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  • Los atractivos de Girón se publicitan en redes

    Redacción Cuenca

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    El proyecto A través de la Cascada es la nueva herramienta de promoción del cantón azuayo de Girón. Este emprendimiento privado, que empezó hace un año y ocho meses, busca difundir y promocionar los atractivos turísticos de esta jurisdicción, a escala nacional e internacional.

    Además, se pretende crear una identidad corporativa, incentivar la lectura y, sobre todo, lograr la reactivación económica de este cantón, dice la directora del proyecto turístico-cultural A través de la Cascada, Verónica Arévalo.

    Según ella, para cumplir cada uno de los objetivos planteados, la primera acción fue crear una comunidad a través de las redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram. En estas tienen más de 350 000 seguidores, asegura Arévalo. Allí, se promociona mediante fotografías y videos los atractivos paisajísticos, cívicos, históricos y culturales.

    Para la promoción turística se elaboraron dos rutas. La primera incluye el templete del Portete (lugar de la batalla de Tarqui), el Mirador de Masta desde donde se puede observar todo el valle de Yunguilla, las dos cascadas de Girón, la Casa de los Tratados y las casonas patrimoniales.

    Además, las lagunas de Zhogra y San Martín, el centro parroquial San Gerardo, el cerro Fasaná, el museo Señor de Girón, la iglesia matriz y el bosque Yungahuayco.
    La otra ruta comprende las visitas a la parroquia de La Asunción, con atractivos como la laguna Celeste, mirador de Huacayñán y los cerros de San Pablo y San Alfonso.

    También, el bosque de piedra, el valle de Yunguilla, el aerolito de Gigantones, la laguna de Curiquingue y el mirador de Tablón, entre otros atractivos.

    Arévalo asegura que este proyecto de promoción turística posibilitó la llegada de 13 000 visitantes nacionales y extranjeros a las cascadas de Girón durante los 20 meses de trabajo. Según ella, esa cantidad fue medida a través de mensajes internos que recibieron en las redes sociales y con la contabilización que realiza una persona que está en las cascadas, quien además realiza encuestas.

    “El proyecto es una suerte de información turística por los mensajes de consulta que recibimos”, señala Arévalo. Destaca que los turistas también llegaron a otros atractivos de Girón, “que no son tan conocidos”.

    Wilson Arévalo es el director Creativo de este proyecto, que es independiente y no tiene fines de lucro. Solo cuenta con el apoyo de los emprendedores vinculados al turismo. Estos últimos apoyan con recursos económicos y con canjes de sus servicios que sirven para la promoción.

    Hasta la fecha, 18 establecimientos del cantón Girón han realizado aportes, señalan Verónica y Wilson Arévalo. “Cada local dio cómo máximo USD 120. Ellos aportan para los gastos de producción y de difusión”, coinciden.

    Para Wilson Arévalo, otro beneficio fue la creación de proyectos que generaron fuentes de empleo. Según él, con el impulso turístico se abrieron 21 emprendimientos relacionados con esta actividad como restaurantes, servicios de cabalgatas, entre otros.

    Como parte del proyecto, también, se armó la imagen corporativa de este cantón azuayo y la página web www.atravesdelacascada.com. Allí se informa cómo llegar a cada lugar y es una invitación para conocer esta jurisdicción. Se complementa con fotografías.

    La segunda fase de esta iniciativa está en definición, dice Verónica Arévalo. Ella agrega que hasta finalizar este año lanzarán un libro en Girón y Cuenca. “Está listo para imprimirse, solo estamos buscando el apoyo”.

    Este libro incluye un recorrido del cantón, imágenes inéditas de Girón y la recopilación de nueve leyendas con ilustraciones en 3D.

    Las cascadas de Girón, también conocidas como El Chorro, están entre los principales atractivos de este cantón ubicado en el sur de Azuay. Foto: Cortesía A través de la Cascada
    Las cascadas de Girón, también conocidas como El Chorro, están entre los principales atractivos de este cantón ubicado en el sur de Azuay. Foto: Cortesía A través de la Cascada
  • Saraguro muestra todos sus atractivos

    Giovany Astudillo

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    El turismo ancestral beneficia a 80 familias indígenas del cantón lojano de Saraguro. Ellos muestran los paisajes, la cultura, la gastronomía, las artesanías y las costumbres de las comunidades de Ñamarín, Lagunas, Chamical, Ilincho, Gera y Oñacápac.

    Estas familias pertenecen a la Red de Turismo Comunitario de Saraguro Ricu y cuentan con el apoyo de la operadora de turismo Saraurku. Cada pueblo está especializado en una actividad para complementar la oferta turística.

    Así, por ejemplo, en Lagunas se muestra la música y danza andina de los saraguros. En cambio, Ñamarín promociona los tejidos ancestrales, mientras que Ilincho oferta los rituales ancestrales y los baños ceremoniales; Oñacápac, los atractivos naturales; y Gera, el guajango, que es una bebida procesada del penco. Los indígenas la beben en fiestas importantes como matrimonios o el Inti Raymi.

    Para preparar esta bebida se extrae el líquido dulce denominado mishqui, que brota de los pencos maduros. Son plantas que tienen un promedio de 12 años de vida y se identifican porque son grandes. A mayor tamaño más edad.

    El penco es escogido por esa condición y su tallo es perforado. Se deja el hueco durante dos o tres días para que el líquido natural brote. Posteriormente, se saca diariamente.

    Cada año cerca de 850 visitantes recorren estos atractivos, principalmente, los fines de semana. Siete de cada diez son extranjeros que llegan desde Estados Unidos, España, Francia, Alemania, entre otros países. El resto arriba desde Quito, Cuenca, Riobamba y otras ciudades ecuatorianas.

    Por lo general, son estudiantes universitarios de las escuelas de turismo, señala el gerente de la operadora de turismo Saraurku, Lauro Guayllas.

    En el caso de los extranjeros se hace los contactos a través del sitio web www.turismosaraguro.com, de las redes sociales como Facebook y “por recomendación de quienes ya visitaron y operadoras extranjeras”, agrega Guayllas.

    La agencia Saraurku fue creada hace cinco años y ofrece paquetes que van desde un día y medio de convivencia hasta 22 días. Esta se encarga de promocionar los atractivos de estas comunidades.

    En Saraguro el turismo comunitario se inició hace más de una década. El objetivo fue respetar la naturaleza, valorar el patrimonio y fortalecer costumbres y tradiciones. Según Guayllas, este proyecto empezó con el apoyo de la organización Hatún Kawfay. La organización, la capacitación, la identificación de atractivos, provisión de servicios de alojamiento y comida demoró cuatro años. También se delinearon las estrategias de sostenibilidad y financiar las inversiones.

    Según Guayllas, el costo de un paquete turístico va desde los USD 35 por persona y por día. Pero el precio depende de los días, los servicios que se requiere y de cuantas personas participen.

    La presentación de música andina vale USD 30 y las danzas ancestrales para los turistas cuestan USD 40. La noche de alojamiento tiene un costo de USD 10.

    Guayllas señala que la actividad turística representa un ingreso complementario para los habitantes de las comunidades Ñamarín, Lagunas, Chamical, Ilincho, Gera y Oñacápac, que se dedican principalmente a la agricultura, ganadería y artesanías.

    Él calcula que la llegada de turistas representa un ingreso anual de cerca de USD 20 000, que son distribuidos entre todas las familias dependiendo de los servicios que brindarán.

    Los habitantes de Ñamarín muestran a los visitantes cómo elaboran las mantas, chalinas, ponchos, bufandas de lanas. Su labor se cumple en telares artesanales y con técnicas ancestrales.

    En Gera, en cambio, el turista aprende sobre el cultivo de la tierra, las mingas y cómo compartir los alimentos. En este poblado también existe un museo que es administrado por las autoridades del plantel educativo San Francisco.

    En este espacio se recreó cómo vivían los antepasados saraguros. Además, en Gera se puede conocer el mirador natural del Cóndor.

    Guayllas señala que, en la actualidad, buscan incluir en este recorrido a los saraguros que viven en el cantón Yacuambi, en Zamora Chinchipe. Allí, se quiere promocionar el recorrido por el sendero que transitaron los antepasados indígenas hace 150 años.

    El indígena saraguro José Cartuche ofrece alojamiento en la comunidad de Ñamarín. La noche cuesta USD 10. Fotos: Lineida Castillo / LÍDERES
    El indígena saraguro José Cartuche ofrece alojamiento en la comunidad de Ñamarín. La noche cuesta USD 10. Fotos: Lineida Castillo / LÍDERES
  • El arte y la hospitalidad son los atractivos del hotel galería Man-Ging

    redacción Guayaquil

    El Hotel-Galería Man Ging está decorado por 1 110 piezas de arte. Este lugar, inaugurado en septiembre del 2011, es un emprendimiento de ecuatorianos.

    El hotel fue un proyecto que se inició en 1998 con la adquisición de un edificio y terreno ubicados en el centro de Guayaquil. Pero que, debido a la crisis económica que vivió el país a finales de los años 90, se pospuso hasta el 2009.

    En ese año, Johnny García Man-Ging, presidente del consorcio del hotel, decidió junto a sus otros tres primos retomar el proyecto Así, con un préstamo de la Corporación Financiera Nacional e inversiones propias, que hasta hoy superan los USD 10 millones, se terminó de adecuar el hotel.

    Los pasillos de los pisos del lugar están decorados por diferentes piezas de arte. Las esculturas y cuadros al óleo de 40 artistas ecuatoriano y tres internacionales crean un espacio diseñado para ser un aporte turístico, cultural y artístico para el turista nacional e internacional.

    García Man-Ging indica que las permanentes muestras de las obras de arte son un atractivo para los visitantes de la ciudad. «El turista que viene a Guayaquil también tiene la oportunidad de conocer sobre los artistas nacionales», indica. Desde su apertura, alrededor de 20 obras han sido adquiridas por los turistas.

    Los cuadros de artistas como Iván Paredes, Diana Ponce, Hermel Quezada, Luis Peñaherrera, José España, Héctor Ramírez, Joaquín Serrano, entre otros, son los que se muestran en el lugar.

    El precio de los cuadros va desde los USD 800 hasta los 30 000. Esto depende del artista que haya realizado la obra. «Cuando un turista escoge y decide comprar una obra y aún tiene que recorrer el país, le damos la oportunidad de guardarla, hasta que se vaya o se la entregamos en su país de destino», explica Johnny García. Por ejemplo dice que las obras han llegado hasta países como Alemania, España, Estados Unidos y Brasil.

    Las 94 habitaciones del hotel tienen entre cuatro y cinco obras, además de todos los sistema de seguridad y contra incendio. Se ofrece también habitaciones especiales para discapacitados.

    Man-Ging recibe en promedio más de 21 000 visitantes al año.

    Alrededor del 60% de los huéspedes son personas que llegan a la ciudad por negocios. Los visitantes provienen principalmente de Europa y Estados Unidos.

    El Presidente del consorcio hotelero cuenta que la decisión de no pertenecer a una cadena internacional de hoteles es, principalmente, porque buscan crear su propia marca. «Queremos apuntar a ser una marca reconocida; el camino es difícil, pero esa siempre ha sido la meta del grupo y de la familia», señala García.

    No contar con la representación de una marca hotelera internacional tiene beneficios, pero también aspectos negativos. «No tenemos un portafolio de clientes fijos, pero sí tenemos libertad de decidir cómo queremos proyectar el hotel», dice el presidente del Man-Ging.

    Este hotel de cuatro estrellas también ofrece eventos relacionados con el arte, como artistas esculpiendo o pintando obras en vivo. En el largo plazo, tiene previsto inaugurar un nuevo hotel en Manta (Manabí) o Machala (El Oro).