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  • El olor a café se toma la estación del tren

    Redacción Quito

    Son las 07:12 y el vapor que sale de la máquina de expresos inunda brevemente la cocina del Café del Tren, un local ubicado en la estación ferroviaria de Chimbacalle, en el sur de Quito.

    Como si se tratase de una locomotora, el calor del agua anuncia la presencia de clientes en esta cafetería, que se inauguró el pasado 18 de febrero. Ellos acuden al sitio para combatir el frío de las mañanas quiteñas, mientras esperan subirse a los vagones y emprender el viaje.

    José Luis Quintero, gerente de Comercialización de Ferrocarriles del Ecuador, explica que la creación de Café del Tren es parte de una estrategia de consolidación de la estación de Chimbacalle como un centro turístico en la capital.

    El proyecto se inició a finales del 2010 con la elaboración del diseño de la marca. La ejecución se llevó a cabo desde julio del 2011 y tardó unos seis meses.

    Se invirtieron unos USD 60 000 en promedio para la adecuación del local, que en principio se construyó para el alojamiento de granos y verduras. El Gerente explica que se piensa recuperar la inversión en cinco años.

    Un mural de 12 m² divide los dos ambientes de la cafetería, que cuenta con una capacidad de 10 mesas. La obra estuvo a cargo de la artista plástica Bego Salas, quien tardó un día en pintarlo.

    “La alegoría de los colores de las casas y el tren que están plasmados en la pintura representan la calidez de los habitantes de Chimbacalle”, explica la muralista.

    El diseñador de interiores Kiko Rodríguez encabezó la adecuación. La madera es un elemento que predomina en paredes y pisos de la cafetería. “Este elemento proporciona un ambiente moderno y conjuga la historia de este sitio galardonado como la Primera Maravilla de Quito”.

    Mario Ojeda, al igual que un maquinista, se ajusta su mandil para iniciar su jornada. El es Gerente de Corporación Noción, una firma a la que la Empresa de Ferrocarriles EP, concesionó la cafetería por cinco años. “Los costos de una taza de café, elaborado con grano de altura originario de cultivadores de Catamayo (Loja) va desde los USD 1,28 a los 2,50”, dice.

    Los proveedores del Café del Tren también son moradores de Chimbacalle. Esta condición de trabajo era de indispensable cumplimiento para la concesión, según explica Quintero. “Al vincular a la colectividad en estos proyectos ganamos voceros que atraerán más visitantes”.

    Mercedes Cruz entrega 100 humitas y quimbolitos para el Café del Tren cada viernes desde su inauguración (febrero). “Es gratificante saber que en este proyecto valoren el trabajo de los microempresarios del sector”, manifiesta.

    Natalia Paredes visitó el local por recomendación de una amiga. “Me encantan las fotografías y algunos elementos de los operarios ferroviarios que decoran el sitio. Es un lugar para venir a compartir una taza de buen café con amigos”, señala.

    Los horarios de atención van de 07:00 a las 19:00 de lunes a domingo.

  • En 14 años se levantó una cadena con aroma de café

    Redacción Guayaquil

    En los últimos cinco años, las personas tienen la percepción que Sweet & Coffee ha evolucionado con más velocidad, pero en realidad ha sido un trabajo que comenzó desde el primer local. Esta es la apreciación del empresario Richard Peet quien junto con su esposa, Soledad Hanna, fundaron la empresa hace 14 años.

    Hoy, el emprendimiento opera como una cadena de cafeterías que en su menú ofrece bebidas de café, postres, tortas, sánduches y otros alimentos de sal. En poco más de una década, la empresa abrió 48 locales y esperan implementar ocho más hasta fin de año, todos en Guayaquil y Quito. Según Peet, en este año esperan ventas por cerca de USD 17 millones.

    Esta cadena tiene diferentes formatos y opera en locales independientes, en autoservicios que funcionan en gasolineras, en centros comerciales… El crecimiento hizo que hoy la fuerza laboral llegue a los 700 colaboradores. “Hemos trabajado con nuestra gente. Gran parte de la plana mayor ha hecho carrera en los últimos cinco u ocho años”, cita su fundador.

    Para Peet, en el desarrollo de Sweet & Coffee existieron cambios en la visión estratégica. Dice que siempre se preocuparon por la calidad. “Luego nos dimos cuenta de que el servicio debe ser tan bueno como los productos. Hoy todos en la empresa creemos que lo que Sweet & Coffee vende no es un producto o servicio sino una experiencia”.

    Peet considera que los consumidores de la cadena acuden por la marca. “A algunos les puede gustar el local, a otros la calidad, servicio, los empaques, la visión de responsabilidad social… Todo eso es importante para fortalecer la marca”.

    Fabiola Minda, de 26 años, es una cliente que acude casi a diario al local de Sweet & Coffee ubicado en las calles Luque y Pedro Carbo, en el centro de Guayaquil. Dice que el sitio le atrae por el ambiente y la calidad de los productos. Siempre pide café normal, expreso o el Frappelatte. “El ambiente de Sweet & Coffee no lo tienen otros lugares”, afirma Minda.

    Pero es el ambiente acogedor, unido a la oferta de algunos alimentos típicos, el motivo de las visitas de clientes como Yuliana Castelo. Comenta que las humitas y el chocolate caliente le recuerdan a las hechas por su madre. A veces, Castelo, se inclina por comprar la torta de acelga. “Hay calidez en el ambiente, talvez de forma inconsciente esto hace que acuda con más frecuencia”. Castelo acude a los locales del centro y de Urdesa, norte de la ciudad.

    Para Peet, la expansión continuará bajo una misma administración pero internacionalmente, buscan el modelo de franquicias. “Es un tema que no hemos podido concretar porque no hemos encontrado aún, los socios ideales. Sin embargo, seguimos en conversaciones”.

    Niels Olsen, gerente de marketing de Sweet & Coffee, afirma que hicieron alianzas para estar en autoservicios como la marca Listo que opera en los puestos de gasolina Primax. También destaca otras de carácter social con Fasinarm, entidad que promueve la inclusión de niños con discapacidad intelectual. “Por cada tasa de café que se vende se aporta con USD 0,01. Hasta la fecha se ha recaudado más de USD 150 000”.

    El desarrollo de la marca en el país

    • Elaboración del café. A la planta de la empresa llegan los granos de café. Luego, un barista se encarga de hacer las pruebas para encontrar un equilibrio entre el cuerpo, el aroma y la acidez del producto. Luego que se seleccionan los granos, se los tuesta y posteriormente se los empaca.
    • Las variedades de productos. Esta compañía comercializa café tostado y molido bajo diferentes preparaciones. Entre estas el Sweet & Coffee, Café Zaruma, Café Jipijapa, Café con Avellana, Café con Amareto o el Sweet & Coffee Orgánico.
    • Proyectos sociales. La empresa trabaja bajo un esquema de comercio justo. El objetivo es fomentar el desarrollo económico de cerca de 400 familias de caficultores de Loja. Bajo el programa Sembrando un compromiso, dan apoyo técnico, financiamiento y capacitaciones a los agricultores.
    • El modelo de franquicias. El interés de la empresa es desarrollar locales, en el Ecuador, bajo una administración propia. Sin embargo, el desarrollo de la marca en el exterior busca entregar una franquicia máster para que esta desarrolle los locales.

  • El café de Colombia llega a china a través de la web

    PORTAFOLIO DE COLOMBIA / GDA

    Desde la semana pasada, el café empacado de Juan Valdez se vende en China, a través del portal Yihaodian, considerado como el más importante en el comercio electrónico de alimentos en ese país.

    El anuncio lo hicieron, de forma conjunta en Pekín, Procafecol, el portal de internet y el distribuidor Beijing Junjie Trade. “La firma de este acuerdo marca el inicio de la llegada de Juan Valdez a China, mediante el comercio electrónico. Decidimos realizar nuestro ingreso mediante Yihaodian, pues con el comercio electrónico podremos llegar a todo el territorio chino a precios competitivos”, señaló Hernán Méndez, presidente de Procafecol.

    Yu Fang, presidente de Beijing Junjie Trade y uno de los distribuidores de Juan Valdez en el país asiático, consideró que el café colombiano tiene características muy especiales que lo hacen único.

    “La marca tiene un portafolio muy amplio de productos y una imagen que la hace muy atractiva, por lo que creemos que será bien acogida por los consumidores chinos”, señaló el ejecutivo.

    Para lanzar su producto en ese mercado, Procafecol y su aliado escogieron Yihaodian, el portal especializado en la venta de alimentos importados que compró la estadounidense Walmart. Fang añadió que los clientes potenciales para el café colombiano serán los jóvenes, quienes se están acostumbrando a buscar nuevos productos a través de estos portales.

    En los próximos meses Juan Valdez espera iniciar ventas a través de otros portales de comercio electrónico chinos, como 360buy, Taobao, TMall y Amazon.cn.

    En total, el e-commerce facturó más de USD 124 000 millones en China el año pasado. Este monto significa un 66% más que el 2010, según datos compilados por la firma Barclays Capital.

    El café colombiano ha estado en China desde el año 2000, mediante exportaciones directas equivalentes a unos 1,5 millones de dólares anuales. En los últimos cuatro años, las ventas de café han crecido 45%, gracias al aumento en el consumo de café por parte de los chinos.

    Los habitantes de ese país bebieron el equivalente a 25 000 toneladas de café en el 2011, mientras que un informe de Barclays Capital estima que el consumo de la bebida se incrementará a un ritmo del 40% anual hasta el 2015.

    “La entrada de este café marca nuestro deseo de tener productos internacionales de alta calidad”, declaró Zhao Jiayu, directora de Productos de Yihaodian.

    La firma

    • Procafecol. La empresa fue creada en noviembre del 2002 por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.
    • El mercado. Los productos Juan Valdez se encuentran en nueve países de Asia, Europa, Norteamérica y América Latina.

  • Solubles Instantáneos: El aroma y el sabor de su café llegan a 12 países

    Holger Ramos B./ Redacción Guayaquil

    Producir café soluble para exportar fue el objetivo de Jorge Salcedo, al fundar Solubles Instantáneos C.A. en Guayaquil, en 1960. En esa época, él trabajaba con su hermano Marcos en la exportadora de café y cacao Salcedo Hermanos. De forma paralela, fundó Solubles Instantáneos con una inversión que a la tasa de cambio correspondía a USD 214 000. Fueron recursos de ahorros de la actividad empresarial y de créditos bancarios.

    Pasaron 52 años y la firma que produce las marcas Don Café y Café Oro consolidó su presencia local y en el extranjero. Los productos llegan a países como Japón, Inglaterra, Holanda, Alemania, Israel, Perú…. Asimismo, la firma vendió cerca de USD 20 millones, en el 2011.

    La compañía comenzó a operar en la av. Carlos Julio Arosemena (norte) y, en ese sector, hoy tiene un área de 30 000 m².

    Jorge Salcedo, hijo del fundador, preside la compañía desde el 2006. Cuenta que en los inicios, la persistencia de su padre hizo que el negocio no cerrara pese a tener pérdidas. Recuerda como anécdota que en el gobierno de Camilo Ponce Enríquez (1956-1960) se incentivó la exportación de productos no tradicionales. Sin embargo, justo cuando iban a arrancar las exportaciones cambió el régimen al de José Velasco Ibarra (1960) y también las reglas del juego. “Las exportaciones previstas a Inglaterra se cancelaron”.

    Por este motivo, cita Salcedo, se enfocaron en la producción local, en un mercado que no estaba acostumbrado a consumir café soluble. “Eran otros hábitos, la gente preguntaba para qué servía ese ‘polvito’. Contratamos publicidad en la radio y hacíamos degustación en plazas y mercados”. Tan solo 12 años después, en 1972, se dieron las condiciones para la exportación. La primera venta se hizo ese año a Alemania y actualmente los productos llegan al mercado de 12 países.

    Sin embargo, la empresa pasó períodos de crisis. Salcedo cita las devaluaciones del sucre en los ochenta que aumentaron sus deudas en dólares o la crisis de los precios del café, desde el 2001 hasta el 2005.

    La innovación en los procesos productivos fue una constante. Inicialmente la empresa elaboraba café atomizado que se obtiene mediante un proceso de altas temperaturas. Pero en 1981 se invirtieron USD 4 millones para implementar otro sistema mediante un proceso de liofilización a bajas temperaturas. En el 2005 se amplió la torre para el proceso de atomizado e invirtieron USD 3 millones.

    [[OBJECT]]Para Enrique Moncayo, gerente general de la compañía, entre los planes en el corto plazo está aumentar la presencia en la Sierra y exportar más productos terminados con las marcas propias.

    Seira Romero es la administradora de Ariosto Andrade Cía. Ltda., una distribuidora de productos de consumo masivo. Comenta que esta empresa comercializa el café de Solubles Instantáneos desde hace unos 50 años. “Vendemos en Manabí los productos Don Café y Café Oro de Solubles Instantáneos. Tiene alta demanda y son productos de alta calidad”.

    La opinión la comparte Manuel Marfetán propietario de la distribuidora Prodeco, en Machala. “Trabajamos con la empresa desde 1984. Destacamos la responsabilidad de la compañía y la calidad de sus productos, tienen una alta rotación”.

    Salcedo dice que entre los problemas del sector cafetalero está la baja productividad. Por esto, la firma implementó dos programas en los cantones Echeandía y Guaranda (Bolívar) junto con el Consejo Cafetalero Nacional. Allí desarrollan 300 hectáreas de café cuyos dueños son cerca de 250 agricultores. Ellos, reciben asesoría y apoyo económico en los cultivos.

    La compañía

    Los productos. Don Café tiene presentaciones de 10 gramos (g), 50 g y envase de vidrio de 200 g.
    La exportación. El café soluble se exporta en bolsas de 25 kilogramos que luego se embalan en cajas.
    Proyectos sociales. Solubles Instantáneos auspicia al Club Social y Deportivo Don Café, en Guayaquil.

    EL INSIGNIA

    ‘Hay comunicación en esta empresa’

    Jorge Guamán / gerente de planta

    En esta empresa trabajo desde hace 32 años. Al inicio realizaba labores relacionadas con el control de calidad, organización, métodos y procedimientos. También supervisaba los procesos productivos y verificaba que el producto final cumpla con los requerimientos establecidos.

    Hoy, soy el Gerente de la planta y mi labor es coordinar al resto de los departamentos involucrados en la producción. Esta tarea implica que tenga bajo mi supervisión a cerca de 120 personas.

    En esta compañía he tenido grandes satisfacciones, entre otras, tener libertad para desarrollarme profesionalmente. Hay lecciones que no se aprenden en la universidad, pero sí en la práctica como el trato diario con personas y la solución de problemas que surgen en la actividad.

    Destaco la excelente relación que existe con la presidencia y gerencias de la compañía y la comunicación con el personal.

  • El arte se disfruta con un buen café

    Redacción Quito

    Las pinturas de Endara Crown, César Manrique, Luis A. Martínez… son algunas de las obras que junto a otras antigüedades y esculturas decoran el Café Sibarí, un restaurante y galería de arte que funciona en la capital desde 1999.

    Ese año, con el proceso de dolarización en marcha, su dueño, Rubén Darío Vásquez decidió abrir un espacio que combinara el arte, el café y la tertulia. Comenzó con una inversión cercana a USD 5 000, para la adecuación de un pequeño local en la calle Jerónimo Carrión, en el norte, y en la decoración se utilizaron las obras de la galería de arte de la Fundación Exedra, que entonces lideraba Vásquez.

    “La idea era tener un café cultural. A veces organizábamos subastas a martillo, pues muchos de los autores también eran clientes nuestros”, cuenta. “Fuimos muy pioneros en el concepto de café-boutique. Los objetos que decoraban las paredes estaban a la venta, incluso diseñamos nuestras propias tasas a colores y nuestros clientes las compraban luego de tomarse un café en ellas”, agrega el dueño.

    Para finales del 2006, el Café Sibarí recibió una invitación del Instituto Metropolitano de Patrimonio, que entonces llevaba el nombre de Fonsal, para ser parte de la reconstrucción del Centro Histórico.

    Ese año, el café se trasladó a la calle Junín en el barrio San Marcos, mientras la casa 707 de la calle La Ronda era reconstruida con fondos de la ex Fonsal.

    Esa reconstrucción tardó un poco más de un año y fue necesario levantar paredes, adecuar las instalaciones y hasta los pisos de la casa. Vásquez, como restaurador de arte, participó en ese proceso.

    “Se pusieron paredes de cristal, se construyó una tarima para espectáculos en la plaza central… se levantó toda la estructura de la casa. Fue un proceso largo que terminó en el 2008”, recuerda Manolo Sandoval, administrador del negocio.

    Para diciembre de ese año se abrieron las puertas del nuevo local, en medio de las Fiestas de Quito. “Tuvimos muy buena acogida”, recuerda el administrador.

    El año pasado, el Café Sibarí facturó cerca de USD 130 000. Organizar un evento en este espacio es posible a un precio que oscila entre los USD 600 y 1 500, dependiendo del día. A eso hay que sumar el costo del catering, el personal de servicio, renta de equipos y menaje.

    El ambiente acústico de este café, en un ambiente de fiesta entre pasillos, trova y boleros, se presta para las más singulares historias. Luz Elena Galeano, quien trabajó tres años en el café, cuenta que fue testigo de cuatro pedidos de matrimonio. “De los cuatro, a uno le dijeron que no, y otro fue para mí… ya me casé”, recuerda.

    Este es un lugar familiar, por lo que sus clientes son de todas las edades. Aunque en algunas ocasiones, también se renta el espacio para eventos institucionales.

    Empresas como Roche, Claro, Quito Turismo… han organizado eventos en el Café Sibarí. Santiago Valdivieso, de Correos del Ecuador, destaca el concepto y servicio del café. “Es un sitio acogedor y en donde uno se siente a gusto”.

    Nuevos proyectos

    • Traslado. El Café Sibarí cerrará sus puertas en La Ronda, para abrir un nuevo local en el mes de noviembre, en el sector de La Mariscal.
    • El concepto. Actualmente, el café cuenta con capacidad para 200 personas y ofrece espectáculos de música en vivo, teatro, cine, exposiciones de miércoles a domingo.

  • Con café, taguay coco se decoran los diseños de Manabijou

    Redacción Guayaquil

    Hace cuatro años, la manabita María José Zambrano, por curiosidad, compró materiales para elaborar bisutería. Cuando lo hizo, no sabía cómo manejar las pinzas y otros implementos.

    Ella insistió en su idea. Investigó sobre la elaboración de bisutería y se instruyó con libros y videos. Pronto esta actividad “se volvió una pasión”. Sus amigos y familiares empezaron a comprar sus trabajos y surgió la idea de montar un negocio.

    Hoy Zambrano es la propietaria de Manabijou y sus piezas llegan, mediante intermediarios, a compradores en Alemania, Polonia, Inglaterra, Francia, Suiza e Italia. Desde hace un año esta emprendedora se dedica por completo al diseño de semijoyas y creó Manabijou. Para ello, invirtió un capital de USD 8 000 de ahorros personales, que destinó a la compra de materiales.

    La oferta consiste en dos líneas: bisutería y semijoyas. La primera se trata de accesorios elaborados con materiales como piedras naturales y plásticas, de diferentes tamaños, colores y texturas. La segunda se trata de pulseras, collares, anillos… elaborados con plata y otros materiales naturales como granos de café tostado, tagua, coco y caracoles.

    Dos de los ejes más importantes del emprendimiento son la responsabilidad social y la autosostenibilidad, según la joven de 26 años. Por esto, Manabijou trabaja con amas de casa de Manta. De esta manera, Zambrano diseña las joyas y tres mujeres las elaboran.

    El uso de los materiales de manera creativa y elegante, además del buen acabado de las piezas, es lo que más le gusta a la colombiana Lucella Gallego. Ella reside en Manta desde hace un año y cuando viaja a su país natal lleva diseños de Zambrano para regalar o por encargo. “Tienen mucha acogida por su originalidad”.

    Manabijou vende cada mes cerca de 550 piezas de sus dos líneas. Factura unos USD 2 400 mensuales.

    En la promoción ha sido clave la presencia en ferias y eventos nacionales, como el Salinas Fashion Week. Manabijou participó también en la feria Aromas del Ecuador, realizada el mes pasado en Guayaquil. Además, en noviembre participará en una feria artesanal en Cuenca, organizada por el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares.

    Fue en una de estas ferias donde conoció a un empresario que le propuso comercializar sus productos a Europa. También el contacto con agregados comerciales de Ecuador en ese continente resultó clave para Zambrano.

    Otra herramienta de promoción es la página web www.manabijou.com. Por ejemplo, la firma Caza Moda conoció de Manabijou a través de este portal. Esta empresa comercializa prendas de vestir y accesorios a través de catálogos.

    Daniel Cazañas, su gerente general, afirma que decidió incluir los productos de Zambrano en su portafolio, ya que son novedosos. Añade que se venden unas 300 piezas mensualmente.

  • El café de Perú y Colombia gana premios

    AGENCIAS

    El pasado 9 de enero se conocieron los resultados del certamen Cata del Café de Calidad Rainforest Alliance Diciembre 2012, que se llevó a cabo en la Asociación de Cafés Especiales de América (SCAA, en inglés), con sede en Long Beach, California (EE.UU.).

    En esta décima edición, el primer puesto en el ranking a las mejores prácticas de producción cafetalera a escala mundial recayó sobre la asociación de pequeños agricultores Ndumberi, ubicados en la africana región de Kenia Kiambum, y que se alzó con una puntuación total de 87,41.

    Los segundos y terceros lugares se entregaron -respectivamente- para el sello peruano Tunki, del agricultor Raúl Mamaní, que obtuvo 86,91 puntos, y para la firma colombiana El Silencio, que alcanzó un ‘score’ de 86,88.

    La cata de calificación, encabezada por el barista Shawn Hamilton, principal de la cadena estadounidense de cafeterías Java City, contó con la participación de 51 firmas cafetaleras de Brasil (su mejor representante fue O’Coffee – Fazenda Nossa Senhora Aparecida 83,65); India; Indonesia, con la firma Toraja Pedaraman Plantation, que alcanzó los 83,29; Tanzania; y la primera participación de Malawi, con la firma Satemwa Estate, que alcanzó los 80,16 puntos.

    En el caso peruano, que participó con una decena de firmas en este reconocimiento de la ONG, el café Tunki y el café Quechua son productos elaborados por la Central de Cooperativas Agrarias Cafetaleros de los Valles de Sandia (Cecovasa). La firma, fundada en 1970, agrupa a más de 4 600 productores.

    El otro éxito peruano fue el de la marca originaria de Cajamarca, El Sol & Café, que se ubicó, con 84,25 puntos, en el noveno lugar. “Es muy gratificante ver que la sostenibilidad y la mejora constante de la calidad puede ir mano a mano”, manifestó Stephen Leach, barista y gerente mundial de Compras de café en la firma de comercio Maranatha.

    “La cata es una retroalimentación importante para los agricultores. Estoy feliz de evidenciar que la calidad de la taza va en un incremento año tras año”, añadió Jeff Chean, fundador de Groundwork Coffee, una reconocida firma de café tostado orgánico con sede en Los Angeles, EE.UU.

    El tercer puesto fue entregado a los agricultores de la Asociación de Productores de Anserma (Colombia) por su grano empacado bajo el sello de El Silencio. El país del norte participó de este certamen con 10 representantes agremiados a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.

    Otros datos

    • Los competidores.  Perú y Colombia participaron, cada nación con una delegación de 10 sellos cafeteros. Brasil y Kenia presentaron las tazas de nueve firmas.
    • La más galardonada.  En el ranking, cinco de los sitiales, incluyendo el primero, pertenecen a firmas keniatas como Ndumberi, Tegu, Gichatha-ini y Yadini.
    • Rainforest Alliance.  El organismo estadounidense califica la sostenibilidad de las firmas en diversas industrias, y mantiene proyectos de investigación a escala mundial.
  • El café preparado llega dondequiera

    Thalíe Ponce. Redacción Guayaquil

    El consumo de café en el mundo ha crecido notablemente en la última década. Esto se debe a que el ritmo de vida de las personas es cada vez más agitado y los productos que les ofrecen una posibilidad de desarrollarse adecuadamente ganan popularidad, explica el experto en marketing y analista de mercado, Juan Francisco Farías. Otro motivo para la masificación del café, acota el experto, es que ofrece una experiencia o valor agregado, con su degustación.

    De esta manera, las cafeterías han crecido en número. En el país, cadenas como Juan Valdez y Sweet&Coffe ganan espacio y su crecimiento es constante. Sin embargo, el consumo de café no se realiza únicamente fuera del hogar. En las viviendas y oficinas el consumo de este grano también ha crecido. Es así que las máquinas para preparar café se han popularizado y las ventas han crecido en los últimos tres años.

    Un factor que impulsa el consumo del café son las estrategias de mercadeo, opina Nelson Baldeón, gerente comercial de Decorkasa. “Se le ha dado al café un valor agregado como una bebida de propiedades nutricionales, y que puede ser consumido en variedad de modalidades”, comenta.

    Esto, indica, ha creado nichos de mercado para niños, jóvenes y adultos; incluso especializados en el segmento gourmet.

    En los locales de Decorkasa, por ejemplo, se comercializan cafeteras de la marca Kitchenaid. Se trata de una marca premium de la familia Whirlpool, que está enfocada en el segmento alto que sabe del buen café y sus características. Decorkasa tiene un crecimiento anual del 34,5% en el segmento de cafeteras. Para Baldeón, la tendencia de este mercado apunta al crecimiento.

    En esto coincide Gladys Carvajal, administradora del local Juan Eljuri (centro de Guayaquil). “La venta de cafeteras, al igual que las máquinas para hacer helado, ha crecido en el último año”, señala.

    Actualmente la oferta es amplia. En los locales de TVentas se comercializan cafeteras desde los USD 20 hasta los 99. Las marcas son: Umco, Sunbeam, West Bend, Black&Decker, Electrolux, y Oster. Las hay con capacidad para 10 y 12 tazas.

    En Decorkasa, en cambio, los precios de las cafeteras de 12 tazas oscilan los USD 255 y 499. Mientras que una cafetera personal de la marca Kitchenaid cuesta 199. Además se oferta un moledor de granos de café en USD 329 y una máquina para café Expresso en USD 1 200.

    Según los consultados, los principales clientes son empresas en general de todo ramo, además de hogares. Coinciden en que las máquinas de mayor salida son las de 12 tazas. Eso se debe a que se pueden usar tanto en la oficina como en los hogares, según Baldeón. “Pero este año tenemos un fenómeno: nos han pedido cafeteras personales, sobre todo instituciones bancarias y de negocios, para sus principales ejecutivos y clientes”.

    Maurie Franco es estudiante universitaria y consume café a diario. Ella adquirió el año pasado una cafetera de marca Black&Decker de 12 tazas. “Todo amante del café debe tener su propia cafetera en la casa o en la oficina”, dice. Agrega que la oferta ha crecido y que ahora hay más variedad en el mercado local, no solo de cafeteras sino también de marcas de café.

    El mercado que cautiva el consumo del café

    • El target en el mercado ecuatoriano.   El nicho principal son los amantes del café, de todas las edades, desde niños,hasta jóvenes y adultos. Otro target importante son los ejecutivos, quienes han adoptado el gusto por tener sus propias cafeteras en las oficinas.
    • La oferta.  Los productos (máquinas) más populares que se comercializan en el mercado son las cafeteras que pueden producir un promedio de 10 y 12 tazas. También se encuentran en el medio local, las denominadas cafeteras personales.
    • Otros productos.  La oferta también ha crecido en otros productos. Hay mayor variedad de sobres personales de café, café en grano, etc. Asimismo hay filtros y máquinas para moler los granos. A la par del crecimiento de la demanda también han aparecido sitios especializados en la venta del café.
    • Los precios internacionales del grano.   Los precios del café tuvieron distintas orientaciones en el 2012: el robusta fluctuó en un estrecho margen ganando un 6% en 12 meses, el arábica perdió 35% en un año, su más bajo nivel desde junio de 2010.
  • Sector cafetalero se declara en estado de emergencia

    Redacción Quito. Revista LÍDERES

    La semana pasada, el Ministerio de Agricultura de Ecuador (Magap) declaró en emergencia al sector cafetalero. La medida obedece a una reducción de la producción en un 33% en el último año.

    En el 2012, la producción de café en el país superó las 600 000 sacas, de 60 kilos cada una. Pero este año, según los cálculos de la Cartera de Estado, la producción no alcanzaría las 400 000 sacas, causando pérdidas de hasta USD 50 millones en el último año.

    La principal causa de esta reducción es la presencia de roya, un hongo que afecta a las plantaciones de café. «Ecuador sufre el efecto de esta plaga, debido a que el 80% de las plantaciones de café son de edad avanzada», con más de 30 años de edad, explica Rubén Corral, responsable del Área de Investigación del Consejo Cafetalero Nacional (Cofenac).

    El gerente del proyecto de Reactivación de Café y Cacao del Ministerio, Javier Villacís, agregó que la presencia de roya no es un problema reciente ni es exclusivo del Ecuador.

    Esta plaga, según expuso Villacís en rueda de prensa, está afectando a cerca del 50% de las 200 000 hectáreas que se destinan en el país para el cultivo de café.

    Las provincias productoras de café en donde se registra una mayor infestación del hongo roya son Loja, Manabí, El Oro, Pichincha y Bolívar.

    Como medida, el Ministerio proyecta reactivar la producción del grano para recuperar en el corto plazo 165 000 hectáreas de café. De estas, 105 000 hectáreas son de la variedad de café arábigo y las 60 000 restantes de café robusta. También se entregará paquetes con fungicidas a los productores.

    De la primera variedad, 85 000 hectáreas a renovar se encuentran ubicadas en zonas cálidas como Manabí y zonas bajas como Loja, Zamora o El Oro. De la variedad de café robusta, 24 00 hectáreas se renovarán en la Amazonía norte y 36 000 en Guayas y Santa Elena.

    Como parte de este proyecto de reactivación, en el que se invertirán USD 130 millones hasta el año 2020, el Ministerio dispuso la importación de 85 toneladas de semilla de café arábigo del Brasil, resistente a la roya, que permitirán obtener una producción de hasta 40 quintales de café por hectárea.

    «Ecuador produce cinco quintales (244,8 kilos) por hectárea, la idea es incrementar al menos a 40 quintales por hectárea, para tener un promedio competitivo a escala mundial», dijo Villacís.

    Colombia es el mayor comprador de variedad de café robusta ecuatoriano. Hasta agosto de este año había adquirido 109 000 sacos por USD 13,6 millones, de acuerdo con el Ministerio.

  • Su paladar guía a los cafeteros

    Xavier Montero c. Redacción Guayaquil / LÍDERES

    Al momento de calificar una taza de café, el primer sorbo es enérgico y sonoro. La destreza de absorber sin quemarse la lengua es cuestión de profesionales que cuidan sus sentidos gustativos alejados de comidas picantes, licores y cigarrillos. Incluso, quienes ingresan a este selecto grupo cambian sus hábitos al tratarse un resfriado. Su juicio para determinar las propiedades organolépticas de una grano de café marcan el rumbo de una cadena productiva de agricultores, comerciantes locales, exportadores y baristas.

    Al indagar sobre el ecuatoriano que posea la trayectoria más destacada en cuanto a la cata de café, varios actores de aquella industria coinciden en un mismo nombre: Fernando Morocho. Él tiene más de una década vinculado al sector cafetalero y obtuvo las certificaciones como catador de la Asociación de Cafés Especiales de América (SCAA, por sus siglas en inglés), en el 2008, un referente de la industria a escala global.

    También es uno de los 13 ecuatorianos ‘Q Graders’ del Coffee Quality Institute (CQI) que han avalado su juicio sobre el café y sus negociaciones. «En el evento Taza Dorada (premio nacional que se entrega cada año a la mejor cosecha de café ecuatoriano), una de las opiniones más importantes es la que ha proporcionado Fernando Morocho durante estas ediciones», indica Vinicio Dávila, CEO de la firma guayaquileña Cafecom y quien conoce a este catador de café hace más de una década.

    Dávila considera que los catadores de excelencia son piezas claves para la industria. Ellos son quienes determinan los aciertos y errores del cultivo del grano; y cómo se remedian para mantener la competitividad en un mercado bursátil.

    De su infancia, Morocho recuerda el aroma del café recién tostado que hacía su padre Gonzalo. En su casa ubicada en el cantón Santa Lucía, a unos 80 km al norte de Guayaquil, convivía junto a sus ocho hermanos hasta ingresar a estudiar Ingeniería Química en la Universidad de Guayaquil. Su bachillerato lo obtuvo en el colegio Juan Bautista Aguirre (Daule).

    El catador, quien es hincha del Barcelona Sporting Club, destinaba su tiempo libre para ayudar en el negocio de insumos agropecuarios que poseía su familia.

    Tras obtener su título universitario, en 1999, Morocho ingresó al departamento de control de calidad de la firma guayaquileña Solubles Instantáneos. En principio, según él manifiesta, sus opiniones no eran consideradas trascendentales, porque era novato. Luego, los ‘perfiles de taza’ que elaboraba para cada lote ayudaron a posicionar aquellos productos en varios mercados.

    «No determino cuál es el mejor café para mi gusto sino el que mayor acogida tendrá en cada mercado», indica Morocho. De su experiencia determinó que los italianos gustan de un grano fuerte y los estadounidenses de un café más ácido. También que en Australia se paga un mejor precio al café cosechado en su máximo punto de maduración y que los japoneses prefieren beber un café dulce, suave y cremoso.

    El especialista en catar cafés solubles, comerciales y especiales del tipo arábiga y robusta también contribuyó con instituciones gremiales como la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé), participando como jurado de competencias provinciales y regionales a los cultivos de mejor calidad desde el 2006.

    Asimismo, Morocho consta como referencia de eventos desarrollados por la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei) y ahora en los que lleva a cabo el Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones (ProEcuador), referentes a las potencialidades del café ecuatoriano.

    Hace siete años, la industria local tuvo a los primeros catadores avalados por la SCAA. Morocho no ingresó en aquella terna ya que no contaba con la visa ni los recursos para viajar a los EE.UU. a certificarse. Para el 2008 y luego de cumplir con 24 exámenes sensoriales calificó como catador internacional en un evento de Anecafé desarrollado en Manta (Manabí). Dos años más tarde reiteró sus habilidades ante la CQI, mientras ascendía en cargos dentro de Solubles Instantáneos y afrontaba la pérdida de su madre Olga Villamar. Morocho dice que su esposa Janine y sus hijas Madeley y Olga son su principal soporte.

    Las exigencias para obtener aquellos certificados como catador incluyen destrezas específicas del gusto. En los primeros filtros deben identificar niveles exactos de sal, dulce y ácido de un mismo líquido; la falta o sobre exposición al calor de un grano de café tostado. Aquello, a partir del hollín de cada muestra analizada. Los participantes llegan a calificar hasta 400 tazas de café diariamente.

    El costarricense Wayner Jiménez, miembro de la Exclusive Coffees de aquel país de Centroamérica, considera a Morocho como el catador más destacado en el Ecuador. Él, quien lo conoce desde hace unos cinco años, indica que la industria ecuatoriana ha mejorado su proyección internacional basada en criterios como el de este ecuatoriano.

    2011. En Zumba, Zamora.

    Morocho (primero desde la izq.) participó como jurado del concurso Concurso y Subasta de Taza de Cafés Especiales de la Cuenca Mayo – Chinchipe Zumba junto a las autoridades de esa provincia.

    2009. Taller en Jipijapa, Manabí.

    Junto a Anecafé participó del taller de análisis de calidad física y organoléptica de cafés arábigos en el cantón Jipijapa (Manabí). Morocho a dictado charlas en una docena de asociaciones de grandes pequeños y medianos caficultores.

    Sus criterios.

    Como jurado. Fernando Morocho ha participado como juez nacional y jurado final en las siete ediciones del premio Taza Dorada, que determina los mejores cultivos de café del país.

    Sus ponencias. En el 2009 dictó una conferencia sobre cafés especiales en Galápagos y San José de Costa Rica. Ha participado en eventos de café a escala nacional.

    «Cuando capacito a pequeños caficultores les proporciono las herramientas para exigir un precio justo por cada uno de sus cultivos».