Etiqueta: caucho

  • El caucho surge tras un proceso de calidad

    María Victoria Espinosa

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    Un diminuto corte, de 1,5 milímetros, a la corteza del árbol es suficiente para que este empiece a emanar gotas de látex, que tras un proceso de coagulación se convierten en caucho, con el que se fabrican neumáticos.

    En Santo Domingo de los Tsáchilas se producen 210 toneladas mensuales de caucho en la estación experimental de Agricultura Comercial S.A. (Agicom), que está vinculada al Grupo Continental, el mayor productor de neumáticos en el país.

    Esa empresa llegó al país, en 1962, para instalar un cultivo en el Oriente. Pero el caucho no rindió productivamente en esa zona. Así que se iniciaron investigaciones y descubrieron que la humedad y el suelo de Santo Domingo eran idóneos para el cultivo. Así que en 1966 la firma plantó las primeras 25 hectáreas, en el kilómetro 54 de la vía hacia Quevedo.

    En la actualidad, la producción ha aumentando a 500 hectáreas, que están ubicadas en cinco haciendas de Agicom, en esa carretera. En las plantaciones trabajan alrededor de 100 personas.

    La mayoría se dedica a cosechar los árboles de caucho, de los cuales cada hectárea contiene al menos 500 plantas, que tienen una vida útil de 40 años, y producen alrededor de 2 000 kilos al año.

    El caucho seco se condensa y enfunda para trasladarlo a la matriz. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    El caucho seco se condensa y enfunda para trasladarlo a la matriz. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

    Marco Erazo, técnico agrícola de Agicom, afirma que para evitar enfermedades fitosanitarias y aumentar la productividad, se optó por plantar un clon de Malasia denominado RRIM 600. “Es un todoterreno. Entre el 60% y 70% de las plantaciones en Colombia, Guatemala y Ecuador usan este clon, por su alta productividad”.

    Es decir, la planta está conformada por tres partes: la raíz, el clon RRIM 600 plantado en el tallo de la planta y un clon originario de Brasil (FX3464), que se planta en la zona foliar. “Si se siembra y luego no se hacen esas modificaciones, el árbol no será productivo y se contagiará con enfermedades como el hongo microcyclus ulei”.

    A la corteza del árbol se le hace un corte. Luego sale un líquido blanco (látex) que se almacena en un recipiente. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    A la corteza del árbol se le hace un corte. Luego sale un líquido blanco (látex) que se almacena en un recipiente. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

    Cada agricultor tiene a su cargo al menos 900 árboles. David Cuzme es uno de ellos. Él trabaja desde hace siete años en Agicom. Su labor empieza a las 06:00, cuando debe hacer la incisión de la corteza de cada árbol. “Se hace en las mañanas, que es cuando el árbol segrega más líquido blanco, tras cortar los vasos que producen esta especie de leche”, señala.

    La recolección del látex se realiza uno o dos días después del corte. Eso debido a que del tronco salen pequeñas gotas, que caen a un recipiente negro de plástico, que almacena al menos un litro del líquido blanco.

    Cuando el recipiente está lleno se debe colocar un coagulador (ácido fórmico) en cada recipiente y esperar hasta que el látex se vuelva sólido y tenga la apariencia blanca de un quesillo.

    Luego, los trabajadores deben recolectar en unos canastos colgados en su espalda, elaborados con los desechos de las llantas, el látex solido-húmedo para llevarlo hasta la planta procesadora de caucho, ubicada a pocos kilómetros de la plantación. En ese lugar trabajan tres personas.

    En la planta se hace una selección del látex húmedo para lavarlo y deshomogenizarlo. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    En la planta se hace una selección del látex húmedo para lavarlo y deshomogenizarlo. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

    El látex, que llega en forma de una pequeña esfera, es lavado por dos trabajadores en agua, sin químicos. Luego, se coloca en una máquina que destruye la pequeña esfera para reducir el tamaño del caucho.

    Según Washington Loor, jefe de planta en Agicom, el siguiente procedimiento es ingresar el caucho a un horno por cuatro horas, a una temperatura promedio de 127 grados centígrados. Ahí se elimina por completo la humedad y cambia el color a café.
    El último proceso es el de prensado y empaquetado.

    Según Ferdinand Hoyos, presidente ejecutivo de Continental Tire Andina, se realizan pruebas de calidad diarias a una muestra de la producción para detectar inconsistencias en el caucho.
    Hace dos años se invirtieron cerca de USD 200 000 en renovar el laboratorio con maquinaria de última tecnología. Además USD 70 millones, en los últimos cinco años, para tecnificar la planta, ubicada en Cuenca (Azuay).

    Hasta ese lugar llegan 200 toneladas de caucho al mes. Ahí ese producto se utiliza para hacer 2,5 millones de llantas al año, para el consumo nacional y para exportarlas a la región, México y EE.UU.

    El caucho húmedo debe pasar por dos procesos mecánicos para secarse. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    El caucho húmedo debe pasar por dos procesos mecánicos para secarse. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
  • Este equipo da otro giro a la gestión ambiental

    Redacción Quito

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    En el país se consumen, cada año, 3,5 millones de neumáticos. Buena parte de estos artículos se convierten en desechos y, por lo general, pasan a ser elementos contaminantes.

    Parte de esos neumáticos son, desde el 2014, una suerte de insumo de trabajo de Proyección Futura, una mediana empresa quiteña que inició sus operaciones en el 2006 y que en noviembre del 2017 recibió un reconocimiento del Pacto Global Ecuador por su trabajo ambiental.

    En el 2006, el manejo de residuos no tenía políticas tan definidas como las que se cuentan en la actualidad. Eso no fue impedimento para que Esteban Rodríguez y Pablo Macías, con un tercer socio, arrancaran con esta empresa que se enfoca en dar un nuevo giro al manejo de residuos.

    Al principio, Proyección Futura trabajaba en el manejo de desechos como papel, botellas plásticas, metales y piezas de equipos electrónicos, según cuentan Rodríguez y Macías. “Empezamos sin referentes y nos fuimos abriendo paso en el mercado”. Con el tiempo, de los tres socios iniciales solo quedaron Rodríguez y Macías, gerente administrativo financiero y gerente comercial, en su orden.

    Este modelo de trabajo se mantuvo hasta el 2013. Para ese año, había una mayor conciencia en el manejo de residuos y el negocio marchaba bastante bien. A partir de ese año, la empresa decidió enfocarse en el manejo de desechos especiales. Estos incluyen neumáticos, teléfonos celulares y equipos electrónicos.

    El nuevo giro obligó a reestructurar la empresa, que sumaba 22 empleados hasta el 2013.
    La estrategia consistió en trabajar con importadores de neumáticos que, por una normativa del Ministerio del Ambiente, están obligados desde hace tres años a gestionar el reciclaje de un porcentaje de las llantas que traen al país. Para Proyección Futura esa regulación se convirtió en una oportunidad para expandir el manejo de esta clase de residuos.

    Juan Fernando Palacios, gerente de llantas PCR, del grupo Cepsa, recuerda que la empresa en la que trabaja tenía la necesidad de gestionar los neumáticos usados de sus clientes. “Buscábamos una empresa que nos ayude en el tema y supimos de Proyección Futura.”
    Según Palacios, el trabajo de la empresa es excelente. “Su sistema de recolección funciona muy bien”. Cada año, el grupo Cepsa provee de unas 25 000 llantas viejas a Proyección Futura.

    El trabajo de esta pyme no termina en la recolección de residuos. Con los neumáticos viejos elabora y oferta nuevos productos. Para esto cuenta con Grin, la hermana menor de Proyección Futura; esta empresa, que tiene su planta en Checa (al oriente de Quito) procesa y recicla neumáticos; los convierte en grano de caucho y polvo de caucho. Estos insumos se utilizan en canchas de fútbol sintético, pistas de atletismo, suelo de parques, etc.

    Desde el 2014 hasta la fecha, Grin ha procesado unos 700 000 neumáticos desechados. Esa es la principal contribución con el ambiente, explican Rodríguez y Macías. Ellos tienen claro que el manejo de basura es una tarea compleja y para eso se apoyan en empresas, vulcanizadoras, recicladores y más proveedores.

    Este año, para agilizar el trabajo, están por lanzar una aplicación móvil. Así continúan innovando.

    Pablo Macías y Esteban Rodríguez dirigen Proyección Futura. Esta empresa recicla llantas y las convierte en grano de caucho que se usa en canchas de fútbol sintéticas, parques, etc. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Pablo Macías y Esteban Rodríguez dirigen Proyección Futura. Esta empresa recicla llantas y las convierte en grano de caucho que se usa en canchas de fútbol sintéticas, parques, etc. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • El cacao y el caucho abrieron el camino de las exportaciones

    Redacción Cuenca  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El cacao fue el dominador de las exportaciones ecuatorianas entre el siglo XIX e inicios del XX, pero no fue el único. Otros productos primarios como la cascarilla, tagua, café, cueros y caucho se sumaron a la lista.

    Antes de la fundación del Ecuador en 1830, los textiles se enviaban a otras colonias españolas y desde Loja y Cuenca se exportaba la cascarilla.

    El profesor de historia económica de la Universidad de Cuenca, Fernando Carvajal, señala que se debe dividir en dos períodos el análisis.

    La primera fase de la época republicana se da entre 1830 y 1870. Allí, se destaca la exportación cacaotera, actividad que tuvo dinamismo desde 1750. También, la recolección del caucho y sombreros de paja toquilla, sobre todo, en la Costa norte.

    En la segunda fase, que se inicia a partir de 1870, dice Carvajal, la exportación se centró en el cacao porque se registró crisis en los otros rubros. “Hay una expansión impresionante en la agroexportación cacaotera, que tiene que ver con la concentración de la tierra en Guayas, Los Ríos y El Oro y creación de la banca… Ese dinamismo duró hasta la segunda década del siglo XX”.

    Según Carvajal, cuando se inició la época republicana hasta 1870 la relación con España se mantenía de una manera importante y se hacían negocios con Centroamérica, Colombia y Perú. Pero con el auge cacaotero desde ese año hay un desplazamiento hacia Francia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos.

    En el caso de Francia, Carvajal destaca que debido a estas relaciones comerciales se dio un intercambio cultural porque los hijos de los exportadores de cacao, sombreros de paja toquilla… eran enviados a estudiar en ese país o se radicaban allá. Por ello, ciudades como Vinces y Cuenca tuvieron influencia francesa en su cultura y arquitectura.

    El investigador económico Alberto Acosta, señala que, sobre todo, en Guayas y Los Ríos estaban las haciendas de los ‘gran cacao’ como se denominó a las familias exportadoras. Paulatinamente se integraron al cultivo Manabí y El Oro. Según él, los productores de cacao y, en particular, los exportadores, aseguraron el control de enormes extensiones de tierra y gran cantidad de mano de obra barata.

    Esta fotografía muestra una hacienda cacaotera de la Costa. Sus envíos empezaron en el siglo XIX. Foto: Cortesía  Anecacao
    Esta fotografía muestra una hacienda cacaotera de la Costa. Sus envíos empezaron en el siglo XIX. Foto: Cortesía Anecacao

    El cacao seco era transportado en sacos de hasta 200 libras al puerto de Guayaquil y de allí era exportado en barco. El mercado más importante fue Francia. También se vendía a Estados Unidos, España y Suiza.

    Según Acosta, con la crisis de cacao, desde 1920, por las plagas y por problemas en el mercado mundial, los envíos se concentraron en el palo de balsa, caucho y sombreros de paja toquilla.

    Estos sombreros ya aparecieron entre las exportaciones ecuatorianas en el siglo XIX, sobre todo durante la construcción del Canal de Panamá. “El padre de Eloy Alfaro y el mismo Eloy eran exportadores”, dice Acosta.

    Añade que durante el siglo XIX e inicios del XX, la producción agrícola de la Costa, sobre todo el cacao, fue el pilar de la economía nacional y la Sierra no representó un conjunto homogéneo.

    En el libro ‘Cuenca Historia de ciudad industrial’ de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca se recuerda el pasado exportador del Austro. Allí se indica que la manufactura de los sombreros de paja toquilla se inició en el Azuay en 1835, pero tomó impulso en 1844 con la instalación de un taller para la confección y la enseñanza en las escuelas.

    El auge exportador de este sombrero se dio entre 1940 y 1946 y desde entonces se inicia un descenso, de acuerdo con el libro ‘Tejiendo la vida’, de María Leonor Aguilar. La causa fue que después de la Segunda Guerra Mundial empezó la moda de no utilizar los sombreros, lo que afectó a las exportaciones del país y, fundamentalmente, al Austro del país.

    Un artesano  confecciona sombreros de paja toquilla. La exportación de este artículo tomó auge en 1940. Fotos: archivo LÍDERES y cortesía Anecacao
    Un artesano confecciona sombreros de paja toquilla. La exportación de este artículo tomó auge en 1940. Fotos: archivo LÍDERES y cortesía Anecacao
  • Un convenio para sacar provecho al caucho

    Más de 25 familias que se dedican a elaborar artesanías en caucho se beneficiarán del convenio firmado, la semana pasada, por la compañía Continental Tire Andina y la Empresa Eléctrica Centro Sur (Centrosur).

    El 31 de julio, estas empresas se comprometieron a impulsar al gremio Artesanos del Caucho de Narancay, cuyos miembros elaboran más de 500 productos con esta materia prima, explicó el presidente de esta asociación, Guillermo Rivera. Continental Tire Andina donará cerca de USD 25 600 para la construcción de un centro, para que los artesanos se establezcan y consoliden su actividad, explicó el presidente de esta compañía, Philipp von Hirschheydt.

    Asimismo, la Empresa Eléctrica Centro Sur asumirá los costos de los estudios eléctricos y mejorará las redes de distribución eléctrica para beneficiar a este gremio artesanal que usa esta energía.

    Asimismo, esta entidad destinará dinero para la construcción del centro. La donación por parte de Centrosur bordeará los USD 12 600, explicó su presidente ejecutivo Javier Serrano.

    Para Rivera, este apoyo es importante, porque de esta manera seguirán con su trabajo artesanal. Entre los productos que elabora este gremio están sillas, mesas, objetos decorativos y pequeñas piezas para los motores de los vehículos.

    Para Von Hirschheydt, la unión de las fuerzas entre el sector público y privado es clave para impulsar el desarrollo de la comunidad. Continental Tire Andina apoya esta iniciativa de la artesanía en caucho, porque aporta a la reutilización y reciclaje de las llantas usadas.

    Los artesanos del caucho heredaron esta práctica de sus familias. Llevan más de 20 años elaborando productos con caucho y quieren seguir en esa actividad, explicó Rivera.

  • Continental-CFN-MAGAP: Un programa para producir más caucho

    Redacción Líderes

    En Ecuador el 70% del caucho que se utiliza en la industria se importa de países como Malasia, Singapur y Guatemala. El 30% restante se produce en territorio nacional.

    Esta situación implica un desafío. Marcelo Chico, vicepresidente del Directorio de Continental Tire Andina, explica que el caucho natural es insustituible en la elaboración de neumáticos.

    Por eso, la firma desde sus inicios hace 50 años creó una división agrícola (Agicom) para investigar la posibilidad de sembrar caucho en el país. «Ya en ese entonces se pensaba en sustituir la importación de esta materia prima«.

    Con la gestión de Agicom en la actualidad existen sembradas unas 5 000 hectáreas de caucho en Santo Domingo de los Tsáchilas, Manabí, Los Ríos y Esmeraldas. Menos de la mitad ya está produciendo, aclara Chico.

    La empresa tiene proyectado que para el 2020 se requerirán 10 000 hectáreas más de caucho para cumplir con la demanda de neumáticos. Pensando en el futuro, Continental Tire Andina empezó a buscar maneras para fomentar el cultivo de caucho. Así nació la idea de trabajar con entidades estatales.

    Así , la empresa labora conjuntamente con la Corporación Financiera Nacional y el Ministerio de Agricultura. La primera facilita crédito para los ‘cauchicultores‘, mientras que la segunda incluye al caucho en una lista de especies priorizadas; esto implica un subsidio para los productores de caucho. El programa entre las partes involucradas se lanzó hace cuatro semanas.

    Chico cuenta que en el proceso no han encontrado dificultades. «Estamos convencidos que estos proyectos no se pueden hacer solo por cuenta del Estado o por cuenta de la empresa privada. Se necesitan coincidencias«.

  • El 14% de las pymes en Ecuador investiga e innnova sus procesos

    Con una inversión superior a los USD 500 000, la empresa cuencana Lenical, que fabrica zapatos para hombre, innovó y mejoró su proceso productivo e instalaciones. También, instaló una planta para elaborar suelas para no depender de los proveedores y diferenciarse de la competencia.

    Su gerente general, Lenin Nivelo, adquirió nueva tecnología para aumentar la producción y para solventar la falta de mano de obra calificada en la región. Con ello, el número de unidades fabricadas subió de 80 a más de 200 pares al día.

    Esta empresa que vende en todo el Ecuador, principalmente en la Sierra Norte, también incursionó en la fabricación de zapatos con suelas elaboradas con cauchos de vehículos. De los 92 modelos, uno se produce con esta opción casual o de estilo urbano, y está enfocado al segmento socioeconómico medio alto, que aprecia más la conservación del ambiente, comenta Nivelo.

    De esta última opción vende 80 pares al mes y debido al proceso artesanal para producir las suelas el costo es mayor y se ubica en USD 45. Las otras alternativas valen 32,75, más impuestos.

    La innovación de Lenical es un paso importante, pero al hablar del sector de mipymes a escala nacional, todavía hay retos que enfrentar.

    Para Christian Cisneros, director ejecutivo de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha, hay que avanzar en investigación y desarrollo. El dirigente cita datos del censo efectuado en el 2013: allí se indica que el 14% de pymes del país hace innovación. «Estos procesos no son permanentes y responden siempre a la necesidad de mercado. Las mipymes tienen pocos equipos de investigación y desarrollo. Ese es uno de los retos para mejorar calidad y producción».

    Diana Pazmiño, cofundadora de Metier, una empresa que se dedica a diseñar y elaborar sombreros de paja toquilla, sostiene que han innovado este tipo de artesanías. Este emprendimiento desarrolló lo que Pazmiño llama un sombrero de paja toquilla urbano de ala corta.

    El diseño le abrió paso a Metier en nichos que demandan alta costura, como EE.UU. y Europa. Sus productos se han exhibido en el Wellington Equestrian Festival, en Florida; el US Open de Polo, en Palm Beach; el Mercedes Benz Fashion Week, en Miami… Esta firma trabaja en la producción de sus sombreros con artesanos de Manabí y Azuay; a cada evento internacional puede llevar entre 300 y 700 sombreros.

  • El caucho reciclado sirve para elaborar pisos de seguridad

    Redacción Cuenca (I)

    Reciplay, que funciona desde hace tres años, es pionera en el uso de caucho reciclado para la fabricación de pisos de seguridad, que se utilizan en parques, establecimientos educativos, canchas deportivas y otros espacios. El cuencano Eddi Peña, de 42 años, aplica los conocimientos que adquirió en España, para elaborar este tipo de productos.

    Él, durante 10 años, laboró en una empresa que fabricaba esos pisos y aprendió las formulaciones, dosificación y otros parámetros necesarios para la producción. Peña retornó a la capital azuaya hace cuatro años y buscó trabajo, pero no lo consiguió. Por ello, buscó un socio que se interese por su propuesta.

    Tras algunos intentos encontró al quiteño Alejandro Cárdenas, actual gerente de Reciplay, quien aportó con los recursos. La fábrica se instaló en Quito y ahora funciona en el sector de Calderón.

    El 2013 facturaron USD 90 000 y para este año tienen previsto llegar a los 100 000. Al inicio reciclaban tres toneladas a la semana para fabricar césped sintético, pisos de seguridad y baldosas de caucho para gimnasios. En la actualidad, son siete toneladas y en los próximos seis meses subirá a 15 toneladas, asegura Cárdenas.

    Desde la creación de esta microempresa han tenido más de 30 clientes, entre los que se destacan constructores del norte del país y la Empresa Municipal de Aseo de Cuenca.

    Esta última contrató el piso de seguridad o continuo para nueve parques de la capital azuaya como El Vecino, El Escritor, Gloria Astudillo, Precolombino. En promedio fueron 50 m2, dice Peña.

    El constructor Freddy Maldonado, también utilizó este piso en cerca de 450 metros cuadrados del Colegio Sagrada Familia de Ambato. Según él, se escogió este material porque brinda seguridad a los niños en el caso de una caída. Además, -señala- su diseño es muy versátil y en el caso de este plantel se plasmaron figuras, números, letras y dibujos infantiles.

    Según Peña, el cliente define el diseño y el color. Tienen propuestas en 3D; es decir, con relieves para que los niños suban y bajen mientras juegan.

    Reciplay aplica la normativa europea EN-1177 para fabricar estos pisos. Peña señala que dependiendo de la altura del juego se define el grosor del piso, que tiene dos capas: la base inferior o elástica y la de acabado o decorativa. «El piso tiene una vida útil de 10 años y se debe realizar un mantenimiento a los tres años para recuperar el brillo».

    El negocio en breve Una patente. Reciplay patentó el encapsulamiento de color. El caucho natural es limpiado y triturado. Luego es llevado a una máquina donde es pigmentado y recibe el color deseado. El 80% del producto tiene componentes nacionales.

    75 dólares más impuestos cuesta el m2 de este piso continuo.