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  • El BID augura cambios veloces en América Latina

    Washington, EFE

    El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, subrayó la “enorme velocidad” a la que va a cambiar Latinoamérica en los próximos doce años, y el reto que significa conseguir dar forma a la movilidad social, dado el imponente salto reciente de la clase media.

    Moreno conversó con los periodistas a la salida del evento LAC2025 en la sede de la institución internacional, en Washington, en el que se dibujaron las principales perspectivas económicas y sociales que marcarán a la región en el futuro próximo. “Lo que queremos mostrar es la enorme velocidad a la que va a cambiar” América Latina y el Caribe de aquí al 2025, aseguró.

    De acuerdo con los cálculos del BID, la región crecerá un promedio anual de 3,7 % y verá cómo se duplica el PIB regional de unos 7 billones de dólares en 2012 a 14 billones de dólares en 2025

    Para entonces, Argentina, Chile, México y Uruguay habrán superado los USD 23 000 de ingreso per cápita anual, indicador utilizado como medida para incluir a un país en el grupo de países avanzados, y Colombia y Perú lo harán poco después. No obstante, la institución reconoció que dada la profunda desigualdad de ingresos en la región, debería crecerse al menos al doble, en torno a un 7,5 % al año hasta 2025, para llegar a eliminar la pobreza.

    El BID considera que el crecimiento de la clase media continuará hasta 2025, añadiendo cerca de 10 millones de personas cada año a este segmento, hasta alcanzar cerca de 460 millones entonces, del total de población previsto de 666 millones. Esta expansión conlleva desafíos de gran magnitud, especialmente en lo que se refiere a infraestructuras, educación y suministro energético, cuyo consumo se prevé que aumente al menos un 40 % de ahora a 2025.

    En 12 años, se calcula que el 85 % de la población vivirá en centros urbanos, y Bogotá y Lima se sumarán a México DF, Sao Paulo, Río de Janeiro y Buenos Aires como ciudades de más de 10 millones de habitantes. Otro aspecto negativo de estas tendencias sociales es su incidencia en la salud de los hombres y mujeres de la región, debido principalmente a un estilo de vida más sedentaria y el consumo de más comida procesada. El BID celebrará su Asamblea anual del 27 al 30 de marzo en Costa de Sauípe, Brasil.

  • Surge red social para las Pymes

    Redacción Quito

    El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó ConnectAmericas, «una mezcla de Linkedin y Facebook» para ayudar a las pymes latinoamericanas. El BID dijo que se trata de un portal al que pueden acceder las pequeñas y medianas empresas de Latinoamérica y el Caribe para acceder a información sobre mercados internacionales, conectarse con otras pymes de la región o del resto del mundo y acceder a instituciones financieras.

    En el proyecto, que el BID ha estado preparando desde hace más de un año, también participan las empresas Google, Visa, DHL y Alibaba. Fabrizio Opertti, coordinador de Integración y Comercio en el BID y responsable del proyecto, dijo a Efe que ConnectAmericas es un proyecto único e innovador no sólo en el continente americano sino en el resto del mundo que puede impulsar a la globalización a las pymes latinoamericanas y del Caribe.

    El portal, que es accesible a través de la dirección de internet www.connectamericas.com, ha estado funcionando a forma de pruebas desde hace más de tres meses con 100 empresas y profesionales de la región. «Creemos que es la primera red social para empresas y constituye una innovación».

    Opertti dijo que el Banco Interamericano de Desarrollo había detectado desde hace algún tiempo la necesidad de las pymes de la región de una herramienta para superar barreras como la falta de acceso a la compleja información de internacionalización o contactos fuera de sus países de origen. Opertti también destacó que ConnectAmericas es gratuita y su éxito «como cualquier red social, dependerá de los usuarios. A medida que las empresas se unan, más efectiva y útil será esta plataforma. EFE

  • Las diferencias salariales persisten

    Redacción Quito

    Aunque se han realizado esfuerzos importantes, los hombres todavía ganan un mejor salario que las mujeres en el ámbito local.

    Los datos muestran un cambio significativo en la fuerza de trabajo en el país, con una presencia creciente de mujeres en posiciones de liderazgo, representando 27% del nivel ejecutivo, anota un estudio elaborado por la firma consultora Deloitte, realizado en el 2011, el más reciente sobre el tema.

    Pero, según el mismo informe, la brecha de salarios entre hombres y mujeres en el país es del 15% en promedio.

    De igual modo, a medida que el nivel de jerarquía es mayor, la brecha aumenta hasta llegar a una diferencia del 28% en el nivel de directores.

    Los datos coinciden con el estudio ‘Nuevo Siglo, Viejas Disparidades‘, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el 2012. De acuerdo con este documento, los hombres ganan en Ecuador un 3% más que las mujeres, pero al comparar hombres y mujeres de la misma edad y del mismo nivel educativo, los hombres ganan casi un 15% más que las mujeres.

    Para los expertos consultados, estos índices responden principalmente a factores culturales e, incluso, estereotipos.

    Tania Moscoso, gerenta de Consultoría de Capital Humano de Deloitte, señala que esto obedece a «un concepto errado», de que las mujeres son menos productivas, porque tienen un rol de madre en el hogar. «Ese rol de la mujer en el hogar implica un esfuerzo adicional; no solo de la mujer sino de la corporación».

    Ella considera que cada vez un mayor número de empresas incorpora dentro de sus políticas la flexibilidad laboral, un factor que, según la ejecutiva, puede contribuir a una mayor equidad.

    Eddy Troya, gerente de Human Plus, considera que la cultura ecuatoriana aún es machista. «Aunque algunas empresas están gerenciadas por mujeres, la generalidad es que se privilegie al hombre». Otro factor es la educación. «El rol para el cuidado de los chicos hace que la mujer no pueda seguir preparándose». A esto se suma una estructura de políticas estatales que no privilegian lo suficientemente en el ámbito laboral a la mujer.

    Moscoso indica que países europeos y de la región están haciendo esfuerzos interesantes para reducir esta brecha. Comenta que una ley en Francia estableció que para el 2016, el 40% de mujeres ocupe cargos directivos en las corporaciones. En Colombia se introdujo una ley que fija que hombres y mujeres deben tener iguales condiciones salariales.

    Según el estudio del BID, las mujeres en América Latina solo ocupan el 33% de las profesiones mejor pagadas en la región (arquitectura, la abogacía o la ingeniería). A pesar del avance en años de escolaridad (0,5 años más que los hombres), la mujer tiende a concentrarse más en carreras como Psicología, Enseñanza o Enfermería. En Ecuador, las mujeres escalan posiciones en las áreas de Recursos Humanos, Marketing y, últimamente, Finanzas, dice Troya.

  • El ingreso de los pobres aumentó más

    César Augusto Sosa. Redacción Líderes

    El crecimiento de la clase media en América Latina durante la última década ha despertado gran interés en los organismos multilaterales de crédito.

    El Banco Mundial puso en escena el tema el año pasado y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lo ha seguido, ya que el crecimiento de la clase media es positivo por varios factores.

    La literatura económica destaca que una clase media más fuerte genera mayor propensión al ahorro, a la inversión en capital físico y humano, dinamiza el mercado interno a través del consumo, crea un mayor espíritu empresarial, mejora los niveles de educación, de salud y de movilidad social, señala Fidel Jaramillo, representante del BID en Perú.

    «También hay estudios que muestran una relación entre el tamaño de la clase media y la estabilidad política, menor desigualdad y una menor conflictividad social», destaca Jaramillo, un economista que fundó Multiplica, una consultora que esta semana conmemora 20 años de vida con un foro denominado: «Clase media y movilidad social en Ecuador».

    En este evento, que se llevará a cabo este miércoles 21 de mayo en el auditorio de la Flacso, también participarán Andrés Solimano, presidente del Centro Internacional de Globalización y Desarrollo (Ciglob), y Pablo Samaniego, profesor de la Flacso, especialista en temas de pobreza y distribución del ingreso.

    El crecimiento económico de la última década ha generado varios cambios en la sociedad y el mercado ecuatoriano, debido a que la población ha contado con mayores ingresos en sus bolsillos.

    Para cuantificar ese efecto, la primera tarea ha sido medir el crecimiento de la clase media. Hay varias formas de hacerlo, pero la más práctica ha sido calcularla con base en el nivel socioeconómico, para lo cual se divide a la población en cinco estratos: A, B, C, D y E.

    Bajo este enfoque, el 35% de la población ecuatoriana era de clase media hasta el año pasado, prácticamente el doble de lo que representaba una década atrás.

    Si lo anterior se traduce a valores absolutos, en la última década se incorporaron 3,2 millones de habitantes a la clase media del país, que bordea 5,6 millones de habitantes.

    Todos los enfoques para medir a la clase media concluyen que hay más personas en este segmento. Sin embargo, el poder adquisitivo de la población en la última década ha crecido de manera diferente en Ecuador.

    El estudio que Jaramillo presentará esta semana en Quito evidencia que el ingreso per cápita aumentó más en la población de menores ingresos. Mientras los ingresos de la población crecieron a una tasa del 7,8% en promedio durante el período 2003-2013, el crecimiento bordeó el 20% en el grupo de personas más pobres. «El crecimiento en la última década en Ecuador ha sido pro pobre».

    Lo anterior tiene varias implicaciones a escala nacional, pero una de las más relevantes es la reducción en la polarización de la sociedad, en el sentido de que hay una menor brecha de ingresos entre los ricos y pobres del país.

    Ahora, el crecimiento de los ingresos en Ecuador ha sido menor al registrado en países vecinos como Perú, lo cual pone en escena los resultados de dos modelos económicos diferentes.

    En el caso peruano, el crecimiento de los ingresos durante la última década fue del 9,3%. Si bien los más pobres vieron mejorar su situación económica, los mejores resultados se registraron en la clase media. En este sentido, el crecimiento en Perú ha sido pro clase media, mientras en Ecuador fue pro pobre.

    Con base en estos resultados, Jaramillo hace la siguiente lectura: «Un modelo de crecimiento basado en el mercado, como es el caso de Perú, crea muchas oportunidades para la clase media. Mientras que un crecimiento basado en el gasto público social ha beneficiado a la clase más pobre, como ha sido el caso ecuatoriano». No se puede decir que un modelo sea mejor que el otro, sino que cada uno arroja resultados diferentes.

  • Las calificadoras de riesgo y su influencia

    Hernán Martín Costa do Sauípe (Brasil) / Agencia EFE

    La importancia que se da a las calificadoras de riesgo, denostadas por muchos y desacreditadas por otros, pero de gran influencia en los mercados, fue tema de debate de fondo en la última asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

    El debate, aunque de vieja data para muchos, lo planteó en la asamblea del BID celebrada el 29 y 30 de marzo en el balneario brasileño de Costa do Sauípe, en Bahía, el país anfitrión, abiertamente molesto por la decisión de una calificadora de riesgo, hace un par de semanas, de rebajar su nota de solvencia.

    La agencia de calificación Standard& Poor’s redujo la nota soberana de crédito de Brasil desde ‘BBB’ hasta ‘BBB-‘, algo que, aunque sin perder el grado de inversión, dejó al país en el último escalón de esa categoría. Brasil considera que la decisión de la agencia no refleja la situación de un país comprometido con una política de ajuste fiscal, que en el último año ha recibido USD 68 500 millones en inversión extranjera directa y que cuenta con reservas internacionales por valor de USD 370 000 millones.

    «Tenemos que evaluar los cambios metodológicos de las agencias de calificación de riesgo. Cualquier ajuste (del BID) para adecuarse a las nuevas exigencias tiene que ser muy bien pensado», afirmó la ministra brasileña de Planificación, Miriam Belchior.

    Belchior, que pasó a ocupar la presidencia de la Asamblea de Gobernadores del BID, cargo que desempeñará durante el próximo año, advertía así al organismo del peligro de que las exigencias de las agencias de inversión y sus notas influyan en la capacidad de la institución de ayudar a países en dificultades.

    El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, se había mostrado, en los preparativos de la asamblea, orgulloso de que las calificadoras de riesgo mantuviesen al BID en la categoría ‘AAA’. Y había añadido que la asamblea de gobernadores de la institución le encomendó el mandato de mantener esa máxima nota de las calificadoras de riesgo.

    Belchior recordó que el BID se había gestado, precisamente en Brasil en 1959, con la idea de operar como una cooperativa de países, unos desarrollados y otros en desarrollo, para ayudarse entre sí.

    El debate sobre la influencia de las calificadoras de riesgo se produce a la luz de la situación crediticia de algunos países miembros del organismo, que son receptores de fuertes volúmenes de financiación del BID y de la preocupación de ciertos sectores de que ello vaya a influir en la solvencia de la institución.

    Caso especial es el de Argentina, que afronta dificultades de liquidez y sometido al «castigo» de las calificadoras, de las que ha sido un permanente crítico y que mantienen a este país entre sus categorías más bajas. Su Gobierno envió a Costa do Sauípe una nutrida delegación encabezada por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien dijo que Argentina espera para el 2014 desembolsos de USD 2 853 millones procedentes de distintas fuentes y casi la mitad de esa suma del BID.

    El debate regional
    Colombia.  El ministro colombiano de Hacienda, Mauricio Cárdenas, defendió en Costa do Sauípe que el BID apoye a todos los países que necesiten recursos, incluidos los que atraviesan dificultades, pero se opuso a decisiones que puedan comprometer la calificación de riesgo. El escenario.  Para Cárdenas, el BID debe ser el prestamista en los momentos de dificultad cuando los mercados se cierran a una nación por cualquier circunstancia. «Colombia siempre se opondría a cualquier decisión que pueda generar una disminución, en la calificación del BID».