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  • Chile amplía su carta de vinos al mundo

    Xavier Montero C. Enviado a Santiago (Chile) / LÍDERES

    Los vinos más selectos de Chile provienen de terrenos rocosos, áridos o situados en condiciones climáticas extremas. Son más de 125 000 hectáreas de parras viníferas, sembradas en hileras kilométricas que decoran montañas y valles aledaños a la cordillera de los Andes, al desierto de Atacama (en el norte), al océano Pacífico o los campos patagónicos; las que ubican a aquella nación entre los cinco más grandes exportadores de vino a escala mundial.

    La oficina de promoción de las exportaciones chilenas ProChile (con sede en Guayaquil) guió al equipo de LÍDERES en un recorrido por algunos sitios de la Ruta del Vino Chileno 2013. Las viñas Apaltagua, Pérez Cruz, Estampa, Valdivieso y Casa Silva mostraron sus procesos productivos y sus perspectivas de consumo tanto para la región como el mercado local. Hasta agosto de este año, según cifras del Banco Central, al país han llegado más de 1 600 toneladas de vino embotellado con sellos chilenos.

    Para Víctor Arce, enólogo asistente de la viña Pérez Cruz, ubicada a unos 100 km al sur de Santiago en el Valle del Maipo, las tendencias globales apuntan a vinos más fáciles de beber. Existen nichos que apuestan -indica Arce- por vinos de alta gama, con grados alcohólicos moderados y que reflejan el trabajo de los viticultores. Los cuidados de este tipo de vino industrial van desde las características de riego, las técnicas de cosecha, las especificidades de los procesos de vinificación, hasta el tratamiento que se le da en barricas y en el embotellado.

    Pérez Cruz presentó su oferta en la última Gala del Vino 2013, desarrollada por la Cofradía del Vino, a mediados de este mes -en Quito- con la intención de abrirse mercado con sus botellas de Carmenere, Cot, Syrah y Cabernet.

    Otra de las características del vino chileno, a decir de Marcela Chandía, gerenta de enología de la Viña Estampa, es la personalidad que cada enólogo imprime en cada botella. Esta casa vitivinícola se dedica al ‘Assemblage’, una técnica de combinar dos o más cepas para aportar sus mejores características a un solo vino. Estampa elabora y comercializa 85 000 cajas de vino al año, en 25 países.

    En el 2012, Chile exportó 750 000 metros cúbicos de vino al mundo. Ecuador importó USD 8 millones en ese año, un 34% más que en el 2011.

    La oferta y demanda

    El comensal ecuatoriano. Los ejecutivos de la Viña Casa Silva, ubicada en el Valle de Colchagua (140 km al suroeste de Santiago), indican que su vino carmenere Doña Dominga es uno de los que más demanda local tiene. Aquella firma ha comercializado más de 38 000 cajas en varias cadenas de autoservicios junto con sus líneas de cepas premium, en los dos últimos años.

    Tendencia regional. La proyección de las casas vitivinícolas de Chile es desarrollar vinos blancos para diferentes públicos. Según el Banco Central del Ecuador en el 2012 se importaron cuatro toneladas de vinos espumantes.

  • Colombia en la mira de vinícolas

    El incremento en el consumo de vino por parte de los colombianos está haciendo que cada vez más firmas quieran profundizar su relación con el país. Es el caso de la chilena Undurraga y de la argentina Salentein, que están de visita para promover sus productos.

    Según explica Ana María Ihen, gerente de Categoría en Undurraga, existe una gran oportunidad para incrementar el consumo de vinos espumantes, pues, aunque tradicionalmente se asocian con épocas festivas, también es posible crear otras ocasiones de consumo. «Colombia es uno de nuestros socios principales. En Chile pasaba lo mismo con este tipo de productos, pero en seis años logramos incrementar su participación al 18%», señala la vocera.

    Por su parte, Gustavo Bauzá, Wine Manager de Salentein, dice que el crecimiento del mercado e interés de los consumidores colombianos es evidente.

    Isidoro Esquenazi, gerente de Mercadeo de Pedro Domecq, comenta que, aunque el incremento en el consumo es bueno, los productos importados retan la supervivencia de los hechos en Colombia. Por esta razón, la firma ha invertido en los últimos años para mejorar los empaques de sus vinos y ser más competitiva frente a la competencia extranjera. «Los importadores han hecho una gran labor. El hecho de comprar vinos de un país que se dedica a esta actividad les da cierta confianza», aseguró.

    El consumo per cápita anual de vino en el mercado local aún no supera el litro; y alrededor del 75% o de lo que se compra es extranjero. Este año, la feria Expovinos tiene previsto vender 1 500 millones de pesos, unos USD 790 000.

  • Eduardo Bitran: ‘Para innovar hay que cambiar la mentalidad’

    Teresa Bouza Agencia EFE / Washington

    El impulsar la innovación en Latinoamérica exige un cambio de mentalidad y crear un ecosistema inspirado en Silicon Valley, según Eduardo Bitran, vicepresidente de Corfo, la agencia chilena para el emprendimiento y la innovación.

    Replicar Silicon Valley, el área en el norte de California donde se concentran los líderes de la tecnología mundial, es, con todo, una tarea «difícil», explicó.

    «Silicon Valley es un ecosistema con un conjunto de factores que explican su éxito y a veces, los países creen que hay un solo factor que es el determinante», explicó el funcionario chileno.

    Ese ecosistema incluye «universidades de clase mundial, como Stanford, que tienen una capacidad extraordinaria en las áreas de tecnología, ingenierías…».

    Los estudiantes salen de esos centros universitarios con una «actitud fundamental«. «No salen con la actitud de empezar a trabajar en una empresa establecida y de hacer toda la vida su carrera en la misma empresa», sino con una mentalidad de emprendedores, afirmó.

    En muchos países latinoamericanos «en los que el Estado y las grandes empresas han tenido un rol muy importante», existe todavía esa tendencia a querer un trabajo para toda la vida. «Es un tema cultural que usted no lo cambia así de la noche a la mañana. Lleva décadas cambiarlo», afirmó el representante de Corfo. El experto en innovación relató que el secreto del éxito del ‘Valle del Silicio‘, incluye también los laboratorios para poder hacer prototipos, en los que se pueden probar los proyectos a bajo costo y, por supuesto, la industria de capital de riesgo, que no solo aporta capital sino también contactos y conocimiento.

    Para Bitran, resultó clave también el cambio en la legislación en EE.UU. de los años 80, que permitió proteger la propiedad intelectual y ayudó a que parte del beneficio de las investigaciones fuese a parar a manos de los profesores y a las universidades. «El conocimiento ya no era un bien público, se podía proteger, uno podía ganar dinero y efectivamente Stanford fue una universidad que con unos pocos proyectos ganó montones de dinero», explicó. Países como Chile han intentado replicar ese sistema.

    Lo que tiene que hacer el gobierno, según Bitran, es generar programas y políticas para apoyar el desarrollo de una industria privada de capital de riesgo.

    El gobierno puede también ayudar a identificar «con mucho cuidado» brechas en el «ecosistema de innovación» y diseñar políticas públicas para llenar esos huecos. Con ese fin, Chile planea seguir invirtiendo en investigación y capital humano y ayudar a mejorar las universidades, especialmente las escuelas de tecnología e ingeniería. Bitran reconoció que uno de los grandes problemas de Chile es que no existe equidad en el acceso a la educación, un problema que buscará solucionar el nuevo Gobierno.

    Innovar Plataforma con otros países. Britan se mostró interesado en crear una plataforma de innovación del Pacífico, que permita hacer y desarrollar proyectos conjuntos entre países como México, Colombia, Perú y Chile.

  • Italia manda en el ranking de los productores de vino

    El Mercurio de Chile Grupo de Diario América (GDA)

    Un aumento del 2% en la producción le permitió a Chile mantenerse como el sexto mayor productor de vino a escala mundial. De acuerdo con los resultados del ranking elaborado por la Organización Internacio­nal de la Viña y el Vino (OIV), el país produjo 12,8 millones de hectolitros durante el 2013. Dicha cantidad es superior en 300 000 hectolitros a los registrado el año previo (12,5 millones). Un dato es que Chile se posicionó por segundo año consecutivo en el sexto lugar.

    Este año, no obstante, hubo modificaciones importantes en el top ten. Es así como China -desplazado por Argentina de la quinta posición- retrocedió a la octava plaza, luego de que su producción cayera a 11,7 millones de hectolitros; el país trasandino produjo 14,9 millones (representó un alza del 27%).

    Italia se mantuvo a la cabeza mundial entre los productores, con 44,9 millones de hectolitros y un alza del 2%, aunque lo más llamativo del informe fue el segundo puesto que recayó este año en España. Este país adelantó a Francia, gracias a un fuerte incremento del 37% respecto del 2012, hasta 42,7 millones de hectolitros.

    El auge de España se relaciona con una vendimia récord (fueron 50,6 millones de hectolitros, si se suman al vino el jugo y el mosto), que tuvo como corolario la no vinificación de un volumen nunca alcanzado de 7,9 millones de hectolitros, frente a los 56 millones habitualmente, señaló la OIV.

    En Francia, en tanto, la producción registró un alza de 2%, a 42 millones. A mucha distancia del cuarto, con 22 millones (7%), se ubicó EE.UU.

    Tras Chile, Australia y China, quedaron Sudáfrica con casi 11 millones de hectolitros (4%); Alemania, con 8,3 millones (-8%); Portugal, con 6,7 millones (7%); Rumania, 4,3 millones (29%) y Grecia, 3,7 millones (19%).

    14,9 millones de hectolitros fue la producción argentina de vino el 2013.

  • Innovación y emprendimiento son ‘temas país’ para Chile

    Xavier Basantes Editor del Semanario LÍDERES

    Entrevista con Conrad Von Igel, exdirector Ejecutivo de InnovaChile de Corfo.

    La innovación y el desarrollo del emprendimiento son retos que no solo generan atención en Ecuador sino que se trata de un ámbito en el que otros países de la región también se preocupan. Uno de ellos es Chile. Conrad Von Igel comparte la experiencia en ese país. Él tiene previsto participar mañana en la Primera Cumbre de Educación, Tecnología, Innovación, Emprendimiento y Talento Humano organizado por la firma Seminarium.

    En resumen, ¿cuál es la experiencia de Chile en apoyar al emprendedor? ¿Cuáles son los resultados y cómo lo hicieron?
    Chile tiene una larga tradición de apoyo al emprendimiento y la innovación, comenzando con la tarea de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), hace más de una década. Ha tenido apoyo de todos los sectores políticos y ha tomado más fuerza con el pasar de los años, destacando sobre todo los últimos cuatro años con logros muy importantes en materia regulatoria, cultural y de proyectos específicos. Chile cuenta con un ecosistema diverso y relativamente maduro, siendo un claro polo de desarrollo en esta materia.

    ¿Cuáles son los principales programas?
    StartupChile es una iniciativa que surge en el 2010 desde el Ministerio de Economía y la Corfo, y que se posicionó como una de las iniciativas más innovadoras y audaces del ecosistema de emprendimiento mundial. Hoy un número importante de países, que incluyen a Noruega e Italia, han desarrollado programas similares. El programa busca atraer y retener a los mejores emprendedores para que desarrollen fases tempranas de sus emprendimientos desde Chile, y ayuden a generar emprendimientos exitosos desde Chile, transmitan su know-how al ecosistema local y contribuyan a fomentar una cultura pro emprendimiento.

    ¿Qué tipo de beneficios reciben?
    Los emprendedores de StartupChile (más de 300 al año), reciben USD 40k (equity-free) y una visa de trabajo por un año, y solo deben comprometerse a desarrollar sus proyectos por mínimo seis meses en Chile, además de transmitir sus experiencias y conocimiento al ecosistema local. Un buen ejemplo de la capacidad de atraer talento emprendedor y generar oportunidades y valor agregado en la región lo constituye Miguel Torres, un emprendedor ecuatoriano, quien desarrolla sus proyectos Escapeswithyou y Shippify.

    ¿Cuáles programas hay en innovación?
    El Centro de Innovación UC es una muestra palpable que la innovación y el emprendimiento se han convertido en temas país. Es una iniciativa que surge desde la Pontificia Universidad Católica de Chile y gracias al aporte del sector privado (Grupo Angelini) con alrededor de USD 18 millones, dando cuenta de la relevancia que adquiere la unión entre el potencial de las capacidades de investigación propias de la Universidad y el apoyo de la industria. En este contexto, el sector público también asume un rol protagónico, especialmente en términos de las condiciones que este debe generar para que la unión entre universidades y empresas se concrete en transferencia del conocimiento y se traduzca en el diseño y ejecución de iniciativas con alto impacto para el desarrollo económico y social.

    ¿El temor al fracaso es el primer obstáculo que los emprendedores latinoamericanos deben superar?
    El temor al fracaso es, sin dudas, un importante escollo a superar por los emprendedores latinoamericanos. Nuestras culturas tienden a privilegiar los caminos ‘seguros’ del empleo a jornada completa y en la mayoría de los casos el emprendimiento aún se da por necesidad o para facilitar el autoempleo.

    ¿Hay un castigo social que influye?
    Particularmente es difícil enfrentar el castigo social y muchas veces normativo a los emprendedores que fallan. Esto es contrario a lo que se observa en culturas como la anglosajona, donde existe una tendencia a valorar de manera importante la experiencia detrás de esos fallos, reconociendo que alimentan directamente las probabilidades de mayor éxito en un siguiente intento emprendedor.

    ¿Por qué es difícil consolidar ecosistemas emprendedores en nuestros países? ¿Quiénes son los responsables?
    La verdad es que son muy pocos los lugares en el mundo en que este ecosistema emprendedor funciona realmente bien. Y no es del todo obvio cuáles son los ingredientes necesarios y cómo combinarlos. En EE.UU., por ejemplo, son lugares como Silicon Valley, New York City y San Diego, pero no Los Ángeles o Miami, los que funcionan. En Alemania, hoy Berlín está resultando muy atractivo, pero no tanto así Hamburgo o Fráncfort.

    ¿El Estado tiene más responsabilidad?
    Muchas veces se cree que el Estado es el primer responsable, o que son las universidades las llamadas a tener un rol protagónico. Lo cierto es que no hay un solo factor determinante. Lo importante es que se generen reglas claras, simples y lo menos restrictivas posibles, para que los emprendedores puedan crear sus proyectos y empresas, y combinar eso con un ambiente diverso y creativo, en el que haya redes de apoyo, tanto técnicas como financieras. Se debe considerar también la relevancia que tienen los mercados locales o un acceso fácil a mercados externos. Es importante recordar que aunque el gobierno de un país provea todos estos ingredientes, no existe una receta que garantice resultados positivos en la elaboración del plato.

    ¿Cómo debieran involucrarse las universidades en la creación y apoyo hacia los nuevos emprendedores?
    Las universidades pueden involucrarse de múltiples formas. La primera es contar con una cultura y entorno que inspire la innovación y emprendimiento. Lo segundo, y muy en línea, es proveer una estructura formal de incentivos para que sus académicos y alumnos se interesen en la innovación y el emprendimiento, y lo consideren una opción competitiva a la investigación pura o el empleo tradicional, en el caso de los estudiantes.

    ¿Silicon Valley siempre será el modelo a seguir para el emprendedor en la región? ¿Por qué no se entusiasma con otros modelos de ciudades de ciencias como Tsukuba, en Japón?
    Creo que debemos extraer lo mejor de cualquier modelo y debemos recordar adaptar siempre todo a las realidades locales. Incluso me atrevería a decir que Silicon Valley ya no es necesariamente el mejor o único modelo para la región. Tanto Brasil como Chile ofrecen variantes interesantes en varios aspectos, a partir del desarrollo de un contexto que ha sido sostenible. Como mencioné, el desafío hoy es saber combinar ingredientes e ir adaptándose a los requerimientos de los emprendedores e innovadores. Así cobra sentido la capacidad de ir prototipando y pilotando iniciativas de diverso origen y otras originales, para luego quedarse con aquello que funcione mejor. A Silicon Valley, y cualquier otro polo de innovación y emprendimiento, es importante conectarse más que imitarlo o intentar alcanzarlo. Hoy, lo importante es ser parte de esa red, y cooperar más que competir. Es parte de una realidad en que el emprendimiento y la innovación están globalizados.

    UN VISTAZO A SU GESTIÓN EN APOYO AL DESARROLLO

    La formación. Obtuvo un Máster en Administración Pública en la Universidad de Columbia (Nueva York) y es Ingeniero Civil Industrial de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

    La experiencia. Fue Jefe de la División de Innovación del Ministerio de Economía. Se desempeña como Profesor Asistente de Emprendimiento e Innovación Social; también de Políticas Públicas, en el pre y posgrado de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

    LAS FRASES:

    ‘Me atrevería a decir que Silicon Valley  ya no es necesariamente el mejor o único modelo para la región. Tanto Brasil como Chile ofrecen variantes interesantes en varios aspectos’.

  • En la región, el gerente mejor remunerado trabaja en Chile

    Las diferencias salariales entre los gerentes y altos ejecutivos en Sudamérica no son altas. Eso sí, en Ecuador, el incremento de los salarios difiere ligeramente según la actividad o la ciudad donde operan las compañías.

    La Encuesta General de Remuneraciones 2014 de PwC, elaborada con datos de 280 compañías nacionales y multinacionales operando en Ecuador, se presentó el 21 de noviembre en Guayaquil y explicó con cifras esas diferencias.

    En el país, el incremento salarial, con datos hasta noviembre, fue del 5,03% en promedio. El aumento más elevado de los salarios se concretó en Guayaquil, con el 5,32%; en Quito, la elevación fue de 4,89%. Para el año próximo la proyección es que el aumento sea de 4,91%.

    El tamaño de las empresas no resultó un factor determinante en el incremento salarial. La encuesta elaborada por la consultora PwC Ecuador reveló que las empresas grandes (con ventas superiores a los USD 45 millones al año), subieron los salarios a sus empleados en un 5,09%, el mismo porcentaje en el que lo hicieron las empresas pequeñas (que tienen ventas de hasta USD 22 millones al año).

    Un dato que resultó trascendente es el porcentaje de incremento según la posición del empleado dentro de las firmas. Estas aumentaron más los sueldos a los empleados, en el nivel operativo.

    Así, el incremento en sus sueldos fue de un 5,56%, mientras que a nivel de empleados fue un 5,08%, y a nivel gerencial, el aumento fue del 4,84%.

    En Uruguay, un estudio similar de PwC estableció que un gerente general percibe un sueldo nominal promedio de USD 11 900, en tanto que un empleado dependiente gana en promedio USD 1 400. La encuesta realizada en Uruguay determinó que, con esa brecha salarial, el empleado necesitaba trabajar 1,02 días para equiparar el salario percibido por el ejecutivo mejor remunerado, por una hora de trabajo.

    En los países de Sudamérica, Chile es el que mejor paga a los altos ejecutivos, según un estudio elaborado con datos del 2013 por la consultora PageGroup.

    Esta firma consideró los salarios de los gerentes y altos ejecutivos en diferentes ramas de las actividades económicas, de Chile, Brasil, Argentina, México, Perú y Colombia. Según los resultados, mientras en Chile un gerente de ventas ganaba USD 24 000, en promedio; en Perú el salario más alto que se pagaba a un director del sector de la moda era USD 18 000. En Argentina el sueldo más alto, USD 22 000 mensuales en promedio, se paga en el sector de la banca, según el estudio.

  • Roberto Paiva: ‘La mejora tecnológica de las pymes es la estrategia de Chile’

    REDACCIÓN QUITO (I)

    La economía chilena atraviesa una desaceleración. Luego de crecer en un promedio de 5,8% entre el 2011 y 2012, solo avanzó un 4,1% durante el año pasado, según cifras del Banco Central de Chile. Para el cierre de este año, las previsiones tampoco son alentadoras: se espera llegar a promedios entre el 2,5 y el 3,5%.

    Esta nación, que ha sido modelo de crecimiento regional, busca las estrategias para repotenciar su producción y caminar a ritmos mayores. El Director de ProChile conversó con LÍDERES sobre las medidas que toma ese país para mejorar sus cifras.

    ¿Cómo describe actualmente a la economía de su país, que ha sido un modelo en la región?

    A nosotros no nos gusta la palabra modelo. Nosotros creemos que es un ejemplo cuando los países crecen, pero los países crecen por muchas vías y alternativas. Lo que Chile ha hecho es parte de su historia y no es un modelo a copiar. Lo que nosotros creemos es que el mundo emergente se ha desacelerado. Economías como la china, la brasileña, la peruana están creciendo menos; entonces, eso hace que Chile se desacelere también. No nos olvidemos que más de un tercio de lo que Chile produce se vende al extranjero. Entonces, no podemos no desacelerarnos, porque el mundo se está desacelerando.

    ¿Cuándo comenzó esa desaceleración?

    Son ciclos. En el caso de Chile hay ciclos de inversión minera que se produjeron por un alza del precio del cobre en los mercados y con las esperanzas de que su precio subiera más, se invirtió mucho en minería y eso produjo una aceleración económica. Sumado eso al terremoto que ocurrió hace unos años (en el 2010), no es que los terremotos sean deseables, pero hizo que el Estado gastase más plata en obras civiles. También, la crisis del 2008 y 2009 en el mundo, hizo que el Estado soltara las restricciones del gasto fiscal y aceleramos la economía. El gasto fiscal y la cantidad de dinero crecieron de forma sustantiva, logramos que la economía creciese, pero eso no es infinito.

    ¿Cuáles son las acciones que realiza el Gobierno para crecer a ritmos mayores?

    En el caso chileno, la respuesta que ha tenido el Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet es la Agenda Nacional de Productividad, Innovación y Crecimiento. Lo que quiere hacer este Gobierno es reaccionar frente a esa desaceleración, introduciendo mejoras tecnológicas en las pymes. Hay un programa que implica financiamiento y apoyo, esa es una de las formas que tenemos cómo reaccionar. Y la otra es la reforma educacional que atraviesa el país.

    ¿En qué sectores se está tratando de innovar y cómo se lo está ejecutando?

    Chile es un país que no cree mucho en la división sectorial y tratamos de ver a los sectores productivos como un todo. Lo que nosotros afirmamos, lo que dicen los números, es que la productividad de todas las pequeñas y medianas empresas (pymes) ha bajado en los últimos seis, ocho años; tenemos problemas en productividad.

    ¿Algunas en específico?

    No, todas. Tenemos el dato promedio. Eso significa que con el stock de trabajo que tenemos producimos menos de lo que deberíamos producir. La única forma de que el país pase a otro estado del desarrollo es mejorar la productividad. Para eso vamos a tener programas transversales, transectoriales. Queremos mejorar la productividad de todas las pymes. Ahí creemos que los proveedores de la minería, los proveedores acuícolas, la industria de la madera, los proveedores de la agricultura pueden, con más rapidez, recuperar la productividad o la mejora de la tasa de la productividad.

    ¿Qué acciones debe hacer el Estado para que se estimule la competitividad en las pymes?

    Capacitación. Nosotros estamos creando un programa que se llama 123 exportar. Hay que explicarle a las pymes que tienen que exportar, por qué tienen que exportar y cómo tienen que exportar. Hay que ayudarles a establecer estándares técnicos. Los mercados externos no son fáciles, hay que cumplir ciertas normas, ciertos reglamentos técnicos. Tenemos que enseñarles cuáles son esos requisitos que exigen los mercados externos.

    ¿En qué porcentaje ha bajado la productividad de las pymes?

    No tengo ahora el número en mi cabeza. Pero la productividad física de los actores productivos ha ido decreciendo.

    Entre las metas de las pymes está la conquista de nuevos mercados. ¿Cómo le ha ido a Chile en materia de acuerdos comerciales?

    Los acuerdos comerciales han sido nuestro gran activo para las aperturas de mercado. Nosotros reivindicamos los acuerdos comerciales, tenemos 21 acuerdos comerciales con más de 60 países. Sin embargo, tenemos números bonitos y números feos. Los acuerdos comerciales solos no hacen nada, tienen que estar acompañados de un Estado que favorezca la iniciativa privada. Hemos logrado exportar y nos ha ido bien. Pero ahí vienen los números feos, todavía tenemos un patrón de exportaciones muy concentrado: 490 empresas concentran el 98% de lo que exporta Chile. Mientras que de las 197 000 pymes solo 3 600 exportan.

    ¿Cuáles son los mercados por conquistar?

    Creemos que en América Latina hay mucho por conquistar. Pero nosotros miramos el mundo, queremos negociar un acuerdo comercial con Indonesia. En Rusia, que está tan de moda ahora, tuvimos una delegación visitando ese país en junio y es un mercado que se va a explotar. Con África no se tiene ningún acuerdo. Vamos a abrir una oficina comercial con la Alianza del Pacífico en Marruecos, nuestra Presidenta acaba de estar en Sudáfrica.

    ¿Cómo se analiza al mercado ecuatoriano para los productos chilenos?

    Es una oportunidad extraordinaria. Ecuador está en una senda económica muy bonita. Lo que uno ve es un país funcionando con plenas capacidades. Lo que nosotros queremos hacer es juntar a los empresarios chilenos con los ecuatorianos y que ellos decidan dónde hacer negocios. Hay una experiencia bonita en Ecuador, hay empresarios chilenos que se han instalado acá, hay un nexo que se debe aprovechar para que hagan negocios.

    ¿QUIÉN ES?

    La formación. Ingeniero comercial con mención en Economía de la Universidad de Chile y máster en Economía Internacional, con estudios de doctorado de la Universidad de Grenoble II, Francia.

    La experiencia. Jefe de la Misión de Chile ante la Comisión Europea (2001-03); entre otros cargos.