América Latina y el Caribe debe avanzar con urgencia en inclusión y transformación digital, sobre la base de la integración regional y la cooperación internacional, para enfrentar la crisis derivada de la pandemia del covid-19. Este fue un planteamiento de autoridades este lunes 23 de noviembre del 2020, en la ceremonia de inauguración de la VII Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe, organizada por la Cepal y el Gobierno de Ecuador, reseña un comunicado del organismo regional.
“Hoy ninguna sociedad puede alcanzar el desarrollo si está al margen de la tecnología digital, por eso debe estar al alcance de todos, sin exclusión de ningún tipo. Nadie puede quedarse atrás”, dijo el presidente de la República, Lenín Moreno, en un mensaje transmitido durante la ceremonia de apertura del evento, que se celebra hasta el jueves 26 de noviembre de forma virtual y del que Ecuador recibió la Presidencia por dos años.
Durante su intervención, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señaló que “la actual coyuntura ha puesto de manifiesto la relevancia de las tecnologías digitales y cómo su uso ha sido esencial para el funcionamiento de la economía y la sociedad”. No obstante, aún tenemos a un tercio de la población de América Latina y el Caribe sin acceso a Internet, apuntó.
Andrés Michelena, ministro de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información de Ecuador, alertó sobre “la posibilidad real y potencialmente trágica” de que esta crisis arruine una generación de latinoamericanos.
“Esta cita continental nos plantea un enorme desafío: pasar del dicho al hecho. Sin recursos públicos y privados, y sin el apalancamiento financiero de los organismos multilaterales y regionales, el camino será duro y difícil”, indicó. Por eso, el Gobierno de Ecuador propone crear un fondo latinoamericano de despliegue rural de infraestructura de telecomunicaciones, con al menos el 1% del PIB de cada país cooperante, para reducir la brecha digital, explicó.
En una presentación, titulada “Tecnologías digitales para un nuevo futuro”, realizada tras la ceremonia de inauguración, Alicia Bárcena reveló que en la región hay más de 40 millones de hogares no conectados y la mitad se ubican en los dos quintiles más pobres.
Datos del Observatorio Regional de Banda Ancha de la Cepal indican que 77% de los hogares rurales no está conectado, al igual que 42% de los menores de 25 años y 54% de los mayores de 66 años.
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión indicó que el servicio de banda ancha móvil y fija para el primer y segundo quintil cuesta el 14% y 12% de su ingreso. Por otra parte, un tercio de los países de la región no alcanzan los requerimientos de velocidad de descarga necesarios para usar soluciones digitales.
Bárcena planteó tres grandes retos para la región hoy: universalizar el acceso y la asequibilidad a las tecnologías digitales; avanzar en la digitalización para la sostenibilidad ambiental; y lograr una transformación digital productiva real.
Durante el encuentro, se espera la aprobación de la Agenda Digital para América Latina y el Caribe eLAC 2022, dando continuidad a un proceso regional iniciado hace 15 años.
Andrés Michelena, ministro de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información de Ecuador, alertó sobre “la posibilidad real y potencialmente trágica” de que esta crisis arruine una generación de latinoamericanos. Foto: Cortesía
La crisis provocada por covid-19 provocaría el cierre de más de 2,7 millones de empresas – en su mayoría microempresas- y la pérdida de al menos 8,5 millones de puestos de trabajo en América Latina, estimó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) Del total de empresas que cerrarían producto de la pandemia, 2 650 528 corresponden a microempresas, el sector más vulnerable de la cadena productiva regional.
Le siguen las pequeñas empresas, con un estimado de cierre de 98 708, y las medianas, con 5 943, de acuerdo al estudio de Cepal , un organismo técnico de las Naciones Unidas con sede en Santiago.
El impacto será, especialmente relevante, en rubros como comercio, hoteles y restaurantes, que cuentan con una gran cantidad de microempresas y pequeñas empresas. Sólo en el sector comercio se estima que se perderán 1,4 millones de compañías y cuatro millones de puestos de trabajo formales, mientras que en el turismo la pérdida alcanzará a por lo menos 290 000 empresas y un millón de fuentes laborales.
“La crisis golpea con mayor intensidad a los sectores industriales potencialmente de mayor dinamismo tecnológico y, por lo tanto, profundizará los problemas estructurales de las economías de la región”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de Cepal, en la presentación del informe sobre Sectores y empresas frente a covid-19: emergencia y reactivación.
Si no se implementan políticas adecuadas para fortalecer esas ramas productivas, “existe una elevada probabilidad de que se genere un cambio estructural regresivo que conduciría a la reprimarización de las economías de la región ”, agregó Bárcena.
En México, una de las mayores economías de América Latina, la Cepal estima que se cerrarán unas 500 000 empresas, luego de una dura caída del 11% de su industria.
En Bogotá las personas hacen largas filas para entregar sus solicitudes de empleo en diferentes empresas de ese país. Foto: Luisa González / REUTERS
La economía de Ecuador crecerá un 1,0 % en 2017, después de haber caído un 1,5 % el año anterior, y se proyecta un avance de 1,3 % en 2018, afirmó el jueves 14 de diciembre la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La recuperación fue liderada por el consumo privado y, en menor grado, por el gasto del Gobierno y las exportaciones, precisó la Cepal en su Balance Preliminar de la Economía Regional.
El organismo de Naciones Unidas detalló que el resultado deficitario del sector público ecuatoriano (4,7 % del PIB) contribuyó a un aumento de la deuda que ascenderá a un 45,7 % del PIB.
La Cepal aseguró que este mayor nivel de deuda y su rápido crecimiento plantean desafíos de corto y mediano plazo para la política fiscal, dado que podría implicar un ajuste del gasto público, lo que «restaría fuerza a la demanda interna».
En 2017, un escenario externo favorable debido al alza de los precios del petróleo y a una amplia liquidez en el mercado internacional permitió colocar bonos soberanos por 5.500 millones de dólares, lo que sostuvo una moderada expansión del gasto público. La acción también evitó la caída de las reservas internacionales, mantuvo la liquidez del sistema financiero y permitió el aumento del crédito interno en todos sus segmentos (de un 14 % a octubre de 2017).
La baja inflación favoreció un ligero aumento real del salario base unificado, la disminución del desempleo y contribuyó a mantener el consumo.
Para este año se espera un déficit global equivalente al 4,7 % del PIB, en comparación con el 7,4 % en 2016.
El tipo de cambio real efectivo a octubre de 2017 tuvo una variación anual del 14,9 %, aunque la magnitud de este resultado estuvo influida por una variación del 183,3 % del tipo de cambio real bilateral respecto del bolívar.
Las importaciones acumuladas entre enero y septiembre aumentaron un 23,2 % en términos interanuales, mientras que las exportaciones crecieron un 15,5 % en ese mismo período. El total de la inversión extranjera directa (IED) en este semestre fue de 360 millones de dólares, lo que equivale a un aumento interanual del 10 %.
El PIB por habitante cerrará con una baja del 0,5 % en 2017, mientras la inflación debería terminar el año con una tasa del – 0,1 % y el desempleo en un 5,5 %, que representa una disminución del 1,3 % respecto del año anterior.
La balanza de pagos cerrará con un superávit de 192 millones de dólares en la cuenta corriente y un déficit de 231 millones en la cuenta de capital y financiera.
Para 2018, la Cepal espera que Ecuador continúe su crecimiento en un 1,3 %, dado que si se excluyen las amortizaciones de deuda, no se considera una reducción del gasto y en las proyecciones de los precios del crudo se prevé un precio promedio levemente superior al de 2016.
En esta línea, el impulso fiscal será probablemente menor que en 2017, pero el programa de créditos del Banco Central podría compensar parcialmente la pérdida de espacio fiscal.
La baja inflación favoreció un ligero aumento real del salario base unificado, la disminución del desempleo y contribuyó a mantener el consumo. Foto: Referencial
El comercio exterior de América Latina crecerá este año dejando atrás años de caída en los precios de las materias primas.
La información se dio a conocer este lunes 30 de octubre del 2017 en el informe de Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe, organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La entidad indicó que las exportaciones crecerán un 10%, producto de mayor demanda en algunos de los principales socios comerciales, la recuperación del crecimiento en la propia región (se espera crezca 1,2% en 2017 y 2,2% en 2018) tras dos años de recesión, el mayor precio de varios de sus productos básicos de exportación y el desmantelamiento de restricciones arancelarias y no arancelarias en ciertos países.
El mayor crecimiento tendrán las exportaciones de la región a China y Asia, luego a EE.UU. e intra región y finalmente a la Unión Europea (UE).
La Cepal destacó que las exportaciones de América del Sur al mundo serán las que más crecerán. Los productos agrícolas son los que más se exportan, mientras que hay un pobre desempeño de los artículos elaborados.
En el caso de las importaciones el crecimiento será del 7%.
Las devoluciones se harán por las exportaciones realizadas desde febrero de este año. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.
El país necesita generar mayores ingresos de dólares a la economía. En esto coinciden los voceros del Gobierno y el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Así como también en que la economía nacional crecerá en 0,7% este año. Esto es 1,4% más que 2016 y 0,5% más que 2015.
Walter Spurrier, presidente de Análisis Semanal, advierte que las cifras son previsiones que dependen de una serie de factores. A su forma de ver, para el país el principal será el financiamiento del déficit y considera que el cambio de actitud en el Gobierno puede facilitar su consecución.
Para José Hidalgo, director de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), la cifra de 0,7% implica un reconocimiento de que el dinamismo de la economía se va a entorpecer en los últimos meses del año. Esto porque el crecimiento en el primer trimestre fue de 2,6%.
Aunque el crecimiento proyectado por Cordes es del 0,1% para este año, Hidalgo dice que se puede alcanzar. Lo que es seguro es que el crecimiento no se contraerá este año, aunque sí será bastante leve, comenta.
La Cepal emitió el pasado jueves su Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2017. Ahí señala que la región crecerá, en promedio, 1,1% este año, tras dos años consecutivos de contracción. Esto a excepción de Venezuela, Santa Lucía y Surinam, cuyas economías se contraerán en 0,2%.
Esto sucederá gracias a un contexto internacional que, pese a los riesgos geopolíticos, muestra mejores expectativas de crecimiento, y una mejora en los precios de las materias primas que se exportan.
Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de Cepal, dijo que para retomar el crecimiento de mediano y largo plazo se requiere avanzar hacia marcos contracíclicos de la política fiscal, que defiendan y promuevan la inversión pública y privada”. Explicó que las reglas fiscales deben ser instrumentos pro estabilidad, pero también pro inversión.
Este marco fiscal deber ir acompañado de una política financiera de estabilización del crédito y una política monetaria que apoye el crecimiento de la inversión y que vaya más allá de instrumentos como la tasa de interés, advirtió.
El mismo presidente Lenín Moreno presentó, el 28 de julio, el diagnóstico de la economía nacional y las “condiciones difíciles que enfrenta”, a causa de una deuda “heredada”, que habría sido adquirida “irresponsablemente”. Y anunció algunas medidas iniciales para dinamizar la economía.
En la Pro forma Presupuestaria 2017, que debe ser enviada al Legislativo para su aprobación, el Gobierno cuenta entre sus fuentes más relevantes la recaudación tributaria y los ingresos por petróleo. Con el primero espera recaudar USD 14 760 millones y con el segundo, USD 3 241 millones.
Según Hidalgo, estas expectativas son sobreestimadas. Cordes, en un análisis de la Pro forma, sostiene que, por ejemplo, la mayor parte de la recaudación tributaria se concentra en el primer semestre del año. Por lo que para alcanzar lo esperado, debería superarse los USD 7 212 millones recaudados en los primeros seis meses.
Spurrier sostiene en cambio que las cifras esperadas por el petróleo son “espejismos”, porque deben usarse para que Petroecuador pague sus deudas.
Solo con esos dos rubros esperan recaudar alrededor de USD 2 000 millones más que el año pasado. Pero, por ejemplo, el mismo Banco Central del Ecuador, hasta diciembre, preveía un crecimiento anual del PIB de 1,4%. Ahora el nuevo Gobierno, aunque optimista, acepta que el crecimiento será menor, exactamente la mitad.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), sin embargo, tiene otras proyecciones. Para este año auguró un decrecimiento de -1,3% en la economía nacional. Su estimación para el año pasado coincide con la baja de -1,5% que maneja el mismo Banco Central. Su visión de la región también es más moderada. El FMI apunta a un crecimiento de 0,8% para este año, a medida que el consumo privado se fortalece y la contracción en las inversiones se disminuye. Pero el Fondo advierte que esta proyección está sujeta a los cambios en la situación política doméstica y la incertidumbre en los cambios de políticas en EE.UU.
La economía de la región se recupera
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) espera que en 2017 el Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe crezca un 1,1% en promedio, después de dos años consecutivos de contracción económica. América del Sur, como bloque, tendrá un menor desempeño, llegando al 0,6%.
A diferencia de 2016 se proyecta que todos los países de la región presenten tasas positivas, con excepción de Venezuela (cuyo PIB caería un 7,2%) y dos países del Caribe, Santa Lucía y Suriname (cuyo PIB caería un 0,2%).
Panamá (6,6%), República Dominicana (5,3%) y Antigua y Barbuda (5,0%) lideran la lista. Pero la Cepal destaca la recuperación proyectada para Argentina, Brasil y Ecuador, que el año pasado sufrieron contracciones en sus niveles de actividad.
Walter Spurrier, presidente de Análisis Semanal, advierte que el crecimiento de América del Sur es menor que el de Latinoamérica por el colapso de la economía venezolana y el casi nulo crecimiento de Brasil, que influye mucho en las cifras regionales. “Es muy posible que por esto el crecimiento de la región sea muy modesto”.
José Hidalgo, director de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), apunta que la región está dando señales de haber dejado atrás los peores años después del ‘boom’ de las materias primas. “Obviamente los países no van a alcanzar otra vez el crecimiento que habían logrado en los años de bonanza”.
La Cepal indica que su proyección considera un contexto internacional que, en términos generales, es más favorable que el de los dos últimos años.
Ya que en particular, la economía mundial muestra un mayor dinamismo y crecería este año a una tasa del 2,7%, tres décimas por encima de 2016, impulsada por un mejor desempeño tanto de las economías desarrolladas como de las economías en desarrollo.
El volumen del comercio mundial está mostrando una mejor dinámica, según la Cepal, ya que ha acelerado su tasa de crecimiento respecto a la de los últimos años, aunque todavía permanece en niveles bajos. Asimismo recuerda que también los precios de los productos básicos han mostrado una recuperación respecto de los niveles promedio del año pasado.
Pero la Cepal señala un punto a tomar en cuenta, a pesar de la menor volatilidad financiera, se ha observado un aumento en los indicadores que miden la incertidumbre global respecto de las políticas económicas. Esto último responde a la percepción de mayores riesgos vinculados con factores geopolíticos, así como riesgos de políticas comerciales tendientes al proteccionismo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) también señala, en su informe de junio, esta recuperación regional. Pero su proyección es más modesta que la de la Cepal, calcula que el crecimiento regional será de 0,8% este año.
El FMI recuerda que casi todos los países tienen déficit fiscal, reflejando los efectos de la baja que tuvieron los precios de las materias primas. Pero destaca que a inicios de año hubo reformas fiscales en distintos Estados, como México, Colombia, Argentina y Brasil.
Aunque también concuerda con la Cepal en que el mayor riesgo para el crecimiento de Latinoamérica y el Caribe proviene de la incertidumbre política doméstica y los cambios de políticas públicas en grandes economías como la de Estados Unidos.
Vista aérea de una de las plataformas petroleras de Petroamazonas en el Oriente. El Gobierno estima exportar 136,6 millones de barriles de crudo este año, es el cálculo de la pro forma. Foto: Flickr Petroamazonas
Las economías de América Latina y el Caribe crecerán 1,1% en promedio este año, lo que representa una caída en la proyección de 1,3% fijada en diciembre, por un menor desempeño de América del Sur, informó este lunes la Cepal.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) “ actualizó las proyecciones de crecimiento de la actividad económica de la región para 2017 y espera una expansión promedio de 1,1% durante este año ” , dijo en un comunicado.
Al igual que en años anteriores, la región tendrá dinámicas diferenciadas entre las subregiones, indicó Cepal, un organismo técnico dependiente de las Naciones Unidas con sede en Santiago.
En este escenario, América del Sur -cuyos países se especializan en producción de bienes primarios- registrará un crecimiento promedio de 0,6%, una expansión que revierte dos años continuos de contracciones, pero que representa aún una baja respecto del 0,9% proyectado en diciembre pasado.
El desempeño de las economías sudamericanas en 2017 “ da cuenta de un aumento de la demanda externa para estas economías -se prevé un mayor crecimiento de los socios comerciales de los países de la subregión- y de precios de productos básicos que resultarán en 2017 más altos en promedio que los vigentes en 2016 ” , explicó el organismo.
Las economía de Centroamérica, en tanto, registrarán una expansión de 3,6%, una ligera baja desde el 3,7% proyectado en diciembre.
El crecimiento en esta subregión se explica “ por la resiliencia observada en la demanda interna -que se prevé sea el motor principal este año- así como también por un buen pronóstico de crecimiento para el principal socio comercial de estas economías: Estados Unidos ” , agregó el documento.
Las economías de América Latina finalizaron con una contracción promedio de 1,1% en 2016.
El acto Conversatorio Responder Proponiendo. Bases para un Acuerdo Económico Comercial Integral Latinoamericano. Foto:EFE
Octavio Doerr es investigador especialista en puertos y logística de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), habla sobre la situación portuaria en la región y analiza los recientes contratos de concesión que se firmaron en esta materia en Ecuador.
En el 2015, la actividad portuaria en la región creció 1,7%, según cifras de la Cepal. ¿Cuál es la situación del sector en la región? Es una tasa de crecimiento levemente superior de lo que habíamos observado en el 2013 y 2014, que fue menor al 1%. Sin embargo, la cifra es muy baja en comparación con el promedio histórico de los últimos 10 años que está por sobre el 6%. En esos años, la región tuvo un crecimiento económico importante, impulsado por la época dorada de los ‘commodities’ y eso impulsó el consumo, las importaciones y exportaciones. En la actividad portuaria, la logística en general se ha visto ralentizada en los últimos años. Vemos un 2016 igual de malo, las importaciones y exportaciones a EE.UU. se han detenido.
En ese contexto, ¿cuál es la estimación para este año de la actividad portuaria regional? Siendo optimista podría ser más allá del 2%. Cuando hablamos del 1 o 2%, un país que muestre un comportamiento mejor o peor nos puede hacer caer entre 0,5 o 2,5%. Es muy sensible lo que pasa en Panamá, México o Brasil, en relación a ese valor promedio de la región por la importancia que tienen esos países. Yo estimaría que 2%, siendo optimistas o un 1% más conservador. No es posible dar un número exacto.
Hace pocas semanas se inauguró la ampliación del Canal de Panamá. ¿Eso puede influir para una mayor actividad portuaria en este año? No influye en nada. El crecimiento económico del mundo y de la región no pasa por lo que suceda en el Canal de Panamá. Lo que ocurre en el Canal es que cambian las condiciones de paso en esa vía y eso genera, en primera instancia, una reestructuración en los servicios navieros. En general, están posicionando buques de mayores dimensiones en la región. Ocho puertos de la región han hecho anuncios de mejoras por las nuevas demandas de los servicios navieros, producto del Canal de Panamá y otros factores.
¿El actual contexto económico, de la caída de los precios de las materias primas, se ha sentido más en algunos puertos de ciertos países? Yo diría que no. Los volúmenes se han mantenido, los precios han sido los que han bajado. Los retornos al país son los que disminuyen y ahí está el perjuicio. Los volúmenes se han mantenido, incluso, han crecido en algunos casos. En general, en la actividad portuaria de recursos naturales, no ha habido una caída.
El puerto de Guayaquil, según el ranking de la Cepal, aparece en el puesto siete. ¿Cuál es su situación? En general, Ecuador ha tenido un crecimiento razonable, bastante bueno de la actividad portuaria en los últimos 10 años. Me tocó estar en Guayaquil en el 2006, durante el proceso de concesión de ese puerto, y la verdad que no esperábamos un crecimiento tan alto. Las cifras nos sorprendieron. El concesionario se benefició, logró posicionar a Guayaquil y aumentar su tráfico de forma sostenida, obviamente, impulsado por el crecimiento de la economía.
Guayaquil ha respondido adecuadamente a las necesidades del comercio de Ecuador. Me parece fantástico que se esté reimpulsando el desarrollo de los puertos de Ecuador, que ya necesitaban una segunda etapa. Queda por verse qué va a pasar en Manta y parece que hay uno o dos interesados en esa concesión.
Hace dos semanas, la firma turca Yilport firmó la concesión para ampliar la terminal marítima de puerto Bolívar. Con ello, se espera movilizar 2,5 millones de contenedores para el 2020. ¿Esa cifra es alcanzable? La pregunta es de dónde lo va a sacar. Se ve un número fantástico. Ellos son los que tienen que responder. No conocemos los detalles del proyecto, solo lo que está en forma pública. Tampoco sabemos el contenido del contrato de concesión. Nos alegramos que exista esa posibilidad y un operador que quiera modernizar ese puerto, porque se había quedado como en el siglo pasado en lo que era desarrollo y participación privada y esto le da impulso.
Yilport también busca otros contratos en Ecuador, ¿cómo están las operaciones de la firma en la región? Hay una gran cantidad de empresas operadoras globales. Yilport, me parece, que recién está entrando en la región. No tengo conocimiento de que tenga actividad en la región en alguna otra parte. Tal vez la tengan, pero no sería importante por ahora. Me parece que este sería el primer proyecto emblemático , insigne en la región. Hay muchos operadores en la región y están creciendo bien a través del desarrollo de sus proyectos, de sus inversiones, pero también a través de asociarse o comprar otras operaciones.
Yilport ha dicho que busca convertirse en un puerto especializado en la movilización de carga minera. ¿Qué debe hacer para lograrlo? Eso depende del proyecto minero. Si el proyecto minero es pequeño, de bajos volúmenes anuales, vas a usar un muelle normal. No justifica hacer una instalación especializada. Lo único que empuja a hacer una instalación especializada o de mejores calidades de servicio es el aspecto ambiental. Las normas ambientales te llevan a tomar formas de operación y construir facilidades que protejan el medioambiente. Cuando el proyecto minero es de embarques de grandes volúmenes, hablando de millones de toneladas anuales, ahí ya no estamos hablando de un puerto general, sino de un puerto dedicado para ese producto.
Yilport busca otra concesión, la del nuevo puerto de Posorja, cerca de Guayaquil, a través de un canal más profundo, de 16 metros de calado. ¿Eso es suficiente para atraer buques de mayores dimensiones y más carga? Sí, 16 metros es un calado apropiado para las demandas actuales. Son las dimensiones que hay en Callao, San Antonio, en los puertos de la zona sur de Chile, que atienden los grupos de grandes dimensiones. Nuestros puertos son puertos terminales, con ese calado es suficiente.
Ecuador diseñó en el 2012 un plan maestro de movilidad que apuntó a la especialización de sus puertos, ¿esa es la actual tendencia en el negocio naviero, o por el contrario, puertos multipropósito? En Europa están pensando en puertos multipropósitos y en el fondo es porque la alta ocupación, el aumento del tamaño de los buques va a llevar a un uso de menos puertos. Por lo tanto, la estrategia que deben adoptar, en general, los puertos es la diversificación para asegurar su rentabilidad. Eso no significa que no se necesiten los puertos especializados. Pero es una estrategia razonable. Este año también entró DP World al puerto de Posorja. ¿Cómo mira la actividad portuaria nacional con las nuevas concesiones? Es bueno que tengan dos nuevos operadores por importantes proyectos y contratos firmados. Eso ya es un gran éxito y un logro para Ecuador. Lo segundo es que les vaya bien, es decir, que esos planes se vayan concretando y me parece que lo primero que se tiene que ver que esas inversiones se realicen y esas inversiones son a largo plazo y se realizarán por etapas, seguramente con la construcción de muelles, el equipamiento, etc. Con ese crecimiento en materia portuaria debiera haber crecimiento económico en Ecuador, de comercio exterior.
Desde el 2004, es consultor oficial de asuntos económicos e investigador especialista en puertos y logística, en la Unidad de Servicios de Infraestructura, de la Cepal. Foto: Cortesía Octavio Doerr
La Inversión Extranjera Directa (IED) en América Latina alcanzó su nivel más bajo en cinco años, totalizando 179.100 millones de dólares en 2015, con una caída de 9,1% por menores inversiones en minería e hidrocarburos y la crisis de Brasil, dijo el miércoles 15 de junio del 2016 la Cepal.
Para 2016, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) “proyecta que la IED se mantendrá en niveles inferiores a los alcanzados en los últimos años, en línea con las perspectivas económicas” , y se espera que disminuyan otro 8%, dijo un comunicado del organismo de las Naciones Unidas con sede en Santiago.
El descenso en América Latina y el Caribe contrasta, no obstante, con el dinamismo observado a nivel global durante el año pasado, cuando los flujos mundiales de IED aumentaron 36%, llegando a un monto estimado de USD 1,7 billones, empujados por una intensa ola de fusiones y adquisiciones, en particular en Estados Unidos.
La disminución regional “se explica por la caída de la inversión en sectores vinculados a los recursos naturales, principalmente minería e hidrocarburos, y la desaceleración del crecimiento económico, sobre todo en Brasil”, cuya economía cayó un 3,8% en 2015, explicó Cepal.
Las proyecciones para la mayor economía regional tampoco son auspiciosas para este año, cuando se espera que se contraiga en un rango similar al de 2015, arrastrando al conjunto de las economías regionales, que se proyectan se contraerán en 2016 por segundo año consecutivo, para caer 0,6%.
Resultados dispares Pese a la baja general de los flujos de inversión extranjera, los resultados por países fueron dispares en la región.
En Brasil la IED se redujo 23% a 75.075 millones de dólares, aunque el país se mantuvo como el principal receptor de estos flujos en la región (acumulando 42% del monto total) .
Para México, el segundo mayor receptor, las entradas de inversiones aumentaron 18%, alcanzando 30.285 millones de dólares, uno de sus niveles más altos en siete años, focalizadas en la industria automotriz y las telecomunicaciones.
La disminución del valor de los minerales afectó negativamente a Chile, cuya IED cayó un 8%, llegando a USD 20 457 millones, mientras que en Colombia disminuyó un 26%, totalizando 12.108 millones de dólares.
En Perú, la IED cayó un 13%, llegando a los 6 861 millones de dólares, mientras que en Ecuador subió un 37%, alcanzando los USD 1 060 millones.
En Argentina, en tanto, las entradas aumentaron 130% hasta los 11.655 millones de dólares, alza que se explica porque en 2014 se contabilizó la nacionalización del 51% de YPF realizada en 2012 (que significó una desinversión de cerca de USD 6 000 millonesen 2014) .
En Centroamérica los ingresos de IED aumentaron 6%, totalizando 11.808 millones de dólares. Con 43% del total, Panamá continúa siendo el principal receptor en la subregión.
En cuanto a los inversores, en 2015, Estados Unidos se posicionó nuevamente como el principal inversor de la región, con un 25,9% de la IED, seguido de Países Bajos (15,9%) y España (11,8%) .
La salidas de IED desde la región por su parte disminuyeron sustancialmente a 47.362 millones de dólares en 2015, un 15% menos que el año anterior.
Considerando el stock de inversión de estas compañías, Brasil y México son los países con más capital invertido fuera de sus fronteras, aunque solo se considera el año 2015. Chile se posicionó como el principal inversionista en el exterior de América Latina, concluye la Cepal.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) Alicia Barcena (c), el jefe de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de CEPAL Giovanni Stumpo (i) y el oficial a cargo de la unidad de información pública de CEPAL Felix Ibañez (d) asisten hoy, miércoles 15 de junio de 2016, en Santiago de Chile (Chile) a la presentación del informe anual ‘La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2016’. Foto: EFE
Un total de 175 millones de personas viven en la pobreza en América Latina, según el informe del panorama social de la región en 2015, presentado hoy, 22 de marzo, en conferencia de prensa en Santiago por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Las tasas de pobreza e indigencia medidas por ingresos se mantuvieron estables en América Latina en 2014 respecto al año anterior (situándose en 28,2% y 11,8% de la población de la región, respectivamente), y se estima que ambas se habrían incrementado en 2015.
Al dar a conocer su informe Panorama Social 2015 -que da cuenta de la evolución reciente de la pobreza, la indigencia, la distribución del ingreso y el gasto social en América Latina-, el organismo de Naciones Unidas hizo un llamamiento para «proteger los avances e impedir los retrocesos sociales ante el potencial aumento de la pobreza en la región».
El número de personas en situación de pobreza creció en alrededor de dos millones en 2014 en comparación con 2013, alcanzando los 168 millones de personas, de los cuales 70 millones estaban en la indigencia, informó la Cepal.
Según las proyecciones del organismo, en 2015 la tasa regional de pobreza habría aumentado a 29,2% de los habitantes de la región (175 millones de personas) y la tasa de indigencia a 12,4% (75 millones de personas).
En 2014 el principal aumento afectó a los pobres no indigentes, con cifras muy dispares según los países, ya que mientras en unos aumentó, en un número importante de ellos, disminuyó. «Si queremos lograr el primer Objetivo de Desarrollo Sostenible, que llama a poner fin a la pobreza en todas sus formas, América Latina debe generar más empleos de calidad, con derechos y protección social, cautelar el salario mínimo y proteger el gasto social, que muestra una merma en su ritmo de crecimiento», sostuvo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
«Urge explorar nuevas fuentes y mecanismos fiscales de financiamiento que hagan sostenible la política social y los avances alcanzados en el último decenio», enfatizó la alta funcionaria, quien recordó que entre 2002 y 2012 la pobreza se redujo 15,7 puntos porcentuales.
A comienzos de los años noventa (1991-1992), el gasto social se situaba en 12,6% del producto interno bruto (PIB) de la región como promedio ponderado, que aumentó al 19,5% en el periodo 2013-2014.
El incremento del gasto social como porcentaje del PIB (6,8 puntos porcentuales entre 1991 y 2014) obedece en primer lugar al crecimiento del gasto en seguridad social y asistencia social (3,5 puntos porcentuales), seguido de educación (1,9 puntos porcentuales) y salud (1,5 puntos porcentuales).
Respecto a la transición demográfica que vive la región. el documento dado a conocer hoy por la Cepal indica que en 2023 la región pasaría de ser una «sociedad juvenil» a una «sociedad adulta joven».
Al llegar 2045 se daría inicio a la «sociedad adulta» y en 2052 se estaría frente a una «sociedad envejecida», con importantes diferencias entre países.
En la mayoría de los países de América Latina, el llamado «bono demográfico» (período en que la población en edad de trabajar es mayor que la población dependiente) seguirá vigente durante los próximos 15 años.
Ello abre oportunidades de inversión en áreas como educación y salud, destaca el organismo de Naciones Unidas.
El documento presentado hoy analiza también la evolución de la distribución del ingreso y las persistentes desigualdades que se manifiestan en el sistema educativo y en el mercado laboral.
Al respecto, el informe señala que entre 2002 y 2014, la gran mayoría de los países lograron mejoras en la distribución del ingreso según el llamado «coeficiente de Gini» (en el que 0 corresponde a plena igualdad y 1 a máxima desigualdad).
El coeficiente pasó de 0,497 en 2013 a 0,491 en 2014, mientras que en 2010 era de 0,507. Pese a este descenso, en 2014 el ingreso per cápita de las personas del 10% de mayores ingresos fue 14 veces superior que el del 40 % de menores ingresos.
En el estudio, la desigualdad también es medida según los resultados de escolaridad en los diferentes tramos de ingresos de la población.
Las desigualdades, señala la Cepal, se hacen más patentes al cruzar otras variables, como sexo, raza, etnia y años de escolaridad.
Según la comisión, el 80% de los ingresos totales de los hogares latinoamericanos proviene del trabajo.
Por ello, la Cepal recalca que «deben persistir los esfuerzos de promoción del trabajo decente, entre ellos, los de formalización del empleo y de las empresas, de fortalecimiento de los salarios mínimos y de acceso a la protección social, en los que se incluya la igualdad de género como objetivo transversal».
La Cepal presentó este 22 de marzo, en Santiago de Chile, su informe Panorama Social 2015. Foto: EFE
Con la participación de dos delegados de La Comisión Económica para América Latina (Cepal) se llevó a cabo este 15 de diciembre del 2015, el seminario “Política Comercial y Evaluación de Efectos Sociales” en el auditorio de la Escuela de Negocios de la Universidad Politécnica del Litoral (Espae), en Guayaquil.
En el evento se abordaron políticas comerciales del mundo y además se analizó el panorama nacional del Ecuador, en un año en que América Latina se ha visto impactada por la caída de los precios del petróleo y de los commodities.
Andrea Pellandra, oficial de asuntos económicos de Cepal, expuso algunos casos como evidencia empírica sobre los efectos sociales y distributivos de políticas comerciales. Pellandra considera que en el contexto económico mundial, es válido que cada país esté estudiando medidas para proteger la producción nacional y los empleos; sin embargo, indica que para evaluar los verdaderos efectos de cada medida, es importante identificar la metodología adecuada de medición de causa y efecto.
“Los precios de los commodities han afectado a toda la región al mismo tiempo, cada país tiene al interior que tomar la decisión oportuna y tomar medidas para proteger a sus trabajadores, siempre que respeten los acuerdos a nivel global”, sostiene.
Pellandra resalta que a pesar de que existen voces que defienden los acuerdos comerciales como la principal herramienta para alcanzar un libre comercio que lleve progreso a los países, esto debe ser analizado desde un punto de vista más teórico. “El verdadero libre comercio beneficiaría a todos, pero no existe. Chile, por ejemplo, puede tener muchos acuerdos comerciales, pero no son más que tratados bilaterales que exigen ciertos requisitos. Ni siquiera Estados Unidos tiene un real libre comercio, porque ahí también hay un lobby muy poderoso, que tiene capacidad de influencia política. Siempre hay ganadores y perdedores”, explica.
José Durán, oficial de asuntos económicos de Cepal, en cambio, expuso sobre la evolución de la política comercial y cambios en la estructura exportadora que ha tenido Ecuador desde los noventa. Durante su intervención, Durán hizo referencia a la implementación de salvaguardias que Ecuador tomó como medida en 2009 y 2015. «Parte de esta política de las salvaguardias no viene solo para enfrentar el problema de balanza de pagos sino también promover la industria local y favorecer a los productores nacionales», señaló.
Durán también destaco que es importante que Ecuador se haya planteado el reto de cambio de la matriz productiva. «Con muy buena recepción de académicos y organismos internacionales, enfrenta un proceso de cambio de matriz productiva y está buscando la transformación, para promover sectores ganadores. Se habla de desarrollo de refinerías, astilleros», resaltó.
Aún así, este representante de Cepal dijo que es imperante que las cifras de inversión extranjera mejoren en un país dolarizado como Ecuador, debido a que la previsión para el 2016 es que las exportaciones continuarán perdiendo valor. El comercio mundial se contraría en 5% en lo que corresponde a exportaciones, afectando más a América Latina.
“El valor de las exportaciones de Ecuador caería en un 29% y no es el único”, manifestó. Según datos de Cepal, toda la región enfrenta una caída de exportaciones en un 14%. “El comercio interregional se caerá también y esto anticipa que la región está comerciando menos con sí misma. Es una crisis de comercio que no se había vivido hace 80 años”, dijo.
Durán se enfocó también en la trascendencia del comercio regional de Ecuador con los otros países miembros de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Señaló que de acuerdo con el último informe, 1 de cada 3 empresas ecuatorianas exportan productos a la CAN y dos de cada cinco son manufacturas. “Lo que exporta a la propia región Ecuador es más alto que lo que envía a China, Rusia o Europa, en cuanto a variedad de productos. La canasta de exportaciones de Ecuador es más rica y diversificada para sus vecinos”, destacó.
De ahí que señaló como una oportunidad importante que se fortalezca la integración productiva en la región; es decir, una cadena de valor bilateral. Citó como ejemplo las sardinas que exporta Ecuador, cuya salsa es elaborada con tomate peruano, o los productos empacados en Ecuador en los que se utilizan plásticos elaborados en Colombia.
Investigadores de la Oficina de Asuntos Económicos de la Cepal analizaron las políticas comerciales del Ecuador. Foto: Enrique Pesantes/Líderes