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  • La cadena de retail que nació en una bodega del centro de Quito

    Evelyn Tapia

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    Era 1952 y en el Centro Histórico de Quito, en una bodega, la familia Wright vendía jabones, velas, aceites entre otros productos para el hogar. En la década de 1950, en Ecuador no existían todavía los supermercados.

    Así comenzó la que hoy es la cadena de retail más grande del país, Corporación Favorita, más conocida por sus cadenas Supermaxi, Megamaxi y Akí.

    Tres años antes de que la bodega comenzara a funcionar, la fábrica de aceites La Favorita le había otorgado la distribución de sus productos en Quito al ecuatoriano Guillermo Wright Vallarino. Así nació el nombre de este negocio que en 1957 abrió su primer local de autoservicio en la avenida Amazonas y Robles, en el centro norte.

    En 1953, cuando se colocó la primera piedra del que sería el edificio del primer Supermercado La Favorita, estuvo presente el general Guillermo Rodríguez Lara, entonces jefe de la Junta Militar y quien colocó simbólicamente la primera piedra.

    En los años setenta Ecuador experimentaba un ‘boom’ en la construcción de centros comerciales y La Favorita fue parte de ese proceso.

    Para 1972 la empresa ya había abierto en el Centro Comercial Iñaquito (CCI) el primer local de Supermaxi y la primera sección de juguetería,que dio origen a lo que hoy es Juguetón.
    En 1979, La Favorita expandió su operación a Guayaquil, en donde abrió su primer local, que todavía funciona en el centro comercial Policentro.

    En sus 65 años de historia la empresa ha ido ampliando su abanico de negocios y ya no es una empresa familiar, pues en 1976 abrió su capital al público,con lo que pudo incorporar accionistas.

    En 1996, cuando Supermercados La Favorita se ubicó en el segundo lugar del ranking de empresas con mayores ingresos del país, según datos de la Superintendencia de Compañías, la firma contaba con 1 897 empleados. Un año después de ese hito, en 1997, apareció el primer Megamaxi, que todavía está en el centro comercial Mall del Sol, de Guayaquil.
    Han pasado 20 años y La Favorita tiene cuatro veces más colaboradores y locales en todo el país, además negocios de retail en otros seis países de la región.

    En ese lapso se sumaron nuevas marcas, como Akí (1999) y la cadena de ferreterías Kywi, que fue comprada en el 2005.

    Para el 2008, según datos del Servicio de Rentas Internas (SRI), la empresa estaba dentro de los 51 grupos económicos más importantes del país.

    Ese año La Favorita ocupó el sexto lugar entre los mayores contribuyentes, según el SRI, y además cambió su razón social de Supermercados La Favorita a Corporación Favorita.

    En 1996, Supermercados La Favorita se ubicó en el segundo lugar del ranking de empresas con mayores ingresos. Foto: Archivo / LÍDERES
    En 1996, Supermercados La Favorita se ubicó en el segundo lugar del ranking de empresas con mayores ingresos. Foto: Archivo / LÍDERES
  • La megabodega para 600 clientes

    Redacción Quito

    Conocer de cerca la tarea que realizan de domingo a viernes (el sábado se descansa), unos 470 operarios de bodega, 18 supervisores y dos jefes es fascinante. Su responsabilidad es velar porque 600 puntos de distribución en todo el país, de las cadenas de farmacias Fybeca y Sana Sana, además de las tiendas de conveniencia Oki Doki, siempre estén abastecidos de productos alimenticios, medicinas, pañales, artículos de bazar, etc.

    Ellos se encuentran en Provefarma, el Centro de Operaciones del Grupo GPF, una empresa que se fundó en 1990, con el fin de ser el brazo ejecutor de la distribución de la firma. Allí, en una superficie de 10 000 m2, son los responsables de recibir y distribuir 17 000 ítems, que provienen de 450 proveedores; trabajan las 24 horas en tres turnos, tal como el exigente negocio del retail demanda de una empresa dedicada a la logística.

    Todo el trabajo arranca en el área de recepción. En ese lugar se verifica que todas las mercaderías cumplan estándares de calidad, registros sanitarios, cantidad, fechas de elaboración y caducidad, etc. De allí van a una especie de ‘megaestanterías’, que alcanzan una altura similar a una vivienda de cinco pisos de altura.

    Para que todo esté en su sitio y facilite las tareas de recepción y despacho, los operarios están conectados con el sistema tecnológico ‘voice speaking’. De esa manera, se intercomunican con un computador, que emite directrices para atender los requerimientos del inventario.

    Es casi como un trabajo de hormiga, en donde el movimiento de los montacargas y el ir y venir de personas permiten abastecer a más de 4 000 ubicaciones, donde se colocan los productos. Las paredes de esta ‘megaestructura’ están cubiertas con láminas especiales, que mantienen una temperatura ambiente entre los 14 grados y 23 grados centígrados.

    Los productos se organizan de acuerdo con su naturaleza. Los alimentos y bebidas, por ejemplo, están aislados físicamente del resto (para evitar cualquier tipo de contaminación cruzada). También consta el área de ‘gran volumen’, en donde van los artículos de alta rotación, como los pañales, papel higiénico, que requieren un manejo separado. Disponen de estanterías como para colocar 8 500 ‘palets’ en diferentes posiciones.

    El 60% del personal trabaja en el área de despacho, porque es la tarea más exigente y de alta concentración en la parte de operaciones, explica el gerente de la firma, Guillermo Araque.

    Además, para facilitar al almacenamiento, en medio de esas estructuras de hierro de color naranja, se dispone de mezzanines en tres niveles. En el primero están los productos de higiene personal; en el segundo, están las medicinas; y en el tercero, los artículos de bazar.

    Al final de cada pasillo hay una banda transportadora de productos, que facilita el despacho hasta el área de envíos; y ahí comienza la parte de rutas.

    La tarea de Provefarma es intensa y por ello, desde diciembre del año pasado, cuenta con otra nave de almacenamiento con una extensión similar a la primera (10 000 m2). Esta se encuentra interconectada con la primera nave. En la mitad hay un puente que las une y en ese trayecto se encuentra un área de mantenimiento de equipos para montacargas, solo se usan montacargas eléctricos y no hay ninguno con combustión de fósiles.

    Esta segunda nave tendrá otras características, porque se mejorará la tecnología. Si en la primera las estanterías alcanzaban los seis niveles, en esta serán siete niveles con mezzanines, para aprovechar al máximo los productos.

    La segunda nave

    La operatividad.  De acuerdo con los ejecutivos de Provefarma, en la segunda nave se aplicarán soportes tecnológicos que permitirán optimizar la productividad de los colaboradores. Estará plenamente operativa en el 2015.

    La inclusión laboral.  Las personas con capacidades especiales que trabajan en Provefarma se encargan de actividades relacionadas con la colocación de códigos de barras en los productos; también realizan tareas de maquila.