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  • Una marca que se suma a la economía circular

    Redacción Quito  (I)

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    La baja en contaminación ambiental que se evidenció a raíz del confinamiento por la pandemia del covid-19 impulsó a la empresa Perla Organic Chocolate, a dar un giro en su producción hacia la economía circular, como un aporte al medioambiente.

    La mediana empresa, con cuatro años en el mercado y cerca de 40 productos, comenzó a cambiar los empaques de su línea orgánica de barras de chocolate hacia una versión en papel reciclado plantable, elaborado con semillas, de diferentes vegetales. De esta manera, una vez que el cliente ingiere la barra de chocolate, puede plantar el papel dentro de una maceta, explica Carol Marcial, gerente de la firma chocolatera.

    El producto estuvo listo en junio para testeo y en octubre se realizó una primera exportación de 5 000 barras de chocolate, con envoltorio plantable, a Italia, país al que la marca realiza envíos de sus productos desde hace dos años.

    Los empaques traen semillas de ají, zanahoria, perejil, albahaca, fréjol blanco, entre otras hortalizas. “Las semillas irán variando por la época del año. El consumidor podrá ir armando su huerto”, dice Marcial, quien detalla que este papel plantable es el empaque externo de ocho de sus presentaciones de barras de chocolate orgánico. Se puede encontrar, por ejemplo, en las versiones de chocolate blanco con frutilla o de chocolate negro con café y naranja.

    La caja trae instrucciones para plantarse: el papel debe rasgarse en trozos, se hunde en una maceta con tierra y se riega a diario, hasta que comience a crecer la planta en un período de entre 15 y 30 días.

    El producto también se está vendiendo localmente para regalos corporativos. El obsequio incluye una pequeña maceta, tierra y cuatro barras de chocolate envueltas en papel plantable. Uno de sus clientes corporativos es Banco Pichincha.

    Para el primer semestre del 2021 prevén colocarlo en las perchas de los supermercados, indica Marcial. Los productos de Perla Organic están en las cadenas Supermaxi, Coral y Almacenes Tía.

    El 3% de las ventas de esta nueva línea de la marca chocolatera irá destinado a la Fundación Circular by Ichtion, que es el enfoque social de la ‘start up’ ecuatoriano-británica Ichtion, que desarrolla tecnología para disminuir la polución plástica en ríos y mares.

    Uno de los proyectos sociales que está respaldando Fundación Circular es el Frente Insular, integrado por un grupo de voluntarios que recoge los plásticos que se acumulan en las islas Galápagos. “Los ingresos que vamos a recibir de Perla Organic irán dirigidos hacia este proyecto”, explica Mario Hidalgo, director ejecutivo de la Fundación.

    “Apoyo este proyecto con pasión porque siempre he sido fanática de los mares y me afecta ver tanta contaminación”, subraya la Gerenta de la empresa, que espera cerrar el año con una facturación de USD 500 000, con un crecimiento en las ventas locales, gracias al ingreso en Tía.

    El negocio 
    Perla Organic. Tiene cerca de 40 productos en el mercado; alrededor de 20 son chocolates de producción orgánica.

    La línea orgánica. Ahora trae nueve presentaciones envueltas en empaque plantable, con semillas de diferentes hortalizas, que los consumidores pueden plantar en macetas.

    La comercialización.  El 3% de los ingresos por las ventas de sus productos en empaque plantable irá destinado a Fundación Circular by Ichtion.

    El mercado.  El 60% de las ventas de Perla Organic Chocolate son nacionales. Lo restante, al mercado externo.

    Carol Marcial, gerenta de la marca chocolatera, junto a las nuevas versiones de barras en empaque plantable. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Carol Marcial, gerenta de la marca chocolatera, junto a las nuevas versiones de barras en empaque plantable. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Alianzas público-privadas y su rol en la economía circular

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    Ofrecer pautas para una adherencia articulada al concepto de economía circular en el país por parte de la empresa privada, del gobierno y de la ciudadanía fue el objetivo del seminario virtual organizado por la Cámara de Comercio e Industrias Franco-Ecuatoriana (Ccifec), con el respaldo de la Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD) y la Embajada de Francia en el Ecuador.

    El evento, denominado ‘Ecuador apuesta a la economía circular’, fue parte de la quinta edición del seminario sobre ciudades inteligentes ‘Smart Cities’, realizado entre el 27 y 29 de octubre.
    900 participantes a través de las plataformas Zoom, Facebook y YouTube, se interesaron en los conceptos presentados por los panelistas. Por el lado del sector público, Jackson Torres, viceministro de Producción e Industrias, abordó el llamado ‘Pacto para la Economía Circular’, puesto en marcha por el Gobierno Nacional en el 2019; este incluye un denominado Libro Blanco, que analiza los roles que debe cumplir cada sector en la estrategia, mediante una alianza público-privada.

    Leonardo Chang, viceministro del Ambiente y Agua, añadió que si bien la producción es importante para la economía del país, requiere de la implementación de políticas que sean ecoamigables.

    En este sentido, Juan Carlos Avilés, secretario del Ambiente del Municipio Metropolitano de Quito (MMQ), señaló que la exigencia poscovid-19 es la recuperación sostenible mediante la generación de empleos verdes, una mayor eficiencia en el uso de recursos naturales y el aprovechamiento de residuos sólidos.

    Para presentar buenas prácticas ya probadas, intervino Hervé Bouisguillaume, director del proyecto ‘Ciudades sostenibles, MTES’, del Ministerio para la transición ecológica en Francia, quien enfatizó en la necesidad de una evolución del marco jurídico sobre los desechos. Así se incentiva a ciudadanos, consumidores y todos los actores hacia un consumo sostenible y el desarrollo de la eco-concepción.

    Virgine L’Haridon, responsable del proyecto G4DEC en la Bretaña francesa, expuso un modelo de reutilización y reducción en el territorio, donde participan 40 empresas y 25 municipios.

    Además de interesantes iniciativas en firmas privadas nacionales, una mesa redonda conformada por representantes de la Agencia Francesa del Desarrollo, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Banco de Desarrollo del Ecuador y de la Cooperación Alemana presentó información acerca de las áreas de inversión y cofinanciamiento de proyectos que cumplen con los requisitos del desarrollo de economía circular. También destacó el anuncio de Jean-Baptiste Chauvin, embajador de Francia, de que su país aprobó un fondo no reembolsable de 700 000 euros para desarrollar una fábrica piloto de balanceado para el camarón, a partir de los desechos de banano.

    Jean Philippe Berthelemy, director adjunto de la Agencia Francesa de Desarrollo, habló de cómo se valora el impacto positivo de los proyectos. Foto: Captura de pantalla
    Jean Philippe Berthelemy, director adjunto de la Agencia Francesa de Desarrollo, habló de cómo se valora el impacto positivo de los proyectos. Foto: Captura de pantalla
  • La economía circular es su filosofía

    redaccion@revistalideres.ec (I)

    Producir, consumir, dese­char. Este sistema lineal ha provocado una importante contaminación ambiental, siendo el plástico uno de los mayores generadores de polución, especialmente cuando termina en las aguas de ríos, mares y océanos.

    La economía circular promueve el máximo aprovechamiento de los recursos, minimizando la producción de nuevos elementos y priorizando la reutilización y el reciclaje de desechos.

    La ‘start up’ ecuatoriano-británica Ichthion, fundada por Inty Grønneberg y Robert Rouse, creyente de la economía circular, ha desarrollado tecnologías que buscan disminuir la polución plástica en los ecosistemas acuáticos, con el objetivo final de que estos materiales sean reciclados.

    Ichthion Limited tuvo su origen en abril del 2017, en el Imperial College London, donde Grønneberg realizaba su doctorado en Ecosistemas de Innovación y Emprendimiento Tecnológico y Rouse, una maestría en Ingeniería de Diseños. El proyecto de posgrado tuvo tal receptividad que decidieron constituir la ‘start up’ en agosto de ese año, lo que les permitiría tener la propiedad intelectual de las tecnologías y acelerar el desarrollo.

    La primera tecnología que desarrollaron fue Cobalt, una turbina capaz de extraer plásticos usando la corriente de aguas fluviales o marítimas, reteniendo los desechos por medio de filtros. Luego desarrolló una tecnología mejorada: Azure, especialmente diseñada para ríos, buscando disminuir la llegada de los plásticos al mar.

    Esta turbina tiene una capacidad de recolección de 80 toneladas de plástico por día, mediante un mecanismo que redirecciona los materiales hacia un lado del río para ser extraídos. El objetivo es que finalmente sean reciclados, subraya Grønneberg, ecuatoriano de 36 años, que reside desde hace seis en Reino Unido.

    La tercera tecnología que ha desarrollado la firma se denomina Ultramarino, diseñado para ser incorporado a grandes barcos.

    Ichthion ha contado con el apoyo de tres aceleradas, que le han brindado conocimientos y fondos. Adicionalmente, en febrero del 2019, ganó el concurso ‘Hacia un mundo sin polución plástica’ de Innovate UK, que le permitió obtener una inversión semilla de USD 1,1 millones.
    En 2018, Grønneberg, CEO de Ichthion, fue seleccionado como inventor del año de América Latina por la publicación MIT Technology Review, del Instituto de Tecnología de Massachusetts. Este hecho favoreció el acercamiento con el Gobierno de Ecuador, con el que la empresa firmó una carta de entendimiento para instalar la tecnología en el país y fomentar la economía circular.

    Hace un par de semanas uno de los proyectos de la ‘start up’ resultó ganador, junto a otras ocho iniciativas, en el concurso mundial de Benioff Ocean Initiative y Fundación Coca-Cola, para trabajar de forma simultánea en frenar los flujos de polución plástica en los ríos, evitando la contaminación de los océanos.

    Gracias a ello, la compañía firmó un contrato por USD 1 millón con la Universidad de California en Santa Bárbara, para implementar la tecnología Azure en el río Portoviejo, de Manabí. El proyecto, que tendrá una duración de tres años, se encuentra en etapa de diseño y estudios de factibilidad.

    Los criterios para seleccionar a los ganadores, señala Valeria Tamayo, científica del proyecto Coalición de Corrientes Limpias de la universidad, fueron: la efectividad del sistema, el plan de comunicación e involucramiento de la comunidad, factibilidad y conexión local.
    “Buscamos que este proyecto de Ichthion siembre semilla para que pueda mantenerse en el tiempo o replicarse en otros ríos de Ecuador”, dice Tamayo.

    La empresa se encuentra en negociaciones de otro proyecto con la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento, de Quito, para la limpieza del río Guayllabamba. Mateo Alarcón, gerente de Ambiente de la Epmaps, detalla que desde octubre pasado han trabajado con Ichthion en las mejoras de esta iniciativa público-privada, que además de descontaminar el río, busca la generación de políticas públicas de economía circular.

    Inty Grønneberg (tercero desde la derecha) junto con algunos de los integrantes del equipo de Ichthion. Foto: cortesía
    Inty Grønneberg (tercero desde la derecha) junto con algunos de los integrantes del equipo de Ichthion. Foto: cortesía