Etiqueta: botellas

  • Las artesanías en botellas que resaltan los paisajes

    Redacción Quito

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    Una pareja de danzantes con su traje típico, el tradicional Diablo Huma y los paisajes andinos son parte de las artesanías que realiza Lucía Landívar, quien es una artesana que reside en Cumbayá, parroquia rural de Quito.

    Las botellas de vidrio de todos los tamaños son como su lienzo para plasmar paisajes de la Sierra, Costa o Amazonía ecuatoriana. Para ello, recicla botellas de perfume, gaseosas, licores y las transforma en bellas artesanías pintadas o decoradas.

    Esta pasión por el arte surgió años atrás. Su primera experiencia en la decoración y pintura en botellas de vidrio fue en un concurso, en el que participó con artesanías elaboradas en focos grandes de alumbrado público y con botellas. La idea agradó a los jueces y la declararon ganadora. Desde ese día no ha parado de crear nuevas artesanías que resalten el folclore del país. “Cada vez se va perdiendo el interés por las raíces indígenas, por lo que apuesto a destacar los paisajes y los personajes de pueblos y nacionalidades indígenas”.

    Ella cree necesario que se enseñe este tipo de arte en las escuelas y colegios de la capital y del país para que los niños y jóvenes se interesen en este arte.

    La elaboración de las artesanías requiere tiempo y paciencia. Desde el inicio, la mujer debe buscar los materiales indicados para, por ejemplo, la vestimenta de los personajes. “La materia prima sale de lo que las otras personas ya no ocupan”. Landívar recoge retazos de tela, encajes, botones para la decoración de los trajes típicos.

    Desde el 2015 la mujer se puso un nuevo reto: la elaboración de personajes de las diferentes provincias con sus trajes típicos. La novedad es que elabora en botellas pequeñas, que no superan los 15 centímetros.

    Es un trabajo que demanda exactitud porque son detalles muy pequeños. Se tarda cerca de una hora en hacer una pareja de otavaleños o cayambeños.

    El costo de estos adornos oscila entre USD 3 y 20. Son económicos y los comercializa en las ferias artesanales que se realizan en la parroquia o en otro punto de la ciudad. Además, ha participado en otras ferias a escala nacional. La facturación por feria alcanza los USD 80. Y la inversión es de la mitad, es decir, USD 40 aproximadamente.

    En la parroquia, Landívar es conocida por su entrega en rescatar la cultura del país y de la parroquia. Trabajó con grupos de adultos mayores, a quienes enseñó a danzar ritmos tradicional. Además estuvo vinculada a la Junta Parroquial y colabora con escuelas de la zona.

    Elsa Torres, quien trabaja en la zona, asegura que el trabajo de Landívar es de calidad y tiene un objetivo claro: rescatar y valorar las raíces indígenas del país. “Sus artesanías son hermosas y económicas. Vale la pena adquirir una para un regalo a amigos o para adornar la casa”.

    La meta de esta emprendedora es posicionar su producto en las cadenas comerciales a escala nacional. Está trabajando en ello. Quiere seguir vinculada al trabajo con adultos mayores, personas con discapacidad y niños para que amen sus raíces.

    Foto: Valeria Heredia / LÍDERES Lucía Landívar elabora sus artesanías en el segundo piso de su casa, ubicada en el barrio Santa Inés, en la parroquia de Cumbayá.
    Foto: Valeria Heredia / LÍDERES
    Lucía Landívar elabora sus artesanías en el segundo piso de su casa, ubicada en el barrio Santa Inés, en la parroquia de Cumbayá.
  • Ahora las botellas de Coca – Cola tendrán emoticones en su etiqueta

    Redacción Líderes.com

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    Como parte de la campaña «Comparte una Coca – Cola», la compañía presenta una nueva edición de botellas que incluye en sus etiquetas palabras especiales y emoticones. El objetivo de la campaña es inspirar a más personas a compartir sus experiencias.

    Algunas de las palabras especiales que saldrán en esta fase, según un comunicado de la empresa, están tomadas de la jerga ecuatoriana. Así, palabras como ñaña/o, princesa, brother, pana, entre otras, se verán en las etiquetas. Los envases también tendrán 7 emoticones que incluyen una sonrisa, un beso, un guiño, etc.

    Daniela Córdova, gerente de Marca de Coca- Cola de Ecuador, dijo que la campaña busca «recordarle a los ecuatorianos el simple placer de conectarse más y mejor con otros». Además, indicó que el uso de emoticones en las botellas está orientado a que las «personas encuentren nuevas formas de expresar sus sentimientos, conectarse y compartir».

    Daniela Córdova, Gerente de Marca de Coca- Cola de Ecuador, presenta la campaña "Comparte una Coca-Cola". Foto: Archivo/ LÍDERES.
    Daniela Córdova, Gerente de Marca de Coca- Cola de Ecuador, presenta la campaña «Comparte una Coca-Cola». Foto: Archivo/ LÍDERES.
  • Un sistema para calentar agua se desarrolló en equipo

    REDACCIÓN QUITO  (I)

    En la vía que conecta Ibarra con El Chota, en Imbabura, se encuentra la hostería Tunas y Cabras, especializada en ecoturismo. En sus instalaciones los visitantes pueden encontrar una innovación tecnológica diseñada y elaborada por mentes y manos ecuatorianas.

    Se trata de un sistema para calentar el agua de la piscina de la hostería, que tiene capacidad para 130 metros cúbicos. Este calentador solar alternativo fue desarrollado por profesores de la Universidad de las Fuerzas Armadas-Espe. La historia de este desarrollo se remonta al 2003, según explica José Guasumba, investigador del establecimiento de educación superior.

    Ese año, Guasumba empezó a estudiar las propiedades de los envases de plástico utilizados para gaseosas. Estos envases, también conocidos como plástico ‘pet’, permiten captar energía que, a su vez, sirve para calentar agua. Así una botella de 1,3 litros puede generar 12 vatios térmicos y elevar la temperatura de una piscina hasta los 28 grados, según explica el investigador de la Universidad de las Fuerzas Armadas-Espe.

    El funcionamiento de este sistema es bastante sencillo. Primero se necesitó recolectar botellas plásticas, una tarea en la que participaron estudiantes del establecimiento. Luego se adquirieron las mangueras y empezó el montaje del sistema.

    Guasumba explica que en la hostería se levantaron seis domos. En cada uno se usaron 1 000 botellas y 900 metros de manguera; los domos tienen un diámetro de 6 metros en su base y de 2,5 metros en la parte superior.

    Los envases plásticos sirven como una especie de dispositivo por el que atraviesa la manguera que transporta el agua hacia la piscina. Las botellas cumplen con la función de calentar la manguera usando la energía solar que captan en su interior. “Es similar a la sensación que tiene una persona cuando ingresa a un vehículo que ha estado a la intemperie en una mañana o tarde de sol”.

    El investigador señala que levantar estos sistemas para calentar agua es fácil y que no se necesita mayores conocimientos. La clave está en ser hábil con las manos para manipular las botellas y la manguera. “Es como elaborar una artesanía, es decir que lo importante es tener habilidades manuales. Además es un trabajo que permite dar un nuevo uso a envases que por lo general se desechan y se convierten en basura”.

    Los domos tienen forma parabólica. Este diseño no es casual sino que permite captar más energía solar. “No se necesita una estructura especial, solo material de reciclaje”, insiste el investigador.

    Fernando Acosta, gerente de la hostería, recuerda que el contacto con la Universidad de las Fuerzas Armadas-Espe, se dio para una colaboración en otro negocio suyo: Polylepis Lodge. Luego de algunas reuniones Acosta les comentó de la hostería Tunas y Cabras y así surgió la idea de aplicar el sistema en la piscina del centro turístico. “Les dije que necesitaba calentar la piscina y que buscaba un sistema amigable con el ambiente. Y me propusieron usar el calentador solar alternativo”.

    Acosta, antes de contactar con la universidad, había calculado que el uso de paneles solares requería una inversión de USD 70 000 aproximadamente. “Era una cifra elevada, pero con el desarrollo de la Universidad de las Fuerzas Armadas la inversión fue 15 000”.

    El gerente de la hostería recuerda que la primera reunión para el proyecto fue hace alrededor de un año. Cuenta que llegaron estudiantes, profesores y técnicos para examinar el espacio y las condiciones climáticas de la zona.

    El estudio duro más de tres años y la implementación unos tres meses. En el armado e instalación de los domos, botellas, mangueras y sensores, trabajaron cerca de 120 personas y el sistema empezó a funcionar a inicios de diciembre.

    Los trabajos fueron detallados. Por ejemplo, los estudiantes perforaron más de 2 200 botellas de plástico, las limpiaron y las acoplaron a la manguera.

    Con las pruebas realizadas se comprobó que la temperatura del agua se elevó de 25 a 31 grados. Guasumba añade que el trabajo en equipo y la colaboración de la hostería fueron fundamentales para que el proyecto funcione. “No cobramos nada solo pedimos materiales y un espacio para probar el sistema y para que los alumnos se involucren”.

    Fernando Acosta, gerente de la hostería Tunas y Cabras,  junto a los domos que calientan el agua. Foto:  José Mafla / LÍDERES
    Fernando Acosta, gerente de la hostería Tunas y Cabras, junto a los domos que calientan el agua. Foto: José Mafla / LÍDERES
  • Botellas y CD plasman esta iniciativa

    Redacción Quito

    Tener en sus casas viejas botellas de plástico y CD que ya no se los escuchaba, permitió que Andrea Ruiz y Pablo Tello desarrollaran un negocio que se basa en el reciclaje: Cachivachero.

    Estos dos jóvenes utilizan las botellas y los discos para elaborar colgadores de teléfonos móviles y bancos.

    Su emprendimiento tomó viada en la Escuela Espejo, donde la madre de Ruiz impartía clases. Allí, los dos chicos difundían talleres de educación ambiental a estudiantes de primaria y secundaria. Ruiz estudia Educación Ambiental en la Escuela Politécnica del Ejército y Tello es técnico en sonido.

    Su primera venta fue hace un año. En el 2011, en esta entidad educativa vendieron 50 de estos artículos por el Día de la Mujer a USD 1 cada uno.

    Con este capital y su propuesta, compraron materiales como: pinturas, tijeras, papel y siguieron con el reciclaje de botellas y envases tetrapack.

    El año anterior Cristina Criollo, directora de la Fundación Climambiente, se contactó con estos jóvenes emprendedores para invitarles a la feria ‘Navidad ecológica’ realizada el pasado diciembre en el Municipio de Quito.

    Esta institución cada año reúne a unos 25 artesanos que se vinculan al arte y a la ecología. Para participar Ruiz y Tello investigaron sobre productos fabricados con botellas plásticas.

    Así conocieron que en Brasil se elaboraban bancos con este tipo de material. Se animaron y fabricaron los taburetes. Utilizaron alrededor de 250 botellas para armar 15 bancos en su primera exposición.

    Criollo recuerda que en la feria los productos fueron muy vistosos. “La gente se acercó y conoció su trabajó”. También destaca que el uso de material reciclado es una propuesta innovadora porque visibilizan al consumidor responsable.

    Las redes sociales como Facebook son su principal canal de promoción. Cachivachero también ha participado en otras ferias como ‘Expo Artesanos’ y encuentros en Mundo Juvenil en Quito.

    Gabriela Villacrés compró hace cuatro meses, tres bancos. Para ella, estos productos son útiles, además que se ligan al reciclaje y pueden ser personalizados. Uno escoge el color y el diseño.

    La elaboración

    Los materiales. Para elaborar sus bancos utilizan botellas recicladas, papel, goma blanca, tijeras, cintas de varios colores. Además, reúnen pedazos de tela de lona, que son retazos de una fábrica de chompas que tiene uno de sus familiares.
    La producción. Realizan 15 bancos al mes en el taller localizado en la casa de Ruiz, al sur de la ciudad.

  • De botellas de plástico ‘vuelan’ mariposas

    Redacción Quito

    Las manos de Carmen Llanti convierten viejas botellas de plástico reciclado en coloridas mariposas que sirven como adornos para celulares, imanes para refrigeradoras, aretes y vinchas.

    Bellas Travesuras es el nombre de la microempresa de Llanti que comenzó en el 2008 como un pasatiempo. “Casi como una terapia contra el estrés”, dice Llanti.

    En octubre de ese año, Llanti acudió a la Fundación Obra Social y Cultural Sopeña (Oscus) para seguir un curso de manualidades, por el que pagó USD 35.

    Allí aprendió a elaborar las mariposas, pero no fue sino dos años más tarde que su hija, Susana Torres, le sugirió convertir su pasatiempo en un negocio. Así nació este emprendimiento. “Antes de eso solo fabricaba las mariposas, pero vendía una o dos como por diversión”.

    Llanti guardaba las botellas de plástico de diferentes productos que consumía en su casa; sus vecinos supieron de la iniciativa y le facilitaban más envases plásticos. “Mi casa parecía centro de reciclaje”, comenta Llanti.

    Así obtuvo la materia prima para su microempresa. USD 20 adicionales fue su inversión inicial para comprar pegamento, escarcha y pintura para vidrio, material con el que pinta las alas de las mariposas.

    “Son un detalle muy bonito, se nota el trabajo en las alas y los detalles. No me imaginé que antes esto fue una botella con algún líquido”, cuenta Cristina Espinosa, quien compró varias mariposas para colgar en su lámpara de noche

    Actualmente, esta emprendedora invierte entre USD 20 y 30 cada mes en materia prima y percibe mensualmente ingresos por USD 230 en promedio, dependiendo de la temporada.

    En diciembre del 2011, Bellas Travesuras se presentó en tres ferias navideñas con sus productos. La primera fue una vitrina ecológica realizada en la Plaza Grande de Quito; la segunda, en el Museo Camilo Egas, ubicado también en el Centro Histórico; la tercera fue la Feria de Emaseo, en el parque La Carolina.

    Después de estas ferias, Llanti volvió a la Fundación Oscus para tomar un segundo curso de bisutería y con esto amplió su línea de productos. Ahora también elabora cofres, faroles y candelabros.

    Los precios varían, se pueden encontrar mariposas pequeñas de USD 1, adornos para el celular, prendedores y vinchas por USD 1,50. Los faroles, cofres y candelabros cuestan entre USD 5 y 7,50.

    Cristina Criollo, del restaurante La Cuchara de San Marcos, conoció esta micro en diciembre pasado y espera para finales de este año organizar con Bellas Travesuras y otras microempresas una de las primeras bodas ecológicas de la capital.

    “Los recuerdos de la boda y parte de la decoración van a ser mariposas y faroles hechos con botellas de plástico”, asegura.

    Eduardo Villamarín también es cliente de Bellas Travesuras. Él compró cofres y portavelas. Él cuenta que los productos de esta micro son el detalle perfecto para sus hijas, su mamá y su esposa.

  • jeans hechos de botellas

    Redacción Quito Redaccion@revistalideres.ec

    ¿Sabía usted que solo se necesitan 10 botellas plásticas desechadas para elaborar un pantalón jean? ¿Y que Ecuador es el pionero en la región en utilizar esta tecnología? La idea se concibió hace cinco años, cuando Enkador, una empresa que fabrica fibras sintéticas y textiles, decidió invertir USD 15 millones para montar todo un sistema moderno que recicla las botellas plásticas y las transforma en estas fibras para la industria textil.

    Carlos Mario Saldarriaga, gerente general de Enkador, explica que tras realizar un estudio del mercado se detectó que en el país se consumen alrededor de 50 000 toneladas al año de botellas PET y, de esas, el proyecto en marcha necesita unas 15 000 toneladas.

    El proceso empieza con el acopio de las botellas, en donde se están generando 100 empleos directos y 1 300 indirectos. Luego, con maquinaria de alta tecnología, se reciclan las botellas y se generan unos llamados ‘chips’ de poliéster, los cuales sirven de base, o para hacer botellas o para hacer otros productos como láminas, pero también para hacer hilos.

    Estos ‘chips’, codificados, se envían luego a la planta de Vicunha, donde empiezan su proceso para transformarlo en tela de jean, que sirve de materia prima para los confeccionistas nacionales.

    Para Carlos Alberto de Jesús, principal de Vicunha, esta estrategia nace para aportar algo de solución a la basura, reaprovechar lo que sería desechable y darle buen uso. “Y a la vez el producnto tiene que ser competitivo, verdadero, inteligente y que no se lo someta al consumidor a una condición de menor confort o de mayor costo solo porque es totalmente ecológico”.

    En estos momentos, Enkador y Vicunha se encuentran adecuando sus puntos de venta al público y dialogando con marcas y diseñadores locales para la utilización de esta tela jean (60% algodón y 40% poliéster reciclado). El producto ya será comercializado en el país dentro de aproximadamente un mes, bajo la marca Loveco, y el cliente podrá elegir su jean al reconocer su original etiqueta.

    “Es un programa social muy lindo porque le da empleo a personas que tienen pocas oportunidades en el país; lo segundo es que evitamos la importación del poliéster porque lo vamos a fabricar con materia prima que ya está aquí. A su vez, vamos a evitar la salida de divisas del país y, aparte de eso, un proyecto de este tamaño está evitando la generación de 35 000 toneladas al año de CO2 al medioambiente”, sentencia Saldarriaga.

    La alianza entre ambas empresas no tiene un período de finalización, aunque se espera exportar las fibras recicladas dentro de la región. En la reciente feria Colombiatex, en Bogotá, se lograron contactos para proveer no solo de poliéster sino otros materiales reciclados.

  • Nuevas ideas para la industria del vidrio

    Redacción Guayaquil

    Con la inauguración de un salón para la innovación, Owens Illinois (OI) Ecuador, empresa productora de envases de vidrio para unas 330 firmas a escala nacional, da un paso más en su plan de crecimiento, en el que han invertido alrededor de USD 200 millones en dos años.

    En el sitio en el que se intercalan paredes blancas y otras en tonos verdes, resaltan las estanterías en formas geométricas en las que reposan botellas transparentes y otras coloridas, de diseños variados.

    Una pizarra, un proyector y una mesa, son los elementos que complementan el ambiente de este salón, al que los clientes de OI podrán ingresar regularmente.

    El 16 de julio, Eduardo Restrepo, gerente de la empresa en Ecuador, dio apertura al salón de la innovación, «el primero en América Latina». En este sitio se realizarán talleres con los clientes para desarrollar nuevos modelos de envases, enfocados en potenciar la sostenibilidad, innovación y calidad.

    La empresa, fundada en 1903, tiene 13 plantas de producción en América Latina. La planta en Ecuador, ubicada en la vía Perimetral de Guayaquil, tiene una capacidad de producir de 30 a 35 millones de botellas al mes, un promedio de un millón y medio diarias.

    Actualmente, la empresa trabaja bajo cuatro líneas: licores, gaseosas, alimentos y cervezas, con firmas como Coca-Cola, Cervecería Nacional, etc.

    Restrepo comenta que estas actividades están dirigidas a sus clientes más grandes, pero también a los que están desarrollándose, «para que a través del diseño de envases innovadores puedan ser más competitivos en el mercado».

    El estadounidense Casey Ingle, director en innovación de Marca Global, Owens-Illinois, Inc., explica que se seleccionó al Ecuador como el primer país para implementar este salón de innovación, por el crecimiento que ha experimentado la producción de la planta, y por la demanda de calidad de los clientes de la compañía.

    Ese crecimiento, dice Carlos Aguilar, gerente de planta, se debe a la inversión que también se ha hecho en maquinaria. En el 2012 se reemplazó el horno con el que se trabajaba allí desde hace unos 16 años, y en el 2013, se sumó una máquina más, a las tres con las que se trabajaba.

    Con estas nuevas adquisiciones en sus activos, la capacidad de producción de OI creció un 30% y el requerimiento de mano de obra en un 15%.

    «Estamos en capacidad de seguir creciendo, tenemos un crecimiento anual del 10%», cuenta Restrepo. Brasil y algunas regiones del Caribe son los destinos a los que ya se están enviando los productos, explica.

    El otro fuerte de la estrategia está enfocado en el medioambiente. Ingle trabajó hace dos años en la campaña que maneja la empresa Glass Is Life™ (Vidrio Es Vida), una iniciativa global diseñada para comunicar las cualidades de sostenibilidad y bajo impacto ambiental de los envases de vidrio. Está basada en testimoniales en los que los clientes: chefs, diseñadores, gerentes, destacan los beneficios de usar el vidrio como envase.

    Aunque actualmente la producción en la fábrica se realiza con arena traída desde la región amazónica del país, Aguilar destaca que también se utilizan botellas recicladas, que representan aproximadamente un 30% del material.

    Además de la innovación en diseños, durabilidad y calidad, la empresa apunta a reducir el impacto ecológico, por lo que aspira que ese porcentaje de vidrio reciclado sea mayor. En Europa, por ejemplo, el porcentaje de vidrio reciclado llega hasta el 70%, explica Aguilar.

    La empresa además cuenta con un centro de innovación enfocado en desarrollo de tecnología, para mejorar la calidad de las cuatro líneas; está ubicado en Perrysburg, Estados Unidos.

    Enfoque ambiental

    • Cuatro pasos. OI busca optimizar los métodos de producción para preservar los recursos naturales, para lo que se planteó cuatro metas: 1) Recortar el uso de energía a un 50%, 2) reducir la emisión total de CO2 en un 65%, 3) alcanzar un 60% de vidrio reciclado en la mezcla (globalmente) y 4) tener cero accidentes en las plantas.
    • Los equipos. El nuevo horno alcanza una temperatura de unos 1 500 grados, lo que permite más efectividad en los procesos y ahorro de energía. La cuarta máquina, en cambio, aumentó la productividad en un 30%.