Etiqueta: carnes

  • Una familia especialista en carnes a la parrilla

    Evelyn Tapia Zurita  (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Los fines de semana asando carnes en parrilladas con familiares y amigos fueron la única experiencia previa de Homero Vinueza para abrir el restaurante La Parrilla de Homero, un negocio que este mes cumplió 15 años en Quito y tiene cuatro locales.

    Vinueza tiene 62 años, de ellos, 32 los dedicó a la docencia. La mayor parte de su carrera la pasó en un colegio privado, en donde ejerció la docencia y cargos directivos en países como España, Irlanda, Inglaterra y República Dominicana.

    El emprendedor confiesa que siempre que viajaba, se fijaba con atención en los detalles de la decoración, el servicio y la carta de los restaurantes que visitaba. Le gustaba, aunque entonces no tenía planeado tener un restaurante.

    Años más tarde, en el 2004, con una inversión de USD 12 000 que reunió a lo largo de su carrera, y luego de una investigación de mercado, abrió su primer restaurante en la avenida República de El Salvador y Naciones Unidas, en un local de 50 metros cuadrados, con ocho mesas y tres empleados.

    Vinueza cuenta que decidió hacerlo para no tener que seguir viajando fuera del país con su familia por causa del trabajo.

    “Una noche en el dormitorio de mi hijo conversando, le dije: ya me quiero quedar en Ecuador, ¿pero qué hago? Además de ser profesor, lo único que sabía era hacer parrilladas”, recuerda.

    La matriz de la Parrilla de Homero todavía funciona en el lugar en el que se abrió el primer local, pero ahora es más grande y comparte terreno con otros dos negocios del empresario: el restaurante de sushi Mizu y el bar Buskers.

    Con los cuatro locales de la Parrilla de Homero y los otros dos negocios gastronómicos, atienden mensualmente a unos 15 000 comensales.

    Vinueza cree que el éxito de sus emprendimientos radica en tres fortalezas que ha tratado de mantener desde el 2 de marzo del 2004, cuando abrió su primer local. Primero, tenía que ser un restaurante semiformal, con mesas sin manteles que le permitan al comensal sentirse cómodo.

    Segundo, tenía que ofrecer platos de calidad y buen sabor sin que eso signifique demandar precios altos. “Sabía que iba a tener menos utilidad, pero con precios bajos terminaría vendiendo más y así ha sido hasta ahora”, dice.

    Julio Ospina, proveedor de carne de pollo, destaca el alto nivel de calidad que demanda la Parrilla de Homero. “Trabajamos hace ocho años con ellos y siempre han sido muy serios. Nos solicitan un gramaje específico para los cortes que requieren”.

    El tercer punto clave es la calidad en la atención al cliente. Para ello, dice Vinueza, el secreto es estar completamente involucrado y presente en el negocio.

    “Se necesita estar muy cerca. Ahora contamos con más personal, tenemos un trabajo más sistematizado y, aún así, tenemos jornadas de 09:00 a 23:00. Pero, como es un negocio familiar, nos apoyamos y nos turnamos para poder descansar y no descuidar el negocio”, manifiesta.

    Mario Jarrín, quien vive en la zona del primer local, cuenta que visita el restaurante hace 10 años por la calidad y agilidad del servicio. Además, destaca el buen sabor de los cortes.

    El sabor de la carne se debe a que el negocio cuenta con una planta de refrigeración en la que el producto permanece a temperatura de -2 ° para que el músculo del animal se madure y tenga un sabor más jugoso.

    Sus hijos, Homero y Daniela Vinueza Ortiz, añade, son parte de la historia de crecimiento de sus restaurantes. Los dos comenzaron desde su adolescencia a ayudar a su padre. Se involucraban en la parrilla y atendían como meseros. “Siempre estaban aquí después de sus clases, yo quería que aprendan que nada en la vida es gratis, que todo implica sacrificios”, señala.

    Hace dos años su hijo es el gerente general y Daniela se encarga de las estrategias de comunicación, imagen y publicidad. El joven señala que involucrarse desde la gerencia le ha permitido tomar decisiones para que los negocios se modernicen.“Nos hemos enfocado mucho en la innovación, así atraemos a nuevos clientes. El año pasado invertimos en una remodelación del restaurante de sushi, este año en el bar. En el 2020 esperamos abrir otro local”.

    ‘Hay que hacer las cosas con buena actitud’

    Hernán Castillo 
    Cocinero encargado de la parrilla

    Trabajo aquí desde hace casi 14 años. Antes sabía algo de hacer carne a la parrilla, pero en La Parrilla de Homero mejoré mucho y aprendí más. Creo que al restaurante le ha ido tan bien todos estos años, principalmente, porque la atención al cliente es excelente. También por la preparación de la comida. No hay secretos, solo se trata de hacer las cosas con amor. En un trabajo, cuando se hacen las cosas con mala actitud, nada sale bien. Eso no pasa aquí. Los términos de la carne, la presentación, todo es importante y los clientes lo valoran, por eso tenemos muchos clientes fijos, como de toda la vida. Con los dueños tenemos una buena relación, ellos son propietarios que están siempre pendientes de todas las cosas, para que todo salga bien. Diariamente tenemos bastante movimiento, sobre todo desde las 13:00 hasta las 15:00 y tenemos una clientela variada. Entre semana vienen grupos de amigos, gente de oficina. Los fines de semana vienen más familias. Entre los platos que más le gustan a la gente están el medio bife y el filet mignon.

    Homero Vinueza y sus hijos Daniela y Homero, comparten responsabilidades en la administración de los restaurantes de carnes y sushi, y del bar. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Homero Vinueza y sus hijos Daniela y Homero, comparten responsabilidades en la administración de los restaurantes de carnes y sushi, y del bar. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Las carnes a la brasa con toque argentino cautivan

    José Luis Rosales

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    Sentite como si estuvieses en una parrilla de Buenos Aires. Los mágicos sabores de la carne argentina están en Chamuyando. Con esa frase el restaurante instalado en Ibarra, en junio del 2014, conquista los paladares.

    El argentino Guillermo Gonzalo es el creador de este emprendimiento, ubicado en el sector de El Retorno, al sur de la ciudad.

    Todo nació con el sueño de tener un negocio propio. Así comenta el bonaerense que llegó al país en 1995, por una propuesta de trabajo. Luego, durante 17 años, gerenció una distribuidora de lácteos en la Sierra norte.

    Sin embargo, en su cabeza siempre rondaba la técnica y el aroma de la carne sobre las brasas rojas, como preparaba Santo, su padre. Esa imagen de la familia y amigos hablando y compartiendo un asado dominical, como se acostumbra en Argentina, se la conoce como chamuyando.

    Luego de independizarse le apostó a la pasión por las carnes cocidas al carbón. Su esposa, la argentina Mónica Polanco, diseñadora gráfica, le sugirió y diseñó la marca, aprovechando el término rioplatense. Así nació Chamuyando Parrilla Bistró.

    Con mucha ilusión, la familia, compuesta por tres hijas, rediseñó su casa. De pronto la villa, de paredes de adobe y teja, se convirtió en un restaurante de cómodas y acogedoras salas.

    Ahora está decorado con fotografías que evocan rincones como el estadio de Boca Junior, el Obelisco, el centro de Buenos Aires. También hay carteles con frases cómicas y sugerentes, que atrapan a los visitantes, como una que dice: Si vino y no toma vino, entonces para qué vino. Hay una variedad de merlot, cabernet sauvignon, malbec, entre otros.

    La carta, que posee una variedad de carnes a las brasas de res, cerdo, cordero y pollo, también tiene nombres con identidad porteña como bife La Recoleta, ojo de bife La Bombonera, cordero Patagónico, milanesa a la Argentina, costilla San Lorenzo, asado de tira Martín Fierro. Este último es un corte de costilla de una res joven.

    Abre jueves, viernes y fin de semana. Al inicio solo domingos.
    Para empezar invitó a personas cercanas a probar las delicias que preparaba personalmente Guillermo en la parrilla que instaló junto a la anterior cocina familiar.

    En apenas un mes la noticia se regó por Ibarra y los comensales comenzaron a llegar, e incluso hacer fila. Eso le obligó a ampliar el horario de atención y contratar un parrillero, con el que compartió los secretos culinarios que aprendió durante su niñez y juventud.

    Otro fuerte de Chamuyando Parrilla Bistró son las pastas elaboradas artesanalmente. El emprendedor aprendió a prepararlas con su abuela Francisca Migli, cuando era chico, como él dice.

    Aún recuerda la cocina de la matrona nacida en Piacenza, en el norte de Italia. Desde ahí vienen las recetas con las que elabora los sorrentinos rellenos de jamón y queso ricota, de espinaca y de jamón. También, hay una variedad de raviolis y hamburguesas. Las ventas mensuales, en promedio, son por USD 8 400.

    Gonzalo disfruta charlando con sus clientes. Esas conversaciones, incluso, le han permitido conocer los gustos de vegetarianos, para quienes también ofrece un menú. “Preparamos un morrón a la parrilla, con queso mozarela y huevo”.

    Uno de los secretos del éxito es que los platillos se renuevan periódicamente. Por estos días, por ejemplo, está en prueba el Súper T-bone, un corte de carne para los más golosos. El platillo, que se ofrece sobre una tabla, va acompañado de papas fritas y ensalada clásica y del huerto. Estas últimas varían, de acuerdo a la temporada.

    El bonaerense Guillermo Gonzalo dirige este emprendimiento familiar que tiene como filosofía superar las expectativas de sus clientes y brindar un servicio esmerado y bien presentado. Foto: Francisco Espinoza,para LÍDERES
    El bonaerense Guillermo Gonzalo dirige este emprendimiento familiar que tiene como filosofía superar las expectativas de sus clientes y brindar un servicio esmerado y bien presentado. Foto: Francisco Espinoza,para LÍDERES
  • Estas carnes van a clubes, hoteles y restaurantes

    Modesto Moreta

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    Cuando se trata de cortes de carne, vinos, bife de chorizo y embutidos de calidad, Muu Cárnicos es una alternativa que gana mercado desde Ambato. Este emprendimiento se especializa en ofrecer los servicios mencionados a sus clientes.

    La iniciativa ambateña entró al mercado, hace un año, en diciembre del 2016, luego de un estudio de mercado. Allí se determinó que en la ciudad no existía una carnicería especializada en vender todos los productos cárnicos como res, pollo, cerdo y embutidos de calidad. Actualmente Muu Cárnicos es un referente. Las ventas crecieron poco a poco y actualmente factura USD 5 000 mensuales.

    La inversión inicial en este emprendimiento fue de USD 20 000. Felipe Sosa, gerente general de Muu Cárnicos, cuenta que los recursos fueron propios. Estos se destinaron a la adecuación del local ubicado en las avenidas Los Guaytambos y Avellanas, en el sector de Ficoa. Además, para la compra de la mercadería, el equipamiento y la capacitación.

    Ingresar al mercado no fue fácil, sin embargo, con la calidad de los servicios y la asesoría que ofrecen a sus clientes, permitió que las ventas suban. En la actualidad posee una cartera de 200 clientes. También, abastece a clubes, restaurantes y hoteles.

    La experiencia de Sosa en el área de supermercados y de proveedores, sirvió para poner en marcha el emprendimiento.

    ¿En qué se diferencia Muu Cárnicos con otras firmas? Sosa asegura que lo interesante del negocio es que hacen el seguimiento de los animales que se procesan con el propósito de que el producto esté libre de hormonas. “Es un ganado ovino, porcino, aviar sano, de calidad y saludable, es más, es de producción nacional”.

    Por eso la tienda ofrece osobuco, bife de chorizo, punta de cadera… Además, pollo fileteado, los pavos y las canastas navideñas. A esto se suma la línea de asesoramiento que entrega la firma a sus clientes de cómo cocinar, preparar, almacenar la carne y el uso de la especería con recetas propias de la casa como salsas parrilleras con especies y salsa ají.

    En su línea de productos oferta cervezas artesanales, vinos para cocinar o tomar con picaditas, carne o pollo. A eso se agregan quesos gourmet y productos importados como salmón ahumado, mejillones, ‘scargots’ y lácteos.

    También, su abanico está en prestar el servicio a domicilio para la entrega de los cárnicos en casa, en los restaurantes y hoteles.

    Asimismo, pueden ser contratados a domicilio, es decir, preparar los alimentos para grupos de hasta de seis parejas, especialmente en parrilladas, en la propia casa de sus clientes. “Calculamos la cantidad de carne, el vino, la cerveza que se va a consumir, para que se compre lo exacto”.

    Sosa dice que vende filetes de 130 y 150 gramos en adelante o el lomo fino completo de 2,5 kilos. Para el próximo año dictará cursos especializados dirigidos a las amas de casa sobre los cortes y cómo cocinarlos.

    Carmen Vivero es clienta. Decidió abastecerse de la carne por los finos cortes por la calidad y la frescura de los productos que ofrece esta firma ambateña. El servicio y la entrega inmediata es otra de las cartas de presentación de la firma.

    Mensualmente la compra de carne crece, en especial lomo fino, osobuco, embutidos, vinos y quesos. “Con la capacitación con que nos ayudan conozco la cantidad de carne que debe consumir una persona al día”.

    Felipe Sosa, gerente de Muu Cárnicos, es un experto en el asesoramiento y en ofrecer los diversos cortes de carne para el asado. Atiende a domicilio o le ayuda en la preparación. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Felipe Sosa, gerente de Muu Cárnicos, es un experto en el asesoramiento y en ofrecer los diversos cortes de carne para el asado. Atiende a domicilio o le ayuda en la preparación. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • El consumo de carnes se afianza en Guayaquil

    Xavier Montero / Redacción Guayaquil

    En Guayaquil se registraron 33 establecimientos dedicados a la venta al por mayor de carne y productos cárnicos (incluyendo aves de corral), de los 99 casos registrados a escala nacional.

    Esto, según datos del Censo Económico 2010 elaborado por el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos. En Pichincha están situados 25 establecimientos y 35 más en el resto del país.

    La transformación de esta línea de consumo -de tercenas a supermercados de carnes y embutidos- inició en el céntrico mercado popular José Mascote, ubicado en la calle Pedro Pablo Gómez (PPG). Actualmente existen cuatro supertiendas de carnes, en un radio de dos cuadras.

    Jazmín Galarza, gerente comercial de Corporación Fernández, una firma que nació hace 22 años con un local en la PPG y ahora cuenta con siete tiendas en la urbe, explica que la inocuidad y la diversidad del producto fueron aspectos que motivaron el crecimiento de las firmas.

    Carlos Permuy, cliente de la tienda Fernández del km 4½ de la vía a Daule, explica que sus hábitos de compra incluyen la visita al supermercado de víveres y también al de carnes. “Estas tiendas ayudan a abastecerse de lo justo -dice el cliente-. Lo cual permite frescura en su consumo”

    Esta cadena, que cuenta con 760 colaboradores, procesa y comercializa un promedio de 1 800 toneladas de carne de res, 3 600 toneladas de pollo y 1 000 toneladas de carne de cerdo al mes.

    Para la gerenta administrativa de Comisariato de Carnes El Rancho, Jeanneth Lema, el consumo de este producto en Guayaquil podría relacionarse con la cantidad de restaurantes y picanterías de la urbe. Cita un ejemplo: “Importamos un contenedor (24 toneladas) de EE.UU. al mes. Se usa en platos típicos como la guatita. Se comercializan 15 000 kilos semanales -en promedio- de carne de res”.

    El Rancho cuenta con cuatro sucursales y su planta de producción en Durán (nororiente de Guayaquil). En su matriz, ubicada en la PPG, se atiende a un promedio de 600 personas en fin de semana y alcanza ventas al mes por USD 190 000.

    En el norte de la ciudad se concentran la mayoría de los locales. Así lo considera Carlos Badillo, un cliente del Supermercado de Carnes La Española (que cuenta con tres sucursales y matriz). Añade que mensualmente destina unos USD 80.

    Otros tipos de carnes mantienen una demanda considerable en la urbe. Corporación Fernández, por ejemplo, ha importado 86 000 pavos en lo que del año.