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  • Las historias de mujeres ocupan su biblioteca

    Gabriel Flores

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    Uno de los retos que tienen los emprendedores y empresarios durante la poscuarentena será lograr que su equipo cambie el ‘chip’ en relación a la forma de trabajo, y comprenda que en medio de la crisis también se pueden generar ideas creativas, como las que cuenta Adam Grant, en ‘Originales’, un libro al que María José Pinto volvió en estos meses de confinamiento.

    En ese texto, Grant narra, a través de análisis de estudios y de historias vinculadas al mundo de los negocios, la política y los deportes, las claves para reconocer una buena idea, buscar aliados y saber cuándo actuar. Para este autor es importante que el directivo de una empresa esté abierto a la recepción de ideas, independientemente del cargo que ocupe la persona a la que se le ocurrió.

    “Lo estoy releyendo en estos días, porque es un libro que te motiva y te ayuda a entender que si bien no todos somos originales, podemos transformar nuestras ideas para que lo sean. Lo he regalado a tres personas: a un primo y a dos amigos, porque creo en la fuerza que tienen estas historias”.

    Otro de los libros que siempre recomienda, y que ha leído tres veces, es ‘Lean In’ de Sheryl Sandberg. En esta publicación, la directora de Operaciones de Facebook analiza las razones por las cuales el avance de las mujeres hacia los puestos de responsabilidad está estancado y propone varias soluciones. Este análisis está acompañado de la narración de varios pasajes de su vida.

    Para Pinto la riqueza de este libro radica, precisamente, en la apertura que tiene Sandberg, para contar esos momentos duros que ha tenido que vivir y cómo los fue superando. “Se casó muy joven y luego se divorció. Salió de una multinacional para entrar a trabajar en empresa nueva y perdió a su esposo. Ella te muestra que nadie tiene una vida perfecta y que eso no es un impedimento para que las mujeres nos superemos”.

    En sus tertulias también le gusta sacar a colación comentarios sobre novelas históricas. Una de sus preferidas es ‘Cisnes salvajes’ de Jung Chang. En este libro la autora narra la historia de tres mujeres: una abuela, una madre y una hija, que luchan por sobrevivir en un país (China) sometido a guerras, invasiones y revoluciones. Uno de los aspectos más interesantes del libro son los cambios que se dan entre cada generación.

    Entre las cosas que más le impactó de esta lectura fue conocer cómo en el pasado las mujeres chinas no podían decidir sobre su cuerpo. Por ejemplo, a muchas se les amarraba los pies, solo porque era mal visto que lo tengan largos. “La primera vez que lo leí estaba en la universidad y la segunda hace un año. En esta lectura me di cuenta de la importancia de la fuerza de las mujeres, para luchar contra sociedades represoras”.

    Esa fuerza, que se ha convertido en un impulso para su vida profesional, también la ha encontrado en las lecturas que ha hecho de la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, la vida de Coco Chanel , etc.

    María José Pinto junto a la biblioteca de su casa. Lee novelas históricas.
    María José Pinto junto a la biblioteca de su casa. Lee novelas históricas. Foto: Cortesía María José Pinto
  • Los libros la impulsaron a ser emprendedora

    Gabriel Flores

    (I)

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    La biblioteca de Gizella Greene está poblada por libros en los que se habla de nutrición y cocina. Unos están en español y otros en inglés. La mayoría tiene líneas y párrafos subrayados a lápiz o esferográfico. Hay unos que tienen notas al pie de la página y otros pequeñas notas adhesivas de varios colores en sus bordes.

    A esos libros, la dueña de SuperFoods Ecuador, vuelve con frecuencia. Ahí están, por ejemplo, ‘Dieta SuperFoods’ de Julie Morris o ‘Everyday Superfood’ de Jamie Oliver, “Tenemos un restaurante vegetariano vegano, en el cual con la chef hemos creado platos que permiten a la gente una alimentación sana pero con sabores tradicionales”, cuenta.

    Uno de sus libros preferidos es ‘People before profit’, de Bob Moore, un emprendedor estadounidense al que tuvo la oportunidad de conocer en persona hace unos años, cuando realizó un viaje a Estados Unidos.

    Moore es una leyenda viva en el mundo de la producción de alimentos naturales y saludables en Estados Unidos. Lo que más recuerda Greene del fundador de Red Mill Natural Foods es la forma en que se relacionaba con sus empleados. “Se sabía el nombre de toda gente y recordaba a las personas con la que conversa la importancia que tiene para un emprendedor no darse por vencido aún teniendo todo en su contra, como le sucedió cuando la planta de su empresa fue consumida en su totalidad por un incendio”.

    Antes de convertirse en emprendedora, Greene trabajó durante 10 años en una aseguradora. Allí alcanzó los cargos más importantes pero siempre sentía que había algo más que hacer. Así que un buen día decidió salir de su zona de confort y renunció.

    Greene cuenta que hubo un libro, que aún es parte de su biblioteca, que la ayudó a tomar la decisión de emprender. Se trata de ‘Padre rico, padre pobre’ de Robert Kiyosaki, un clásico del mundo empresarial. “El libro me ayudó a generar un cambio de 180 grados en mi vida. Me impulsó a lanzarme al agua y eso es lo que más le cuesta a una persona que quiere emprender”.

    Algo que siempre hace es surtir a su biblioteca de nuevos libros. Uno de las últimas incorporaciones es ‘La cultura en el mundo de la modernidad líquida’ de Zygmunt Bauman. En este libro, que por estos días lo lleva a todas partes, ha encontrado nuevas ideas sobre el comportamiento vinculado al consumo de las personas, en las últimas décadas.

    La teoría principal de Bauman, sociólogo polaco que murió en el 2017, era que la sociedad del siglo XXI vive en un mundo líquido, donde todo se mueve con tanta rapidez, que nadie tiene tiempo para reflexionar sobre lo que está haciendo o puedo hacer.

    Sentada en medio de su biblioteca y la de su hijo Sebastián (está convencida de la importancia de inculcar el gusto por la lectura desde los primeros años de infancia) cuenta que el último libro que se compró y que comenzará a leer en las próximas semanas es ‘Mi historia’ de Michelle Obama. “Es un libro que me atrae porque cuenta el proceso de superación de una mujer que llegó lejos”.

    Mi libro de cabecera

    ‘Padre rico, padre pobre’ Gizella Greene recomienda la lectura del libro de Robert Kiyosaki porque cree que puede ayudar a muchas personas a convertirse en emprendedores. “Les va a ayudar a salir de su zona de confort y buscar su propia realización profesional’.

    Gizella Greene junto a la pequeña biblioteca que tiene en su casa. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Gizella Greene junto a la pequeña biblioteca que tiene en su casa. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Los libros sobre liderazgo priman en su biblioteca

    Gabriel Flores

    (I)

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    Tara Mohr es experta en liderazgo y bienestar. También es la autora de ‘Playing Big’ (Jugar en Grande), un libro en el que sostiene que el desarrollo personal y empresarial de las mujeres debería enfocarse en un proceso híbrido donde se valore, con la misma jerarquía, el conocimiento aprendido y la sabiduría intuitiva.

    Las reflexiones de Mohr se han convertido en fuente de consulta constante para Paola Durán, una de los seis expertos que LinkedIn ha reconocido en Latinoamérica.

    Para ella, la importancia de esta publicación radica en que explica las razones por las que las mujeres siguen ‘jugando pequeño’ dentro del mundo empresarial. “Otra de las ideas que me interesaron de esta autora -dice- es que revaloriza a la intuición, un saber interno que históricamente ha sido despreciado y que tenemos tanto mujeres como hombres”.

    A la revalorización de su intuición, Durán sumó a su vida personal y profesional una dosis de paciencia para ver el resultado de su trabajo. Antes de leer ‘The Compound Effect’ (Efecto Compuesto) de Darren Hardy ya pensaba que la sociedad vivía en lo que llama el mundo del microoondas, en alusión a la velocidad con la que este artefacto permite calentar la comida.

    En su libro Hardy sostiene que uno de los problemas del mundo empresarial es que siempre está en la búsqueda de la inmediatez. Frente a ese paisaje, donde el lento siempre es aniquilado por el más rápido, plantea que una serie de pequeñas acciones con enfoques específicos pueden generar, a largo plazo, resultados positivos.

    “Para mí esta idea es una invitación para volver al tiempo de nuestros abuelos, donde el éxito duradero solo se lograba después de años de esfuerzo y constancia. Como estamos acostumbrados a la inmediatez, no tenemos la paciencia para reconocer que en un momento dado nuestras acciones van a generar resultados”.

    Otro de sus libros preferidos es ‘Built to Sell’ (‘Construido para vender’) de John Warrillow, una obra novelada que cuenta la historia de un empresario que quiere vender su negocio. El autor cuenta, de una manera coloquial y amena, el proceso que una persona debería realizar para convertir un emprendimiento o un negocio pequeño en una empresa apetecida por varios compradores.

    Durán leyó el libro de Warrillow en su Kindle, un dispositivo electrónico que tiene abarrotado de publicaciones. Aunque prefiere los libros físicos, porque le gusta subrayar y escribir al margen, cuenta que lee mucho en digital porque la mayoría de lecturas que le interesan están en inglés y no se encuentran con facilidad en las librerías ecuatorianas.

    También recuerda que antes de enfocarse en la lectura de libros empresariales le gustaban las obras de escritores rusos como León Tolstói, autor de ‘Ana Karenina’, una de las novelas que más ha disfrutado. Agrega que ahora también le ha dado espacio a los audiolibros. “Me encanta leer, pero para mí cada libro que termino es una conquista, porque es complejo dedicar tiempo a esta actividad en medio de esta cultura de microondas de la que te hablaba”.

    Mi libro de cabecera

    ‘Playing Big’. Paola Durán recomienda este libro porque está convencida que el ser humano tiene la capacidad de jugar a lo grande en todas las facetas de su vida. “Se han producido cambios en relación a las empresarias pero aún falta cambiar la mentalidad”.

    Paola Durán junto a la pequeña biblioteca que tiene en su casa. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Paola Durán junto a la pequeña biblioteca que tiene en su casa. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Ilusión en la biblioteca futurista china

    Agencia AFP

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    Dotada de una arquitectura futurista, una biblioteca china causa sensación en Internet. El problema es que las estanterías blancas que se elevan en espiral acogen menos libros que obras realizadas con una técnica que engaña a la vista, conocida como trampantojo.

    Placas de aluminio impresas hacen las veces de libros en las baldas superiores. Las imágenes de la biblioteca de Binhai dejaron boquiabiertos a los internautas en China y en el extranjero desde su apertura en octubre.

    Algunos medios de comunicación la describieron como “la mejor del mundo” o como “el sueño de cualquier enamorado de los libros”. El fin de semana, 15 000 personas en promedio visitan esta construcción de seis plantas, situada en Tianjin (norte), a 120 km al sudeste de Pekín.

    Concebido por el gabinete holandés MVRDV, el edificio contiene un inmenso auditorio esférico que, visto del exterior, recuerda el iris del ojo. La biblioteca cuenta con 200 000 libros y espera alcanzar una colección de 1,2 millones de ejemplares.

    En el proyecto original, las estanterías más altas debían ser accesibles desde las salas situadas detrás de ellas, explica MVRDV. Pero un apretado calendario de obras les obligó a desechar la idea.

    La decisión se tomó “a nivel local y en contra de la voluntad de MVRDV”, afirma la portavoz del gabinete, Zhou Shuting.

    La exposición mediática de la biblioteca provocó un aumento del número de lectores: los préstamos diarios de libros se multiplicaron por cuatro desde la inauguración. Y las salas dedicadas a los niños desbordan de familias que recorren los álbumes ilustrados.

    “El edificio es como un recién nacido que nos han confiado. Ahora nosotros tenemos que conferirle un alma”, afirma Liu, el vicedirector. Aumentar el número de abonos podría resultar difícil en un país donde muchas personas leen novelas por teléfono, tableta o libro electrónico. La popularidad de las ‘apps’ móviles de lectura disparó la edición digital.

    La plataforma de libros digitales China Literature (considerada el equivalente chino del ‘Kindle Store’) hizo una salida a bolsa en Hong Kong la semana pasada.

    En el atrio de la biblioteca, el joven Yuan Jiwen, diplomado en comercio electrónico y apasionado por las novelas que transcurren en la China antigua, sostiene un libro de bolsillo… que no lee, mientras mira a la gente pasar. “Pocas veces tengo en la mano obras de papel”, declara. “Pero sostener una aquí es pertinente ¿no le parece?”.

    La estanterías parecen levantarse desde el suelo hasta el techo, pero se trata de una ilusión óptica. Foto: AFP
    La estanterías parecen levantarse desde el suelo hasta el techo, pero se trata de una ilusión óptica. Foto: AFP
  • Un economista apasionado por José Ingenieros

    Gabriel Flores  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Un día de abril de 1988 Wilson Araque caminó hasta las instalaciones del Diario La Verdad, de Ibarra. Entró a la oficina del gerente y le entregó el artículo de opinión que había escrito la noche anterior. Tenía 17 años y cursaba sexto curso en el colegio salesiano Sánchez Cifuentes.

    La inspiración para escribir ese texto, en el que alentaba a la juventud a alejarse de las drogas y buscar formas diferentes de ver el mundo, llegó de dos fuentes: las clases de literatura del Padre Bolívar Jaramillo y la lectura de ‘El hombre mediocre’, del autor ítalo-argentino José Ingenieros.

    El libro que le regaló su tío Miguel, en sus años de adolescencia, se convirtió en una de las lecturas recurrentes de su vida. La propuesta de Ingenieros de que las personas y las sociedades deben trazarse ideales y que para lograrlos tienen que trabajar en ellos de forma permanente caló, con fuerza, en su psique.

    Las relecturas que Araque ha hecho de este libro son evidentes. Después de más de 30 años el regalo del tío Miguel tiene la pasta arrugada y las hojas pobladas de frases subrayadas con lápiz y marcadores de colores. En los bordes de algunas páginas se puede leer la palabra ‘ojo’.

    Sentado en una silla de su oficina, un cuarto de paredes blancas, muchos libros y grandes ventanales ubicado en el piso siete del edificio Eugenio Espejo de la Universidad Andina, donde es profesor, lee una de esas frases “En cada comarca una facción de vividores detenta los engranajes del mecanismo oficial. Excluyendo de su seno a cuantos desdeñan tener complicidad en sus empresas”.

    Por su formación universitaria las lecturas de Araque se inclinaron hacia el mundo de la economía. En este contexto descubrió los libros de Amartya Sen y Muhammad Yunus en los que encontró conexiones con la propuesta de Ingenieros y con la ‘Utopía’, de Tomás Moro.

    ‘Desarrollo y libertad’, de Sen es uno de sus preferidos. Lo interesante de este autor -dice- es que pone al ser humano en el centro de las discusiones sobre economía. “Sen tiene claro que los seres humanos, para salir adelante, necesitan tener capacidades, oportunidades y libertades”.

    Estas reflexiones las engancha con la que Yunus realiza en sus libros ‘Las empresas sociales. Una nueva dimensión del capitalismo para atender las necesidades más acuciantes de la humanidad’ y ‘Un mundo sin pobreza. Las empresas sociales y el futuro del capitalismo”, escritos en el 2010 y 2008.

    En estos textos el pensamiento de Yunus se orienta a proponer una forma de funcionamiento social mucho más humana. Araque recuerda la metáfora del árbol de bonsái que leyó en uno de estos libros. “El árbol se queda pequeño no por la semilla sino, sobre todo, por el entorno en el que se desarrolla. Eso llevado al campo social explicaría que los pobres no lo son porque es su voluntad”.

    Después de 29 años Araque sigue conjugando la lectura y la escritura. En el 2009 publicó ‘Perfil del emprendedor ecuatoriano’ y ‘Prácticas de la gerencia financiera en la empresa ecuatoriana’.

    La  biblioteca de Wilson Araque está en su oficina, en la U. Andina. Foto. Alfredo Lagla / LÍDERES
    La biblioteca de Wilson Araque está en su oficina, en la U. Andina. Foto. Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Una biblioteca compartida con los empleados

    Alexander García

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    Cristina Páez acude a diario a la biblioteca de la consultora Ipsos en Ecuador para revisar sus líneas de lectura. La biblioteca se alimenta de los libros que ella dona, luego de leerlos; además es un espacio de uso comunal de los empleados de la firma.

    La revisión de los libros es un itinerario que incluye una variedad de intereses: textos técnicos sobre investigación de mercados y construcción de marcas; títulos de motivación personal de autores como Osho o Deepak Chopra; ensayos sobre enfoque de género y la literatura de la chilena Isabel Allende -ha leído varias veces la novela ‘Hija de la fortuna’-.
    “Tengo muy pocos libros en casa, la mayoría son los que estoy leyendo en el momento, o los que llevo en el teléfono (…) En la biblioteca de la oficina, la idea es que cualquiera pueda tomar un libro, leerlo y luego devolverlo”, dice Páez, ella misma ‘empleada’ de la multinacional de investigación de mercados, que fue antes una empresa familiar local.

    Lee además en formato digital. Tiene instaladas en sus dispositivos móviles aplicaciones de eBooks y Kindle, además de la aplicación de audiolibros de Amazon. Escucha ensayos o libros de no ficción en los traslados en auto.

    Tanto en formato digital como en físico, Páez subraya líneas con información valiosa a la cual regresar; algunos volúmenes de lecturas profesionales están repletos de papelitos azules. “Soy una nerd”, sonríe. Y usa Twitter para compartir partes de sus lecturas.
    Pero el grueso de la literatura que consume lo ocupan la novela histórica, de suspenso y el género negro o la novela policíaca. Y dentro de ellas ocupa un lugar especial el suspenso psicológico, títulos como ‘El Profesor’ y ‘El Psicoanalista’, del estadounidense John Katzenbach.

    En la biblioteca cuenta con libros de detectives que lee en el inglés original: ‘Dark harbor’ (Puerto Oscuro), de David Hosp o ‘Flesh and Blood’ (Carne y sangre), de John Harvey. Y con ficciones de suspenso judicial como ‘El intermediario’, de John Grisham.

    Una mayor fascinación que la novela policial, es la de textos históricos por los que dice profesar admiración. Entre ellas destaca verdaderas superventas como ‘La catedral del mar’, la primera novela del abogado y escritor español Ildefonso Falcones, que narra la vida de la Barcelona del siglo XIV, la historia tiene como nexo de unión la construcción de la iglesia de Santa María del Mar.

    También destaca novelas como ‘Los pilares de la tierra’, del británico Ken Follet, ambientada en Inglaterra en la Edad Media durante un período de guerra civil conocido como la anarquía inglesa.

    Siempre tiene abierto un libro técnico y uno literario. “Soy una impulsora del empoderamiento de la mujer en temas de liderazgo empresarial y equidad de género. Hicimos un estudio con el BID e identificamos que solo una de cada 10 gerencias es ocupada por una mujer en el país. Leo mucho con respecto al tema”, dice Páez.

    En Ipsos coordinó la edición del libro ‘Así somos las ecuatorianas’, un estudio sobre las mujeres del país, que se vende en beneficio de los damnificados del terremoto.

    Cristina Páez prefiere la novela negra y la literatura histórica. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Cristina Páez prefiere la novela negra y la literatura histórica. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • En su biblioteca virtual prefiere lo pragmático

    Gabriel Flores

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    Quien sabe sabe, uno de los programas concurso más populares de la televisión local, en los años 80, reconcilió a Ernesto Kruger con la lectura. Tenía 16 años y estudiaba en el Pensionado Universitario, el colegio que resultó campeón de esa edición.

    Cada vez que su equipo ganaba una etapa recibía, como premio, un libro. En total fueron tres: ‘Cómo ganar amigos e influir sobre las personas’, ‘Cómo hablar en público e influir en los hombres de negocios’ y ‘Cómo dejar de preocuparse y empezar a vivir.

    Estos libros escritos por el empresario y escritor estadounidense Dale Carnegie -dice Kruger- le cambiaron la vida y lo convirtieron en el hombre que es. “En esos libros encontré las herramientas para ser un emprendedor”.

    Antes de participar en este concurso de TV su lectura preferida era el libro del ‘Eclesiastés’ que forma parte del ‘Antiguo Testamento’. El hábito de leer la Biblia llegó de la mano de Laura, su madre. Kruger se enfocó en el sentido filosófico de este libro y través de él entendió el significado de las cosas y comprendió -dice- que en la vida el que gana no es el más rápido o el más fuerte sino el que tiene valores. Esos valores ahora son los pilares de la empresa de innovación tecnológica que dirige.

    Kruger es un lector pragmático. Lee solo lo que sabe que le va a servir para conseguir sus metas personales y profesionales. “Soy como una flecha clavada. Cuando di en el blanco me fui haciendo de los libros que necesitaba”. Los primeros que devoró, luego de terminar su ingeniería en electrónica en la Escuela Politécnica Nacional, fueron los empresariales.

    De un tirón leyó libros como ‘La Quinta Disciplina’, de Peter Senge, ‘Control de mando integral’, de David Norton y Robert Kaplan y ‘La estrategia del océano azul’, de W. Chan Kim. Un libro que habla sobre la importancia de innovar en el mundo empresarial.

    Con el tiempo se enfrascó en la lectura de títulos que hablan sobre inteligencia emocional y la felicidad. Las reflexiones sobre esas lecturas se ven reflejadas en la decoración interior del edificio donde funciona su empresa. En esta edificación de seis pisos, ubicada en el barrio El Batán Alto, hay desde legos gigantes hasta una piscina llena de bolitas de colores.

    Como era de esperarse su biblioteca está perfectamente organizada dentro de su iPad. A Kruger los libros físicos no le seducen para nada. Uno de los pocos que tiene en su oficina es uno de gran formato titulado ‘Silicon Valley’. Un regalo que comparte espacio con pequeños legos, caramelos, hojas de papel de colores y fotografías y cartas de sus hijos.

    El mundo por el que transita Kruger está poblado de ‘millennnials’, esa generación de jóvenes fascinada por lo visual. “Sé que a ellos no les gusta mucho leer. El hábito de la lectura es importante. Una persona es lo que lee”, dice.

    Este empresario disfruta leer en otros idiomas. Por estos días se está despachando ‘The one thing’, de Gary Keller. Uno de los libros más vendidos del Wall Street Journal que habla sobre cómo sacarle provecho a las cosas que llegan a la vida, materia que Kruger, parece, la tiene bien aprendida.

    Ernesto Kruger en su oficina ubicada en el barrio El Batán Alto. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Ernesto Kruger en su oficina ubicada en el barrio El Batán Alto. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • Una biblioteca al pestilo del Duque de Wellington

    Alexander García 

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    Un detalle de humor inglés lo sorprendió en una visita a la biblioteca de Arthur Wellesley en Londres, héroe de las Guerras Napoleónicas más conocido por su título de Duque de Wellington.

    Al pie de la escalera, en las altas estanterías de libros yacía una escultura de Napoleón desnudo, al cual el militar británico derrotó en la batalla de Waterloo.

    Walter Spurrier se trajo de esa visita una foto de la escalera de la biblioteca, que hizo reproducir tal cual en Guayaquil, para alcanzar los 12 niveles de la gran estantería que cubre ahora una pared en una habitación de su residencia.

    La anécdota sirve para ilustrar los intereses literarios del analista económico, en cuya biblioteca se destacan libros de historia, biografías y novelas históricas. También cuenta con literatura inglesa contemporánea y latinoamericana, que su esposa e hijas leen a mayor velocidad que él, reconoce.

    Spurrier lee en español, francés e inglés. Y atesora los libros que adquirió en el verano de 1968 en Europa, cuando pretendía cursar una segunda maestría en París (Francia) y estalló el mayo francés, pocos días después de su llegada. Tenía 23 años.

    Viajó ocho meses por Europa leyendo sobre todo literatura de impronta existencialista. Conserva las ediciones de bolsillo del 68, en francés, de una docena de novelas entre ellas ‘La náusea’, de Jean-Paul Sartre; y ‘La peste’ o El extranjero’, de Albert Camus. O autores como James Joyce o William Faulkner.

    “Nunca me ha apasionado tanto la literatura como en ese momento, eran libros con los que uno se podía identificar… Estaba mochileando, con todo el tiempo para leer y para reflexionar hacia dónde iba y qué es lo que quería”, cuenta el director del informe económico Análisis Semanal.

    En la adolescencia había leído los volúmenes verde manzana de la colección Juvenil Cadete con títulos de la literatura universal adaptada para los jóvenes. Luego editaron también historia.
    Las aventuras que proponía Emilio Salgari o Julio Verne y los libros de texto de geografía en el Colegio Americano de Guayaquil le comenzaron a interesar por la historia de los países, por la política. Intereses vinculados también con Alfredo Baquerizo Moreno, su abuelo, dos veces presidente del Ecuador y, además, a la ausencia de su padre, el estadounidense Reeve Spurrier, quien murió en un bombardero en el frente alemán, durante la II Guerra Mundial.

    Era natural que se decantara por estudios amplios vinculados con todo lo que le remitiera a cambios para una sociedad, reflexiona: economía, sociología, historia, antropología, con énfasis en ciencias políticas y macroeconomía.

    Ahora centra sus fines de semanas en libros de historia y novela histórica. Líneas que lo llevan a libros como ‘Ottoman Endgame’ (El final del juego), de Sean McMeekin, sobre la caída del imperio otomano y la formación del Oriente Medio moderno, un escenario secundario de la II Guerra Mundial. Y del que salta a una novela sobre un personaje tangencial de aquel: ‘El hombre que amaba a los perros’, de Leonardo Padura, sobre el exilio y el asesinato de León Trotsky.

    Foto: Wladimir Torres / LÍDERES Walter Spurrier en la biblioteca de su casa, en la vía a Samborondón.
    Foto: Wladimir Torres / LÍDERES
    Walter Spurrier en la biblioteca de su casa, en la vía a Samborondón.
  • El desarrollo del agro es una prioridad

    Patricio Ramos. Redacción Manta / LÍDERES

    La Universidad Técnica de Manabí, conocida en el medio como UTM, cumplió en junio 60 años de vida institucional. Este centro de enseñanza superior nació como una entidad que se apuntaló en las carreras de ingeniería agrícola, veterinaria y orgánica, por ello su nombre de universidad técnica.

    En la actualidad, la UTM cuenta con 12 400 estudiantes distribuidos en 35 carreras direccionadas hacia 10 áreas. Su amplio campus académico de 398 hectáreas es uno de los espacios naturales que se han convertido en un aporte para el equilibrio ambiental en Portoviejo (Manabí). El campus principal está ubicado en la av. Universitaria, en el noreste de Portoviejo, tiene 60 hectáreas.

    El Jardín Universitario dispone de 49 hectáreas, 39 de ellas son áreas de conservación de bosque seco y húmedo tropical. Por ello, se convierte es un aula natural donde se concentran estudiantes que se especializan en el estudio de la flora autóctona de Portoviejo y Manabí. Además, a ese espacio natural llegan alumnos de escuelas, colegios y turistas de paso por la capital manabita. También existe un lago artificial e inmensas palmeras que le dan el toque de un sitio natural lleno de elementos para el estudio.

    Durante 60 años la inclinación de la UTM ha sido hacia la sociedad. Se trabaja en conjunto con las comunidades de Portoviejo y Manabí, comenta Eliécer Rodríguez, director General de Vinculación con la Sociedad de la UTM. «Nos hemos acercado a los gobiernos seccionales, trabajamos en siete parroquias de Portoviejo y ayudamos en la elaboración de proyectos, de acuerdo con las necesidades de cada sector».

    Rodríguez asegura que además los estudiantes y docentes que trabajan en vinculación con la comunidad afinan sus agendas para efectuar investigaciones de campo en las localidades de San Vicente, Bahía de Caráquez, Jipijjapa y Jaramijó.

    La UTM después de haber recuperado la categoría C, según la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), ha fortalecido la planta de maestros. Tiene a 47 de ellos cursando doctorados en Cuba, Argentina, Bélgica, Australia, Perú, Chile y EE.UU., en universidades que están dentro de los mejores mil centros de educación superior del mundo.

    Tiene 638 docentes con nombramiento y 120 a contrato. Para hacer posible este tipo de capacitación, según el director General de Gestión Administrativa, José Luis Molina, se invierten al año USD 2 millones. En esa capacitación están inmersos además empleados administrativos. 30 de ellos se prepararon académicamente y ahora son docentes, otros 15 van por el mismo camino, dice.

    Parte de las mejoras de la UTM está en su innovadora biblioteca. Con un área de 2 000 m2 este edificio se ha convertido en el corazón del campus académico. A un costo de USD 1,2 millones, es un sitio amplio, moderno con ventilación adecuada y sobre todo funcional. César Plúa es el director de la biblioteca de la UTM. El edificio tiene seis hileras de mesas completamente equipadas con puntos de energía eléctrica. La conexión wifi de Internet es por fibra óptica.

    Cifras universitarias

    Las iniciativas académicas. Un total de 571 proyectos presentó la Universidad Técnica de Manabí al Ceaaces y fueron aprobados 171, para desarrollarlos entre maestros y estudiantes.

    El soporte docente. Siete PhD contribuyen con la UTM; uno de ellos es parte del programa Prometeo.

    El campus. El Jardín Universitario es una de las mayores aulas a cielo abierto llena de flora y fauna en Manabí.

    Servicios a la comunidad. Unidad Educativa Universitaria, Instituto de Posgrado,Academia Artesanal Gabriel Manzo, Unidad Médica Universitaria, Clínica Veterinaria, Jardín Botánico, etc.