La “falta de continuidad en las políticas urbanísticas y la corrupción” son dos de los males que aquejan a las ciudades latinoamericanas, explica Carlos Moreno Gómez, catedrático de la Universidad de Sorbona, urbanista y asesor de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
En un escenario de emergencia climática y de crisis sanitaria, Moreno señala a EFE que es primordial lograr la “humanización de las ciudades”, ganando espacios públicos y mejorando la calidad de vida de las personas.
Nacido en Colombia en 1959 y desde hace 41 años vecino de París, donde ha estudiado la vida urbana y ha puesto en práctica sus teorías científicas, Moreno considera que en Latinoamérica el problema de las ciudades es “la falta de continuidad en las políticas urbanas”, cuando se cambia de alcalde y el entrante no es del “mismo color que el saliente”.
El equipo entrante “cuestiona todo y vuelta a empezar”. Es el drama de Latinoamérica, sostiene este ingeniero químico, empresario, director de la cátedra Emprendimiento, Territorio e Innovación, de la Sorbona de París.
Según Moreno, el segundo drama en las urbes de Latinoamérica es “la corrupción”: los equipos de los alcaldes “pierden la noción del bien común”, dando lugar a los “grandes escándalos de corrupción y negocios turbios. Eso quita claridad y continuidad”.
Sin embargo, como en toda regla hay una excepción. Medellín (Colombia) es un caso aparte, porque se han beneficiado de una “regeneración urbana basada en una política muy sistémica, con una visión holística, muy integral”.
En esta ciudad, la regeneración es “muy clara” en el transporte gracias al metro cable, en las comunas con diversos aspectos culturales, en los equipamientos de deporte, en la urbanidad con educación en escuelas y colegios y en la recuperación del río.
No obstante, el conjunto de A. Latina es muy diverso, y así en un mismo país como Colombia “está Medellín por una parte y el caos de Bogotá” por otro, donde “nunca se ha resuelto el problema de transporte”, porque se han construido muchas vías ciclistas, pero “solo de uso en los domingos”, en los que no hay automóviles.
En el día a día, Bogotá “es un infierno en cuanto a la circulación”: Medellín tiene metro, y el que están construyendo en Bogotá “no corresponde a los estándares internacionales de un metro”. Son ciudades que van “muy distintas”.
Subraya las buenas políticas de otra ciudad como Buenos Aires, donde se han construido aproximadamente “unos 500 km de vías ciclistas”. Añade que allí el proceso de regeneración urbana “ha sido interesante y bastante ejemplar”, con esfuerzos hacia una mejor urbanidad y educación, pero muy afectada por la situación política que vive y “no le da mucha estabilidad”.
Sin embargo, si se compara con Bogotá, Buenos Aires tiene una política de movilidad “muy estructural, mucho más poderosa”.
Resalta el caso como pequeña urbe (un millón de habitantes) de La Paz, en Bolivia, que cuenta con un metro cable a 4 000 metros de altura, lo que le da “mucho interés” a su manera de regenerarse.
Otro caso a distinguir es la ciudad brasileña de Curitiba, donde se inventó el “Urbanismo Táctico”, y se han realizado proyectos de regeneración “bastante ejemplares”, o Porto Alegre, donde se llevaron a cabo “los primeros proyectos participativos”.
Incide este urbanista en la necesidad de ganar espacios para las personas, de regenerar las ciudades para respetar a nivel urbano la neutralidad de carbono para 2050, para lo que es necesario reducir el 65 % de las emisiones de CO2.
Moreno, asesor en ‘smart city’ de Anne Hidalgo, considera que es una “alcaldesa visionaria” con énfasis en el cambio climático. Explica que para su reelección tomó como “bandera de batalla el concepto de la ciudad de proximidad, la ciudad de los 15 minutos.
Una de las políticas destacadas de Buenos Aires es la promoción de ciclovías, que alcanzan los 500 km. Cortesía de buenosaires.gob.ar
Generar un valor agregado en el sector inmobiliario, a través de la certificación de construcciones sostenibles, es el eje de AB Arquitectura + Diseño.
Hace cinco años nació esta firma de propiedad de Adriana Benalcázar. Sus primeras actividades se enfocaron en el diseño y construcción de proyectos; arrancó con obras residenciales y luego con oficinas, en mayor grado.
Por un amigo que estudiaba en Europa conoció más detalles acerca de la certificación Edge, para construcciones sostenibles (se enfoca en edificios eficientes). Adriana consideró que este elemento podría generar valor agregado a su empresa y contribuir al medioambiente y la sociedad.
Edge permite certificar proyectos en etapa de diseño, construcción o ya existentes. Se toma en cuenta, de manera estándar, que los proyectos cumplan tres condiciones: 20% de ahorro en agua; 20% en energía eléctrica, y 20% de ahorro en materiales.
Para certificar, primero se hace un estudio de prefactibilidad; esto permite determinar el estado de un proyecto. “Con eso estudiamos si un proyecto no alcanza los estándares, podría recomendarle aplicar determinados parámetros para el cumplimiento. Si cumple con todo no se necesita realizar ningún cambio en el sitio”.
Adriana certificó su primer proyecto en 2017. Se trata del edificio Edwards, ubicado en la calle Bosmediano, en el norte de Quito; este se hallaba en obra gris.
Para mejorar su eficiencia, AB sugirió colocar medidores de electricidad inteligentes, que eviten el desperdicio de energía; cada dueño de departamento tiene una ‘app’ en la que puede controlar, en tiempo real, el uso eléctrico.
Tras los estudios y recomendaciones, como en el caso del proyecto anterior, se siguen otros pasos, incluida una auditoría, para obtener la certificación definitiva. AB puede certificar Edge en tres meses Una certificación preliminar tiene una validez de 36 meses y una final es indefinida.
Desde 2018 Benalcázar se enfoca más en la certificación. Ahora es experta y auditora Edge, tras formarse en la Corporación Internacional de Finanzas (IFC, por sus siglas en inglés). Un año más tarde subió el número de certificaciones de proyectos. A la fecha son 22, en Quito, Guayaquil, Cuenca, Loja e Ibarra; para diciembre espera cinco más.
Adriana Benalcázar tiene un equipo de trabajo, que incluye arquitectos. Ella también es experta y auditora Edge, desde hace un par de años.
La empresa certifica construcciones para viviendas, hoteles, oficinas, retails y universidades. Lo hace vía consultoría externa.
Para certificarse, AB puede hacer sugerencias sobre las tres exigencias de ahorro. Por ejemplo, para reducir el gasto de agua se aconseja colocar un dispositivo en la grifería; también se usan materiales eficientes o en el área de energía se aplica iluminación led o diseños para que ingrese más luz solar y exista ventilación.
La empresa tiene unos 30 proveedores en su parte relacionada con construcción y 20 en la referente a certificaciones. Este segmento es, actualmente, el principal eje de la compañía. Edesa es una de las empresas proveedoras. Bertha Bustos, gerenta de Marketing de la firma, asegura que se trabaja con AB hace un año. Provee grifería, sanitarios y otros para la eficiencia de los proyectos de construcción.
“La gente está cada vez más interesada en la certificación de edificios sostenibles (…) Nuestra responsabilidad es aportar puntos para esta certificación. Somos un equipo”, señala la ejecutiva.
Adriana comenta que entre los beneficios de la construcción verde están el respeto al medioambiente y el acceso a incentivos externos, como los que da la banca privada. Esta, explica la también arquitecta, valora y califica mejor estas iniciativas para financiarlas.
Elmir Grupo Inmobiliario ha sido una de las constructoras en las que AB ha certificado un proyecto; se trata del edificio Kyria. “Tenemos la certificación Edge Advance Home. Es un proyecto que está dentro de la matriz de ecoeficiencia del Municipio de Quito y cumple con altos estándares”, explica la arquitecta de dicha firma, Marcela Elmir.
Daniel Ugalde, gerente del edificio Houser, en Cuenca, añade que a través de Banco Pichincha contactó a AB. “Fue precalificado con certificación en 2020”. Destaca la colaboración y coordinación sobre materiales de la firma.
La empresa se encuentra trabajando en el proceso para la certificación del edificio Mikkela, que se encuentra ubicado en la zona de Cumbayá. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
Las ciudades más costosas para vivir durante el 2019 fueron reveladas en la 15° Encuesta Anual de Demografía Internacional y Asequibilidad de Vivienda, realizada por la consultora Wendell Cox.
Vancouver, Canadá. Foto: Pixabay
El estudio analizó 309 mercados de vivienda (y 91 mercados principales con poblaciones de más de un millón) en ocho países: Australia, Canadá, Hong Kong, Irlanda, Nueva Zelanda, Singapur, Reino Unido y EE.UU.
Melbourne, Australia. Foto: Pixabay
El estudio examinó datos del tercer trimestre de 2018 y dividió el precio medio de la vivienda por el ingreso medio de los hogares. El resultado muestra que los mercados de viviendas “más inasequibles” se encuentran en Australia, Norteamérica y Asia.
Auckland, Nueva Zelanda. Foto: Pixabay
Hong Kong, una región administrativa especial en el este de China, ocupa el primer lugar. Le sigue Vancouver, una concurrida ciudad portuaria en el Pacífico Sur de Canadá. El tercer puesto lo ocupa Sydney, la ciudad más grande y poblada de Australia.
Sydney, Australia. Foto: Pixabay
Melbourne, Australia, y Santa Cruz, California, ocupan el cuarto y el quinto lugar. Las ciudades californianas San José, Los Ángeles y San Francisco también están en la lista. La completan Tauranga, Nueva Zelanda, y Auckland, Nueva Zelanda.
La mitad de la humanidad, esto es unos 3 500 millones de personas, vive actualmente en ciudades, y esta cifra seguirá en aumento según cálculos de la ONU. Dado que para la mayoría de las personas el futuro será urbano, las soluciones a algunos de los principales problemas a que se enfrentan los seres humanos -la pobreza, el cambio climático, la asistencia sanitaria y la educación- deben encontrarse en la ciudad.
La desigualdad es motivo de gran preocupación, según reporta la ONU. El organismo asegura que hoy en día se cuentan 828 millones de personas que viven en barrios marginales y esta cifra sigue aumentando. Los niveles de consumo de energía y de contaminación en las zonas urbanas son también preocupantes.
Aunque las ciudades ocupan solo el 3% de la superficie terrestre, representan entre un 60% y un 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono. Muchas ciudades son también más vulnerables al cambio climático y a los desastres naturales debido a su elevada concentración de personas y su ubicación, por lo que reforzar la resiliencia urbana es crucial.
Estos problemas afectan, en última instancia, a todos los ciudadanos. La desigualdad puede provocar disturbios e inseguridad, la contaminación deteriora la salud de todos y afecta a la productividad de los trabajadores y por tanto a la economía, y los desastres naturales pueden alterar el estilo de vida general.
Esto genera un problema: los barrios marginales son un lastre para el PIB y reducen la esperanza de vida, según Pacto Global Ecuador. Históricamente, añade este organismo, las ciudades han permitido a las personas progresar social y económicamente. En los últimos decenios, el mundo ha experimentado un crecimiento urbano sin precedentes. En 2015, cerca de 4 000 millones de personas vivían en ciudades y se prevé que ese número aumente hasta unos 5 000 millones para 2030.
“Se necesita, por tanto, la planificación y la gestión urbanas en los espacios urbanos del mundo”.
Las empresas son fundamentales para el desarrollo de las ciudades, los medios de vida y los servicios a las poblaciones urbanas. Según Pacto Global Ecuador, están en una buena posición para cumplir con la promesa del Objetivo 11 del acceso universal a viviendas de calidad, transporte, áreas verdes y patrimonio, en colaboración con los gobiernos y los municipios.
Las empresas líderes pueden contribuir a través de la investigación, el desarrollo y la implementación de productos y servicios que mejoran el acceso a edificios, transporte, espacios verdes y servicios públicos flexibles, incluidos la electricidad, el agua y los servicios de gestión de residuos.
También pueden aprovechar su poder de convocatoria y su experiencia para proteger e invertir en el patrimonio cultural y natural. Además, las empresas de distintos tamaños tendrán que desempeñar un papel central en el apoyo al acceso a los servicios esenciales en el lugar de trabajo, el mercado y la comunidad.
Además, a medida que aumenta el impacto social y ambiental de la rápida urbanización, las empresas pueden beneficiarse de las oportunidades para desarrollar áreas urbanas más conectadas, resilientes y sostenibles.
Un dato más: los próximos 10 años requerirán USD 78 billones de inversión en infraestructura de la ciudad. “Por eso es probable que esto se brinde a través de soluciones del sector privado, incluidas las alianzas público-privadas”, asegura Pacto Global Ecuador.
Los espacios verdes y los servicios públicos flexibles son parte de las ciudades sostenibles. Foto: Ingimage
Una plataforma que pone en contacto a empresas de autobuses para evitar trayectos vacíos, tráileres eléctricos para paquetería o traviesas de tren de plástico son algunas ideas que, poco a poco, pueden cambiar las ciudades, donde se ganará o perderá la batalla contra el cambio climático que vive el planeta.
En las ciudades es donde más de la mitad de la población vive hoy en día, consumiendo dos tercios de la energía mundial, que representa más del 70% de las emisiones globales de CO2.
Por eso, son estas las que tienen que convertirse en epicentro de las ideas innovadoras para inclinar la balanza hacia la descarbonización profunda, la economía circular y la sostenibilidad.
Esta es una de las conclusiones que los expertos defendieron en la Cumbre de Innovación del Clima 2017 celebrada la semana pasada en Milán y organizada por EIT Climate-KIC, una asociación público-privada de la UE que tiene entre sus objetivos el impulso de una economía de carbono cero a través de la formación, innovación y emprendimiento.
Bajo el lema “Ciudades, palancas del cambio”, esta cumbre reunió en la Fabrica del Vapore de Milán a más de 500 representantes de empresas y organizaciones, además de emprendedores e investigadores, para debatir sobre estrategias y oportunidades de la economía circular -fabricación, uso y retorno-, consumo local, energía o bienestar.
El director general de EIT Climate-KIC España, José Luis Muñoz, dijo que el cambio hacia una economía baja en carbono pasa por nuevas ideas empresariales, pero no solo: hay que implicar a toda la sociedad.
Muñoz explicó que, en definitiva, este cambio de mentalidad -tanto en los negocios como en la ciudadanía en general- tiene que venir poco a poco y “no por decreto ley”. Se trata de ofrecer alternativas viables y basadas en datos fiables, aseguró el experto, quien como ejemplo puso el de la prohibición de circular los coches en el centro de las grandes ciudades, una decisión que no puede implantarse de un día para otro.
El objetivo es que los ciudadanos vean el beneficio de esta y otras iniciativas y se conviertan luego en demandantes de ideas nuevas y sostenibles que mejoren sus vidas y cambien las ciudades.
Así, cuando en parte exista esta demanda la apuesta de los inversores por estas “ideas verdes” aumentará, apuntó Muñoz, para quien, si bien hay que ser más pacientes que en otros sectores el retorno llega: con la economía verde se puede hacer ya buen negocio.
En este sentido, EIT Climate-KIC anunció la puesta en marcha de un laboratorio para tratar de superar las barreras financieras que aún hoy existen para poner en marcha proyectos críticos de mitigación y adaptación climática; el objetivo es atraer y movilizar -del sector privado y público- USD 500 millones para acelerar ideas.
En la cumbre se presentaron algunas de estas iniciativas innovadoras ya en marcha y/o que buscan financiación. Entre ellas, una italiana, Greenrail, que produce traviesas de tren a partir de plásticos y neumáticos; según uno de sus promotores Emanuele Occhipinti, en el mundo se generan 4,8 millones de toneladas de basura al día y esta se puede aprovechar: cada kilómetro de vías de tren fabricado con estas traviesas reutiliza más de 35 toneladas de plásticos reciclados y restos de neumáticos.
La española Lowbus presentó una plataforma en línea para poner en contacto a empresas de autobuses y que reduzcan sus trayectos vacíos de pasajeros, disminuyendo así las emisiones de CO2. Por su parte, Nüwiel (Alemania) mostró sus “tráileres inteligentes” para transportar hasta 150 kilogramos por las ciudades.
La alemana Nüwiel mostró sus “tráileres inteligentes” para transportar hasta 150 kilogramos por las ciudades. Foto: Nüwiel
Más de 10 000 expertos en transformación digital de las ciudades se darán cita en Estambul del 15 al 18 de mayo para abordar las oportunidades del uso de las nuevas tecnologías en la gestión de las urbes, en el marco de un nuevo congreso bautizado como World Cities Expo.
Este evento pretende convertirse en el referente global sobre las ciudades inteligentes. Organizado por el ayuntamiento de Estambul, el certamen analizará cómo las nuevas tecnologías y el Big Data pueden mejorar la vida en las ciudades en ámbitos como la energía, el transporte o la educación, según ha avanzado hoy el secretario general del consistorio de la ciudad turca, Hayri Baracli.
A la primera edición del congreso, los organizadores esperan que asistan más de un centenar de organizaciones internacionales y locales, así como 3 000 empresarios y unos 10 000 profesionales, líderes en la transformación digital de las ciudades.
Baracli asegura que el World Cities Expo servirá para intercambiar experiencias entre empresas de tecnología urbana, ayuntamientos de todo el mundo, proveedores de plataformas inteligentes para los hogares y de software, instituciones educativas, organizaciones de salud, medios y operadores de telecomunicaciones, entre otros agentes.
El responsable del municipio de Estambul, ciudad hermanada con Barcelona (noreste español), ha destacado durante su discurso la urgencia de dar respuesta a las necesidades de las urbes, que acogen cada vez a más población en todo el planeta.
En esta línea, estima que en 2021 las ciudades habrán invertido 1,5 billones de euros en recursos para transformarse en ciudades inteligentes.
El secretario general del consistorio de la ciudad turca, Hayri Baracli, realizó el anuncio de la feria de ciudades inteligentes. Foto: AFP
Mahmoud Mohieldin, vicepresidente sénior del Grupo Banco Mundial habla sobre el financiamiento de las ciudades sostenibles. Para lograr un modelo de este tipo se debe satisfacer, además, las necesidades de medioambiente, conectividad y acceso.
¿Por qué brindar financiamiento para desarrollar ciudades sostenibles?
El financiamiento de ciudades sostenibles no es un asunto que implica solo movilizar recursos. Es una cuestión de disciplina, de asegurarse que las partes trabajen y de que aquellas aspiraciones, incluidas las relacionadas con la sostenibilidad de las ciudades, se alcancen hasta el año 2030. ¿Se refiere, al nombrar ese año, al de la agenda de las Naciones Unidas, que incluyó 17 objetivos que agrupan fin de la pobreza, cero hambre, crecimiento económico, etc.?
Hay 17 objetivos, 169 temas. Todos ellos reflejan aspiraciones y ambiciones de la comunidad de desarrollo internacional. Estos no van a poder ser trasladados a la práctica a menos que exista el armaje de aspectos particulares de trabajo, incluido el de las finanzas. Estas cumplen dos objetivos: el de generar fondos y de disciplinar.
¿Qué se considera una ciudad sostenible? Básicamente hay cuatro criterios principales cuando hablamos de ciudades sostenibles. Que la ciudad satisfaga las expectativas de ambiente, de acceso, de conectividad y que cuente con fondos sostenibles bajo disciplina y buen manejo financiero.
Usted ha mencionado en varias ocasiones la importancia de la disciplina para las ciudades sostenibles y para el manejo financiero. ¿Por qué razón resalta este punto?
Uno de los aspectos de trabajo más complicados en la agenda del 2030 es asegurarse que la infraestructura y la planeación a largo plazo de las ciudades esté bien realizada y eso incluye las expectativas que tienen las ciudades para su funcionamiento a futuro, tomando en cuenta medioambiente, conectividad y estándares de vida. Las ciudades deben tener diseño, implementación, planeamiento y buen manejo financiero. Puede haber casos en que existan los tres primeros, pero no el último. La disciplina se refiere a incluir el buen manejo financiero a los otros componentes.
En ese caso, ¿si ese aspecto falla será difícil un desarrollo sostenible de la ciudad?
Ninguno de los elementos puede ser sustituido por el accionar de cualquiera de los otros. Se debe cuidar a todos y que estén fuertemente integrados en el trabajo. Si no hay uno de estos elementos no significa el fin de la ciudad o del mundo. Pero, no será igual para la solución de algunos de los problemas. Algunos requerimientos para el desarrollo de las ciudades pueden ser costosos en términos de regresar a la planificación inicial urbana. Los elementos deben de estar integrados siempre. ¿En todos los casos?
Sí, incluyendo cuando ciudades pequeñas que se expanden o las que están comenzando. No son elementos complicados y han estado en las ciudades y los pueblos desde el inicio de la civilización. Siempre deben estar.
En el caso que existan todos estos elementos, ¿cuando una ciudad busca financiamiento, debe este ser de fuentes públicas o de privadas? La ciudad tiene que funcionar como un receptor de todas las fuentes de financiamiento. Puede haber financiamiento público o privado, doméstico o externo. Tenemos que seguir las reglas para comparar las ventajas de cada vía de financiamiento. En el caso de financiamiento para bienes o servicios públicos, por ejemplo, este suele venir de fuentes públicas, nacionales o locales. Estos dineros pueden tener como origen el cobro de impuestos.
¿Qué pasa en otros casos?
Podemos asumir que en la ciudad hay aspectos completamente públicos o completamente privados. En el caso de bienes y servicios públicos, seguridad o justicia se puede asumir que todos estos recursos se van a derivar de fuentes soberanas y fiscales. En el otro extremo, en que todos los recursos vienen de fuentes privadas, un ejemplo es el de la renta de un departamento. Ambos participantes son privados, sea el dueño o el arrendatario. En algunos casos los actores son públicos, pero en general privados.
¿Qué pasa en el caso de fondos de carácter mixto?
Voy a dar un caso que no está muy lejos. Se trata el del Metro de Quito. Ustedes tienen un buen diseño, un buen plan y todos los conceptos de conectividad. El dinero que se necesita para este proyecto es grande, no solo para esta ciudad, no solo para este país. Esta clase de proyectos requieren dinero adicional al de la capacidad per se de las ciudades o de los países. Para este proyecto se cuenta con la contribución del Gobierno, pero también aquellas de los financistas externos como el Grupo Banco Mundial, con USD 250 millones. También, de tres organismos multilaterales como la Corporación Andina de Fomento, el Banco de Inversiones de la Unión Europea y el Banco Interamericano de Desarrollo. Así, hay dos fuentes de financiamiento. Cuando el proyecto entre en operación deberá generar formas para financiarse y ser sostenible. ¿Cuáles ciudades tienen formas de financiamiento programadas para diferentes tipos de programas, incluidas para los de sostenibilidad?
No las suficientes. Hay ciudades occidentales, en países desarrollados, con muy sofisticada planeación de capital y permanentes fuentes de financiamiento. Esto porque sus procesos así lo permiten. Sin embargo, en los países en vías de desarrollo la respuesta es diferente. Ciudades con renta media tienen procesos de planificación razonables, incluyendo varias de América Latina en países como Colombia, pero también en las de naciones de otros continentes como Sudáfrica o China. En otras partes del mundo los procesos están menos desarrollados y ahí es cuando vuelve a entrar el tema de la disciplina.
¿En qué sentido?
Traer disciplina para un buen manejo financiero, a través de un buen plan de inversiones. Es clave que las ciudades, por sí mismas, se concentren en estos procesos y que los gobiernos nacionales introduzcan los mecanismos correctos para llevar la contabilidad y el manejo financiero.
¿Qué gana una ciudad que cumpla un financiamiento programado?
Es importante que toda ciudad tenga en cuenta que el tema del manejo financiero no es un tema exclusivamente económico, sino de supervivencia. No tiene que relacionarse solo con un proyecto grande que se va a celebrar y presentar. Tiene que ser un aspecto vinculado a los niveles de vida, la educación, la conectividad, la salud, la seguridad que existe en la ciudad, en general. Si una ciudad falla en reflejar todos esos aspectos en el financiamiento que reciba, a su vez, eso se va mostrar en todos los temas sociales que puedan existir como pobreza, violencia, manejo de desechos, etc. El aspecto financiero es un tema de vida. Los ejemplos más exitosos de proyectos son cuando generan verdaderos resultados a escala de distritos, de ciudades o aldeas (…) nosotros (Banco Mundial )producimos un manual para autoridades para que puedan administrar su financiamiento.
Hoja de vida
Formación. Tiene un Ph.D en Economía de la Universidad de Warwick, magíster en Análisis Económico y Política Social de la Universidad de York y licenciatura en Economía de la Universidad de El Cairo.
Experiencia. Es el vicepresidente sénior del Grupo del Banco Mundial para la Agenda de Desarrollo del 2030 y Relaciones con las Naciones Unidas. Antes de unirse al BM ocupó numerosos puestos de responsabilidad en el Gobierno de Egipto, como ministro de Inversión, miembro del Directorio del Banco Central de Egipto, etc.
Mahmoud Mohieldin, vicepresidente sénior del Grupo Banco Mundial. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
Singapur continúa siendo la ciudad más cara del mundo según los cálculos de la unidad de negocios Economist Intelligence Unit, que publica su ranking dos veces al año.
En el nuevo «top ten» de ciudades más caras para vivir, la ciudad-Estado asiática se mantiene a la cabeza seguida de París, Oslo, Zúrich y Sydney.
Completan la lista Melbourne, Ginebra, Copenhague, Hong Kong y Seúl.
La Economist Intelligence Unit toma como referencia para elaborar su índice el coste de la vida en Nueva York. Así, frente a la metrópolis estadounidense -que se sitúa en el puesto 22 de las 130 analizadas- el coste de los alimentos básicos en Singapur es un 11% más alto, y el de la ropa un 50% mayor.
No obstante, de haberse tenido en cuenta para el análisis el aumento del franco suizo tras desligarse del euro en enero, Zúrich y Ginebra habrían subido al primer puesto, señala el centro.
En el lado opuesto, la ciudad paquistaní de Karachi lidera el «top ten» de localidades más baratas del mundo, seguida de Bangalore, Caracas, Bombay y Chennai. Nueva Delhi, Damasco, Teherán, Katmandú y Argel completan la lista.
La Economist Intelligence Unit, que pertenece al grupo del semanario británico The Economist, sólo publica las diez ciudades más caras y las diez más baratas de entre todas las analizadas. Para elaborar el índice compara más de 50 000 precios de 160 productos y servicios.
El coste de los alimentos básicos en Singapur es un 11% más alto, y el de la ropa un 50% mayor que en Nueva York.
Los detalles son esenciales en las prendas de vestir de calidad y eso se aprecia en los diseños de FIT.
Este negocio, formado por las diseñadoras cuencanas Daniela López, Ruth Galindo y la abogada Gabriela López, nació en el 2008 y hoy cuenta con tres locales en Cuenca, Quito y Azogues.
Gabriela comenta que la iniciativa surgió hace cuatro años entre su hermana Daniela y Ruth Galindo. Ellas crearon el negocio con la confección, a medida, de vestidos de fiesta y abrigos.
En el 2009 arrancaron con ponchos y capas e ingresaron al mundo de las prendas ‘prêt-à-porter’ (ropa lista para llevar), en Cuenca. En principio se manejó un estilo más clásico, para mujeres desde 25 años en adelante. También añadieron accesorios a sus líneas a través de diademas, apliques o prendedores.
En el 2011 inauguraron una sucursal de FIT en el Centro Comercial Bartolomé Serrano, en Azogues (Cañar), y en febrero de este año llegaron a Cumbayá (al oriente de Quito), cuando Gabriela López ingresó como socia al negocio.
Ella, para establecer el local aportó con USD 10 000, una suma igual al de las otras socias. También se encargó de la producción de la línea de calzado, que también es diseñada por Daniela y Ruth y confeccionada por artesanos cuencanos.
Los locales mantienen similitudes en su decoración y distribución, donde priman tres colores: blanco, negro y rojo.
López menciona que la mayor parte de la materia prima es ecuatoriana y que en algunos diseños se utilizan apliques importados. Mientras que la confección está a cargo de seis costureras, en Cuenca.
La exclusividad también es importante para FIT, por eso realizan los vestidos y capas en tallas y diseños únicos. Mientras que los abrigos se confeccionan modelos en tres tallas (S, M, L), que se distribuyen una por local. El control de calidad es otro factor importante en las prendas, pues los forros, botones y acabados llevan el sello de esta iniciativa.
Según Andrea Jerves, clienta hace tres años, “los diseños son modernos, además Daniela hace sugerencias de acuerdo a la forma del cuerpo, al color de la piel, o a lo que está de moda”.
Para Daniela López, expandir sus diseños es una alegría, especialmente porque “la gente tiene más aceptación en cuanto al diseño, antes se pensaba que la ropa extranjera era mejor; pero ahora se valora el diseño y el trabajo artesanal del país”.
En su última colección FIT se concentró en los vestidos casuales, que pueden utilizarse dentro y fuera de la oficina. Además de incluir blusas, y faldas.
Cada vez son más las ciudades que le apuestan a convertirse en polos de desarrollo para las industrias culturales y creativas. Casos como Toronto, Londres, Nueva York, Seattle, Washington, Montreal y Buenos Aires son conocidos como centros que albergan industrias que van desde el diseño textil hasta el cine, pasando por la animación digital, la publicidad, la música y el teatro.
La importancia de las metrópolis que logran atraer las industrias creativas radica en su potencial como núcleos de riqueza generada por la propiedad intelectual, atraen inversión y generan integración con los servicios financieros, la hotelería y el comercio en general. La experiencia internacional demuestra que las urbes que atraen este sector experimentan una gran valorización de la propiedad raíz.
¿Qué hace a una ciudad creativa? Las ciudades que cuentan con mejores normas medioambientales y permiten el acceso a parques, zonas verdes, lugares públicos para esparcimiento son más atractivas.
A esto hay que incluir la existencia de ciclovías, amplios espacios peatonales y una buena normativa sobre la calidad del aire. Otro punto es la movilidad. Contar con sistemas óptimos de transporte masivo, rutas amplias para plataformas integradas de buses y capacidad vial, es un factor determinante de calidad de vida. Además, deben profundizar la cobertura de banda ancha y servicios públicos eficientes.