Etiqueta: chocolates

  • Una tienda virtual que se especializa en chocolates

    Cristina Marquez

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    El atractivo visual y los innovadores empaques de los bombones, caramelos, conservas y cremas de chocolate que se elaboran en Fela Handycraft los vuelven ideales para obsequiar en ocasiones especiales. Los productos se venden en una tienda virtual que tiene su base en Riobamba.

    Alejandra Fraga y su esposo Rafael Ortega son chefs y propietarios del emprendimiento, que se inició en septiembre del 2015. A ellos los unió su amor por la gastronomía y la idea de crear sabores nuevos, atractivos al paladar y a la vista.

    Así surgió Fela Handycraft, una microempresa que ofrece golosinas que al mismo tiempo prometen lucir como esculturas de arte plástico. La combinación de colores y formas poco usuales es una de las características.

    Todos los productos se promueven y comercializan a través de las redes sociales de la marca, y se entregan bajo pedido. Los clientes no solo pueden elegir los sabores, sino que también pueden personalizar los productos y empaques.“Nuestros productos se modifican acorde al gusto del cliente”, explica Ortega.

    Unos bombones de sake y wasabi que se crearon para un restaurante japonés, son un ejemplo del concepto personalizado de la empresa. Además, los chocolates se pintan a mano y las cajas de madera y terciopelo pueden incluir los logotipos y colores de instituciones o nombres de personas.

    De hecho, esos bombones personalizados son el producto estrella. Los rellenos siempre varían en el menú, pero los más solicitados son los de babaco y hierbabuena, miel y jengibre, pájaro azul, reducción de frutos rojos, frutas amazónicas y otras combinaciones.

    Los bombones se hacen con chocolate fino adquirido a los productores amazónicos, y cuestan entre USD 0,75 y 1. Para comprarlos, hay que ordenarlos con tres días de anticipación.
    “No vendemos solo dulces, sino regalos. Por eso cuidamos todos los detalles de la presentación y el empaque”, cuenta Ortega.

    Cuando la micro se inició, la pareja ofrecía caramelos duros y blandos de sabores originales. La idea era crear esculturas de caramelo que atrajeran por su colorido y vistosidad, así que empezaron a experimentar en su cocina.

    Sus primeras experiencias en la preparación de dulces les inspiró a nombrar su emprendimiento Fela Cuisine Lab, pues los sabores más solicitados del menú surgieron tras varios experimentos.

    Sus creaciones incluso se expusieron en el Mundial de Artes Dulces, en Francia. Allí, Rafael Ortega no sólo mostró las excelentes cualidades del chocolate ecuatoriano, sino que también aprendió técnicas novedosas que hoy se aplican a sus productos.

    “Lo que me gusta de los productos de Fela, es que son únicos, no he visto nada similar en el mercado”, cuenta Rafael Garantón, uno de los clientes del negocio.

    Las cremas de chocolate para untar son otro producto solicitado por la clientela de Fela. Hay combinaciones con naranjilla amazónica y otras frutas exóticas. Cuestan entre USD 4,50 y 5.
    “Las cremas son nuestros favoritos. Es una forma ideal de degustar el chocolate”, cuenta Estrella Buenaño, otra clienta.

    Respaldar a otros negocios pequeños y a los productores agrícolas es parte del concepto empresarial. Todas las materias primas que se compran en ferias de economía popular y solidaria, como la que organiza la Diócesis de Riobamba cada viernes.

    “La única forma de crecer es respaldando a otros negocios pequeños”, cuenta Fraga.
    La meta es crecer en tamaño, pero conservar la manufactura artesanal. Este año publicarán una página web de ventas con nuevos productos. A mediano plazo esperan inaugurar su primera tienda física en Riobamba.

    Rafael Ortega y Alejandra Fraga elaboran chocolates y caramelos que se entregan en innovadores empaques.Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Rafael Ortega y Alejandra Fraga elaboran chocolates y caramelos que se entregan en innovadores empaques.Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Tres marcas nacionales de chocolates llegan al Reino Unido

    Redacción Quito

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    Tres nuevas marcas de chocolate ecuatoriano llegan al mercado británico. Minka, Conexión y Villakuyaya serán los productos que desde este mes se ofrecen en la plataforma virtual ‘Librería de chocolate’, de la firma británica Cocoa Runners.

    Un comunicado de ProEcuador explica que el contacto con la firma se dio en el marco de “Aromas del Ecuador 2016”, rueda de negocios especializada en el sector de café, cacao y chocolate organizada por la entidad estatal.

    Para Jorge Martínez, gerente de Minka, el origen el cacao, es una de las principales características que los compradores destacan de su producto. Esta marca ya se comercializa en EE.UU., Francia, Corea del Sur y Reino Unido.

    Martínez afirma que su marca se caracteriza por mostrar su origen con mucha precisión, “no refiriéndonos a una región o provincia, sino puntualmente a las fincas donde se produce el cacao con que se elabora Minka y que a nuestros clientes les gusta”.

    Elizabeth Cuddy, representante de la importadora Cocoa Runners, resalta que el exitoso seguimiento realizado con productores de cacao en Ecuador, le han permitido entender el procesamiento del cacao, en particular su fermentación, para seguir incorporando un mayor volumen de chocolate ecuatoriano a su tienda virtual. Allí ya se exhiben las marcas Pacari y Montecristi.

    A través de la plataforma en línea se ofrecen chocolates “bean to bar”, que es un tipo de producto elaborado por chocolateros involucrados en toda la cadena de valor, explica Cuddy.

    Según cifras del Banco Central del Ecuador y manejadas por ProEcuador, en los últimos cinco años, la tasa de crecimiento anual de las exportaciones de chocolate ecuatoriano al mercado británico es del 92,1%. Este incremento de envíos es un logro importante para la consolidación de las exportaciones del sector hacia ese destino, según Silvana Vallejo, directora ejecutiva de ProEcuador.

    Minka es una marca de chocolates ecuatorianos que se comercializa en EE.UU., Francia, Corea del Sur y Reino Unido. Foto: Foto: archivo / LÍDERES
    Minka es una marca de chocolates ecuatorianos que se comercializa en EE.UU., Francia, Corea del Sur y Reino Unido. Foto: Foto: Archivo / LÍDERES
  • La innovación llegó a este negocio de chocolates

    Redacción quito (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    El olor característico a chocolate llama al olfato. Tres mujeres con una indumentaria industrial preparan chocolates negros y blancos, con diseños variados.

    Ese es el movimiento que se observa en el taller de Choco Chocolatier, una microempresa con 11 años en el mercado y que este año desarrolló un nuevo producto pensado para el Día de la Madre, el chocolate ‘Gracia’.

    Su fundadora, María Gracia Hernández, también participa del proceso. Ella se encarga, entre otras tareas, de darle un toque elegante a las cajas que se acomodan en el centro de operaciones de este emprendimiento.

    Hernández comenta que ‘Gracia’ es una propuesta distinta. “Una caja variada, elegante, con sabores surtidos para entregar en una fecha especial”.

    Los chocolates están rellenos de sabores a frutas tropicales y licor. Chocolate negro, chocolate blanco, limón, maracuyá, ron pasas, manjar, amaretto y whisky son algunas de las propuestas.

    ‘Gracia’ se distribuye en dos presentaciones. Una caja de 10 chocolates con sabores surtidos, que estará en las perchas antes de conmemorar el Día de la Madre. Este producto saldrá con un valor de USD 10 al público. Mientras que la segunda opción es una caja de 20 chocolates a la venta en USD 16.

    La creadora de Choco Chocolatier cuenta que Supermaxi le hizo un pedido de 40 000 chocolates con el fin de ofertar a sus clientes. Esto significa alrededor de 2 500 cajas entre grandes y pequeñas.

    Choco Chocolatier ofrece otras presentaciones de chocolates: las de 36 chocolates; de 16 bombones; y, las de nueve chocolates.

    En Fybeca, Hernández codificó la caja ‘Gracia’. La emprendedora entregó 1 500 cajas de chocolates de nueve bombones cada una.

    Esta emprendedora quiteña detalla que los chocolates son productos artesanales, hecho ‘a pulso’, elaborados por cinco mujeres. Un hombre también colabora en el empaque dentro del grupo.

    Sus clientes se fijan en Choco Chocolatier por la calidad. Carmen Serrano, de 70 años, cuenta que ella prefiere el de café. “Soy fiel consumidora de Choco Chocolatier. Sé que cuando compro para obsequio, quedaré muy bien porque es un producto fino”.

    Sally Stoyell es una estadounidense que prefiere esta marca. “Los chocolates de ‘Tachi’ son los mejores chocolates que he probado en Ecuador”, enfatiza.

    Hernández agrega que una estrategia ‘clave’ es la capacitación. Del 19 al 22 de abril, por ejemplo, asistió a un curso en México sobre tecnología del chocolate. “La idea es nunca parar. Cubrir todos los frentes: desde el empaque hasta la cinta que cierra la caja”.

    A lo largo de su carrera empresarial, esta emprendedora ha asistido a cursos de chocolatería en Venezuela, México, Bélgica, EE.UU. y dentro del país.

    Emprendimiento
    ​Inicios

    Choco Chocolatier inició en 2005. María Gracia Hernández, conocida como ‘Tachi’, emprendió este proyecto junto con su esposo Diego Lavalle.

    Inversión inicial  
    El taller de chocolatería inició con un rubro de USD 100 000.

    Facturación actual
    Un promedio mensual de USD 6 000.

    Inversión
    María Gracia Hernández ha invertido USD 10 000 para la producción, presentación y distribución de los chocolates ‘Gracia’.

    María Gracia Hernández, conocida como ‘Tachi’, emprende la nueva presentación de chocolates ‘Gracia’. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    María Gracia Hernández, conocida como ‘Tachi’, emprende la nueva presentación de chocolates ‘Gracia’. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Mars retira sus chocolates de 55 países tras hallarse un trozo de plástico en una barrita

    Agencia EFE

    El gigante estadounidense de la alimentación Mars ha retirado del mercado en 55 países productos de varias de sus marcas después de que una cliente en Alemania hallara un trozo de plástico en una barrita de chocolate, un error que tiene su origen en una fábrica de Holanda.

    La multinacional teme que haya riesgo de asfixia, por lo que decidió de manera voluntaria retirar los productos de las marcas Mars, Snickers, algunos de Milky Way y los Mini Mix Celebrations con fechas de caducidad que comprenden el período del 19 de junio de 2016 al 8 de enero de 2017, informó la agencia holandesa ANP.

    Los consumidores pueden devolver los productos a cambio de un reembolso hasta el próximo 31 de marzo.

    La página web de la compañía se ha caído en varios países y las líneas de teléfono de la atención al cliente se han llegado a saturar, según dijo a Efe una empleada de la fábrica de Veghel, en la provincia de Brabante Septentrional.

    Los dulces afectados fueron fabricados todos, según ANP y un portavoz de la sede alemana de Mars en Viersen (este), en la planta holandesa de Veghel.

    El trozo de plástico hallado por la cliente mide alrededor de medio centímetro, indicó el portavoz en Alemania, quien agregó que la «retirada voluntaria» de productos de estas marcas responde a la responsabilidad que tiene el consorcio de cara a sus clientes.

    «Temíamos que posiblemente pudiera existir riesgo de asfixia», explicó el consorcio, que de manera consciente ha incluido en su medida un período largo de producción, con el fin de garantizar que todos los productos que pudieran estar afectados queden fuera del mercado, subrayó.

    Otros productos del fabricante, como M&M, Balisto y Twix no se han visto afectados, precisó la empresa.

    El consorcio, que ha pedido disculpas a los consumidores, está investigando ahora cómo llegó el trozo de plástico a la barrita de chocolate, agregó el portavoz.

    Por el momento, Mars no ha podido dar cifras concretas sobre los productos afectados, pues en estos momentos se está analizando todavía qué cantidades han sido exportadas y a dónde.

    Se trata de la primera vez que Mars tiene que retirar productos de la fábrica holandesa, que está trabajando de cerca con los distribuidores minoristas para quitar cuanto antes de los comercios las chocolatinas afectadas.

    Según datos de la empresa en Alemania, los productos afectados de la marca Milky Way se limitan a los de las líneas Milky Way Mini y Miniatures; en el caso de Celebrations, diversos envases, como la caja de bombones, la lata de metal y el huevo de pascua.

    En Holanda se ha ordenado la retirada de unos 4 millones de productos, y también Mars Bélgica ha decidido sacar del mercado belga y luxemburgués miles de barritas de chocolate.
    De acuerdo con la Agencia Belga, en Europa además de Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Alemania, se ven afectados por la retirada Francia, el Reino Unido, Italia y España.

    Mars no ha actuado por orden de las autoridades, pero tiene la obligación legal de retirar los productos afectados, subrayó por su parte un portavoz del Ministerio de Consumo del estado federado de Renania del Norte-Wesfalia, donde se encuentra la sede de Mars en Alemania.

    Mars chocolate
    Mars. Imagen: http://www.exotic-chocolates.com
  • Khipus oferta 40 variedades de chocolates en La Ronda

    Alberto Araujo. Redactor (I)

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    La calle Juan de Dios Morales, mejor conocida como calle De La Ronda, acoge un emprendimiento que va a cumplir 30 años. Conocido también como el local del chocolate y la artesanía, el “choco” Café Khipus alberga cerca de 40 variedades de chocolates artesanales, con rellenos y sabores que van desde la maracuyá hasta el licor Pájaro Azul.

    Pero no solo lucen los bombones y las trufas detrás de las vitrinas o guardados al interior de altos frascos ocres, como de farmacia antigua; también en el lugar se exhiben pequeñas figuras de perros, gatos, tortugas y hasta gallos de tamaño natural, también de chocolate.

    Este negocio no nació precisamente en Quito, sino en Filadelfia, Estados Unidos. Su propietaria Ruth Carvajal cuenta que el emprendimiento se fundó con el nombre de Folklore Ecuador allá por el año de 1986.

    Ruth había viajado con sus dos hijas y su marido a la Unión Americana, porque este último ganó una beca para estudiar un PhD en ingeniería eléctrica en ese país.

    Sin embargo, el dinero de la beca para su esposo se había retrasado cerca de dos meses y a la familia se le estaban agotando los ahorros para subsistir. Es así que Ruth alquiló un pequeño espacio en un centro de convenciones muy conocido de la ciudad y comenzó con la venta de artesanías y ropa, con tejidos típicos para ayudar a la economía del hogar. Con ese negocio permaneció durante cerca de 15 años.

    Hacia el 2001 y luego de vencer dos cánceres de mama en Estados Unidos, Ruth Carvajal decidió regresar al Ecuador. Con los ahorros que acumuló en el exterior, buscó donde establecer una réplica de su negocio de artesanías en Quito.

    Es así que identificó un espacio en una casa antigua de La Ronda, en el centro de la capital, sector que el Municipio comenzaba a recuperar. Allí estableció nuevamente una tienda de artesanías.

    Ruth, sin embargo, se fijó que la mayoría de visitantes de la zona buscaba consumir en los negocios el típico canelazo. De ahí, le surgió la idea de vender chocolates artesanales con rellenos con sabor a licores ecuatorianos tradicionales.

    Contrató entonces chocolateros artesanos en su natal Guaranda que hasta ahora preparan chocolates con relleno de licores como el Pájaro Azul, la caña Manabita, el Cantaclaro, la Piña Colada y el Baileys. No faltan los sabores tradicionales como la avellana, los frutos rojos, el limón, el coco u otros más exóticos, como la hierba Luisa y el ají. Son cerca de 40 variedades que se exhiben en Khipus, todos elaborados en Ecuador y con cacao ecuatoriano.

    El negocio además se volvió también una cafetería que sirve el típico chocolate caliente con queso, pero también bebidas alternativas como el chocolate con leche deslactosada.

    El local, no obstante, nunca dejó de lado la venta de artesanías. El visitante puede contemplar y adquirir figuras de masapán, caretas, sombreros, adornos y pinturas del folclore ecuatoriano. Y puede disfrutar del chocolate sentado en pequeñas sillas de madera, tradición antigua de hacienda, alrededor de una batea para amasar pan adaptada como mesa, mientras contempla por la ventana el ocaso quiteño.

  • En el mercado de los EE.UU. se disfrutan los chocolates de El Quetzal de Mindo

    Carolina Enríquez / Redacción Quito

    Cuando José Meza y Barbara Wilson, propietarios de la hostería El Quetzal de Mindo, comenzaron hace cinco años a preparar brownies para sus huéspedes, tenían problemas para encontrar chocolate de calidad.

    Como surgió esa necesidad se les ocurrió la idea de preparar su propio producto, con base en cacao fino de aroma. El primer paso fue buscar productores en la zona del noroccidente de Pichincha, en la misma área en la que está ubicada la hostería (en el poblado de Mindo).

    Empezamos con dos en Puerto Quito. Ahora son 54 y forman la Asociación Nueva Esperanza. Les pagamos mejor que en el mercado común”, dice Meza.

    Esto lo confirma Bolívar Monserrat, representante de relaciones comerciales de Nueva Esperanza. Él explicó que en el mercado corriente les pagan USD 80 (en promedio) por un quintal de cacao en baba, mientras que Meza, USD 210.

    La razón la atribuye a la calidad de su producto, que es cosechado de forma estrictamente orgánica (sin químicos).

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    El Quetzal de Mindo les compra 500 libras de cacao en baba a la semana, aunque cuando sube la demanda pueden adquirir tres veces esa cantidad, cada siete días. Ese producto se fermenta, se seca y se muele, y de eso se obtienen una especie de grajeas de cacao llamadas nibs. De estas, una parte se comercializa en la tienda (para añadir en ensaladas, elaborar galletas, diluir en leche, etc.).

    Sin embargo, desde el 2009 este producto, junto a almendras de cacao, también se exporta a EE.UU. Todo llega a una fábrica que la familia Meza Wilson montó en Michigan, para la producción de chocolates de forma artesanal.

    “Enviamos tres toneladas de nibs en un año, con un valor sobre USD 21 000 en exportación. Allá hacemos chocolate en polvo y manteca. Elaboramos, además, barras de chocolate. Durante el 2012 comercializamos en EE.UU. un total de USD 100 000 en productos, lo que representa un crecimiento del 40% de las ventas con relación al año anterior a ese”, comenta Barbara Wilson.

    Las barras, con sabor a cereza, canela, jengibre, ají, etc., tienen precios de USD 2,75, 5 y 7,50, y se venden de forma directa a clientes específicos, en eventos y en mercados abiertos. La marca bajo la cual se comercializan se llama Mindo. Esta se ha vuelto reconocida en EE.UU., y lo mismo ha sucedido con las exportaciones de los productos de El Quetzal.

    En Canadá ya se escucha hablar de ellos y un comprador tiene interés en 750 kg de nibs. También hay interés de comerciantes chilenos. “Esta demanda se despierta por la calidad de los productos hechos con cacao fino de aroma. Este da al chocolate, por ejemplo, mayor intensidad en el sabor, un color más oscuro y un aroma penetrante”, dice Ana Pérez, chef profesional.

    El chocolate de El Quetzal también se comercializa en la hostería junto con pasta y miel de cacao y de jengibre.

    Los colaboradores

    10 personas trabajan en El Quetzal de Mindo.  Cocinan, administran, se encargan del proceso productivo del cacao y chocolate, etc.

    En la fábrica de EE.UU. laboran cinco personas.  Ellos se encargan de la elaboración de barras de chocolate.

  • Chocolates, flores y frutas traen réditos a dos hermanas

    Redacción Loja

    Facturar hasta USD 3 000 en un día con arreglos de flores, chocolates y frutas parecería imposible. Sin embargo Verónica Abad, lojana de 31 años, lo logró con su pequeña empresa de arreglos y tarjetería para fechas especiales.

    La cifra de esta facturación la alcanzó en mayo pasado. Cuando realizó trabajos de estos detalles, por el Día de la Madre, para empresas como el Banco de Loja, Cooperativa de Ahorro y Crédito Copmego, Banco Pichincha, así como por ventas a personas particulares.

    El costo mínimo de cada arreglo es de USD 20 y el máximo de USD 80, dependiendo de las exigencias del cliente. También realizan servicio a domicilio. Abad califica a su éxito como un sueño hecho realidad. Su microempresa la inició desde su casa y sin capital, hace seis años, en el 2007.

    Ella cuenta que el brazo derecho de su negocio es su hermana menor Silvana, de 23 años. La estrategia de su negocio pasa por realizar creaciones inéditas, mantener una publicidad cara a cara, es decir que el producto sea ofrecido personalmente y recomendando por los clientes que ya conocen la oferta.

    Las creaciones manuales son el punto fuerte de esta mujer emprendedora. Desde su adolescencia le llamó la atención crear, por eso decidió estudiar Diseño de Interiores en la Universidad Nacional de Loja. En la actualidad estudia Economía en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).

    Su emprendimiento, llamado VerArte, estuvo en planes durante algunos años, pero se cristalizó en noviembre del 2012. Para implementarlo accedió a un crédito de USD 5 000 financiado por el Banco de Loja. El dinero lo invirtió en adecuar la estantería de madera y adquirir materia prima para sus trabajos.

    Hoy, la meta de Abad es abrir un almacén grande y fomentar fuentes de trabajo a más jóvenes que tienen la pasión del arte de crear cosas diferentes.

    Para Miguel Peñarreta, director de la escuela de Banca y Finanzas de la UTPL, la idea de negocio de Verónica Abad está cimentada en lo nuevo y a la vez tradicional. Además, las estrategias de mercado se han consolidado por el volumen de venta que ha alcanzado.

    Una de sus clientes es Gabriela Valdez quien compra los productos de VerArte para sus seres queridos. Además, cuenta que en ocasiones estos arreglos los ha enviado a conocidos en Estados Unidos.

    Los diseños de arreglos florales, frutas y chocolates de esta microempresa han sido distribuidos en los 16 cantones de la provincia de Loja, y en ciudades como Cuenca, Guayaquil, Quito, Ambato, entre otras.

    Sobre el negocio
    Lo más pedido.  Los diseños más vendidos son los desayunos Amorosos para cumpleaños y aniversarios.

    Las ventas.  La facturación diaria de VerArte, en días no festivos, es de USD 100, en promedio.

    LA CIFRA
    USD 5 000 obtuvo en un crédito para montar el negocio

  • Los chocolates de Pacari acumulan más premios

    Pacari obtuvo 14 nuevos reconocimientos en la Final Mundial del International Chocolate Awards, señaló la empresa ecuatoriana en un comunicado difundido la semana pasada.

    El evento se llevó a cabo en Londres, Reino Unido, del 4 al 6 de noviembre 2014, y juzgó alrededor de 950 productos de los finalistas de instancias previas del certamen. La ecuatoriana Pacari ganó 19 premios el pasado 18 de octubre en la denominada Ronda de las Américas.

    De ese total de premios, 14 fueron ratificados en la última instancia del conocido Mundial del Chocolate, «siendo la marca con mayor número de productos reconocidos en este año en el certamen», añadió la compañía. Desde el 2012 Pacari ha recibido 79 premios.

    Santiago Peralta y Carla Barbotó, fundadores de la empresa, señalaron que estos reconocimientos, además de confirmar la calidad del cacao y otros productos ecuatorianos y latinoamericanos orgánicos, ratifican la capacidad innovadora que existe en el Ecuador para generar productos de calidad internacional.

    «Este es un premio para el Ecuador», dijo Peralta en un comunicado. Además comentó que el premio reconoce a los agricultores que son parte de la cadena de valor de Pacari.

    Los International Chocolate Awards están organizados para reconocer la excelencia del chocolate fino de calidad alrededor del mundo. Los premios son designados para reflejar los sabores internacionales y celebrar y reconocer compañías artesanales tradicionales como también alentar a nuevos productores alrededor del mundo.

    El panel de jueces estuvo compuesto por expertos, periodistas gastronómicos, blogeros, chefs, sommeliers y pasteleros de distintos países.

  • Piedad Rivera, Milán activa su vena empresarial

    Pedro Maldonado Ordóñez (I) Redacción Quito / LÍDERES

    Hace 14 años viajó a Italia. No lo hizo por necesidad, a pesar de que en el 2000 Ecuador vivía una severa crisis económica y social.

    Simplemente decidió salir del Ecuador, porque tenía ganas de probar suerte en otros países. Piedad Rivera, conocida como Pía, nació en Morona Santiago, pero se radicó en Cuenca desde su niñez. En la capital azuaya se formó y terminó su carrera de administración de empresas en la Universidad del Azuay.

    Ahora en Milán, una de las ciudades íconos de la moda y el lujo europeo, maneja la empresa Joyflor, una importadora de flores que facturó algo más de dos millones de euros (cerca de USD 3,2 millones), el año pasado.

    En Cuenca, Rivera trabajó durante ocho años en la empresa floricultora Malima. Allí hizo de todo, desde revisar los fax que llegaban hasta administrar plantas de flores. «Ascendí en la empresa, mis jefes valoraban mi trabajo, pero llegué a un techo profesional y siempre había tenido ganas de salir del Ecuador», cuenta con un leve acento italiano en una entrevista realizada vía Skype.

    María Antonieta Puyol, excompañera de universidad y de oficina en Malima, recuerda a Rivera con mucho afecto. En la época de las aulas universitaria Rivera era una estudiante dedicada, «era el tractor que me empujaba a mí y a otros compañeros».

    Puyol añade que su amiga es una mujer muy luchadora que no huye de ningún desafío. También, recuerda que Rivera aprendió mucho en Malima, en especial en temas de exportaciones y cosechas. «Ahora hablamos con frecuencia, estuve en su boda que fue en Uzhupud (al este de Cuenca). La considero como un miembro más de mi familia».

    El primer destino que Rivera tenía en mente era Miami, pero no lo pudo concretar porque no recibió la visa. «Me quedé, como dicen en mi tierra, con los churos hechos», comenta entre risas.

    Para entonces ya había renunciado a su puesto en Malima. Se animó a escribirle a Florimex, un cliente de la empresa cuencana con una idea: presentarse y ponerse a las órdenes. Tomó un vuelo a Italia, se entrevistó con uno de los ejecutivos de esta desaparecida multinacional y, para su sorpresa, fue contratada.

    Rivera recuerda que no sabía italiano. Pensaba que era una lengua parecida al castellano, pero ya en el vuelo hacia el país europeo vio lo complicado que resultaba leerlo y escucharlo. Tampoco se desanimó y empezó una nueva aventura.

    En Florimex sus tareas fueron diversas. Fue la encargada de mejorar los sistemas de control de calidad de las flores que llegaban desde distintos países del planeta. Asimismo, colaboró para mejorar los sistemas de distribución, la organización de los envíos a supermercados, así como en el área de comercio exterior. Rivera admite que los ocho años en Malima fueron un respaldo enorme para cumplir las funciones que le delegaban en Florimex.

    En la firma italiana estuvo dos años y medio. ‘Pía’ pensaba en regresar a Ecuador e intentar nuevamente trabajar en EE.UU. Pero sus planes cambiaron cuando conoció al italiano que hoy es su esposo. «Por casualidad tuve que atender el teléfono de un compañero de trabajo. Hablamos unos minutos, a los pocos días nos conocimos personalmente, nos enamoramos y nos casamos».

    Con el matrimonio llegaron nuevos desafíos. Rivera renunció a Florimex, viajó a Ecuador con su esposo y, en otro giro del destino se encontró con Juan Carlos Cevallos, un proveedor de flores ecuatoriano, que le planteó un reto: «¿Por qué no te dedicas a importar flores por tu cuenta? Ya tienes experiencia en el negocio», fueron las palabras.

    Cevallos, representante de la firma Galápagos Flores, con plantaciones en Tabacundo (norte de Pichincha) recuerda el desafío que le transmitió a Rivera. «La conozco desde hace unos 20 años y sé que tenía y tiene el potencial para el comercio». Cevallos la describe como una mujer dedicada, muy profesional y con mucho sentido del humor, «lo que es importante para los negocios».

    Rivera tuvo dudas. No tenía capital, ni sabía por dónde empezar. Pero Cevallos insistió y le dijo que cuando hay ideas y personas con capacidades, el dinero termina siendo secundario.

    Era mediados del 2002 y para octubre de ese mismo año, Rivera inscribía ante las autoridades italianas su primera empresa Rivaimportexpor.

    Empezó a buscar proveedores, fincas en Ecuador, empresas de carga… Las importaciones iniciales eran de rosas y gypsoifilias, en su mayoría.

    Como todo emprendimiento, los primeros negocios fueron difíciles, con envíos que llegaban incompletos, entre otros inconvenientes. «Pero seguí adelante y en el 2003 facturé unos 200 000 euros» (USD 256 000).

    El emprendimiento creció y se convirtió en sociedad limitada. Así nació lo que hoy es la importadora Joyflor, empresa que tiene seis empleados, más un grupo de colaboradores externos. «Importamos y vendemos a mayoristas».

    El 80% de las flores viene desde Ecuador. El 20% restante llega de países como Tailandia, Israel y otros. Diego Ucrós, gerente de Emihana, una de las empresas que provee de rosas blancas y rojas a Joyflor desde hace siete años, comenta que Rivera es una persona con una persistencia y optimismo. «Es una trabajadora incansable, que ha sabido combinar su vida profesional con su vida familiar. Realmente creo que es ejemplo de lo que se puede lograr cuando se trabaja para un objetivo determinado».

    Rivera es consciente que Italia continúa en crisis económica y que el negocio de las flores puede enfrentar tiempos difíciles en el futuro. Por eso, desde hace tres años, también es distribuidora de los chocolates Pacari. Santiago Peralta, fundador de la empresa, recuerda que conoció a ‘Pía’ hace unos tres años en una feria internacional de productos ecuatorianos. «Con su experiencia en el mercado europeo se le ha hecho fácil posicionar a Pacari. Es una de las mejores distribuidoras que tenemos en Europa». Así, Rivera continúa pensando y haciendo negocios en Milán, Italia.

    Formación profesional en gestión de empresas

    Formación.  Estudió Administración de Empresas en la Universidad del Azuay.

    Su familia. Tiene dos hijos. Su esposo es italiano y administra un negocio propio.

    Sus principios. Se define como una mujer luchadora, honesta, a la que no le gusta pelearse con nadie. Tiene 43 años.

    «Miro el futuro siempre y tengo miles de proyectos e ideas en la cabeza. No pienso a dónde llegaré, no se si eso es un defecto o una virtud».