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  • Cristian Quijada: ‘Cada ciudad tiene su propia fortaleza’

    Pedro Maldonado

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    Cristian Quijada, especialista en temas de desarrollo del Banco Mundial analiza cómo las ciudades se convierten en polos de desarrollo, atraen inversiones y mejoran su competitividad. Asegura que la actitud de los habitantes y de las empresas es determinante.

    ¿Qué características debe tener una ciudad para ser competitiva?
    El Banco Mundial elaboró en el año 2015 el estudio ‘Ciudades competitivas para empleos y crecimiento’ con el interés de saber la experiencia de ciudades en términos de desempeño económico, con tres variables: crecimiento del PIB per cápita, la generación de empleo y la productividad a nivel ciudad. Allí se encontró que hay un grupo de urbes que ha tenido un desempeño muy por encima de la media y lo curioso es que no son las grandes capitales, sino ciudades que a priori pensábamos que no deberían tener un elevado desempeño.

    ¿Por ejemplo?
    Una es Gaziantep, está en Turquía, ubicada en la mitad del país, sin puertos, en una zona muy árida, sin lo que uno pensaría que son condiciones ideales para un alto desempeño. Al ver esto, nos preguntamos qué hicieron estas ciudades y se estudió más a fondo urbes específicas en África, Europa central, China, India, América Latina. Otro dato interesante del estudio es que el buen desempeño económico de las ciudades más competitivas fue por cinco o más años. En la región una de las ciudades que destaca es Bucaramanga, en Colombia.

    ¿Cómo entender o interpretar esos resultados?
    Significa que sí hay espacio para que actores locales incidan en la competitividad de las ciudades. Parte del éxito se debió a acciones de actores locales, a políticas regionales que sí incidieron en el desempeño de la ciudad. Mucho depende de lo macro, pero también hay espacio donde actores locales actúan e inciden. Además, vimos que hubo colaboración y diálogo entre actores, no fue algo independiente, sino una colaboración, a veces de manera formal, otras veces más informal. Se trata de un diálogo público-privado-académico y el éxito viene de esa colaboración.

    ¿Uno de esos tres actores que menciona tiene mayor peso o más protagonismo?
    Eso fue también sorpresivo. La iniciativa y el liderazgo en muchos casos no viene del sector público. Uno de los mensajes del estudio es que se necesita liderazgo, pero este puede venir de cualquier actor, no es necesario que el sector público lidere estas iniciativas. Los problemas que se tienen hoy en las ciudades son demasiado complejos, entonces la responsabilidad para solucionarlos, de generar ideas e implementarlas no puede ser tarea de un solo actor. Eso tal vez ocurría en el pasado, pero ahora los problemas necesitan esa multidisciplinariedad de ideas, pensamiento y opiniones.

    ¿En estas ciudades de alto desempeño económico también surgen ciudadanos y empresas competitivas?
    La competitividad parte de los ciudadanos y de las empresas, una ciudad crece por la manera de las personas de ver los problemas y solucionarlos. Hablamos incluso de grupos reducidos que toman el liderazgo y deciden hacer las cosas de una manera diferente, no hablamos de miles de personas, sino de decenas que se juntaron para solucionar problemas. Los ciudadanos y las empresas, con sus trabajadores, son los que logran los cambios.

    ¿Cómo se integran a esta dinámica los emprendedores?
    La creación de empleo es una variable clave para decir que una ciudad es competitiva o no. No solo es incrementar el producto interno bruto de una ciudad. La preocupación es crear trabajo, empleo de calidad en tiempos complicados. Ese empleo se crea con las empresas que ya están en el mercado, atrayendo empresas de otras regiones o de otros países o estimulando la formación de nuevas empresas, con ‘start ups’, por ejemplo.

    ¿Una urbe competitiva puede impulsar que otras ciudades actúen igual y que el país en conjunto mejore su competitividad?

    Claro. Dar cierto espacio para innovar, con nuevas políticas permite una mejor gestión pública. Lo importante es probar políticas e iniciativas y si funcionan muy bien se las puede escalar a un nivel nacional.

    ¿Existen regiones donde esto ya ocurre?
    En China ha habido mucha descentralización con la intención de que cada región pruebe e innove. Lo mismo pasa en EE.UU. con la descentralización a escala de estados y condados.

    ¿Entonces para que las ciudades avancen se necesitan regulaciones flexibles o se requiere un determinado control estatal?
    Hay un rol de acompañamiento del Estado para ver cómo le va a las ciudades, con apoyo financiero y no financiero para implementar proyectos pilotos. Lo importante es acompañar, evaluar y saber bien si la intervención tuvo el efecto deseado y luego decir si se puede escalar o no. Es importante que el Estado fomente innovación en las ciudades.

    ¿Qué pasa cuando se presentan reformas legales, en temas tributarios o laborales, por ejemplo?

    Estas son medidas para todo un país, pero impactan de diferente manera en las ciudades y pueden afectar su competitividad.
    Por eso la competitividad no depende solo de las ciudades y por eso el ambiente macro es muy importante y no se puede dejar de lado por el impacto que tiene en ciudadanos y empresas. Lo macro y lo micro se deben combinar.

    ¿Qué puede esperar una ciudad muy competitiva? ¿Mayor inversión, más empleos, más innovación…?
    Una ciudad más competitiva puede atraer más y mejores inversiones. Al ser competitiva está más coordinada y actúa de manera más estratégica. No olvidemos que no todo financiamiento extranjero es igual, hay distintos impactos de la inversión extranjera en la ciudades. Otro efecto de la competitividad es que se da un crecimiento más orgánico. Mucho de lo que se hace en las ciudades de la región es tratar de fomentar la innovación y las ‘start ups’. Eso está bien, pero cada ciudad tiene sus fortalezas y es necesario explotar esos puntos fuertes. Esto implica seguir haciendo lo que se hace, pero mejorándolo, especializándose.

    Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • Banco Mundial alerta del aumento del desempleo en Latinoamérica en próximos meses

    Agencia EFE

    El economista jefe del Banco Mundial, Augusto de la Torre, advierte de que la desaceleración del crecimiento en América Latina se está «filtrando» al mercado laboral, con un aumento del desempleo sobre todo en los países que exportan materias primas.

    En una entrevista con EFE, De la Torre afirma que el proceso de bajo crecimiento de Latinoamérica es «más pronunciado del esperado» y alerta de que los salarios han empezado a caer y los índices de desempleo a subir en países como Brasil.

    En este sentido, afirma que el fenómeno que va a aparecer en los siguientes meses será el impacto rezagado que la desaceleración económica ha tenido sobre los mercados laborales, un tema de preocupación que centrará el debate en la próxima reunión anual entre el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial de octubre en Lima (Perú).

    «El futuro de Latinoamérica no se ve marcado por una crisis financiera sino por un bajo crecimiento y unos mercados laborales más débiles», insiste, tras evitar cuantificar la pérdida de empleos que conllevará este menor crecimiento en la región.

    El economista Jefe del Banco Mundial señala que es difícil anticipar el impacto cuantitativo en el empleo porque a las crisis anteriores se le unían crisis financieras, y en esta ocasión no se ha producido.

    Al respecto, añade que Latinoamérica es ahora «menos vulnerable» a los riesgos financieros y cuenta con un sistema bancario más solido. De la Torre recuerda que los últimos pronósticos del Banco Mundial sobre crecimiento medio en la región se sitúan entre el 2% y el 2,5%, y advierte de que la expansión de la economía latinoamericana ha ido siempre ligada a factores externos favorables, como el crecimiento de China, de EEUU o los precios del petróleo.

    «Una gran lección que ha dejado la bonanza de los últimos años es que se creó un espejismo y se llegó a pensar que el crecimiento iba a ser un fenómeno permanente», lamenta. Para alcanzar tasas de crecimiento más altas, el responsable del Banco Mundial aboga porque los gobiernos eviten tentaciones fiscales expansivas y populistas y prioricen políticas para tener una inflación baja y estable.

    Además, ve necesario inversión en capital humano y en el conocimiento, así como en la calidad de la educación. En su opinión, otro punto clave es una mayor atención a la inversión en infraestructuras, donde la mayor parte de los países tienen un gran «déficit».

    «América Latina tiene un retraso en inversiones en infraestructuras y no ha montado una ola de modernización vigorosa, que debería ser parecida a la que montó España en los años 80», incide. Así, resalta la experiencia de España en esta materia y el «importante papel» que juegan sus inversiones en Latinoamérica.

    Asimismo, indica la importancia de que cambie el marco regulatorio en la región para fomentar las alianzas público privadas y dar una mayor entrada a capital extranjero en estos ámbitos.

    De la Torre presentará el martes (9 de junio)  en la Casa de América los últimos informes del Banco Mundial sobre América Latina y el ascenso de los países del sur. Este documento revela que las exportaciones de Latinoamérica se sitúan al inicio de la cadena de valor, por lo que sus economías están más expuestas a la demanda y requieren ajustes estructurales para no verse afectadas por la caída de los precios de las materias primas.

    De la Torre destaca la diferencia de la cadena exportadora de los países asiáticos con la de Latinoamérica, donde no se logra una red de «valor añadido» ni de especialización que le haría ganar en competitividad y eficacia. 

    El jefe del Banco Mundial, Augusto de la Torre, advierte que la expansión de la economía latinoamericana ha ido siempre ligada a factores externos favorables, como el crecimiento de China, de EE.UU. o los precios del petróleo. Foto: Archivo/El Comercio
    El jefe del Banco Mundial, Augusto de la Torre, advierte que la expansión de la economía latinoamericana ha ido siempre ligada a factores externos favorables, como el crecimiento de China, de EE.UU. o los precios del petróleo. Foto: Archivo/El Comercio
  • El BM propone reformas a Latinoamérica para diversificar su modelo comercial

    Agencia EFE

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    El Banco Mundial (BM) propuso el martes (19 de mayo) en Lima a los países latinoamericanos una serie de reformas para diversificar el modelo comercial e impulsar el crecimiento de la economía de la región.

    El estudio ‘América Latina y el ascenso del sur. Nuevas prioridades en un mundo cambiante’ está elaborado por la oficina del economista jefe del BM para Latinoamérica, Augusto De la Torre, y ofrece pautas para elaborar políticas de carácter comercial que permitan a los países no depender de las exportaciones de materias primas.

    Entre las propuestas del BM está mejorar el capital humano de la región mediante la capacitación y la formalización de sus trabajadores, además de fortalecer su capacidad tecnológica y el entorno de sus negocios.

    También recomendó flexibilidad económica y de capital para que los trabajadores se posicionen en sectores más productivos, aprender del comercio y de la inversión internacional para mejorar los procesos productivos y elevar las tasas de ahorro para contribuir a la diversificación comercial.

    Sin embargo, precisó que las exportaciones de América Latina se sitúan al inicio de la cadena de valor, por lo que sus economías están más expuestas a la demanda y requieren ajustes estructurales para no verse afectadas por la caída de los precios de la materias primas.

    «Es imperativo que la región vuelva a ser protagonista. (…) El comercio mundial y la recepción de inversiones extranjeras directas no son suficientes. Hay que hacer más», dijo De la Torre en un comunicado.

    Las conclusiones del reporte fueron posteriormente debatidas por el ministro peruano de Economía, Alonso Segura, el exministro chileno de Educación José Pablo Arellano y el exministro uruguayo de Economía y Finanzas Mario Bergara.

    Arellano defendió la integración comercial entre los países latinoamericanos, al argumentar que el comercio intrarregional se sitúa en el 27%, mientras que en el este asiático es del 50%. «Se trata de una cuestión de infraestructura, pero también de simplificar los sistemas públicos de aduanas y controles sanitarios que encarecen el comercio. Exportamos antes a países de otros continentes porque nos resulta más fácil y barato que hacerlo entre los países de América Latina», lamentó Arellano.

    El chileno también destacó la necesidad de fomentar el ahorro y la reinversión de beneficios en las empresas para fortalecerlas ante épocas de crisis. Por su parte, el exministro uruguayo Bergara también valoró una posible unión comercial latinoamericana, pero se mostró «bastante escéptico» a que se haga realidad mientras las grandes economías no tomen conciencia de su importancia y sus beneficios a largo plazo.

    Bergara abogó por invertir en el capital humano «para agregar valor a los recursos naturales y a los procesos productivos» y enfocar la recepción de inversiones a aquellas que traen «la técnica bajo el brazo» para que mejoren la productividad del país.

    El ministro peruano Segura destacó el esfuerzo de su Gobierno por diversificar las inversiones en otros sectores distintos a la minería, y anunció que las inversiones en infraestructura superarán por primera vez a las del sector minero el próximo año.

    «Necesitamos conectar el país aunque eso no genere crecimiento inmediato», pero ahorrará costes de transporte en las exportaciones a medio plazo, explicó Segura. El ministro recordó que la economía de la región latinoamericana creció 1,2 % en su producto interior bruto (PIB) el año pasado, y las previsiones de los organismos internacionales apuntan a un crecimiento menor al 1% para 2015.

    El debate de los funcionarios de Perú, Chile y Uruguay sobre el informe del BM se realizó como parte del programa ‘Rumbo a Lima’, un conjunto de actividades previas a las reuniones mundiales de las juntas de gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, que se realizará en octubre en Lima.

    El estudio fue elaborado por la oficina del economista jefe del BM para Latinoamérica, Augusto De la Torre. Foto: Archivo /El Comercio
    El estudio fue elaborado por la oficina del economista jefe del BM para Latinoamérica, Augusto De la Torre. Foto: Archivo /El Comercio
  • Ana María Oviedo: ‘El riesgo debe mirarse como una oportunidad para crecer’

    Xavier Basantes, Editor del Semanario LÍDERES

    El Banco Mundial (BM) tiene previsto presentar este 13 de marzo en Quito el Informe sobre el desarrollo mundial 2014: Riesgo y oportunidad (la administración del riesgo, como instrumento de desarrollo). La ecuatoriana Ana María Oviedo es coautora del estudio y, vía telefónica desde Washington, da a conocer algunas de las principales conclusiones.

    ¿Cuáles son las conclusiones más relevantes del informe sobre Riesgo y oportunidad del Banco Mundial?

    El mensaje más destacado es que la administración del riesgo puede ser un importante y poderoso instrumento de desarrollo. ¿Qué queremos decir? Que el riesgo está intrínsecamente ligado al proceso de desarrollo. No solamente el manejo de los riesgos negativos, como desastres naturales, crisis económicas u otros -como la enfermedad o el desempleo-, sino que el riesgo es necesario en el camino a la prosperidad. Es necesario tomar riesgos para crecer y desarrollarse. El riesgo no es algo que se deba suprimir o eliminar sino que se debe manejar, tanto en su lado negativo como positivo.

    ¿Cuál es el tipo de riesgo en el que pone su atención el BM, porque puede presentarse en la familia, en las empresas, en los gobiernos…?

    Este informe no se concentra en un tipo de riesgo específico. Lo que hacemos es tomarlo con una visión más abstracta. Es decir, tratamos de tomar en cuenta todos los riesgos a los que está expuesto el individuo, sobre todo en un país en desarrollo. Los individuos estamos expuestos a la enfermedad, el desempleo, el crimen y la violencia, hasta los riesgos de la naturaleza global, como el cambio climático. Entonces, miramos todos los instrumentos que necesitamos como individuos para conocer mejor los riesgos, para poder prevenir y luego determinar qué podemos hacer cuando sufrimos por ciertos eventos y qué instrumentos tenemos para poder superarlos.

    Desde esa perspectiva, ¿cuáles son los riesgos que más influyen en una sociedad, que pueden generar oportunidades y que sea un instrumento de desarrollo como plantea el BM?

    Lo que hemos mirado a través del tiempo y en todos los estudios que hemos realizado es que hay riesgos que paulatinamente han ido disminuyendo. Sobre todo, en los países en vías de desarrollo; por ejemplo, los riesgos ligados a la salud, en particular los de mortalidad infantil, en donde han habido muchos progresos. Esos riesgos que afectaban muchísimo a nuestros países han disminuido de manera significativa. Otro riesgo que ha disminuido bastante en los países en vías de desarrollo es el de crisis macroeconómica.

    ¿Por qué?

    Las mejores prácticas en el manejo macroeconómico de muchos países en vías de desarrollo les han permitido enfrentar de manera exitosa las crisis globales y es una tendencia interesante. Sin embargo, se están dando con más frecuencia crisis en los países desarrollados.

    ¿Qué pasa con los riesgos en la naturaleza, el crimen, la violencia…?

    Los desastres naturales son mucho más frecuentes hoy en día, de lo que eran dos o tres décadas atrás. En el crimen y la violencia hay mucha variación regional: en América Latina es una tendencia que, desgraciadamente, está en aumento. Este tema varía en función de donde uno se concentra, pero en el caso de la realidad latinoamericana podemos decir que el crimen y la violencia siguen siendo un problema; las crisis macroeconómicas ya no lo son tanto como eran antes. Obviamente, los riesgos idiosincráticos, como los ligados a la salud, el desempleo…, se siguen manifestando y son importantes.

    Si vemos a otros actores de un país, las empresas -por ejemplo-, ¿cuáles son sus riesgos en Latinoamérica?

    Para ellas hay dos tipos de riesgo: el uno tiene que ver con su crecimiento, es decir, los riesgos que las empresas pueden tomar para ser más competitivas, para crecer y desarrollarse, y ahí estamos hablando de lo que es innovación. Eso implica tomar grandes riesgos y lanzarse a lo desconocido, pero con alguna probabilidad de ser exitoso. Por otro lado, están los relacionados con la coyuntura económica, que en muchos casos las empresas no pueden controlar. En términos de lo que está pasando en América Latina, sabemos que el ambiente de negocios no es tan favorable justamente para la toma de ese riesgo positivo, del riesgo que lleva al crecimiento. Sabemos que los niveles de innovación son relativamente bajos, los niveles de informalidad son relativamente altos, y eso pone muchos obstáculos y barreras para que las empresas puedan aprovechar de ese riesgo positivo, para innovar y crecer.

    Si con base en este informe del BM se identifican escenarios de riesgo, ¿por qué los gobiernos no han tomado acciones para la mejor prevención?

    Hacemos análisis sobre cuáles son los obstáculos que enfrentan los individuos y los grupos de la sociedad; e identificamos varios. En general, hay situaciones comunes como la falta de recursos económicos para enfrentar a los riesgos de manera más eficaz; la falta de información adecuada; hay problemas de incentivos. Incluso hay problemas de comportamiento: es decir, ‘aunque yo sé que es algo bueno para mí hoy en día, quizás no lo hago, porque no soy capaz de medir el riesgo de manera precisa’.

    ¿Cómo se debiera procesar en Ecuador este nuevo informe del BM?

    Hay muchas lecciones de este informe que pueden ser muy útiles, para el caso del Ecuador. Por ejemplo, para el manejo de eventos idiosincráticos (salud, desempleo…), el país ha progresado de una manera significativa. Es decir, hoy en día los individuos están mucho más protegidos contra situaciones como caer en la pobreza; están más protegidos en el tema de la salud, hay un progreso muy grande en cuanto a la protección de estos riesgos. Hay un progreso importante en cuanto a la conexión de los individuos con los instrumentos de mercado, en el empleo, en el sistema financiero -a través del Bono de Desarrollo Humano.

    ¿Qué tipo de experiencias puede aprender Ecuador de otros países?

    Hay cosas que puede aprender, por ejemplo, en el manejo macroeconómico. El país ha tenido un período de mucha inversión en lo social y en la infraestructura, pero quizás sin tomar en cuenta que en el futuro pueden haber períodos más difíciles económicamente. En ese sentido habría que tener un manejo macroeconómico más hacia el largo plazo.

    ¿Sobre todo cuando se acabó el ‘boom’ en América Latina?

    Sí. Justamente esa es una gran incertidumbre a la cual la región se enfrenta.

    UN RESUMEN DE SU HOJA DE VIDA

    La formación. Economista, graduada en University of Lausanne, Switzerland; PhD, Univ. of Maryland, College Park.

    En el Banco Mundial. Su colaboración profesional se refleja en estudios sobre Bolivia, Ecuador, Haití, Comunidad Andina (CAN)…

    «Ecuador ha tenido un período de mucha inversión en lo social, en infraestructura, pero pueden haber períodos difíciles».

    LEA: El informe sobre el desarrollo mundial

  • Ana María Oviedo se abre espacio en el Banco Mundial

    Santiago Ayala Sarmiento Redacción Quito / LÍDERES

    Sencilla y brillante. Así la definen quienes conocen a Ana María Oviedo, una economista que desde los 16 años salió de su barrio tradicional, en la Granda Centeno, en Quito (norte), para viajar por el mundo. Primero, acompañando a su padre, Gonzalo, a Ginebra, quien tenía un cargo en un organismo internacional y tuvo que desplazarse hacia esa ciudad suiza. Luego, por sus propios pies prosiguió su preparación académica: primero, para estudiar Economía en la Universidad de Lausanne y, después, para realizar su doctorado en la Universidad de Maryland, Estados Unidos.

    Jorge Cevallos, compañero suyo en el Colegio Alemán de Quito, la recuerda como alguien «muy alegre y entusiasta, buena amiga y compañera. Tenía metas claras e intereses que hoy los ha hecho realidad en su vida profesional. Preocupada de temas ecológicos y sociales».

    Y justamente esa fue la línea que ha seguido a lo largo de estos últimos 20 años. Eso sí, antes de desembarcar en EE.UU., se casó, con un suizo, y juntos viajaron al otro lado del Atlántico. También, juntos, ingresaron al Banco Mundial, cada uno con una historia por contar y con tres hijos en sus brazos.

    Ana María ingresó a un programa de esta institución llamado The Young Professionals. Los nexos que mantiene el organismo con la Universidad de Maryland abrieron el camino para que esta ecuatoriana diera sus primeros pasos en los callejones de uno de los principales brazos financieros del mundo.

    Este programa se enfoca en reclutar jóvenes de entre 28 y 32 años, para que tengan la oportunidad de hacer una carrera profesional en el Banco Mundial. Ana María entró en el 2008; empezó trabajando en el área de Clima de Negocios, dando asesoramiento a los países en cómo mejorar aspectos como la apertura y cierre de empresas, empleo…, basándose para su tarea en el indicador Doing Business. Un año después, fue transferida al área de Protección Social y Trabajo, donde pudo apegarse más a las realidades sociales de los países de Latinoamérica.

    En su escritorio en Washington, realizó varios estudios sobre el mercado de trabajo y las habilidades de la población. También fue insertándose en temas de educación: cómo ha mejorado y dónde falta mejorar. Era un estudio a nivel regional, con datos de muchos países de todo el mundo.

    Acto seguido se enfocó en los países de Centroamérica. La observación y el análisis en seis países pudo definir un perfil real de su situación institucional. Los permanentes viajes a esas naciones y los diálogos con los Gobiernos de turno le fue dando más experiencia.

    Por ello, fue designada para trabajar con Ecuador y Bolivia en aspectos de empleo, para brindarles asistencia técnica con el objetivo de que mejoren sus programas de capacitación y de intermediación laboral. Entonces, abrió vínculos con el programa de Gobierno Socio Empleo y también con el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap). «Nos permiten darles un poco de apoyo en lo que es la parte técnica, en saber cómo ellos están desarrollando sus modelos y les damos un poco de retroalimentación sobre esos temas y mostrando las experiencias de otros países».

    Algo parecido se encuentra haciendo ahora en Colombia y El Salvador.

    Pese a que su centro de operaciones se encuentra hoy en Lima, Ana María, por temporadas no descansa. A pesar de ello, se coordinan perfectamente con su esposo, que también es funcionario del Banco Mundial, para cuidar a sus pequeños de siete y tres años y su más reciente de cinco meses. «Si uno le pone ganas, puede irle muy bien en el trabajo, pero cuando se es madre de familia, mientras más horas una le da al trabajo, menos horas pasa en la casa. Por eso, es necesario encontrar un equilibrio y eso es lo que me ha detenido un poco, por ahora, para aceptar otros retos más grandes dentro de la propia institución», dice tranquila.

    No pierde un instante la compostura, mientras sigue contando detalles de su vida. Tampoco se inmuta cuando cuenta que el Banco Mundial es un lugar donde hay mucha gente calificada y hay un compromiso muy grande de la gente con el tema de desarrollo, de ayudar a los países, de sacar adelante los proyectos.

    La gente allí, ya de por sí es muy dedicada y trabaja mucho por su propio interés y por sus propias ganas que tiene de avanzar. Pero, además, obviamente, la administración, los gerentes son muy exigentes y hay muchos pedidos. «Es una organización muy grande, somos, si no estoy mal, 12 000 personas. Sin embargo, siempre hay demasiado trabajo, entonces, hay muchos pedidos, de hecho, me acaban de decir que tengo que entrar a trabajar en Nicaragua».

    Y, al parecer, el destino la llamaba desde pequeña. Un vecino suyo del condominio Molinos del Inca, recuerda que ella tenía de ‘chiquita’ una grabación en la que cantaba el Himno del Frente Sandinista; además de ser fanática de los Beatles. «Se pasaba por su casa y sonaba a todo volumen las canciones de los cuatro de Liverpool. Inteligente y curiosa».

    Hoy, en los pocos momentos que tiene libre se dedica a la cerámica, a hacer tazas, platos. Eso la relaja, la desestresa. No obstante, ya prepara maletas también para ir a hacer estudios en Brasil y en El Salvador. Ella es como una gitana…

    2012

    EN LA INVESTIGACIÓN La ejecutiva ecuatoriana dialoga con personas de Kenia, en un viaje realizado a la reserva Masai Mara. Ella ha tenido que recoger mucha información directamente en el campo, en varios países.

    2014

    ANÁLISIS ECONÓMICO Durante una de sus conferencias en el país. Hace pocos días presentó el Informe sobre el desarrollo mundial 2014: Riesgo y oportunidad. El estudio fue presentado en un programa en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

    SU HOJA DE VIDA

    La formación. Economista, graduada en University of Lausanne, Switzerland; PhD, Univ. of Maryland, College Park.

    En el Banco Mundial. Su colaboración se refleja en estudios sobre Bolivia, Ecuador, Haití, Comunidad Andina (CAN)…

    Publicaciones. Ha escrito estudios, ‘papers’, y otros documentos de consulta.

    «Los problemas que se dan a nivel profesional son más que todo de comunicación. A La gente le cuesta expresar claramente sus ideas».