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  • Mujeres cabeza de familia son las más ahorradoras de Latinoamérica, dice CAF

    Agencia EFE

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    Un estudio difundido el viernes 4 de marzo del 2016 por el banco de desarrollo de América Latina-CAF asegura que, aunque los hombres siguen teniendo mayor capacidad de ahorro, las mujeres cabeza de familia tienen una gestión más eficiente de los recursos financieros del hogar.

    El proyecto «Determinantes Socioeconómicos de la Educación Financiera» evaluó, mediante encuestas a hombres y mujeres en Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia, tres factores: la participación en la «economía del hogar», sus «actitudes y conductas», que pueden o no ser favorables para el bienestar financiero y los «conocimientos y conceptos» financieros que domina.

    «A las mujeres les va muy bien en el indicador de economía del hogar, no muy bien en actitudes y conductas y mucho peor en el de conocimientos», explicó a Efe Diana Mejía, experta en inclusión financiera de CAF y coautora del informe.

    En general y como se puede evidenciar también «en otros estudios hechos alrededor del mundo», dijo, existe una brecha entre hombres y mujeres en cuanto a «educación financiera», como se denomina a los tres factores descritos previamente.

    Es una brecha que, asegura, se mantiene «independientemente del desarrollo o el nivel socioecómico» pues «la vemos en países como Australia, Holanda y Estados Unidos».
    CAF ahondó en el tema para entender si todas las mujeres mantienen el mismo nivel de «educación financiera» y demostró que no.

    «Cuando las mujeres toman las decisiones del manejo del dinero en su hogar tienen mejores niveles de capacidad financiera, manejo de conceptos, y mayor propensión al ahorro», asegura Mejía.

    Esto, estima, se debe a que «cuando las mujeres se empoderan y toman las riendas (…) empiezan a desarrollar capacidades que les permiten tomar mejores decisiones».
    A su juicio, «si uno no tiene la posibilidad de enfrentarse a esas cosas, no puede desarrollar esas habilidades».

    Entre los países estudiados, las bolivianas destacan como las más hábiles en las finanzas, lo que Mejía presume que podría ser debido «al fenómeno de las microfinanzas» que ha permitido que ellas hayan recibido microcréditos que las han empoderado más que a sus congéneres de otros países.

    Las mujeres cabeza de hogar planifican a largo plazo y «son más emprendedoras» que otras mujeres que, por lo general, dice, «son más temerosas».

    Además, las mujeres cabeza de hogar vigilan personalmente sus finanzas y son más ahorrativas.

    A juicio de la experta, esta información es de interés para «los gobiernos que están trabajando en estrategias nacionales de inclusión financiera» pues, indicó, «habría un potencial muy grande al empoderar a la mujer y darle acceso a proyectos productivos en el mercado laboral».

    En ese sentido, Mejía instó a «generar políticas y espacios para que las mujeres tengan una mayor inclusión financiera» y «establecer programas (financieros) diferenciados por tipo de audiencia pues cada grupo poblacional objetivo tiene necesidades».

    La educación financiera, «además de ser algo importante para el crecimiento de los países, lo es para las familias», por lo que la especialista, basada en otros estudios que han demostrado que es la madre quien transmite a los hijos las aptitudes del manejo del dinero, recomendó «empezar a educar a las niñas que en un futuro van a criar hijos que deberán ser adultos responsables».

    Por otra parte, el estudio arrojó que, salvo en Perú, a las mujeres receptoras de subsidios del gobierno no les va muy bien en general y muestran actitudes contrarias al ahorro.
    Los bolivianos destacan como los más ahorradores, con un 71 % de la población que asegura ahorrar, aunque el 38 % de ellos lo hace de manera informal (en una alcancía o «debajo del colchón»).

    Además, las personas con un nivel educativo bajo, los residentes en zonas rurales, los jóvenes y los adultos mayores son los grupos con menos capacidades financieras y, por lo tanto, los que menos ahorran.

    Las mujeres cabeza de hogar vigilan personalmente sus finanzas y son más ahorrativas, según estudio de la CAF. Foto: EFE
    Las mujeres cabeza de hogar vigilan personalmente sus finanzas y son más ahorrativas, según estudio de la CAF. Foto: EFE
  • La cobranza puede ser un dolor de cabeza

    Redaccion Guayaquil (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El proceso de cobranza de cartera vencida puede resultar un verdadero dolor de cabeza para las empresas, mucho más al inicio de cada año, cuando el festín de compras navideñas y de fin de año ha pasado y los negocios se enfrentan a clientes con sus billeteras vacías.

    “En enero la gente suele quedar un poco corta con relación a su capacidad de pago, porque se ha endeudado de tal forma que se gastó todo, incluso el decimocuarto sueldo”, dice Larry Sotelo, gerente de Servinco, una firma prestadora del servicio de cobranza y asesoría legal.

    ¿Cómo hacer para que el cliente pague y que lo haga sin que la compañía se vea afectada en el tiempo? Para Sotelo, las empresas deben ante todo prevenir llegar a las acciones de cobranza, a través de un conocimiento previo del historial crediticio de los clientes.

    Las empresas empiezan a observar cómo los clientes se complican con sus pagos desde enero y arrastran su morosidad hasta marzo o abril. Muchas firmas han entendido las razones del porqué muchos clientes son reticentes a pagar antes, y esperan a que cierre el primer trimestre del año para empezar a cancelar sus deudas.

    En el caso de Ecuador las razones, explican los expertos, están a la vista y se relacionan con el pago del decimocuarto sueldo, que se realiza en marzo en la región Costa; y de las utilidades que reparten las empresas del sector privado, en abril.

    Muchos negocios han sacado ventaja de esta particularidad en los ingresos del cliente ecuatoriano y han implementado estrategias de ventas en esa dirección. Ahora resulta usual que muchos negocios ofrezcan cobrar las compras de diciembre recién en marzo, o sea, tres meses después.

    “No es una simple estrategia de vender más, también es una estrategia inteligente de cobranza. Aprendieron a seguirle el juego al mercado, y no irse en contra de este”, manifiesta Sotelo.

    En la tarea de cobranza, los negocios deben lidiar con dos tipos de clientes: los individuales y los corporativos. Cuando se trata del primer caso, de créditos corporativos con descuento al rol de pagos del empleado, los expertos recomiendan que el negocio califique a la empresa a la que va a hacer el descuento, mas no al trabajador.

    Por el contrario, cuando se trata de crédito directo al trabajador, resulta importante, coinciden, en revisar el comportamiento crediticio que registra la persona, en base a los datos que proveen los burós de información crediticia. Estos manejan el historial de comportamiento de pago.

    El proceso de cobranza atraviesa diferentes etapas, según el nivel de reticencia del cliente a pagar. Sotelo recomienda evitar en lo posible llegar a instancias judiciales, especialmente cuando se trata de deudas manejables.

    “Cuando se trate de una deuda relativamente pequeña, que usualmente no supere los 1 000 dólares, porque el costo que representaría ir a un juicio, contratar a un abogado, resultaría costoso”.

    En ello coincide Gino Erazo, senior partner en Ecuador de KPMG, firma multinacional especializada en servicios de auditoría y consultoría para compañías. “En tiempos de escasez hay que maximizar nuestras acciones de cobro. Dentro de esas estrategias de cobranza, sin embargo, hay que ser flexibles porque hay que considerar que la capacidad de pago de los deudores puede estar afectada”.

    Para el experto, llegar a la etapa de cobranza vía judicial se vuelve muy oneroso, y demasiado traumático para las partes. A su criterio, un gestor de cobranza debe considerar ofrecerle al deudor cierto oxígeno, que le permita refinanciar o reestructurar sus deudas.

    Las empresas de cobranzas conocen que la dificultad para recuperar cartera vencida tiene varios orígenes y que, en cierta medida, esta depende del tipo de negocio. En ese sentido, las firmas de cobranza coinciden en que los perfiles de las compañías que caen en mora cambian de año en año.

    “Hoy por ejemplo tenemos dificultades con las empresas constructoras, debido a que tienen una limitación en cuanto al pago, relacionada con la coyuntura económica actual de Ecuador”, explica Sotelo.

    Su empresa de cobranzas lo ha comprobado: desde julio del 2015 los clientes que buscan sus servicios se han incrementado en más de un 40%. A criterio de Erazo, las empresas también deben trabajar, a través de la ayuda de firmas especializadas, en el diseño de procesos y metodologías lo suficientemente eficientes para lograr una disminución de los períodos de morosidad.

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