Etiqueta: balanceado

  • La nueva planta afianza su crecimiento

    Redacción Sierra Centro (I)

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    La empresa Bioalimentar camina con pasos firmes con su nueva planta industrial y tecnológica.

    La firma ambateña, fundada en 1967, es una de las más modernas en la fabricación de alimentos balanceados multiespecies instaladas en el Pacífico Sur. En la actualidad produce alimentos para 22 especies de animales.

    El proceso se inició en el 2014 y demoró cinco años en su construcción. Eso implicó una ingeniería especial de asepsia que no implique un riesgo de contaminación cruzada entre los alimentos dirigidos a cada especie.

    Edisson Garzón, presidente ejecutivo CO Bioalimentar, explica que en la nueva planta la inversión supera los USD 12 millones que le extendió a largo plazo la Corporación Financiera Nacional (CFN).

    “Estamos desarrollándonos en mercados como Centroamérica y explorando otros en Sudamérica para ingresar con productos de alto valor agregado. Para eso trabajamos en la investigación para la producción de nuevos productos e innovadores que saldrán el mercado”, indica Garzón.

    El empresario afirma que la inversión se hizo no solo con una visión del mercado local, sino para expandirse a escala internacional. “Logramos con la nueva planta industrial mejorar los procesos, invertir en tecnología que nos ayude a mejorar los productos para la nutrición de los animales”.

    Bioalimentar produce alrededor de 48 000 huevos por hora con la marca Bio .
    Bioalimentar produce alrededor de 48 000 huevos por hora con la marca Bio. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

    Allí se producen alimentos para las actividades pecuarias, avícolas, porcícola, acuacultura, equinocultura, piscicultura. A esto se suman sus líneas de mascotas (perros y gatos) y para especies menores.

    Garzón recuerda que en la primera planta la producción no superaba las 120 000 toneladas de alimentos balanceados al año, sin embargo ahora triplicó el número. La estrategia de la compañía siempre está en generar más valor nutricional con las tecnologías desarrolladas y que los productores tengan más ganancia en el menor tiempo posible. “Hemos diseñado la tecnología para que cada animal reciba una nutrición que garantice la calidad y lo sano de la carne, es decir, cada gramo el animal lo convierte en carne”.

    Aseguró que la planta cumple con todos los estándares para producir alimentos de calidad con las normas ISO 22000:2005, GlobalGap CFM1 en el 2013 y otras. “Los alimentos que se producen en este campus industrial son sanos, para producciones sanas”.

    Hace 10 años, la empresa Sur­Avimentos Productos Agropecuarios distribuye productos de la empresa Bioalimentar en Loja. Está integrada por médicos veterinarios. Los pedidos crecieron de 350 a 4 000 quintales de balanceados y alimentos dirigidos al sector avícola, porcino, pecuario… mensuales. A eso se suma la línea de las mascotas. Este año proyecta un crecimiento del 20%.

    Marco Torres, gerente, dice que el prestigio de la marca, la calidad del producto y la bioseguridad lograron posicionar la marca. Este negocio familiar creció y creó nuevas fuentes de empleo para el asesoramiento técnico en las granjeros. “Hay rentabilidad para los granjeros”.

    La firma Bioalimentar cuenta con una gran bodega para comercialización de sus productos.
    La firma Bioalimentar cuenta con una gran bodega para comercialización de sus productos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Byron Villacís: ‘El crecimiento no está balanceado’

    Carolina Enriquez

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    El exdirector del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) explica que la cifra negativa de inflación anual es un grave síntoma de la situación económica. Considera que es necesaria una reactivación del consumo de los hogares a escala nacional.

    Ecuador registró una cifra de inflación anual de -0,20% a diciembre del 2017. ¿Cuál es su lectura sobre esto?

    Ya no se trata de una caída de solo un mes, de dos o de corto plazo. Al evidenciar que la inflación anual registró una cifra negativa, significa que la caída de precios a escala nacional es sostenida, lo suficiente como para atreverse a decir que estamos iniciando un proceso de deflación.

    ¿Ya estamos en deflación?
    Es un poco subjetivo llegar a esa conclusión porque el Fondo Monetario Internacional (FMI) dice que deben haber dos semestres consecutivos con cifras negativas, otros dos trimestres, otros períodos de largo plazo. Mi percepción personal es que ya podemos decir que estamos en deflación porque el indicador anual es negativo.

    Ecuador es un país dolarizado, ¿cuál es el efecto de una deflación en este sistema?
    Este diagnóstico en dolarización es preocupante porque es un síntoma, una especie de alerta que dice que la economía se enfrió, que está en estancamiento. Si bien es cierto que hay datos con relación a un crecimiento del PIB (se proyecta un crecimiento del 1,5% en el 2017), el indicador de inflación va de la mano y nos muestra que la economía no se encuentra en buena salud.

    Es algo contradictorio.
    No. Lo que las cifras muestran es que el crecimiento de la economía no está balanceado en los diferentes sectores. Si en un país el PIB crece muy poco y los precios caen quiere decir que los componentes del PIB no tienen el mismo peso. El sector de la construcción, por ejemplo, no está bien; otros sí. La economía, en este caso, está siendo salvada por unos sectores y no por un comportamiento general.

    ¿Qué elementos se debe analizar para ver la situación de la economía de un país?
    Básicamente son tres. El primero es el crecimiento, que nos muestra que el país está haciéndolo muy poco. El segundo es el de precios, que nos dice que están en caída. Y el tercero es el de desempleo y subempleo, que nos muestra que las condiciones de trabajo se encuentran estancadas.

    ¿La economía no se está recuperando?
    El crecimiento que hay no es tan fuerte como para que la economía se recupere. La deflación tiene efectos muy negativos.

    ¿Cuáles?
    Cuando se tiene una caída de precios hay tres efectos. El primero es que las personas van a esperar que los costos bajen más. Por ejemplo, si un zapatero vendía un par siempre a USD 100 y luego un mes a 90, luego 80 y así, los consumidores se van a dar cuenta y van a esperar a que bajen más, dejando de consumir. Allí se produce el segundo efecto: como el zapatero no vende y necesita librarse del stock que tiene se da cuenta de que para tener dinero debe reducir su nómina y despide gente o deja de contratar, impactando los niveles de empleo. El tercer efecto es que sin dinero, no hay consumo y se contribuye más al círculo en el que la economía se contrae.

    Hay rubros, según muestra el INEC, que varias veces han influido en la inflación negativa. No están relacionados a productos de consumo básico o diario. ¿Qué tan fuerte es su peso en los resultados registrados el año pasado?
    Durante el 2017 ha llamado la atención, al menos dos veces, que las entradas para eventos deportivos aparezcan como uno de los productos que más impacta en la caída de la inflación. Me preocupa porque, si bien es cierto, una parte de la población consume ese producto, no es una cantidad significativa. Esto genera mucha inestabilidad en el índice de precios, está sesgando el resultado final. A veces crece mucho, a veces baja mucho e impacta el resultado.

    ¿Si no se tomara en cuenta las entradas a eventos deportivos podría variar el dato de inflación anual?
    Si no se le hubiera incluido en diciembre la deflación sería mayor. Esa conclusión es bien grave. Sería comprensible si fuera otro rubro como gasolina o pan. Pero no es posible que impacte tanto un producto como las entradas a eventos deportivos.

    Las cifras del INEC a diciembre también muestran que rubros como el de restaurantes y hoteles impactan fuertemente en una cifra negativa. Llama esto la atención porque son servicios sumamente activos a fines de año.

    Hay establecimientos que pudieron bajar precios o hacer promociones en temporada. No debería bajar tanto y el hecho de que sea la categoría que más impactó en la inflación negativa muestra que es un sector estancado. Es un ejemplo de cómo la economía está enfriada. No hay incentivos suficientes para que haya un nivel de consumo adecuado.

    ¿Cual es la idea para evitar que la deflación sea mayor?
    Lo primero es tener un programa económico explícito que enfrente este problema. Lo que es urgente es que se reactive el consumo de los hogares. Mi posición personal es intermedia, creo que sí se puede reasignar el presupuesto del Estado para que se gaste mejor. Hay rubros en los que se está gastando inútilmente.

    ¿Qué ajustes deben hacerse?

    Hay ciertos proyectos de inversión que no son necesariamente urgentes. Si es que se los reasigna y se reubica el dinero en áreas para promover el consumo hay probabilidades altas de lograr este objetivo. Por ejemplo, si se invierte más en el sector de educación los estudiantes y los padres consumen más. También es importante reactivar la vivienda con más asignaciones de capital para impulsar el consumo y el incremento de los precios.

    ¿Qué pasa en la parte social?

    El principal afectado de una deflación y estancamiento de la economía es aquel que pierde su empleo. Entonces, el Estado debe enfocarse también en los sistemas de protección social. Debe haber vías para que la gente halle trabajos estables o se mejore el mecanismo de seguro de desempleo.

    ¿Cual es el papel del ciudadano común en la coyuntura?
    Debe ser más inteligente en saber cómo gastar. Como es probable que el empleo no se recupere los gastos deben ser más planificados. Por ejemplo, se debe comprar en volumen o adquirir artículos en base a la estacionalidad porque son más baratos. En la parte de trabajo la situación es complicada. El ecuatoriano enfrenta el subempleo. Si la persona está en esa condición está desprotegida y necesita el apoyo del sector productivo y del Estado. Ahora Ecuador está como dormido.

    Hoja de vida

    Formación. Es economista de la Universidad San Francisco de Quito y tiene una maestría en economía en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Estudió política y gobernabilidad en un programa conjunto entre la Universidad Católica y la Universidad George Washington. También estudió métodos cuantitativos en la Universidad de Michiga. Actualmente, estudia un PhD en Berkely.

    Experiencia. Ha sido catedrático en diferentes universidades del país y ahora es instructor graduado en Berkeley. Fue director del INEC por cinco años y medio; también fue presidente del Comité Andino de Estadísticas. Ha desarrollado diferentes trabajos de investigación en el sector privado desde que tenía 22 años.

    Byron Villacís es el exdirector del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) . Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Byron Villacís es el exdirector del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) . Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • El balanceado depende del precio del maíz

    Washington Paspuel  (I) redaccion@revistalideres.ec

    Al año se producen 2,3 millones de toneladas del alimento. El maíz ocupa el 50% del componente del producto.

    La producción nacional de balanceado está anclada a los vaivenes del precio del maíz, el principal insumo en la composición del alimento animal.

    El maíz representa hasta el 50% de la producción de un quintal de balanceado, por ello la industria que elabora el alimento espera que el precio oficial del grano, ubicado a la fecha en USD 15,9 el quintal, no sufra cambios al alza que pudieran restar competitividad con los países vecinos.

    El maíz cosechado en el país y destinado para la industria del balanceado lo absorben principalmente tres grupos, la Asociación de Fabricantes de Alimentos Balanceados para Animales (Afaba), con el 34%; la firma Pronaca, con el 30%, y la Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal), con el 28%.

    El director ejecutivo de Aprobal, Jorge Josse, precisa que actualmente, debido a un menor precio del maíz en Colombia y Perú, desde estos países ingresan por las respectivas fronteras cerdos y aves cuya carne compite con ventajas con la producción local. El dirigente explica que al precio oficial del maíz hay que sumarle alrededor de 60 centavos por transporte, y otro porcentaje que resulta de promediar el costo durante los meses que no hay cosecha.

    Pese a los controles, durante estos meses sin cosecha, el saco de maíz llega a los USD 20. “Así, en la práctica, el promedio anual del precio del maíz en Ecuador está entre 17 y 18 dólares el quintal, cuando en Colombia y Perú está entre 11 y 12”.

    Aunque la brecha entre la producción de maíz y la importación se ha reducido progresivamente, el país todavía compra un porcentaje del grano en el exterior. Según el Ministerio de Agricultura y Ganadería (Magap), en el 2014 se importaron 33 000 toneladas.

    El año pasado se produjeron 1,2 millones de toneladas de maíz. El pasado 10 de abril, durante una rueda de negocios en Guayaquil, la subsecretaria de Comercialización del Magap, Carol Chehab, auguró que el país podría alcanzar la autosuficiencia de maíz este 2015. Entre los 26 industriales que participaron en esa cita estuvo Pronaca. Su director de Relaciones Institucionales, Andrés Pérez, consideró allí que la industria todavía tiene un déficit de entre 100 000 y 150 000 toneladas de maíz.

    Según Aprobal, gremio que agrupa a 11 fábricas, el compromiso alcanzado hace cuatro años entre el Magap y el sector de la cadena del maíz para reducir progresivamente el precio del grano a la par del incremento del rendimiento de las cosechas no se ha cumplido.

    El precio del grano se mantiene igual desde el 2014. Pero Josse, director de Aprobal, considera que el precio oficial debería ubicarse en el rango de los USD 12, porque el rendimiento ha subido debido en gran medida al uso de semillas mejoradas. “Si el precio sigue alto se encarece el valor de la proteína animal”.

    El precio del quintal de balanceado de 40 kilos ronda entre los USD 24 y 25, dependiendo del fabricante y las características del producto. “Es un mercado muy competitivo, porque hay una gran competencia por la venta del alimento”, agrega el representante de Aprobal.

    Jacinto Alvear, gerente de Planta de la firma Molinos Champion, fabricante de balanceado y productor de carne porcina, reitera que el mercado en este sector es muy competitivo, de allí que alteraciones en el precio del maíz afectan a la industria. “Desde el punto de vista del costo, dejar de importar genera una dificultad para la industria, porque el país puede perder competitividad. La tarea del Gobierno es de hacer de árbitro entre el productor maicero y el comprador del grano, y la industria del balanceado”.

    Molinos Champion, cuya planta se ubica en el norte de Guayaquil tiene 53 años en el mercado, cuenta con compañías subsidiarias que producen carne de cerdo. Actualmente, la firma elabora 120 toneladas métricas de balanceado al año, para alimento de cerdos, aves, ganado, camarón, y mascotas. Marcelo Sola, subgerente de Operaciones de esta empresa, considera que para mantenerse en el mercado de la industria se debe procurar una constante mejora en tecnología y procesos productivos.

    En la planta de la empresa Molinos Champion, ubicada en el norte de Guayaquil, se produce balanceado para aves, ganado, cerdos y para alimento de camarón. Foto: Gabriel Proaño/ LÍDERES
    En la planta de la empresa Molinos Champion, ubicada en el norte de Guayaquil, se produce balanceado para aves, ganado, cerdos y para alimento de camarón. Foto: Gabriel Proaño/ LÍDERES
  • Liris crece con el balanceado

    Andreína Laines. Redacción Guayaquil

    En 14 silos gigantes se almacenan más de 7 000 toneladas de materia prima, para la elaboración de balanceado en la planta de Liris, en Durán (Guayas). El proceso de producción es minuciosamente controlado por el personal técnico, que verifica cada paso hasta que se obtiene el producto final: balanceado.

    Alimentos Balanceados Liris es una firma que se dedica hace 27 años a la elaboración de balanceado, para la industria avícola, acuícola, ganadera y porcina.

    Al mes, esta empresa produce 6 000 toneladas de alimento para animales; al menos, el 50% de esta producción es destinada para la alimentación de la línea de crianza de pollos que también tiene Liris, a la que se suma la producción de camarón y, en el último año, de cerdos.

    Con el objetivo de ampliar su mercado, Liris apostó hace unos 10 años por tener su propia marca de pollos. Así surgió Pollo Pechugón; la cría de estos animales se realiza con un Sistema de Ambiente Controlado en granjas y galpones ubicados en Pasaje (El Oro); ­Daule, Bucay y Guayaquil (Guayas).

    Diariamente se sacrifican en promedio 20 000 pollos en esas granjas. En el 2013, se criaron 7 millones de aves.

    Hace unos cuatro años, Liris invirtió en la construcción de un camal en el que se faenan con cortes uruguayos y europeos, unas 150 reses al día.

    En el 2000, Liris decidió invertir en una cadena de carnisariatos al que denominaron Delportal y en la que ofertan su producción. Su primer local fue en pequeño espacio en el sur de Guayaquil, posteriormente se hicieron ampliaciones. Actualmente, Delportal tiene cinco locales en diferentes puntos del Puerto Principal, cada una de estas tiendas de carnes representaron una inversión de USD 1,2 millones, que se han ido ejecutando paulatinamente.

    Antonio Saab, presidente de Liris, sostiene que el éxito de su empresa se sustenta en incursionar en varias aristas de este negocio. Y recalca que se debe experimentar antes de invertir. «Es importante conocer el mercado, ir conociendo, experimentando y aprendiendo», comenta este emprendedor guayaquileño. Saab administra esta empresa familiar, junto con dos hermanos y sus hijos.

    Hace 15 años, Liris contaba con 60 colaboradores, hoy tiene 650. Uno de ellos es Julio Mosquera, quien labora en esta empresa hace una década. Él ha visto crecer la empresa en todas sus áreas y destaca la infraestructura con la que esta cuenta. Saab comenta que apostar por tecnología en las granjas es una de las principales inversiones que se han hecho.

    Por ejemplo, estas granjas reemplazaron el sistema tradicional de crianza de pollos, por una con bebederos, luces, cortinas automatizadas. Esta inversión representó, un promedio de USD 13 por cada ave, y reduce en un 8% la mortalidad. Esta empresa, crece en promedio, un 13%. El año pasado Liris facturó USD 63 millones, la cifra en el 2012 fue de USD 58 millones.

    El proceso.

    • Materia prima. Para elaborar balanceado se utiliza maíz, soya, y diferentes vitaminas y minerales.
    • Otras ­actividades. Liris cría unos 7 millones de pollos al año. Al menos el 50% de su producción de balanceados se destina para el consumo interno.