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  • Alexandra Alvarado: ‘La capacidad que tiene cada persona prevalece ante el género’

    Mayra Pacheco

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    redaccion@revistalideres. ec

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    La oficina del Vicerrectorado de Investigación, Innovación y Vinculación de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) tiene hace un año un toque femenino.

    Plantas, tapetes de colores tejidos a mano, flores y más adornos son parte de la decoración que Alexandra Alvarado, titular de esta dependencia, ha puesto en este espacio, que durante 150 años fue ocupado por hombres.

    La Escuela Politécnica

    “Estoy como 30 años en esta institución. Cuando ingresé como estudiante para mí fue impactante, porque venía de un colegio femenino a un mundo completamente masculino. Al empezar mi carrera, en la Facultad de Geología, éramos seis personas, yo era la única mujer. Pero como estuve antes en el preuniversitario ya conocía a algunos compañeros.

    En el grupo siempre hubo mucho respeto, consideración, trabajábamos bastante bien y en las mismas condiciones. A veces, cuando se trataba de actividades que demandaban el uso de la fuerza física, yo no avanzaba a romper ciertas rocas y ellos me ayudaban, pero de ahí el trabajo de campo, caminar, lo hacía igual que ellos para no retrasar las tareas, y además sabía que este era el ritmo que tendría mi carrera profesional”.

    Trayectoria

    “Mientras era estudiante ingresé al Instituto Geofísico (IG) para hacer prácticas. Aprendí a manejar los equipos e interpretar la información. Luego un colega salió para hacer su doctorado y quedó su puesto libre. Esa vacante la ocupé yo, empecé como auxiliar y seguí con mi trabajo.

    Sinceramente, no pensé que me iba a quedar en el IG tanto tiempo, pero con el pasar de los años me agradó cada vez más lo que hacía, me especialicé y llegué a ser la directora del Instituto Geofísico. Fui la primera mujer en ocupar ese cargo. También fui parte del equipo de evaluación de la actividad de los volcanes Guagua Pichincha, Tungurahua, Cotopaxi. Integré el equipo de crisis por el terremoto de Pedernales, en Manabí. Y he realizado varios proyectos de investigación”.

    Mujer y ciencia

    “En realidad no me había percatado ni había puesto énfasis en esta diferencia por mi género. A lo largo de mi trayectoria no he percibido una barrera o algo que impida que una mujer logre hacer las cosas en esta carrera. En el IG el trabajo fluyó en función de lo que nosotros como mujeres podemos aportar. No he sentido discriminación. Las colegas que han entrado igual se han desempeñado bajo esta misma lógica. Conocemos que nuestro trabajo demanda de actividades en espacios abiertos, de caminar bastante, de ir por el lodo, de cargar equipos.

    Creo que en esto influye en parte la personalidad y la responsabilidad, porque nuestra misión era que el IG sobresalga y se cumpla con los objetivos planteados.

    Para organizar los equipos se tomaba en cuenta las potencialidades de cada persona. Nunca he tenido esa fijación si es un hombre o una mujer. Sé que cada persona tiene su fortaleza, las mujeres, por ejemplo, tenemos la capacidad para asumir varias tareas a la vez”.

    La familia

    “En el Geofísico estamos expuestos a las emergencias y a partir de 1999, que comenzaron todos los procesos eruptivos, el horario de trabajo demandaba de una presencia mayor. Se organizó una estructura para contar con un equipo que esté pendiente de las emergencias, mientras otro tenía su tiempo libre.

    Aunque en estas situaciones es difícil descansar tranquilamente, porque recibes llamadas a altas horas de la noche y en la madrugaba. Ese tiempo lamentablemente se resta de la familia, pero he tratado de estar el mayor tiempo posible junto a mi esposo Francisco y mis hijas María Cristina y Analía.

    Cuando por mi profesión debo ausentarme, mi esposo o mi mamá Ana me apoyan”.

    Pasatiempos

    “Me gusta compartir mi tiempo libre con mi familia, me encanta preparar postres. Sé algo de costura y tejido, porque en una época que no tuvimos clases por una huelga me inscribí en un curso, no quería estar sin hacer nada.

    Cuando era estudiante me confeccionaba blusas, pantalones. A mis hijas, cuando eran pequeñas, les hice algunos vestidos.

    Tengo también afición por la jardinería. Me atrae cuidar las plantas. En mi casa tengo un pequeño huerto, he cosechado ya brócoli, tomates, y otros. Ahora, como tengo esta responsabilidad en el vicerrectorado, busqué a una persona para que me ayude con esta tarea. Él se encarga de cuidar las plantas, de remover la tierra, de abonar. No es una tarea sencilla”.

    Hoja de vida

    Su formación. Es ingeniera en Geología. Estudió en la Escuela Politécnica Nacional.
    Tiene un doctorado en Ciencias de la Tierra en la Universidad de Grenoble Alpes, en Francia. Ahí se especializó en Tectónica Activa.

    Sus actividades. Es profesora titular de la EPN, imparte materias en la carrera de Geología.
    Comparte su tiempo libre con su esposo y dos hijas. Le gusta cocinar, tejer y cuidar de sus plantas.

    Su visión. El género de una persona en el ámbito profesional le resulta poco transcendente. Ella considera que lo que importa en este ámbito son las potencialidades que tiene cada persona.

    Alexandra Alvarado, vicerrectora de Investigación, Innovación y Vinculación de la EPN cuenta su ascenso profesional. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Alexandra Alvarado, vicerrectora de Investigación, Innovación y Vinculación de la EPN cuenta su ascenso profesional. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Rocío Velarde: ‘El ser madre no reduce la capacidad de entrega en una empresa’

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Nunca estuvo entre sus planes involucrarse en el mundo de la banca. Sin embargo, el destino, precisamente, le preparó ese sector para su trabajo.

    Durante dos décadas, la peruana Rocío Velarde ha desempeñado diferentes funciones dentro de Citi, en varios países. Actualmente, es gerente General en Ecuador.

    Ella considera que su formación como ingeniera industrial, graduada de la Universidad de Lima, le ha permitido gestionar procesos en el sector financiero. También tiene un MBA que lo obtuvo en EE.UU. y hoy realiza algunos cursos en el Massachusetts Institute of Technology.

    Su participación en el Consejo de Universidad fue la puerta que permitió que ingresara a la banca. Al principio no le convenció la idea, pero probó; hoy, ha constituido una sólida carrera como ejecutiva en América.

    Sociedad y empresa

    “Me ha ido bien durante mi vida profesional. Estudié una carrera predominantemente de hombres. Eso me permitió ganar experiencia para desenvolverme en ambientes mayoritariamente masculinos.

    Hasta la mitad de mi vida como profesional no sentí ninguna diferencia por ser mujer. Cuando llegué a Brasil comencé a recibir muchas consultas de mujeres jóvenes que me preguntaban cómo llegué a ese nivel. Allí me di cuenta de que había una necesidad grande de tener modelos femeninos laborales.

    Se generó una conciencia en mi de que en cualquier empresa existen diferencias por ser mujer u hombre. Ahí fue que empecé a estudiar mucho sobre el asunto y me di cuenta que en la sociedad existen pensamientos inconscientes sobre qué es una mujer, cómo debe desempeñarse, etc.

    Cuando uno empieza a trabajar se generan los conflictos sobre cuál es el papel de uno en la sociedad y en la empresa. Todo esto genera dudas y cuestionamientos para muchas trabajadoras.

    Mi experiencia en Citi ha sido maravillosa. Nunca en la vida he sentido alguna idea preconcebida con relación a mi persona o a mi desarrollo profesional.

    Sin embargo, estas ideas inconscientes existen. Yo las sentí, como parte de la sociedad, cuando fui madre. Cuando nació mi hija escuché preguntas relacionadas a si voy poder trabajar al mismo ritmo de antes de ser mamá.

    Todo eso me llamó mucho la atención. No fue en la organización sino afuera de la misma”.

    Modelos femeninos

    “En el Citi se tomó una decisión muy consciente desde la alta gerencia, de poner metas específicas de mujeres en cargos de liderazgo.

    A partir de allí se desarrollaron una serie de cursos sobre cómo las personas que no tienen ninguna mala intención sí pueden poseer prejuicios. Estas son estructuras mentales que vienen de la historia de cada uno, de cómo creció, de qué vio, etc.

    Estos pueden terminar perjudicando el desarrollo de la carrera de las mujeres. En Citi hemos trabajado contra eso y adoptado medidas efectivas: todas las posiciones de director o director ejecutivo se publican en la web y todo el mundo puede postular.

    El panel que escoge debe ser diverso: mujeres y hombres entrevistando. Lo mismo en el grupo de candidatos. Al final, a quien se escoge es quien tiene las mejores condiciones para un trabajo”.

    Madres

    “Hay que sacarse el velo y darse cuenta de que el embarazo y la maternidad son parte de la vida. No tiene nada que ver con la capacidad de entrega en una empresa; hablar abiertamente es clave.

    Nosotros implementamos políticas a escala global sobre el tema. Se crearon entrenamientos para gerentes de mujeres que están en etapa de embarazo, maternidad y lactancia. Quien no ha pasado por eso no entiende y con estos talleres se conocen las necesidades de las mujeres y sus hijos en esa fase.

    También hemos hecho capacitaciones sobre la importancia de la diversidad de género para las organizaciones y su impacto en los resultados. ¿Por qué dejar fuera al 50% de la población en el proceso de toma de decisiones?

    Nosotros hicimos, como banco, un estudio sobre la diferencia salarial entre hombres y mujeres. Reconocimos que dentro de la propia organización la había.

    La diferencia fue del 29% ¿Por qué? Porque había más hombres en cargos de gestión que las mujeres. Los números estaban ahí y el banco tomó la decisión de publicarlos. Nuestro CEO tomó una decisión de mucho coraje.

    Ahorita, todos los gerentes tienen la meta de tener más mujeres en su equipo. Ojo, no escoger solo porque son mujeres. Si eso fuera así le quitaría total credibilidad”.

    Datos

    Familia. Está casada y tiene dos hijos. Una de las actividades que más le gusta es pasar con ellos. Junto con su esposo han entendido que cada parte tiene una responsabilidad con su hogar.

    Actividades. Le gusta practicar yoga. Todos los días realiza sesiones de meditación.

    Viajes. Por su trabajo ha tenido que mudarse constantemente. Tomar la decisión de hacerlo ha dependido de si el destino beneficiaba a toda su familia. En Quito se siente como en casa.

    Su visión. En la sociedad existen ideas con relación al papel de la mujer. Para romper con ello son necesarios más modelos femeninos en las organizaciones. Deben ser personas calificadas.

    Rocío Velarde ha impulsado una carrera en la banca, en América. Promueve más mujeres en cargos ejecutivos. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Rocío Velarde ha impulsado una carrera en la banca, en América. Promueve más mujeres en cargos ejecutivos. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • La capacidad instalada de las Mipymes se encuentra a la baja

    Redacción Quito

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    En el país las micro, pequeña y mediana empresas (Mipymes) no utilizan su maquinaria, instalaciones y fuerza productiva en toda su capacidad. La recesión de la economía más el tamaño del mercado nacional están entre los factores que han influido en ello.

    Según Cristian Cisneros, director de la Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha, al 2017 el 22% de la capacidad instalada de las Mipymes estaba subutilizada. Esto implica que bajó cinco puntos porcentuales frente al 2016, cuando alcanzó un 17%.

    La situación es más compleja si se revisa los datos del 2015 del desaparecido Ministerio Coordinador de la Producción (Mcpec), que revela que las instalaciones y la maquinaria de las firmas tenían un estado ocioso del 30%.

    El Ministerio de Industrias, entidad que asumió en este Gobierno las competencias del Mcpec, no respondió, hasta el cierre de la presente edición, un pedido de información actualizada.

    Más allá de las cifras, lo que sí se conoce es que la caída de las ventas, durante dos años económicamente complejos, impactó directamente en la producción de las empresas de menor tamaño.

    En la industria procesadora de carnes y embutidos Macafri, por ejemplo, el uso de su capacidad instalada llega actualmente al 70%. Esta empresa se amplió en función del buen ritmo de crecimiento que tuvo, al igual que el país, hasta 2014. Pero luego la situación cambió.

    “Nunca tuvimos una baja en las ventas. Lo menos que crecíamos era un 15% anual. Pero, en 2015 caímos un 12% y en el 2016 un 13%. En 2017 no bajamos más, pero tampoco crecimos”, indica Édison Romo, gerente de Macafri.

    En el 2018, la empresa espera reactivar su producción, que se ralentizó. El plan es desarrollar productos de nicho, con valor agregado y con mayores facilidades de cocción con una oferta de alimentos listos para preparar.

    Hoy, la empresa procesa 20 toneladas al mes. Hasta 2014 eran 25 o más en el mismo período.
    Un estudio llamado Productividad en la Industria en el período 2007-2016, elaborado por el Ministerio del ramo, revela que la capacidad instalada cayó siete puntos desde 2010. Pese a ello, indica, la producción sí se ha mantenido.

    Según la Capeipi, los sectores que menos han usado su capacidad instalada han sido metalmecánica, madera y construcción.

    Para otras Mipymes, como las del sector gráfico, la situación es más compleja debido a factores estructurales como la reducción en el uso del papel, nuevas formas de hacer publicidad en el mundo o la digitalización de diversas áreas

    Por ello un elemento decisivo para no desaparecer es reinventarse y realizar inversiones, más aún si se ha determinado sitios del mercado que faltan por atender.

    En este caso se encuentra la productora de helados Cofrunat, Coqueiros. Esta Mipyme trabaja, actualmente, con el 70% de su capacidad instalada.

    Xavier Bustos, gerente general, indica que en el 2017 la empresa invirtió USD 150 000 en mejoras de la planta y para más a mediano plazo espera hacer otra inversión de USD 150 000. “No llegamos a todo el mercado por el tema de cobertura, que va dela mano con la inversión en congeladores. Producimos unas 150 000 unidades, dependiendo el mes”.

    Con la inversión tendrían mayor capacidad instalada qué aprovechar. La empresa solo se dedica a surtir al mercado nacional.

    Un estudio del Observatorio de la Mipyme de la Universidad Andina revela que el 50% de las Mipymes cubría el mercado local y apenas del 4% exportaba. Wilson Araque, director de esta entidad y director del área de gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar, asegura que el mercado nacional es pequeño y que es importante que las empresas apunten al mercado internacional.

    El catedrádito explica que en promedio las empresas trabajan únicamente el tiempo previsto por la ley: 40 horas semanales, cinco días a la semana.

    En algunos casos este trabajo de “solo lo justo” lleva a que se utilice en menor cantidad la maquinaria y las instalaciones, lo que genera menos producción. Se deja de realizar gastos adicionales en horas extras, por ejemplo, pero la fabricación es menor y las ventas se mantienen iguales.

    La situación se complica, según Cisneros, cuando el país importa más artículos baratos, que desplazan a los que desarrollan las Mipymes locales. Esto da paso al desplazamiento del empleo, pues sin tener trabajos por hacer las compañías ya no necesitan tanto personal y reducen las nóminas.

    El tamaño de la Pyme también incide

    Aprovechar la capacidad instalada de las plantas de producción es un desafío para las pequeñas y medianas empresas. Factores como el tamaño del mercado, el tipo de producto, los planes de exportación, entre otros, son vitales para las empresas que quieren optimizar y aprovechar recursos como maquinaria, tecnología y personal.

    La trayectoria también es un elemento que pesa. La empresa Gourmet Andino surgió en el 2016 y se enfoca en la elaboración de productos orgánicos con base en diferentes granos andinos, sin conservantes ni aditivos y con azúcares menos procesados.

    La planta de esta pequeña empresa se encuentra en Perucho, al nororiente de Quito. La producción arrancó hace 20 meses y el volumen no llegaba ni a una tonelada al mes, recuerda su fundador, José Luis Quintero.

    “En principio pensamos tercerizar la manufactura con empresas de la ciudad”, dice Quintero. Pero este emprendedor tenía como meta presentar al mercado un producto orgánico con valor agregado. “Pero las empresas a las que me acerqué no garantizaban que sea orgánico y libre de gluten. Por eso decidimos invertir en una planta propia”. El monto destinado bordeó los USD 140 000 para infraestructura, maquinaria y certificaciones.

    La planta de Gourmet Andino tiene capacidad para producir 10 toneladas al mes, pero en la actualidad está trabajando a la mitad. “Nuestro caso es aislado porque somos nuevos en el mercado y vamos ocupando la capacidad instalada con el tiempo”.

    Quintero añade que tener una planta propia tiene puntos a favor y en contra. En los primeros está que puede controlar el proceso de sus productos orgánicos; en los puntos en contra menciona que es un costo fijo.

    Otra empresa joven en el mercado es Rikocom Alimentos, que produce salsas, aderezos, mermeladas y otros productos de la industria de alimentos. Su caso es distinto, porque si bien lleva cuatro años en el mercado su planta de producción trabaja al 100%.

    Su director, Andrés Alarcón, explica que esto ocurre porque trabajan en un solo turno. “Si haríamos dos turnos el uso de la capacidad bajaría a 60%”.

    Alarcón detalla que también juegan las especificaciones de la maquinaria empleada, su afinamiento y ciertos cuellos de botella. “Cuando eso se afine los niveles de producción bajarán.

    Este empresario señala que la subutilización de maquinaria ocurre porque Ecuador es un mercado pequeño y la maquinaria que se importa viene diseñada para otros mercados. “En otros países el nivel de consumo y población es distinto, así como los niveles de empleo y poder adquisitivo”.

    La estrategia para hacer frente a este desafío, dice Alarcón, es lanzar nuevos productos y así aprovechar lo que se llama la capacidad ociosa de la planta. “Si antes ofertaba una presentación de 500 gramos ahora vende una de 300 gramos. Si ofertaba en vidrio ahora se hace en plástico”.

    Alarcón explica que se abarató el producto porque cayó el poder adquisitivo de la gente, dada la economía del país. “La idea es mantener la venta unitaria cambiando empaques o tamaños, sin afectar la producción en toneladas”.

    Una idea parecida es la de Macafri, empresa del sector cárnico. Su plan es desarrollar productos de nicho, con valor agregado y con mayores facilidades de cocción con una oferta de alimentos listos para preparar, según explica su gerente Édison Romo.

    Otra alternativa para aprovechar la capacidad de producción es externalizar los servicios, es decir buscar clientes que deseen usar la maquinaria. Eso ocurre con Unilimpio, firma que tiene dos líneas: químicos para la limpieza y productos absorbentes.

    El gerente de Producción, Marcel Filbig explica que elaboran productos para clientes para ocupar la maquinaria. Aún así, dice, en la planta de químicos solo se usa el 30% de la capacidad (con 300 toneladas por mes). “Operamos en un turno de ocho horas, con ciertas excepciones”.

    En absorbentes se trabaja en un 90% de la capacidad y produce 100 toneladas al mes. Unilimpio tiene expectativas luego de que empezaron a exportar a Perú, el año pasado. “Confiamos en que mejorará la economía. Mientras optimizamos procesos internos para aprovechar la inversión”.

    Las jornadas ampliadas no son una opción para los negocios

    Pocas son las Mipymes que trabajan más horas de las estipuladas en la ley. Así lo revela información del Observatorio de la Mipyme de la Universidad Andina Simón Bolívar.

    Los datos muestras que en promedio las Mipymes trabajaron entre el segundo cuatrimestre del 2011 y el segundo cuatrimestre del 2016, un total de 8,4 horas al día.

    “Este es un indicador fuerte. Es un comportamiento negativo porque afecta la productividad. Esas horas que no están siendo utilizadas implican una subutilización de otros recursos como máquinas, equipos, infraestructura física. Cuando se genera capacidad ociosa el efecto es un incremento en los costos de producción, principalmente unitarios”, explica Wilson Araque, director del área de gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar.

    La fabricación de artículos o la atención de servicios en volumen obliga a una reducción de los precios porque se trabaja más, se reduce el uso ocioso de las maquinarias y se vende mucho más.

    En el análisis hecho por el exMinisterio Coordinador de la Producción en el 2015 se establece que la productividad laboral media de la industria se estancó. En ese año la cifra alcanzó un 11,6.

    Bolivia, Colombia, Chile y Uruguay son los países de la región cuya productividad media laboral es alta y tuvo importante crecimiento durante el 2014 y 2015.

    El Panorama Laboral y Empresarial del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) muestra que “la productividad de las microempresas representa apenas el 8,9% del total”.

    Las pequeñas empresas registran una productividad del 31,2%. En el caso de las medianas (divididas en dos tipos) y las grandes su situación es diferente y tienen mayor producción.

    Según Araque, si las firmas utilizaran más su capacidad instalada es probable que podrían contratar más trabajadores e impulsar el círculo productivo ya que necesitarían más materia prima y, por ende, los proveedores podrían crecer en su producción y ventas.

    Lo mismo sucedería si estas decidieran trabajar más horas. Claro está que para ello las compañías deben tener mercado a quien vender sus bienes o servicios.

    “Las Mipymes necesitan financiamiento especializado para crecer, principalmente de parte de la banca pública. La idea es generar productos adecuados a la realidad que tiene cada sector productivo. No es lo mismo un crédito para el agro que para hacer ropa”, dijo.

    Macafri, empresa del sector cárnico. Su plan es desarrollar productos de nicho.  La planta de producción espera mejorar sus indicadores en este año. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Macafri, empresa del sector cárnico. Su plan es desarrollar productos de nicho. La planta de producción espera mejorar sus indicadores en este año. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Innovar vs. imitar ¿Qué conviene más?

    Redacción Quito

    Las empresas apuntan a generar productos distintos y revolucionarios para destacarse de su competencia, brindando valor agregado mediante la inversión en el desarrollo de productos nuevos.

    La innovación es positiva, pero la innovación rápida es aún mejor. Ante esta necesidad, el reto principal está en cómo hacerlo en el menor tiempo.

    Comúnmente este desarrollo está ligado a la innovación, entendida como la capacidad de transformar un invento nuevo en algo rentable. Asimismo, existe la imitación, que consiste en tomar la innovación que se ha generado de los pioneros y mejorarla. Pero, ¿cuál estrategia es la que mejor se adapta a la realidad de las empresas? Un estudio de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford, publicado en el 2013, determina que los países se orientan más a adoptar tecnología que a desarrollarla ellos mismos. El texto señala que pocas organizaciones apuntan a ejecutar proyectos desde cero, como por ejemplo Google o Alibaba.

    Gabriel Jaramillo, desarrollador multimedia, indica que la innovación es más factible cuando existen recursos para financiar los proyectos. Él señala que es mejor crear un producto único, ya que generará mayores ingresos, pero el riesgo siempre es que el consumidor no lo acepte en el mercado.

    Renato Andrade, director de desarrollo de nutracéuticos de Pharmabrand, indica que lo principal para innovar es la calidad de la información disponible. «Al desarrollar una patente es importante conocer el mercado y los estudios científicos que se realizan. Esto permite que no se pierdan recursos de investigación en un producto que ya se esté generando y a su vez, aporta a las propias investigaciones para crear algo nuevo».

    «Invertir en más innovación no es necesariamente la mejor estrategia para todos», indica Chris Tonetti, autor de la investigación. Él señala que el progreso de un país no debe retroceder simplemente porque no se encuentra en la frontera de la innovación. Se puede tomar la imitación cuando una organización carece de capital de inversión para generar un producto nuevo.

    Fernando Moncayo, fundador de Startups&Ventures, indica que uno de los ejemplos de cómo la imitación resulta más exitosa que la innovación son las franquicias. Él considera que estas permiten tomar una idea probada y aplicarla de manera exitosa. «Claro que no siempre funciona. Han existido franquicias que intentaron ingresar al Ecuador, pero no lograron adaptarse al mercado».

    Tonetti señala que debe existir un ‘equilibro productivo’, un balance entre innovación e imitación. Además, reconocer que las ventajas dependerán de que tan alejado se encuentre el Ecuador de la frontera de innovación. «Si los países del primer mundo están dispuestos a invertir en innovación, los demás pueden beneficiarse de esto luego».

    Jaramillo señala que la mayor innovación no es mala para lo sociedad. Para el público, la innovación es siempre beneficiosa. «Sin innovación tecnológica, farmacéutica, industrial… no estaríamos donde estamos ahora».

    Una visión general

    Algunos indicadores. El reporte del Banco Mundial sobre Europa indica un déficit de innovación. Esta es la tendencia que han seguido las compañías europeas por décadas.

    Inversión. La inversión en innovación en el Ecuador será del 0,35% al 0,78% para el 2017, según comentó el vicepresidente Jorge Glas, durante el II Congreso Internacional de Innovación y Desarrollo realizado en julio de este año.

    Campus Party 2014. Alberto Levy, conferencista del Campus Party, señaló que la creatividad es la herramienta más poderosa para poder crear un producto que satisfaga a los clientes y permita generar ingresos a las industrias.

    El especialista

    Arturo Castillo      

    Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes

    Muchas empresas conciben la innovación en términos dramáticos, como vuelcos capaces de refundar la organización. Y ojalá fuera así. Sin embargo, muchas de las ‘innovaciones’ no son sino tibios ensayos para cambiar algo, por temor a cambiar todo.

    En otros casos, su idea de la innovación consiste en imitar a la competencia, en convertirse en un espejo de lo que hacen las empresas exitosas. También pasa que las firmas se imitan a sí mismas. Por ejemplo, ‘disfrazan’ un mismo producto con un nombre distinto, con una apariencia diferente.

    Ello es hasta cierto punto comprensible; la innovación no es algo común, algo que ocurre por arte de magia. Primeramente, se necesita de un ánimo abierto, de una disposición mental que se arriesgue a abandonar terrenos seguros, fáciles de transitar, previsibles.

    En segundo lugar, se precisa abandonar el autoconvencimiento de que todo está perfecto en la empresa, que sería insensato, costoso e inútil cambiar cosas.

    El tercer aspecto tiene que ver con la creatividad. A menos que la compañía cuente con el equipo idóneo, deberá contratar un grupo creativo que le ayude no solo a mudar de piel sino a transformar el espíritu de la organización.

    Pero si este no fuera el caso, las pequeñas innovaciones también cuentan. Quizás sea coherente empezar por cosas sencillas, con pequeñas rupturas de lo habitual, que sirvan de preparación para el salto cuántico.

    En todo caso, no siempre se justifica la rotulación de ‘innovación’. Es el caso de una conocida firma local que con un inmenso anuncio proclamaba su ‘innovación’. En realidad, lo que estaba haciendo era una renovación y ampliación de su local. Este ejemplo sirve para establecer una clara diferencia entre un hecho estrictamente físico, la forma, con el fondo. De otra parte, la innovación no significa hacer tabla rasa de lo que se ha logrado con esfuerzo y disciplina. La generalidad de los descubrimientos e inventos parte de una base, de algo consolidado, que alguien se atrevió a mirar de manera distinta, con ojos de obsolescencia, lo que permitió generar progreso, desafiar lo establecido, cambiar las ideas en proyectos concretos.

    ¿Hay un tiempo propicio para innovar una empresa? Sí, cada día.

    La frase. ‘La innovación no es algo común, algo que ocurre por arte de magia. se necesita disposición al cambio.’