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  • El precocido es la nueva apuesta de los productores camaroneros

    Marcel Bonilla

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    Dos empresas esmeraldeñas buscan mejorar sus ingresos con la exportación de camarón pomada (blanca y negra) precocinada, y camarón de cultivo, a países de América.

    Universal Seafood y Deprodemar son dos empacadoras de mariscos que tienen un recorrido de más de 20 años en el mercado internacional, con experiencia en producción y exportación de pescado y camarón congelado y fresco, a determinados países de América y Europa.

    Universal Seffood trabaja desde hace dos meses en el envío de camarón pomada precocido a Colombia. Los primeros envíos han sido de hasta 4 000 libras de precocido, pero se aspira a doblar la cifra con la ampliación del mercado en ese y otros países, explica su representante Juan Suárez.

    Esta empresa trabaja con camarón pomada que se produce en las costas de Esmeraldas y analiza trabajar con langostinos en el mediano plazo.

    Otra de las empresas pioneras en la exportación de camarón de cultivo-precocido en Esmeraldas es Deprodemar que envía su producción a tres países: Chile, Uruguay y Colombia. Sus técnicos explican que el camarón de exportación tiene un proceso riguroso, desde su captura en el mar o durante la pesca en las piscinas que están en poblaciones del norte de Esmeraldas, como La Tola, y en el sur como en San José de Chamanga y Muisne.

    Tras ser capturado en el mar o piscinas, el camarón ingresa a una cadena de frío. Luego es pelado, precocinado en calderos especiales, glaciado y finalmente se los pone en fundas de dos kilos para ser exportado.

    Ambas empresas esmeraldeñas cumplen las regulaciones internacionales para captar el mercado europeo y estadounidense, en el que existe una alta demanda de este producto.
    Según Zambrano, con todos estos procesos se obtiene una nueva alternativa al procesamiento del camarón. Esto permite mejorar los ingresos de los productores y de las firmas exportadoras.

    El camarón de mar se captura durante el invierno cuando aumenta la producción, lo que también permite la ocupación de personas que saben pelar camarón en Esmeraldas, Rioverde y Limones, poblaciones donde se pesca la mayor cantidad de camarón pomada.

    Se estima que durante toda la temporada (febrero hasta julio) Deprodemar procesa 4 800 000 libras de camarón, que recibe valor agregado (el precocido) para su envío al exterior.
    En la producción de este marisco se ocupan entre 50 y 60 personas, desde que se le retira la cáscara, hasta ser empacado en fundas de 2 y 10 kilogramos, para ser llevado a su destino final.

    Para este proceso se utilizan máquinas de precocinado llamadas marmitas, que, a una temperatura de 90 grados, prepara el camarón y elimina los microorganismos que pueden estar presentes.

    El biólogo Abraham Macías explica que se puede generar mayor rentabilidad en este negocio si las demás empresas que se dedican a trabajar con camarón y otros productos del mar obtuviesen todas las certificaciones y regulaciones internacionales para la exportación.

    Las empresas dedicadas a darle valor agregado al camarón cuidan la transportación del producto, desde las piscinas o desde el mar, para conservar sus frescura antes de llegar a las procesadoras.

    Alfonso Quintero, que trabaja con camarón en la parte norte de Esmeraldas, explica que a más de la frescura, lo importante es mantener el sabor del marisco, aún después de ser precocinado, sin la utilización de químicos.

    Con los productores y pescadores las empresas discuten el tamaño del camarón de cultivo y del que se captura en el mar, por eso se respeta la veda para que aumente la producción, en el caso del camarón pomada.

    Mientras que en el camarón de cultivo se privilegia la temperatura del agua y la ubicación geográfica de las piscinas, que estén muy cerca al mar.

    La proyección de las empresas que trabajan con camarón en Esmeraldas, es ampliar su mercado externo con el precocinado, uno de los productos con los que incursionan en los mercados de América.

    El camarón es un producto que recibe tratamiento desde el momento de su captura, el pelado es uno de los primeros pasos en el proceso. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
    El camarón es un producto que recibe tratamiento desde el momento de su captura, el pelado es uno de los primeros pasos en el proceso. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • La preocupación vuelve a los bananeros y camaroneros

    Redacción Quito y Guayaquil

    La posibilidad de que suceda otro fenómeno, con similares proporciones al ocurrido entre 1997 y 1998, genera preocupación en agricultores y camaroneros. William Ramón, presidente de la Asociación de Productores Bananeros de Naranjal, vivió de cerca esa realidad. «Fue desastroso. Si se repite va a traer muchos problemas al sector bananero, concretamente en Naranjal».

    Ramón considera que hay aspectos que mejorar en materia de prevención. «No estamos preparados, los ríos se han ensanchado mucho más. Lo que el productor hace para protegerse es levantar muros, pero debería hacerse un dragado, eso es lo que se necesita».

    El dirigente señala que existen planes de precaución para Naranjal, sin embargo, no están en funcionamiento.

    Pero Cecilio Jalil, presidente ejecutivo de la Asociación de Industria Bananera del Ecuador (Asisbane), asegura que el panorama de hoy es distinto, ya que los productores formales bananeros están preparados con infraestructura para soportar cualquier fenómeno natural, siempre y cuando no sea tan devastador.

    No obstante, indicó que hay sitios que tienen mayor predisposición a experimentar daños, como las zonas bajas de Los Ríos y las zonas de El Triunfo y Milagro (Guayas). Él calcula que unas 95 000 hectáreas, las conformadas en las zonas bajas, se verían afectadas.

    En cuanto a pérdidas sufridas en el pasado fenómeno de El Niño, ambos dirigentes declararon que las pérdidas fueron incuantificables.

    Al igual que los bananeros, los acuicultores también esperan que El Niño no sea tan severo. John Galarza, representante de la exportadora de camarón Marecuador, ubicada en Jambelí, recuerda que en el pasado los problemas fueron las lluvias y las inundaciones.

    En esa época, la mayor parte de las camaroneras -ubicada cerca de la playa-, presentó pérdidas. «El problema se dio porque la marea subió más de lo normal. El agua cubrió todas las piscinas que estaban cerca de mar abierto y las tapó. Esto afectó a los muros, que se rompieron, y permitieron que el camarón se escapara», recuerda Galarza.

    Este empresario considera que lo que pueden hacer ahora es elevar los muros y reforzarlos. Eso sí, espera que el nivel del mar no suba más de la cuenta para que la fuerza de este no los rompa. «Hasta que las autoridades no se pronuncien todo es incierto, ya que no se sabe todavía si este invierno será duro o no».

    Con él concuerda Wilson Gómez, presidente de la Asociación de Pequeños Productores Camaroneros (Asocam) de Hualtaco, en Huaquillas. Allá, los camaroneros están a la espera de las autoridades competentes para ejecutar medidas preventivas en caso de desastres. «Tenemos entendido que en Manabí, el viceministro de Acuacultura, Guillermo Morán, ha visitado a los miembros del gremio para brindar asesoramiento. Acá no hay nada, los compañeros están haciendo todo por iniciativa propia». Específicamente se refuerzan muros como única medida de precaución.

    En las zonas cercanas al mar, asimismo, se están empezando a realizar campañas de concienciación para los posibles efectos. La prevención en este caso se hace necesaria por parte de las autoridades, se comenta en las comunas.

    Las posibilidades Sector acuicultor. Fabián Escobar, asesor de laboratorios en Salinas, recuerda que en 1997 y 1998 se retrasaron las cosechas y muchos laboratorios cerraron.

    En la actualidad. Añade que ahora los camaroneros tienen buenos muros y la marea alta no les va a afectar como antes. «Nosotros no tenemos mayor problema en ese sentido (infraestructura)».

    Otras previsiones. En el país se han detectado, como vulnerables, los cultivos de arroz, cacao, banano, café y pastizales, que se ubican en la región Costa. Mientras que en la región Sierra, las preocupaciones de ciernen principalmente por los cultivos de cereales y tubérculos.