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  • Carbón orgánico con conchas y estopa de coco

    Marcel Bonilla

    Los estudiantes de la carrera de Comercio Exterior de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres de Esmeraldas (UTE/LVT) producen carbón orgánico a base de conchas y estopa de coco. El trabajo se hace en la misma universidad.

    La materia prima para hacer las tradicionales cocadas esmeraldeñas es el coco, pero los estudiantes encontraron una forma de darle uso al resto de la fruta (concha y estopa) para elaborar carbón, utilizado para cocinar o asar.

    Esta es una forma de rescatar saberes ancestrales de la cultura afro, que hacía carbón con restos de maderas para venderlo o preparar sus alimentos, como ocurría en La Barraca, antiguo puerto fluvial de Esmeraldas.

    Naila Ibarra, estudiante de Comercio Exterior, explica que con ese carbón intentan reducir el impacto de la contaminación ambiental, como ocurre con la obtención del carbón de leña.
    Por ejemplo, en Esmeraldas, Chachis y Afros, que habitan en la Isla Luis Vargas Torre, frente a la ciudad, obtienen carbón a través de hornos hecho de tierra, como se hacía antiguamente.

    Uno de los inconvenientes es que deben recolectar madera y luego el humo afecta a los habitantes, por eso los estudiantes creen que obtener carbón a partir de la concha de coco es mejor.

    El proceso de producción empieza al recolectar las conchas en los sitios donde se elabora cocadas. La concha se muele, se quema y se compacta con un poco de resina orgánica en pequeños moldes, se deja secar por cinco días y está lista para su uso.

    Una de las ventajas es que el olor no se adhiere a la piel, ropa y cabello. Las brasas tienen una duración de una hora más que el carbón del que normalmente se usa en los asaderos, según los estudiantes.

    Para la producción a gran escala, los alumnos han logrado identificar los sitios donde más se produce y se utiliza el coco, como en poblaciones afros del cantón Eloy Alfaro y San Lorenzo.
    La Tolita Pampa de Oro, Garrapata y Canchimalero son zonas productivas de coco y es donde se han instalado mujeres emprendedoras que elaboran cocadas.

    Las emprendedoras utilizan unos 5 000 cocos al mes para la producción de cocadas con miel de caña de azúcar, pero desechan la concha y la estopa de coco.

    El rector de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres, Girard Vernaza, explica que se está dando impulso a los emprendimientos estudiantiles que apunten al rescate de la cultura tradicional de Esmeraldas.

    “Nuestros ancestros utilizaban leña para cocinar y el zumo de coco para el arroz en el campo, por eso vemos que esta iniciativa estudiantil rescata una parte de nuestra historia, utilizando la tecnología de nuestros tiempos”.

    La proyección es que los estudiantes fortalezcan la propuesta y se logre encontrar el mercado para poner todo el carbón que se produzca, con una marca esmeraldeña. Sonia Salinas, estudiantes del último año de la carrera de Comercio Exterior, explica que con un saco de conchas de coco se producen 150 pastillas de carbón orgánico.

    Por ahora se trabaja en la obtención del registro sanitario con la marca ‘Carbón CocoMex’. Ingrid Nazareno, catedrática universitaria, explica que la idea es lograr que los estudiantes puedan emprender desde las aulas.

    Estudiantes de Comercio Exterior son los que desarrollan el proyecto de carbón orgánico. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Estudiantes de Comercio Exterior son los que desarrollan el proyecto de carbón orgánico. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • La carne al carbón es la receta para sumar clientela

    Bolívar Velasco

    El término BBQ hace cinco años era poco común en los menús de la gastronomía de la Costa.
    Pero en el 2011, en el local Mr. Pincho, de la familia Morales Guillén, los comensales ya sabían sobre las costillas asadas en salsa, porque este establecimiento se encargó de popularizar ese plato en la ciudad de Santo Domingo.

    En las calles Abraham Calazacón y Río Toachi, donde funcionó el primer local de este establecimiento solo quedan recuerdos de la clientela que esperaba en las veredas para probar las costillas.

    El área de 25 metros cuadrados y las tres únicas mesas no eran suficientes para atender a más de 15 personas al día. Sin embargo, la gente no dejaba de ir y eso impulsó a los dueños de Mr. Pincho para darse a conocer como una marca que impone su propio estilo en asados al carbón. Con esta idea la familia Morales Guillén se mantuvo en ese sitio hasta el 2012.

    Al frente de la atención y la administración estaban cinco miembros de la familia, entre ellos Paulo Morales que para ese año había sido liquidado de una empresa de catering que daba servicios a una compañía petrolera, en el oriente ecuatoriano.

    Morales asumió las riendas de Mr. Pincho ese mismo año y lo primero que hizo fue invertir USD 800 que había ahorrado de su desvinculación laboral.

    Pensó en cambiarse de establecimiento y eso lo concretó en el 2013, cuando se mudaron a su actual espacio que tienen en la avenida Tsa’fiqui y Río Toachi.

    Allí poco a poco incrementaron mobiliario y herramientas de trabajo para la atención y la cocción.

    Actualmente cuentan con 15 mesas para clientes y el área del establecimiento ocupa 80 m2.
    Morales recuerda que cambiarse de local fue una decisión dura, porque los clientes que lo acompañaron en el antiguo sitio no se enteraron de la mudanza.

    La compensación vino con los nuevos comensales que poco a poco se familiarizaron con el concepto del menú único que Mr. Pincho impuso desde sus inicios.

    Paulo Morales se graduó en el 2015 como ingeniero en hotelería y turismo. Sus prácticas académicas que las realizó en negocios de parrilladas de Santo Domingo, sumado a los seis meses de experiencia que tuvo en el servicio de catering le ayudaron a definir un estilo de menú variado para su negocio.

    También a conseguir un equilibrio para el adobado de las carnes. Por ejemplo, se diseñó un estilo de hamburguesa al carbón preparada a la parrilla, es decir de una forma distinta a como se la elabora en una paila para frituras.

    De esa experiencia también salieron las hamburguesas al estilo americano, la hawaiana, la tijuana, y la manaba, que se diferencia de las otras por incorporar el queso manabita como su ingrediente estrella, explica Alexandra Guillén.

    Ella es madre de Paulo y por su experiencia de trabajo en McDonald’s, en Estados Unidos (en 1995), quiso que Mr. Pincho marque la diferencia.

    “No es una copia de esa marca. Lo que hice fue perfeccionarme porque yo hacía hamburguesa en la familia, mucho antes de tener el negocio”, aclara.

    Martha García, encargada del marketing y logística, señala que actualmente manejan un catálogo de 41 platos entre propios y corrientes, todos a base de carne de res, cerdo, pollo, bife de chorizo.

    Agrega que la estrategia para mantener a los clientes es la calidad y el buen sabor.
    Mr. Pincho también tiene una sucursal familiar en Lago Agrio.

    Martha García y Paulo Morales están al frente de la administración de Mr. Pincho en Santo Domingo, Morales pertenece a la nueva generación que asumió las riendas de la marca. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Martha García y Paulo Morales están al frente de la administración de Mr. Pincho en Santo Domingo, Morales pertenece a la nueva generación que asumió las riendas de la marca. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES