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  • Sus chifles y sus tostones llegan a Estados Unidos

    Priscilla Alvarado

    redaccion@revistalideres.ec
    (I)

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    Juan Carlos Intriago, Martín Cucalón y Fernando Valdano son tres jóvenes de 28 años que un día de noviembre del 2017 decidieron incursionar en el mercado de los bocadillos hechos a base de plátano verde y yuca.

    En enero de 2018 crearon la compañía Green Snacks y en junio de ese mismo año, a través de la marca Ohana Snacks, iniciaron la venta dentro del país. Su primer mercado fue Guayaquil.

    Los chifles naturales saborizados con sal fueron la opción con la que llegaron al mercado. Pero, al estudiar a los consumidores y su demanda de sabores, se incluyó en el catálogo las variedades con ajo, queso, jalapeño y limón.

    El objetivo principal de la empresa es ofrecer un bocadillo con calidad de exportación para el mercado local.

    Según Juan Carlos, los chifles son un mercado a explotar en el exterior. Sin embargo, su idea inicial fue posicionarse localmente ya que consideran los ecuatorianos son los principales “catadores” de estas golosinas.

    Los productos de Ohanna Snacks ya están presentes en Estados Unidos, país al que consideran “un mercado atractivo”. Este país, para los emprendedores, es un nicho con gran potencial de crecimiento en el consumo de alimentos provenientes de Latinoamérica, dentro de la línea de snacks.

    Para impulsar sus ventas al exterior, agrega Fernando, desarrollaron un arduo trabajo en conseguir espacio en las principales ferias del mundo. “Hemos participado de una feria en Anuga, ahora apuntamos a exhibir nuestro producto en una que se realizará en París en el 2020”, comentó.

    Los jóvenes señalan que la apertura brindada en ferias internacionales ha facilitado promocionar a los productos en mercados a nivel mundial. Además, adelantaron que trabajan para pronto ampliar las exportaciones a Europa, países de El Caribe y fortalecer su presencia en Estados Unidos.

    En la fase de producción, receptan la materia prima de la Hacienda Alhajuela. Los plátanos son cosechados por gente de la localidad de El Jobo, en Manabí.

    En la pequeña planta de producción miden estándares como por ejemplo el tamaño –longitud y calibre–. Luego, las nueve personas que laboran en esta primera fase, cortan en rodajas o ‘slices’ el plátano y lo pasan a una freidora de gran tamaño.

    De allí, en fundas completamente estériles, se transporta a la planta ubicada en el kilómetro 7,5 Vía Daule, en Guayaquil, para la etapa de empacado. En este punto, los emprendedores, señalan que se preocupan por la calidad y la frescura que garantizará el período que se mantendrá en percha el producto.

    Los chifles y tostones son saborizados con las especias adquiridas en Quito y Guayaquil. Luego enfundados en presentaciones de 45 gramos y 57 gramos.

    Según Nina Villón, consumidora de los ‘snacks’, el producto tiene un plus porque parece que fuera extranjero. “Los sabores están muy bien pensados”.

    Los detalles

    Las esencias las adquieren en Guayaquil y Quito. Están probando con especias como la vainilla.

    Las ventas bordearon los USD 80 000 en 2018.

    La distribución de los productos llega a Guayaquil y parte de Santa Elena. Hoy están en 70 puntos de venta.

    Las profesiones: Fernando es economista. Martín y Juan Carlos estudiaron administración de empresas.

    Martín Cucalón, Juan Carlos Intriago y Fernando Valdano en las oficinas ubicadas en el norte de Guayaquil. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Martín Cucalón, Juan Carlos Intriago y Fernando Valdano en las oficinas ubicadas en el norte de Guayaquil. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • Manabí mantiene su aire emprendedor

    María Victoria Espinosa (F)

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    Las ferias y festivales manabitas han posicionado a los emprendedores de Manabí que elaboran productos típicos. Entre el 2016 y marzo del 2019 se organizaron 279 ferias en Manabí, Pichincha, Guayas, Azuay y otras provincias en las que los protagonistas fueron emprendedores manabitas.

    Linda Chong, coordinadora de la unidad técnica de Emprendimientos de la Dirección de Fomento productivo de la Prefectura de Manabí, señala que desde antes del terremoto de abril del 2016 se empezó dar asesoría a los emprendedores para mejorar marcas y recetas de los productos, pero a raíz de las condiciones devastadoras en las que quedó la provincia tras el terremoto, la asesoría y el acompañamiento se intensificaron.

    Para Lorena Castillo, de la línea de aliños ‘Picando Ando’, las ferias permitieron que los supermercados a escala nacional se fijaran en productos típicos manabitas.
    Según la Prefectura de Manabí, al menos 150 productos de la provincia se distribuyen en tiendas y supermercados nacionales.

    En el caso de los emprendimientos de café molido y tostado, hay 15 emprendimientos que ya se venden a escala nacional. Uno de ellos, es el café El Mañanerito, producido por la Asociación de Producción Industrial Cafeteros de Manabí.

    Ellos tienen una planta en la parroquia Noboa, del cantón 24 de Mayo. Ahí se producen 1 800 fundas, que se distribuyen en Manabí, Quito y Guayaquil a través de Supermercados Tía.

    Otro producto, que también está en las perchas nacionales es Chifles Del Mejor. Este emprendimiento se creó en el 2011 y durante cuatro años se dedicó a crear recetas innovadoras para saborizar a los chifles de plátano verde y maduro. En la actualidad tiene tipos de sabores a maduro con queso, encebollado y el natural. También ofrece otros productos como el dulce de banano con cacao.

    Los productos con la marca Del Mejor están en 72 locales de la Corporación Favorita; en los locales de la cadena Del Portal en Guayaquil y Galápagos, así como en tiendas y supermercados de la provincia.

    Freddy Zambrano, propietario del negocio Del Mejor, señala que las ferias que se empezaron a realizar a raíz del terremoto del 2016, fueron una ventana para mostrar los productos manabitas al país.

    Los dulces y productos lácteos también hacen parte de la gama de productos que se ha posicionado a escala nacional.

    La marca Doña Oti, elabora un manjar con leche, canela y azúcar. “Es el clásico y delicioso manjar que nuestras abuelas y madres preparaban en los hogares manabitas”, señala la emprendedora Otilia Andrade, de Chone.

    Ella señala que su negocio nació hace 20 años, en el sector Las Chonanas. Pero no había podido promocionarlo en otras ciudades manabitas por falta de recursos económicos.
    Pero en el 2016 decidió asistir a una feria en Portoviejo. Ella hizo degustaciones y entregó su número de teléfono a los clientes.

    A los pocos días, empezaron a llamarla para hacerle pedidos del manjar de leche. Eso la motivó a crear nuevas recetas de manjar con sabor a frutas como mango, naranja, coco, limón, entre otras.

    Este año, ya se han realizado seis ferias en Manta, Portoviejo, Rocafuerte, Chone y San Vicente.

    En este último cantón se realizó una feria y una rueda de negocios a la que asistieron 18 asociaciones.

    En Manabí se han realizado 279 ferias y festivales para emprendedores, edsde el 2016 hasta marzo del 2019. Foto: Cortesía Prefectura de Manabí
    En Manabí se han realizado 279 ferias y festivales para emprendedores, edsde el 2016 hasta marzo del 2019. Foto: Cortesía Prefectura de Manabí
  • El ‘snack’ que llega a 33 países

    María Victoria Espinosa

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    A 33 países de Asia Europa y América. Ese es el mercado al que llega la empresa manabita Plantain Republic con sus ‘snacks’ de plátano. Este negocio nació formalmente en el 2009, en Portoviejo (Manabí). Pero el sueño, de los hermanos Luis y Enrique Villacreses empezó 10 años antes. En 1999, los manabitas tuvieron que emigrar a EE.UU. debido a la crisis económica que se originó en el país.

    En ese momento, la familia tenía un negocio con el que distribuían productos de consumo masivo a tiendas de la provincia.  Pero sus clientes dejaron de pagar las facturas y el negocio entró en crisis. Los hermanos debieron instalarse en Nueva York y trabajar en restaurantes o incluso limpiando vidrios para cumplir con las deudas en Ecuador.

    Luego de unos cinco años, lograron reunir un capital de USD 35 000 que lo invirtieron en comprar chifles a una fábrica local en Queens (Nueva York) para venderlos en las tiendas y supermercados de la zona.

    Ese trabajo lo combinaban con el de vender ‘snacks’ en los estadios de esa ciudad. Luis Villacreses recuerda que una de las metas que se plantearon era diseñar una marca para los chifles y que la fábrica solo les suministrara el producto. Así nació Tropic Max, exotic snacks. La primera compra con su marca fue de un contenedor (3 100 cajas), que se vendieron en cuatro meses. El precio de la funda de bocadillos era de USD 1.

    En el 2009, la marca ya se había posicionado en Queens. Pero tuvo inconvenientes con la producción porque la fábrica empezó a entregar los productos con menor calidad y con retrasos.

    Por eso, los hermanos decidieron que debían construir su propia planta en Manabí, donde podían encontrar a menor costo la materia prima.Luis decidió regresar a Ecuador para instalar una planta en Portoviejo, a la que nombraron Plantain Republic.

    Para eso, se debió rentar dos bodegas y adecuarlas. Ellos invirtieron alrededor de USD 20 000 en maquinarias y utensilios de cocina para la fabricación de varios tipos de ‘snacks’ de plátano, con diferentes cortes, tamaños y sabores.

    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos: Juan Pérez / LÍDERES
    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos: Juan Pérez / LÍDERES

    Además contrataron a seis personas para pelar el plátano y clasificarlo. Cada semana se enviaba un contenedor a EE.UU. Luego empezaron a promocionar sus productos en otros países de América Latina a través de las ferias que organizaba Pro Ecuador.

    En estos encuentros con empresarios de otros países, Plantain Republic empezó a perfeccionar los sabores y también a obtener certificados para poder ingresar a las perchas de los supermercados en Europa y en Asia.

    Hasta el momento ya han obtenido siete certificaciones, que han servido para demostrar ante los compradores la calidad del producto, las buenas prácticas en la planta, que la marca es vegana, entre otras. Cada semana, la empresa exporta 70 toneladas de la marca Tropic Max, que equivalen a ocho contenedores.

    Para cumplir con esa demanda del producto, se debió aumentar la planta de trabajadores de seis a 293 empleados. Además debieron buscar a cuatro asociaciones de productores de plátano y a 300 finqueros de Manabí para que les provean de 70 toneladas diarias de plátano de lunes a viernes.

    Mientras que el fin de semana la producción es menor y se abastecen únicamente con unas 35 toneladas.

    Villacreses señala que uno de los momentos más difíciles que enfrentó la empresa fue el terremoto de abril de 2016. Eso debido a que la planta de tres pisos, que habían construido se derrumbó y se perdieron las oficinas administrativas con la maquinaria.

    Al momento han logrado recuperar la primera planta, que es donde funciona la fábrica de chifles. “Cada año hacemos un nuevo arreglo y de apoco nos estamos levantando”.

    Para Luis, el terremoto no acabó con las esperanzas de seguir creciendo y el año anterior, a través de las ferias de Pro Ecuador, lograron ingresar a Japón y este año ya se proyectan a llevar los ‘snacks’ a otros países asiáticos.

    Otro de los proyectos que se fortaleció con el terremoto fue el de ayudar a tres instituciones que se dedican al cuidado de más de 80 adultos mayores de Portoviejo.

    Lo hacen a través de la venta de la cáscara del plátano. El kilo de esos desechos se vende a USD 0,02 a los ganaderos de la región, que la utilizan para darles de comer al ganado. Con el dinero que obtienen compran las donaciones para los adultos mayores.

    Luis Villacreses
    Gerente General 

    La fortaleza de este negocio es entregar un producto de calidad y eso se ha logrado porque se ha escuchado cada recomendación de los clientes y se han buscados las certificaciones que avalen los 11 tipos de ‘snacks’ que tenemos en el mercado internacional. Eso nos ha permitido competir. Otro factor importante ha sido la oportunidad de asistir a ruedas de negocios y ferias en el extranjero. Cada año procuramos asistir a al menos cuatro expoferias.

    Las Cifras

    50%  de la  producción se vende en EE.UU. Desde Nueva York se distribuye a otros estados. La producción restante se vende en Europa y Asia. El producto no se vende en Ecuador.

    300 agricultores  manabitas y cuatro asociaciones de productores son los proveedores de 70 toneladas diarias de plátano verde.

    2 socios se encargan de administrar la empresa en Ecuador.

    6,4 millones facturó la empresa en el 2017.

    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos:  Juan Pérez / LÍDERES
    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos: Juan Pérez / LÍDERES
  • Con sus chifles llegaron hasta Turquía

    REDACCIÓN QUITO Redaccion@revistalideres.ec

    No existe una palabra en turco para describir el plátano verde. Sin embargo, Mario Pío Aguirre y Mustafá Davutoglu se arriesgaron a introducir en Turquía los chifles Samai.

    Después de fracasar con un negocio de exportación florícola en el 2000, Mario Pío Aguirre contempló la idea de exportar chifles al país europeo e ingresar al mercado de los delicatessen. “El plátano verde es único y original en esas latitudes por eso preferimos exportar productos distintos para contar con un mercado único”. Ese es el negocio de Gameda Import, la firma lleva el producto a Turquía.

    El chifle es producido por Samai Snacks y enviado a ese país por Gameda Import. El producto ingresó al mercado turco en el 2009 y dos años después se posicionó. El reto más grande, según Pío Aguirre, fue lograr que el consumidor aprenda a diferenciar entre el verde y el banano. “Para ellos era extraño consumir un plátano con sal, pero una vez que lo probaron, tuvo éxito”.

    El chifle es un producto natural, libre de gluten y aditivos artificiales, lo que se adecua a la tendencia a escala mundial de consumir productos frescos sin conservantes. Este valor agregado llamó el interés de la cadena suiza de supermercados, Migros, que comercializa los chifles en Turquía y con la que la firma local han trabajado desde el inicio.

    La firma suiza cuenta con 169 locales en Turquía. En estos se comercializan los chifles como un producto de consumo ligero. En las perchas se pueden encontrar los snacks bajo la marca Samai en distintas presentaciones como plátano con ajo, ají, dulce y salado.

    Un estudio de mercado realizado en el 2011 por Gameda Import (que factura USD 50 000 al mes) indicó que en la cultura europea, existe un alto consumo de picaditas y tablitas de aperitivos por lo que los chifles son una alternativa.

    Vladimir Torres, gerente general de Samai, indica que el crecimiento económico en Turquía y las buenas relaciones comerciales de Aguirre fueron un factor para exportar al país de oriente.

    Samai, que hoy exporta a 33 países de Europa y América del Norte, buscaba expandirse a oriente medio, por lo que la propuesta de exportar a Turquía fue atractiva. “Nosotros nos encargamos del merchandising, la logística y otras operaciones, pero necesitábamos alguien que conociera el mercado y abriera las oportunidades y fue ahí cuando entró Mario Pío Aguirre”, comenta Torres.

    Pío Aguirre cuenta que en la actualidad exportan a Turquía 100 000 empaques de chifles Samai cada mes para satisfacer la demanda local. El cuenta que el período de exportación es de 30 días y desafortunadamente las medidas arancelarias proteccionistas suben el precio hasta un 60% e impiden que el negocio florezca. Es por eso que resalta que las buenas negociaciones comerciales deben enfocarse en beneficiar las exportaciones.

  • Asociatividad que rinde frutos

    Bolívar Velasco (F) Redacción Santo Domingo / Líderes. Contenido Intercultural

    Antes de que la microempresa de procesamiento de chifles se estableciera, las 110 familias que ahora dependen del negocio dejaban su cosecha de plátano y de yuca en manos de una cadena de intermediarios.

    Los compradores que llegaban a sus fincas en decenas de camiones les pagaban, por ejemplo, USD 2 por un racimo de barraganete, aunque ellos consideraban que al menos se les debía dar USD 4. Rodrigo Cuenca, el administrador del emprendimiento, recuerda que no objetaban la paga para evitarse malos ratos.

    Pero en el 2004, él analizó que la producción cada vez era menos valorada y por eso decidió organizarse con otros finqueros de la zona rural de Santo ­Domingo de los Tsáchilas.

    La primera idea que se les vino fue sacarle provecho al plátano con la elaboración y venta de chifles. Juntaron USD 1 500 que fueron el resultado de las ganancias y adquirieron pailas, una cocina con hornilla industrial y otros accesorios para la fritura y empacado del producto.

    La primera producción de unas 1 000 fundas de chifle fue motivo de una fiesta en las parroquias de Puerto Limón, El Esfuerzo, San Jacinto del Búa y Luz de América, de donde son oriundos.

    A raíz de eso, hubo mayor compromiso en la organización y en el 2008 gestionaron la legalización de la Unión de Producción Agrícola y Pecuaria.

    A través de la microempresa, hoy se comercializan 25 000 fundas de chifles de 1 000, 500, 200, 85 y 45 gramos. Los precios van desde los 20 centavos hasta los USD 3,50 y se comercializan principalmente en los bares de escuelas y colegios bajo el sello de Tsachibanana.

    Además de Santo Domingo, esta marca también se vende en planteles educativos de Quito, a través de 26 convenios con comerciantes de la capital.

    El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y la Escuela de Comercio Exterior de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) se constituyen en un soporte para sostener la organización y conseguir los contactos externos, señala Cuenca.

    El Magap, por ejemplo, les entregó -sin costo- una planta para elaborar alimentos especiales dotada con cocinas industriales, cortadoras, freidoras, mesas y selladoras al vacío. El Ministerio hizo un seguimiento del trabajo de los cultivadores y decidió apoyarlos con herramientas de última tecnología, para sus procesos.

    En contraparte, la Unión de Producción Agrícola y Pecuaria puso el terreno de 180 m² de superficie, en donde se levantó la infraestructura para la planta. Esta se encuentra en la ciudadela de los choferes ubicada en el km 6 ½ de la vía a Quevedo, en el oeste de Santo Domingo de los Tsáchilas. La inversión del Magap fue de USD 134 840.

    En la planta de alimentos cada tres veces a la semana se reúnen 12 integrantes de la microempresa para pelar el plátano, hacer las rodajas, freír el producto y empaquetarlo, para su venta.

    Un día antes de cada jornada, un grupo se encarga de bajar los racimos de plátano, desenterrar la yuca y movilizar esta materia prima desde las fincas hacia la planta. El otro grupo de 12 personas distribuye los chifles en las tiendas y bares de los establecimientos educativos.

    Petita Caicedo dice que el negocio ha sido un salvavidas para ayudar a sostener la economía de su familia. Ella se ocupa de pelar los plátanos y por su labor recibe USD 30 al día, más el almuerzo. En los dos años que lleva en la microempresa ha podido reunir dinero para costear los gastos de los estudios de sus cinco hijos.

    Rosa Simbaña, una de las trabajadoras de la microempresa, señala que por este mes utilizan 5 000 kilos de plátano maqueño y unos 4 000 de barraganete. Del primero sale el chifle de dulce y del segundo el de sal. La mujer se encarga de la trituración en una máquina especial.

    Simbaña señala que en esta temporada las ventas bajan, debido a que por la Navidad y Fin de Año los alumnos buscan otras opciones. Es por eso que las ganancias en los últimos dos meses han sido de USD 300, diarios en promedio. Pero en meses de mayor movimiento, como el inicio de clases, llegan hasta los 600 al día. La inversión que destinan para la producción es de USD 100 al día.

    En la presentación del producto consta el nombre de la marca, el registro sanitario, código de barras, la información nutricional y el semáforo con el contenido de sal, azúcar y grasa. En el momento se hacen gestiones para patentar la marca ante el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI).

    El objetivo, según Rodrigo Cuenca, es llevar a Tsachibanana al exterior. Para eso mantienen contactos con una empresa especializada en control de calidad y diseño de etiquetas. Se espera que este trabajo arroje sus frutos en el 2015.

    La UTE los asesora para exportar el producto. El trabajo ya empezó con contactos con empresarios de Chile y Argentina. Estas gestiones se complementan con la constante actualización del personal conocimientos en temas relacionados con la economía popular y solidaria.

    Eso les ha permitido, por ejemplo, recibir financiamiento del Estado para solventar las necesidades del emprendimiento. En el momento se gestiona un convenio con el Secap, para capacitar a las trabajadoras en tecnificación del proceso de preparación de la materia prima. La idea es que aprenden a organizarse mejor y acelerar el ritmo del trabajo.

    Las zonas plataneras

    Los cultivos. La mayor producción de plátano del país se concentra en el denominado triángulo platanero, que comprende las provincias de Manabí, Santo Domingo y Los Ríos.

    Los datos. En el 2011, a escala nacional, se sembraron 136 323 hectáreas de plátano, de las cuales 43 144 se encontraban en Manabí, 15 917 en Santo Domingo y 12 798 en Manabí.

    Las variedades. Además del plátano barraganete y maqueño existe la variedad del dominico, que tiene de 22 a 30 centímetros de largo.

    Los usos. En Santo Domingo este fruto se emplea para elaborar bolones, empanadas de verde y tortillas fritas. Eso también ha generado el desarrollo de microemprendimientos.