Etiqueta: cabañas

  • Cabañas que unen el confort y la cultura

    José Luis Rosales

    Contenido Intercultural

    Relacionadas

    La ibarreña Viviana Erazo ha desarrollado varias iniciativas productivas, en las dos últimas décadas. Recuerda que instaló una papelería, luego una empresa consultora y una fundación que capacita a emprendedores.

    En enero pasado abrió en Cotacachi (Imbabura), Sara Lodge. Es un establecimiento turístico que ofrece alojamiento en cabañas de bambú, comida y ceremonias ancestrales, caminatas, cabalgatas dirigidas a los visitantes nacionales y extranjeros.

    La empresaria es apasionada por los bellos paisajes, las manifestaciones culturales y la variada naturaleza del país.

    Sus emprendimientos están inspirados en los principios de la economía social y solidaria. “El ser humano como centro, la generación de trabajo como objetivo, el cuidado del medio ambiente y la protección de la sabiduría local”.

    Erazo estudió la carrera de Negocios Internacionales, en Ibarra. También cursó una maestría en Desarrollo Local Rural, en España. Ha recorrido 30 países del mundo por trabajo y turismo. Le gusta conocer nuevos destinos y culturas. Hace una década tuvo la oportunidad de visitar Japón, en donde conoció el uso del bambú.

    A su retorno a Ecuador se vinculó a una organización no gubernamental que desarrolla labores en Manabí. Ahí reforzó su gusto por las edificaciones levantadas con el bambú nativo de Ecuador.

    El año pasado empezó a construir Sara Lodge (en idioma kichwa sara significa maíz). Calcula que ha invertido USD 100 000.

    El 90% del capital aportó Erazo de recursos de la venta de una oficina, créditos de hermanos y de una entidad bancaria; el 10% proviene del aporte de una socia.

    El dinero lo destinó para adquirir el terreno, edificar la infraestructura hotelera (compuesta por dos cabañas de bambú y dos domos geodésicos de estructura metálica, aún en construcción).

    Su idea fue generar opciones de alojamiento alternativo para los visitantes. Por eso, el mayor reto fue edificar en el páramo las cabañas de bambú, que provienen del litoral. Esta obra fue ejecutada por obreros de la Fundación Hogar de Cristo, de Guayaquil.

    En los acabados se colocó canaletes metálicos, esponjas térmicas y paredes de gysump, para combatir el clima frío de la zona. La idea es mantener un ambiente cálido al interior de las cabañas.

    En las 1,5 hectáreas que mide el terreno se adecuó una zona para camping, un huerto orgánico, un jardín y un área para animales.

    El lugar tiene una vista privilegiada de los volcanes Cotacachi, Imbabura, Cayambe y Fuya Fuya. También se observa los valles en donde se asientan las urbes de Otavalo, Cotacachi y Atuntaqui.

    Los viajeros pueden participar de actividades culturales y recreativas en Sara Lodge y en lugares cercanos. Una de ellas es la Danza de los Yumbos, un baile tradicional de la zona.

    También se puede avanzar a la laguna de Cuicocha. Allí, una opción es una caminata por la Ruta Sagrada, en donde se puede observar la flora y fauna del lugar. El recorrido dura 30 minutos.

    Otra de las rutas se dirige a la comuna kichwa de San Nicolás, que ofrece una convivencia con familias nativas. También hay alternativas de paseos a caballo y recorrido en bicicletas.

    Uno de los servicios que implementará Erazo es el alojamiento en los domos geodésicos y un sitio para el cuidado de mascotas.

    Las redes sociales han sido aliadas para darse a conocer el lugar. Ahora también oferta los servicios en línea a través de Airbnb, Booking y Tripadvisor.

    Una de las estrategias de Sara Lodge es trabajar en alianzas con el turismo comunitario. La idea es que los 200 000 visitantes que llegan a la Reserva Ecológica Cotacachi-Cayapas, cada año, ayuden a dinamizar la economía de las comunidades vecinas de Cuicocha.

    Viviana Erazo planea construir cabañas turísticas en Las Peñas, en el norte de Esmeraldas, pero con el mismo concepto de Sara Logde. El objetivo es ofrecer, a futuro, los destinos páramo y playa a los turistas.

    Datos

    El establecimiento está ubicado tres kilómetros antes del ingreso de la Laguna de Cuicocha.

    Hay paquetes desde USD 35, todo el día. Otra opción es tres días y dos noches, todo incluido, por USD 180.

    El servicio de restaurante ofrece desayuno, almuerzo y cena. Hay varias opciones.

    Para realizar los trekking y caminatas al páramo se ofrece los servicios de guías locales indígenas.

    El citi tour ofrece un recorrido por los almacenes de prendas y artículos de cuero, en el centro de Cotacachi.

    Viviana Erazo está al frente de esta nuevo establecimiento turístico en Cotacachi. Tiene toques ecológicos. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    Viviana Erazo está al frente de esta nuevo establecimiento turístico en Cotacachi. Tiene toques ecológicos. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • La visión tsáchila está en la construcción de las cabañas

    Red. SANTO DOMINGO 
    Contenido Intercultural

    Relacionadas

    Las viviendas, centros turísticos y espacios ceremoniales tienen cada vez más un factor común: muestran las nuevas y antiguas técnicas de la construcción ancestral de la cultura Tsáchila. La proximidad de los bosques con las comunas de esta etnia alienta esta propuesta.

    Los tsáchilas tienen en sus parcelas extensas plantaciones de caña guadúa; esta realidad facilita emprender nuevas construcciones y remodelar las existentes en sus siete comunas. El producto que aprovechan para sus nuevos inmuebles lo tienen a mano.

    Budy Calazacón ejecuta el proyecto de Chozas Luna en unos terrenos de la comuna Chigüilpe, en la vía a Quevedo. Cuenta que hay turistas nacionales y extranjeros que se interesan por ser parte de estas nuevas construcciones. Él enseña los secretos para la poda de la paja toquilla y de la caña. También, les permite que se involucren en el montaje.

    Hay turistas extranjeros, de Europa y de Norteamérica, que se enteran de este tipo de proyectos y que llegan al país expresamente para visitarlo. Ellos se enteran principalmente a través de las redes sociales. En la ejecución de estas construcciones los tsáchilas siguen su cosmovisión y no descuiden las costumbres de sus ancestros. Ellos deben cortar la paja toquilla, el pambil y la caña bajo una noche de luna llena.

    Esta es una forma de garantizar los años de vida de los materiales, pese a que soportan los diferentes cambios climáticos que se dan en sus territorios. “La mayor parte del tiempo pasa nublado y eso ayuda a que los productos que no siguieron los mandamientos de nuestros antepasados se deterioren con facilidad”, contó Calazacón cuando se realizó este reportaje. En cada familia tsáchila se construye o remodela un promedio de dos a tres viviendas o centros de rituales.

    De igual forma, habló Javier Aguavil, gobernador de los tsáchilas, sobre el proyecto. “No se trata de demoler un inmueble por cuestión de gusto o estética, sino porque tenemos viviendas y construcciones que superan los 50 y 100 años de existencia”, comenta.

    Pero los materiales que se desmotan no se desechan, sino que pasan a cumplir una función distinta, por ejemplo, para elaborar nuevas marimbas.

    De esa forma se observan que los viejos troncos de pambil se emplean para elaborar las teclas y los palos que ayudan a entonar ese instrumento. Lo que no se logra reutilizarse definitivamente es la paja toquilla, que debido al exceso de humedad y la exposición continua al sol se debe desechar. 

    Se trata de una campaña que se ejecuta en las siete comunas para mejorar la imagen y el ornato de los caseríos. Bajo ese concepto, se trabaja en las mejoras y reemplazo de un 80% de las antiguas construcciones, señala el gobernador.

    José Aguavil construyó su casa con un diseño cuadrangular. Él utilizó un 80% de caña guadúa fresca y bambú para levantar la estructura en la comuna El Poste, ubicada en el baipás Chone-Quevedo. La vivienda es de 40 metros cuadrados y se edifica en un terreno que anteriormente utilizó para dar alojamiento a los turistas.

    Este proyecto genera el interés en otras nacionalidades.

    La caña guadúa es una de las maderas que más se utilizan para la construcción de las viviendas de las familias tsáchilas. Foto: Archivo LÍDERES
    La caña guadúa es una de las maderas que más se utilizan para la construcción de las viviendas de las familias tsáchilas. Foto: Archivo LÍDERES