Etiqueta: Bar

  • El coñac, una bebida espirituosa para cerrar negocios

    Ana Cristina Alvarado

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    Al escritor francés Víctor Hugo se le acredita haber asegurado que “el coñac es el brandy de los dioses”. Esta bebida, que ha sido por siglos relacionada con las altas clases sociales, es un tipo de brandy, es decir un espirituoso que resulta de la doble destilación del vino y del tiempo en barriles de madera.

    Al igual que el champán, la etiqueta de coñac solo puede ser aplicada a las bebidas espirituosas producidas en una región específica, en este caso, en la ciudad de Cognac y sus alrededores.

    Thierry Sebastià, sommelier y dueño del bar de vinos y espirituosos Divino, da a conocer que el consumo del coñac tiene una connotación cultural. Los ejecutivos o personas que viajan a Europa con frecuencia conocen que esta bebida se sirve en momentos especiales, como para cerrar un negocio y celebrar un momento especial. Por lo demás, muy pocos clientes conocen sobre la bebida.

    El experto en vino indica que esto no tiene que ver solo con el precio del espirituoso (una copa con 2 onzas líquidas puede llegar a costar USD 45), sino con el conocimiento sobre su consumo.

    Danilo Paredes, supervisor de bares y restaurantes del Hotel JW Marriott de Quito, explica que el coñac se sirve en una copa especial, que por su diseño sirve para mantener una temperatura cálida.

    Se recomienda tomarlo seco, sin hielo, pues el agua diluye y ‘contamina’ esta bebida tan fina. Además, se calienta la copa y se la sirve con una tapa, con el fin de que no escapen los aromas y otros atributos antes de llegar a la mesa del cliente. Otro consejo de Paredes es sostener el cuerpo de la copa con la mano, con el objetivo de que el contacto caliente al coñac. La temperatura cálida ayuda a intensificar su sabor y aroma.

    Además de la denominación de origen (lugar de producción), en la etiqueta de esta bebida también se indican las uvas usadas (champagne es uno de los varietales) y el tiempo en barril. V.S. (Very Superior), V.S.O.P. (Very Superior Old Pale) y X.O. (Extra Old), son algunas de las categorías, siendo X.O. la que está en el tope.

    En Divino Wine Bar (av. González Suárez y Gonessiat) se sirven tres marcas de brandy francés: Henessy X.O., Rémy Martin Fine Champagne V.S.O.P. y Chateau Du Tariquet 12 años.

    La primera es una de las firmas más icónicas de coñac y también más costosas: una copa de dos onzas cuesta USD 45. Sin embargo, también hay opciones más asequibles. La copa de Rémy Martin Fine Champagne V.S.O.P. cuesta USD 13,97. Por último, Chateau Du Tariquet 12 años es un armañac, es decir, un brandy producido en la región francesa de Armagnac, muy cercana a Cognac. El precio de esta bebida es de 16,29.

    En la carta del Exchange Bar, del Marriott, constan dos marcas de brandy. Una de ellas es el coñac Rémy Martin Fine V.S.O.P. y la otra es el brandy español Gran Duque de Alba, cada copa de 2 onzas, por USD 39.

    En el Exchange Bar, del Hotel JW Marriott de Quito, se sirve el coñac Henessy y el brandy español Grand Duque de Alba. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    En el Exchange Bar, del Hotel JW Marriott de Quito, se sirve el coñac Henessy y el brandy español Grand Duque de Alba. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • El cangrejo con sazón de Japón, Francia y más países

    Maria Angelina Castillo

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    PepeCrabs comenzó en un garaje. Tres mesas, el televisor de la casa familiar, algunos adornos que donaron los amigos. No hizo falta nada más para arrancar.

    Abrir un restaurante era una idea que José Loza tenía en la mente y no permitió que se le escapase. De alguna forma había que arrancar; el esfuerzo y la constancia hicieron lo demás.
    “Surgió con mucha voluntad y mucho ahínco. Con la misma perseverancia que mantenemos ahora, con las ganas de brillar y de hacer el trabajo bien. Es generar satisfacción con la comida, que la gente se vaya feliz”, expresa Loza.

    El proyecto gastronómico implicó una inversión inicial de USD 1 000. Ahora, es un restaurante que factura mensualmente alrededor de USD 60 000.

    El 18 de este mes cumplirá cuatro años y Loza lo celebrará durante tres días seguidos con música, copas de sangría y degustación de una serie de platos.

    El dueño –y también chef– de PepeCrabs dirigió a principios de siglo un bar de ambiente ochentero, con mucho reggae y rock n’ roll de los años setenta y ochenta.

    Dice que siempre le ha gustado cocinar y compartir con sus amigos más cercanos.
    Por insistencia de ellos, y la voluntad de su esposa, padres y hermanas, decidió juntar ambos conceptos y montar un restaurante que fusiona una decoración rústica y playera, al estilo Montañita -dice Loza- con un ambiente familiar.

    El local está ubicado actualmente en la Alborada, al norte de Guayaquil. Aunque los planes para este año incluyen inaugurar una franquicia en la ciudad.

    PepeCrabs ofrece 189 platos en los que combina la gastronomía ecuatoriana con alimentos y sazón de países como Colombia, Perú, Japón, Francia e Italia.

    La intención de su dueño es explotar el concepto de turismo gastronómico. “Los platos los elaboro yo. Y el menú irá creciendo cada vez más así como el restaurante, con la bendición de Dios siempre. Cada vez que viajo a un lugar, incluyo un plato; a veces no está en la carta, pero entra en la sugerencia del chef de la semana. Son todos diferentes, con aromas y sensaciones distintas”.

    En PepeCrabs trabajan 18 personas, incluidos Loza y su esposa, quien es la encargada principalmente del área administrativa.

    Cuenta con un bartender, posillero, cocineros, un guardia y músicos, que ofrecen show en vivo.

    Como valor agregado, Loza señala que el local cuenta con detalles que, en conjunto, hacen del lugar una propuesta visual y gustativa diferente.

    En ello intervienen el ambiente -que va de lo playero a lo formal– y la música en vivo todas las noches, que incluye jornadas de saxofón.

    Ofrece servicio a domicilio y abre todos los días de 11:00 a 02:00, incluyendo los feriados.
    “Ver un cliente satisfecho, que te diga: ‘oye, qué buen plato, loco’, es algo que agradezco. No ha sido fácil pero las ganas de mejorar permanecen”, agrega.

    Desde que abrió, PepeCrabs ha atendido, en promedio, cerca de 30 000 personas. TripAdvisor, al guía de viajes virtual, lo ubica en el puesto N° 63 de 478 restaurantes en Guayaquil.

    En la página hay comentarios de clientes como el de Jorge Alexis: “Un deleite al paladar, lo recomiendo. Un lugar muy acogedor y sus platillos son lo máximo. Visita este rincón del sabor y te transportarás a una mágica noche en Montañita”.

    Para este 2018, Loza señala que ha elaborado varios planes para el restaurante y su formación académica en cocina. Planea realizar cursos en Perú y Ecuador junto con su esposa.

    El restaurante está ubicado en Alborada, al norte de Guayaquil. Ofrece servicio a domicilio y abre todos los días, desde las 11:00 hasta las 02:00, incluyendo los feriados. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    El restaurante está ubicado en Alborada, al norte de Guayaquil. Ofrece servicio a domicilio y abre todos los días, desde las 11:00 hasta las 02:00, incluyendo los feriados. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Un bar mezcla gastronomía con detalles étnicos

    José Luis Rosales

    En junio del año pasado retornó al país, luego de estudiar una maestría en Negocios, en España, el ingeniero en alimentos Joaquín Purtscher. Vino con la idea de establecer su propio negocio.

    La iniciativa gira entorno a la línea de venta de cerveza artesanal, que produce su familia en Caranqui, una parroquia del sur de Ibarra. Ahí, en una planta se elabora la bebida bajo la marca Caran.

    La firma de la cerveza es un apócope en homenaje a Caranqui. El nombre viene de una anécdota familiar, se cuenta en la página web de la cervecería. El suizo Óscar Purtscher, fundador de la empresa de lácteos Flor de los Alpes (Floralp) y abuelo de Joaquín, adoptó el nombre de ‘Caranqui Libre’, como una versión local del famoso coctel cubano.

    Joaquín heredó del patriarca de la familia el gusto por experimentar con propuestas nuevas. La idea es atar el turismo con productos locales, como la cerveza.

    En Otavalo, asegura, encontró un buen nicho de mercado. Para ofrecer la refrescante bebida creó la Cava Caran-Beer Experiencie, un local con diseños que resaltan íconos de la cultura Kichwa local. El novedoso bar está ubicado frente Plaza de Ponchos, considerado el mercado artesanal más grande de Sudamérica, que es un imán para viajeros que vienen de todas partes del mundo.

    En el diseño del establecimiento se cuidaron detalles. “No se trata solo de un bar, sino también es una especie de museo en el que los clientes pueden conocer la historia y el proceso de elaboración de la bebida de cebada”, explica el arquitecto Sebastián Narváez.

    El dibujo de los murales estuvo a cargo del artista kichwa Álvaro Córdova. El hábil grafitero otavaleño, conocido con el seudónimo de ‘T-naz’, plasmó a una joven mujer indígena bebiendo chicha. También, hizo una imitación de la chakana o cruz andina.

    Para instalar este negocio se invirtieron USD 30 000. El sitio abrió sus puertas hace dos meses.

    Purtscher explica que la propuesta no solo seduce a turistas extranjeros, sino también a los vecinos de la urbe.

    La idea de abrir este establecimiento surgió luego de un festival de la cerveza artesanal, que se realizó en este cantón imbabureño, el año pasado.

    Purtscher asegura que la cerveza Caran tiene acogida. En el mercado se comercializan tres variedades: Chonera (Lager), Colorado (Ale) y Esmeraldas (Black Ale). Además, hay dos bebidas especiales que son elaboradas con frutos locales. Una tiene como ingrediente la tuna, que florece en el caluroso valle del Chota.

    La otra es una cerveza negra que lleva un jarabe de higo. Esta última, tiene 8,5° y es una de las más solicitadas, comenta Joaquín.

    Sin embargo, en la Cava Caran no solo se puede degustar una de esas cinco bebidas. También se ofrece un menú con platillos que tiene entre sus ingredientes un tipo de cerveza o alguno de los componentes que se utilizan para preparar la bebida artesanal.

    Pero, indiscutiblemente la golosina del lugar es la hamburguesa de higo morlaca. Está compuesta por carne, tocino, salsa de higo con cerveza artesanal, lechuga y tomate, señala Cristian Fuentes, de Zapote Gourmet. Esta firma de consultoría gastronómica se encargó del desarrollo del concepto del negocio y el manejo de la marca, explica el chef.

    En el caso de la carta de Cava Caran, agrega, hay una fusión de la gastronomía local con recetas urbanas de Argentina y Estados Unidos. “Es comida rápida, pero con un toque gourmet”.

    La siguiente meta de Cava es replicar la iniciativa en otras urbes del país con potencial turístico.

    Joaquín Purtscher es el fundador  de Cava Caran-Beer Experiencie, en Otavalo. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    Joaquín Purtscher es el fundador de Cava Caran-Beer Experiencie, en Otavalo. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • El ‘beauty bar’ es belleza y elegancia

    Ana Cristina Alvarado

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    El ‘beauty bar’ no es el típico salón de belleza. Sí, son espacios en los que se ofrecen los servicios como peinado, manicure o depilación, pero se distinguen por ofrecer a las clientas espacios con mucha atención a la decoración interior y a la experiencia.

    Strawbeauty abrió hace un mes en la av. Coruña y Whymper, en Quito. Al entrar, el ambiente invita a relajarse y a pasar un buen momento entre mujeres. El papel tapiz y los muebles son de suaves tonos. Las flores y otros detalles apelan al placer visual.

    Las clientas reciben una bebida durante su estancia. Pueden pedir vino, agua aromática, café, entre otras. De ahí viene el nombre de ‘beauty bar’. El objetivo es brindar una experiencia en la que la cliente se sienta mimada y bien atendida.

    Strawbeauty también ofrece otros beneficios. Es ‘pet friendly’, así que las clientas pueden ir acompañadas de sus mascotas. “No solo recibimos perros chiquitos. También han llegado razas grandes y no hemos tenido problemas. Ahora las mascotas son más educadas y están acostumbradas a acompañar a sus dueñas”, dice Alisson Hidalgo, la gerenta del ‘beauty bar’.
    Este espacio tiene ‘gift cards’ y también se presta para organizar eventos. Hidalgo cuenta que han preparado sorpresas para novias, en las que el novio deja un ramo de flores, una tarjeta y paga por una tarde de belleza.

    En Strawbeauty se realizan manicuras en uñas naturales y en uñas artificiales: acrílicas, gel y otras variaciones. También se ofrece depilación con hilo para áreas como las cejas y con cera para extensiones más grandes. En el área de la peluquería se ofrecen peinados y también se realiza maquillaje profesional.

    En Guayaquil hay mayor oferta de ‘beauty bars’ y uno de los primeros en abrir fue Viviana Muñoz Beauty Studio, hace tres años. Muñoz es maquilladora y cosmetóloga profesional. Hace cinco años trabajaba en su estudio de maquillaje, pero decidió expandir su negocio para que sus clientas tengan acceso a diferentes servicios en un solo espacio.

    La sofisticación caracteriza a este salón ubicado en la calle principal de Entreríos, en Samborondón. La decoración es ecléctica, fusiona las formas vintage con los tonos y materiales modernos. La paleta de la decoración también está entre pasteles que ayudan a que las clientas se relajen mientras disfrutan de los servicios.

    En Viviana Muñoz Beauty Studio, las clientas también reciben una bebida a su llegada. La música es otro factor que crea un ambiente de relajación.

    En este espacio se realizan manicuras, pedicure, maquillaje para eventos sociales y peluquería. En esta área se ofrecen cortes, color y peinados. Han adquirido equipos como secadores que no suenen tanto, para no perturbar la experiencia.

    Además, hay una cabina de spa donde se hace la depilación con hilo y con cera, tratamientos faciales y mascarillas.

    “Viviana Muñoz Estudio es un lugar amigable para mascotas y también para niñas”, asegura la directora del ‘beauty bar’. Explica que las madres son bienvenidas con sus pequeñas, quienes mientras esperan pueden ser mimadas con maquillaje, peinado o manicura a juego con el de su madre.

    El Beauty Bar Strabeauty. Foto: Armando Prado / LIDERES
    El Beauty Bar Strabeauty. Foto: Armando Prado / LIDERES
  • Gastronomía y música andina son su plan

    Sofía Ramirez

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    Picadas de chochos con tostado, arvejas y queso; papas en salsa de maní o de zambo, chicha de maíz o cuy frito son las opciones que ofrece Cactus Runa Bar.

    El emprendimiento familiar ubicado en el corazón de la ‘zona rosa’ en el norte de Quito se ambienta en la cultura andina, especialmente de los pueblos indígenas de Imbabura.

    Marco Gualopuro, propietario del local, indica que además de ofrecer gastronomía especializada, el lugar es un espacio de encuentro para la comunidad indígena que migró a la capital.

    El local abrió hace nueve años, en septiembre del 2007. En ese mes Marco Gualopuro dejó Otavalo para radicarse en Quito. El joven otavaleño siempre tuvo la meta de tener una cafetería, con la meta de ofrecer gastronomía indígena, explica.

    Cactus Runa Bar tiene dos pisos; el lugar está ambientado con insignias indígenas como murales del Diablo Huma sobre las paredes o las mesas. Además, la música que suena en el lugar es en quichua y le da ese toque “especial” al establecimiento.

    Gualopuro indica que durante los dos primeros años del negocio, también empezaron a elaborar almuerzos. Para esto tuvo el apoyo de su esposa, Anita Morales, quien viene de la comunidad La Compañía, ubicada a orillas del Lago San Pablo, en Otavalo.

    Ambos querían darle un servicio ‘plus’ a sus clientes durante las tardes, por lo que luego en la cafetería iniciaron con presentaciones de shows en vivo con música indígenas de algunas provincias del país, expresa Morales.

    Cactus Runa Bar, para el emprendedor significa “disfrutar la vida con alegría y tristezas”, indica el otavaleño. Dentro de su menú ofrece más de diez platos y bebidas como coladas de maíz, de haba; fritada, borrego, llapingachos, truchas. En bebidas, además de la chicha, ofrecen el canelazo.

    Su principal proveedor de cuy es Antonio Gualopuro, de 56 años y padre de Marco. Él detalla que en su ‘chacra’ (parcela de tierra) ubicada en Otavalo tiene un espacio para la crianza de cuyes. Desde que su hijo inició con el proyecto, le vende a su hijo cuyes cada dos semanas: “así apoyo el negocio de mi hijos”, detalla.

    A cargo de la cocina de Cactus Runa Bar están Roberto Carlos y Viviana Gualopuro, hermanos de Marco. Ellos le ponen la sazón andina a los platillos. Para obtener los ingredientes frescos como las papas, el maíz y demás granos acuden a mercados conocidos de Quito como el de Santa Clara y Mayorista, al norte y sur de Quito.

    La inversión aproximada, solo para ingredientes por mes, es de USD 700 a 800 en promedio; en los mercados se trata de escoger los productos más frescos, indica Roberto, el chef del negocio.

    La capacidad de producción es de 50 platos por día, pero en fin de semana la cifra llega a 60 o 70.

    Para la preparación de los cuyes fritos, el chef se demora entre tres o cuatro horas hasta que esté listo; para la cocción de la carne de borrego puede tardar hasta dos horas, indican los hermanos.

    En cuanto a los shows musicales en vivo, el establecimiento ha servido de plataforma para que grupos de Imbabura o Azuay, por ejemplo, interpreten sus mejores canciones al son de la flauta dulce y los tambores.

    Marco Gualopuro recuerda que en fiestas del Inti Raymi o Pawkar Raymi -dentro del calendario indígena- diferentes representantes de comunidades indígenas se reúnen en el local. La idea es celebrar estas fiestas en comunidad. En esas fechas, fortalecen su menú con algunas bebidas preparadas con la variedad de maíz.

    Para finales del 2016 y el 2017, Cactus Runa Bar mantendrá la misma estrategia de ofrecer gastronomía andina. Sin embargo, fortalecerá la oferta de todos los alimentos y bebidas que se puedan derivar del maíz.

    Además, pese a que los hermanos Gualopuro no han invertido en publicidad tradicional, su presencia en redes sociales como Facebook y Twitter les ayudó para hacerse conocer. Por lo que seguirán emitiendo contenido a través de estos canales ya sí buscar nuevos clientes.

    Asimismo, cada año estos emprendedores renuevan los diseños interculturales del lugar como los murales. Por lo que este año desplegarán más figuras y afiches Diablo Humas sobre los muebles o el primer piso del local. Todo por el amor a su tierra.

    Foto: Diego Pallero/ LÍDERES Marco Gualopuro, Anita Morales y Roberto Carlos Gualopuro presentan la oferta de este negocio.
    Foto: Diego Pallero/ LÍDERES
    Marco Gualopuro, Anita Morales y Roberto Carlos Gualopuro presentan la oferta de este negocio.
  • La playa les incentivó a su negocio de dulces

    redacción guayaquil

    Jimmy Román, su hermana Denisse y su cuñado Juan Pablo Chiriboga son fanáticos de la playa. Hace dos años viajaban todos los fines de semana a Olón (Santa Elena) a practicar surf. Luego de esa actividad, comían rutinariamente, un postre preparado por Olmedo Pincay, un pastelero de esa comuna.

    Así surgió una idea de negocio: montar en Guayaquil un local de postres originales, donde los cuatros sean socios. Lo concretaron hace un año y nueve meses, cuando juntaron sus ahorros e invirtieron unos USD 50 000 en el montaje del Lattte Postre Bar.

    El sitio está ubicado en el centro comercial Los Ceibos, en el norte de Guayaquil. El concepto fue un estilo informal, amigable y playero. Por ello agregaron en el local cuadros de paisajes de playa y frases de personajes que admiran, como ‘Art is a lie that makes us realize truth’ (El arte es una mentira que nos hace percatarnos de la verdad), de Pablo Picasso. Según Jimmy Román, el negocio es multitarget. «Estamos dirigidos a cualquiera que quiera endulzar su día con un postre».

    En un inicio, Lattte Postre Bar facturaba aproximadamente USD 80 diarios, y la oferta consistía en 10 variedades de cheesecake y pie. Hoy, el portafolio de productos se diversificó hasta tener 38 referencias de postres que incluyen otros dulces, como tartaletas y alfajores. Además, el local recibe a unos 300 comensales cada día.

    Uno de ellos es Andrés Armas. Él cuenta que conoció del negocio hace unos dos meses a través de unas amigas, y ahora frecuenta el lugar. Sus postres preferidos son los de mora y de Galak.

    El dulce más vendido en Lattte Postre Bar es el pie de maracuyá. En las categoría de cheesecakes los más demandados son los de Hershey’s, Nutella y Kinder con Galak. Otro de gran popularidad es el llamado ‘Ocho loco’, que consiste en un postre entero conformado por ocho pedazos de distintos sabores.

    Los postres pueden ser ordenados con un vaso de leche o una copa de vino, para lo cual tienen una carta de maridaje. Por ejemplo, los pie de maracuyá y limón se sirven con vino blanco dulce. También se ofrece vinos tintos y espumantes.

    Los precios de las porciones de pie y cheesecake oscilan entre los USD 2,90 y 4, dependiendo del sabor. Los postres enteros están entre los USD 28 y 35.

    Otro cliente de Lattte Postre Bar es Nicolás Mata. Para él, lo mejor del local es que siempre lo recibe alguno de los dueños. «La atención es excelente, siempre están de buen ánimo y se preocupan por todos los detalles». Añade que su dulce preferido es el cheesecake preparado con cerezas.

    El local atiende todos los días. El horario es de 12:00 a 22:00 de domingo a jueves; y de 12:00 hasta las 23:00 los viernes y sábados.

    LA CIFRA
    300 personas al día en promedio compran en Lattte Postre Bar