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  • Un laboratorio para la innovación bancaria

    Redacción Quito

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    La banca ecuatoriana avanza en materia de innovación y transformación digital, desde hace algunos años, especialmente buscando llevar sus servicios hacia el público más joven: los milenials.

    Para impulsar la competitividad e inclusión en el sector financiero, la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca) creó un nuevo departamento, denominado FinnoLab, al que catalogan como el laboratorio de innovación de la Asobanca.

    Andrea Pinto, directora de competitividad e innovación del gremio, detalla que uno de los ejes de FinnoLab será la innovación transversal, con la cual se promoverá la colaboración entre los diferentes actores de la banca, incluidos los proveedores tecnológicos, para cerrar brechas y ser más competitivos.

    Julio José Prado, presidente de la Asobanca, señala que el objetivo es hallar soluciones a problemas comunes de la banca y sus usuarios. Estas soluciones podrían materializarse en productos que sean lanzados al mercado entre varias entidades financieras.

    El desarrollo de talleres dirigidos a entidades y usuarios es una de las formas en las que la Asobanca impulsará espacios de colaboración entre los actores del sector financiero.
    La semana pasada tuvieron lugar dos talleres. Uno estuvo dirigido a público en general y otro a los bancos.

    Ambos contaron con la participación de Alex Grots, consultor europeo experto en Design Thinking, una metodología para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios. Grots ha aplicado esta metodología en corporaciones, como Telefónica.

    Para el próximo 19 de julio está previsto un segundo taller, acerca de los futuros escenarios de la banca en el Ecuador.

    Otro de los campos de trabajo de FinnoLab será el programa Semana de Innovación, a través del cual brindarán apoyo de forma individual a los bancos en el desarrollo de una estrategia de innovación, que les permita impulsar proyectos.

    El programa prevén llevarlo a cabo durante los próximos seis meses.

    Para Juan Manuel Borrero, presidente del Directorio de Asobanca, uno de los resultados que esperaría de FinnoLab a mediano plazo es el contar con una metodología probada, que permita a los bancos avanzar en el camino hacia la innovación, reduciendo los
    ciclos de tiempo de desarrollo y lanzamientos de productos y servicios.

    “Creo que tenemos muchas oportunidades en adoptar nuevos modelos de negocios y tecnologías. No hemos visto aún tecnologías exponenciales aplicadas”, subraya Andrea Pinto, quien durante tres años trabajó temas de innovación con el Royal Bank en Inglaterra.

    El presidente de la Asobanca estima que con el apoyo de FinnoLab, a mediano plazo los bancos puedan crear departamentos de innovación y que para finales de este año tengan una estrategia de innovación definida. Adelanta que uno de los proyectos más importantes a desarrollar es un ecosistema de pagos digitales, que permita utilizar menos dinero en efectivo. “Queremos ir aprendiendo en el camino y que los bancos vayan creando junto a los usuarios”.

    Carolina Landín y Andrea Pinto, representantes de FinnoLab, junto a Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador. Foto:  Patricio Terán /LÍDERES
    Carolina Landín y Andrea Pinto, representantes de FinnoLab, junto a Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador.
    Foto: Patricio Terán /LÍDERES
  • ‘La tecnología facilitó la inclusión bancaria indígena’, dice Fernando Peña

    Redacción Quito

    La inclusión financiera de los sectores más pobres es un tema que se analiza en la región con detenimiento. Fernando Peña, presidente ejecutivo del Grupo Financiero Banrural, con sede en Guatemala, estuvo este mes en Ecuador para participar en un encuentro de bancos centrales de la región; allí compartió cómo esta entidad incluyó a la población indígena.

    En ese proceso destaca el uso de la tecnología y la responsabilidad de las mujeres campesinas. Con esas estrategias se registró un notable crecimiento en número de clientes y de agencias. En la actualidad, la entidad tiene una cartera de crédito cercana a los USD 4 000 millones.

    ¿Por qué Banrural empezó el programa de inclusión financiera del sector indígena de Guatemala?

    Banrural tiene 15 años en el mercado. Antes de iniciar sus operaciones elaboró un diagnóstico para conocer la manera en la que la población guatemalteca (entonces de alrededor de 10 millones de habitantes), era atendida por el sector financiero. Es decir analizamos los guatemaltecos accedían o no a agencias o a distintos servicios bancarios en general.

    ¿Qué se detectó entonces con el diagnóstico efectuado?

    Guatemala vivió 30 años de guerra civil y el indígena tenía mucho temor de acercarse a las agencias bancarias, porque veía personal armado y se alejaba. Además, la gente tenía miedo de ir al banco, porque no se le hablaba en su idioma. Guatemala tiene 21 idiomas mayas y los bancos solo se dirigían a sus clientes en español. También advertimos que se contrajo el número de agencias bancarias en zonas rurales, por la guerra civil y por la situación económica afectada en 1997 por la contracción de los precios del café. Así empezamos a entender cómo pensaba la gente; entonces nos reunimos con organizaciones mayas, organizaciones no gubernamentales, cooperativas… y empezamos a generar productos que se adaptaran a la gente. Por ejemplo, edificamos las agencias de Banrural de acuerdo con el gusto de la gente, mucho más sencillas, más adaptadas a sus realidades.

    ¿Al generar productos pensados en los campesinos qué ocurrió? ¿Cuántas agencias tenían entonces y cuántas tiene Banrural en la actualidad?

    Empezamos con 37 agencias y hoy tenemos 952. Lo que la gente quería era ser atendida en su lugar de trabajo, los analfabetos se empezaron a sentir cómodos en los bancos. Hace siete años implementamos el uso de la huella dactilar digitalizada como documento, así el usuario presentaba su cédula y tomábamos su huella. La gente no firmaba y se sentía cómoda al cumplir sus trámites en nuestras oficinas. Fue una innovación tecnológica clave en la entidad. Se demostró que a pesar de que en Guatemala teníamos un 60% de personas analfabetas se ha logrado penetrar a través de la tecnología.

    ¿Este sistema que adoptaron fue determinante para el crecimiento de Banrural?

    Sí. Hace siete años teníamos 1,8 millones de cuentahabientes; hoy son 5,6 millones. Fue fundamental facilitar el uso de la tecnología a la gente, adecuarla, adaptarla a su pensamiento.

    Usted señala que se enfocaron en un segmento que no era atendido por la banca. ¿Cómo se encuentra segmentada hoy en día la población en Guatemala?

    La capital, Ciudad de Guatemala, tiene alrededor de tres millones de personas y los más de 15 millones se habitantes se reparten en 22 departamentos. Del 100% de la población, el 60% es de origen indígena y el 40% restante es mestizo. El 33% habla 12 idiomas, el resto solo uno. Estos datos sobre la población del país nos hacen ver que la gente del área rural de Guatemala no se encuentra cubierta por los servicios de la banca tradicional.

    ¿Cómo replicar la experiencia en otros países de la región, como Ecuador, Perú o Bolivia que también tienen un importante porcentaje de población indígena?

    Es un reto generar servicios para el sector indígena en Guatemala y en toda la región. Hay que invertir para recuperar esa inversión. Muchas veces la banca lo que hace es invertir y trata de recuperar inmediatamente. Lo correcto es generar un proceso, por eso somos el banco más rentable de Centroamérica. En Banrural nos apoyamos en 5,6 millones de clientes de la escala media y media baja, que no eran sujetos de crédito de la banca tradicional. Con el paso del tiempo nuestros clientes recibían créditos con tasas de hasta el 10% mensual; hoy, es una tasa del 12% anual. Entonces, facilitamos el servicio y también influimos en el precio el dinero. Nos dimos cuenta que la gente trabajaba para pagar la deuda, y no ahorraba, no tenía capacidad de ahorro. Todo eso nos permitió acercarnos más a la gente.

    Entonces, la tecnología fue clave. ¿Hubo otros factores que apuntalaron los servicios de Banrural?

    Mucho del éxito de Banrural es que del 100% de ahorristas, las mujeres representan el 54%. Otro dato es que el 58% de quienes solicitan crédito son mujeres. El éxito fue tomar en cuenta el pensamiento de las mujeres que, con todo respeto, son más disciplinadas que los hombres. Las campesinas se convirtieron en microempresarias, dejaron el campo e incursionaron en actividades productivas.

    ¿Qué actividades son las que más se financian en Banrural?

    Tenemos créditos desde USD 25. Este se dirige a la gente que no ha sido atendida por la banca tradicional y que necesita financiamiento para micronegocios. Por ejemplo, ese capital sirve para que las mujeres compren molinos de maíz y para elaborar tortillas. Luego pasamos a actividades asociativas de mujeres que cultivan arveja o brócoli, por ejemplo. También hay crédito corporativo para empresas medianas y grandes, pero el préstamo promedio de Banrural es de USD 3 000, en la actualidad.

    Luego de aplicar estas estrategias, ¿qué dicen los indicadores financieros?

    El índice de morosidad no supera el 1% de casi USD 4 000 millones en cartera de créditos. Eso nos indica que la gente que no era atendida por la banca tradicional es la más cumplidora.

    Con lo que cuenta se nota una similitud entre Banrural y lo que practican Muhammad Yunus y el Grameen Bank…

    De hecho, tenemos una alianza con el Grameen Bank desde el 2007 y una octava parte de nuestra cartera se trabaja con la metodología de la entidad fundada por Yunus.

    ACERCA DE FERNANDO PEÑA

    La economía agrícola y la educación son sus fuertes

    • Su formación. Ingeniero agrónomo con una maestría en economía agrícola rural.
    • Experiencia. Fue Director de la Asociación Latinoamérica de Instituciones Financieras para el Desarrollo.
    • Cátedra. Fue profesor rural y cumplió labores de alfabetización. Dio clases en la U. San Carlos de Guatemala.

  • Los clientes se pronuncian sobre la reputación bancaria

    Redacción Quito

    ¿Cuántas veces como cliente usted quiso cambiarse de banco por la prestación de algún mal servicio? ¿Y cuántas veces usted expresó hacia sí mismo o hacia afuera palabras irreplicables? Muchas veces eso queda ahí, como una simple molestia que se evapora en pocos minutos. Pero en otras ocasiones es tal el enojo que inmediatamente la denuncia llega al órgano regulador: la Superintendencia de Bancos.

    Sin embargo, no hay una cuantificación milimétrica de cuál es la percepción del cliente hacia su banco. Por ello, la firma española Merco realizó el estudio ‘Marcas financieras Ecuador 2012’, en donde 1 688 encuestados contestaron un cuestionario, a escala nacional, acerca de la entidad de la cual es cliente y de otra más que ellos mismos eligieran.

    La entrevista, de 15 minutos de duración, se realizó vía telefónica, en mayo del año pasado. Las variables analizadas dentro del cuestionaro se dividieron en tres. La primera respecto a los valores funcionales de la institución; es decir, la calidad en la atención al cliente, la confianza y la percepción de solvencia.

    La segunda se refirió a los valores sociales: comportamiento ético, reciprocidad, apoyo a las causas sociales, sensibilidad ecológica, entre otros. Y, finalmente, la tercera sobre los valores emocionales, aquellos que reflejan el conocimiento, comunicación y simpatía con el cliente.

    ¿Cuáles fueron los resultados? Según el director de Merco Ecuador, Luis Pástor, por un lado, conocer qué imagen están proyectando los bancos, mutualistas y cooperativas hacia sus clientes. Y, por otro, conocer qué falta por mejorar.

    En el primer aspecto, Pástor explica que a escala mundial las instituciones financieras están tratando de mejorar su relación con los clientes, mucho más después de las crisis financieras vividas, en el Ecuador en 1999, y en el mundo en el 2008. “Hoy (las instituciones) están tratando de construir una imagen más simétrica. Están preocupadas de generar una relación más armónica. Incluso la legislación acompaña ese proceso”.

    Pero quizás, el fondo más importante es evaluar lo que cada una de las entidades debe trabajar para fortalecer ese vínculo. Y por eso la firma Merco entregó un detalle de la evaluación realizada.

    De manera general, Pástor señala que los bancos, mutualistas y cooperativas deben trabajar más en generar simpatía en los clientes. “Algunos clientes dicen ‘yo doy mi dinero, pero cuando tengo que pedir algo son demasiados requisitos’. Las personas se quejan de que la institución no se pone en su lugar”.

    El ejecutivo añade que, precisamente, eso es parte del trabajo que hacen, ya que los clientes muchas veces no conocen todas las regulaciones que las instituciones deben cumplir y que no es su intención entorpecer los procesos.

    “El cliente no siempre comprende que hay que cumplir con las regulaciones”.

    Detalles del ranking

    • El proceso.  Mantiene el cuestionario y las variables que se vienen utilizando desde el 2003 en España. Las variables se obtuvieron a través de un estudio cualitativo y del trabajo de expertos.
    • El entrevistado.  Valoró a las entidades financieras de las que es cliente como aquellas que, aun no siéndolo, considera que sí tiene opinión fundada.
    • La calificación.  Se cuantifica sobre los 1 000 puntos. A mayor puntaje, mejor percepción de los clientes sobre el trabajo realizado por la institución.
    • La reputación.  Es la identificación racional y emocional del cliente con la marca, y le da una experiencia positiva.