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  • Los bienes mexicanos tienen elevada presencia en Ecuador

    Carolina Enriquez

    Los bienes mexicanos ocupan un espacio preponderante en cuatro grupos de importación: materias primas, bienes de capital, bienes de consumo, combustibles y lubricantes. Estos bienes ocuparon el sexto lugar de los proveedores en el 2018.

    ¿Por qué importa esto? Porque Ecuador busca negociar un acuerdo con el país norteamericano para liberar el comercio bilateral.

    Según Xavier Rosero, jefe técnico de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), los bienes de capital y las materias primas mexicanas pagan por entrar a Ecuador, aproximadamente, un 3% a 4% de aranceles en promedio; los de consumo, alrededor del 15%. Con menos carga habrá facilidades para importaciones.

    En la actualidad, Ecuador tiene con México una balanza comercial negativa. El déficit en el período enero-mayo de este año fue de USD 227,8 millones, según el Banco Central del Ecuador (BCE).

    La entidad muestra que en dicho lapso las compras desde ese país, en determinados segmentos, estuvieron en el top ten. Por ejemplo, las importaciones de vehículos de transporte particular ocuparon el cuarto lugar; el tercero las máquinas y aparatos de uso doméstico; el sexto fue para productos alimenticios, entre otros dentro de los bienes de consumo.

    Esto preocupa a las industrias nacionales de artículos similares, pues temen que con un acuerdo se incrementen las importaciones mexicanas y se deje de consumir su oferta (ver página 11).

    Roberto Aspiazu, vicepresidente de la Cámara Binacional de Comercio Ecuador-México (Comecuamex), explica que en toda negociación se protege a los sectores sensibles. Para el país, en el marco del proceso con los mexicanos, los sectores sensibles incluyen vehículos, productos metalmecánicos, electrodomésticos, textiles, etc.

    Las negociaciones todavía no se han iniciado. Según el ministro de la Producción, Iván Ontaneda, se están coordinando reuniones con todos los sectores, incluidos los considerados sensibles.

    Ecuador también tiene que concretar un acuerdo comercial con México si quiere entrar en la Alianza del Pacífico. Aspiazu señala que ya ha habido contactos preliminares. “Conocemos que la propuesta original mexicana ha sido bastante razonable. Sería un 90% de desgravación como objetivo, poco menos que el 92% que establece el protocolo comercial de la Alianza del Pacífico. El 65% (de la desgravación) sería inmediata y el resto implicaría una negociación a plazos de hasta 10 años”, detalla Aspiazu.

    El directivo considera que México solicitará exclusiones en la negociación dentro de la mesa agrícola. Entre los productos sensibles para los mexicanos están maíz, cuartos traseros de pollo, etc. “Eso nos da espacio para plantear algunas exclusiones”.

    Según el BCE, en el período enero -mayo de este año los automóviles aglutinaron el 16,4% de las importaciones, el 11,7% los medicamentos y el restante maquinarias y herramientas, insumos y diversas materias primas.

    Entre los artículos de importación mexicanos no pertenecientes al rubro de consumo que se encuentran en el top ten del BCE están productos agropecuarios no alimenticios para la industria, lubricantes, materiales de construcción, químicos, material de transporte y tracción para la agricultura, herramientas, equipos rodantes de transporte, etc.

    Rosero explica que México es un importante distribuidor de insumos para la producción; en el 2018 estuvo entre los cinco proveedores de materias primas y bienes de capital. “En el caso de los bienes de consumo, ellos no disputan con la industria local sino con las importaciones de otros países. Probablemente, el efecto será la recomposición de la estructura de quienes nos proveen. Habrá un desvío de comercio”.

    Esto implica que Ecuador va a comprar más a México por tener mejores condiciones y los afectados serán otros países.

    Cautela y temor, entre los industriales

    Con un PIB de 1 200 billones, México es la segunda economía de América Latina, después de Brasil. Este país con más de 130 millones de habitantes atraviesa desafíos en su economía, luego de que el PIB se contrajera 0,2% en el primer trimestre del año. Además, las previsiones de la Cepal señalan que México alcanzará este año una tasa de crecimiento económico real de 1,7%, cifra inferior a la del 2018 (2,0%).

    Ciertos analistas ya hablan de desaceleración, mientras que otros prefieren el término recesión en México. Este país es uno de los fundadores de la Alianza del Pacífico, el bloque regional creado en el 2011 que atrajo el 38% de la inversión extranjera directa recibida en América Latina en el 2017 y concretó ventas al exterior por USD 616 millones en el 2018.
    En el país, los sectores industriales miran con cautela los planes de negociar un nuevo acuerdo comercial con México. Hoy rige el Acuerdo de Alcance Parcial (ACE 29), en el marco de la Aladi.

    El director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca, Andrés Robalino, señala que los sectores industriales están conscientes de los beneficios de contar con acuerdos comerciales porque se generan divisas. Pero también advierte que es necesario tener negociaciones en las que se tomen en cuenta las sensibilidades de las empresas y la asimetrías entre las economías de los países involucrados en un acuerdo.

    “Al compararnos con México hay un potencial efecto negativo” advierte Robalino y añade que en segmentos como la cerámica plana México es enorme, con un tamaño superior a las industrias de cerámica de Colombia, Perú, Ecuador y Chile juntos.

    De eliminarse los aranceles, tal como está previsto, añade Robalino, se afectará al empleo de empresas de línea blanca, neumáticos, cerámica, muebles, etc. “Están en juego 10 000 empleos”.

    Otros representantes del sector industrial también miran con cautela la negociación con México. David Molina, director de la Cámara de la Industria Automotriz del Ecuador, detalla que los vehículos mexicanos tienen el 9% de participación del mercado de vehículos y añade que el sector mira con preocupación el proceso de negociación. “Primero se deben corregir las distorsiones estructurales de competitividad que tiene la industria ecuatoriana, en especial la automotriz, que tiene que pagar altos aranceles de materia prima e insumos” .

    Molina explica que sumando aranceles e impuestos “son casi USD 2 000 de ‘sobrecosto’ en cada auto ecuatoriano generado por impuestos que paga la industria. Así, la competencia con vehículos de otros países es injusta”.

    En el sector textil hay otra mirada. Javier Díaz, de la Asociación de Industrias Textiles del Ecuador (AITE), detalla que México provee al país de bienes de capital, materia prima, insumos y producto terminado. “El comercio bilateral textil entre Ecuador y México es marginal. Entre 2014 y 2018 Ecuador importó USD 30 millones, mientras que ellos compraron USD 20 millones. Ellos nos venden sobre todo fibras de hilos y nosotros les enviamos telas y prendas de vestir”.

    Pero en términos generales, dice Díaz, se advierte un comercio desigual entre Ecuador y México.

    Los consultados coinciden en la importancia de negociar con detenimiento, con un análisis profundo y con base en información detallada. Robalino lo resume: “No podemos ir a negociar con los ojos cerrados”.

    México cuenta con algunas de las fábricas de vehículos más grandes del mundo. Desde ese país se envían unidades a Ecuador. Es el principal producto que el país importa desde México. Foto: Archivo / EFE
    México cuenta con algunas de las fábricas de vehículos más grandes del mundo. Desde ese país se envían unidades a Ecuador. Es el principal producto que el país importa desde México. Foto: Archivo / EFE
  • Larry Yumibanda: ‘El consumo emigró a bienes básicos’

    Redacción Quito

    Larry Yumibanda es el presidente del directorio del Colegio de Economistas del Guayas dice que Ecuador pasa una “estandeflación”. Se trata de una situación que no ha vivido la economía moderna nacional. El gremio propone varias medidas para salir de aquello.

    Tomando en cuenta el análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI), Ecuador está en deflación. ¿Cuál es el impacto en la economía?
    Primero hay que decir que desde hace 86 años, aproximadamente, Ecuador no ha entrado en este proceso. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) muestra que el dato de inflación anual, de septiembre del 2017 a febrero de este año, ha sido negativo por seis meses consecutivos. Hay caída de precios por falta de consumo en los hogares y poca inversión empresarial.

    ¿Cuándo comenzó a gestarse esta situación en Ecuador?
    A raíz del terremoto y de la crisis económica del 2016 los precios se desaceleraron de manera más rápida y llegamos a esta situación. Hay muchos productos que están influyendo en esta reducción.

    Si se observan las tablas del INEC, entre esos productos se encuentran prendas de vestir, alimentos, muebles, restaurantes, centros de recreación y cultura, etc. ¿Por qué estos y no otros?
    Normalmente, este tipo de productos los consume la clase media. El sector popular, este momento, está precisando compra de artículos de primera necesidad, tomando en cuenta los precios y no la calidad. Descartando los alimentos y las prendas de vestir, para la mayoría de la población los otros segmentos no son necesarios. El consumo de la clase media es el que más ha pesado en la deflación porque ha logrado disminuir gastos y precisar solo cierto tipo de productos.

    ¿Cuáles?
    Especialmente los que tienen que ver con alimentación, salud, vivienda, etc. Creo que ha habido una emigración del consumo hacia lo básico, hacia lo estrictamente necesario. Los otros productos, que también son parte del cálculo de la inflación, han tenido una caída en su consumo, por lo que los negocios han bajado los precios para poder comercializarlos.

    Una de las tablas del INEC, que muestra la inflación anual en el mes de febrero, determina que el rubro de alimentos, que incluye artículos de consumo básico, ha presionado también para alcanzar cifras negativas. Si estos aún se consumen, ¿por qué se da ese resultado?
    Eso es normal por cuestiones climáticas, en este caso por el proceso de invierno que estamos viviendo. Es una cuestión cíclica. Pero, en general, la situación es compleja y hay que tomar medidas para poder enfrentarla.

    ¿Cuáles?
    Hay que ver cómo se da estimulos a la clase media. Por ahí debe ir la salida. Pero, tome en cuenta, hay productos que todavía tienen una inflación positiva y que son los que se consumen por ser necesarios como educación, alojamiento, agua, gas, entre otros.

    Es complejo, tomando en cuenta la situación económica que enfrenta el país.
    Hay un estancamiento del Producto Interno Bruto (PIB). Eso, sumado al proceso de deflación, como Colegio de Economistas del Guayas hemos denominado ‘estandeflación’. Es un círculo negativo. Hay temas que se mantienen casi sin variación en la economía como, por ejemplo, las condiciones de empleo: seis de cada 10 ecuatorianos o están en el desempleo o tienen un trabajo inadecuado, subempleo.

    ¿Como gremio han hecho alguna propuesta ante esto?

    Sí, sobre todo porque se trata de un proceso nuevo. La ‘estandeflación’ es una situación que nunca la ha vivido la economía ecuatoriana moderna. Como Colegio, partimos de un escenario en el que debe hacer equilibrio entre la oferta y la demanda. Creemos que debe estimularse la demanda de hogares y empresas.

    ¿Qué incluye su plan?
    Primero debe haber una disminución de impuestos, principalmente del impuesto al valor agregado. Creemos que debería bajar un punto. A su vez, planteamos la eliminación de las devoluciones de este gravamen. Un segundo aspecto está ligado con la inversión pública, en especial la de infraestructura, debe reactivarse. Recordemos que se paralizó en vista de que no tenía fondos el Gobierno. El único sector que en los actuales momentos puede dinamizar la economía es el Estado. Como tercer punto, a través de una resolución de la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera debe haber una disminución del encaje legal y de las tasas de interés. Si han bajado los precios, debe también bajar el valor del dinero.

    La demanda puede aumentar, pero ¿qué pasa si las empresas no producen o los negocios no tienen ‘stock’?
    Si se estimula la demanda se la debe satisfacer. ¿Cómo? Es importante ayudar al sector empresarial. A través de la disminución del impuesto a la renta, al 20%. Los recursos que se liberalicen se deben usar para investigación, desarrollo y tecnología de las compañías. Una empresa que se vuelve más productiva puede subir salarios y con eso crece el consumo.

    ¿Solo ese impuesto?

    En el país debe crecer la inversión extranjera directa (IED) y un factor para lograrlo es la eliminación del impuesto a la salida de divisas. Este, además, distorsiona las importaciones y las encarece.

    Anteriormente, usted decía que el Estado debe reactivar la inversión pública pero, al mismo tiempo, reconoció que no tenía fondos. ¿Cómo se logra, entonces, eso?
    Si se hace una nueva emisión de bonos, por ejemplo, debería haber una particularidad, algo diferente. Depende del equipo económico que busque ampliar los plazos, bajar tasas de interés, etc. Lo ideal sería que mínimo nos entreguen con cuatro o cinco años de gracia. Esto para poder salir de deudas y que los recursos puedan usarse para la construcción de carreteras, escuelas, entre otros.

    ¿Debería definirse mecanismos para salir de la deflación dentro del plan económico?
    Esperemos que sí.

    ¿Cuánto le toma a un país salir de la deflación?
    Depende de la situación. Se necesita inyectar recursos.

    Hoja de vida

    Formación. Economista de la Universidad de Guayaquil. Magíster en Negocios Internacionales y Comercio Exterior de la misma universidad.

    Experiencia. Presidente del directorio del Colegio de Economistas del Guayas. Actualmente, también se desempeña como parlamentario andino y es presidente del Comité Cívico Bicentenario de Guayaquil.

    Trayectoria. Ha sido asesor de la Alcaldía de Guayaquil y profesor titular del área de economía internacional y política económica de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Guayaquil. Fue concejal y presidente de la comisión de turismo. Fue vocal del Tribunal Electoral del Guayas. Analista en temas económicos.

    Larry Yumibanda es el presidente del directorio del Colegio de Economistas del Guayas. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
    Larry Yumibanda es el presidente del directorio del Colegio de Economistas del Guayas. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
  • El emigrante vende sus bienes para subsistir en españa, italia…

    En el 2009, una burbuja inmobiliaria afectó a Europa. Los países más golpeados fueron Grecia, España e Italia que aún luchan por estabilizar su economía, explica el analista económico, Juan Pablo Guerra.

    Esa crisis repercutió en los ingresos de los emigrantes quienes envían dinero a sus países de origen. Las cifras del Banco Central del Ecuador (BCE) reflejaron un descenso el año pasado con respecto al 2008. En ese año desde España llegaron USD 1 214 millones mientras que en el 2011 fueron USD 1 008 millones.

    En Italia no hubo el mismo impacto que en España porque el sector productivo, en el que laboran principalmente los migrantes, no desaceleró su ritmo. Así lo sostiene Alejo Santermer, director de Proyecto de la fundación Acra (Cooperación Rural en África y América Latina, por sus siglas en italiano).

    Esa apreciación se respalda en las cifras del BCE. Entre el 2008 y el año anterior, las remesas de origen italiano tuvieron una caída del 14,8%.

    En el caso de Estados Unidos, la crisis que experimenta desde el 2008 sí ha incidido en las remesas que llegan al país. En el 2008 Ecuador recibió USD 1 440 millones y el año pasado USD 1 179 de migrantes que trabajan en ese país.

    Otra situación grave que se evidencia, dice Guerra, son las remesas inversas. Es decir, los emigrantes piden a sus familiares en Ecuador que vendan sus inmuebles o bienes para que ese dinero les sirva para subsistir en esos países.

    Según datos del Central, durante el 2011, desde Ecuador se enviaron USD 15,8 millones hacia España. Las remesas que salen desde Ecuador se destinan al pago de hipotecas o manutención en los países donde viven.

    Entre el 2000 y el 2008 hubo un impulso inmobiliario en España y los ecuatorianos aprovecharon para comprar vivienda, dice el asesor económico, Daniel Jiménez. Pero ahora con la actual crisis y sin trabajo, los ecuatorianos venden sus inmuebles para sostener el pago de las hipotecas y quedarse en esos países.

    Ese es un riesgo, señala Guerra, porque los ecuatorianos están vendiendo el capital que han construido en años de trabajo y no se sabe cuándo terminará la crisis en esos países. También, se evidencia que los emigrantes están vendiendo vehículos y otros bienes en Ecuador para pagar arriendo y alimentarse en España, Italia…

    Para Santermer, las remesas son resultado del esfuerzo del emigrante y no deben ser gastadas en manutención o en consumo. Es necesario, agrega, que el emigrante y su familia tomen conciencia sobre ese dinero para destinarlo a inversiones y ahorro para el futuro.

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  • El negocio de los bienes raíces se fortalece con la universidad

    Redacción Cuenca

    La Universidad del Azuay (UDA) y la Asociación de Corredores de Bienes Raíces del Azuay (Asocobira), firmaron un convenio para dictar cursos de corredores inmobiliarios.

    Esta formación incluye derecho notarial, régimen municipal, administración de negocios inmobiliarios, legislación tributaria, avalúos y catastro, marketing y ventas inmobiliarias, y ética en la administración de bienes. En este ciclo, que se inició en octubre pasado y culmina en enero del 2013, se inscribieron 40 estudiantes.

    Para el director de Educación Continua de la UDA, Xavier Ortega, esta capacitación permite formalizar el mercado de los corredores de inmuebles y mejorar el servicio. Esto, porque quienes cursan esta capacitación entienden cómo el efecto migratorio que vive la provincia influye en los precios de terrenos y casas; conocen el entorno del negocio y las zonas de expansión y valorización. “Con estos conocimientos asesoran mejor a sus clientes”, dice Ortega.

    Para uno de los miembros de Asocobira e impulsor de este curso, Álvaro Álvarez, esta formación profesionaliza al sector y beneficia al cliente que tendrá una asesoría concreta, no solo en la compra o alquiler de un inmueble, sino en el momento de realizar los trámites del pago predial o el traspaso de un bien.

    El mercado de los bienes inmuebles está creciendo en el país, ya que el sector de la construcción se ha beneficiado por los créditos otorgados por el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess) y otros actores privados. Esa misma realidad se evidencia en Cuenca, en donde el metro cuadrado construido bordea los USD 700.

    Para el analista de mercados Miguel Serrano, la oferta de la UDA y de Asocobira genera confianza, que es clave para dinamizar este mercado.

    Deysi Vargas, una de las estudiantes, indica que está satisfecha con los módulos que ha estudiado hasta ahora. Esta cuencana es contadora pública y con esta formación en la UDA espera ampliar sus horizontes laborales para incursionar en la comercialización de casas, terrenos…

    “La venta de bienes inmuebles permite disponer de tiempo para atender a la familia y generar ingresos según la capacidad de cada uno”, dice Vargas.

    Para el presidente de Asocobira, Marco Rodríguez, esta formación es completa, para obtener la licencia y ejercer esta profesión. “No es solo vender propiedades, cada transacción tiene un componente ético para negociar y eso es lo que se inculca en este curso”.

    Los requisitos para inscribirse es tener el título de secundaria, como mínimo, dice Ortega. Si el interesado tiene título universitario y maestría es mejor, porque se enriquece el curso. En este espacio hay administradores, abogados… que identificaron en la compra y venta de inmuebles una forma de generar sus ingresos.

    Asocobira tiene previsto realizar estos cursos una vez al año, según la demanda de estos profesionales.

  • El lujo engancha a los chinos

    ANSA

    Ni la campaña del Gobierno de Pekín contra la corrupción -que llevó a un endurecimiento de controles- ni la situación de la economía internacional lograron contener las ganas de consumir productos de lujo en China.

    Según una investigación del Fortune Carachter Institute de Shanghái, especializado en el análisis de la economía china y en particular en el sector de los bienes de lujo, los consumidores chinos compraron en el 2013, el 47% de todos los bienes de lujo vendidos en el mundo. ¿Qué cifra se gastó para llegar a ese récord? USD 102 000 millones, poco menos de la mitad de todo lo gastado en todo el mundo, o sea, 217 000 millones.

    El dato es significativo también, porque llega en pleno despliegue de la campaña contra la corrupción de funcionarios lanzada hace un año por el presidente Xi Jinping. Esa estrategia llevó a una reducción neta de gastos por parte de un sector relevante de consumidores chinos, compuesto por funcionarios que se enriquecieron aprovechando su posición y que ahora buscan escapar del control del Partido Comunista.

    A raíz de la investigación se ve cómo los nuevos ricos chinos aman comprar productos de lujo -ropa, zapatos, carteras, joyería y relojes- sobre todo durante sus viajes al exterior.

    El 57% de los gastos se produce, en efecto, fuera de China. Nueva York, París, Tokio y Roma se encuentran entre las ciudades extranjeras preferidas de los turistas chinos para hacer compras de bienes de lujo. Zhou Ting, director del Instituto de Investigación de Shanghái, sostuvo que las adquisiciones en el exterior tienen que ver con el hecho de que de esa manera hay más seguridad de no comprar productos falsificados.