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  • Alegría Tosi: ‘La sociedad pone muchas expectativas sobre las mujeres’

    Redacción Quito

    (I)
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    A Alegría Tosi la vida le cambió en un minuto. Sin embargo, un hecho dramático le permitió convertirse hoy en una luz para mujeres que buscan empoderarse y continuar su camino.

    Se graduó de antropóloga en la Universidad San Francisco de Quito. En esta casa de estudios también ha trabajado como investigadora; actualmente, desarrolla un análisis sobre la violencia de género en las Islas Galápagos, con el Ministerio de Inclusión Social y el Gobierno de dicha provincia.

    Desde que era niña estuvo en una búsqueda espiritual. Esto le llevó a vincularse a un grupo religioso desde los 20 años y luego a casarse en una boda arreglada.

    Cuatro meses después su esposo desapareció. Al poner la denuncia en la Policía se enteró que él se fue del país sin aviso y que todo había terminado.

    Luego del ‘shock’ inicial, en el que relata que se derrumbó su mundo personal, espiritual y académico, vino un proceso de transformación interior. Su autodescubrimiento le permitió desarrollar su propio emprendimiento como coach de relaciones.

    Transformación

    “Apoyo a mujeres a sanar después de una ruptura y a aquellas que no han vivido eso pero que buscan una pareja o un nuevo camino de vida. Todo esto desde el lugar del amor propio. No desde un vacío para completar, sino desde un espacio en el que una está completa y empoderada.

    Yo llegué a un momento en el que toqué fondo y decidí transformar mi vida de muchas maneras. Por cuatro meses me dediqué solamente a trabajar en mí, de manera intensa. Luego, los siguientes cuatro años me he dedicado a aprender las herramientas para entender lo que hace que una relación te llene y te sientas bien.

    Así fue mi proceso para convertirme en coach de vida. Quise compartir mi historia y las cosas que he ido aprendiendo.

    El amor propio es algo multidimensional. Parte de esto es el empoderamiento como mujeres, el autocuidado, la autoestima, etc.

    Tanto el amor propio como el empoderamiento pueden ser conceptos etéreos en algunos momentos. Por eso es importante traerlos a lo concreto, ahí se vuelven fáciles comprender.

    Como coach el trabajo de transformación para las mujeres funciona de diferentes maneras. Tengo cursos en línea en los que trabajo con grupos que reciben contenido en video, audio, pdf, etc; duran entre seis semanas y tres meses. Tenemos reuniones a través de plataformas. Un periodo de hasta seis meses también duran los coaching uno a uno, en el que realizo sesiones y analizamos diferentes temas”.

    Sociedad

    “Las mujeres que buscan sanarse necesitan redes de apoyo. Hay que identificar cuál es la adecuada para uno. No siempre es la familia, también pueden ser los amigos.

    La sociedad pone un montón de expectativas sobre las mujeres. Hay que aprender a mirar qué es lo que uno quiere y qué es lo que uno debe hacer. Cuando se logra identificar qué es lo que uno debería estar haciendo es positivo.

    Hay que saber poner límites internos. No permitir que las exigencias de otras personas sobre uno guíen nuestro comportamiento. Luego hay que comunicar esos límites a otras personas.

    Las mujeres necesitan aprender a realmente mirar hacia dentro y confiar en sí mismas. Desde la adolescencia, las mujeres preguntamos cosas como: ¿Me pongo eso o no me pongo?¿Salgo con esta persona o no? Estamos siempre buscando una validación externa.

    Como mujeres nos hemos acostumbrado a mirar al mundo externo para validarnos y lo que hay que hacer es ver lo interno”.

    Violencia

    “La violencia impacta en todas las áreas de la vida. Cuando he hecho mis investigaciones sobre mujeres víctimas de todo tipo de agresiones me doy cuenta que el principal cambio que necesitan es empezar a mirarse a sí mismas con otros ojos.

    Cuando uno se dice a sí misma no merezco esto; merezco más; merezco una vida en la que esté libre, feliz y bien es que puedo tomar espacios para salir de situaciones de violencia. Las mujeres tienen muchas herramientas, más de las que uno cree.

    Hay mujeres adultas mayores que superan situaciones de violencia con el humor, por ejemplo. Hay que ver el poder de uno y dejarse de ver como víctimas.

    Lo primero que afecta la violencia es la autoestima. Al trabajar en el amor propio se puede salir”.

    Datos

    Actividades. Ha sido profesora de danza árabe, particularmente para principiantes. Ha bailado este tipo de música desde los 15 años. Le gusta ver cómo al bailar las mujeres comienzan a sonreír y a conectarse con su energía.

    Formación. Cuenta con una certificación como coach de vida porThe Academy of Modern Applied Psychology.

    Diversión. Le gusta arreglar flores, leer, aprender idiomas. También le interesa escuchar podcasts.

    Visión. Considera que las mujeres deben empoderarse. Ese es un proceso que se hace al entender qué es lo que cada una requiere. La violencia afecta en la vida.

    Alegría Tosi es antropóloga y tiene un emprendimiento como coach de relaciones. Foto: cortesía
    Alegría Tosi es antropóloga y tiene un emprendimiento como coach de relaciones. Foto: cortesía
  • Tras las vacaciones debe primar la calma

    Redacción Guayaquil

    El retorno de las vacaciones al trabajo puede generar tristeza, falta de apetito, desconcentración, cansancio e incluso insomnio.

    Aunque se puede considerar que un colaborador viene ‘recargado’ de las vacaciones, esto no siempre es así.

    Dependiendo del nivel de estrés que hayan acumulado las personas, estas pueden sufrir un síndrome conocido como posvacacional en los primeros días de su reintegración a la jornada de trabajo.

    Andrés V. labora en una entidad financiera. Él tomó sus vacaciones durante un período de 15 días. Al retornar se sintió algo desmotivado, pues no podía realizar sus labores con total normalidad. «Ponerse al corriente en el trabajo luego de 15 días de ausencia es un poco difícil. Y más, cuando se está acostumbrado a trabajar a un ritmo rápido», comenta.

    Él tiene ocho colaboradores a su cargo y ha notado que ellos experimentan algo igual cuando retornan de sus vacaciones. «Normalmente noto una carga de estrés. Esto, debido a que tienen que adaptarse a su trabajo de manera casi inmediata», indica.

    Carlos Medina Grunauer, presidente de la firma Servicap y consultor en Recursos Humanos, comenta que es necesario que el empleador o jefe superior otorgue un tiempo para que el colaborador pueda adaptarse al ritmo de la jornada laboral. A fin de evitar que este se sienta desplazado o que la reintegración le afecte anímicamente.

    El estrés es el principal factor por el cual se desarrolla el síndrome posvacacional. «Es necesario que el colaborador permanentemente realice actividades externas al trabajo, como practicar algún deporte; de esa manera, podrá superar ese estrés», indica Medina.

    En el Ecuador, un 82% de los colaboradores regresa más cansado de sus vacaciones y le cuesta acoplarse a su rutina a la empresa e incluso a tares básicas o simples, según datos de la consultora Enterprises Consulting.

    Una de las causas pueden ser los excesos en los horarios previos al regreso al trabajo. Es decir, dormir pocas horas en las vacaciones y adoptar la costumbre de despertarse muy tarde esos días. El regreso a una rutina poco confortable, en donde el colaborador debe igualarse en el trabajo e incluso asumir las tareas que quedaron a cargo del reemplazo es una de las causas de ese síndrome posvacacional. A esto se suma la carga emocional de volver a un trabajo que no le apasiona al empleado, dice Ricardo Ortega, director de Enterprises Consulting.

    «Es muy importante que una persona labore en un trabajo que sea de su agrado o acorde con sus expectativas; de lo contrario, siempre que regrese de vacaciones experimentará una mala experiencia», señala Carlos Medina.

    Para evitar que el síndrome posvacacional afecte a los colaboradores es recomendable planificar un reinicio de actividades. Incluso, los primeros dos o tres días de reintegración se deben considerar como una etapa de preingreso.

    «Se debe retomar el hilo del trabajo poco a poco, de una forma planificada sin causar estrés o llenar de tareas al trabajador», indica Medina. En los tres últimos días de vacaciones se recomienda retomar la rutina del horario de trabajo. Además de recordar por qué trabaja en ese lugar para que el retorno sea un gusto.

    Consejos al retornar
    La prevención.  El estrés no es catalogado como enfermedad, sin embargo es mejor asimilar la presión interna.

    No dejar tareas pendientes. Esto puede afectar a las vacaciones, pues constantemente estaría pensando en ello.

    Organizar el tiempo y dinero. Planear las vacaciones, para que no generen estrés y preocupación económica.

    Planificar el regreso. Si la persona viajó, hay que tratar de regresar un día antes de reintegrase a la jornada laboral.

    Reintegrarse progresivamente. Tomarse un tiempo para realizar las tareas importantes; no es recomendable hacer todo el primer día al reintegrarse.

    El especialista
    

    Arturo Castillo / Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes

    
    Síndrome posvacacional: su cura

    El ser humano pareciera irremediablemente condenado al malestar. No importa lo que haga o intente hacer, siempre hay algo que obstaculiza su camino hacia la plenitud.

    En realidad, dicho con franqueza, está habituado a inventar alguna razón para frustrarse, para autosabotearse, para declararse víctima de las circunstancias.

    Cuando está cerca de sus objetivos, sentimientos de impotencia y de incredulidad le hacen retroceder, detenerse. «¿En virtud de qué tendría yo que ser feliz, experimentar una verdadera alegría», pareciera decirse a sí mismo.

    No está contento o satisfecho mientras trabaja; el aburrimiento y los condicionamientos le persiguen cuando es tiempo de descansar. Le encanta lamentarse, en cambio es pésimo para resolver los problemas propios de la existencia.

    Vive en un estado de vitalidad mediocre, deplorando sus carencias, mientras deja de disfrutar lo que tiene, lo que ha conquistado. En consonancia con todo esto, el llamado síndrome posvacacional es capaz de impedir que perdure en el ánimo lo rico de las vacaciones, porque no está bien ‘malacostumbrarse’.

    Efectivamente, la culpabilidad es un sentimiento bastante difundido en la sociedad contemporánea, que exalta la laboriosidad. Entonces, vacacionar, ¿cómo así? El descanso nunca parece tener justificación. Pero es necesario poner todo esto en perspectiva: cuando el individuo vive su trabajo como una tortura cotidiana, las vacaciones constituyen un alivio momentáneo, una escapatoria, de modo que el retorno viene a ser una experiencia dolorosa; es volver a la misma cosa. Solo de pensarlo, duele la cabeza, revuelve el estómago, se agria el carácter.

    Piénsese en cambio en aquella persona que ama lo que hace. Quizás hasta se resista a tomar vacaciones; y cuando regresa de ellas, siente que está de vuelta a su esencia, al disfrute de su vocación.

    El síndrome posvacacional seguramente pega con fuerza a quienes han escindido su vida entre lo satisfactorio del trabajo y el martirio de tener que trabajar. Todo esto es sintomático del desen­canto con que los individuos afrontan su existencia, con un dualismo que confronta violentamente todo lo que hacen.

    LA FRASE:
    «El síndrome posvacacional es capaz de impedir  que perdure en el ánimo lo rico de las vacaciones…»