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  • Sus camisetas son sus prendas más solicitadas

    José Luis Rosales. (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    De comerciante, a productor textil. Juan Carlos Ortiz efectuó ese cambio hace cerca de 15 años. De esa forma surgió JN Factory, que funciona en Atuntaqui (Imbabura), conocida por la confección de ropa y artículos para el hogar. Esta empresa elabora principalmente camisetas, pero también confecciona ternos deportivos, pijamas y chompas.

    El emprendedor dice que la vocación para el comercio la heredó de su padre Carlos. Él estuvo al frente de su ferretería por 45 años. El progenitor le sugirió que invierta en la venta de productos textiles y realizó negocios con fabricantes locales.

    Así trabajó durante seis años. Pero, por sugerencia de sus clientes abrió la fábrica JN. Ortiz reconoce que no tenía suficientes conocimientos del área textil cuando tomó esa decisión. Recuerda que la maquinaria la adquirió a una firma local, que había cambiado de giro de negocio.

    La compra de máquinas de coser, cortadoras, planchadoras, entre otras, costó USD 20 000. No disponía de ese monto, por lo que pidió un crédito bancario.

    Para poner en marcha la planta, Ortiz y su esposa, Verónica Bolaños, establecieron responsabilidades para cada una de las áreas. Él se encargó de la administrativa y comercial y ella de la producción y de la organización de la planta.

    La pareja apostó inicialmente por la confección de camisetas, que consideran que es una prenda que clientes la prefieren por su fácil uso y costo módico. Es su línea más demandada.
    Luego se diversificó con otras prendas casuales y deportivas. Según él, puede atender todo tipo de pedido. Al principio abrió un almacén y a la par visitaba ferias en Quito y de Tulcán para captar esos mercados.

    Luego contrataron a agentes vendedores y, ahora, entregan en almacenes multimarcas y su producción la realizan bajo pedido.

    Una estrategia de JN Factory es tener un portafolio de 200 a 300 ítems. Por la diversificación de la oferta y la consolidación de clientes venden entre 30 000 y 40 000 prendas al mes.
    Con la pandemia surgió una oportunidad para innovar. La firma empezó a elaborar mascarillas, con distintos diseños. Los tapabocas son un complemento de las camisetas.

    Esta estrategia ha permitido que los compradores anticipen pedidos, por lo que es una pauta para poder ingresar nuevos productos, dice Ortiz. Además, tienen un catálogo con las colecciones de moda, que es promocionado a través de sus redes sociales. 

    20 000 dólares es la inversión que hizo para la adquisición de las primeras máquinas.

    Juan Carlos Ortiz, gerente de JN Factory, dice que el cuidado en la comercialización fue clave para crecer. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
    Juan Carlos Ortiz, gerente de JN Factory, dice que el cuidado en la comercialización fue clave para crecer. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
  • Las camisetas, un lienzo para sus obras

    Mayra Pacheco

    (F)
    Contenido Intercultural

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    La iniciativa de David Chávez de cubrir una mancha en su camiseta favorita con la imagen de una iguana de Galápagos, pintada a mano con pinceles, le abrió una nueva oportunidad comercial, hace seis años.

    Este pintor que tiene experiencia en restauración de piezas patrimoniales, muralismo, óleo y otras técnicas recuerda que cuando sus amigos vieron el resultado final en la tela le pidieron hacer una prenda de características similares para ellos.

    Los trazos que logra en estas camisetas recogen cada detalle de las figuras solicitadas. Se tratan de obras únicas, porque ninguna se parece a otra, refiere Chávez.

    Usando pintura de telas y pinceles, este artista ha dibujado paisajes de Ecuador, la fauna y flora nativa, personajes de fiestas tradicionales, simbología andina y otros motivos. Se tratan de motivos personalizados.

    En el proceso de plasmar la figura, este pintor oriundo de Pifo, toma como referencia la imagen solicitada por el cliente, pero a la vez pone en la obra su toque personal. En promedio, ejecutar este trabajo puede tomar entre uno o dos días, según la complejidad y los otros trabajos pendientes.

    Sin embargo, dedicado únicamente a esta actividad puede realizar hasta tres camisetas al día. En esta labor, participa también su hermano Abel. Ambos aprendieron este oficio de su padre Víctor.

    La aplicación de esta técnica no se limita a camisetas. Al taller de Artes Chávez han llegado también clientes con blusas u otras prendas para incluir motivos que cubran manchas de salsas o vinos.

    El precio de este trabajo va desde los USD 10 hasta los 40, depende del tamaño y los detalles.
    Amanda Chávez, una de las clientes de este artista, por ejemplo solicitó en febrero tres camisetas con figuras de chagras y toros, que son propios de las fiestas populares, para obsequiarle a su esposo. Por cada una pagó USD 12.

    “Son prendas únicas, porque están hechas a mano. Nunca había visto algo así antes”, cuenta Amanda Chávez.

    Para la Hostería Bellavista, ubicada en Nanegalito, este pintor hizo en el 2014 también decenas de camisetas de una nueva especie que se descubrió en el noroccidente de Pichincha llamado olinguito. El costo de cada una fue de alrededor de USD 22.

    Para plasmar esta imagen se usó como referencia unas fotografías de esta especie.

    Richard Parsons, propietario de la Hostería Bellavista, comenta que las camisetas que pintó Chávez fueron especiales, porque eran “obras de arte” hechas a mano y tenían una buena calidad. Este producto fue bien valorado por los visitantes. “Las imágenes eran nítidas y únicas”.

    Por lo particular de su trabajo, este artista ha pintado camisetas para enviar a Estados Unidos, Francia, Australia, y otros países. Estos clientes solicitan pinturas de rostros de familiares, soles, chacanas, mascotas.

    Los pedidos los recibe en su taller en Pifo o a través de su cuenta de Facebook, Artes Chávez. Este artista considera que de esta forma está promoviendo parte de la cultura del país, porque los motivos incluyen representaciones propias de Ecuador.

    Con respecto al cuidado de estas prendas, estas no requieren de protecciones mayores. La única recomendación que hace el artista es no refregar la figura.

    Aparte de este producto, Artes Chávez también realiza muralismo, cuerpos pintados, cuadros y restauración. Por todos estos trabajos, en este emprendimiento familiar se logra facturar alrededor de USD 1 100 al mes.

    Maira Camacho, integrante del proyecto de voluntariado Quito Acción, refiere que Chávez como parte de esta iniciativa ha pintado desde hace cuatro años murales en parroquias rurales.

    Actualmente, realiza una obra en el Parque Central de la parroquia de Tababela. En este se plasma lo relacionado a la cultura de este sector, su historia, costumbres y la naturaleza. “El trabajo de David es hermoso. En las obras se refleja la pasión que tiene él por el arte”, expresa Camacho.

    El negocio

    Artes Chávez funciona en el Centro Comercial Artesanal y Gastronómico de Pifo. Este está ubicado en la calle Ignacio Jarrín s/n, entre Francisco de Orellana y Alfredo Gangotena.

    El horario de atención en este sitio es de lunes a sábado desde las 15:00 hasta las 20:00. El local de este pintor se encuentra en la planta baja.

    Estas camisetas se comercializan también en la isla de Casa Raíz, que funciona en el centro comercial del Aeropuerto Mariscal Sucre, ubicado en la parroquia de Tababela.

    En este local la atención es de lunes a domingo desde las 09:00 hasta las 20:00.

    David Chávez usa pinceles y pintura de tela para plasmar figuras personalizadas en estas prendas de vestir. Foto: Mayra Pacheco / LÍDERES
    David Chávez usa pinceles y pintura de tela para plasmar figuras personalizadas en estas prendas de vestir. Foto: Mayra Pacheco / LÍDERES
  • Camisetas y gorras hechas según el gusto del cliente

    María Victoria Espinosa

    Las camisetas personalizadas fueron la clave para que el negocio Salmos Store ganara clientes a escala nacional.

    Andrea Zambrano, diseñadora y propietaria de la marca, cuenta que hace tres años junto a su pareja Manuel Ramos decidieron emprender un negocio, que les permitiera mejorar sus ingresos.

    Ramos ya tenía conocimiento en el ámbito textil porque su familia poseía un taller. Así que aprovecharon este lugar para empezar.

    En hilos y telas invirtieron alrededor de USD 150, para empezar.

    Las primeras camisetas que fabricaron fueron floreadas porque esa era la tendencia. Pero no llegaron a los clientes. “Vendimos muy poco en nuestra primera colección. Pero no nos rendimos”.

    Los emprendedores decidieron empezar a crear sus propios diseños. Por eso el concepto de la segunda colección fue plasmar las emociones de sus clientes en las camisetas. Así empezaron a personalizarlas con fotografías y frases. Luego añadieron imágenes de moda. El primer año fue difícil porque apenas empezaban a conocerse en Santo Domingo y las redes sociales no despegaban aún.

    Pero decidieron armar una estrategia publicitaria. Tomaron fotografías de su trabajo, de los pedidos y del local. Con ese material contrataron un paquete de publicidad en Facebook y empezaron a ganar seguidores. En la actualidad tienen más de 30 000.

    También, empezaron a participar en ferias artesanales y comerciales en la provincia tsáchila y a ser parte de desfiles de modas de las academias de modelaje.

    Poco a poco los clientes empezaron a llegar y de 10 pedidos mensuales pasaron a 30. Así que decidieron seguir innovando e hicieron una colección de gorras con frases elaboradas con vinil térmico y parches para evitar que el bordado arrugue la tela.

    Para eso invirtieron unos USD 10 000 en máquinas para la elaboración de nuevos diseños.
    Los niños y jóvenes empezaron a interesarse por estos productos y así empezó crecer la comunidad en las redes sociales. También se les abrió un nuevo nicho de mercado que fueron los colegios.

    Desde hace dos años, aproximadamente, reciben pedidos de los estudiantes para que les confeccionen los uniformes para los juegos deportivos escolares.

    Estos uniformes ya no son réplicas de los equipos de futbol nacionales e internacionales.
    Zambrano les diseña propuestas más originales. Para las mujeres se han hechos diseños basados en unicornios, emoticones, flores, aliens. Los hombres prefieren personajes de series, frases o combinación de colores, entre otros.

    Karla Cruz ha realizado varios pedidos a Salmos Store. Ella señala que sigue comprando por la calidad de las prendas y porque las tallas son exactas. “Cuando son para regalo, les envío la foto de la persona y ellos modifican la talla para que quede perfecta”.

    Este último año también están trabajando con las empresas de Santo Domingo en la elaboración de camisetas, uniformes y tazas personalizadas para regalar a los clientes o trabajadores.

    Este mes imprimieron calendarios o frases motivadoras en las tazas con la marca de la empresa. También, ofertan jarros mágicos, que al colocarle agua caliente cambia de color y se puede apreciar un mensaje o fotografía.

    Estos productos se están promocionando a través de las historias de la red social Instagram, que ya tiene más de 4 000 seguidores.

    Todos los días, los emprendedores alimentan páginas con nuevos diseños o promociones. “Por cada historia que subimos, al menos tenemos dos pedidos asegurados a nivel nacional”, dijo Zambrano.

    Andrea Zambrano es la diseñadora y propietaria del negocio Salmos Store, que nació en Santo Domingo y elabora camisetas, gorras y almohadones con diseños originales. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Andrea Zambrano es la diseñadora y propietaria del negocio Salmos Store, que nació en Santo Domingo y elabora camisetas, gorras y almohadones con diseños originales. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • La fabricación de camisetas con identidad, el plus

    José Luis Rosales

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    El dibujo de una indígena, que tiene la imagen de la laguna de Cuicocha y el volcán Cotacachi en la cabeza, es uno de los diseños de la última colección que presentó la marca Rebelión Ecuador, en septiembre pasado.

    La ilustración, en color negro sobre una tela gris, muestra a una mujer a medio cuerpo llevando una carga en su espalda. Al pie tiene la leyenda Pachamama Cuidapangui Ñuna Guaguacunata (Madre Tierra cuida de nuestros hijos, en español).

    La nueva colección coincidió con la reapertura del estudio de la firma, que está ubicado en la Plaza Ornamental, en Cotacachi, Imbabura, en donde se exhiben los artículos de confección artesanal.

    La marca se especializa en la fabricación de camisetas. Además, produce cinturones, chompas mochilas y gorras.

    “Lo que proponemos son prendas originales, pero con identidad”, explica José Flores Echeverría. Este imbabureño, de 23 años, es el ideólogo de Rebelión Ecuador, que nació en el 2012.

    Para arrancar con este singular proyecto, el emprendedor necesitó inyectar un capital inicial USD de 10 000. La mayoría -7 000- provino de sus ahorros y el resto de un crédito bancario.
    Los recursos los invirtió en máquinas de confección y de impresión. El taller, instalado en la casa del emprendedor, está equipado con tres máquinas de costura: una recta, otra ‘overlock’ y una más recubridora, con la que se da los acabados a estas prendas textiles.

    Además, posee un pulpo, como los denominan a las estampadoras de serigrafía, de seis brazos, y una impresora para realizar imágenes de vinil textil. Igualmente ofrecen trabajos en sublimado.

    En el lugar hay dos líneas: una de diseño y otra de producción. En esta última la confección de las prendas, impresión, etiquetado, revisión y empaque. La línea es dirigida por Patricia Torres, una de las tres colaboradoras de esta iniciativa. También cuenta con la cooperación de cinco familias, que en sus talleres realizan el corte y confección de las prendas.

    Flores se encarga de crear las ilustraciones y modelos. Uno de los detalles que caracteriza a Rebelión Ecuador es que las prendas de cada colección tienen una producción limitada. Se fabrica hasta 20 unidades de un mismo patrón. Lo que se busca es garantizar exclusividad en cada artículo, señala Flores. También en prendas personalizadas, los diseños de los clientes los pueden plasmar en 24 horas. Igualmente resaltan los 280 tonos de telas de algodón.

    Las camisetas se ofrecen en tres tallas: pequeña (P), grande (G) y extra grande (EG), que corresponden a la contextura promedio de los ecuatorianos. Hay prendas desde USD 15 hasta 40. Estas últimas son las personalizados.

    Antes de graduarse del colegio, José Flores Echeverría concibió el proyecto de Rebelión Ecuador. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    Antes de graduarse del colegio, José Flores Echeverría concibió el proyecto de Rebelión Ecuador. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • Tzantzas, diablos de Píllaro y más personajes para lucir en camisetas

    Redacción Quito

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    Una tzantza, un diablo pillareño o un chasqui ya pueden ser parte de su ropero. Solo tiene que adquirir una de las camisetas de Emotai, un negocio que nació de la mano de cuatro jóvenes emprendedores.

    La idea se consolidó en diciembre del 2015 cuando Andrés Chiluisa y su compañero Javier León juntaron sus ideas y su dinero para levantar su emprendimiento de camisetas estampadas.

    El primer paso fue incluir a dos jóvenes talentosos para realizar los diseños, en los que se resalta lo típico del Ecuador, por lo que apostaron por personajes de las diferentes culturas del país.

    Su ‘plus’ es que no son diseños cualquiera; al contrario los dibujos son en forma de caricatura y tienen muchos colores.

    Según Chiluisa, este diseño se lo escogió porque los extranjeros aprecian estos trazos y más si son de algo tradicional del país.

    Uno de sus diseños favoritos es la tzantza o cabeza reducida, que es una práctica que se realizaba en el pueblo shuar. Las tzantzas eran consideradas un trofeo de guerra por los shuaras.

    Otro de sus diseños es el chasqui, que representa al mensajero que entregaba las encomiendas. Este es el modelo preferido por los deportistas, porque se sienten como un chasqui en cada carrera, explica Chiluisa.

    El modelo favorito de los ‘chef’ es el de los platos típicos del país. El estampado es una mezcla que combina las delicias típicas de tres de las cuatro regiones del país. El camarón de la Costa, el cuy de la Sierra y el maito de pescado de la Amazonía son parte del diseño que comercializan estos jóvenes.

    Pese a que es un producto bien elaborado sus precios no son altos. Cada una de las camisetas, que se presentan en colores negro y blanco, están en USD 20.
    La prenda puede encontrarse en portales como Ashanka.ec o en tiendas como Bellarte, en la Amazonía.

    Marcelo Valencia es propietario de Bellarte, una tienda en Lago Agrio (Sucumbíos), que apostó por este producto. Cada mes se abastece con 20 o 30 camisetas, en especial, aquella que tiene la cabeza reducida. “Nosotros buscamos que nuestra cultura se fortalezca por medio de este producto”, explica este emprendedor que recuerda que invirtieron USD 7 000 para levantar el negocio.

    Valencia explica que este producto tiene mucho potencial para los clientes extranjeros, por lo que asegura que es necesario que los turistas nacionales compren más los productos ecuatorianos.

    El volumen de producción de este emprendimiento, que se levantó en Quito, es de 60 camisetas al mes, por lo que sus ingresos alcanzan los USD 1 200 mensuales. Chiluisa reconoce que durante el año y cuatro meses que están en el mercado han crecido. Recuerda que la primera producción fue de 10 camisetas; luego fueron 20… “Lo que se gana se reinvierte en el negocio para crecer más y más”.

    David Rosero es un joven que apuesta por comprar productos ecuatorianos, porque apoya a los productores ecuatorianos y por la calidad del producto. Cuando vio las camisetas le gustaron porque tienen un estilo diferente. A esto se suma que los precios son cómodos. “Me gustan mucho porque son una propuesta diferente”.SClB

    Andrés Chiluisa es uno de los socio que levantaron Emotai. Esta pequeña empresa diseña camisetas con estampados de personajes típicos. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Andrés Chiluisa es uno de los socio que levantaron Emotai. Esta pequeña empresa diseña camisetas con estampados de personajes típicos. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • El sueño de la ñinez se materializó en estas camisetas

    María Victoria Espinosa (I)  redaccion@revistalideres.ec

    Desde que eran niñas, las amigas Elizabeth Moreno y Vanessa Nanger soñaban con diseñar juntas camisetas. Tuvieron que esperar y el anhelo se cumplió hace apenas dos años.
    Luego de graduarse como diseñadoras gráficas ellas decidieron emprender el negocio I love vintage urban. Moreno señala que el emprendimiento nació como un pasatiempo entre amigas. Ellas confeccionaron cuatro muestras hasta obtener una camiseta que combinara la tendencia urbana con la ‘vintage’ o retro.

    Su iniciativa es una tienda en línea de blusas elaboradas con un estilo de costura moderna, es decir que no se notan los hilos y las telas son frescas, ideales para el clima trópico – húmedo que tiene Santo Domingo. Es precisamente en esta provincia donde nació el emprendimiento.
    Las blusas y camisetas tienen estampados con diseños retro, elaborados con las técnicas de serigrafía y sublimado, que quiere decir que el sello se adhiere tanto a la tela, que da una apariencia de fusión entre el sello y la prenda.

    En la primera colección, las diseñadoras elaboraron blusas sin mangas con más de 10 diseños como busetas, radios, televisores, teléfonos y bicicletas antiguas, pero en colores de moda como verde, rosado, fucsia, amarillo y celeste.

    Con esta primera muestra de camisetas participaron en una feria independiente llamada Zócalo, que se desarrolló en el bar Margarita de Santo Domingo. “Esa era una prueba porque si les gustaba el producto en la feria, sabríamos si el negocio tendría futuro“, explica Moreno.

    Una de sus primeras clientas fue Sindry Pozo. Ella asegura que la idea le pareció original porque son camisetas que en la parte delantera tienen un lindo diseño, pero en la parte de atrás no son camisetas convencionales sino que tienen un escote, un nudo o flecos. “Son distintas y muy bien elaboradas. Eso las hace especiales. Ya tengo cuatro pero siempre que hay oportunidad compro una más”.

    Pero para que las prendas marquen la diferencia, I love vintage urban lanzó su tercera colección en la que sus clientes podrán personalizarla blusa o camiseta. “Se mantienen los mismos tipos de tela y modelos, pero se va a jugar con los diseños que los clientes nos pidan“, afirma Nanger.

    Otra de las sorpresas de la colección es que también habrá camisetas deportivas para hombres. Eso debido a que en la segunda colección colocaron mangas a las camisetas.
    Las prendas para hombres siempre eran un pedido que le hacían los clientes de las ferias en Ambato y Santo Domingo.

    Además un gimnasio de crossfit de la provincia tsáchila también hizo un pedido. Las prendas se exhiben en una vitrina del gimnasio.

    También se pueden conseguir en dos boutiques de Santo Domingo. Aunque las mayores ventas se realizan a través de Facebook e Instagram.

    En esa última tienen 1 742 seguidores. “Los negocios los concretamos por las redes. Nos hacen los pedidos y nos ponemos de acuerdo sobre la forma de entrega”, comenta Moreno. La cartera de clientes del negocio varía según la colección entre 50 y 100 personas.

    Los mayores clientes los han captado en las cinco ferias en las que han participado en Santo Domingo y Ambato. Una de las más importantes fue la del Ministerio de Industrias porque tuvo un desfile de modas y se pudo apreciar cada detalle”.

    Las diseñadoras Elizabeth Moreno  y Vanessa Nanger  crearon la línea de blusas y camisetas deportivas I love vintage urban. Los diseños en la prenda se hacen con serigrafía. Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Las diseñadoras Elizabeth Moreno y Vanessa Nanger crearon la línea de blusas y camisetas deportivas I love vintage urban. Los diseños en la prenda se hacen con serigrafía. Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Camisetas «Made in Medellín» se usarán en el Super Bowl 50

    Agencia EFE

    La expectativa por la final de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) también se vive por estos días en una empresa familiar de la ciudad colombiana de Medellín que confecciona a todo vapor camisetas y otras prendas que en apenas dos semanas lucirán miles de seguidoras del Super Bowl 50.

    Operarias de Creytex, una firma nacida hace 45 años en Medellín y que exporta el 70% de su producción, se concentran en las prendas para las fanáticas de los finalistas Broncos de Denver y Panthers de Carolina, pero también de otros equipos vinculados a este deporte poco conocido en su país y que mueve millones de dólares al año.

    «Es muy emocionante saber que en Colombia y en Medellín hacemos producción para el mundo y en especial para algo tan americano como es el fútbol americano», dijo a Efe la gerente general de Creditex, Lina Bustamante.

    Indicó que reciben pedidos de 300 000 unidades de un mismo estilo para varios equipos de la NFL, pero también para confeccionar las camisetas que identifican a varias de las universidades en Estados Unidos, entre otros.

    Entre sus clientes destacan, entre otros, Champion, Columbia, Mountain Hard Wear, Under Armour, Disney y Concept Sport.

    Creditex, ahora en manos de la segunda generación familiar, inició sus exportaciones cuando alcanzó los 18 años en el mercado a países vecinos como Ecuador y Venezuela, luego fue México y llegó a Estados Unidos tras ganar una licitación de la marca Polo Ralph Lauren.

    «Fue un cambio cultural porque todas las fichas técnicas y las especificaciones eran en pulgadas, la terminología. Sabíamos inglés, pero no terminología de confección», aseguró Bustamante, quien resalta el interés de la compañía de «no pretender que ellos se adaptaran» a la cultura colombiana sino ajustarse a sus necesidades.

    El proceso de creación y elaboración tiene lugar en una fábrica con capacidad para producir 350 000 unidades al mes, que emplea a alrededor de 400 personas y donde los procesos tienen como eje la innovación y la tecnología.

    «América Latina es muchísimo más costoso comparado con Asia. Teníamos que encontrar una ventajas competitivas diferentes», apuntó, al señalar que han basado su estrategia en pilares como mínimos de producción, tiempos rápidos de respuesta y la innovación en las telas, muchas de las cuales elaboran en su propia tejería.

    Ahora el interés de Creytex, que cuenta en el país con las marcas propias Belife y Baby Planet y es una de las empresas participantes de la feria Colombiatex de las Américas, es reconquistar los mercados de México y Ecuador, donde perdieron terreno por distintas razones económicas.

    «Nos interesan mucho tres países: primero México y con algo diferenciado, con prendas con valor agregado y de moda (…), porque vemos oportunidad ahí. Nos interesa mucho Ecuador», pese a la salvaguardia aplicada por ese país a las importaciones, y Brasil, explicó Bustamante, quien admitió que también espera que «se mejore» Venezuela, un mercado cercano y tradicional para los colombianos.

    Creytex es una firma nacida hace 45 años en Medellín y exporta el 70% de su producción. Foto: EFE
    Creytex es una firma nacida hace 45 años en Medellín y exporta el 70% de su producción. Foto: EFE
  • En su taller los diseños pasan del papel a las camisetas

    REDACCIÓN QUITO

    La creatividad de Luis Cobo, un diseñador gráfico de 33 años impresionaba a sus amigos. Tanto, que ellos querían sus dibujos en sus camisetas. Por ello, comenzó a realizar sus creaciones en papel ‘transfer’, para que sus amigos pudieran estampar sus gráficos en sus prendas, a su gusto.

    Gracias a las primeras camisetas, los diseños de Cobo se hicieron conocidos, y no solo los amigos querían tener una. Por ello, al conocer el éxito que tenía su iniciativa en su círculo social una amiga le dijo: «¿Por qué no dejas de ser shunsho y sacas a la venta tus camisetas?». Gracias a ese cuestionamiento nació el nombre para su marca: Shunshoo, que buscaba reflejar moda con diseños auténticos, buena calidad y hecho en Ecuador.

    Su primera colección, que se presentó en el 2007, tuvo cuatro modelos para hombre y mujer. La comercialización era directa y la promoción se basaba en recomendaciones a amigos y conocidos.

    Pero no fue hasta el año pasado que decidió dar un nuevo impulso a la marca. Por esta razón, se unió al proyecto María José Cardona, profesional en marketing y temas financieros. En agosto del año pasado, Shunshoo presentó su nueva colección. Los socios invirtieron USD 2 000 para confeccionar 200 camisetas.

    La manufactura se realiza en pequeñas empresas textiles de Quito, al igual que el estampado. Mientras que la promoción se la realiza por medio de redes sociales como Twitter y Facebook.

    Actualmente, al mes esta iniciativa vende un promedio de 13 camisetas. La distribución es directa y también la comercializan en el bazar Messklan, en el norte de Quito. Y la facturación mensual bordea los USD 320, en promedio.

    Cardona y Cobo, definen a su público objetivo como jóvenes de clase media, universitarios, a los que les gusta la moda alternativa. Por ejemplo, uno de sus clientes desde que inició el emprendimiento son los integrantes de la banda de pop-rock Revés.

    Eddy Zumárraga y Andrés Noboa, integrantes de esta agrupación quiteña, señalan que las camisetas de Shunshoo les dan el «estilo y la imagen» que necesitan. Siempre las usan en sus presentaciones. y gracias a ello, se han sumado nuevos clientes.

    Uno de ellos es Alberto Pérez. Este estudiante universitario comenta que cuando las vio le llamó la atención su diseño «fuera de lo común», por ello adquirió dos. «Es buena la calidad del estampado y de la tela».

    En esto coincide Paula Molina, quien compró tres camisetas a principios de este año. «La tela es de buena calidad y los diseños muy originales».

    El producto

    El empaque.  Las camisetas se venden en un envase de lata, que tiene una etiqueta de la marca.

    El precio. Cada unidad se comercializa a USD 25, tanto los modelos para hombre como para mujer.

  • Las camisetas son el lienzo para dos artistas urbanos

    Redacción Quito

    Cristian Cevallos y su esposa Gabriela San Pedro querían vestir a su pequeña hija de dos años con estilo. No encontraron algo que les gustaba en el mercado local, así que decidieron realizar sus propias creaciones.

    Estos jóvenes, artistas plásticos, graduados de la Universidad Central del Ecuador, plasmaron sus creaciones en camisetas. Cristina comenzó a lucir las creaciones, elaboradas con marcadores de tela y camisetas de algodón, que llamaron la atención de familiares y amigos.

    Los diseños eran tan llamativos que les sugirieron crear su propia marca y que comenzaran a vender sus creaciones. Así, en el 2012, nació Sabor Edición, especializada en ropa para bebés y niños.

    Sin embargo, cuando los textiles salieron a la venta se toparon con que los diseños no tenían tanta acogida entre los padres de familia, por lo que decidieron darle un giro a su negocio.

    Luego de realizar un estudio de mercado en la ciudad e inspirados en el arte urbano, tatuajes y grafitis nació a mediados del año pasado 9 Vidas, una microempresa que pretende plasmar creaciones artísticas en prendas de vestir.

    Con una primera inversión mínima (USD 100), que se destinó a la compra de materiales, ellos elaboraron las primeras unidades que fueron comercializadas en la feria de tatuajes: Quito Tattoo.

    En el evento, las camisetas causaron furor y se agotaron. Ello motivó a que reinvirtieran las ganancias y trabajaran en productos con un mejor terminado.

    Con unos USD 2 000 adquirieron una máquina estampadora, una impresora y papel para estampados, tinta, camisetas y otros insumos. Al no tener un local decidieron promocionar sus productos por medio de una ‘fan-page’ en Facebook y entregarlas a domicilio.

    Definen su público objetivo como jóvenes entre los 15 y 30 años de edad, que pertenezcan a alguna tribu urbana como ‘skaters’ o ‘bikers’. Actualmente, su facturación mensual fluctúa entre USD 300 y 500 mensuales. En temporada alta, como Navidad, asciende a 800.

    Martín Castro, de 18 años de edad, es su cliente. Comenta que prefiere esta marca, por sus diseños originales, que no se encuentran en las tiendas tradicionales. En ello coincide Josué Benavides, de 20 años, quien compró tres camisetas.USD 300 a 500 es la facturación mensual de la microempresa

  • La psicodelia y el mensaje positivo marcan sus productos

    Redacción Guayaquil (I) Twitter:@RevistaLideres

    Hace dos años, mientras trabajaba en su laptop, a Fausto Feraud, estudiante fotografía de 21 años, le surgió una idea que hoy es una micro-empresa conocida como Gringo Loco Outfits. «Quería diseñar un estampado para una camiseta y mi tío, Checrella Manzur, me sugirió que mejor tiña camisetas usando la técnica de ligas y tintas, pero a mí no me convencía», cuenta el guayaquileño.

    La técnica, conocida como ‘tai-dye’, consiste en amarrar con ligas la ropa y teñirla de diferentes colores, aplicando sal para que el color penetre y así formar diseños ‘psicodélicos’ y de estilo ‘hippie’.

    Cuando su tío, que padecía cáncer, estuvo hospitalizado, Feraud decidió elaborar una camiseta con esa técnica para obsequiársela. «Hice mi primer intento y a lo que abrí (la camiseta), el teñido había formado un corazón», recuerda.

    Entonces, comenzó a experimentar con su propia ropa y a subir las imágenes a Facebook. «Desde ahí les gustó a mis amigos y comenzaron a hacer pedidos», cuenta. El nombre de la marca (que lleva dos años), confiesa Feraud, es el apodo con el que lo conocen en su familia.

    Las camisetas Gringo Loco cuestan USD 15 y son de algodón; se venden en modelos llanos (solo teñidos) y estampados con frases positivas como «Nadie puede destruir lo que hay dentro de ti». Los clientes tienen la opción de personalizar sus camisetas con los colores, mezclas y formas que prefieran.

    «Es superbueno que vendan camisetas con esos mensajes positivos», dice Nathalie Freire, quien conoció de las prendas en Instagram (@gringolocooutfits), en donde Feraud recepta la mayoría de los pedidos, que le generan una ganancia de USD 100 mensuales en promedio.

    Feraud ofrece el servicio de reparación de ropa, que es una forma de reciclar prendas. «Hay veces que por una mancha de cloro dejan de usar la ropa, entonces con el teñido es como recuperarla, queda como nueva», explica. El servicio cuesta USD 10 y se puede realizar tanto en camisetas, como en gorras y zapatos.

    «Había escuchado la marca y me pareció interesante poder reutilizar ropa que a veces se daña. Probé con unas camisetas y las dejó como nuevas», dice Freire.

    Feraud explica que el negocio tiene una finalidad ecológica de reusar para disminuir el consumismo y destaca la rentabilidad de la idea, pues el proceso que le toma cada camiseta teñida es de unos 3 a 6 minutos. La inversión que hace cada mes de USD 50.

    Producción, en breve

    La técnica. El ‘tie-dye’ significa «atar-teñir». Se cree que esta modalidad tiene origen en países de Asia, pero se popularizó en 1960 en EE.UU. Feraud usa tintes importados que cuestan unos USD 2,50, para que perdure más el color.