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  • Cacao certificado que va a Japón

    María Angelina Castillo (I) redacción@revistalideres.ec

    La calidad y el servicio son los pilares de Latino Americana de Alimentos Ecuador S.A. (Latiali), una empresa exportadora de cacao en grano, semielaborados y chocolate.

    Así se define esta joven firma fundada en 2017 y encabezada por Alicia de Norero, su actual gerente. Ella y su esposo, encargado del área de producción, comenzaron en el negocio del cacao en una finca hace más de un lustro. Trabajaron para Camino Verde con la que recibieron más de una docena de reconocimientos nacionales e internacionales, entre los que cuentan la Pepa de Oro en la Cumbre Mundial de Cacao en Ecuador (2016) y el premio al Mejor Grano por su calidad en el Salón de Chocolate de París (2015), que además los ubicó entre los 50 mejores cacaos de Suramérica.

    Por ello decidieron buscar su propio camino y fundaron Latiali, con el objetivo de darle un valor agregado al producto y buscar nichos para el chocolate. Actualmente la empresa se dedica a la comercialización ‘business to business’, es decir, transacciones entre la empresa y el distribuidor.

    El sistema de fermentación es clave en la compañía. Lo realizan a partir de la trazabilidad, es decir, los procedimientos que siguen la evolución de un producto en cada una de sus etapas. Así también manejan fórmulas a partir de curvas de temperatura y perfiles de sabores. “Entregamos un producto específico que quiere el cliente. La calidad es lo más importante”, agrega la gerenta de la firma.

    La planta de la compañía se ubica en la vía Durán-Tambo, en Guayas. Allí ocurre todo el proceso. En una primera sala se precalifica el cacao que adquieren de los productores con los que trabajan de Esmeraldas, Los Ríos, Guayas y Manabí.

    Alicia de Norero es la gerente de la firma. En la empresa trabajan con maquinaria de acero inoxidable para evitar contaminación. Puede procesar hasta 2 toneladas de chocolate
    Alicia de Norero es la gerente de la firma. En la empresa trabajan con maquinaria de acero inoxidable para evitar contaminación. Puede procesar hasta 2 toneladas de chocolate


    Cada centro de acopio trabaja con cerca de 50 productores de cacao. “Las fincas están certificadas y hacemos seguimiento a la producción que tienen, un análisis de calidad en toda la cadena”, afirma Alicia de Norero.

    En esta etapa, el grano permanece entre 48 y 72 horas. Allí se identifica por lote con datos como el origen del grano, la producción y destino.

    En una segunda fase se encuentra la sala para tostar y esterilizar el cacao. Allí se divide el producto en gavetas de distintos colores: azul para el grano crudo; amarillo para el tostado; naranja para el mix de cacao; y el gris corresponde al polvo.

    Todo el proceso es automatizado. En la sección donde se elabora el chocolate, las máquinas de acero inoxidable permanecen cerradas para evitar la contaminación. Manejan hasta 2 toneladas de chocolate cada 48 horas.

    Germán Bashurto es uno de los 12 trabajadores de la compañía. Vive en Durán, tiene 26 años de edad y dos en Latiali. Cuenta que comenzó en el área de fermentación y pasó al área de procesos, en la que supervisa la máquina que elabora las gotas de chocolate; procesa 19 kilos por hora.

    Aunque le gusta lo que hace, confiesa que no es amante del chocolate.

    La producción de Latiali es orgánica, el proceso del grano se realiza libre de alérgenos y es bajo en azúcar. No se utilizan materias como soya, nueces, leche o aceite de palma. En su lugar, emplean otros como lecitina de girasol orgánica certificada y manteca de cacao. “Porque creemos que eres lo que comes. Y si comes un producto sano, eres una persona sana”.

    En esta línea, la empresa posee certificaciones internacionales orgánicas como la USDA Organic, para el mercado estadounidense; y JAS, para el japonés. La meta a corto y mediano plazo de Latiali es obtener más para poder diversificar los destinos de exportación y ser más competitivos. Para ello trabajan en procesos de seguridad e inocuidad.

    El año pasado, el 60% de la exportación de la compañía abarcó el cacao en grano, 30% chocolate y coberturas y 10% en semielaborados. Los principales destinos son Asia y EE. UU.

    Uno de los clientes de la empresa es Gone Green Superfoods, una distribuidora estadounidense. Eduardo Cajas, su director para Sudamérica, señala que entraron en contacto con Latiali hace dos años y la primera compra del producto se hizo el año pasado. La idea es adquirir un contenedor cada dos meses.

    Asegura que lo que más aprecia de la compañía es la consistencia en la fórmula del producto. “Porque el cliente quiere que sea idéntico al que compró la vez anterior”, dice.

    Gone Green distribuye a todo EE.UU, tanto a través de una plataforma online como por retail.

    Las cifras

    60 por ciento de la exportación de la compañía en 2017 corresponde a cacao en grano

    50 fincas distribuyen sus productos a cada centro de acopio con el que trabaja la exportadora actualmente.

    16 galardones internacionales acumula la empresa

    19 kilos de chocolate procesa en una de las salas cada hora

    3 certificaciones orgánicas posee Latiali: para Estados Unidos, Europa y Japón.

    La Gerente

    Alicia de Norero

    La empresa trabaja en procesos de seguridad y producción orgánica, pues les permitirá acceder a más cliente. Lo primero que busca cualquier comprador es seriedad, servicio. Y por ello exigen las certificaciones, porque es una constancia de seguridad para ellos. Se trata de sistemas ya implementados que garantizan que nuestro producto no solo es bueno, sino sano (…) En temas de alimentación ingresas con estas certificaciones.

    La empresa basa su estrategia en la fermentación, que realiza a partir de la trazabilidad, curvas de temperaturas y perfiles de sabores. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    La empresa basa su estrategia en la fermentación, que realiza a partir de la trazabilidad, curvas de temperaturas y perfiles de sabores. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • Cada paso que da Juliana García le ayuda a conquistar cumbres

    Sebastián Angulo

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    Utiliza dos palabras para definir montaña: “mi casa”. Desde hace dos semanas, Juliana García lleva un prendedor metálico azul. La insignia indica que es una guía de montaña.
    Esta certificación le otorga la Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña (Uiagm), a través de la Escuela de Guías de Montaña (Esguim).

    Con este título, García -de 32 años- puede ser una guía de montaña en cualquier parte del mundo y la convierte en la primera mujer latinoamericana en alcanzar esta certificación internacional.

    Junto a García, seis andinistas del país alcanzaron este título. Todos fueron sometidos a pruebas el mes pasado con observadores de la Uiagm, de la Escuela Nacional de Esquí y Alpinismo de Francia (Ensa) y de la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM). Ellos han participado de este proceso de formación desde el 2015.

    A la ecuatoriana le llevó cerca de 10 años obtener este título y debió aprobar escalada en roca, escalada en nieve y escalada alpina. “Son disciplinas bien exigentes, sobre todo de seguridad para guiar a gente”, asegura García.

    Joshua Jarrín, colega de García quien la conoce desde hace 20 años, sostiene que la mujer es muy persistente. Él sostiene que muchos exámenes incluso debió repetirlos, pero no se cansó hasta conseguir su objetivo.

    “Para mí la mejor manera de describirle es que es intensa. Tiene intensidad. A veces eso es bueno, a veces eso es malo, pero por ser tan intensa es que ha logrado sus objetivos”, dice Jarrín.

    El medio británico BBC recogió este hecho y lo tituló “Rompiendo barreras: La mujer guía de montaña luchando contra el machismo”.

    Pese a que el andinismo es una actividad en la que predominan los hombres, García está al frente de la Asociación Ecuatoriana de Guías de Montaña (Aseguim).

    “No ha sido fácil. No es común. Voy en mi primer período, son tres años, voy dos y tal vez haya una reelección”, dice García.

    Esta quiteña se reconoce como una lideresa y asegura que debido a su actual cargo y pasión por la montaña renunció a su trabajo, en la cadena de tiendas Explorer de Marathon Sports.

    Su amistad con la montaña y los deportes al aire libre nació con un viaje en bicicleta de Quito a Manaos -cuando tenía 13 años- que duró cerca de cinco meses.

    Esa experiencia le llevó a practicar deportes al aire libre y se inclinó por el andinismo. Su primer maestro fue el montañista Fabián Zurita. Además, esta disciplina le llevó a vivir en Perú y Bolivia para aprender en diversos clubes de andinismo de esos países.

    Esteban Barrera, fotógrafo de deportes de aventura, conoce a García desde hace unos 15 años. Él la define como una mujer muy determinada y con mucha energía “que contagia”.
    Barrera y García trabajaron juntos como guías de montaña de niños, en viajes académicos y aventura. Además han trabajado en otros proyectos. “Nos unía esa pasión por enseñar y ese amor a la naturaleza y a estar afuera, a estar desconectados, pasar en la montaña”, cuenta su amigo y colega.

    En actividades muy extenuantes, dice Barrera, García muestra su energía que incluso puede hacer olvidar el cansancio a las personas que la rodean.

    La andinista siempre ha buscado vincular su actividad deportiva a todos sus ámbitos. Estudió diseño comunicacional en la Universidad San Francisco de Quito y desde su profesión también ha trabajado para el andinismo. Por ejemplo, ocupó el cargo de gerenta de Marketing de la cadena Explorer, especializada en implementos e indumentaria ‘outdoor’.

    Otra de las pasiones de García es correr. Martha Arízaga, socióloga es su amiga desde hace 14 años y ha compartido esta actividad y otras. De hecho, uno de los recuerdos más memorables es una media maratón que corrieron hace unos cinco años, en Quito.

    Arízaga cuenta que las dos entrenaron para esta competencia y llegaron a la meta casi al mismo tiempo. Al final, sus madres les entregaron un diploma por su participación en la competencia que hicieron ellas mismas.

    “Así como es en la montaña es igual en la vida social, en la amistad, en la vida de fiesta (…) Es muy trasparente”, asegura Arízaga.

    Actualmente, debido a sus actividades, García viaja constantemente por el mundo a entrenar o guiar. Por ejemplo, la semana pasada estuvo en Austria y meses atrás en Alaska.

    La montañista ecuatoriana disfruta de escuchar todo tipo de música y prefiere leer novelas. Ha ascendido casi todas las montañas del país y su primera cumbre fue el Atacazo, que lo subió a los 14 años. Ahora, su nuevo reto es aprender a esquiar.

    Juliana García Hace dos semanas, esta quiteña obtuvo la certificación de guía de montaña internacional. Es la primera mujer de América Latina en cumplir esta meta. Fotos: Cortesía
    Juliana García Hace dos semanas, esta quiteña obtuvo la certificación de guía de montaña internacional. Es la primera mujer de América Latina en cumplir esta meta. Fotos: Cortesía
  • Más productos pasan por el laboratorio para certificar su calidad

    Redacciones Quito, Manta y Guayaquil

    Un total de 14 laboratorios evaluadores del cumplimiento de la normas de calidad nacionales, para los sectores de alimentos, electricidad, calzado y textiles, cosméticos, metalmecánica, juguetería y cerámica (vajillas), espera conformar el Gobierno hasta el 2016.

    Hace tres años nació el proyecto de Fortalecimiento del Sistema Nacional de Calidad, cuyo objetivo es conformar laboratorios que permitan evaluar que los productos, nacionales e importados, cumplan con los requerimientos en los reglamentos técnicos ecuatorianos.

    Ana Cox, subsecretaria de Calidad del Ministerio de Industrias (Mipro), explicó que en una primera fase, entre el 2011 y el 2013, se reforzaron unos ocho laboratorios de metrología del Instituto Ecuatoriano de Normalización (Inen).

    Luego, con el apoyo de universidades del país, iniciaron la conformación de los laboratorios de verificación de la calidad. Este año se inauguró el primero de ellos, destinado al control de la calidad de llantas reencauchadas, con el apoyo de la Escuela Politécnica Nacional (EPN).

    Dennis Zurita, subsecretario de Comercio y Servicios del Mipro, encargado del desarrollo de este proyecto, indicó que la entidad invirtió USD 300 000. Los técnicos de la EPN, por su parte, crearon las máquinas para el control.

    Cinco personas trabajan en este sitio en el que, además de los ensayos para llantas reencauchadas, se espera, más adelante, controlar las importadas.

    Alexandra González, encargada del lugar, explicó que ellos no entregarán las certificaciones de calidad sino que, tras las pruebas, se emitirán los informes para una verificadora. Intertec sería la empresa que se designe para entregar los certificados de conformidad.

    Como este proceso todavía no se lleva a cabo, el laboratorio no está operativo. Al momento, se encuentran trabajando con dos empresas (Llantera Oso y Eco Caucho) que, independientemente, pidieron un control de sus productos.

    Este no es el único laboratorio para el control de las llantas reencauchadas. En Guayaquil, la Escuela Politécnica del Litoral (Espol) maneja otro centro.

    En Manta, por su parte, se adecuó un centro especializado que pertenece a la Universidad Laica Eloy Alfaro (Uleam).

    Hugo Quintana, jefe del proyecto de Fortalecimiento, indicó que para este año esperan contar con un total de 11 laboratorios operativos. Dos de ellos estarían vinculados con bicicletas y textiles.

    Javier Díaz, representante de este último sector, afirmó que sí conocía del proyecto y que a través de este garantizarán la calidad del producto a los clientes.

    «Además, vamos a saber si lo que nos venden desde el extranjero es realmente lo que dicen», manifestó el dirigente.

    Asimismo, según el Gobierno, la presencia de los laboratorios hará más accesible la obtención de los certificados de conformidad de la calidad y, por parte del Inen, de reconocimiento. Todo esto permitirá a los importadores desaduanizar con mayor rapidez sus ítems.

    Tras la emisión, en diciembre pasado, de la Resolución 116 del Comité de Comercio Exterior (Comex), al control de importaciones, unos sectores se quejaron de la falta de laboratorios que entregan estos certificados y, por ello, la imposibilidad para desaduanizar sus productos.

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