña publicitaria para lavar la imagen de una empresa. Esa es la reflexión de Evangelina Gómez, directora ejecutiva del Consorcio Ecuatoriano para la Responsabilidad Social (Ceres).

    Ceres es una entidad que promueve el concepto y las prácticas de la Responsabilidad Social a través de organizaciones fortalecidas y comprometidas con el desarrollo sostenible del país.

    Todo esto, con base en los siete aspectos que contempla la RSE: valores, transparencia y gobernanza; público interno; medioambiente; proveedores; consumidores y clientes; comunidades; gobierno y sociedad.

    Con este último grupo la confianza es el factor fundamental para lograr un acercamiento, asegura Gómez. «Esto permite tener una mejor relación y acceder a la ‘licencia social’ para operar. No se trata de ningún certificado físico o por escrito; es la aceptación de la sociedad».

    La Directora Ejecutiva asegura que por principio la RSE no debe ser certificada. «La RSE es voluntaria. No se puede certificar la voluntariedad. Sin embargo, se respetan esos procesos con los que se quiere ir a la certificación».

    Un estudio realizado por Ceres en el 2012 a unas 23 empresas grandes, determinó que un 67% de ellas contaba con un departamento específico de RSE en la compañía. Asimismo, un 72% tenía un presupuesto destinado para desarrollar actividades de responsabilidad social empresarial. De este grupo, un 34% destinaba menos de USD 500 000.

    Entre los indicadores que maneja el Consorcio consta que un 70% de ejecutivos de las empresas grandes es consciente de la importancia de ser socialmente responsable. «Cuando los líderes de las empresas son conscientes de estas acciones es más probable que esa organización ejecute programas de responsabilidad social», indica Gómez.