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  • Repostería saludable a la carta

    Redacción Quito, (I)
    redaccion@revitalideres.ec

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    Una opción para los consumidores que quieren preparar recetas de repostería saludable es Gourmet Andino. Esta empresa, que también tiene una orientación social, procesa granos, cereales, tubérculos y frutos andinos para preparar mezclas de tortas, pancakes, entre otros.

    Un inconveniente familiar impulsó a José Luis Quintero y María Fernanda Illánez a desarrollar su negocio. Hace ocho años, la mayor de sus hijas desarrolló una alergia alimentaria que impactó en su salud y tuvieron que cambiar sus hábitos alimenticios; eso les llevó a experimentar con nuevos productos y recetas en la cocina.

    Mientras eso sucedía, Illánez trabajaba en una oenegé con mujeres productoras de quinua de Chimborazo. Era 2013, año internacional de este protocereal y, pese a ello, estas agricultoras se quedaron con ‘stock’ ya que, al no tener acceso al mercado, no pudieron vender su producto.

    Fue en ese momento cuando Illánez y su esposo pensaron en que podían solucionar tanto ese problema social como el familiar. Decidieron adquirir el producto de las comunidades y desarrollaron sus mezclas para repos­tería saludable, libre de químicos, bajo la marca Cusi.

    Los empresarios iniciaron su producción en el 2016, con alimentos de quinua y avena. Hoy, cuentan con un portafolio de 11 artículos que incluyen mezclas, harinas, granos y semillas. Entre los primeros están los pancakes de quinua con chocolate, de banana verde y camote, de banana amarilla y verde, torta de quinua y avena con chocolate, entre otros; también se encuentran semillas de cáñamo, hojuelas de avena, trigo sarraceno.

    La oferta se prepara en la planta de producción, ubicada en Perucho (noroccidente de Pichincha). La idea es que la materia prima tenga, en su mayoría, certificación orgánica; para ello, los dueños cuentan con proveedores de organizaciones campesinas.

    En el caso de la quinua está la Corporación de productores y comercializadores orgánicos bio Taita Chimborazo (Coprobich). Daniel Pilamunga, director comercial de esta agrupación, explica que trabaja con Gourmet Andino desde mediados del 2019 y resalta el hecho que esta firma busca producción limpia, cuidado del medioambiente y responsabilidad social. Entrega una tonelada de producto orgánico al mes.

    “Queremos seguir aumentando el volumen de venta. Gourmet Andino también nos ha apoyado con asesoría”, comenta. La organización tiene 541 familias productoras de los cantones Colta, Guamote y Riobamba.

    Las mezclas de Gourmet Andino para repostería se fabrican con ingredientes orgánicos. La idea es brindar una opción saludable.
    Las mezclas de Gourmet Andino para repostería se fabrican con ingredientes orgánicos. La idea es brindar una opción saludable.

    La firma, en su plan de orientación social, también apoya a agricultores para la siembra de productos que se habían dejado de producir en el país. Con 30 campesinos del noroccidente de Pichincha, por ejemplo, se recuperó la semilla de camote amarillo (conocido como peruano); la producción sirve como insumo para la fábrica.

    Además, cuenta con proveedores de verde en la provincia del Guayas.
    Gourmet Andino busca contribuir a mejorar la calidad de vida de agricultores en condiciones de pobreza.

    Además, con su oferta trabaja por responder a las necesidades de las familias modernas. Estas buscan consumir productos con ingredientes naturales, sanos, bajos en azúcares, sin colorantes, orgánicos, veganos, libres de gluten y aditivos. Además, trata de sustituir las harinas clásicas y dar alternativas alimenticias.

    La oferta se comercializa en el país en autoservicios y tiendas especializadas en productos saludables. Asimismo, la empresa comenzó a exportar desde finales del 2016; arrancó con ventas a EE.UU. y, actualmente, concentra sus colocaciones en destinos como Dubai, Australia y naciones de la región como Chile (está por iniciar envíos a Panamá y Colombia).

    Uno de sus clientes chilenos es José Vicente. Explica que compra los productos de Gourmet Andino desde junio: dos mezclas para pancakes y una para torta de chocolate. A partir de octubre aumentará otros productos de la compañía ecuatoriana.

    La primera compra consistió en un pallet. Vicente dice que como va la tendencia, y si se logra ingresar a retail (vende en 45 puntos de alimentación saludable), es posible que adquiera un contenedor cada dos a tres meses. “Nos llamó la atención la imagen de marca y su propuesta de valor. Es una categoría que con la pandemia se ha visto beneficiada porque las premezclas han crecido debido a que la gente está cocinando más en su casa. 

    100 mil dólares fue la inversión inicial de este negocio. Se utilizaron para la infraestructura de la planta de producción y la obtención de certificaciones.

    5 400 Productores de Morona Santiago proveerán a Cusi de yuca amazónica para harina de repostería.

    30 Por ciento aumentó la facturación de la empresa tras la pandemia. En cuarentena la gente ha buscado cocinar.

    20 Por ciento crecieron las exportaciones de la firma desde el 2017 al 2020.

    El gerente / José Luis Quintero
    El mercado de las mezclas para repostería saludable está creciendo en el mundo. El consumidor busca un balance entre lo rico y lo sano. Actualmente, contamos con la certificación orgánica y de buenas prácticas de manufactura (BPM). Estamos aplicando para ser empresa B. La pasión de mi esposa y mía es crear empresas bajo el concepto de sostenibilidad. Nos vamos a seguir apalancando en las tendencias de alimentación sana.

    En la planta procesadora de la empresa, ubicada en Perucho (noroccidente de Pichincha), el personal trabaja con todas las medidas de seguridad. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    En la planta procesadora de la empresa, ubicada en Perucho (noroccidente de Pichincha), el personal trabaja con todas las medidas de seguridad. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • La televisión a la carta sube de nivel

    Agencia EFE

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    El potente nuevo algoritmo de la compañía de streaming Netflix ofrecerá una propuesta más personalizada en la que cada usuario tendrá “su propia experiencia” a partir de un análisis exhaustivo que abarca más de 150 variables.

    En una presentación en México, el vicepresidente de innovación de la compañía estadounidense, Chris Jaffe, explicó el funcionamiento del complejo algoritmo. La arquitectura se basa en un “análisis profundo” de los contenidos a partir de 150 “dimensiones” que abarcan desde la ubicación a las características de los personajes de las diferentes ficciones. “Estas dimensiones nos ayudan a entender de qué va el show”.

    A partir de esta clasificación, el algoritmo actúa relacionando “matemáticamente” el contenido con el de otras películas o series del extenso catálogo de la plataforma. “Con toda esta información, el algoritmo nos permite hacer coincidir las películas y series de televisión con las cosas que queremos ver”; esto permite ofrecer “más de cien mil posibles líneas de contenido”, afirmó Jaffe.

    El algoritmo se adhiere a la personalidad del usuario y no se le despega, pues el factor más determinante para que funcione es “el comportamiento más reciente”. La compañía materializa así una realidad en la que estamos constantemente “descubriendo nuevas películas y series”. Jaffe habló del futuro y afirmó que lo mostrado es “solo el pico de lo que puede llegar a ser”. “Estamos experimentando con las historias interactivas y habrá más cosas”, contó. “Habrá más tecnología” que vendrá acompañada de un gran acceso a grandes historias desde cualquier dispositivo”.

    La compañía contempla abrirse a vanguardias narrativas pero siempre “dentro de su propia plataforma”, descartando el streaming en medios como Twitter o Facebook. La existencia del algoritmo se antoja esencial dada la mastodóntica oferta de la compañía, incapaz de mostrar todo su contenido sin filtrar. A esto se agregan la capacidad de la plataforma para crear hasta cinco perfiles diferentes por cuenta. Actualmente existen 100 millones de cuentas con más de 250 millones de perfiles en Netflix en todo el mundo, confirmó Jaffe.

    El vicepresidente de innovación de Netflix, Chris Jaffe, explicó el funcionamiento del complejo algoritmo. Foto: Mario Guzmán/ EFE
    El vicepresidente de innovación de Netflix, Chris Jaffe, explicó el funcionamiento del complejo algoritmo. Foto: Mario Guzmán/ EFE
  • De los helados pasaron a una carta para todo gusto

    Redacción Quito
    ​redaccion@revistalideres.ec

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    Flor María Pineda nació en Machala en 1950 y cada vez que visita Quito pasa por la Heladería & Café Caribe. La mujer y el negocio tienen la misma edad y por eso ella se siente como parte de esta pequeña empresa familiar que en mayo pasado cumplió 67 años.

    Pineda siempre pide y disfruta de una copa de helado de mora. Por lo general llega al local, ubicado en el Centro Histórico de Quito, acompañada de su hermana Irma, quien es otra fiel clienta de este negocio.

    La semana pasada Pineda repitió el ritual. Lo hizo para calmar el calor en las primeras mañanas del verano quiteño que ya calienta la capital del Ecuador.

    El negocio fue fundado en 1950 por los esposos Luis Espinosa y Esther Báez. Esta pareja arrancó el negocio casi sin proponérselo. En el tradicional barrio La Tola, también en el centro de la ciudad, Báez montó en 1950 una pequeña tienda, a pocos metros de la Escuela Don Bosco. Los alumnos fueron sus primeros clientes y sus consejeros: ellos le pidieron que prepare helados. Y Báez les hizo caso. Luego sumó a su oferta el café que elaboraba para tomarlo con su esposo.

    Así había empezado un negocio que ya va camino a la tercera generación de la familia Espinosa y que cuenta con una clientela constante. De la casa de La Tola, el negocio pasó a un local arrendado en la calle Bolívar, a mediados de la década de 1950.

    El helado era la carta de presentación. Incluso Espinosa repartía el producto por la ciudad. Él mismo llevaba una congeladora a otras tiendas para que el producto se mantenga fresco.

    Con las ganancias Espinosa se animó a comprar la casa de la esquina de las calles Bolívar y Venezuela. Es el mismo lugar en el que ahora los hijos Loli y Francisco Espinosa ahora administran Heladería & Café Caribe, el negocio fundado por sus padres.

    Según Francisco, el éxito del negocio está en mantener intactas las recetas de su madre. “El helado es único y por eso los clientes siempre regresan”.

    Para mantener la esencia de los helados, los Espinosa adquieren frutas en Ambato, Santo Domingo y San Lorenzo. Desde esas ciudades llegan moras, guanábanas, naranjillas y otras frutas que tienen las características deseadas por esta familia de emprendedores que genera 16 empleos.

    Al recorrer el local de 180 metros cuadrados es fácil advertir que la dedicación es la clave. Mientras un grupo de trabajadores está en la cocina, otro limpia las mesas y sirve los pedidos.

    El trabajo se cumple de manera sincronizada. Así es durante las doce horas que la heladería y cafetería permanece abierta, los siete días de la semana. “No descansamos ni el 1 de enero”, comenta Francisco, mientras supervisa al equipo de trabajo.

    Otro de los valores agregados de este negocio es el poder reunir a varias generaciones, asegura Loli Espinosa. “Muchas veces llegan abuelos, quienes comparten recuerdos con sus hijos y nietos. Para nosotros es una alegría reunir a familias de quiteños”.

    A los helados y el café se sumaron, hace cinco años, platos a la carta como churrascos, secos de chivo, lasañas, entre otros. De esta manera la oferta se amplió, nuevamente por pedido de los clientes, tal como sucedió a mediados del siglo anterior.

    Ahora la familia Espinosa enfrenta un desafío: que la tercera generación se encargue del negocio. El asunto aún no se define porque los nietos de Luis Espinosa y Esther Báez tienen otros planes. Por eso una opción es contratar una administración externa, que mantenga la tradición y el sabor.

    Loli y Francisco Espinosa, junto con parte del equipo de trabajo de la Heladería & Café Caribe. El local funciona en el Centro Histórico de Quito, desde mediados del siglo pasado. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Loli y Francisco Espinosa, junto con parte del equipo de trabajo de la Heladería & Café Caribe. El local funciona en el Centro Histórico de Quito, desde mediados del siglo pasado. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Figuras de acción y retratos, a la carta

    Redacción Quito

    Deportistas exitosos, músicos famosos, políticos, personajes internacionales, autorretratos en escultura… se encuentran en Idolomanía. Se trata de una microempresa que se especializa en el diseño y elaboración de figuras en miniatura, hechas a base de resina, desde hace unos tres años.

    Érika Ortega, gerenta de este negocio ubicado en el centro comercial Aeropuerto (norte de Quito), cuenta que la idea surgió cuando uno de sus hijos -quien estudiaba Comercio Exterior en Argentina-, le propuso a la familia levantar un negocio propio.

    Al principio, el emprendimiento arrancó con la importación de figuras de acción, que incluía personajes de películas, dibujos animados y músicos de renombre internacional.

    La venta de estos artículos tuvo una buena acogida, pero su precio era alto debido al incremento de aranceles. Frente a ello, Ortega y su familia ubicaron a artesanos nacionales, que no solo podían reproducir a esos personajes sino, además, elaborar sus propias figuras.

    Es decir, políticos, deportistas y artistas nacionales; pero, sobre todo, autorretratos en escultura de los propios compradores.

    Érika explica que en este segmento han tenido mucho éxito, mientras muestra su propia figura de 10 cm de alto que la representa con una gran sonrisa, su cabello castaño, una blusa de color rosado y un ramo de flores. “Cada figura demora en realizarse entre cuatro y cinco días. Nos han pedido desde autorretratos hasta figuras de ministros”, señala.

    El costo de cada miniescultura varía de USD 7 hasta 65, dependiendo del tamaño y la complejidad del producto. Por un lado, la empresa comercializa figuras de personajes estáticos, pero también diseña muñecos que pueden mover sus extremidades y sentarse.

    Uno de los artesanos que colabora en este emprendimiento es Yulien Pérez Pérez. Este escultor cubano trabaja con resina, un material maleable y con un acabado realista.

    Inicialmente la resina es líquida y se dispone en un molde para elaborar el cuerpo y la cabeza de la figura. Al contacto con el ambiente, la figura se endurece y el artesano le da forma con una especie de cuchilla o bisturí. Luego, esta se pinta y se deja secar.

    Pérez destaca que aunque los objetos son como juguetes, los compradores son más personas adultas, que buscan tener representados a personajes de dibujos animados, músicos o de ellos mismos.

    Para realizar un autorretrato se requiere de tres fotografías del comprador: de frente, de perfil y de cuerpo entero. Idolomanía factura mensualmente entre USD 1 000 y 1 200, en promedio.

    Su catálogo incluye el diseño y elaboración de un centenar de figuras. En promedio realiza 35 cada mes.

  • Dulcenac, un barquillo nutritivo es su carta de presentación

    Redacción Guayaquil

    Hace 11 años, cuando Max Aguirre, un guayaquileño de 34 años, retornó desde EE.UU., en donde estudió economía agrícola en la Universidad de Texas A&M, lo hizo con una idea fija en la mente: formar su propia empresa en la industria alimenticia.

    «Cuando llegué, vi la oportunidad de incursionar en el negocio alimenticio, la economía siempre la estudié en la parte industrial», cuenta Aguirre. Fue así que en el 2004 decidió incursionar en el sector de los cereales, que en el Ecuador mueve unos USD 35 millones al año.

    Con una máquina para elaborar barquillos rellenos comenzó a operar la empresa Dulcenac, que está ubicada en el km 7,5 de la vía Daule, en Guayaquil.

    Bajo la marca Crokitos, que hace alusión a lo crocante de los productos, la firma ha ido diversificando su portafolio de ítems. La imagen de un castor mordiendo uno de los barquillos caracteriza al producto estrella de esta empresa: los barquillos rellenos de fresa, vainilla y chocolate, en varias presentaciones (cajas, latas y fundas).

    Cuando Dulcenac empezó contaba con cinco variedades de productos. Actualmente, la compañía distribuye sus 70 variedades de ítems a cadenas de supermercados, como Supermaxi, Megamaxi, Mi Comisariato, Tía y Santa María. Asimismo, los entrega en pequeños negocios a escala nacional.

    «Fue difícil competir en el mercado, pero por la calidad y la innovación de los productos y sus empaques nos hicimos espacio», recuerda Aguirre.

    Las almohadillas rellenas (un cereal con forma de almohada), las barras de cereal con arroz crocante bañadas de chocolate y los cereales en forma de aros de colores están entre los productos más vendidos de Dulcenac. Los precios oscilan entre los 10 centavos y USD 5. «Siempre quisimos tener una imagen diferenciada, que tenga acogida entre los niños», menciona Aguirre.

    El 90% de la materia prima que se usa es nacional, cuenta Walter Rodas, gerente de Operaciones. Harina de trigo, de maíz y de arroz son los ingredientes principales que se compran a productores nacionales, solo los endulzantes y colorantes son importados. La buena calidad de la materia prima es una de las fortalezas de la empresa, dice Rodas.

    «Los precios son competitivos, económicos en el mercado, pero nunca sacrificamos calidad», añade.

    Marcia de Santa María, que tiene una tienda en el sur de Quito, reconoce esa característica. «De los que se venden, Crokitos es la marca de cereales más económica, son buenos precios», dice.

    A corto plazo la empresa se proyecta a crecer y exportar. Está en negociaciones con una empresa en Estados Unidos.

    Actualmente, tiene cinco líneas de producción en la planta, que posee una capacidad para procesar unas 250 toneladas de producto al mes; sin embargo, Aguirre planea incrementar su producción, por lo que en el primer trimestre del 2015 abrirá una nueva planta de 10 000 m2 en el km 24 de la vía a Daule.

    En este espacio además se implementarán dos nuevas líneas de producción: de cereales y de barras nutritivas.

    Este año, Dulcenac firmó una alianza con la transnacional Alpina, para proveerle cereal a la empresa. Juan Fernando Maya, gerente General de Alpina Ecuador, mencionó que esta alianza fue fruto de una investigación en la que buscaron impulsar a la industria nacional.

    La firma en breve

    Alianzas.

    En mayo del 2014, la empresa se alió con la multinacional Alpina, para proveerles de los cereales para el producto Bon Yourt Choco Bricks.

    Innovación.

    El cereal con forma de almohada, que es característico de Dulcenac, nació en el 2009.

    EL INSIGNIA

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    Walter Rodas. Jefe de Operaciones

    ‘Esta empresa está creciendo’

    Trabajo aquí hace dos años, manejo la parte productiva y los procesos regulatorios de calidad.

    Para mí fue un reto entrar aquí, porque vengo de una transnacional de cereales, y esta empresa está creciendo y ganando participación de mercado.

    Me gusta trabajar en Dulcenac, porque se caracteriza por ser una compañía innovadora; constantemente estamos lanzando productos nuevos al mercado. El año pasado incrementamos unas cinco nuevas presentaciones.

    Es bueno que la compañía se esté moviendo. Además, el crecimiento también es bueno para los clientes, porque así ellos pueden tener más alternativas de productos con buena calidad y precios.

    «Me gusta trabajar en Dulcenac,  porque se caracteriza por ser una compañía innovadora».

  • El cosmético orgánico es su carta emprendedora

    Redacción Quito(I)

    Yananti es una microempresa de cosméticos naturales, fundada en el 2011. En sus procesos no utiliza preservantes ni químicos.

    Arrancó con una inversión de USD 3 000. El dinero sirvió para comprar materia prima, ollas, implementos y frascos que sirvieron para comenzar la fabricación artesanal de sus productos. En sus inicios elaboraba solo tres productos: jabones, sales de baño y popurrí (hojas secas con aromas); pero hoy cuenta ya con cuatro líneas de cosméticos naturales.

    Verónica Parra, gerenta general de Yananti, cuenta que hace tres años comenzó la fabricación de exfoliantes, cremas hidratantes, perfumes y bálsamos para labios que forman parte de sus líneas fuego, aire, tierra y agua. «Cada línea se diferencia por su proceso de producción. Los de tierra, por ejemplo, están hechos con arcilla y los de fuego se elaboran en baño María», explica Parra, quien tiene tres colaboradores.

    Esta idea de los cuatro elementos parte del nombre de este emprendimiento. En la cosmovisión indígena, Yananti significa complementariedad con el entorno o armonía entre los elementos naturales. El logotipo de la microempresa es un cóndor bicéfalo, fusionado con la chacana o cruz indígena que representa el ciclo de la siembra. «Incluso cada elemento se representa con un animal ecuatoriano como el cóndor, el sapo, la serpiente y el jaguar».

    Parra dice que hoy producen 500 unidades mensuales, de sus diferentes productos; cinco veces más que al inicio.

    Tiendas orgánicas como Wayruro, Megasano, Okito y Diablo Huma ya ofertan a Yananti en sus locales en Quito, Cuenca, Guayaquil y Manta.

    Andrea Andrade, socia de Wayruro, solicita mensualmente entre USD 70 y USD 100 en productos. «Nos gustan porque no contienen químicos y a nuestros clientes les agrada su aroma».

    Las entregas se realizan por encomiendas o son enviadas por Servientrega y Correos del Ecuador. Alexandra Duarte, de Megasano, comenta que Yananti es muy responsable con sus entregas.

    La facturación mensual oscila entre los USD 500 y 4 000 dependiendo de la temporada. Su mercado más grande son las ferias como la Feria de Texturas y Colores que se realiza en la capital.

    Datos

    Reciclaje. La empresa recicla y reutiliza empaques de sus productos, entregados por sus clientes, para disminuir su impacto ambiental.

    Materia prima.  Usan manteca de cacao ecuatoriano como preservante natural de sus productos. Importan lavanda y karité de Colombia y Europa.